Aren Darvenwish Jefe de Raza
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| Tema: Efesto, El paciente Lun Jul 02, 2012 2:24 am | |
| Cuando Mithos tomó conciencia de sí mismo, al principio de los tiempos, se vio en la necesidad de canalizar su energía, creando así materia y vida. Creó todos los árboles, plantas, animales y bestias que ahora lo pueblan, y creó la especie humana que, más tarde, desarrollaría cambios evolutivos para diferenciarse en las distintas razas existentes.
Mithos, enorgullecido por la creación de la vida, decidió que los humanos, una de sus creaciones más independientes, debían agradecerle tal trabajo y su existencia mediante el rezo, por lo que mandó construir los famosos Palacios Ancestros, que se convertirían en símbolo de culto al dios. Pero la humanidad había comenzado a perder la fe en Mithos y a vivir de una forma menos religiosa y más banal, de forma que el dios decidió tomar medidas: para construir los palacios, iluminó a Efesto, uno de los hombres más rápidos y que conservaba intacta la fe en su dios. Mithos le dejó el encargo de recorrer el mundo en cien días para convencer al resto de la humanidad de que debían construirse los palacios, para que toda la raza de los humanos, estuviesen donde estuviesen, pudiesen rezar y aumentar así el poder del dios, quien necesitaba fe constante, su alimento, para mantener la energía constante en el mundo.
Efesto, obedeció la orden de Mithos y, con el corazón colmado de felicidad y fuerza, partió raudo hacia la región más cercana, donde encontraría un lugar para fundar el primer palacio. Las palabras de Efesto eran contundentes y eficientes, relataban la palabra de Mithos, e incluso el mismo dios intercedía en ocasiones, haciendo que los hombres quedasen anonadados frente a su poder, por lo que rápidamente el número de fieles aumentó, adquiriendo Efesto incluso la calificación de Mesías.
Las obras de los palacios comenzaron, y Efesto rogó a Mithos que lo elevase para poder ver las nueve maravillas desde los cielos. Mithos accedió a sus ruegos y lo alzó en una enorme montaña desde donde podía divisar todo el mundo gracias a su poder divino e ir contemplando el transcurso de las obras, sin moverse, quieto como una roca, siendo visible desde todos los lugares del mundo, sin pestañear y casi sin respirar. Debía mantenerse sereno para que la fe manase de sus sentidos y ayudasen a la construcción de los Palacios Ancestros. Cincuenta años duraron las obras de construcción de los palacios, y en cincuenta años, Efesto no se movió ni un ápice, viviendo solo de la fe que manaba de su cuerpo y que ayudaba a la construcción de los palacios, ganándose el sobrenombre de “El Paciente”.
Pero no todo el mundo estaba contento con estas construcciones, ya que aún había humanos reticentes a adorar a Mithos. Cuando la última piedra de estos fue colocada en cada palacio –ya que se construían a la misma velocidad- estos brillaron con fuerza, marcando el fin del período de construcción. Pero durante estos 50 años, el odio de muchos y la parte oscura de los humanos fue reprimida, por lo que, al terminar los palacios, nueve sombras salieron de la base de estos para convertir en piedra a Efesto y eliminarlo de una vez por todas, pretendiendo así que el poder de Mithos quedase en el olvido. Pero este no lo permitió, y con un gesto creó nueve copias del cuerpo ahora hecho piedra de Efesto y las repartió una en la entrada de cada palacio, para que, durante toda la eternidad, los humanos recordasen el por qué de su construcción y que un sentimiento común los une a todos por igual. [Propuesto por Silvanus Kettleburn] | |
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