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| El fin de una era. El firme propósito de Brontë. | |
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+5Blues Lloyd Alehyss Errald Halvard Narrador 9 participantes | |
Autor | Mensaje |
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Narrador
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| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 12:27 am | |
| La Elektra tristona no mostró ninguna reacción en cuanto el Errald verdadero pasó de ella y se dirigió a matar al Errald afeitado. Esta simplemente lanzó con gran precisión su tridente hacia la verdadera Elektra. Si su rival quería bailar con otra, esa otra debía morir de inmediato, pues nadie le robaría su pareja de baile.
El tridente voló. Errald, en su carrera hacia su otro yo, no dudó (realmente lo dudó un poco) y finalmente saltó para interponerse entre el tridente y la verdadera Elektra, cayendo de espaldas al suelo con un sonido seco, prácticamente sin conocimiento, con el tridente clavado como si fuera una vela y él un pastel. El fuerte hombre, con un gemido de dolor se arrancó el cuchillo de su cinturón y lo lanzó con gran fuerza al torso de su copia afeitada. Esta vez con mayor precisión, haciendo que su avance de este se detuviese, quedando bastante vulnerable.
Con la cara ensangrantada y polvorienta, dibujó una horrible sonrisa de satisfacción.
*Errald está fuera de combate y su vida corre peligro*
Ahora Elektra debía aprovechar aquella ocasión única, pues su copia estaba desarmada y la copia de Errald tenía un puñal clavado. Sin duda era el objetivo más vulnerable, cosa que pudo ser observada por todos ellos y, por si fuera poco, la copia tristona tenía las manos vacías.
En la otra esquina, Massen Dew no gozaba de una experiencia agradable. El hechizo que lanzó a los pies de Alehyss con trenza fue bloqueado por una barrera de la chrysos hacia el suelo, de modo que el poder del Aquaerum se vio reducido, aunque tuvo la potencia suficiente como para atravesar el hechizo protector y golpear una pierna de Alehyss, que se tambaleó durante unos segundos, momento que Massen aprovechó para hundir su segundo Aquaerum en el torso de la chysos, que no emitió ningún sonido de queja, aunque la dejó tirada en el suelo. Esta se levantó con una rápida voltereta y dio un salto hacia atrás, escabulléndose en las sombras por el momento.
Ahora Massen Dew estaba libre y podría ayudar a sus compañeros, aunque no debía olvidar a su enemiga oculta en cualquiera de las columnas cercanas.
Los Lyam estaban ocupados también. Ahora ambos estaban desarmados, pero no por mucho tiempo: su copia sacó de su bolsillo la daga que anteriormente se había dejado en el lugar en la misión anterior. Las tornas habían cambiado. Con toda seguridad, su copia no sabía utilizar el mandoble; pero sí una rápida daga, por lo que ahora Lyam estaba en desventaja. Sin embargo la estratagema del chrysos de pelo negro dio resultado, pues hizo que su copia trastabillase durante unos segundos. Este hizo brillar con gran intensidad su cuerpo al completo de golpe con una intensidad lo más alta posible para luego apagarse y aprovechar su velocidad y el cambio de luces para clavar el puñal en un brazo del chrysos.
Su kusarigama rebotó como una piedra contra un muro, pues Massen de pelo liso conjuró una barrera para deshacerse de un plumazo de su ataque y de ese modo pudo continuar su carrera hacia ella, consiguiendo acercarse lo suficiente como para soltar el Aquaerum casi a quemarropa. El hechizo la golpeó. Sin embargo la piscis no pudo reparar a tiempo en la patada que le venía por debajo y cayó al suelo, girándose rápidamente para quedarse boca arriba, viendo fijamente a Alehyss a los ojos. Sin hacer nada.
El aether aliado estaba teniendo serios problemas para vencer a su copia a pesar de que el tornado de su hechizo le había dejado el cuerpo lleno de pequeños cortes. Heylel echó a volar, pero no fue el único. Su copia respondió con un Aethes que desequilibró a Heylel unos instantes, para luego acercarse a gran velocidad y asestar una gran patada lateral sobre el costado del padre.
-Ayayay...-Una voz cansada se quejó. | |
| | | Elektra
Edad : 31 Mensajes : 263
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 1:23 am | |
| Levanté rápidamente la vista para ver cómo otro Errald corría hacia mí, pero en este caso para interceptar un tridente que... se dirigía hacia mí. ¡¿Qué?! ¿Por qué acababa de hacer eso? No entendía lo que estaba pasando, ¿por qué Errald querría dar su vida por la mía? Se me formó un nudo en la garganta, me costaba tragar saliva. Contemplé entonces como mi compañero lanzaba y clavaba un cuchillo en el torso del enemigo, dejándolo malherido. Quería hacer algo. Seguía sin entender el por qué, pero tenía que hacer algo... Vi entonces como caía desplomado al suelo, brotando de él un tridente, manchado de rojo -al igual que el mío-.
- ¡¿Qué has hecho?! - Grité posando mis ojos sobre los tres dientes que se clavaban en su espalda.
Miré al otro Errald, el que no se parecía al de verdad, y sin esperar ni un momento lancé furiosa a Jaogín contra su cara. Estábamos tan cerca que ni me digné a esperar para ver qué sucedía, simplemente esperaba que muriese. Di un pequeño giro, sintiendo de nuevo mayor ligereza en mi cabeza que de costumbre, y entonces me topé delante de una desgarbada y malamente copiada "yo". ¡Menuda desfachatez!
- Ahora entiendo por qué saliste corriendo - susurré como si el parvus caído a mi lado pudiera oírme -. Aguanta un poco si quieres vivir, dame dos minutos; quizás un poco menos...
Me dispuse a correr hacia ella, que aún estaba a una distancia prudente. Podía distinguir a otros de mis compañeros en la misma situación que yo, pero mi atención no se desvío en ningún momento. Comencé a correr hacia la harpía esa que osaba imitarme, pero sólo llegué a dar cuatro pasos. Me había caído al suelo de rodillas y apoyándome con las palmas de las manos... la brisa que generaba al correr resultaba más fría en la espalda de lo normal. Me llevé la mano derecha a la nuca, dejando la izquierda como apoyo. No... No... ¡NO!
- ¡¡¡PERVATIA!!! - Mi grito llenó la inmensa sala -o así lo sintieron mis oídos-. Había ciertas cosas de una dama que no se tocaban, y una de ellas era su pelo. Una pantalla de piedra apareció delante de mí, lo que esperaba que me permitiese ponerme de nuevo de pie. Sonreí. Estaba muerto, ¿no? Jugó con Elektra Samon y acabó muerto. Una risa dulce brotó de mi boca. Di unos seis pasos hacia atrás a partir de dónde estaba, y me cruce de brazos, esperando a la cada vez más pésima copia mía, ahora necesitaba un buen corte de pelo, ¿no?
Sonreía, cada vez más, pero por mucho que lo hiciera, no fui capaz de evitar que se me humedeciesen los ojos. Nunca había sido lo suficientemente fuerte. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 1:55 am | |
| El chrysos no pudo evitar sorprenderse al ver cómo su réplica sacaba su daga, su antigua daga, del bolsillo, pero no tuvo demasiado tiempo para pensar qué hacer ahora que su enemigo seguía desarmado y continuó con su ofensiva. En un primer momento, Lyam pensó que había funcionado: había logrado golpearlo en el talón, haciendo que durante unos segundos trastabillase. El chrysos, dispuesto a seguir con su plan inicial, intentó entonces avanzar hacia su mandoble, pero de nuevo no pudo hacer nada. El cambio de luces en la replica lo aturdió durante un instante, sintiéndose incapaz de discernir con claridad lo que sucedía a su alrededor durante unos segundos. Como resultado, la replica logró clavarle la daga en el brazo.
Lyam gruñó, y movió el brazo en un rápido y agresivo movimiento, más por reacción al golpe que por otro motivo. Dudaba que pudiese quitarle el arma a la replica: si luchaba como él, aquella aberración no dejaría que se acercase. También dudaba que pudiese acabar con él de una forma rápida, mucho menos si estaba desarmado, y si se enzarzaba en una eterna lucha, estaba convencido de que acabaría extremadamente cansado y de que durante el resto de la misión se sentiría mucho más débil que sus compañeros. De nuevo, sintió que necesitaba su mandoble. O su daga. Cualquiera de las dos le serviría, pero no tenía ninguna.
Frunció el ceño, y atento y dispuesto a esquivar o detener los golpes de la replica si esta decidía comenzar una ofensiva, Lyam buscó con la mirada el mandoble. Lo vio detrás de su adversario, a unos metros de él. Entonces, tras un segundo de duda, alargando con rapidez la mano derecha hacia el mandoble, gritó:
—¡Sakröm!
Había escuchado lo que su replica había dicho cuando le había arrebatado el arma, e intuía que el hechizo servía para acercarte cosas. Si a su replica le había funcionado, entonces, tal vez, si él lo conjuraba, lograba hacerse con la espada a pesar de que nunca antes había probado aquello. En caso de que lo lograse, el chrysos trataría de atacar rápidamente a su adversario, contando con que quizá la replica no esperase que se rearmase de ese modo. Si no, adoptaría una posición defensiva. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 2:21 am | |
| Parece que mi magia no le afecta demasiado y eso me hace espabilarme un poco al ser consciente de que mi vida corre peligro realmente. Quizá mi magia está fallando porque soy incapaz de concentrarme.
Trato de recuperar el control de mi cuerpo tras el conjuro que me envía, vatiendo las alas con fuerza y acercándome un poco más al suelo, por su acaso.
En cuanto el tipo que se me parece viene directo a mí para golpearme las costillas, hago uso de mis tofas y coloco la derecha en posición defensiva -con la zona de la porra cubriéndome el brazo- para cubrirme con ella el costado derecho y recibir ahí la patada.
Siendo su movimiento tan claro, no dudo en utilizar la de mi mano izquierda en posición de ataque para intentar golpearle a la cabeza. Aprovechando que vaya a centrarse en ese golpe y que estoy sostenido por mis alas, trato de rematar mi afrenta con una patada doble en su estómago, encogiendo los pies juntos contra mi vientre y soltándolos contra él con fuerza. Parece que mis compañeros están teniendo también complicaciones abajo. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 2:15 pm | |
| Es difícil mezclar con eficiencia la percepción espacial y la atención en tu enemigo, y más cuando hay tantos al mismo tiempo. He de confiar, más bien, en que mis compañeros sean capaces de evitar cualquier desvío enemigo hacia mí, o a cualquiera de nosotros.
El primer ataque a la Massen falsa es detenido por una barrera mágica envidiable. Mi ataque rebota, inútil, contra ella, y me veo obligada a tirar de la cadena para replegarla. Por el rabillo del ojo veo caer a Errald, pero estoy demasiado lejos para correr hacia él: Elektra deberá encargarse de momento, y apoyarla debe ser la acción principal de todos para garantizar nuestra supervivencia. Como he fallado, recibo el golpe. Es mi penalización por no hacer contado con ello, por no haberme protegido lo suficiente, por haberme cohibido un instante. Dejo ir un jadeo de dolor, sin querer, pero termino el golpe, y consigo tumbarla, recuperando mi posición erguida y conteniendo un quejido. No pierdo un instante y, aún con el dolor contundente en mi cuerpo, no tardo en lanzarme contra ella primero. Ya habrá tiempo de lamerse las heridas más tarde.
Lo primero que hago, aprovechando que está en el suelo, es lanzar una patada contra su cabeza, de lado a lado, a la sien, con potencia. Si la atonto, será más sencillo anularla. Si me abalanzo sobre ella sin más, con un arma de corto alcance, corro el riesgo de que reaccione y me vuelva a atacar con sus hechizos. Es entonces cuando veo venir a Massen, sangrando por la cara, desde la nariz. Desde la mitad de la nariz. Casi todas sus facciones inferiores están bañadas en sangre. Y de todos modos asiento, cuando me mira, dando a entender que comprendo la situación que me indica.
He de tomar mi decisión en menos de medio segundo, barajando tantas opciones que resulta complicado evaluar bien los pros y los contras. Si me interno en la penumbra corro el riesgo de que haya más que otra yo esperándome dentro, y en ese caso la desventaja sería notable. Si ayudo a alguno de mis compañeros las posibilidades de conseguir derrotar al rival común crecerían, dejando dos pares de manos libres para auxiliar al resto, pero, conociéndome, corremos el riesgo de recibir un ataque por detrás en cualquier momento. O otra vez desde arriba. Y luego está Errald.
Al instante siguiente estoy introduciéndome en la zona más en penumbra, con el cuerpo completamente iluminado y la kusarigama girando en la izquierda, veloz y amenazante, mientras la hoz permanece bien asida en la derecha. Busco en todas direcciones a esa perra, incluso arriba, y en los rincones. Debo cuidar especialmente mi espalda. Por mucho que se esconda en la zona más oscura, mi luz debería revelarla. En cuanto la vez, lanzaré la cadena, ya sea para enredar su cuello como para anular la que ella misma me lance, enredándose ambas. Lo siguiente será un chrysantae. Y luego, ya, buscar una brecha por la que ser letal.
Si no la encuentro, sin embargo, o si ella no me busca a mí, tendré que regresar al grupo. Cada segundo que me aleje es una mayor posibilidad de que mi otra yo vaya a atacar por un flanco diferente. Mi primera idea sería ir a apoyar a Elektra, que tiene dos enemigos, y atacar al que pudiese encontrar por la espalda, directa a la garganta, a cortar. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Jue Ago 28, 2014 5:09 pm | |
| No conseguí llegar a tanto como quería, pero al final pude desestabilizarla. Iba dispuesta a continuar mis ataques, pero se escabulló. Por otra parte, había oído a Errald, y Alehyss no estaba muy lejos de mí, así que mi objetivo estaba claro. El siguiente hechizo que tenía preparado para la falsa Alehyss fue al instante dirigido contra la falsa yo, directo a su cabeza, aprovechando que Alehyss la había tumbado y que su atención estaba centrada en ella.
-¡Cúbreme y busca a la tuya! -dije a Alehyss rápidamente, indicándole con un cabeceo hacia dónde había ido.
Al instante tenía un nuevo aquaerum preparado, que lancé desde más cerca, pues había comenzado a aproximarme a ella. Esta vez lo dirigí hacia su vientre. Me preocupé, de todas formas, de no acercarme tanto como para quedar a su alcance. Estaba preparada para defenderme con un baadha si me atacaba, o para rematarla si dos aquaerums en la cabeza no habían sido suficiente. En caso contrario, iría a apoyar a Alehyss, de nuevo en busca de su copia.
Tenía un sabor metálico en los labios. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 12:39 am | |
| La falsa Dew se quedó en el suelo, pero pudo conjurar un Baadha para protegerse de la patada de Alehyss. Sin embargo, aquel fue su mayor error, pues cuando se quiso dar cuenta y su barrera ya no era efectiva, un golpe -bastante más fuerte de lo que la patada de Alehyss podría haber sido- impactó en su cabeza, haciéndola rodar varios metros, quedando finalmente boca abajo y sin sentido. La verdadera Massen no guardó clemencia y volvió a azotar su cuerpo esta vez incluso más fuerte (debido a lamayor cercanía) con su hechizo, dejando completamente fuera de combate a su copia, la cual, no volvería a levantarse. Massen ya no tenía que preocuparse más por ella. A los pocos segundos de haber quedado fuera de combate, la falsa Massen comenzó una extraña transformación y se convirtió en un brazo, algo podrido y de un color ya grisáceo.
Ahora Massen estaba libre, de modo que se unió a Alehyss en la búsqueda de la falsa Lester. Sin embargo su rival parecía haberse esfumado por completo.
Heylel se cubrió a la perfección del ataque de su rival, que quedó frenado debido al parón, momento que el aether aliado aprovechó para golpear con fuerza su cabeza, dejándolo fuera de combate debido al golpe certero y haciendo que este cayese al suelo con un fuerte golpe, seguramente acompañado por alguna fractura. Sin embargo este reaccionó desde el suelo lanzando dos aethes bastante fuertes contra Heylel desde el suelo.
Lyam era consciente del riesgo de su acción. Sin embargo, la fortuna estuvo de su lado, pues el mandoble reaccionó al hechizo y voló a toda velocidad hacia Lyam. Su copia no fue consciente de aquel acto y rápidamente sintió cómo la espada del moreno le atravesaba firmemente. Cayó de rodillas y su cuerpo comenzó a desintegrarse como el de la copia de Massen, dejando en su lugar otra extremidad. En este caso, inferior. También en muy mal estado.
El cráneo del parvus no fue más que una aceituna para la furiosa Jaogin y su cuerpo no tardó mucho en desintegrarse también, dejando en el suelo otro brazo de condición similar a las extremidades anteriormente reveladas.
Elektra cometió un error fatal: quedarse cruzada de brazos desarmada en medio de una batalla semejante no fue muy inteligente. El kusarigama voló a sus espaldas y enroscó su cuello con un par de vueltas. Un tirón la hizo caer hacia atrás y pudo ver cómo del cielo caía la copia de Alehyss con la hoz por delante para poner fin a la vida de la parvus.
La copia de Elektra aprovechó para atacar con dos Terra Der al rival más cercano y menos entretenido: Lyam.
-Ayayayay... esto se me está yendo de las manos... juju... ayayay...- Una voz quejicosa lloriqueó desde la nada. | |
| | | Elektra
Edad : 31 Mensajes : 263
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 2:10 am | |
| Frío en el cuello. ¡Dolor ahora! ¿Qué era eso? ¿Qué estaba pasando, no se suponía que los demás deberían encargarse de sus enemigos correspondientes? Mi cuerpo se cayó hacia atrás. Una sensación muy extraña se subió a mi pecho, ¡no podía morir! ¡Nunca!
Vislumbre entonces una figura en el cielo, la figura de Alehyss dispuesta a acabar conmigo. NUNCA. Extendí los brazos hacia delante.
- Terra Der - una esfera de piedra saldría disparada hacia ella, esperando desviarla un poco de su trayectoria o aturdiéndola; sólo necesitaba cualquier cosa para ganar tiempo.
Justo después del primero conjuro pronuncié uno segundo, pareciendo casi una misma palabra: ¡Baadha! Si el Terra Der no fue suficiente para evitar mi muerte, quizás una barrera entre ella y yo sí lo fuera, al menos durante unos segundos más. Quería cerrar los ojos, pero no debía. La respiración se me aceleraba cada milésima de segundo. La presión de la cadena en el cuello era lo peor, lo único de todo mi temor real entonces. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 2:46 am | |
| Al ver caer a la aberración, el chrysos rápidamente se pasó la espada a la otra mano, y con un veloz movimiento se arrancó la daga del brazo con la derecha. Soltó un quejido cuando el metal abandonó finalmente la carne, pero no se detuvo a pensar en ello, tampoco para ver lo que había quedado de su replica, y en su lugar observó a su alrededor, alerta, preparado para defenderse de una nueva ofensiva.
No obstante, el chrysos pronto cambió sus intenciones. Al ver cómo la replica de Alehyss ponía contra las cuerdas a una Elektra sorprendentemente desarmada, Lyam decidió centrarse en ayudar a su compañera en lugar de defenderse de los terra der que la replica de la parvus lanzaba contra él. Había visto, en aquel pequeño segundo de relativa calma, que el auténtico Errald estaba en el suelo, sabía Mithos si vivo o muerto, y no necesitaban una nueva baja en el grupo. Sin los parvus, serían cuatro, y todavía estaba aquella voz de fondo y sabía Mithos qué más esperándoles, porque el chrysos estaba convencido de que los habían estado esperando. Por eso, en cuanto vio cómo la replica de Alehyss se acercaba para acabar con la parvus, Lyam lanzó la daga hacia la cabeza de la chrysos, buscando que se le hundiese en la frente o, en su defecto, en algún punto de la cabeza. El chrysos esperaba que la replica estuviese tan concentrada en la parvus que no fuese capaz de ver venir el arma y que cayese con aquel golpe. Justo después de lanzar el arma, el chrysos pasaría de nuevo la espada a su mano derecha, y trataría de conjurar un baadha, buscando defenderse de los ataques del clon.
Lyam apretó la mandíbula. Notaba varias chispas recorriéndole la piel, pero no les dio importancia. Estaba furioso. Nunca en su vida se había arriesgado a que lo hiriesen para ayudar a una absoluta desconocida. Si la situación fuese otra, la parvus podía estar segura de que no habría intentado ayudarla.
Quería gritar.
fdr. te odio, petarda.
Última edición por Lyam el Vie Ago 29, 2014 2:53 am, editado 3 veces | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 2:48 am | |
| Parece que mis movimientos son más rápidos que los del otro tipo y consigo hacerlo caer al suelo con un sonido muy desagradable.
Cuando me planteo el bajar sobre él para rematarlo, veo que lanza dos hechizos hacia mí. Rápidamente asciendo todo lo que puedo para tratar de salir de la trayectoria de los conjuros y trazo un arco en el aire, hacia adelante, para volver a bajar en picado hacia el hombre con el que estaba peleando.
—¡Ntendbit! —Conjuro en mi descenso, y lo lanzo contra mi imitación, tanto para cubrirme si todavía puede alcanzarme algo de sus conjuros, como para atacar y rematar al aether con el que me enfrento. Una vez que suelto el conjuro voy frenando mi caída.
Una vez llegue cerca de las cabezas de mis compañeros, intentaré girar de nuevo hacia arriba para evitarlos o simplemente abrir las alas y cerrar las alas y dejarme caer con un pequeño salto. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 1:32 pm | |
| Aún buscando con Massen, resulta infructuoso. Ha huido para atacar, me parece evidente, y pronto los indicios del combate me hacen volverme de nuevo hacia los demás. Lanzo una breve mirada a Massen, que sigue sangrando, pero cambio de rumbo velozmente sin decir nada al respecto, tensando los músculos para dar las zancadas lo más largas posibles, para así llegar cuanto antes.
Quedan tres: Elektra, Heylel y yo. Errald sigue en el suelo, y necesitará, estimo, atención inmediata. No necesito acercarme demasiado a él para ser consciente de este hecho: un tridente brota de su cuerpo.
Mientras me acerco, percibo cómo Lyam trata de ayudar a Elektra lanzando un ataque desde la distancia, y me tenso un poco más, siguiendo la trayectoria del proyectil. Se está poniendo en peligro a sí mismo con esa opción. Apuro un poco más el paso, dirigiendo un breve comentario a Massen, sin detenerme.
-Heylel.
Yo no lo alcanzo porque vuela, pero si lo derriba debería ser fácil, entre dos. Hay que reducir el tiempo que Errald esté indefenso al máximo. Tenemos que acabar con esto de una vez por todas.
Me dirijo a toda prisa hacia Lyam, más bien hacia la copia de Elektra que se acerca a él, buscando entrarle desde el lateral izquierdo. Entre dos debería ser más sencillo, y ya he perdido demasiado el tiempo. Además, ella está desarmada. Si no consigo alcanzarla al menos, puede que consiga que él la embosque luego, como pasó con la doble de Massen.
Cuando estoy lo suficientemente cerca, a la carrera, me impulso con fuerza, hacia adelante, algo hacia arriba, haciendo un giro con el cuerpo para proyectar la bola de la kusarigama con más fuerza y velocidad que hasta ahora, lanzándola de forma mucho más agresiva usando la inercia de mi giro y del impulso. Pero esta vez no va al cuello, sino a la pierna derecha. Si la engancho, aprovecharé el efecto sorpresa para tirar, esperando que se desestabilice por un momento, utilizando ambas manos para tirar. Entonces me lanzaré hacia adelante a cortar su garganta con un corte horizontal. Busco su aorta. Aunque parece que lo que me vaya a encontrar sea una extremidad, ¿no?
Hubiese preferido ir a por mi otro yo. Pero esa puta estaba demasiado lejos. Y lo principal es no dejarse llevar por la rabia. Eso sería una falta de profesionalidad, y pondría en peligro a mis compañeros. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 1:59 pm | |
| Visto que no conseguíamos dar con la otra Alehyss, al final decidimos dar vuelta y unirnos a los demás. Yo tenía bastante claro mi objetivo, y me limité a asentir al comentario de Alehyss, viendo que había pensado lo mismo que yo.
Para cuando me volví hacia Heylel y su otro yo, mi compañero había conseguido lanzar al suelo al otro. Eso me lo dejaba mejor. Me acerqué a ellos rápida, corriendo con el fin de acercarme más, y en el mismo momento que dio contra el suelo, le lancé a la copia dos aquaerums, uno detrás de otro, ambos directos a la cabeza.
Si no era suficiente, seguiría aproximándome y atacando. En caso contrario, continuaría la carrera hacia los que estaban más allá, buscando ser de ayuda y atacando a la siguiente copia más cercana.
FdR.: Quiero un premio al post más cutre. Gracias, gracias. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 6:50 pm | |
| Ambos Aethes de la copia de Heylel golpean al aliado, que sufrió cortes por toda su superficie. No muy graves, ya que pudo evitar el grueso del ataque, pero no quedó indemne por completo. Heylel lanzó un decisivo tornado mágico hacia su adversario, aunque este pudo esquivarlo rodando hacia la derecha rápidamente y quedando con una rodilla en el suelo pero con la otra preparada ya para levantarse. Por suerte, la pequeña Dew, convertida en una especie de devoradora de rivales, no dejaba escapar a nadie de su oportunismo, ya que el aether simplemente pudo observar en silencio cómo aquellas esferas mágicas, algo deformadas por la velocidad, se estrellaban con fuerza contra su cara como dos grandes piedras, convirtiéndolo en polvo rápidamente, dejando tras de sí un tronco completamente mutilado, en tan mal estado como los demás. La triste Elektra bajó la vista y su triste boca se abrió, como asombrada, pues su pierna había sido atrapada por una serpiente metálica que, de un tirón, la tumbó en el suelo. Se quejó, pero cuando lo hizo, ningún quejido salió de su boca. Simplemente no podía hablar y, lo último que pudo ver fue la cara de Aheyss manchada con su propia sangre, antes de desaparecer y volverse una pierna. Instantáneamente después, Lyam sintió como su estómago se quiso salir de su cuerpo por la boca y su sien comenzó a sangrar tan fuertemente que quedó completamente tirado en el suelo, algo atolondrado, boca abajo. Sin embargo a su daga le dio tiempo a alcanzar a Alehyss en un brazo, lo que le hizo apretar sus labios en un gesto más aprendido que necesario. La falsa Lester perdió la concentración un instante y el fuerte hechizo parvus le golpeó en la quijada con tanta fuerza que se paró durante un segundo en el aire, estática, por el impacto. Al momento, dejó de ser una guerrera para convertirse en una cabeza, que cayó encima de Elektra. Al fin aquello se había acabado. Los chicos se juntaron en una pandilla. De pronto, la cabeza que había caído encima de Elektra desapareció. - Ayayayaaaaay...- Una cabeza apareció flotando.- Ayayayayay... por qué siempre le sale todo mal a mi.- Se quejó aquella anciana cabeza.- Ayayayay...- De pronto, el torso que anteriormente había sido el rival de Heylel desapareció y la cabeza de aquel señor se unió a un cuerpo y, poco a poco, sus otras extremidades fueron apareciendo y formando al anciano mientras las partes que habían quedado de los guerreros desaparecían, a favor de aquel extraño personajillo. Una vez estuvo formado al completo, habló con un muñeco que se sacó de su propia ropa. - ¡Booom! Ya no tengo edad para hacer estas cosas, Conejo. -Le llamó conejo aunque no tuviese ningún rasgo de conejo. - Las prisas nunca son buenas, ¿estáis de acuerdo conmigo, verdad?- Les preguntó asintiendo repetidamente a los chavales. Sin embargo se quedó parado un instante, retrocediendo en sus babuchas al ver a aquel grupo ensangrentado que le había dado caza.- Ayayayay... perdonad a este pobre viejo.- Masculló, algo asustado, pues ya no le quedaba ni pizca de poder mágico y pocas ganas de seguir luchando. - Mi nombre es... bueno, la verdad es que no tengo muy claro como me llamo porque cada persona me llama de una manera diferente.- Se explicó con voz acongojada. - Yo... yo no soy malo.- Se defendió.- Yo vivía feliz en una cajita en el despacho del fondo y entonces de golpe, alguien me cogió por el cuello de mi túnica y me arrastró fuera. ¡Que os eliminase! ¡A todos! ¡Eso es mucho trabajo después de treinta años inactivo!- Les vió con mayor interés.- Las copias no me quedaron del todo realistas... Las dos primeras... aquellas me quedaron mejor...- Se defendió, hinchando el pecho con orgullo y haciendo referencia a las copias de los líderes.- ¡Pero es que trabajar con tiempo es un primor! Se pueden ultimar detalles. ¡Tanta prisa que me han metido que ni un cuerpo para la base me dieron y tuve que utilizar el mío propio.- Exclamó, enfurecido con aquel que lo había importunado y sacado de su cajón. Aquel triquimañuelo danzarín y saltarín les rodeó, con fuerzas renovadas sin causa aparente.- ¡Ajujú! - No aprecía guardar ningún tipo de lógica en sus actos o palabras y de golpe sacó un enorme libro.- Si me dejáis marchar,- dio un salto y se volvió pequeñito y saltó sobre la cabeza del moribundo Errald mientras comenzó a baiar una polca. - Le salvaré la vida a vuestro compañero y os enseñaré un hechizo a cada uno. ¡Ajajá!- Dijo saltando de nuevo y transformándose en una nubecita negra de la cual brotaron un par de ojos que comenzaron a llorar lluvia.- ¡Si no tendréis que asistir a un funeral!- Bramó la nube.- Yabadú-chimpúm!- Se volvió de nuevo un viejo escuchimiflado y se apoyó de nuevo en su libro (casi tan grande como él) y les miró alzando y descenciendo las cejas tan rápido que una se le cayó al suelo.- ¿Qué me decís, muchachetetillos? ¡Abúuumpapám! ¡Venga, no tengo todo el día! | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 7:49 pm | |
| El chrysos notó el impacto de ambos terra der y cayó al suelo, boca abajo, sintiendo que sangraba por la cabeza. A pesar de que quiso incorporarse con rapidez, para volver al combate lo antes posible, Lyam tuvo que permanecer unos segundos en el suelo, fruto del aturdimiento. Soltó un quejido, y luego, lo más rápido que pudo, asiendo con fuerza el mandoble, se puso en pie, furibundo, chispeando con más fuerza. Fue entonces, al ponerse en pie, cuando vio que las falsas Alehyss y Elektra habían muerto, y que la parvus estaba perfectamente.
El chrysos no se paró a ver cómo estaba el clon restante, el de Heylel, y dando largas zancadas, apretando el mandoble, se dirigió a Elektra, todavía sangrando tanto por el brazo como por la cabeza; al acercarse, le dedicó una rápida mirada a Alehyss, la real, que tenía la cara ensangrentada.
Recogió su antigua daga, y luego, ya con el arma en un bolsillo, miró a la parvus.
—¡¿QUÉ DEMONIOS CREES QUE HACES?! ¡¿A TI TE PARECE NORMAL CRUZARTE DE BRAZOS DESARMADA EN MEDIO DE UNA PUTA BATALLA, MIENTRAS TODOS TUS COMPAÑEROS, TODOS ELLOS, ESTÁN LUCHANDO?! ¡¿EN QUÉ COÑO ESTABAS PENSANDO?!
El chrysos sabía que perder la calma durante una misión no era algo para nada recomendable. Sin embargo, estaba furioso, muy furioso. Y ver a esa gilipollas ahí, perfectamente, sin un puto rasguño a pesar de lo petarda que había sido no ayudaba a calmarlo.
—Si vuelves a hacer una gilipollez así, te juro que no pienso ayudarte —siseó. Luego se dio la vuelta, todavía chispeando, y avanzó hacia el grupo. Por el camino se fijó, esta vez sí, en lo que quedaba de los cuerpos, y no pudo evitar alzar las cejas al ver cómo las piezas se regeneraban, sorprendido, pero tampoco le dio demasiada importancia.
Lyam escuchó las palabras del mago que había salido del conjunto de ambas piezas, con el ceño ligeramente fruncido. De vez en cuando, mientras el hombre hablaba, el chrysos se llevaba la mano a la cabeza, palpando la herida, maldiciendo por lo bajo. También dirigió alguna que otra mirada a Errald. No quería que el hombre se marchase: quería hacerle preguntas, interrogarle, sacarle toda la información posible y que explicase cómo había hecho aquellas copias, qué había más allá de aquella sala y cómo destrozar aquel lugar. Sin embargo, tampoco quería que el parvus muriese, no porque Errald le diese algún tipo de pena, sino porque era una baja en el equipo. El hechizo, por su parte, poco le importaba.
Apuntó a la garganta del hombre, con el mandoble, serio. Una chispa recorrió su muñeca.
—Primero cúralo. —Frunció el ceño—. Luego hablamos.
Si el mago suplicaba porque lo dejasen huir, e incluso les ofrecía un trato, entonces ahora no podía suponer un peligro.
Última edición por Lyam el Dom Ago 31, 2014 4:56 pm, editado 1 vez | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 8:35 pm | |
| Noto, al instante, la sangre de la falsa Elektra en la cara. El calor, palpitante, me hace quedarme inmóvil un momento, con los ojos muy abiertos, contemplando cómo el cadáver se descompone ante ellos hasta dejar, una pierna, allí donde había estado. Me yergo entonces, en tensión, mirando a mi alrededor, comprobando que todos han caído, pasándome el brazo por la piel para eliminar la mayor parte de la sangre. No bajo la guardia en ningún momento. Todavía queda, estimo, el dueño de esa extraña voz que salía de ningún sitio.
Lyam está en el suelo. Antes de que vaya a ayudarlo ya lo está haciendo por sí mismo, y le dedico un asentimiento leve antes de volverme. Errald está en el suelo, también, aunque su estado es mucho más lamentable. Necesita atención urgente.
-¡Massen! -llamo, severa, acercándome al parvus, hincando una rodilla en el suelo, a su lado, sin perder de vista los alrededores. Hablo al resto-. ¡No perdáis de vista todo lo que...!
Una voz se superpone por encima de la mía. Lyam grita, a Elektra. Se ha acercado a ella en este tiempo. No he podido comprobar la veracidad de sus palabras, estaba lejos de ella cuando la otra yo atacó, pero no tengo tiempo para esto. Ya pasó la última vez. Lo peor que puedo hacer es intervenir cuando nos encontramos en una situación crítica como esta. Lo miro a él, desde el suelo, junto al cuerpo de Errald.
-Lyam, cálmate -pronuncio, sin más, mirándolo fijamente, completamente seria-. Estad atentos a todo. Está muy mal.
Si lo que dice es cierto, ya cargará ella con la vergüenza de haberse relajado en una situación como esta. Yo, sin embargo, reviso el cuerpo: compruebo la respiración, calculo a ojo la cantidad de sangre perdida, le tomo las pulsaciones... Desde luego, ya era evidente antes, pero su estado es crítico. Podríamos intentar sellarlo con el fuuchi de Massen, pero dudo que arrancar el tridente de su carne sea una solución adecuada. Y es posible que con un hechizo así no sea suficiente. Aprieto la mandíbula, tensa.
De pronto algo pasa, la situación cambia, y aprieto de nuevo el arma, manteniéndome tensa en el suelo, con las piernas preparadas para ponerme en pie de un solo salto si fuese necesario. La cabeza ha desaparecido. Miro todo lo que mi vista alcanza a ver, recorriendo la estancia con los ojos, hasta dar con una cabeza flotante. Dejo de respirar por un segundo, muy tensa, preparada para reaccionar, mientras el cráneo habla como si llevase un cuerpo pegado a sí. Y no tarda en ser así. Las partes del cuerpo que hace nada eran nuestros adversarios, nuestros dobles, se reúnen en un solo cuerpo, como pretendiendo que crea que eso es algo normal. Y no separo los ojos de él, irguiéndome finalmente, agresiva. Mantengo una distancia prudencial, pero me acerco un poco, teniendo ya varias opciones de ofensiva claras en la mente, dependiendo de la ofensiva que realice. Por poco agresivo que parezca, no estamos como para fiarnos del primero que venga.
"Perdonad a este pobre viejo." Aprieto el mango de la hoz con la diestra con furia, aunque mi rostro no sufre mucha alteración: solo se tensan algunos músculos, notándose más bajo la piel, pero no lo suficiente como para deformar la expresión. Tengo ganas de varias cosas ahora mismo, pero perdonarlo no es una de ellas. No obstante, dejo que hable. Ahora mismo tenemos pocas opciones, y quizás sus palabras nos esclarezcan algo. Lo que vamos a encontrarnos más adelante, por ejemplo. A medida que habla, me hierve más la sangre. ¿Que no es malo? No soy nadie para juzgar eso. Ha intentado matarnos. Nos ha herido. Y lo dice todo con la misma frivolidad que un loco que ni siquiera comprende la situación en la que se encuentra. Su burla constante no hace sino empeorar mi humor, pero mantengo el gesto estoico pese a todo. Lyam se encarga de amenazarlo e imponer una condición más que adecuada. Asiento, calma.
-No solo a él. También a nosotros -añado, casi diría que exijo. Yo no estoy más que magullada, apenas, pero Errald no es el único con heridas notables. A Massen y Lyam no les sobraría un arreglo.
Me lanzaré sobre él si intenta cualquier cosa extraña. No obstante, dudo que con nuestros medios podamos encargarnos de Errald. Por mucho que haga al parvus, dudo que empeore la situación para él. Si puede curarlo, debería ser capaz de curar las heridas que ha ocasionado. Esto me parece una burla. No obstante, temo que si inicio la violencia huya sin más.
-¿Las otras copias han caído también? -inquiero, con frialdad, sin dejar de seguir sus repentinos cambios con los ojos, estoica.
Quizás seguir adelante nosotros solos sea un peligro, a estas alturas. Si los líderes vienen hacia aquí podríamos contar con su apoyo de nuevo. Aunque presumo que, de haberlas derrotado ya, no habrían tardado en aparecer. Mierda. De no ser por el estado del parvus no tendría nada en contra de degollar a este hombre aquí mismo, así suplicase clemencia entre gritos. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 9:11 pm | |
| Cuando vi que el Heylel falso quedaba reducido a un trozo de cadáver, no me detuve más, sino que eché a correr hacia los otros, buscando ayudarlos. Sin embargo, negué cuando Alehyss me llamó. Había visto a Errald.
-No servirá con eso, Alehyss -respondí, con voz algo angustiada, sintiéndome frustrada y algo inútil-. Por él no puedo hacer nada.
Cuando Lyam se encaró con Elektra, me apresuré a acercarme y lo tomé por el brazo, tirando ligeramente de él, seria. Alzando una mano, toqué su sien para invocar un fuuchi en ella, y después repetí el proceso con su brazo.
Aún entre jadeos por el esfuerzo, me pasé un brazo por la cara, limpiándome (o espaciéndome) la sangre.
-Para, Lyam -supliqué, empezando a desesperarme por la situación-. No podemos discutir entre nosotros. Por favor.
No tuve mucho tiempo de pararme a decir mucho más, pues algo volvía a pasar a nuestro alrededor. Observé cómo aquel extraño hombre tomaba forma. Parecía un auténtico desquiciado. Casi me daba escalofríos. Y, ante su propuesta, no pude sino apretar los puños, ofendida.
-Mejor que por tu libertad suplica por tu vida -escupí, con los ojos entornados, sintiéndome extrañamente fría al decir aquello-. Déjate de hechizos y cúralo si quieres conservarla.
Tragué saliva. Pese a que Alehyss estaba controlándolo y que sabía que no podía hacer nada por arreglar semejante estropicio, acabé por arrodillarme a su lado, buscando alguna solución. Miré a Alehyss, como preguntándole a ella.
-No puedo cerrar heridas en profundidad -expliqué-. Solo sirve para la piel. Si hago algo, quedará abierto por dentro.
Miré alrededor, buscando entre el resto de mis compañeros alguna otra herida que mi magia pudiera cerrar. | |
| | | Elektra
Edad : 31 Mensajes : 263
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 10:12 pm | |
| Una cabeza cayó sobre la barrera que había creado, incluso antes de que el cuerpo de la falsa Alehyss llegase a tocarla. ¡Esa cosa era realmente asquerosa! Me aparté un poco manteniendo un brazo en alto para que cuando deshiciese la barrera eso no cayese sobre mí. Rápidamente me quité la cadena del cuello, ya no me hacía tanta presión, pero seguía suponiendo una molestia. Me levanté con cuidado, sacudiendo un poco el vestido por si se había ensuciado mucho y entonces un sonido ensordecedor comenzó a sonar.
Me giré hacia Lyam, si es que ese era su nombre, ya casi ni me acordaba. Me estaba gritando... a mí. Mi cara permaneció impasible mientras chillaba; estaba herido. ¿Cruzarme de brazos? ¿No ayudar a mis compañeros? Volví a recordarlo otra vez, mi pelo... Todos nos estaban mirando... Uno, dos, tres... hasta nueve fueron los pasos que dí para acercarme a Lyam. Levanté la mirada. Sonreí.
Nunca he pedido tú ayuda, ni la he necesitado
Seguí caminando, para acercarme hacia Jaoguín y cogerlo con la mano derecha. No pensaba discutir, nunca lo haría, y rebajarme. Los otros tenían razón: estábamos en una misión. Ya tenía suficiente problema con mi pelo como para discutir con el chrysos deslenguado, que dijera lo que quisiera. Él conocía su versión, yo la mía. No pensaba entrar en polémica.
Entonces, la voz anciana de la cual ya me había olvidado pareció brotar de la cabeza, que ahora flotaba... Poco a poco se unían otras partes mutiladas, probablemente, procedentes del resto de copias. Qué pesadez, me dolía la cabeza, quería volver a palacio.
Me quedé apuntando con el tridente a la figura nueva, a la vez que escuchaba sus palabras. ¿En serio? Nuestra misión era acabar con el enemigo; sin embargo... Errald me había salvado de un ataque fatal, se merecía mi ayuda. No dije nada, sólo asentir a las palabras de mis compañeros. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Vie Ago 29, 2014 11:57 pm | |
| A pesar de que el aether esquiva mi hechizo, puedo mirar a Massen rematándolo y haciendo que desaparezca. Se lo agradezco desde el aire, mientras mrio a mi alrededor por si puedo hacer algo para ayudar a alguien. Lo único que encuentro son trozos de un cuerpo que me hacen sentir de nuevo un retortijón en el estómago, pero no hay nada más que pueda echar fuera.
Bajo rápidamente al suelo al ver gritar a Lyam, pero sobre todo por el estado de salud de Errald. Me acerco a él y le sostengo la cabeza, preocupado, escuchando las palabras de unos y otros. Todos le han dicho ya a Lyam que se calme así que no veo necesario repetirlo. Elektra reacciona bien a su provocación, evitando discusiones. Mejor así.
—Errald, respira tranquilo, vamos a encontrar una solución —Intento decirle apra tranquilizarlo. Miro a Massen y a Alehyss mientras hablan de si tenemos o no tenemos algo útil con lo que ayudarlo. No puede ser que Errald vaya a morirse ahora. Simplemente mi cerebro no puede aceptarlo. Todo es demasiado irreal y siento que no estoy lo preocupado que debería porque no soy capaz de creerme nada de esto.
Entre tanto, un hombre mayor ha surgido de lo que quedaba de nuestros oponentes -que evitaba mirar directamente- y se pone a saltar y reír mientras habla muy contento pidiendo piedad. Soy el primero en evitar muertes innecesarias, pero que lo diga de esa forma hace que no pueda creerlo del todo. Eso, junto a las extrañas formas que hace con su cuerpo, no me tranquiliza.
—Chicos, por favor... —Reclamo con preocupación, todavía sosteniendo al parvus —Salve a nuestro compañero, por favor. Lo demás no importa, pero sálvelo —Suplico al extraño hombre de la barba. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Sáb Ago 30, 2014 1:13 am | |
| Recogió su ceja y sopló para quitarle el polvo.- Bueno, bueno... ¡kapún!- Dijo colocándosela de nuevo.- Conejo, viejo amigo.- Le habló a la cara que agarraba de los pelos.- Estos niños de hoy en día... ¡Carambola como son de impertinentes! ¡Chimpúm!- Se transformó en una cometa y voló alrededor de todos ellos con rapidez. Se frenó cerca de ellos y habló con orgullo, haciendo una reverencia y destapándose rápidamente la cabeza, dejando ver un nido de pajaritos en su calva cocorota.- ¡Dubidú!- Dio una voltereta en el aire y despareció de nuevo, para aparecerse con forma de un hombre fortachón y con bigote.- ¡Ojojó! Nonono las dos primeras copias están hechas a partir de mejores materiales que mi viejo cuerpo. ¡Esas sí que son fafafafafabuloooosas! ¡Materia prima de calidad!- Rió, poniéndose incluso colorado.
-Veréis.- Dijo adquiriendo la forma de Lyam, comenzando una burda imitación suya.- ¡¡CLARO QUE PUEDO CURAR A VUESTRO AMIGO!!- Le chilló en la cara.- AUNQUE NO CREO QUE PUEDA SALVARTE A TI DE SER FEEEEEEEO.- Se desapareció en el acto y apareció convertido en una Massen de la cual brotaban tres cabezas: una de la propia Massen, otra de Alehyss y otra de Elektra, que al coro, chillaron.- ¡Nos encanta ser chicas durante tres semanas al mes!- Rieron, imitando sus voces.
Luego volvió a ser él mismo, aplaudiendo.- Veamos...- Dijo una vez saciado de hacer tonterías.- Se acercó al parvus y se frotó las manos con pavorosa velocidad y de repente, agarró el tridente y chilló con fuerza, arrancándolo sin muchos miramientos.- BUAAAAAHAAAA.- Se desahogó. Metió un dedo en en un agujero, un dedo en otro agujero y su nariz en el agujero que faltaba para cubrir los tres del tridente y se convirtió en una gaita para empezar a insuflarle aire al parvus.- ¡CHINCHARABÍMPUMPÚM!- Dijo riéndose y apartándose de golpe del parvus, que abrió los ojos súbitamente sin un sólo rasguño.
Aquel excéntrico viejo le estrechó ambas manos con las suyas, mientras que un par de manos más salieron de su cuerpo para inspeccionarle los ojos, las orejas y hasta las muelas.- ¡Ya tengo la mitad del trabajo hecho!- Rió, separándose en dos mitades para luevo volver a juntarse, dejándolo a un lado para ponerse en frente de todos ellos, abriendo su enorme libro por un donde el separador lo indicaba.
Entornó sus ojos golosos.- Si tocáis con la palma en este libro, todas vuestras heridas se curarán y un nuevo hechizo entrará en vuestras vacías cocorotas.- Su cabeza comenzó a flotar, separándosele del cuerpo por un momento para luego volver a su sitio.- Sólo tenéis que decir: ¡BADÚM BADÚM BAYERO, EL DUENDECILLO DE CHOMPSVONFLINKERNBUR ES TODO UN CABALLERO!- Un sombrero de copa le apareció de repente.
Sonrió enormemente.- Venga, ¿quién va a ser el primero? Os aconsejo que os deis prisa. El tipo de la puerta del fondo parecía realmente entusiasmado por veros. Es un tipo algo raro. ¿Crostrer? Creo que había dicho eso... ¿Prespo? ¿Fletcher? ¿Presper? Algo así. Sonrió, aún aguantando el libro.
- Habéis sido considerados, pero ahora debéis dejar que me marche.- Comentó mirando con los labios apretados en una sonrisa mientras sus ojos se engrandecieron y pestañearon tan rápido que comenzaron a dar vueltas en sus órbitas.- ¡JUJUÚ!
FDR: Si Massen toca el libro se curará y aprenderá: Baghu Si Alehyss y/o Lyam tocan el libro se curarán y aprenderán: Imôo Si Heylel toca el libro se curará y aprenderá: Gültar O’Resïp Si Elektra toca el libro se curará y aprenderá: Brrën Si Errald toca el libro no aprenderá nada.
| |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Sáb Ago 30, 2014 1:31 am | |
| Pese a que el hombre sigue haciendo cosas extrañas, parece que nos hace caso y ayuda a Errald.
Me asusto bastante cuando la arranca el tridente de golpe con ese grito y llego a pensar que nos ha tomado el pelo y va a rematarlo, pero antes de que pueda incluso gritarle algo, el hombrecillo empieza a tocar sus heridas hasta que Errald se despierta de golpe.
—¡Errald! ¡Bien, sigues con vida! —Me alegro enormemente y lo suelto para que pueda respirar a gusto. Luego me pongo en pie.
Las siguientes palabras del hombre son los hechizos que nos ha prometido, pero su libro me sigue dando mala espina. Miro a mis compañeros.
—Ha cumplido su parte del trato... —Les comento. Ha dicho que si le dejabamos irse, salvaría a Errald y lo ha hecho. Ahora tenemos que respetar nuestra parte.
Me acerco y toco el libro.
—Badúm badúm...bayero, el duendecillo de... chomps...vonflinke...vonflinkernbur... es todo un caballero... —Digo, algo nervioso y aprieto los ojos esperando cualquier cosa que pueda pasar. A fin de cuentas, si es una trampa, soy la menor pérdida del grupo. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Sáb Ago 30, 2014 11:22 pm | |
| A pesar de las transformaciones y movimientos del mago, el chrysos trató en todo momento de no quitarle el ojo de encima, atento a todos sus movimientos, asiendo con fuerza el mandoble, preparado para atacarle o defenderse si el hombre hacía algo extraño. Cuando le chilló a la cara, Lyam frunció el ceño, y de nuevo, acercó el mandoble a la garganta del hombre, amenazante, notando cómo la rabia bullía en su interior. Sin embargo, a diferencia de antes, se contuvo. Alehyss y Massen tenían razón: debía calmarse, o todo iría a peor.
Lyam observó en todo momento al hombre mientras este curaba a sus compañeros. No pudo evitar sorprenderse con sus métodos, que le parecieron extraños y absurdos, pero trató de manterse serio y de que aquella confusión no se reflejase en sus gestos. No obstante, cuando el mago mencionó que alguien los esperaba en la siguiente sala, el chrysos no pudo mantenerse estoico y frunció mucho el ceño, apenas un segundo, mientras observaba al mago, incrédulo. La mano le tembló un segundo, y a punto estuvo de acercarse al hombre a exigirle más información, pero de nuevo, se contuvo. Aquello sería estúpido y solo demostraría que tenía los nervios a flor de piel, pensó, apretando la empuñadura del mandoble. Y además, Prosper estaba muerto. Él lo había matado. Prosper no podía esperarles. Era imposible.
El chrysos tomó aire. Fue entonces cuando vio a Heylel acercándose al libro, no solo aceptando el chantaje del hombre, sino ignorando las palabras del resto de sus compañeros. Lyam entonces ya no pudo mantenerse en silencio, y con un tono más frío de lo esperado, siseó, mirando a aquel traidor, porque sin duda no había otra palabra para definir a aquel puto vendido:
—Solo tú, Heylel, has aceptado ese trato. —Torció una sonrisa, y miró al mago—. El resto hemos dicho que después de que lo curases hablaríamos. —Se acercó a él hasta reducir al máximo la distancia, apuntándole de nuevo con el mandoble, dispuesto a atacarle si intentaba iniciar alguna ofensiva—. Y creo que aquí, aparte del aether, nadie ha hablado contigo. —Alzó ambas cejas—. No te irás a ningún lado hasta que decidamos qué hacer contigo. Como ha dicho Massen, preocúpate más por tu vida y menos por tu libertad.
Hablaba sin mirar a sus compañeras, porque estaba ocupado vigilando al hombre, dispuesto para lanzarse a por él en caso de que intentase huir, con la mano libre dentro del bolsillo donde tenía la daga, preparado para arrojarsela en cuanto se moviese en caso de que lograse apartarse del mandoble. Le importaba una mierda el hechizo, así que si ellas querían acercarse y conseguirlo, podrían hacerlo mientras él vigilaba, o eso esperaba.
—Deja a los líderes avanzar. Que sus replicas desaparezcan. —Frunció el ceño—. Y dinos qué hay más allá de esta sala, quién nos espera. —Torció una nueva sonrisa—. Eso es lo que yo quiero a cambio de tu libertad. Ahora, que las chicas pidan. Y si no nos obedeces, entonces —ensanchó la sonrisa— nada de libertad.
fdr. si massen, alehyss o elektra intentan detenerlo, SE PARA. SE PARA DE VERDAD. Y NO HACE NADA SI ELLAS LO IMPIDEN O LO MIRAN EN PLAN "QUIETO PARAO FIERA". PARADO DE VERRRRRRRDAD. NO COMO EN LA ANTERIOR. 100% PARADO. Y LAS ESCUCHA, Y ACEPTA LO QUE DICEN, PERO, ESO SÍ, SIGUE VIGILANDO AL TIPO, Y APUNTÁNDOLE. PERO HACE CASO DE LO QUE QUIERA EL GRUPO (SIN HEYLEL) NO SÉ CÓMO NARRAR ESO PARA QUE SE ENTIENDA, PERO ESO ES LO QUE HARÍA EN CASO DE QUE ELLAS LO IMPIDAN, LE DIGAN QUE SE PAREN, HABLEN ANTES CON EL MAGO O DEMÁS DERIVADOS. | |
| | | Elektra
Edad : 31 Mensajes : 263
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Dom Ago 31, 2014 1:06 am | |
| El mago extraño comenzó a moverse de un lado a otro, ofreciéndonos múltiples transformaciones y haciendo de ello un espectáculo nauseabundo. Mi tridente se mantenía firme frente a él -en las ocasiones en las que se acercaba- mientras me convertía en testigo de todas las tonterías que hacía. Arrancó el tridente de la espalda de Errald, y sin que nadie hubiera aceptado el trato, decidió curarlo. ¿Había decidido elegir por nosotros? Desde luego era impulsivo.
Una de sus transformaciones me sacó un poco más de quicio de lo que estaba... Pude observar como una vulgar figura de tres cabezas de burlaba de nosotras -las chicas- en nuestra propia cara. ¿Y pretendía que le dejásemos escapar? Ni loca.
Heylel, por otro lado, parecía estar de acuerdo con el patético arlequín. Se dignó a acercarse al libro y tocarlo mientras pronunciaba las ridículas palabras que había que hacer frente para conseguir un hechizo... Se había vendido.
- Os recuerdo que nuestra misión no es dejar escapar al enemigo... - sonreía a la vez que mis ojos miraban a Heylel, aunque mi cara apuntase junto a Jaoguín hacia el hombre -. Creo que más bien es todo lo contrario.
Lamentaba tener que darle la razón a Lyam, pero no iba a comportarme de manera infantil en ese momento.
- Errald ha sido curado antes de pudiéramos haber dado una respuesta al trato - en ningún momento me dirigí hacia el hombre que continuaba con sus jueguecitos -. Yo no he venido hasta aquí para dejar que se escape el enemigo.
Seguí sonriendo, y esperaba que mis compañeros tuvieran un poco de juicio -ya veía que no todos lo tenían- y estuvieran de acuerdo conmigo. Mi mirada acabó posándose de nuevo en el enemigo.
- Además, si no recuerdo mal, tú fuiste quién hirió a nuestro compañero - mi sonrisa se mantenía firme -. Y quién ha intentado matarnos a nosotros.
Recordaba la cadena en mi cuello, no iba a dejar escapar al autor que me había hecho aquello.
- Si eres un mago tan poderoso, huye por tus propios medios - mi discurso se caracterizó por una constante sonrisa y tono calmo. Estaba demasiado histérica, y un poco harta de la misión. No me había quedado otra opción más que abrir la boca, esperando que ningún otro compañero se uniese a la traición. Jaogín saldría disparado en cualquier momento. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Dom Ago 31, 2014 2:15 am | |
| La situación se está volviendo demasiado ridícula, a mi parecer. No solo estamos siendo insultados, y con una burla tan vulgar y ofensiva que ni siquiera me resultaría irrisoria en una situación más relajada, sino que además nos vemos obligados a mantener una situación tensa innecesaria ante un enemigo que se hace el vencido, pero que no deja de jugar con nosotros. Me saca de quicio. Para colmo, Heylel cede el primero, caminando hacia el libro sin poner precauciones de por medio, manso y servil como si la recompensa fuese merecida y de fiar. Pero no se la está ofreciendo otro que el que ha rajado la cara de Massen, atravesado a Errald, que por suerte ha despertado y parece a salvo, y, en resumen, tratado de matarnos a todos. Fuesen o no órdenes, no considero propicio el actuar de un modo tan arriesgado, dando al que fue nuestro enemigo, al que lo sigue siendo en potencia, y casi lo confirma en acto, el placer de ser perdonado sin más, como el que excusa a un niño que ha roto algo, justificándolo en su falta de conciencia, cuando ya tiene la suficiente como para decidir sus propias acciones.
Para colmo, para acabar con la reunión de acontecimientos burlescos, el extraño anciano se dedica a reiterar nombres que se asemejan a uno que cuatro de los presentes conocemos, quizás como una más de sus bromas, que intenta minar nuestros ánimos. Pero mi pulso no tiembla, y me mantengo rígida. Solo con un gesto me bastaría para atacar. Aunque sus continuos desplazamientos y transformaciones tampoco facilitan esto. Podría haber huido de haber querido. Eso lo tengo claro. Es lo único que me insta a creer que quizás no sea más que un pobre diablo loco y atormentado. Pero eso no significa que el peligro haya desaparecido, o que vaya a permitir que se mofen de mí sin reaccionar siquiera.
Busco con la mirada a todos mis compañeros, pretendiendo calmar los ánimos antes de empezar a hablar.
-¿Es "Prosper" el nombre que buscas? -inquiero, fría, siseante, con los ojos clavados en el cuerpo cambiante del hombrecillo-. ¿Es algún tipo de broma más? ¿O es otra artimaña tuya en la que una réplica de alguien aparece? -añado. Pese a la frialdad, mantengo la compostura, sin hacer ademán alguno de abalanzarme u ofenderme por su comportamiento.
Lyam se muestra agresivo, pero, afortunadamente, se controla. Le dedico una mirada, buscando que se contenga por completo. No quiero generar más tensión teniendo que pedirle que se calme de nuevo. Estamos en una situación delicada.
-Si tienes forma de controlar a las réplicas de los líderes, hazlo -exijo, con voz tranquila, coincidiendo con él-. Danos la información que tengas sobre las salas que siguen: puntos débiles, trucos, todo-. Niego ante las últimas palabras de Elektra-. No intentes huir. Te garantizo que no te haremos daño si colaboras -aseguro, mirándolo fijamente a los ojos, con la voz muy serena, relajando ínfimamente el gesto, suavizando un poco la voz-. Estoy segura de que todos comprenderán que has actuado por coacción si no opones resistencia y respondes a nuestras peticiones. No queremos derramamientos innecesarios de sangre.
No tengo problema en romper la promesa si la situación lo propicia. De todos modos, espero no tener que hacerlo. Si todo va bien, no debería ser necesario. Si de verdad quiere evitar los problemas con nosotros, si de verdad ha sido obligado a todo esto, cosa que todavía dudo, debería mostrar un poco de respeto y cabeza. Venimos a detener a su presunto captor. Si su historia fuese cierta, ayudándonos estaría salvándose a sí mismo, pues dudo que si pasamos de aquí no sufra algún castigo después de su derrota. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Dom Ago 31, 2014 2:54 am | |
| El constante cambio al que se sometía aquel ser extraño no hacía sino ponerme más y más nerviosa. Pronto había invocado de nuevo dos aquaerums en mis manos, dispuesta a lanzárselos y conteniéndome apenas. Estuve a punto de hacerlo cuando lo vi acercarse a Errald, pero tal y como yo misma había dicho antes, nadie más podía hacer nada por él: si lo dejaba acercarse, podía curarlo o matarlo; si se lo impedía, a Errald solo le quedaba la muerte.
Y, pese a todo, no pude evitar una profunda oleada de ira cuando insistió con aquello, como si no nos hubiera escuchado. Como si hubiéramos aceptado sus condiciones. ¿Desde cuándo un vencido tenía derecho a imponer condiciones? Por eso, cuando vi a Heylel acercarse tan decidido, no pude evitar echárselo en cara.
-¡¿Pero qué estás haciendo?! -exclamé, profundamente ofendida, sin creer lo que veía-. ¿De verdad te vendes así de fácil? ¿También lo harás cuando lleguemos al final? ¿Dejarás escapar al que ha organizado todo esto a cambio de un estúpido hechizo? ¿Y si él mismo es la cabeza de todo y solo está jugando con nosotros? ¿Qué, Heylel, qué pasa entonces?
No podía creerme que Heylel hubiera hecho algo así. Y, pese a todo, apreté los dientes en inspiré hondo, aún con los aquaerums en ambas manos. Lyam vigilaba al mago de cerca, pero yo también tenía los ojos fijos en él. Las condiciones en las que mis compañeros insistían me parecían, de lejos, más lógicas y adecuadas. Sentí un escalofrío cuando Alehyss dijo en voz alta lo que llevaba evitando pensar un tiempo. Aquello estaba siendo demasiado.
Me dirigí directamente a él, acercándome unos pasos y apuntándolo con ambos aquaerums, con expresión fría y fiera.
-Como vea que haces el menor gesto por escapar, te clavaré estos dos hasta atravesarte -gruñí entre dientes, incapaz de contener mi furia.
Y, de hecho, eso pensaba hacer. Por supuesto, él debía hablar primero. Todos los datos que pudiéramos recibir de él serían un aporte a nuestra misión, y no pensaba rechazarlos. Pero tampoco iba a dejar que se fuera. Jamás. Tampoco estaba tan segura de que de verdad se hubiera quedado sin recursos. Desde luego, no era aquello lo que parecía, vista su forma de actuar.
En el momento en el que viera cualquier amago de huida, pensaba utilizar toda mi rapidez y mis reflejos para encajarle ambos hechizos. Como mínimo, pensaba detenerlo e inutilizarlo. Y, si además podía hacerle daño, mayor sería mi satisfacción. | |
| | | Errald Halvard
Edad : 38 Mensajes : 141
| Tema: Re: El fin de una era. El firme propósito de Brontë. Dom Ago 31, 2014 4:27 pm | |
| Abrió los ojos de golpe, tomando una enorme bocanada de aire y boqueó un par de veces. Rápidamente vio a su alrededor y se situó. Le reconoció al instante. Qué pesadez de duende...
Se levantó y se limpió un poco la cara.- Gracias...- masculló a todo el mundo, sorbiendo por la nariz, algo afectado.
Aquello formaba parte del plan. Conocía a la perfección la forma de actuar de aquel energúmeno: primero te atravesaba y luego te pedía si le dejabas huir a cambio de cualquier recompensa o cura.
Sin embargo, necesitaba herirse de muerte para que sus compañeros aceptasen el trato de cambiar su libertad por su vida y alguna recompensa de duende retrasado, así el mágico señor podría salvarse y huir. Sin embargo el plan parecía que solamente funcionó a medias... y si un plan funcionaba a medias, era un plan fracasado.
Creyó entonces que aquella situación necesitaba un cambio de rumbo. Pudo observar cómo únicamente Heylel aceptó el 100% de las condiciones del duende. Maldición... ¿Y el resto? -Disculpadme pero creo que estoy en deuda con este hombre.- Dijo caminando hasta llegar al enorme libro que el hombre sostenía y apoyó su mano en él, con aire apesumbrado.
Cambio de planes. Debo proteger a este gilipollas. | |
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