Diario de Lea Seimz

Amuleto contenedor de un fuego fatuo que dará calor a quien lo saque de su piedra. Para ello, debe frotarse la misma entre las manos. Su uso es ilimitado, pero solo puede abrigar a una persona cada vez.

Obtenido en Brontë, regalo de Rick

En líneas generales, podría decirse que la vida de Lea siempre ha sido la de una persona cualquiera. Ni su familia destacaba en ningún aspecto, ya fuera positivo o negativo, ni ella misma lo hacía tampoco. Siempre fue considerada por sus padres como una niña buena y obediente, alegre y educada, muy inocente. Posteriormente, pasó a convertirse, para ellos, en una mujer seria y responsable, digna de confianza.

En consideración de Lea, el mayor problema que ha enfrentado jamás a lo largo de su vida estuvo con ella desde su misma concepción. Desde niñas, su hermana Io siempre destacó sobre ella tanto por ser activa como por ser muy despierta y espabilada. Lea, dócil, siempre se dejó llevar por lo que su hermana imponía, adaptándose y complaciéndola sin rechistar. Io, por su parte, parecía disfrutar de aquella sensación de control sobre ella, y siempre se aseguraba de tenerla vigilada.

Sin embargo, y aunque Io siempre afirmó que jamás tuvo malas intenciones hacia su hermana, aquella relación dejó de sostenerse con los años. A base de los intentos de Io por someterla, y especialmente una vez ambas entraron en la adolescencia, Lea comenzó a desarrollar unas mayores habilidades de defensas, incluido un carácter mucho más frío y cerrado, especialmente hacia ella, pero que poco a poco se iba extendiendo hacia sus conocidos.

Empezó a hacer grandes esfuerzos por diferenciarse de su hermana y salir de su sombra, viendo con frustración como ella pretendía evitarlo. Se preocupó de separarse de ella, tanto físicamente como en intereses. Así, tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar en el ejército de Ignis como ayudante de cría de monturas. Tuvo que soportar, con rabia, cómo su hermana ingresaba en el mismo como soldado. Siempre un paso por delante.

Durante todo el tiempo que Io se esforzaba en que se mantuvieran juntas, Lea tuvo que seguir soportando lo que su hermana imponía. Sin embargo, tras un desliz amoroso especialmente complicado, Lea decidió definitivamente cortar por lo sano. Tras asegurarse de que las diferencias con su hermana se mantendrían incluso sin estar ella, y sin avisar a nadie más que a sus padres y su hermano pequeño, dejó su puesto en el ejército de Ignis para ingresar en el de Brontë, cuya llamada había ignorado hasta el momento. Y, en aquella ocasión, sabía que Io no podría seguirla.

Quizás puede decirse que la única persona a la que Lea sigue considerando en su totalidad digna de confianza, y con quien sigue manteniendo la misma relación y trato que cuando era niña es su hermano Daín, el hijo menor de los Seimz. Aunque él siempre se ha mantenido al margen de las disputas de sus hermanas, o quizás precisamente por ello, ha conseguido mantener una relación muy cercana con ambas. Y, aún en distintos continentes, Lea sigue considerándolo una especie de oasis al que recurrir siempre que lo necesite.

Padres:
♂ Donnel Seimz
♀ Serel Numia Ëtham

Hermanos:
♀ Io Lea Seimz
♂ Daín Mick Seimz

Los vulpus son muy semejantes a los lobos, aunque de mayor tamaño, llegando a medir algunos de los individuos más grandes casi un metro y medio de alto, en casos excepcionales, estando a cuatro patas. Originarios de Lumen, resultan unos animales majestuosos muy valorados, tanto por su hermoso pelaje blanco, como por su inteligencia o su velocidad (llegando incluso ser domesticados para usarse como monturas). Cada individuo tiende a tener escasas líneas en su cara (frente, ojos) o en alguna zona de su cuerpo, pudiendo ser estas de cualquier color. No trabajan en manada, sino en solitario.
Su sensible olfato es capaz de detectar cualquier olor en grandes distancias, y resulta imprescindible en cualquier terreno. También la vista y el oído están extraordinariamente desarrollados. Tienen una vista muy precisa, con buena percepción de distancias y relieve, muy eficaz para detectar movimientos en la lejanía. Resulta primordial en terrenos de campo abierto. Ven bien en todas las condiciones lumínicas. En cuanto al agudo oído, permite detectar con exactitud la dirección y origen de los sonidos captados. Es un sentido preferido en zonas boscosas y con vegetación alta.

Nacido en torno a finales de abril/primeros de mayo del 2014. Encontrado en Caligo, en la misión Un mecña para Ío

No existe mucha información sobre la especie a la que pertenece, considerada prácticamente un mito. Denominada, entre otros, como Alma de Madera. Tiene el cuerpo cubierto de corteza, y en apariencia es de algún tipo extraño de madera, pro sangra si se le hiere (aunque su sangre no tiene el color de la sangre humana). Es capaz de tomar oxígeno del aire con las hojas de su cuerpo, pero también tiene pulmones. Del mismo modo, puede extraer nutrientes de la tierra, pero prefiere comer con la boca, y diferencia sabores. Su temperatura corporal es más baja de lo normal, pero puede tener fiebre. Sufre enfermedades propias de las plantas, en especial afecciones de la piel, pero también de otro tipo, como resfriados. Sus pulsaciones son lentas, y parece cumplir las funciones vitales como un animal, aunque no deja de imitar algunos rasgos vegetales.
Es capaz de hablar, aunque con cierta dificultad; comprende y crea arte y adora la música, juega y se aburre. Puede sentir emociones de todo tipo, aunque encuentra ciertas dificultades para lidiar con algunas de las emociones más complejas. También entiende de empatía y diferencia entre bien y mal.
Le gusta el sol y el agua dulce, como a una planta. Duerme, y en la oscuridad parece amodorrarse. Come muchas veces al día, aunque no está claro si es un rasgo particular o propio de su especie. Siente predilección por los dulces. Prefiere mantenerse en terreno conocido, y utiliza por ello derivados de madera y otras plantas para desplazarse, aunque su medio favorito es la madera en sí. Es tímida y huidiza, y de ahí que tienda a esconderse, pero también es poderosa, capaz de manejar cualquier vegetal o derivado a su antojo.
Resulta difícil decidir, dada su morfología e inteligencia, si podría considerarse parte de una raza humana desconocida o simplemente otro tipo de animal.