Las guerreras llevaban tiempo caminando por aquel sendero que no tenía fin. Debían aprovechar las horas de sol de Caligo para moverse, pues ninguna de ellas tenía visión noctura, pero en aquel continente eran más reducidas, lo que había prolongado su viaje, obligándolas a detenerse con más frecuencia. Su destino era una de las montañas menores de la cordillera Astral, conocida por los pueblos cercanos como "Monte de los Aullidos", debido al sinfín de bestias y animales que se reunían en aquel lugar, aunque también cuna de la raza de mecña más apreciada. Habían podido escuchar en algunos de los lugares por los que habían pasado, además, que desde el comienzo de las catástrofes la situación había ido a peor, y aquel lugar parecía estar más poblado de fieras que nunca.
Tras horas caminando, pudieron ver al fin las faldas de la montaña, anchas y frondosas, con algún camino despejado de tierra por el que introducirse en la montaña. Los mecñas, por lo que sabían, eran nocturnos, de modo que todavía tardarían unas cuatro horas en salir, cuando el sol se pusiese. Tenían aquel tiempo, pues, para ascender por las laderas del Monte de los Aullidos hasta llegar a un refugio que allí había, en el que podrían descansar y asentarse por si la captura duraba más de una noche. Por otro lado, en caso contrario, las guerreras también podían lanzarse directamente al bosque, a rastrear colina arriba, vagando sin más, esperando que algún mecña rezagado apareciese. La decisión, pues, estaba en sus manos.
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Mar 10, 2014 10:55 pm
¡La Providencia nos sonríe a aquellos que sonreímos al futuro! Aquí estamos, en Caligo, la mujer más maravillosa de cuantas he conocido en ese antro burgués y rococó y yo, ¡en busca de un familiar digno de una cabeza pensante de la Revolución de Lumen.
A decir verdad, no esperaba que este sitio fuera tan lúgubre. Tan poca luz, por Mithos, no me extraña que se dejen controlar por esa dictadura de poca monta. ¡Pero aquí está Ío, estrella de los oprimidos, trayéndoles la luz en mi puño para guiarlos hasta la libertad! Me reprendo mentalmente por esos pensamientos. Debo concentrarme en la misión presente, conseguir ese minino y librear Lumen antes de pensar en cualquier otra cosa. He de ser una buena luchadora.
Hemos llegado al fin al Monte estrellado, comuna de Animales que Aullan, o algo así me han dicho en el pueblo. Es perfecto, es una señal del destino. ¡Que se oiga rugir la rebelión incluso en este mundo desangelado! Me siento llena de energía, pero debo controlarme. Aquí la luz es un bien escaso, como si lo suministrara su gobierno déspota. Si hago locuras, lo lamentaré rápido.
- ¡Vamos, Lei-Lei!- la animo-. Pronto alcanzaremos la cumbre. ¡Seremos las reinas de la creación y podremos adueñarnos de una de esas tiernas criaturitas!
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Mar 10, 2014 11:36 pm
Todavía no hemos llegado a nuestro destino y yo ya no puedo más. No para quieta, es como un terremoto. Me lo habría planteado dos veces si llego a saber que mi compañera iba a ser Ío. Ir de misión con alguien con ese nombre es un mal augurio, y por tanto un mal comienzo. Solo me consuela la idea de que, según nos han dicho, este lugar está lleno de animales. Esto puede ser muy interesante, si es que mi compañera deja de hacer aspavientos y dar voces y podemos acercarnos antes de que los espante.
Avanzo tras ella, sin oponer mucha resistencia. Le dedico mi sonrisa más adorable, tratando de sonar despreocupada y alegre cuando hablo. Ignoro el horrible nombre que me ha puesto. Solo espero que no vaya nombrándome así por ahí.
-Ya voy, Ío.
Solo pronunciar ese nombre me trae malos recuerdos. Casi no me hago a la idea de que sea otra la que está ante mí. Echamos a andar en dirección al refugio, desde donde podremos organizarnos. Espero que los mecñas sean lo suficientemente ruidosos para hacerse fáciles de localizar cuando caiga la noche.
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Mar Mar 11, 2014 12:48 am
Ambas muchachas caminaron durante algo más de una hora, siguiendo como bien pudieron los caminos que les habían sido indicados por un par de ancianos en el último pueblo, que deberían llevar al refugio. A medida que se adentraban en la montaña, las pendientes crecían, el suelo arenoso era más difícil de atravesar sin resbalones y la maleza se hacía más tupida. Las copas de los árboles seguían filtrando la clara luz del atardecer, permitiéndoles guiarse de todos modos entre las piedras, más presentes en los caminos a cada paso que daban. Llegado a un punto, cuando ya debían haberse encontrado con el refugio, las guerreras se dieron cuenta de que no encontraban el punto de referencia correspondiente, una roca con una forma peculiar en la que deberían girar a la izquierda, aunque en un bosque tan amplio como aquel era fácil confundir las distancias.
Desde que habían entrado en el bosque, y aumentando a medida que se internaban en él y anochecía, podían escuchar pisadas, gruñidos y otros sonidos animales en los alrededores, como acechándolas, cada vez más cerca e insistentes.
Sin embargo, cuando empezaban a moverse los primeros matorrales a sus alrededores, cuando la sensación de acecho comenzaba a ser agobiante, pudieron ver, finalmente, cómo una construcción de madera surgía tras una pequeña colina.
Apenas unos metros las separaban de la cabaña.
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Miér Mar 12, 2014 3:52 pm
Echamos a andar en busca del refugio, siguiendo las indicaciones que nos han sido dadas. Me pone nerviosa la desbordante energía de mi compañera, que parece no ser capaz de sobreponerse a su impaciencia. Trato de ignorar sus continuos aspavientos y llamadas, intentando centrarme en el camino, cada vez más difícil de seguir, y en las señales a las que debemos prestar atención.
Empiezo a molestarme cuando veo que no damos con nuestro punto de referencia. Trato de moverme por la zona, prestando atención. No puede ser que lo hayamos pasado por alto. ¿Acaso la gente no sabe dar indicaciones a derechas? Si es que una no puede fiarse de nadie, no hay forma de hacer algo como corresponde.
Tratando de mantener la calma, continúo con la búsqueda, acompañada por la claritas. Cada vez el bosque se vuelve más siniestro, con lo que no es tarea fácil. Empiezan a ponerme de los nervios todos esos sonidos que no parecen venir de ninguna parte en concreto. Y, a ese ritmo, se nos echará la noche encima. Por otra parte, siento enorme curiosidad por qué nos está acechando. Trato de reconocer los sonidos e identificar a los animales, aunque soy consciente de que no es el mejor momento para investigar la fauna del lugar. Por otra parte, de todas formas, no importa demasiado, ya que en cierto modo es lo que hemos venido a hacer.
Para cuando quiero darme cuenta, los continuos movimientos y sonidos se han hecho muy cercanos, tanto que estoy a punto de invocar un flagrare con el que orientarme mejor y hacerme respetar ante lo que sea que se esté acercando. Es entonces cuando la veo, unos metros más allá.
-Mira -indico a mi compañera, hablando en susurros y sin dejar de prestar atención a aquello que nos acecha-. Vamos, ya está aquí mismo.
Y echo a andar hacia la cabaña, tratando de encontrar en ella refugio.
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Jue Mar 13, 2014 8:42 pm
Ese maldito refugio no aparece. ¡Y esto se está poniendo más oscuro que los secretos de un gobierno! Procuré hablar únicamente con habitantes llanos, nadie que exhudara remotamente el hedor del dinero y la riqueza, pero al parecer esas pobres gentes están sometidas a la estupidez además de a su gobierno. ¡Y es que la incultura es el mayor yugo con el que sujetar las mentes!
Y tanta oscuridad comienza a ponerme nerviosa. La falta de luz es un factor de importancia a la hora de reivindicarse, seguro que por eso no son capaces de alzar el puño con orgullo contra el opresor. "No os preocupéis, modestas gentes de Caligo. Pronto la Revolución se abrirá paso por estas tierras sombrías" murmuro para mí misma. Concentro todos mis pensamientos en ello y no en esos malditos arbustos que parecen moverse tras nosotras. ¡Yo solo quiero mi minino y largarme de aquí! Aunque tenga que ser a ese palacio burgués y podrido.
Abrazo de felicidad a Lea cuando me avisa de que ya ve el refugio. Noto que mi visión empeora por segundos, esto no puede ser bueno. Troto tras ella feliz, ¡esto es un paso más hacia delante para la rebelión!
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Vie Mar 14, 2014 3:28 pm
Las muchachas vislumbraron, finalmente, aquella casa. La tarde daría pronto paso a la noche, y comenzaba a ser difícil distinguir los caminos, por lo que pudieron sentirse afortunadas, dado que haber hallado refugio durante la noche hubiese sido mucho más complicado. En un par de minutos evitando matorrales, todavía perseguidas por aquel murmullo de vida que las rodeaba, fueron capaces de plantarse, finalmente, frente a la envejecida construcción de madera. La pintura, de cerca, se veía descorchada y mal cuidad, y las paredes estaban cubiertas de musgo y humedades. Las ventanas, de cristales polvorientos, apenas dejaban que se viese lo que había al otro lado. Ni una luz en el interior, ni un sonido. Daba la sensación de que eran las primeras en acudir a aquel lugar en un buen tiempo, de que nadie lo cuidaba. Los murmullos que las rodeaban se quedaron a una cierta distancia, como acechándolas desde lejos, sin acercarse más una vez ellas alcanzaron la construcción.
Finalmente, Lea e Ío optaron por entrar. La noche caería pronto y tenían poco tiempo para prepararse antes de que la oscuridad se las tragase.
Spoiler:
https://www.youtube.com/v/RBXc_3G3wVU
Nada más entrar, un olor fuerte las golpeó, llegando a marearlas por un instante, mientras no conseguían acostumbrarse a él. El ambiente estaba cargado, se notaba casi húmedo, pegajoso, y mucho más cálido que el del exterior. Resultaba desagradable respirar por la nariz. El aire no corría en aquel lugar, de modo que aquel olor concentrado, tan denso que casi parecía sólido, las envolvió desde el primer momento, inundando sus fosas nasales y llegando hasta su cerebro. Las sucias ventanas apenas dejaban entrar un poco de la ya escasa luz del exterior. No tardaron demasiado, pese a todo, en acostumbrarse a la oscuridad, en la que pudieron diferenciar una sobria decoración, toda de madera: sillas, mesas, estantes polvorientos llenos de botes y extraños instrumentos metálicos. Había zonas tan polvorientas que parecían no haber sido tocadas en años. Otras, sin embargo, estaban más despejadas de suciedad. Al pisar algunas zonas, notaban el suelo pegajoso, allí donde había manchas oscuras, y sobre una de las mesas pudieron encontrar cuchillos afilados u oxidados, mugrientos todos ellos.
Un golpe sonó de pronto, seco, y un murmullo extraño y animal, como un quejido lastimero y furioso, surgió de la pared del fondo, la más alejada de la puerta, en la que Lea pudo diferenciar una puerta descorchada y vieja de aspecto poco sólido.
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Jue Mar 20, 2014 2:21 pm
No es que sea el mejor lugar del mundo, al parecer. En concreto, parece el mejor lugar del arrabal más pobre que exista, con el añadido del toque rústico que le da estar perdida en el bosque. Bueno, es mejor que nada o que un palacio imperialista.
Entramos decidas, pues quienes luchan por la justicia no tienen miedo a las cabañas que parecen hechas de humedad y con firme predisposición a caérsete encima. El olor interior es... es... peor que el olor del sudor del pueblo oprimido y esclavizado tras trabajar la jornada completa al servicio del señor. Peor que los privilegios burgueses. Lo peor que he olido. Me subo el cuello de la camiseta, a ver si logro filtrar un poco esa hedor a cadáver. Apenas vo nada ya, pero el interior es tal y como podía esperarse por el exterior. Un caos viejo y descuidado. ¿Por qué nos han mandado aquí los amables aldeanos? ¿No han mandado a nadie más en los últimos siglos o qué? Enciendo un clair ëm yäk y trasteo por la habitación, a ver si hay algo interesante que ver en este sitio, pero un ruido muy feo me distrae. ¿Dónde Mithos nos hemos ido a meter?
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Jue Mar 20, 2014 7:51 pm
Cuando nos acercamos a la cabaña dejo de sentir esa extraña opresión del animal perseguido. Lo que sea que nos acecha entre la maleza sigue ahí, desde luego, pero a una cierta distancia. En cuanto tengo oportunidad, alcanzo la puerta y tiro de ella, dispuesta a refugiarme en el interior. No es momento de cazar, eso será un poco más tarde. Cierro tras de nosotras para asegurar que nada nos sigue.
Nada más entrar me veo obligada a dejar salir un leve sonido, entre de sorpresa y desagrado, y al momento me tapo la nariz y la boca con la mano, asqueada. ¿Qué es lo que huele así? ¿Puede ser solo el olor a cerrado, siendo tan fuerte? Trato de respirar por la boca para evitar ese olor nauseabundo. Y no es lo único desagradable. El suelo está pegajoso, y no sé si quiero saber por qué. Por lo demás, abunda el polvo.
Un ruido me hace dirigir la vista hacia la puerta del fondo, de aspecto tan desmejorado como el resto de la construcción. Al poco, la claritas ha encendido un clair ëm yäk que me facilita un poco la visión. Este sitio es extraño. Algo no me gusta.
Por mi parte, decido invocar un flagrare (tener luz está bien, pero mejor poder controlarla), y tras dirigirle una mirada a Ío voy directamente a la puerta del fondo. Solo espero que al tocar ese pomo no se me quede la mano pegada. Trato de abrir la puerta con el hechizo por delante, tanto para ver como para defenderme de lo que pueda haber al otro lado.
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Vie Mar 21, 2014 5:08 pm
Poner mientras se lee el post.
Ío arrojó más luz en la habitación con un clair ëm yäk, permitiendo que ambas viesen el lugar con más exactitud, aunque incluso con luz resultaba bastante deprimente y oscuro. La madera envejecida, lucia marrón oscuro, seca, con humedades en las esquinas, allí donde se juntaba por el techo. Colgaba alguna telaraña, de la que caían pequeños colgajos por el polvo, también atrapado en ella. En cuanto a las manchas del suelo, se veían marronuzcas, oscuras, sobre la ya apagada madera, pero no parecía haber muchas posibilidades sobre su procedencia más que la primera que aparecería en la mente de cualquiera que las viese.
La decoración seguía siendo igual de sobria. Podrían contar hasta cuatro cuchillos de diferentes formas y tamaños en la mesa, y ya con luz podían ver, además, las capas oscuras de cuero colgadas en una de las paredes, junto a la puerta cerrada de la que había surgido aquel sonido. Mientras rebuscaba, a la derecha, pegado contra la esquina más alejada de la puerta principal, Ío abrió un armario chirriante. En su interior se topó con una buena cantidad de cuerdas de diversos grosores y longitudes, enrolladas en el fondo, y varias correas y arneses de cuero colgadas de unos ganchos. Al lado de estos, vio varios bozales, un látigo desgastado y una fusta en un estado no muy diferente.
Lea, por su parte, giró el mugriento picaporte sin dificultad, con un flagrare en la mano opuesta. No había terminado de abrir y el olor ya parecía algo más fuerte, viniendo sin duda alguna de aquel lugar. Pudo escuchar varios gruñidos, entre amenazantes y lastimeros, cuando la luz que emitía su mano comenzó a colarse dentro. Al abrir por completo la puerta, entonces, la flamma pudo verlo: Aquel cuarto era algo más pequeño que el anterior y, sin embargo, estaba mucho más lleno, pareciendo todavía más angosto y claustrofóbico, ayudado por las persianas cerradas. Pero no eran muebles lo que Lea vio al abrir la puerta, sino jaulas, estrechas jaulas, pegadas unas contra obre otras, y apiladas algunas más pequeñas sobre las primeras, en las que se agazapaban diferentes animales, a los que la llama de las manos de Lea arrancaba chillidos o gruñidos fieros. El ambiente se revolucionó, tenso. En algunas de las jaulas superiores vio pájaros nocturnos, similares a lechuzas, aunque con un extraño color azulado; en otras, unos grandes felinos plateados de múltiples colas, grandes como panteras, erizaban el pelo de la espalda en respuesta al fuego; en un tercer grupo de jaulas, otros mamíferos, más pequeños, se enroscaban sobre sí mismos, temblando silenciosos, amparándose en su hermoso pelaje blanco, que era amarillento debido a la suciedad, pero que podía imaginarse perfectamente convertida en una prenda de ropa para alguna mujer de alta alcurnia. Todos los animales estaban etiquetados y numerados, aunque la pequeña letra de aquellas extrañas pulseras no podía leerse desde fuera de las jaulas.
El suelo, pegajoso, estaba cubierto de excrementos, pelo, restos de comida y suciedad que ni siquiera podía ser identificada. Sobre una mesa que había al fondo se veían varias herramientas sucias, así como cuerdas o más cuchillos, o agujas y botes con un líquido translúcido, que dejaban poco a la imaginación a la hora de preguntarse qué se hacía en aquel lugar, que poco se parecía a una cabaña en la que refugiarse para pasar la noche del bosque.
La luz, fuera, se agotaba. Apenas quedaban unos minutos.
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Vie Mar 21, 2014 7:31 pm
Las piezas de cuero que puedo ver gracias a la luz se suman a los cuchillos y al olor para darme una idea general de lo que es este sitio. Y es una idea que no me gusta en absoluto.
Con cierta angustia, giro el pomo, y pronto una nueva oleada de olor inunda la habitación, dejando bien claro el origen. Cuando la llama me permite ver el panorama siento un principio de náuseas. Trato de mantener la compostura.
Lo primero que hago es reducir la intensidad de la llama; estos animales son nocturnos, y por más que yo necesite luz para ver, los estoy molestando. Entro en la habitación con expresión neutra. Necesito ahogar las emociones que me embargan. Basta un pequeño vistazo para dejar claro que no son animales comunes, al menos en peletería. No estamos hablando de cuero de bismonte; probablemente se trate de artículos de lujo.
Me pregunto si, siquiera, serán legales. Porque este no parece el lugar más normal en el que establecer un taller de curtido, si es que puede llamársele así a esto. He visto los alrededores, ni siquiera hay agua cerca para tratar el cuero. Esto no me gusta. Lo que está claro es que esto no es ninguna cabaña donde los viajeros puedan pasar la noche.
-Putos millonarios de mierda -siseo, furibunda.
Vuelvo junto a Ío, sin embargo. No puedo detenerme ahora con esto o podemos acabar en problemas. Lo primero es conseguir lo que hemos venido a buscar. O tal vez... Mithos, ¿cómo expongo yo esto sin parecer una imbécil? Siempre puedo expresarme en sus términos... Probemos suerte.
-Aquí se trabaja para las clases pudientes -expongo, tratando de sonar segura y convincente-. Se explota la naturaleza para el capricho de los opresores. Mithos, gastan su dinero en acabar con pobres seres inocentes en vez de dar de comer al pueblo. ¡Deberíamos liberar a estos animales para darles una lección!
Por favor, por favor, que funcione...
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Vie Mar 21, 2014 8:58 pm
Cojo alguno de los cuchillos y jugueteo con ellos. Parecen de buena calidad, ¡qué amable quien prepara así de bien la cabaña para los que necesitan refugio! El armario está lleno de objetos extraños que no acabo de identificar, correajes y cuerdas. Me giro con una en la mano para preguntar a Lei Lei si ella sabe lo que pueden ser, pero el coro de ruidos me interrumpe.
Me acerco con prudencia a Lea y observo desde una cierta distancia el lamentable espectáculo que se desarrolla en el interior de la habitación. Apenas veo con tan poca luz, pero puedo imaginar perfectamente la situación por el hedor. Es horrible. Es como una cárcel de presos políticos inocentes, es repulsivo. ¿Para qué querrán tantos animalitos en jaulas? Cada vez veo menos sentido a este refugio, pienso mientras trato de contener las arcadas que me provoca el dolor.
Las palabras de Lei Lei iluminan mi ignorancia y calan hasta lo más profundo de mi alma. ¡En ella hay auténtico fuego de la revolución! ¡Habla como una auténtica cabecilla! La abrazo, esta vez de emoción pura y dura. Es lo más bonito que he oído en tanto tiempo... Y en sus palabras hay tanta verdad, no solo belleza. Ha sabido captar que la revolución no solo es una causa noble y hermosa, sino que realmente es necesaria y ayuda a aquellos que lo necesitan.
-¡Claro que deberíamos! Esos malditos burgueses no deberían vestir el sufrimiento de nadie, y menos de seres así!- cojo resuelta uno de los cuchillos y busco a mi alrededor algo con lo que golpearlo para forzar los candados-. Sabía que podía contar contigo en la lucha, Lea. ¡Liberemos a nuestros camaradas peludos y traigamos un poco de la luz de la salvación a esta cabaña del mal!
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Sáb Mar 22, 2014 5:06 pm
Mientras hablaban, las muchachas pudieron escuchar crujidos en el exterior, pasos, que se acercaban claramente a la casa. Desde el otro lado de las paredes de madera, todavía desde cierta distancia, podían escucharse varias voces graves que, sin pudor, se alzaban en la noche, acompañadas, a ratos, de chillidos angustiados insoportables fácilmente reconocibles para todo aquel que alguna vez hubiese tenido que ver algo con aquella especie animal en concreto.
-Al final hemos cogido unos cuantos-gruñó uno, claramente satisfecho-. ¡Cállate, joder! -gritó, luego, y se escuchó un golpe seco contra la madera.
-No sé cómo a esas mujeres orondas les pueden gustar estos bichos tan molestos -rió otra voz, aquella vez femenina-. Creo que es al que menos soporto de todos los que tenemos. Los otros al menos se están callados, pero estos me dan dolor de cabeza.
Las dos guerreras escucharon un nuevo par de chillidos animales aterrados desde el interior, seguidos de un gruñido de frustración y un nuevo golpe.
-Creo que ese está enfermo -dijo una tercera voz, más grave y baja.
-¿Te duele algo, saco de huesos? -replicó la de mujer, burlona-. ¿Por eso chillas tanto?
-Si está enfermo habrá que matarlo -repuso el primer hombre-. Como contagie al resto perderemos toda la mercancía.
Se acercaban a la parte frontal de la casa. Pronto, podían suponer por el lugar de origen de las voces, tendrían las ventanas y la puerta de frente.
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Mar 24, 2014 3:50 pm
Mientras estoy intentando quitarme a la claritas de encima, que parece haber captado el planteamiento incluso mejor de lo deseado, oigo unas voces que provienen de fuera de la cabaña. Y gritos. Gritos que reconozco al momento. Si al final nos lo iban a servir en bandeja, por lo visto... Mejor así.
Tratando de no hacer ruido, insto a la claritas a que apague también su luz y tiro de ella hacia la habitación en la que están los animales, cerrando la puerta a nuestras espaldas. Trato de hacer sonidos agradables, bajos, para que se tranquilicen y no armen jaleo, aunque dudo que pueda oírse gran cosa con los chillidos de fuera. Los mecñas tienen sus ventajas.
Me coloco, pegada a la pared, junto al marco de la puerta. En un principio me planteo utilizar la magia, pero estamos en una construcción de madera, así que no parece muy buena idea. Por otra parte, sin luz, tengo miedo de hacer daño a los animales. Aunque, bien pensado, creo que no me importa demasiado matar a estos malnacidos. Seguro que son furtivos, así que...
Sacudo la cabeza. Mucho hablo, pero...
Acabo por sacar la espada. Puedo darle con el canto del filo al primero que intente entrar. Trataré de invocar un flagrare para iluminarme, al menos mientras no pueda contar con que mi compañera me dé algo de luz. Sé que son, como mínimo, tres. Me estremezco. Y tantas vidas en juego...
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Jue Abr 03, 2014 10:12 pm
Desde el exterior nos llegan voces. Sigo las indicaciones de Lea y dejo que mi luz se extinga. No me siento muy cómoda sumida en esta oscuridad horrorosa, pero comprendo que he de hacerlo. Me arrastra al interior del cuartucho de los animales y noto como cada vez me pongo más nerviosa. Esto no pinta bien. Lea trata de tranquilizar a los bichos a nuestro alrededor, pero seguimos rodeadas de animales salvajes enfadados, a merced de señores malos y no-hay-luz.
Deslizo una mano a mi faltriquera, dejandola abierta, y saco una piedra que coloco en la honda. No va a haber mucho a lo que apuntar, pero más vale estar preparada de algún modo. Me acerco tanto como puedo a Lea y susurro:
- En cuanto se abra esta puerta, enciendo la luz y que empiece la fiesta.
A los animalitos no les va a hacer ninguna gracia, pero es lo que hay. Como líder de la revolución, sería poco honroso acabar mis días convirtiéndome en forro para interior de zapatos súper suave. Lea también ha sacado su arma y me siento aún más claustrofóbica sabiendo que hay una chica con una espada añadida a los ocupantes de este pequeño espacio. Tomo aire y trato de mantenerme serena. "En peores te las has tenido que ver..."
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Sáb Abr 05, 2014 8:25 pm
Lea e Ío se introdujeron en aquella habitación llena de jaulas, cerrando la puerta, ocultádose antes de que aquellas voces entrasen en la cabaña. Aunque el olor seguía siendo potente, más insoportable en aquel que en el otro cuarto, el tiempo que llevaban allí y la adrenalina hicieron que de pronto pareciese menos intenso, para beneficio de ambas. Pudieron, pues, prepararse, escuchando finalmente cómo la otra puerta crujía y el primero de los pasos sonaba dentro de la habitación contigua, contra la madera.
-Joder, esto apesta, como siempre -gruñó con rabia el primero de los hombres-. Voy a abrir una ventana.
-No será que se ha vuelto a morir uno, ¿no?-. Las voces callaron un instante, aunque seguían escuchándose pasos de un lado para otro-. Tienes un estómago demasiado delicado. Acabemos con esto ahora y luego sal a respirar fuera si quieres.
Tras un par de minutos, en los que ambas podían pausar la tensión, escuchando a ratos aquellos pies acercarse y alejarse de la puerta, el pomo rotó, por fin. Ambas guerreras estaba preparadas para aquello, por lo que, aunque sintieron cómo el pulso se les aceleraba de pronto, debido a la nueva y repentina descarga de adrenalina, pudieron actuar como habían planeado.
Un hombre atravesó la puerta, un caeruleus bajo y resumido, de nariz ganchuda, con un par de jaulas, una bajo cada brazo, y antes de que pudiese reaccionar recibió, en mitad del cráneo, un fuerte golpe, propinado por Lea con el canto de su arma. Dejó ir el aire un segundo, por los labios, desplomándose en el suelo, junto con las jaulas, de cuyo interior emergieron chillidos aterrados. Desde el suelo las miró, con aspecto desorientado, extendiendo una mano para asir el tobillo de Lea, sin una intención clara. Instantáneamente, por su parte, Ío invocó un ebrain aitchbrea, que cegó a todos los presentes, arrancando chillidos a los animales. Lea, que estaba avisada, pudo cerrar los ojos y cubrirse con el brazo, minimizando el impacto.
Al otro lado de la puerta, también con jaulas en la mano, una muchacha de pelo anaranjado, áspero, y la piel plagada de pecas frunció el ceño. Dejó caer las jaulas al suelo, para desgracia de sus moradores, llevándose enseguida las manos a los ojos, con un quejido. No tardó en destaparse y apuntó hacia la puerta con las manos extendidas, fiera, cegada.
-¿Quién demonios sois? -siseó, invocando un âchnam en la diestr, amenazante, con el rostro tenso. Inmediatamente después aplicó un garves sobre sí misma, recuperando poco a poco la visión, estrechando los ojos doloridos-. Ni se os ocurra moveros. Responded.
Su compañero, tendido en el suelo, resultaba un estorbo, un obstáculo entre ambos cuartos.
La voz del otro hombre no había vuelto a sonar, ni se escuchaban más pasos. Desde donde estaban, Lea e Ío apenas tenían ángulo para ver la habitación contigua, de modo que no podían tener muy claro si estaba allí o si no había llegado a entrar.
Los chillidos de los mecñas, desesperados, desde las jaulas tendidas, lograron pronto que el resto de animales del cuarto comenzasen a gritar también. Pronto era complicado escuchar algo más que todo aquel lamento animal: pasos, crujidos, voces... Incluso los propios pensamientos parecían más difíciles de alcanzar en aquellas circunstancias.
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Sáb Abr 05, 2014 10:00 pm
Me mantengo en tensión hasta que llega el momento, en que descargo la hoja sobre la cabeza de quien sea que entra, sin pararme siquiera a mirarlo. Al instante me cubro los ojos con un brazo, cerrándolos, sabiendo lo que vendrá a continuación. No puedo dejar de pensar en el daño que tenemos que estar haciendo, por fuerza, a los animales. Las jaulas, cayendo al suelo en ambos cuartos, no mejoran mi impresión.
Al sentir una mano en mi pie, casi por inercia, invoco un batzall en mi tobillo con intención de deshacerme del contacto. El nerviosismo me hace pensar en clavar directamente mi arma sobre él, pero me esfuerzo por contenerme. Me gustaría dejarlo inconsciente, pero no quiero matarlo. Mithos...
La voz en la otra habitación no me ayuda a saber qué hacer. Los animales, que se revuelven y chillan, nerviosos, tampoco.
Finalmente, me decido a intentar hacer algo respecto al que tengo delante. Dejo caer sobre su cabeza de nuevo el canto de mi arma. Si no se queda inconsciente, al menos que esté tan aturdido como para no ser peligroso. En cuanto a la mujer, no respondo, y espero que Ío tampoco lo haga. Tampoco me asomo en absoluto. No voy a exponerme a los que quedan.
Ío
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Sáb Abr 05, 2014 10:59 pm
Los chillidos de los animales indican que mi hechizo ha debido de doler. Mejor. Cuanto más doloroso resulte a nuestros contrincantes, mejor. Además, la carga de luz hace que me sienta un poco más confiada. La situación en general sigue siendo peor que una corte de burgueses, pero algo es algo.
Invoco un clair ëm yäk, dispuesta a contrarrestar su âchnam en el momento que lo lance. Parece que Lea ha logrado placar a su primer adversario, asi que me cargo la responsabilidad de la tía petarda esa. Tan rápido como puedo, disparo mi honda contra su mano derecha, tratando de que su hechizo se pierda. ¿Quién se cree esta pava para darnos órdenes a nosotras? ¡Nadie da órdenes a Ío Étoile, revolucionaria y alma libre!
Narrador
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Dom Abr 06, 2014 1:33 am
El hombre del suelo soltó el tobillo de Lea a los pocos segundos, dejando ir un gruñido grave, con aturdimiento. No tardó en ser acallado por completo, con el segundo golpe, que abrió una brecha sangrante en su cráneo. Inconsciente, inmóvil, quedó tendido allí donde estaba, mientras un hilo de líquido carmesí comenzaba a descender por su cuero cabelludo, hacia el suelo.
Cuando la caeruleus iba a atacar, Ío se le adelantó, disparando con su honda, certera, alcanzando la mano de su oponente, haciendo que el âchnam saliese despedido contra el techo, abriendo en él un pequeño boquete. La caeruleus, con un quejido de dolor, cerró el puño, echando un vistazo a su compañero herido. Enseguida se lanzó a la carrera, corriendo en dirección a la mesa más cercana, que tumbó de un tirón. Paralela a la puerta, separadas por unos seis metros, era una barricada excelente tras la que esconderse.
-¡¿Qué cojones queréis?! -bramó, por encima del resto de insoportables sonidos, asomándose lo justo para vislumbrar la puerta sin ponerse en peligro-. ¡Âchnam!-. Preparó un nuevo hechizo en su mano izquierda.
Tanto las guerreras de Brontë como la caeruleus estaban a cubierto, unas por las paredes, la otra por la mesa. Los chillidos de los mecñas se alzaban por encima de todo, aumentando el caos, confundiendo más la situación, penetrando en los oídos de todos, desorientándolos poco a poco, levantándoles dolor de cabeza. Mientras tanto, en la habitacion en la que ellas estaban, varios de los animales golpeaban enloquecidos contra los barrotes, aterrorizados, buscando abandonar aquel lugar.
Lea
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Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Abr 07, 2014 2:56 pm
Suelto un suspiro aliviado al sentir cómo el caído deja de moverse. Uno menos de que preocuparse por ahora. Porque creo (espero) que no lo he matado, pero al menos no opondrá resistencia ni ayudará a su compañera.
Esta, por otro lado, se está poniendo histérica. Yo también, reconozco, pero creo que tengo más motivos. Ella bien podría irse por donde ha venido y dejarlo estar. Hay muchos animales aquí que necesitan atención inmediata como para perder el tiempo con ella. Y con su compañero, por cierto. Oí a tres, ¿dónde está el otro? Mierda...
Cuando la oigo invocar un nuevo hechizo hago lo propio, dejando ir hacia ella un flagrare. Ha puesto algo ante sí, pero no me quedo a ver qué es, sino que me escondo de nuevo en cuanto he lanzado el hechizo. Por favor, que no sea una jaula, que no sean ellos...
Esto me está atacando a los nervios. Solo quiero que se vaya. Por favor, que se vaya...
Ío
Edad : 37 Mensajes : 87
Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Abr 07, 2014 7:31 pm
El hechizo de nuestra contrincante se pierde y respiro, aliviada. Lea ha neutralizado al primer enemigo y dispara un flagrare contra ella. La imito y lanzo el hechizo que había invocado, pero está protegida con lo que, a la luz de nuestras invocaciones, parece una mesa. Qué zorra.
Aprovecho y me agacho junto al cuerpo del caído. Lo palpo con las manos temblorosas de los nervios y encuentro un cuchillo en su cintura. Así cuando despierte no será tan peligroso. De pronto se me ocurre una idea. El caeruleus es un tipo bajito y lo alzo por las axilas ante nosotras. Debería ser suficiente como escudo humano; su compañera se lo pensará un poco más antes de atacarnos.
Narrador
Mensajes : 1439
Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Abr 07, 2014 8:34 pm
Los hechizos de ambas guerreras se estrellaron contra la mesa, dejándola ennegrecida, haciendo saltar astillas. De todos modos, la gruesa madera aguantó el primer ataque, y la caeruleus se asomó de nuevo, enseguida, lanzando el hechizo que ya tenía preparado, que no había llegado a enviar cuando Lea atacó. El nerviosismo hizo que no apuntase todo lo bien que hubiese querido, pero el hechizo alcanzó a Ío, que en aquel momento revisaba el cuerpo tendido del hombre caeruleus, en el hombro, con contundencia.
La chica iba a atacar de nuevo, pero entonces se detuvo, viendo cómo Ío tomaba a su compañero, cómo lo alzaba y lo ponía entre ambas. Apretó los dientes, furiosa. De nuevo, su grito se alzó por encima del caos que había en aquel momento.
-¡¡Puta!! -chilló, con inquina, mirándola con aversión. Extendió la mano de nuevo, apuntando a la cabeza de Ío, ignorando el cuerpo de su compañero-. ¡¡GARVES!!
Enseguida, la guerrera comenzó a notar que la poca luz que había se apagaba para ella, y sin visión apenas le quedaba aquel olor nauseabundo y los chillidos y topetazos que venían de todas partes, desorientándola.
Lo siguiente sucedió muy rápido, como si él hubiese estado esperando a aquel preciso instante para actuar, sin perder un segundo. Lea estaba a cubierto, Ío cegada; ninguna lo vio. Los mecñas chillaban por encima de todo, los demás animales gritaban, gruñían, golpeaban las jaulas; ninguna lo escuchó. El tercer hombre apareció ante la puerta, impulsándose desde un lateral, desde las sombras: era un caeruleus alto, musculoso, de media melena castaña y penetrantes ojos negros, con rasgos duros, masculinos, que portaba en cada mano un látigo extraño, negro, hecho de un material difuso, como si fuese humo concentrado. Cargó de frente, con intención de llevarse por delante a Ío si hacía falta, aunque se cubriese con su compañero. Penetró en aquella habitación, veloz, violento, como una exalación, y con gesto serio, como su aquella expresión estuviese esculpida en su rostro, lanzó un latigazo a Lea, directo a su cara.
Ío
Edad : 37 Mensajes : 87
Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Abr 07, 2014 10:52 pm
Mi plan parecía infalible... parecía. Esa zorra me deja ciega sin importarle el bienestar de su compañero. Lo suelto para cubrirme los ojos, dolorida.
-¡Puta tú, esclava burguesa! Cómo se nota que en vuestro podrido corazón no hay lugar para la amistad ni la camaradería- exclamo, acompañando a la orquesta de gritos a mi alrededor. Me tambaleo y me golpeo contra la jaulas. Tanto ruido me pone aún más nerviosa e invoco ebrain aitchbrëa sin preocuparme por Lea. Lo siento por ella, pero esto va más allá. Como si no tuviera suficiente con la noche de este continente del demonio para que vengan ahora a dejarme ciega.
Aprovecho el breve momento de alivio y miro lo que sucede a mi alrededor. Un tercer enemigo de los débiles ha aparecido y ataca a Lea. Les voy a enseñar yo lo que es meterse con mis compañeros.
- ¡Quieto ahí, siervo del dinero!- grito mientras me abalanzo sobre él, intentando desviar el ataque. Hay que defender a los que cuidan tu espalda.
Lea
Edad : 31 Mensajes : 1311
Tema: Re: Un mecña para Ío. Lun Abr 07, 2014 11:10 pm
El caos se hace cada vez más evidente, y mi nerviosismo con él. Permanezco donde estoy, observando a la escasa luz cómo mi compañera, al parecer con más iniciativa que yo, se agacha a desvalijar al caído. Es una idea que debo tener en cuenta para ocasiones posteriores. Aunque con más tiento, me apunto al verla recibir un ataque de nuestra oponente. Le sigue otro que parece cegarla.
Me llama entonces la atención un rápido movimiento a mi lado, y sin pararme a pensar alzo ante mí mi espada, tratando de que reciba el impacto que parece inminente, al tiempo que cierro los ojos como reacción inconsciente. Sin pararme a pensarlo demasiado, adelanto a continuación la hoja inferior, tratando de trazar un corte vertical que alcance su vientre. Pienso en lanzar también un hechizo, pero no veo y temo hacer daño a los animales.
Esto se está poniendo cada vez más feo.
Narrador
Mensajes : 1439
Tema: Re: Un mecña para Ío. Mar Abr 08, 2014 6:34 pm
Cuando Ío soltó al hombre, su cuerpo golpeó, sordo, contra el suelo, quedando allí tendido, inerte, sin quejido alguno. Un par de jaulas cayeron al suelo, empujadas por la claritas, cuando esta retrocedió, aumentando el estruendo, y su hechizo volvió a cegar a todos los que se hallaban en el cuarto, aunque parecía que los animales ya no podían generar más alboroto, y solo siguieron chillando como hasta aquel momento. La chica caeruleus aprovechó aquel caos para lanzarse sobre su compañero tendido y comprobar su estado, con gesto ácido.
Los reflejos de Lea, por otro lado, parecieron funcionar a tiempo, y pudo proteger su rostro antes de saber siquiera qué se abalanzaba sobre ella. Sin embargo, el ataque ya estaba lanzado, y, aunque la espada recibió la mayor parte del impacto, la flamma, cegada por el ebrain aitchbrëa de su compañera, pudo notar el latigazo restallar en su mano izquierda. Enseguida sintió como si la piel de la primera falange de cada uno de los cuatro dedos paralelos, a pocos milímetros de los nudillos, fuese arrancada de cuajo, y un dolor ardiente la asoló. Ío no había podido llegar a tiempo para desviar el ataque, pero sí un instante después, impidiendo que el caeruleus lanzase un segundo golpe, o que se aplicase un garves inmediatamente para recuperar la visión. Lo hizo desestabilizarse, y la guerrera pudo escuchar, desde su espalda, cómo su adversario gruñía al recibir un tajo vertical en el vientre. El corte no había sido lo suficientemente profundo para resultar peligroso, pero sí como para que la sangre empezase a descender por la herida, abundante, impregnándole los pantalones.
De nuevo, fue el turno de la chica, que seguía arrodillada junto al hombre tendido. Alzó la diestra, apuntando a Ío, e invocó un nuevo âchnam, que avanzó a través del aire, buscando la cabeza de la guerrera.
Al cabo de varios segundos Lea pudo ver de nuevo, pasando de aquel fulgor blanco a, nuevamente, la oscura habitación. Al bajar la vista a su mano, que todavía parecía arder, se dio cuenta, sin embargo, de que no tenía una sola marca sobre la piel. El hombre, por su parte, se revolvió, lanzando un codazo a Ío, a su vientre, para alejarla de sí, aunque con los oscuros ojos clavados en Lea, entrecerrados todavía, doloridos por el destello, sin soltar ninguno de sus látigos, amenazador.