Guarida secreta

Aunque la temperatura es fresca sí que se nota el calor del sol, que golpea mis alas conforme me acerco a la zona. Después del entrenamiento, al contrario de lo que pueda parecer, volar me relajaba los músculos más que cansarme.
Levaba tiempo queriendo visitar la cueva, desde que me enteré de su existencia prácticamente.

Tras atravesar los alrededores de Brontë, sin prisa por llegar, hice un giro amplio para observar dónde estaba. Unos instantes después me dejé caer en su interior, plegando las alas a poco más de un metro de distancia para saltar dentro con el propio impulso del aterrizaje. Tras dar un par de pasos como modo de frenada me detengo, me limpio algo de polvo del vuelo de los hombros (casi por instinto, no es como si me hubiera ensuciado) y echo un vistazo al lugar. No es gran cosa.

Me acerco al borde y me siento, con un pie colgando, apoyando la espalda contra una de las paredes de la boca de la cueva, observando el paisaje sin pensar en nada especialmente importante.


*se queda de relax*

FdR: Tenía que estrenar este sitio, llevaba mucho tiempo aquí sin que fuera nadie.

Una ve más me vi tan distraído como para sobresaltarme al ver aparecer una cabeza del borde de la entrada de la cueva. Aunque...bien pensado es normal asustarse en un caso así.

Me desequilibro a un lado pero con un aleteo con el ala que queda hacia afuera recupero el equilibrio. No es como si me diera miedo caer precipicio abajo, no era más que abrir las alas y volver a subir pero aun así el susto era considerable.

-Oh, Ben. Lo mismo podría decir yo. -Añado con una sonrisa nerviosa antes de ponerme en pie y limpiarme el pantalón con un par de golpes secos.

Imito a Ben mirando hacia abajo y la vuelvo a mirar cuando habla.

-Es la primera vez. Aunque no está mal como sitio tranquilo, no creo que muchos en Brontë puedan llegar. -Asiento sorprendido. -Sí que lo tiene que ser, es impresionante que hayas subido hasta aquí. -Me paso una mano por la nuca, sopesándolo. -La verdad es que no, está bastante despejado para entrar, pensé que sería más estrecha o algo así.

-Tú has venido a ver el paisaje o estás entrenando, no querría ser el culpable de interrumpirte.

Río aunque nervioso, no querría que pesase que pienso eso. Aunque no creo que piense que piensa...eso

-No, no. Me gusta saber que del grupo reducido al menos hay caras conocidas. -Y agradables, podía haber tenido muy mala suerte.

Seguía fascinándome cómo se movía por las alturas. La había visto por los tejados, juraría que el día que la conocí, cuando no podía volar, y me angustiaba la simple idea de caer y no poder evitarlo.
Pero ahí estaba.
Tan tranquila
Tirada en el suelo.

Me puse más recto, corrigiendo la postura, tenso, y cerré las alas nervioso, como con un espasmo.

-N-no quería decir eso. Es decir, si quieres puedo seguir volando. -Cojo aire por la nariz. Y entonces añade otra puntilla. -Claro que no es eso, simplemente no querría molestar, yo en el fondo no estoy haciendo nada.

Sonreí al pensarlo, con la mirada perdida, rememorando. Agité la cabeza y relajé algo la sonrisa, volviendo a la habitual.

-Yo al menos no tengo queja.

De alguna forma le gustaba estar integrándose y pensar que era por algo serio, no usos y costumbres de la aristocracia de turno.

"Molas". Eso me pilló por sorpresa. Sonreí de medio lado, incluso dejando ver los dientes, como atontado. Rápidamente me aclaré la garganta, disimulando, tapándome la boca con un puño.

-Gracias, me alagas. -Contesto algo más serio, desviando la atención. -Tú también me caes bien y no necesito excusa para marcharme. -Me sobresalté. -Quiero decir, -añadí todo lo sereno que pude, frunciendo el ceño, corriegiéndome- no quiero marcharme.

Era de las personas con las que más cómodo estaba en Brontë, aunque no me diera cuenta. ¿Era de las primeras que había conocido? Lo fuera o no había sido de las que se habían mantenido.

Sonrío durante un instante, con sinceridad, aunque no tardo en recuperar la compostura, a pesar de que no puede verme tumbada así. Avanzo hacia ella y me siento a un lado, con los pies colgando, mirando al vacío. No hay necesidad de tantas formalidades, tiene razón. Una parte de mí grita que sí que la hay, pero tiene poco efecto. Aun así mantengo cierto saber estar.

-Alguien me aconsejó que entrenase volando si tanto me gustaba volar y tanto me costaba entrenar. -La miré con una ligera sonrisa. -Así que estuve tanteando terrenos. Y yo podría decir lo mismo sobre lo de venir aquí

Aunque la verdad...Para entrenar parecía peligroso pero si sabía no creo que hubiera muchos más sitios con un lugar para descansar a medio camino.

-Por el aire es más difícil encontrarte con alguien que interrumpa el paseo así que es más relajado. -Alzo ligeramente las cejas. -¿Poderoso? ¿Tú te sientes poderosa andando normal? Al menos por mi parte lo tengo tan interiorizado que lo que me parece raro es que el resto no puedan volar,así que no creo que poder hacerlo yo me haga especial. -Sonrío algo avergonzado. Supongo que vivir la mayor parte de mi vida en un pueblo apartado un poco de todo me dio un ligero cierre de miras en ese sentido.


FdR:pausadu

Pasear con las manos...No iba a ser yo el que le pusiera pegas, ¿no era algo parecido volar?

-Como alguien que ha caído al vacío alguna vez... -Añado. -He de reconocer que me parece cuanto menos llamativo como motivación. -Dijo el que necesita una amenaza evidente para motivarse en combate.

Abre ligeramente las alas, irguiéndose tras el comentario, sacando pecho indignado aunque manteniéndose serio. Un instante después deja de fingir y sonríe.

-¿Así que me hace raro tener alas? -Aunque bueno, visto lo visto, en Brontë sí que lo era.

Asiento lentamente.

-No fue mi mejor aterrizaje. Me fracturé un ala y...Creo que al final no me pasó nada en las costillas...-Por suerte pasó cerca de donde podían atenderme. Aunque la culpa era de esos sistemas de defensa pero...Supongo que eso quedaba ya atrás. -Golpetazos he tenido varios, pero nada muy preocupante. -Río. Me he comido bastantes hostias a lo largo de mi vida.

Negué algo pesumbroso.

-Un joven, Heylel, y una chica rubia con un mechón azul. -Cerré los ojos. -Curtis... No hay muchos aethers, la verdad. -Miré al frente, observando el paisaje que se veía desde la boca de la cueva. -De alguna forma se me hace raro ver tan pocas alas.

Me encogí de hombros. No quedaba otra, tampoco es que me preocupara que la gente con la que me relacionaba no tuviera alas. Solo era eso, raro.

-Puede ser. Tampoco me queda otra, nací para estar acostumbrado.-La mira. -¿Te arrancarías los brazos para tener menos problemas?

Tampoco había pensado aquello, que hubiese más y simplemente no los hubiese visto. Aquel tema se estaba saliendo un poco de madre, tampoco es que quisiera montar un club de vuelo, solo había sido un comentario.

-No me quejo con lo que hay aquí, no necesito características especiales. -Ya había vivido con muchos aethers, ahora había variedad.

Alzo las cejas evidentemente sorprendido. Bueno, no hablaba de todos los miembros extras que tengo pero...Yo tampoco lo haría, no.

-Míralo así, a más miembros más oportunidades de que el golpe no te mate. -Aunque había miembros y miembros...

Aunque sí que era cierto que, si bien no te mataban, tenían más formas de joderte.

-Oh, quería decir que no pido que haya aethers, que me conformo con la gente que conozco y que ya tengo aquí. No voy a borrar eso porque venga alguien con alas. -Río. -Aunque sí que tienes razón, veo bastante bien pero eso de  la oscuridad... De querer volar de noche tendría que hacerlo como las polillas, yendo hacia la luz. -Empecé a reír, era ridículo pero era así. Volar de noche era un lío de cuidado...

Me aclaro la garganta, frunciendo el ceño.

-Suelo preferir que no me alcancen en mis...alas. -Toso. -En general no considero molestos mis miembros extras. -Giro la cara, mirando al infinito, evitando el tema.

Asintió.

-La verdad es que tiene que serlo, pero estoy acostumbrado a volar solo, tampoco me importa. -Me giro y la sonrío. -Si quiero hablar con alguien sólo tengo que dejarme caer. -Sonrío de medio lado. -Bueno, procuro volar poco de noche, pero cuando lo hago vuelo alto, tranquila.

Volar de noche requería más atención, perdía parte de la gracia, volar solía ser un momento de desconexión.