Oso de batalla.

Mensajes : 1439

Los guerreros obedecieron las indicaciones del hombre que les pidió ayuda el cual les acompañó hasta la entrada del oscuro bosque donde se le había visto por última vez. Les contó que había acabado rápidamente con el poco ganado de un par de vecinos y que seguramente se guareciese en lo más profundo del bosque.
Una vez dicho esto, les despidió y regresó a su villa, esperando el regreso de los guerreros. Rezando, deseando no haberles mandado a una muerte asegurada pues no se trataba de un oso corriente, sino un oso entrenado para atacar a las personas, pues era utilizado en la arena como entretenimiento dominical de gente adinerada.

Rick y Gerald penetraron seguidos de Massen en el oscuro bosque de árboles mohosos y de madera oscura, casi negra. Las ramas eran espesas y el suelo, fangoso. Ranas y algún que otro animalillo daba ligeras señales de vida. No era ningún bosque al cual llevar a tu pareja a merendar. O por lo menos para la gran mayoría de la población.
Antiguamente, hubo un cementerio solitario en aquel bosque y se podían diferenciar ligeras marcas adoquinadas entre barro lama y musgo.

Edad : 35 Mensajes : 1331

Así que toca ir a buscar a un animalito con Dehnel y la cría. Parece que en este sitio sólo hagamos falta para cazar a los bichos que se le escapan a la gente. Espero poder pelear con delincuentes humanos alguna vez, porque a este paso me consideraré granjero.

Cuando el hombre nos guía hasta el incio del bosque lo despido con agradecimiento, diciendo que no se preocupe por el trabajo, luego me llevo las manos a la nuca y echo a andar por el bosque, teniendo cuidado de no mancharme mucho las botas con la tierra húmeda, en estos terrenos es muy fácil resbalar o meter el pie en cualquier hueco. Bostezo como si llevase la mayor de las despreocupaciones.

—Bueno, Massen... ¿has venido porque te gusta los animales o..? —Pregunto desairado. No es que encuentre de gran apoyo a una niña contra un oso de cien kilos, pero en fin, con que no moleste. Igual hasta es más útil que Dehnel.

Me fijo en los adoquines que se saltean por el camino, como si este lugar hubiese estado anteriormente habitado. Curioso, me esperaría una cabaña de ermitaño o de bruja fácilmente. Una bruja sexy que... No, definitivamente prefiero un ermitaño. Las brujas son todavía menos de fiar que las mujeres normales.

Mientras miro con aparente desinterés a los lados, vosy buscando con la mirada arañazos o pisadas del oso por el terreno, incluso ramas o arbustos destrozados. La indiferencia es tranquilidad y, a no ser que alguno de mis acompañantes sea un repelente de la alerta, de momento estará bien así.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Tras ver a mis compañeros, me sentí bastante honrado de encontrarme con Massen. No era que sintiese algún tipo de desprecio por Gerald, pero consideraba que una mujer calmaría los humos entre dos auténticos machos como nosotros. A veces no podía evitar ser demasiado competitivo, y ella arreglaría aquello.

El hombre que nos había hecho llamar nos llevó hasta la entrada del bosque y allí nos despidió. Contemplé, ceñudo, a los guerreros que me acompañaban, comenzando a caminar también, junto a Gerald.

-Muy grande ha de ser ese oso si necesitan a tres de nosotros -murmuré, poco convencido, apretando el brazo derecho para tensar los músculos, listos para enfrentarse incluso a un gólem de piedra. Hacía mucho que no salía de Brontë para vivir aventuras heroicas-. ¡Pero su tamaño no tiene importancia! Contamos con nuestra destreza.

Mientras avanzábamos, me acerqué más a la posición de Massen. No era quiera impresionar a la joven piscis, pero sentía cierta preocupación por su estado. Ciertamente, no la veía débil, pero cualquier dama podía ser desgarrada por un oso como un pedazo de mantequilla, y aquello no me tranquilizaba.

Miraba a mi alrededor, entre tranquilo y emocionado. No temía a la aparición del oso. ¡Era más! La deseaba. Así podría demostrar al inmenso animal que el dominio Dehnel era mental. ¡Lo haría sucumbir como a un malandrín sin tocarlo siquiera! Caería rendido a mis pies con escuchar mi poderoso bramido.
Y Värdjas, a mi espalda, me daba tranquilidad.

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Avancé con mis compañeros hacia el bosque, guiada por el hombre que nos había hecho el encargo. Entusiasta, iba dispuesta a dar lo mejor de mí, pues quería compensar mi ausencia, y esta era una buena oportunidad para ello. Me había asegurado de poner a Loksass y los dardos a punto, y llevaba la cerbatana colgada del cuello, como me era habitual en ocasiones como aquella.

Iba en silencio, prestando atención a mi entorno. Cuando nos despedimos del cliente y nos integramos en el bosque, la sensación de humedad del mismo me animó a extender un poco las membranas de las orejas, atenta a posibles ruidos como estaba.

Me volví un momento a Gerald cuando se dirigió a mí, aunque en general no tenía muchas ganas de hablar, sino más bien de centrarme en lo que estaba. Si tan peligroso era el animal, sería mejor tener cuidado y enfocar nuestra atención en la captura. Cuando respondí, lo hice en un murmullo, y sin dejar de fijarme en todo lo que había a mi alrededor.

-Llevaba mucho tiempo sin salir a trabajar -murmuré apenas, rápidamente.

Buscaba a mi alrededor, preparada para reaccionar en cuanto fuera necesario, pero el lugar parecía tranquilo. Además de la naturaleza en sí misma, bastante oscura, había señales que marcaban antiguas construcciones en la zona, y de vez en cuando algún pequeño animalito daba señales de vida. Por lo demás, todo estaba tranquilo.

Mensajes : 1439

Los tres jóvenes eran suficientemente experimentados y llevaban a cuestas bastantes entrenamientos por lo que desenvolverse en aquel medio engorroso no fue más que un leve impedimento para avanzar más rápido.
Massen cubría las distancias lejanas con sus membranas, sin embargo, el viento del bosque era tibio y suave. No había perturbaciones.
Por su parte, los dos caballeros, continuaron con paso firme, dándose cuenta como cada vez, la vegetación comía más y más cualquier símbolo humano que allí podía haber.

Sin embargo, al cabo de unos veinte minutos aproximadamente, se dieron cuenta de que de vez en cuando aparecían pequeños postes, ajados y en muy mal estado, indicando una dirección.

Entonces el bosque se quedó en silencio. Los árboles y sus habitantes callaron para dar lugar a un aire denso que lo cubrió todo y fu entonces cuando el quejido de una rama rompiéndose rebotó en los tímpanos de los guerreros, sonando mucho más fuerte de lo que había sido en realidad debido al eco y al silencio repentino.

Edad : 35 Mensajes : 1331

Escucho a Massen cuando me responde en tono esquivo, dando menos importancia a su respuesta que a su estado. Si empieza con los nervios aflorando, habrá que verla cuando veamos a ese oso. Dehnel es demasiado tonto como para asustarse, así que no creo que haya mucho problema por su parte.

El camino se me hace bastante largo, pues parece que caminamos un montón de tiempo sin señales de nada. Llego incluso a plantearme si el hombre nos habrá dicho bien el camino o si no sería todo una farsa, porque que un oso enorme ronde por aquí y no haya ningún tipo de señal de su presencia es bastante raro.

Entonces se escucha un estruendo en medio de un ambiente bastante cargado y me paro en seco, mirando hacia todas las direcciones. Por señales de algo. Decido acercarme al árbol más próximo y pegarme a él.

—Deberíamos separarnos unos metros. Así podremos rodearlo cuando aparezca y tratar de aturdirlo —Les propongo en voz baja a mis compañeros. No desenvaino todavía, por si acaso nos embiste y necesito movilidad. Rodearlo y acorrarlarlo será la mejor opción.

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

El bosque parecía tranquilo a simple vista, pero eso no era todo, sino que además podía sentir en el aire también una gran tranquilidad. Ningún elemento extraño alteraba el ambiente. Avancé con mis compañeros en silencio, pendiente de cualquier señal que pudiera indicarnos la presencia del animal.

Tras un tiempo caminando, encontramos por fin las primeras señales, que con nuestro avance se iban haciendo cada vez más evidentes. Lo más llamativo era la madera rota. Me pareció extraño; los animales, por su costumbre de vivir en el bosque, no solían destrozarlo sin más. Quizá si aquel oso había sido criado para el espectáculo desde pequeño no era capaz de controlar los efectos que causaba a su paso. O, a lo mejor, aún seguía nervioso. Ahora que parecía estar más cerca, puse especial atención por si alguna anomalía me ponía en guardia.

A la propuesta de Gerald, no me opuse en absoluto. Antes de alejarme, conjuré en mi mano un aquaerum, que mantuve preparado para utilizarlo cuando fuera necesario. Después, eché a andar sin más que un gesto de asentimiento, alejándome de ellos hacia la derecha, tratando de seguir las pistas que daban las marcas del bosque.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Disfrutaba, en cierto modo, del camino. No era más que otro entrenamiento por el bosque, disfrutando del aire, de la vegetalización y de todo lo demás, explorando el nuevo territorio y con todos los sentidos atentos a mi alrededor, preparado para tomar a Värdjas en cualquier momento para partir en dos al malvado oso. Ni siquiera me encontraba muy hablador, emocionado como estaba por la misión.

Seguíamos unos extraños postes que bien podrían llevar a los viajeros a lugares equivocados para que se perdieran para siempre en el bosque. Prefería guiarme por mis instintos de poderoso noble, pero pese a todo no puse ninguna objectación.

De pronto el bosque se quedó en silencio. Todos pudimos escuchar un sonido por encima del silencio, y no pude evitar tensarme.

-Ahí está -gruñí, mirando a mi alrededor, en guardia, buscando su origen. Luego, tras las palabras de Gerald, fruncí el ceño.

Si nos separábamos seríamos más débiles. Seguía sin confiar demasiado en que el oso no pudiese partir en dos a la joven Massen y la idea no me gustaba. Pero no debía cundizar el caos por mi culpa, de modo que debía callarme.

Ella escogió la derecha y yo la izquierda. Dirigí, antes de perderme entre la maleza, una mirada al chrysos, esperando que se encargase, ya que iba en medio, de prestar atención al estado de la damisela. O le partiría la nariz por proponer dejar sola a la joven.

Esperaba que tuviese razón y pudiéramos rodearlo.

Mensajes : 1439

Los chicos se separaron un poco entre ellos con el fin de cubrir más ángulos de ataque entre ellos ante la amenaza de ataque. Sin embargo, lo único que escucharon fue una tenue cancioncilla detrás del árbol en el que Gerald se encontraba agazapado.
Oso de batalla. Add_zpsf0815cfd

¿A qué habéis venido?
Dos hombres y una mujer
¿A qué habéis venido?
El oso se os va a comer.

Canturreó con una voz tan melodiosa que embobaba. Acto seguido dejó su cesta en el suelo y les clavó la vista a los tres.
-¿Quién os ha traído aquí?- Dijo esta vez con un aire más amenazador.

FDR: Se ruega un poco de coherencia o más datos o algo. Porque yo si leo: "Dirigí, antes de perderme entre la maleza, una mirada al chrysos" entiendo que Rick los ha perdido de vista y se ha ido a explorar por el mundo. Lo mismo para Massen: "Antes de alejarme" ¿Cuanto? "Después, eché a andar sin más que un gesto de asentimiento, alejándome de ellos hacia la derecha, tratando de seguir las pistas que daban las marcas del bosque." Yo claramente entiendo que se ha ido por el bosque a buscar pistas. Igual es que soy un poco corto.
Y Gerald. Cuando veas que se actualiza algo mal, me lo dices bien. Da igual. Seguimos.

Edad : 35 Mensajes : 1331

El momento de tensión por el ruido da paso a un sonido que nada tiene que ver con rugidos o golpes. Una voz dulce de chiquilla se escucha cerca de donde yo estoy y aferro mi arma con más fuerza. Un niña sola en un bosque con un oso gigante suelto no resulta muy de fiar. Me separo un poco del árbol cuando se deja ver, apenas un par de pasos, y la apunto con mi arma.

—Más bien somos nosotros quien nos vamos a comer al oso —Respondo con una media sonrisa algo tirante. Miro a mi larededor, por si acaso la niña pretende distraernos.

—Venimos de paso por el bosque —Respondo, mintiendo. No me parece muy relevante que sepa o no que somos guerreros con un encargo, pero será mejor evitar represalias para los pueblerinos.

—¿Qué haces aquí? ¿Eres amiga del oso? —Le pregunto con un tono jocoso pero algo tenso.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Una voz de niña cantaba cerca. La busqué con la mirada, agatado entre algunos matorrales. Desde luego, un oso suelto por el bosque y una niña cantando como si no hubiese peligro. Había unos padres que necesitaban un buen escaramiento.

Me acerqué a Gerald, viendo que ya estaba hablando con ella. Fruncía el ceño y llevaba los brazos en jarras, como si fuese a reñirle. Massen Dew había llegado muy joven a palacio, pero era una guerrera. Aquella niña, por lo contrario, parecía una traviesa, nada más.

-¿Qué hace una niña como tú en un sitio tan peligroso? -pregunto, serio, mirando alrededor-. ¿Dónde están tus padres? ¿Estás sola? Como los vea les voy a enseñar a cuidar bien a un hijo.

La verdad era que la situación me parecía algo extraña. Más teniendo en cuenta que había un oso suelto. No parecía que la tierna chica lo hubiese atraído. Quizás estuviese en alguna otra parte. O de vernos se había acobardado. Las fieras olían el poder y el valor, y nosotros lo expulsábamos por todos nuestros poros, como verdaderos guerreros.

Busqué a la joven Massen con la mirada antes de centrarme de nuevo en la extraña niña.

FdR- Siento la tardanza. La verdad es que acabo de ver el post de Gerald y se me había ido la olla. Mis disculpas :_D No volverá a pasar.

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Lo que vino a continuación me pilló por sorpresa. Esperaba una fiera, no una jovencita. Me pregunté qué hacía allí y a qué venía aquel extraño aire misterioso que la rodeaba. Por alguna causa, me creó una extraña sensación de intranquilidad. No era normal ni su actitud ni su tono. A pesar de su aspecto infantil, algo en ella no me parecía exactamente tierno. Aquella voz hipnótica me sugirió a una especie de encantadora de fieras. Conocía algunos cuentos que hablaban de ellos.

Al contrario que mis compañeros, me mantuve en mi posición, sin acercarme a ella, aún con dos aquaerums listos para defenderme de la bestia, que podía aparecer en cualquier momento. El bosque me empezaba a poner algo nerviosa.

Aguardé, en silencio, una respuesta por parte de la niña. Con la espalda pegada a un árbol, a unos siete metros de los otros, me mantenía alerta por si la bestia nos acechaba. Tal vez se escondiera, preparada para emboscar. ¿Hacían aquello los osos?

FdR.: Ajajaja y Rick siente la tardanza, creo que yo mejor me hago el seppuku. Espero estar algo más libre a partir de este jueves, que estoy con un trabajo que me está volviendo loca. Lo que sí agradecería es que ya que se va a pedir "coherencia y buenos modos" (lo primero, como mínimo, creo que lo he cumplido, y sino, estoy a un mp de distancia, y lo segundo tampoco creo que lo haya pasado por alto), se pida de buenos modos~

Mensajes : 1439

Pasó por alto casi todas las preguntas de los jóvenes.- ¡QUE QUIÉN OS HA HECHO VENIR AQUÍ!- chilló con un tono realmente poderoso. Tanto, que retumbó por todas las esquinas del bosque. - ¿SHARA GORBEL? ¿TEN FADALMAR? ¿SALOMÓN SAI? ¡QUIEN!- Dijo lanzando una manzana contra la cabeza de Rick y otra a la cabeza de Gerald. - DADME SU NOMBRE. ¿Quien os envía esta vez?- Acabó por susurrar con una lagrima a punto de rodar por su mejilla.

Oso de batalla. Add_zpsf0815cfd

Miró a Rick entonces.- "¿Dónde están los tuyos? ¿Estás solo? Como los vea les voy a enseñar a cuidar bien de un hijo"- Se burló.

Caminó y rodeó con tranquilidad a Gerald.- Nadie- enfatizó- pasea por este bosque.- Dio entonces un silbido y agachándose en el suelo, abrió una trampilla de la cual salió airoso y contento un enorme oso, más pesado fuerte y enorme que tres Rick Dehnel juntos. Dio un rápido paseo alrededor de ellos y se sentó al lado de la chica como un perro.
Oso de batalla. Bear-1gbhyji

- Quien os ha mandado aquí.- Replicó de nuevo.

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Desde mi posición, observaba la escena. Siendo sincera, no entendía absolutamente nada, y eso no hacía sino ponerme más y más a la defensiva. Por algún motivo, todo aquello parecía siniestro. Y el no saber de qué hablaba la chica no mejoraba la situación.

La escuché hablar con mis compañeros sin moverme de donde estaba. Por su parte, me ignoró totalmente. Lo agradecí, en cierto modo. Me sentía más segura allí, manteniéndome al margen. Intervendría si veía que mis compañeros así lo necesitaban. Por el momento, por siniestro que pareciera, aquello no era más que la conversación de dos hombres con una muchacha.

Pronto me quedó claro que había algo más. Junto a ellos, una trampilla se abrió en el suelo y de ella surgió un oso, oscuro y enorme. Los miré tanto a él como a la chica, tensa, manteniendo los aquaerums un poco más. Todavía no. No parecían con intenciones de luchar, así que no tenía por qué empezar yo un combate.

Atacaría si alguno de ellos dos me atacaba, o si veía que mis compañeros estaban en peligro. Pero, por el momento, esperaría. No quería precipitarme.

Edad : 32 Mensajes : 2682

La pequeña dama cambió, de pronto, de actitud, y se puso a chillar nombres que yo no conocía de nada. Miré de reojo a Gerald, fruniendo un poco el ceño, antes de poner ambas manos con las manos hacia la joven, tratando de calmarla. Los fuertes guerreros no la buscábamos a ella, solo a un malvado oso.

-Tranquila, por favor -pedí, tratando de sonar como alguien que calmaría a una niña-. No conozco esos nombres. No sé qué te han hecho esos malandrines, pero si estás en problemas podemos ayudarte.

Aquel era el oficio de los guerreros como nosotros: ayudar a los demás. Y si ayudábamos a un buen hombre, ¿no era mejor aún ayudar a una niña? El mundo era cruel, y solo nosotros podíamos librarlo de la oscuridad.

Al ver venir la manzana abrí mucho los ojos, tratando de apartar la cabeza para evitarla. Su burla a mis palabras me hizo sentirme algo extraño. ¡Por supuesto que mis padres no estaban! Yo era un fuerte y adulto guerrero. No necesitaba que el gran Reick Dehnel me diese la mano para ir por el bosque solo por un oso.
Me intranquilizaba un poco.
La seguí con la mirada mientras rodeaba a Gerald.

-Oye -la llamé, pero me vi interrumpido por su silbido. Y apenas pude ver lo que hacía, extrañado, antes de verlo, saliendo de una puerta del suelo, enorme como un roble-. Por Mithos...

Retrocedí un paso, cautizo, mirando al animal fijamente, preparado para tomar a Värdjas, aunque sin hacer ningún gesto para no asustarlo. Al menos parecía tranquilo. ¿Entonces era amigo de la niña como había dicho Gerald? ¡O la tenía secuestrada? Aquello era importante...

-No podemos dar el nombre de nuestro enviador así como así -dije, seco, protegiendo noblemente al hombre que nos había encargado aquello-. ¿Por qué el oso está contigo? -pregunté entonces, cuidadoso, mirándola un instante, sin perder de vista a la bestia.

Edad : 35 Mensajes : 1331

La niña es bastante más repelente de lo que parece al principio, aunque los niños de por sí ya son bastante malos de soportar, pero su interés en saber quién nos manda sigue sin gustarme. Miro hacia Massen y Rick un momento, tanteando la situación y esperando que ninguno abriese demasiado la boca.

Aparto la cabeza rápidamente hacia mi izquierda, tratando de esquivar la manzana que me lanza. Que ganas tengo de tirarle de esas coletas y darle un par de bofetadas. La sigo con la mirada cuando vuelve a trostar como una boba y replica mi comentario. Empiezo a pensar en brujas y tonterías de esas.

A su silbido, una bestia me deja la cara algo descuadrada, pero aprovecho la tensión instantánea de mi cuerpo para quedarme estático en el sitio y no retroceder. Es una cuestión de imponencia y tratándose de un animal es mucho más importante. Noto la mandíbula totalmente apretada mientras no quito ojo del animal sentado junto a la chica.

Dedico una mirada helada a Rick, de refilón, cuando menciona que, efectivamente, tenemos un enviador. Lo último que quiero es que la niña haga algo para que el oso salga corriendo tras una persona sin ninguna posibilidad o algo similar.

Tomo aire y trato de retomar el control de la situación. Carraspeo para llamar la atención de la niña y me separo un par de pasos más del árbol que dejo a mi izquierda, manteniendo la katana con la mano izqueirda, baja, como si estuviese en reposo, pero manteniéndola disimuladamente a la altura de la rodilla de una persona adulta, atento.

—Mi tía segunda es de este pueblo. Me dijo que se había escapado un oso y que debía evitar venir al bosque. Pero soy un hombre, a fin de cuentas y no podía permitir un peligro como ése. Así que llamé a mis compañeros y organicé esta expedición —Le informo, dando por hecho que el "enviardor" no era nadie más que yo mismo. Además evito palabras como "cazar" para no ponerla más alerta de lo necesario, ya que, al parecer, sí es amiga del oso.
Hago un gesto hacia Rick, sin perder de vista a la niña y al oso. —Mi amigo no quería delatarme por si eras una niña un poco desobediente, pero no lo eres, ¿no? —Añado con una sonrisa algo tensa. Y un cuerno. Me preparo para escapar de esa bestia como poco.

FdR: Como recordatorio, el defecto de Gerald es que es tan resultón que tiene todas las de pagar el pato.

Mensajes : 1439

-¡No me cuentes milongas!- Le espetó a Gerald. - ¡Este oso no ha salido del bosque en años!

Respondió a Rick.- El oso no es un oso. Os contaré mi historia.- Se acomodó al lado del oso y comenzó a hablar.- Este oso es mi hermano mayor. Los dos vivíamos con mi padre, que era el enterrador del cementerio que hay en el centro de este bosque. Sin embargo, la gente del pueblo quiso talar el bosque y destruir el cementerio para poder expandir sus campos de cultivo en las fértiles tierras de esta zona y nuestra familia se opuso. La historia es bastante larga, por lo que en resumen, lo que ocurrió fue que construyeron otro cementerio para dejar de utilizar este y se nos prohibió la entrada al pueblo. Intentaron echarnos en múltiples ocasiones, pero no lo consiguieron. Enfadados, emboscaron a mi padre y le dieron muerte. En cuanto a nosotros, ya hace al menos diez años, fuimos maldecidos por un poderoso hechicero al que los pueblerinos contrataron. Era un hombre muy capaz. Hábil. A mi hermano lo volvió oso y a mi me privó de la capacidad de crecer, por lo que llevo siendo niña desde entonces. - Dijo con lágrimas en los ojos.- ¡Y ahora!- Habló con rabia, señalándolos.- ¡Me mandan una cuadrilla de energúmenos a acabar con nuestra mísera existencia! ¡Dejadnos vivir en paz!- Lloró.- ¡Ni si quiera podemos entrar al pueblo!

Oso de batalla. Add_zpsf0815cfd

Tomó aire, ofuscada.- Mirad. Podéis creerme o no creerme. Eso dependerá de vosotros. Pero os aseguro que estáis cometiendo un grave error como alcéis vuestras espadas contra nosotros. ¡Esos malditos viejos de la aldea sólo quieren vernos muertos! ¡Quieren lo que es nuestro! - Chilló dando una patada a una piedra con uno de sus rojos zapatitos.

-Bah!- Dijo remangándose.- ¡Da igual! ¡Matadme! - Dijo poniendo los brazos en cruz de una forma muy dramática.- ¿A quién le importa un pobre par de niños malditos?- Balbuceó. - Aunque si tenéis algo de sesera, daréis media vuelta y cortaréis la cabeza de aquel que os haya mandado aquí. Si lo hacéis, os recompensaré gratamente. Este bosque guarda más que setas y ardillas. No me miréis así. Seguro que ellos también os han ofrecido alguna recompensa por nuestro cadáver. ¿Qué haréis, chicos?- Dijo con voz temblorosa, imaginando que acababa de mandar una moneda al aire y que ella había apostado su supervivencia a la cara. Estaba tensa y llorosa.

El oso le lamió la mejilla.

Oso de batalla. Bear-1gbhyji

FDR: Perdón por el retraso. No tuve unas buenas semanas. ú,uU ahora irá más rápido. Gomen de los gomenes. >.<

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Desde mi posición, me dediqué a oír la historia en silencio, aún en guardia. ¿Pero qué era todo aquel asunto? ¿Alguien podía, por favor, decirme dónde estaba el sentido a todo aquello? No me gustaba la niña. No me gustaba el oso. Probablemente fuera cuestión del bosque, que me daba mala espina, pero... Me estaba poniendo nerviosa.

Eché una mirada a Rick y a Gerald. Yo no quería pensar. No quería. Porque si pensaba, acabaría por querer matarme yo y dejarlos a todos en paz. Por una parte, su historia no resultaba muy creíble. Sonaba a cuento para niños. La niña que no podía crecer y el niño convertido en oso. Además, se ofrecía a la muerte, pero ¿acaso alguien nos había pedido algo de ella? ¿No nos habían encargado exclusivamente matar al oso? No teníamos por qué hacerle nada. Simplemente, parecía una niña que intentaba salvar a "su mascota" con sus medios, que no eran otros que contar un cuento.

Por otra parte, ¿y si...? ¿Y si solo estaba siendo una incrédula? ¿Y si de verdad había pasado todo aquello? Para mí, sonaba descabellado, pero siempre existía aquella ínfima posibilidad. Nunca había oído hablar de hechiceros capaz de hacer esas cosas, pero sí había visto a los líderes de Brontë hacer cosas que nunca había creído posibles hasta entonces. ¿Y si sí era su hermano? ¿Podía yo, en mi posición, matar al hermano de una niña? ¿En qué me convertía eso?

Bajé un momento la vista, tragando saliva y tratando de concentrarme. No era momento de pensar en esas cosas. Debía mantener la cabeza fría. Aguardaría la decisión de mis compañeros. Y actuaría en función de ella. Yo no podía tomar una decisión propia.

¡¿No podía alguien darnos alguna prueba de a quién debíamos creer?!

Reafirmé mi guardia.

Edad : 35 Mensajes : 1331

La niña no parece muy contenta, pero en lugar de hacer algo contra nosotros se pone a contarnos una historia que suena a cuento que tira para atrás. Miro al oso, que parece manso junto a ella, y a ella de nuevo, que parece muy espabilada para ser una niña, pero la cosa no me casa demasiado. No bajo la guardia, pero necesito más datos.

—A ver, a ver, vamos a aclararnos. No puedes decirnos que tomemos una decisión cuando acabes de echar nuevas cartas sobre la mesa —Aclaro, pidiendo un poco de parlamento.

—A nosotros nos han dicho que este oso ha salido del bosque a atacar a la gente. Tú nos dices que ese oso es tu hermano. Es tu palabra contra la suya, con un aliciente. Ellos no nos han dicho nada de matarte a ti, pero tú quieres la cabeza de un hombre. Esto quita credibilidad a tu historia, quieras o no —Aclaro con el ceño fruncido. Que rebuscado es esto.

—Estoy seguro de que ninguno queremos matar a nadie innecesariamente, así que danos pruebas de lo que dices y os ayudaremos como podamos —Indico, echando una mirada a mis compañeros. No quiero precipitarme, pero si he de acabar con alguien o algo, acabaré con el oso, que es a por el que venimos.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Fruncí el ceño mientras escuchaba la historia de la muchacha. ¡Sonaba a una de las maldiciones de algún cuento de caballeros! Desde luego, si aquello era cierto era una tragedia en toda regla. Aquella joven niña jamás sería una dama, al fin y al cabo, y su hermano mayor podría protegerla como oso, sí, pero sería una historia triste de todos modos. Siempre quedaba, como expuso Gerald, la opción de que fuese una mentira. Y luego aquel detalle de matar a un hombre o matarlos a ellos, que no me gustaba de todos modos.

Bajé la espada y me acerqué un poco, sin resultar amenazador. Miré al oso y a la niña, todavía con el ceño fruncido. Tenía que dejarme llevar por mi nobleza, nada más. Si pensaba demasiado sería un error.

-Mi nombre es Rick Dehnel, y soy un guerrero de Brontë -comencé, mirando fijamente a la niña-. Yo tengo una hermana pequeña, y la protegería pasase lo que pasase. También tengo una compañera peluda, y, del mismo modo, la cuidaría de todo el peligro que pudiese caer sobre ella-. Miré entonces al oso-. He venido aquí a acabar con un animal peligroso por encargo, no con una niña o con un hombre. Y me gustaría decir, antes de nada-. Fruncí el ceño, sereno- que yo no mato personas por encargo. Si lo que dices es cierto, buscaré la forma de castigar a los que os hicieron esto, no lo dudes. Me gustaría, si fuera posible, solucionar esto sin violencia para nadie.

Miré a Gerald un momento, estrechando la vista. Massen seguía en el bosque.
Por supuesto, si el oso atacaba de verdad el pueblo y aquello era una mentira, tendríamos que prodicer allí mismo.

Gerald había pedido pruebas. Yo simplemente esperaba que, por magia divina, Mithos me reconociese como a un héroe y me mandase la respuesta desde un rayo de luz. O pruebas. Pruebas estarían bien, también.

Mensajes : 1439

Pataleó en el sitio.- ¡Os mandaron matarle a él!- Dijo respondiendo a las palabras de Gerald.-¡Es justo que yo pida su muerte también!
-¿Pruebas?- Dio un paso hacia atrás.- ¡No tengo pruebas!- Dijo con una patada en el suelo.
El oso gruñó. Ver alterada a la chica le ponía nervioso.

-¡Ya no hay marcha atrás!- Replicó a Rick la muchacha. - ¡No matas personas pero sí osos!- Dijo echándole la lengua con burla. - Feo. - Acabó por decir.

Señaló a la chica piscis.- Tú, niña.- Le llamó así aunque por edad, Massen le sacaría un año o dos.- Volved por donde habéis venido y decid que habéis matado al oso.- Exigió colocándose delante del animal de brazos cruzados. -Eso o la muerte.- Dijo sacando un tenedor de su cesta, amenazante.

Oso de batalla. Add_zpsf0815cfd

Moderador Edad : 24 Mensajes : 2840

Nada. No pasaba nada. De hecho, parecía todo una absoluta patraña, cada vez más. En primer lugar, porque según ella, no tenía pruebas, y tampoco parecía dispuesta a conseguirlas. En segundo lugar, porque su comportamiento era aún más crío que su aspecto, lo que hacía pensar que, si de verdad la habían hechizado, más bien el habían parado la maduración de la cabeza.

Suspiré, cansada, cuando me llamó. Ya me daba la impresión de que esconderme no serviría de mucho. Pero toda aquella historia, que me sonaba absolutamente falsa, me hacía pensar que aquella niña era una caradura. ¿Cómo se atrevía a inventar una historia así? ¿Acaso no veía que había familias que de verdad pasaban por situaciones horribles?

Cuando salí de detrás del árbol tenía el ceño fruncido. No avancé, sino que me limité a mantenerme a aquella distancia de siete metros, con ambos aquaerums a la vista. Me reía yo de la amenaza que suponía su tenedor.

-Tú no tienes derecho a pedir nada -repliqué, enfadada-. No eres más que una niña que ha decidido meterse en medio de nuestro trabajo. Me han dicho que buscara a un oso en el bosque, y veo que efectivamente lo hay. Tú dices que sois hermanos hechizados, pero no veo pruebas de ello. Si de verdad no piensas demostrar por qué deberíamos hacerte caso, sal de nuestro camino y deja de hacer tonterías antes de que el oso se enfade y te ataque.

No la ataqué, por supuesto, pero no pensaba bajar la guardia bajo ningún concepto. Y si tenía que defenderme de sus ataques, lo haría, de la misma forma que colaboraría para atrapar al oso.

Edad : 35 Mensajes : 1331

Va a empezar a dolerme la cabeza de escuchar los parloteos inútiles de esta niña. Ahora mismo sólo me apetece cogerla debajo del brazo para apartarla de en medio mientras nos cargamos al oso. Dejo salir el aire por la nariz, irritado.

Entonces me giro un momento hacia Massen, cuando decide intervenir. No sé cómo luchará, pero la niña tiene bastante carácter. Vuelvo a mirar a la chavalita y al oso.

—Ya la has oído. No vamos a creerte sin más. Tenemos un trabajo que hacer. Por mi parte, haré una última prueba para acabar de decidirme —Miro a los chicos. —Pero la única solución positiva que te queda, niña, es marcharos tú y el oso de aquí y no causar problemas. Sino tendremos que llevarnos al oso vivo o muerto —Le aclaro, ya con tono cansino.

Me yergo un poco y miro al oso. Esto va a ser patético.

—A ver, oso, si eres un chaval, dinos tu edad dando zarpazos en el suelo —Insto, lo más serio que puedo. Estar aquí hablando con un oso, joder.

Edad : 32 Mensajes : 2682

Me pasé una mano por el rostro, contrarizado. Habíamos ido allí a trabajar, y era cierto que la situación estaba resultando delicada, pero llamar feo a un hombre porque sí era un poco maleducado. Y, además, innecesario. Por herir mis sentimientos no iba a conseguir que me rindiese en el intento de lograr llegar al final de todo aquello para cumplir mi noble misión.
Observé el tenedor que sacó y fruncí el ceño, llevándome las manos a la cadera, severo. No iba a aceptar amenazas de una niña, por joven dama que fuese.

-Créeme -comencé, con voz grave y sonora-. No quiero matar al oso, tampoco -. Tiempo atrás me hubiese lanzado sin dudarlo, seguramente, pero desde que tenía a Telma, o desde que conocía a Lea, me resultaba más difícil pensar en matar porque sí a un animal que no me había parecido siquiera agresivo. La nobleza consistía en saber hacer lo correcto, no en cumplir órdenes sin pensar.

Respiré hondo, cayendo repentinamente en la cuenta de lo más noble y correcto, y miré una vez más a la niña.

-Si realmente es una maldición, permitidme, por favor, ayudaros a romperla. Eso es lo verdaderamente correcto. No castigar a nadie, no vengarse, sino arreglar todos los problemas de la mejor forma posible.

Salvar a todos. Proteger a todos. Aquello era lo que hacía un héroe, y no matar sin son ni ton.
Escuché las palabras de Gerald y dirigí mi mirada al oso, esperando la respuesta. Quizás con aquello pudiésemos tener las cosas claras.

FdR- Estos guerreros van cada uno a lo suyo XD

Mensajes : 1439

Aunque las palabras de Rick fueron amables y conciliadoras, los fuertes cortes de Gerald y Massen hicieron perder los nervios a la niña.
La pequeña estaba harta. - ¡Que no, que no, que nooo!- Chillaba una y otra vez.- ¡Es un oso! ¡Los osos no saben contar! - Defendió al animal. -¡Estoy hasta las narices! ¡Vik mátalos de una vez! - Chilló clavando el tenedor en un lateral del oso. Este, que ya estaba bastante nervioso, reaccionó con una carrera hacia los guerreros.
Massen era la más alejada de los tres, por lo que no recibió al oso directamente. Sin embargo los chicos se las tuvieron que ver con las negras garras de aquella enorme bestia que los asedió a los dos casi al mismo tiempo.

Oso de batalla. Bear-1gbhyji

La pequeña chica, por su parte había desaparecido en lo profundo del bosque a toda velocidad con lágrimas en los ojos aprovechando la distracción que su oso le había proporcionado.

Oso de batalla. Add_zpsf0815cfd

» Oso de batalla.