Comedor

El día había transcurrido con normalidad, pero se me había pasado un poco la hora. Después de una mañana de entrenamiento y una tarde en la biblioteca, no era de extrañar que me rugiese el estómago.

Tomé asiento en una de las mesas. En un día corriente, habría llegado antes y ya habría terminado a estas alturas. Pero, a pesar del desajuste horario, el menú seguía siendo uno de los habituales; pedí una tabla de quesos y carpaccio, para acompañarlo con unas tostas de mermelada de tomate y una copa de vino, y me dispuse a disfrutar de una cena tranquila.

Una vez terminada mi cena, suspiré, satisfecho. Por una vez, una velada tranquila. No me esperaba el comedor tan poco ajetreado a aquellas horas; me pregunté si se debería a algo en particular o era una mera coincidencia. En cualquier caso, después de un día cansado, así lo prefería.

Decidí retirarme a descansar.

*Se va*

Parece que la primavera no se anima a llegar. Cada vez está haciendo más frío, y a Kyoti le cuesta concentrarse en nada. Ha dejado de curtir, porque el agua del río está demasiado fría y no quiere traerse los olores de las pieles demasiado cerca del palacio. Y aunque normalmente prefiere entrenar fuera, lleva unos días sin salir del abrigo del palacio. Sabe que eso no está bien, que debería aprovechar para exponerse a temperaturas más bajas, que puede llegar el momento en que tenga que salir a la intemperie y que debe estar preparado, pero no se siente lo suficientemente activo estos días como para probarlo.

Entra al comedor dispuesto a pedir una cena bien caliente; quizá una sopa o alguna otra comida de olla. Puede preguntar qué tienen ya hecho, y así no tiene que molestar. Sonríe al ver a Anna sentada ya a una mesa y se acerca sin pensarlo.

─Buenas noches ─saluda, con una sonrisa─. Te parece bien si... es decir... hum...

Se da cuenta a mitad de frase de que quizás esté invadiendo un momento de tranquilidad privada y se queda bloqueado, sin saber ni cómo avanzar ni cómo retroceder de la situación.

Tarda un momento en reaccionar cuando ella responde a la pregunta que no se ha atrevido a terminar de formular. Siente que se le suben un poco los colores y su sonrisa se vuelve un tanto tímida, pero toma asiento frente a la chrysos.

Apenas se ha sentado cuando vienen a servir a Anna y preguntarle qué quiere pedir, y tras un par de preguntas se decanta por un cuenco de caldo verde y un poco de agua.

─¿Qué tal... el día? ─pregunta. Ya que se ha sentado, lo mínimo es que dé conversación, por torpe que sea─. Yo tengo el frío... un poco como... metido en los huesos ─confiesa─. Llevo unos días que ni he salido fuera.

Como lo que ha pedido ya estaba preparado, la camarera no tarda en volver con su cena, que agradece con una sonrisa.

A Kyoti la risa le sale espontánea, y casi se siente un poco mal por reírse.

─N-no, si... Está bien. Es decir ─sonríe, gesticula, pero no acaba de encontrar las palabras para expresar que ni siquiera le había dado más vueltas al hecho de que Anna cenase con vino. Mucha gente acompañaba las comidas del alcohol, Kyoti nunca le había visto el problema. Hasta él lo hacía, de vez en cuando.

Kyoti atiende a la explicación de su día, que suena bastante satisfactorio. Ojalá pudiera decir lo mismo del suyo.

─Sí parece... sí parece una buena solución. Debería probarlo ─medita, probando su caldo y dejando que el calor lo recorra por dentro.

Le cuesta un momento responder a la pregunta, pero por suerte la cucharada que se está metiendo en la boca le sirve de excusa para darse un momento más. Al final se encoge de hombros.

─Bien. Supongo ─responde─. Un poco... parado, creo. Quizás debería... no sé, buscarme una misión o... No lo sé. Me cuesta un poco... ponerme en marcha. Es decir, últimamente.

Quizá por eso le da algo de envidia Anna, en este momento.

Kyoti alza las cejas, sorprendido. Anna siempre parece atareada, ya sea entrenando o con otra cosa, así que le sorprende que diga eso. Y más considerando la rutina del día que le acaba de relatar.

─Siempre... siempre me ha parecido que tenías, bueno, como, mucha iniciativa ─señala, algo sorprendido─. Es decir. No sé. Como... como hoy, que has... No sé, suena siempre todo a que, o sea, a que has aprovechado bien el día.

Aunque las sensaciones externas y las internas pueden variar mucho, claro. Asiente a su propuesta.

─Pues... pues a mí me vendría bien también. Además, bueno, así podría... salirme un poco de, es decir, de los ejercicios de siempre. Al final, practicar solo es... no es lo mismo ─apunta.

Va entrando un poco el calor con el caldo y la conversación.

Parece que, efectivamente, la imagen de Kyoti no coincide con la de ella. Es realmente curioso. Baja la mirada al plato, sonrojándose un poco, cuando Anna le cuenta su encuentro con Twinkle.

─Eso espabilaría a cualquiera ─coincide. No quiere imaginarse cómo se sentiría si un líder, el que fuera, viniese expresamente a llamarle la atención. Quizá tenga que esforzarse más él también, no sea que eso acabe pasando─. Nunca... nunca se me habría ocurrido. Es decir, siempre eres tan... O sea, no sé, te veo entrenar, te veo... bueno, que trabajas y...

Se encoge de hombros. No es que se dedique a juzgar mucho a sus compañeros, en realidad, pero desde luego que nunca pensaría así de Anna.

Sonríe, asintiendo con suavidad.

─Yo suelo practicar... Es decir, sobre todo con el arco, pero... A veces creo que, en fin, que me quedo muy... parado. Y también, un poco, como... que me limita un poco. No siempre... No siempre sirve para todo.

Kyoti ve a Anna ruborizarse y no puede evitar ruborizarse también, sin saber muy bien por qué. Que le agradezca algo que es simplemente decirle cómo la ve se le hace extraño, como que le están dando las gracias sin que se lo merezca. Después de todo, Kyoti llegó a Brontë poco después de Anna, y siempre la ha visto como una guerrera que iba un paso por delante de él. Además, en cierto modo, es capaz de identificarse con ella. No puede evitar verla un poco como un modelo. Pero, dada su reacción, no se atreve a decir tanto. Así que sonríe, sin más.

─A mí... también me asusta un poco ─coincide─. Es decir... No estar haciendo, eso, suficiente. Espero... espero equivocarme, pero...

Ríe, sin poder evitarlo, al comentario de la espada.

─Ya, bueno... Yo tampoco sé qué haría. Desde luego, magia no, creo ─murmura─. No es... No es lo mío.

Kyoti sigue con la vista el gesto de Anna, sorprendido de que le apoye la mano en el brazo. No hace amago de apartarse, en cualquier caso. Vuelve a mirarla y sonríe con cierta timidez.

─Cla-claro ─asiente─. Eso... sería una muy buena práctica. Colaborativa. Es que... Al final, se supone que hay... Bueno, muchas misiones en grupo, ¿no? Que tenemos... Que tenemos que aprender a trabajar en conjunto. Hay gente que, es decir, que da la impresión de que, eso, que sabe compenetrarse muy bien, ¿no? Pero... Bueno, yo no tengo mucho esa sensación. ¡Tengo que trabajar en eso! Creo...

Sí, eso podría hacerlo sentir más parte de algo, más útil. Podría ayudarle a ver mejor en qué aspectos de su entrenamiento debía centrarse. Podía practicar con Anna y, si quería, podría también proponérselo a Zaih'ra. Porque ella también decía que sentía que no encajaba, y a lo mejor eso podía ayudarles.

Asiente al razonamiento de Anna, entendiendo el sentimiento a la perfección. Qué comprendido se está sintiendo de pronto. Últimamente parece que está dando con las personas adecuadas para conversar sobre este tipo de inquietudes.

─Yo... Bueno, he tenido... misiones... ¿curiosas? ─reflexiona─. Pero, quiero decir, que me pasa un poco lo mismo. A veces oigo... Bueno, comentarios, historias de... de batallas, de aventuras y... Es como... ¿Como si mi experiencia no coincidiese en absoluto? Y, es decir, he salido... del paso, de las situaciones en las que... en las que he estado, digo, pero, a veces pienso, es decir, eso, si sería... si sería capaz de hacer lo que hacen otros guerreros.

Niega con fuerza con la cabeza cuando Anna le dice que pueden posponer la propuesta.

─¡No, no! ─exclama. Y entonces se da cuenta de qué parece que está respondiendo─. ¡Quiero decir! ¡Que sí! Que sí que... que me va bien está semana. O sea, no tenía... en fin, ningún plan en particular ni... ni nada.

Kyoti medita un momento y termina por asentir. Lo cierto es que en sus misiones ha sentido apuro, confusión y otras sensaciones que relaciona con cómo se sentiría si hubiese participado en aquellas otras misiones con combates y peligrosos viajes. Quizás sea una cuestión de verse ante la situación y sentirse en la obligación de reaccionar.

─Sí, supongo que sí ─reconoce.

Kyoti niega suavemente.

─Ya... ya digo, no tengo... grandes planes estos días ─sonríe.

Está de acuerdo con ella. Es algo tarde, y prácticamente ha acabado la cena. Así que ambos continúan su conversación animadamente en lo que la dan por terminada, y después abandonan el comedor.

*Se van*

Con su montón de carteles bajo el brazo, Ben buscaba las zonas más concurridas por las que anunciar el evento del año. El comedor, para empezar, era un punto estratégico esencial. Pegó varios carteles, uno de ellos en la puerta y otros tantos en distintos puntos de la sala:


Ya que estaba, aprovechó para comentarlo con el servicio y encasquetar algunas copias, que no estaba de más tener más manos que ayudasen a difundir el anuncio. De hecho, se aseguró de dejar bien claro que, por supuesto, el personal del palacio también estaba invitadísimo, no iba a ser menos.

Finalmente, se despidió y se marchó para seguir con la tarea.

*Se va*