El mensaje llegó a los cielos

Conversaba con algunos compañeros en la sala de invitados... Todos bebíamos algún tipo de alcochol que uno de ellos habían traído. Lo pasábamos perfecamente cuando de repente uno de los sirvientes del palacio apareció interrumpiendo la "reunión".

- Disculpe... Señor Bright... Pero ha llegado un comunicado muy importante procediente de Fulmen... - Informó el hombre cuyo nombre no recordaba.

Observé que todos los invitados habían dejado de conversar y me miraban con atención, no me gustaba tener que dejarlos un momento, pero la situación parecía requerirlo.

Salí del cuerto junto al sirviente y comenzó a explicar la razón por la cual me había hecho abandonar la sala.

- Señorito, se le necesita urgentemente en el Palacio Brontë, y al parecer otros jefes también han sido avisados - dijo el hombre vestido con un traje "elegante -. Los mensajeros que han traído este comunicado llevaban el escudo de fulmen. No creo que se trate de impostores o bromistas... - Añadió.

Miré al hombre fijamente a los ojos y asentí con la cabeza.

- Está bien - respondí a la escucha de su mensaje -. Encárguese de que mis invitados reciban todo que necesiten, yo me marccho ya.

El hombre entró en la sala tras desearme suerte y yo me dirigí a los dos portones del castillo. Ordené que los abriesen a los dos guardias que lo custidaban. Salí del palacio y rápidamente mi ropa comenzó a ser zarandeada bruscamente por el viento, al igual que mi pelo.
Di dos pasos y miré hacia el suelo. Ese era el borde de la isla voladora en la que se encuentra el castillo; un paso más, y caía a las nubes.
Y así hice, desplegué mis alas y me lancé hacia el vacío, atravesando las nubes.