Diario de Priscilla Flegrell

Contienen un hechizo claritas, que se activa sin necesidad de invocarlo por voz. En lugar de ello, requieren de un particular zapateo, como una especie de baile. El hechizo consiste en dos bolas de luz brillantes, que salen despedidos a ras de suelo en la dirección a la que apunten las joyas que hay en las tobilleras, que ella dirige tirando de las cadenas. Entre las dos bolas suman el poder mágico correspondiente a los stats de magia de Priscilla, y su uso corresponde a una acción en combate (el zapateo que utiliza para invocarlas).

Una esfera de luz se forma en una de las palmas de una de sus manos -la que elija-, pudiendo dirigirla en la dirección que desee. Una vez formada, el conjurador podrá mantenerla en la mano cierto tiempo o lanzarla directamente, pero no fusionarla con otra o cambiarla de extremidad. Su potencia dependerá del nivel de magia del conjurador. Innato.

Genera un destello cegador que no se puede evitar cerrando los ojos durante un momento (dos segundos por stat), cubriendo una zona amplia. Es más eficaz contra los caeruleus debido a sus pupilas sensibles a la luz. El rango que cubra depende de la capacidad mágica del conjurador. Afecta a todos los presentes salvo a los claritas. Puede ser contrarrestado con un hechizo cegador caeruleus si la magia de su conjurador es igual o mayor que la del conjurador del Ebrain aitchbrëa. Innato.

Permite al usuario mantenerse en el aire durante un instante (1 segundo por punto de magia), lo que le otorga suspensión tras un salto. Podría ayudar a reducir una caída, utilizado en el momento correcto, aunque si el usuario va a mucha velocidad no podría contrarrestar el movimiento por completo. Aprendido en Brontë, bajo tutela de Vanaheik, en la lección Clases de magia

Cuando la madre de Priscilla conoció a su padre, era una joven aventurera de 21 años, que había decidido que el desierto era un lugar fascinante. Lo que comenzó como un extraño idilio amoroso acabó por consolidarse con naturalidad, y la joven Eleanor no tuvo problema en convertirse en la madrastra de Zaih'ra, hija de un matrimonio anterior del hombre del que se había enamorado. Por ello, Priscilla nació en el seno de una familia ya formada, nada menos que la familia del magnate del oasis de Dreâo, lugar de paso de caravanas de comerciantes y nómadas del desierto. Priscilla creció en un ambiente bullicioso y animado, y se contagió del mismo. Siempre tuvo una buena relación con sus padres y con su hermana, así como con sus abuelos y la abuela de Zaih'ra. Con su familia materna, que vive en Lumen, mantiene una relación más distante, aunque también cordial.
Cuando su hermana decidió ir a Brontë, Priscilla decretó que no podía dejarla marcharse sola así como así. Aunque a Zaih'ra no le hacía demasiada gracia, Priscilla consiguió convencerla de que la dejara, al menos, acompañarla en el viaje. Lo que Zaih'ra no sabe es que Priscilla no tiene intención de despedirse de ella una vez lleguen al palacio...