Dirag, puños feroces (I)

EXPLANADA CERCA DEL PUEBLO DE PASO

Errald Halvard



Ya estaba entrada la mañana cuando llegó la hora del encuentro. Errald alcanzó el lugar expuesto en las condiciones del pedido, una explanada amplia, libre de todo obstáculo, y cercada por árboles, situada a unos diez minutos del pueblo de paso, pero lejos de cualquier camino, situada en el bosque.
Su oponente esperaba apoyado contra uno de los árboles del lado derecho, lejos de la entrada al claro, con los brazos cruzados y muy serio. Sin embargo, una sonrisa levantó su comisura izquierda cuando vio llegar al guerrero.

-Buenos días, guerrero -saludó, ladeando suavemente la cabeza hacia él, sin abandonar su posición de reposo-. Mi nombre es Dirag. ¿Cuál es el tuyo?

Dirag no era un hombre alto, le faltaban un par de centímetros para llegar al metro setenta, y era de constitución media, con el cuerpo tonificado y los brazos musculosos. Lucía el pelo rojizo, recogido en una pequeña y cómoda coleta, y los ojos opacos delataban su raza. Además de las cómodas ropas que llevaba, sus manos estaban protegidas por un par de guantes con cierto acolchado en los nudillos y los dedos libres, desnudos.

Dirag se apartó finalmente del árbol, aproximándose, aún con los brazos cruzados y gesto resuelto, sin perder de vista al parvus en ningún momento.

-Este combate ha sido organizado por mí, y por tanto pondré mis reglas -comenzó, con una sonrisa de suficiencia-. No podrán usarse más armas que el cuerpo humano -comenzó, lanzando un par de puñetazos al aire, a un enemigo invisible-. Será un cuerpo a cuerpo. Nada de armas ni de magia. Y además...-. Extendió una mano hacia Errald, la derecha, como invitándolo a cumplir aquel contrato verbal, estrechándosela- ganarás si logras propinarme tres golpes: uno en las piernas, uno en el torso y uno en la cara, o si me dejas inconsciente. Yo venceré si haces trampas, usando armas, si te rindes o si te dejo inconsciente, también. ¿Algo que añadir? ¿Aceptas las normas?- peguntó, mirándolo con una sonrisa desenfadada, algo socarrona.

Caminó hasta el lugar sin pensar demasiado.
Una vez estuvo en el lugar, se dirigió sin mucho énfasis a donde su rival se encontraba y escuchó su nombre. -Errald.- Dijo con acidez.

Escuchó la retahíla del joven muchacho que quizá se creía con capacidades para vencer a un guerrero de Brontë. Bien por diversión, bien por una apuesta o simplemente porque era tonto. Fuera como fuese, Errald aceptó sus normas y se deshizo de sus dos armas. Una vez en igualdad de condiciones apretó con fuerza la mano que su rival le tendió.

Ya hacia el final de su charla, Errald simplemente dijo un seco "acepto" y, sin soltarle, tiró de su mano (que aún mantenía sujeta del apretón) hacia él con el fin de arrastrarlo hacia delante e intentar propinarle un cabezazo sin darle tiempo si quiera a reaccionar aprovechando la baja estatura de su rival.

Quería dejar de jugar con críos y volver a su aburrida vida en palacio.

El hombre reforzó la sonrisa al escuchar el nombre del que sería su oponente, mostrando la mitad de sus dientes, satisfecho. Sin embargo, al sentir el tirón su sonrisa se borró de pronto, y antes de que pudiese darse cuenta había recibido el primer golpe, cráneo contra cráneo, que lo dejó aturdido durante un momento, sorprendido, con un sonido seco. Antes de que Errald pudiese evitarlo, Dirag descargó también un golpe contra él, contra su mandíbula, con la mano izquierda, en una trayectoria lateral, de izquierda a derecha. El chrysos aprovechó aquel momento para escabullirse y retroceder varios pasos, ágil, dejando una buena distancia entre ambos, llevándose una mano a la cabeza. La nariz le sangraba, y se sujetaba el tabique, con una mueca de desagrado y el ceño fruncido.

-Veo que no te andas con chiquitas -masculló, inspirando fuertemente por la nariz y expulsando la sangre resultante a un lado, de un escupitajo. Se limpió las fosas nasales con el puño-. Esto ha sido suerte -gruñó, recuperando la sonrisa sesgada-. No se repetirá. Te quedan dos. Torso no incluye brazos -añadió, apretando suavemente los dientes.

Dirag adoptó una posición de guardia, adelantando el puño izquierdo, retrocediendo el derecho y encorvándose ligeramente, cubriendo así la mitad superior de su cuerpo. También sus piernas se encontraban en aquella posición, una delante y otra detrás, pero cambiaba continuamente la postura, iniciando una especie de ágil y fluido baile que no dejaba claro por dónde atacaría primero, ni cuando, comenzando su acercamiento a Errald.

Errald, por su parte, sentía la mandíbula magullada y dolorida, el dolor llegaba a la articulación del lado izquierdo, pero el aturdimiento era ínfimo, y el combate no había hecho más que empezar.

Antes de que pudiera darse cuenta, Dirag se lazaba contra él, con el puño izquierdo por delante, manteniendo  el brazo derecho plegado delante del cuerpo como medida defensiva. El ataque, veloz, iba nuevamente dirigido a la mandíbula del guerrero, al mismo punto que había golpeado el primero de los ataques del chrysos.

STATS DE DIRAG:

Fuerza: * * *
Velocidad: * * * *


STATS DE ERRALD:

Fuerza: * * * * (+1)
Resistencia: * * *
Velocidad: * * *
Agilidad: * * *

Técnica: * * * * *
Puntería: * * (-1)

No respondió a nada. Simplemente recibió el golpe con estoicismo y calló.
Al fin y al cabo sólamente le quedaban dos golpes.

Le observó en silencio, con los ojos algo opacados y, a diferencia de su rival, este dejó caer los brazos y le esperó.

Esperaría a que estuviese más cerca.

Así fue. En cuanto su rival se acercó de nuevo con la firme intención de volar su puño de nuevo hacia su cara, Errald simplemente se cubrió sus cara con sus antebrazos formando una cruz con el fin de frenar su golpe en seco.

En su entrenamiento en el ejército de Humus había adquirido grandes conocimientos de lucha.
Si todo salía como lo tenía planeado, ahora que prácticamente estaban cuerpo a cuerpo, haría un lazo con sus brazos alrededor de su cuerpo.
Sus músculos se habían tensado lo suficiente como para al menos, intentar agarrarle. Si lo conseguía, ambos acabarían en el suelo pues Errald tenía intención de tirarle. Consigo si hacía falta.

Dirag estaba más atento, tras haber recibido el primero de los golpes, el más difícil de todos ellos, por lo que reaccionó con más prudencia al ver cómo Errald se cubría, clavando los pies en el suelo con apuro, tensando el brazo izquiero, levantando una polvareda suave que apenas rebasó los veinte centímetros de altura y consiguiendo detener su ataque antes de caer en los brazos del otro, que lo esperaba. Enseguida se impulsó hacia atrás, ágil, retrocediendo de un impulso, viendo cómo los brazos de su rival le rozaban la ropa, a milímetros de haber atenazado su cuerpo. Apretó la mandíbula, reforzando su ceño fruncido, apretando los puños un momento. Su seguridad parecía haberse evaporado con el primer ataque del parvus. Dirag comprendía, de pronto, que con solo dos golpes más estaba acabado, por lo que lanzarse en ataques suicidas no resultaba efectivo contra un rival al que parecía no importarle sufrir daños.

El chrysos tragó saliva, serio, e inició un nuevo impulso hacia Errald, pero esa vez no fue de frente, sino que optó por entrar desde el flanco derecho, cubriendo su torso con ambos brazos, férreo, y lanzando una patada hacia la cadera de Errald, con los ojos clavados en los del guerrero de Brontë.

Dirag era ágil, de aquello no cabía duda, pero evitar todos los golpes que le fuesen dirigidos era una tarea complicada. Quizás el luchador se había impuesto unas reglas demasiado restrictivas que iban en su contra. O tal vez no había demostrado todo lo que sabía hacer.

Lo que no sabía Dirag era que su enemigo se fortalecía turno a turno, y que sus golpes eran cada vez más poderosos. El que había recibido, habiendo sido el primero, ni se asemejaba a lo que terminarían siendo con el paso de los minutos.

STATS DE DIRAG:

Fuerza: * * *
Velocidad: * * * *
Agilidad: * * * * *


STATS DE ERRALD:

Fuerza: * * * * * (+1)
Resistencia: * * *
Velocidad: * * *
Agilidad: * * * (-1)

Técnica: * * * * *
Puntería: *

Podía ver la cobardía en sus pequeños ojos de ratón. Sonrió condescendiente. Sin embargo, no dijo nada. Se limitó a permanecer en silencio y luchar.
Observó como su estilo había variado un poco. La técnica de su rival era pulcra, pero la del parvus no era de cualquier principiante. En el ejército aprendió a lidiar con sujetos semejantes.
Observó su forma de ataque y clavó los pies en el suelo, dispuesto a sujetar con fuerza con una de sus manos la fuerte patada que iba directa a su cuerpo. Si lo conseguía, tendría una mano libre para golpear su torso o, al menos, tirarlo al suelo, ya que su enemigo estaría apoyado sobre una sola pierna y sería fácil desequilibrarle.

Se notaba algo más lento debido al cansancio, sin embargo sus músculos estaban tan tensos que un sólo golpe de sus puños, sería fatal. Esperaba que todo saliese como lo tenía planeado.

Cuando la pierna del chrysos alcanzó el cuerpo del parvus, pudo verse una sonrisa en su rostro, por un instante, victoriosa. No obstante, se borró enseguida.
Errad había notado el golpe, pero uno solo no era lo suficientemente fuerte como para tumbarlo, y, por aquello, no le fue difícil sujetar la pierna de su rival antes de que este pudiese retroceder. Dirag se revolvió, en el agarre, pero solo pudo descubrir que la fuerza de su oponente lo superaba tanto que no le era posible zafarse.
Alarmado, el chrysos dejó de tirar de la pierna presa y se volvió ágilmente para llevar las manos al suelo, apoyándose en ellas. Lo que pretendía era lanzar a su rival al suelo, aprovechando la inercia que le aportaría el giro de su cuerpo, librándose de su llave invirtiendo las posiciones. Pero antes de que lograse hacerlo el puño de Errald golpeó su torso, dejándolo sin aliento, cortando su movimiento a la mitad.

-Dos... -jadeó, tras un instante de tos, cuando fue capaz de hablar.

El chrysos miró a Errald, que todavía tenía su pierna agarrada. Estaba claro que le sería muy sencillo dar el último de los golpes en aquellas circunstancias.

-Eres brutal -masculló, con una sonrisa, jadeante, sin debatirse ya, sin intentar librarse-. Supongo que he sido un poco estúpido al desafiar con unas reglas tan desfavorables a un guerrero reafirmado.

Dirag ensanchó la sonrisa, cubriéndose la zona dolorida con la mano. Ya no había agresividad en su rostro, pero sí una fiera sonrisa de satisfacción.

STATS DE DIRAG:

Fuerza: * * *
Velocidad: * * * *
Agilidad: * * * * *


STATS DE ERRALD:

Fuerza: * * * * * * (+1)
Resistencia: * * *
Velocidad: * * * (-1)
Agilidad: * *

Técnica: * * * * *
Puntería: *

Dirag sonrió a su respuesta, con gesto cansado. Aunque el combate estaba siendo corto, veloz, el chrysos parecía bastante agotado. Quizás el haber subestimado a su rival, o el haberse sobreestimado, habían causado su derrota precoz. No obstante, esperó a Errald con una sonrisa triunfal, como si la victoria estuviese en sus manos, aunque parecía la situación opuesta a aquella.

-Simplemente aprenderé para la próxima -dijo, con sencillez, tensando también él los músculos.

Dirag inspiró profundamente. Parecía ver mucha nobleza en aquel final tan triste por su parte. Las ansias de lucha a muerte ya no se veían en su rostro, pero de todos modos parecía disfrutar de aquella situación, como si le fuese ventajosa.

Dirag se abalanzó, feroz, rápido, fugaz, adelantando el cuerpo y encogiéndose para ser más pequeño, más aerodinámico. Su velocidad era demasiada para Errald, en aquellos momentos, y el chrysos pudo golpearlo hasta tres veces con el puño en las costillas, arrancándole un quejido, dejando la zona dolorida. Su técnica, rápida y certera, sin embargo, ya no le serviría de más. Como si solo hubiese querido usar el último momento del combate para mostrar su eficiencia, Dirag, por arriesgarse para alcanzar al enemigo, no pudo esquivar su agarre.

Esbozó una sonrisa, sin llegar a boquear, sujeto por el cuello por las manos del fuerte parvus.

-No volveré a ponerlo tan fácil... -murmuró, antes de perder la consciencia.

STATS DE DIRAG:

Fuerza: * * *
Resistencia: * *
Velocidad: * * * *
Agilidad: * * * * *


STATS DE ERRALD:

Fuerza: * * * * * * * (+1)
Resistencia: * * * (-1)
Velocidad: * *
Agilidad: * *

Técnica: * * * * *
Puntería: *

MISIÓN CUMPLIDA

Recompensa:

-2 puntos de experiencia.