Alexander Price

Alexander Price nació en una acomodada familia de cáligo en el centro de la capital, en el mejor hospital, en las mejores condiciones: era un niño malcriado y consentido, por lo que con el paso del tiempo, si buscó unas amistades que también lo eran: Sus mejores amigos eran Clara Tarr, una parvus morena y extravagante que era su vecina, ya que vivían en frente. Clara Tarr se había mudado a Cáligo con sus padres y era 5 años mayor que Alexander. Su otro mejor amigo era un chrysos , llamado Volto Polps, era un chico de color extremadamente oscuro, su piel era mas morena que la de cualquier chrysos.
Los tres formaban la pandilla perfecta: robaban a los niños pequeños e iban a apuestas, la verdad es que a partir de los 15 años, Alexander comenzó a vivir una vida de excesos y de desenfreno acompañado de sus dos compañeros.
Un año antes de que Alexander viniese a Brontë, los tres habían apostado cantidades inconfesables de dinero en una timba ilegal, en la que se jugaba a las cartas y se hacían peleas a muerte entre mantícoras, además, hermosas mujeres piscis y maromos flama bailaban desnudos en quel bar, sirviendo copas y amenizando el ambiente.
El dinero corría a espuertas… el caso es que los tres jóvenes dieron con un flamma de unos 40 años, de los cuales no conocieron nunca en nombre. El hombre les retó a un partida de cartas, en la que participarían Clara, Volto y Alexander contra él y dos de sus secuaces.
Después de una árdua partida, Alexander y sus amigos perdieron: no era de extrañar, puesto qeu aquel hombre tenía mucha experiencia acumulada.
A la hora de pagar el precio acordado, nuestros tres amigos, pensando que el hombre había hecho trampas, decidieron distraerle y robarle todo el dinero que estaba encima de la mesa.

El hombre y sus secuaces sacaron sus ballestas y comenzaron a dispararles sin piedad. Justo cuando pensábamos que lograrían huír, una flecha atravesó el cráneo de Volto.

Alexander quiso para a ayudarlo, pero Clara no le dejó y ambos huyeron con el dinero.
Emplearon el dinero robado en mantenerse ocultos, diciendo a sus padres que se iban de vacaciones. Entonces llegó el mensaje de Brontë. Alexander vió una buena opción el irse a Brontë, pero a Clara no le gustó la idea: ella era una chica rica y guapa: no iba a terminar rodeada de maleantes muertos de hambre hacinados en un palacio. Por lo que ambos deciden separarse para vivir en la clandestinidad, con el fin de evitar que aquel hombre los encontrase.