Cassandra Babineaux

Cassandra Babineaux es hija de Alain Babineaux, Coronel de la flota naval de Aqua. Ella es mestiza, puesto que su madre era una caeruleus. Nunca supo cómo se llamaba, ya que su padre jamás habla de ella: JAMÁS. La versión oficial era que la madre de Cassandra era una espía que se hizo pasar por doncella, engatusando a Alain para luego robar unas cartas de navegación de infinito valor. Supuestamente, nueve meses después, su madre la dejó en una cesta delante de la mansión del Coronel, con una nota explicativa de que era su hija.
Alain nunca le dijo a Cassandra que era hija de una espía, no: para Alain, Cassandra era su niña, y de nadie más. Aunque esto siempre ha sido una espina clavada en la joven protagonista, ya que se moría de ganas de saber quién era su madre.
Siguió los pasos de su perfecto padre: hombre de honor y dedicado enteramente al servicio del ejército de su patria natal. Él le enseñó trucos y consejos sobre cómo gobernar un barco, secretos útiles que solo un buen Comodoro con grandes años de experiencia en el mar sabe y que podrían decidir el ganador en una batalla naval equilibrada.
Su vida parecía feliz. Cassandra estudió con su institutriz personal, por lo que con 12 años, sabía más cosas que cualquier niño de su edad, puesto que Bacie, que así se llamaba la institutriz, era una de las más exigentes de Aqua.
Con 15 años, paseando por un barrio de no muy alta clase social, se le acercó un hombre que vestía una camisa a jirones… Debía tener unos 40, 45 años, de grandes hombros y tatuajes por todo el cuerpo: Gaspar, se llamaba. Gaspar Sammoeol, para ser exactos. Tenía un moreno espectacular y sujetaba en una mano- la única- una pipa con la que emanaba ingentes cantidades de humo.
Ese hombre, del que cualquiera habría escapado nada más verlo, se postró de rodillas ante la joven.
-Señora Klatrinne…- dijo aquel hombre delante de la niña, sin atreverse a levantar la cara del suelo.
Cassandra huyó despavorida. ¿Quién sería la señora Klatrinne y porqué la habían confundido con ella?
Con 14 años y después de dos años buscando información sobra aquella mujer, solo sabía que había habido una tal Helena Klatrinne… y era pirata. "¿Por qué me habían confundido a mí, a una chica de alta clase social, con una piratilla de poca monta?"
Se dirigió al barrio donde había encontrado a aquel hombre dos años antes y, después de un par de semanas buscando, lo encontró al fin. Gaspar volvió a hincar la rodilla en el suelo, y la volvió a llamar señora Klatrinne… Qué hombre más raro.
Ambos se sentaron y Gaspar le explicó que hacía 14 años, su capitana, la señora Helena Klatrinne había sido capturada en uno de los motines más importantes de su vida. Ella decidió hacer de cabeza de turco para salvar a su tripulación, siendo capturada por el Coronel Babineaux y sus hombres. Fue torturada y vejada hasta puntos inimaginables. Gaspar volvió a buscarla como ocho meses después con su tripulación, ya que habían encontrado su calabozo, pero ella ya no era la misma: había perdido su vitalidad y su embravecida sonrisa, y a cambio de ello tenía una enorme barriga. La pobre mujer había sido violada y dejada encinta. A las dos semanas, Gaspar se asomó de nuevo para intentar liberarla, y ella estaba dando a luz, sola, a oscuras y medio desangrada, con un bulto de carne entre sus piernas. Desde el interior de la celda le dijo que era del Comandante.

-Lo último que hizo tu madre fue darme una bolita llorona de carne por entre las rejas. Decidí pues hacer lo mejor para ti y dejarte en casa de tu padre, pero hace dos años te vi. Vi esos ojos, esa cara y supe perfectamente que eras tú… La hija de Helena… Qué orgullosa estaría de ti- dijo el rudo hombre casi entre sollozos.


Su cara se puso blanca. No de miedo, sino de rabia y ganas de estrangular a alguien. Le dio las gracias a Gaspar y se fue sin mediar palabra.
Con 15 años abandonó su privilegiadísima posición económica y social para dedicarse enteramente a hacerle la vida imposible a su padre, convirtiéndose en una de las piratas más jóvenes hasta la fecha.
Cuando su padre se enteró su vida dejó de tener sentido, convirtiéndose su captura en una obsesión.
El hecho de ser mujer le complicaría bastante las cosas si no hubiese sido por el hecho de que tenía dinero a espuertas, dinero que utilizó para contratar a los piratas más asquerosos, borrachos, brutos, nauseabundos, polvorientos, agresivos y de corto coeficiente intelectual que pudo encontrar, y sobre todo a Gaspar, que ahora se convertiría en su mano derecha. Entre los conocimientos de su padre y del viejo Gaspar, la joven Cassandra era una formidable guerrera, sobre todo a bordo de la nave. Rápidamente observaron que la joven capitana había adquirido un espléndido barco: “El Purgatorio”: uno de los barcos mejor gobernados de Mithos.

“El Purgatorio” es un galeón de mediano tamaño, con portentosas velas rojas y 21 cañones por cada eslora. Cassandra lo conoce tan bien como a su archienemigo padre, ya que ambos se han perseguido desde el principio de los días. Hasta ahora, Cassandra ha salido victoriosa, y ha huido de sus garras, aunque no solo huían de él. En ocasiones, cuando Cassandra se veía con fuerzas, arremetía contra los navíos de su padre, con el fin de vengar la muerte de su difunta madre.
Tenía la costumbre de embadurnarse la cara con tinta de calamar de la nariz hasta el cuello para evitar ser reconocida en batalla. Siempre lleva una bolsita con tinta negra en su cinturón, para que cuando llegue el momento de la batalla, pasar su mano negra por la parte inferior de su rostro, usando esta táctica como elemento de distracción y como método para evitar que la reconozcan. De ahí que se haya ganado el sobrenombre de “Bocanegra”.

Gaspar le regaló su actual arma, un sable que perteneció a su madre, de nombre Korvas. Además Cassandra aprendió rápido el arte del disparo, haciéndose con dos pistolas de pólvora. Una de ellas guarda un disparo. Supongo que ya sabréis para quién es. La otra es la que utiliza normalmente.

Así pasaron 7 años, en los que la joven obtuvo numerosísimas victorias – y alguna que otra derrota- convirtiéndola en una de las fugitivas más buscadas de Aqua.
Algo que marcó la vida de Cassandra fue la muerte de Lyo, un joven marinero de negros cabellos y ojos turquesas que fue acribillado a balazos delante de ella por su padre. Desde ese día, Cassandra arremetió contra su padre con doble fiereza, realizando algunas de las más impresionantes batallas de la historia.

En una de sus más recientes misiones, Cassandra envió a sus ya especializados hombres para que realizaran un motín en Fulmen. Era una tierra que aún no conocía su fiereza, y ya era hora de que temblasen ante ella.
El caso es que alguien tenía que quedarse vigilando el barco y lo echaron a suertes; Cassandra perdió y le tocó hacer de guardia durante el motín. Aceptó sin muchas ganas y su tripulación desembarcó en el puerto, robaron unos caballos y se perdieron en la oscuridad. El motín, que debería haber durado 3 días, se transformó en semanas e incluso meses. Cassandra estaba desesperada y justo cuando iba a emprender la marcha en su búsqueda, oyó el mensaje de Brontë, pero decidió no asistir por el momento, con la esperanza de que apareciesen.
6 meses después y ya sin esperanzas, Cassandra abandonó “El Purgatorio” en el puerto de Fulmen y se dirigió a Brontë. Ahora que no tenía tripulación, un barco de nada serviría y, al fin y al cabo, no tenía ningún sitio mejor a donde ir. Iría a Brontë, con el fin de mejorar en combate y ver si, desde allí, lograba encontrar a su tripulación.