Cementerio Kälte.

Archiconocido cementerio de la isla de Caligo. Es el cementerio más grande conocido en todo Mithos. En él descansan los cuerpos de los más antiguos guerreros y generales conocidos. Está dividido en distritos entre los que se diferencian las zonas de las familias de a pie, las de descendencia noble, descendencia bélica y una gran porción central donde descansan los cuerpos de los grandes dirigentes de Caligo a lo largo de la historia. Entre ellas, la cripta de Aren Ferenc Darvenwish se mantiene grabada a la espera de su dueño desde su juramento del cargo.

Barthemius debia ocuparse ese día de revisar la parcela central del cementerio, donde los antepasados y familiares directos de la familia Darvenwish habían sido enterrados al continuar con su dinastía al mando de la dictadura. Pero este día era ligeramente distinto a todos los anteriores.

Acompañado de lejos por la guardia habitual, Barthemius llevaba consigo esta vez al joven piscis que estaba al cargo de Saltez en el palacio, siendo formado para su estancia sirviendo al líder.

Caminaba con calma cuando todavía era media tarde, pues no le era molestia caminar bajo la lus del sol debido a su raza. El piscis hablaba y él se limitaba a seguir su camino, memorizado a la perfección. De alguna forma, siempre conseguía responder a sus preguntas, aunque el muchacho no lo comprendiese siempre.

Llegaron a la zona central, donde una amplia parcela cercada y prohibida al público se alzaba con las iniciales del apellido familiar y su emblema. Junto a la berja se veían multitud de ramos y notas dedicadas a los difuntos gobernantes. Había zonas donde se podían ver incluso ofrendas como comida, ropa, velas o adornos. Barthemius abrió con la llave que poseía, entró junto al piscis y cerró de nuevo a su paso.

Se adelantó entonces y comenzó a hacer la revisión, cambiando flores, adecentándolas, regándolas; limpiando lápidas o sacando brillo a las letras.

Barthemius continuó su trabajo con clama, seguido por el joven piscis. A pesar de las peticiones del piscis, el claritas prescindía de su ayuda, pues era su trabajo. El muchacho no tenía que atender a aquellas tareas.

Pronto llegaron a la de los últimos fallecidos y el piscis no dudó en preguntar por la cripta que llevaba el nombre del líder caeruleus. Barthemius se detuvo y se giró hacia el muchacho cuando éste habló. Lo miró, miró la cripta con el nombre, luego hico un elve asentimiento de cabeza indicando que debía ser así y el líder no tenía objeción ninguna en la existencia de la tumba.

El hombre continuó con su trabajo, pero nuevamente el piscis volvió a hablar y, a pesar de que no reacción frente a su pregunta inicial, sí se detuvo con los consiguientes comentarios. Se irguió, se giró de nuevo hacia el nicho y lo observó con intensidad, dejando pasar los segundos.

Miró al muchacho al rato, buscando mirarlo a los ojos, luego continuó con su trabajo.

Barthemius miró al chico cuand ose colgó de su brazo, alzando las cejas levemente. Detuvo su trabajo hasta que el muchacho decidió soltarlo y luego continuó.

Se dedicó a realizar el resto de sus tareas mientras el chiquillo se movía por entre las tumbas. Finalmente volvió a reunirse con él, apareciendo junto al piscis.

—No seas ruidoso —Susurró en un tono con el que apenas pudo distinguirse su voz.