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Alehyss

Alehyss


Edad : 30
Mensajes : 3185

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMar Abr 14, 2015 11:19 pm

He oído hablar de la mujer, y aunque es un asunto interesante al final he tardado más de lo que esperaba en acercarme. He investigado un poco sobre pociones en su momento, pero dejo que me explique lo que me ofrece con detalle de todos modos, tras las presentaciones. No tengo duda sobre lo que quiero una vez es mi turno de pedir. El antídoto ovejero quizás no sea el mejor de los antídotos, pero ahora que cuento con el veneno de gayatri que he traído de Ventus no me viene mal tener algo con lo que anularlo.

Comienza con la explicación de los ingredientes y presto atención a todos, tratando de memorizar tanto la cantidad necesaria de cada uno como el aspecto. No soy experta en botánica, pero no viene mal saber reconocer una planta que puede ser útil. Y más ahora que aprenderé a hacer algo con ellas.
Por lo que me explica, la preparación de esta poción en concreto no resulta extremadamente difícil, pero ello no implica que me vaya a esforzar menos en su preparación. Y, mientras tanto, busco una historia que contarle. Llevo mucho aquí, pero siempre acabo teniendo la sensación de que muchas de ellas no son aptas para contar como entretenimiento. Al final, sin embargo, tengo que escoger algo, y selecciono nuestra primera incursión a Ignis, por ser, de alguna forma, un tanto impactante. No fue nuestra misión más limpia, pero no ensuciará el nombre de nadie.

En lo que mido los 200 mililitros de agua pongo a Tita un poco en escena, explicándole que habían secuestrado a Silvanus, uno de nuestros compañeros, y que los líderes habían dado al fin con la posible ubicación. Yo me apunté enseguida a la partida de rescate, queriendo formar parte de aquello.
Peso el asfódelo espinoso, 100 gramos esta vez, y le voy presentando a los compañeros que me acompañaron aquella vez: Massen, Heylel, Lyam, Dehnel y aquella aether, Fier, a la que no volví a ver. Además nos acompañó Prosper, un miembro de la guardia ignita que, desgraciadamente, murió durante el desarrollo de la misión.
En segundo lugar peso los 50 gramos de latónico humeante, explicándole el principio de la incursión. Tuvimos que introducirnos por unos conductos para descender a la primera de las salas. En ella nos esperaba un grupo de horrdtes que nos atacó.

-Volví a ver a esos seres alguna vez –le cuento-, pero nunca tan poderosos como los primeros. No he olvidado todavía la expresión del flamma, Prosper, cuando se alimentaron de él. En el momento nos preguntamos si podríamos curarlo, pero más tarde nos quedamos sin la opción de hacerlo –añado, con algo de sequedad. Soy consciente de que es un tema poco agradable.

Continúo con al tarlúnica, entonces, y le cuento por encima la adivinanza que tuvimos que resolver para seguir adelante, aunque sin darle la respuesta, por si quiere encargarse ella misma de intentarlo, en caso de conocerla. En la sala siguiente fue donde  Flastio nos encerró en un círculo de fuego, y le voy contando la situación, notándome tensa yo misma en lo que hablo.
El siguiente paso es calentar los 200 mililitros de agua, por lo que pongo el recipiente al fuego. La ebullición tardará un minuto o dos.

-Nos propusieron una adivinanza de nuevo. Flastio parecía tomárselo como un juego. Liberamos a Massen del agujero al resolverla, pero entonces el círculo de fuego se volvió el problema: alguien tenía que morir para que desapareciese. Teníamos tiempo, quería pensar, pero dos personas se lanzaron a las llamas y tuvimos que actuar deprisa. Estaba dispuesta a acabar con el pequeño si hubiese sido necesario, porque yo no tenía acceso a Prosper...

Allí fue donde el flamma murió. Aún recuerdo los ánimos entonces, el rostro de Lyam, mi frustración y el golpe de Fier. Eso último no se lo comento. Esas cosas son asunto nuestro.

Cuando el agua comienza a hervir ya estamos con los esclavos, y le describo el lugar, espantoso, oscuro, triste. Echo, al mismo tiempo, los ingredientes juntos, sin preocuparme de remover. No hace falta. Compruebo que el fuego sea suficientemente fuerte y voy preparando los 250 mililitros de agua muy fría, que se han mantenido guardados hasta ahora para evitar que ganasen temperatura.

Luego había sido lo de las botellas, y en lo que se resolvía aquello las bestias nos perseguían. Pero el problema real llegó cuando apareció el pequeño ser, la quimera. O no. Quizás fue después...

-Dehnel bebió el líquido correcto, por suerte. La llave apareció... Todo parecía ir muy bien una vez hubimos derrotado a la quimera, pero no fue así. En aquel momento nos vimos las caras de verdad con el loco, Flastio. Harto de perder cada uno de sus juegos quiso matarnos. Era evidentemente poderoso. No comprendo por qué no comenzó por ahí...-. Frunzo el ceño. De esto le doy menos detalles. No me gustaría amargarle el día-. Por suerte, Dehnel hizo algo útil y logró salvar a Massen en el último momento, y acabamos pudiendo salir de aquel lugar inhóspito. Fue un día trágico, una de esas aventuras que no quieres repetir, pero trajimos a Silvanus con nosotros, a salvo.

Hace mucho de aquello. Lo recuerdo a la perfección. Cosas peores que las que le he contado. He intentado ser un poco suave, pintarnos un poco más como héroes, aunque la situación no lo fuese ni llegase a parecerlo. No me gustan los cuentos de caballeros, pero es una historia, a fin de cuentas. No debe ser mentira, pero tampoco ensañarse.

Cuando todo ha hervido cinco minutos añado el agua helada, que se mezcla enseguida con todo lo demás, haciendo que surja un vapor rosado. Tita me indica entonces que está lista, y pasamos a embotellarla.

Quizás ella hubiese preferido otra historia...

-Ahora el niño, Masslow, es libre. Fue adoptado por Heylel y su mujer, y estoy segura de que lo quieren mucho. Rescatamos a los otros cuando volvimos el verano pasado-. Quizás sea un final más dulce contado así.

Me quedo un rato hablando con ella de cosas más banales: qué tal el viaje, qué tal la estancia o los otros guerreros, que si ha oído historias interesantes. Después, tras darle las gracias y dedicarle una sonrisa, me despido, finalmente.
Creo que he pensado demasiado.

*se va*
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Corbin

Corbin


Edad : 32
Mensajes : 1068

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Abr 16, 2015 10:35 am

Cuando Corbin había oído que alguien se prestaba a introducir a los guerreros en el mundo de las pociones, no imaginó que su maestra fuera a ser una mujer tan anciana. Por supuesto, eso no afectaba demasiado la situación. Corbin no dudaba de sus conocimientos y habilidades, ni mucho menos de su experiencia. Se presentó ante ella con su habitual seriedad, con un escueto pero educado saludo, y dejó que le explicase los detalles de lo que harían a continuación.

Cuando, entre las primeras instrucciones de la mujer, Corbin se encontró con la necesidad de contar una historia, se vio cogido por sorpresa, y tuvo que pensarlo un momento. Al final, por supuesto, se decidió por su experiencia en Caligo, que le había resultado francamente interesante. Una vez la mujer vio la intención en él de contar una historia, permitió, por fin, que la lección empezase.

Corbin no tuvo oportunidad de hablar al principio. Era ella la que hablaba, explicando los ingredientes de que disponía y las posibilidades que le ofrecían. El claritas atendió a todos los detalles, y cuando ella le preguntó qué quería hacer, se decidió sin dudarlo por una poción isotónica de Gallon. En lo que ella preparaba los ingredientes, Corbin comenzó su historia.

Narró su llegada en barco a la isla y su puesta en marcha por el lugar mientras calentaba los 150 ml de agua. Para cuando añadió el asfódelo espinoso, ya estaba presentando a sus compañeros de viaje, y parecía haber logrado el interés de la anciana. Dio detalles de todos ellos, aunque sin revelar ninguno de los trucos de escena que había aprendido mientras habían viajado juntos. Mientras revolvía su mezcla a fuego lento, explicó la relación de la troupe con Tormenta de Fuego, y cómo, sin él saberlo, lo habían envuelto en la misión de recuperarla para el grupo.

Mientras molía los brintalfitos y el latónico humeante, con bastante brío, Corbin procedió a explicar los dos enfrentamientos que habían tenido lugar cuando encontraron a la mujer. Confesó sin reparo que Fortuna lo había ayudado en su combate, y que Tormenta lo había detenido sin problemas, pese a todo. Vertió el polvo homogéneo, lo removió y puso a fuego medio, y comenzó entonces a moler el dábano.

Para cuando llegó a ese punto, en su historia se enfrentaba al extraño animal de caverna, que no le daba mayores dificultades. Le habló entonces, mientras vertía el líquido blanco en el bote que ella le había proporcionado, de la noche de despedida y de cómo lo festejaron. Tras añadir los polvos de dábano y agitar bien la mezcla, Corbin vio su poción terminada. Por petición de la mujer, dio detalles acerca de su despedida, y hasta añadió que seguía en contacto con ellos.

Corbin decidió dejar ahí la historia. No había incluido ningún detalle referente a su misión, así que no había por qué continuar. En lugar de ello, agradeció a la mujer sus lecciones y se despidió, para después abandonar la sala.

*Se va*
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Cierzo

Cierzo


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Abr 16, 2015 11:38 am

Entré en la sala con completa normalidad, y me presenté del mismo modo. Y todo iba bien hasta el momento en que di mi nombre. Fue entonces cuando la mujer, de pronto, abrió los ojos con interés y empezó a preguntarme si era yo el buen Cierzo del que le habían hablado. La perplejidad no me duró más de un momento, antes de darme cuenta de a qué venía aquella reacción.

-¿Debo entender que Gerald ya ha pasado por aquí? -pregunté.

Y, por supuesto, así había sido. Lo que supuso que, antes de que pudiéramos entrar en materia, la mujer estuvo un buen rato parloteando sobre Gerald y lo que él le había contado. Desde luego, no era lo que me esperaba. ¿Qué le había hecho para que ella se comportase así? Por lo visto, la edad de la mujer daba igual a la hora de encandilarla.

Cuando por fin conseguí que se centrara en lo que nos tocaba, continuó introduciendo algún que otro comentario sobre él mientras me mostraba sus ingredientes y me proponía las opciones. Quizá tendría que preguntarle luego qué había pasado entre ambos, porque...

Pedí entonces que me ayudara a realizar un antídoto ovejero, y me hizo saber que nada era gratuito. Algo incómodo aún por la situación, estaba a punto de informarle de que tenía dinero para pagar cuando, en lugar de ello, me pidió una historia. Tuve que hacer grandes esfuerzos para no arquear una ceja. Aquello explicaba su buena relación con Gerald. Una mujer que quería escuchar y un hombre que se moría por ser escuchado. Una buena combinación, desde luego.

Accedí, dispuesto a contarle, ya que estaba tan interesada, alguna anécdota con Gerald, pero según empezaba, las cortaba todas: Gerald ya le había hablado de esto, y de aquello, y de lo otro. Quería una historia nueva. Al final, decidí centrarme en una historia en la que Gerald no apareciera mencionado, ya que en las que tomaba parte ya estaban tan explotadas. Con perdón de la señora Tita, que tanto parecía haberle cogido el gusto.

Una vez le ofrecí una introducción de la historia, que, por suerte, le era desconocida, me dejó comenzar a trabajar, con los oídos atentos a mis palabras y los ojos fijos en lo que hacía. Me prestó los medidores para calcular la cantidad de agua que debía hervir, y mientras tanto, yo procedí a hablarle del vendedor de telas que me había contratado para acabar con los animales que se habían metido en su almacén.

La mujer tuvo que interrumpir mi historia cuando procedía a añadir los ingredientes al agua hirviendo, declarando que mi velocidad no era suficiente. Aproveché los cinco minutos de cocción fuerte para continuar con la historia, narrando cómo me había enfrentado a las desagradables criaturas. Pasado este tiempo, añadí el agua restante, y no tardé en ver la expresión de desagrado de la mujer ante el humo que salía, de color grisáceo. Me informó entonces de que no había salido bien, y de que lo repetiríamos.

Llegamos a hacer tres pociones antes de que se diera por satisfecha. En ese tiempo, tuve tiempo de contarle todos los detalles de mi misión, así como lo que más tarde había averiguado. Su única conclusión fue que lo mejor sería que Gerald me acompañase la próxima vez. Aceptando su consejo y tras agradecer su trabajo, me despedí y abandoné la sala.

*Se va*
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Kyoti

Kyoti


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2015 9:10 am

Kyoti entra en la sala con cierta timidez, aunque de hecho, el encontrar la cara que encuentra le hace esbozar una pequeña sonrisa. No tarda en presentarse ante ella, manteniendo un tono suave pero claro (los ancianos tienen a veces problemas de oído), y permite que ella le explique qué es lo que van a hacer allí.

Kyoti, que atiende a las explicaciones, se bloquea un poco ante la idea de tener que contar una historia. Él no tiene buenas historias. Aunque quizás hay una que... Acaba por aceptar, y muestra sus líquidos de wilro como prueba de lo que va a contar. Al parecer, la mujer los reconoce al instante. Quizás eso sea prueba de que empieza con buen pie.

Kyoti atiende a las explicaciones de la mujer con respecto a ingredientes y posibles pociones. El chico ya conoce algunas de las plantas que le muestra, pero la mayoría resultan completamente nuevas para él. Cuando ella pregunta, él escoge para trabajar el emulsionador Bafk, y pronto ha de ponerse manos a la obra.

Mientras el agua hierve, Kyoti narra su llegada a Humus. O a lo que supuestamente es Humus. El chico no había estado allí antes, así que no puede saber si lo que vio fue el paisaje habitual del continente o una mezcla con Fulmen, que no estaba muy lejos del lugar. Le hace gracia narrar, de hecho, la recolección de ingredientes para pociones. Parece muy adecuado en su situación.

Añade el asfódelo y remueve. Habla de talco y de caracoles. Habla de su vuelta a la casa. Y añade la beladonna triturada. Habla de la lluvia, habla mucho de la lluvia. Y, mientras el líquido deja de ser líquido y remover se vuelve más y más difícil, Kyoti habla con detalle, incluso algo animado, de su encuentro con los wilros. Tiene tiempo de dar detalles en lo que el resultado enfría, en realidad. Tiene tiempo de responder a preguntas. Después, por fin, el espesante queda frío, y ella le indica cómo embotellarlo.

No es hasta que no ha resuelto todas sus dudas sobre la historia que lo deja marchar. Kyoti, satisfecho, da las gracias y se marcha.

*Se va*
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Lloyd

Lloyd


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Mensajes : 2032

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyVie Abr 17, 2015 8:07 pm

El chico hacía tiempo que había oído hablar de la lección que se estaba impartiendo en las aulas, pero no se había acercado hasta ahora por diversos motivos. A pesar de lo contradictorio que pudiese parecer teniendo en cuenta el tiempo que había tardado en acercarse, elaborar pociones era algo que, si bien no solía mencionar o pensar, le llamaba la atención. No tenía ni idea de cómo prepararlas, principalmente porque no sabía absolutamente nada de herbología, pero sí podía admitir que le despertaba más que curiosidad. Por algún motivo, así, antes de saber nada de ellas, pensaba que sería similar a cocinar algo, y como cocinar era algo que le gustaba, había presupuesto que elaborar pociones también le gustaría. Después de haber leído sobre pociones en uno de los libros de la biblioteca, algo en él se había convencido de que, al menos, era un proceso parecido, y quizá por eso se presentó junto a Tita con más ánimos que los que venía mostrando desde hacía unos días.

Tenía la cara aún bastante destrozada, y cuando sonrió con cierta timidez a Tita nada más entrar notó cómo le dolía un poco, pero pronto dejó de pensar en ello y en concentrarse en las palabras de la anciana, prestándole absoluta atención. Había decidido preparar el antídoto ovejuno, y por las explicaciones de Tita no parecía demasiado complicado; aun así, se aseguró de haber entendido todos los pasos antes de decidirse a empezar la elaboración.

Mientras medía los primeros 200 mililitros necesarios, pensó en qué podía contarle. Intentó, primero, narrarle alguna de las incursiones a Ignis, pero no tardó en descubrir que ambas historias ya habían sido contadas, así que se tomó unos segundos más para pensar.

Resultaba de alguna forma algo patético que lo único interesante para la mujer que se le ocurriese que podía contar terminase con él con un montón de heridas, derrotado en combate por Alehyss o con las costillas rotas gracias a Alehyss. Aquel también era un detalle gracioso, ¿verdad? Todo era muy gracioso realmente. Frunció el ceño. Realmente, si era sincero, sí tenía ganas de contar aquella maravillosa historia donde su confianza en la chrysos sirvió para que acabase siendo torturado, porque, bueno, en fin, es que era gracioso hasta morir. Y tenía no solo golpes, sino drama, sorpresas y traiciones y quizá hasta alguna cosa más, vamos, era una historia con todas las letras (él no lo diría pero acabó llorando al final, como uno hacía con las historias así como muy buenas, ¿no?). Pero al final decidió que, bueno, quizá no estuviese de humor para contar algo así. Y no quería ser descortés ni nada, así que se decantó por su viaje a Aqua con la chrysos, porque, en fin, si al final había acabado ahí todo hecho polvo había sido culpa suya por no haberse armado. Fin.

Para cuando empezó a narrar cómo desembarcaron en Aqua, ya se encontraba pesando los 100 gr de Afódelo Espinoso necesarios para la elaboración de la poción (había intentado llenar su silencio con algunas preguntas más sobre la poción para que, bueno, no creyese que la estaba ignorando, y también se había disculpado un par de veces por lo mucho que le estaba costando decidir qué contar). Los 50 gr de Latónico Humeante los pesó mientras describía a ambos aspirantes a líderes de la tribu y el ambiente en el que se encontraban, y los 25 gr de Tarlúnica mientras explicaba cuál era el motivo por el que los habían requerido (se guardó, eso sí, sus protestas hacia el hombre al que representaba, porque no quedaba muy bien y ya bastante mal iba a quedar al final).

Con los ingredientes ya pesados y seleccionados, el siguiente paso era calentar los 200 mililitros de agua separados, por lo que la puso al fuego mientras narraba el combate. No era, realmente, una historia demasiado larga, y tampoco era precisamente interesante en el sentido de que, bueno, la mayor parte de la historia estaba centrada en la pelea, pero intentó que no sonase aburrido para que Tita no perdiese el interés.

El agua comenzó a hervir, y él narró entonces el punto de inflexión del combate o el momento en el que él fue muy idiota y decidió que, oye, no me voy a armar a pesar de que ella sí lo haga. Echó los ingredientes de golpe y mientras esperaba a que pasasen los cinco minutos que debían pasar con el agua a fuego fuerte, fue contando cómo la pelea se volvió más agresiva por parte de ambos y preparando los 250 mililitros restantes. Una vez pasaron los cinco minutos, echó el agua helada en el caldero, y aguardó a ver si el vapor adquiría el color rosado necesario. Mientras, terminó de contarle a Tita su derrota.

No quedaba mucho que hacer ni que contar. Con la poción ya hecha, quedaba el embotellamiento de la misma. El chrysos decidió hablarle del collar que le habían dado a Alehyss por vencer, pensando que, quizá, a la mujer le llamaría la atención.

—Lamento que no haya sido especialmente interesante —terminó por decir, cuando ya habían no quedaba nada que hacer.

Permaneció, por algún motivo, un tiempo más hablando con la mujer, mostrándose en todo momento amable.

*se va*

fdr. ¿?¿?¿?¿?
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Ben

Ben


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Mensajes : 700

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMar Abr 21, 2015 12:41 pm

Ben entró en la sala con su sonrisa habitual, y saludó a la anciana con un gesto respetuoso. Ben había asumido desde siempre que cuanto mayor era una persona más sabia podía ser, y que los viejos eran los que daban los consejos más acertados. Por eso, llegaba a darle reparo entretener a la mujer, pero al mismo tiempo se sentía confiada de lo que podría sacar de aquel lugar.

Claro que, por supuesto, había que pagar. Aquello no sorprendió a Ben, que sabía que todo tenía su precio. Asintió, considerando que, por lo que iba a obtener, bien podía ofrecer una historia que valiera la pena. Si algo había marcado a Ben en su estancia en Brontë había sido la forma en que había conseguido que un pueblo entero la escuchara. Una vez declaró que le hablaría de una gran revolución, la mujer aceptó a explicarle qué había traído para ella. Después de la pequeña sesión teórica, Ben escogió el antídoto ovejero para trabajar, y pronto se ponía manos a la obra.

No tardó en descubrir que no tenía mucha complicación. En lo que ponía a hervir el agua, comenzó su historia, que pronto consiguió todo su entusiasmo. Así, trató de enfatizar la situación que contaba con la preparación, echando el asfódelo, el latónico y la tarlúnica y marcando con ellos, según ella misma dijo, la fuerza del pueblo. Subir el fuego también tenía un significado. La unión de esa fuerza, la forma en que consiguió llevarlos a un mismo lugar, a tomar una decisión que los concernía a todos. Y cuando el humo rosa ascendió, Ben lo señaló como una victoria de la revolución, que había dejado alguna que otra mancha de sangre, un precio pequeño a cambio de lo obtenido.

La mujer, que la ayudó a embotellarlo, parecía algo sorprendida con el relato. Ben aún tardó un poco en irse, porque ella había cogido carrerilla con la historia y la mujer hacía preguntas, animándola a dar detalles. Para cuando se despidió, se iba con su poción y con una sonrisa de oreja a oreja, más que satisfecha.

*Se va*
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Frikka

Frikka


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMiér Abr 22, 2015 2:09 pm

No he hecho una poción en mi vida, ni me he planteado hacerla. Sin embargo, no soy tan imbécil como para rechazarlo si me lo ponen en la cara, así que ea.
Saludo a la mujer, una pobre vieja de estas que te hacen pensar en la fugacidad de la vida, a golpe del salido militar reducido ese que le he copiado a Ben. Enseguida inicio una charla animada, que no es que las viejas me encanten pero tampoco soy una maleducada que las desprecia. Y menos si voy a recibir algo.

No tardo mucho en elegir lo que quiero, tras atender a sus explicaciones. Para mí que con la poción isotónica de Gallon podría sentirme más segura. Siempre desfallezco tan pronto...

-Así que quiere una historia -comienzo, pensativa, en lo que voy disponiendo los ingredientes-. Pues ha dado con una persona que, no es por presumir, se ha movido bastante-. Lo primero es medir las cantidades para ir apartándolos y no estar luego contrarreloj, así que me centro en ello-. Una vez estuve en Humus y subí a lomos de un bicho volador que...-. Me interrumpe y alzo las cejas. ¿Ya se la han contado? Pues qué marrón. Hago un mohín, pensativa, en lo que mido el agua-. A ver que piense otra cosa... Ese Gerald siempre en medio. No sabe no quedarse con el protagonismo de todo-. Comienzo a moler los brintalfitos con el lacónito en lo que ella me pregunta un poco más por lo que estoy diciendo. ¡Pero si no he dicho nada!- Bueno, ya lo conoce, ¿no? Le gusta ser el rey de la fiesta. Es así desde que lo conozco, desde que llegué. Aunque por aquel entonces no tenía esa pinta tan oscura. La verdad es que yo creo que...-. Ey, que me estoy embalando con la vieja y no era eso lo que venía a contar. Niego varias veces y vacío los polvos que he mezclado en un plato. ¿Qué es ahora? Ah, calentar el agua. A eso me pongo. Tiene que hervir, ¿no?-. Si pregunta por Gerald tendrá historias por todas partes: que si se lió con esta o se acostó con aquella, que si se peleó con tal, que si viene y va... Aún el otro día lo pille con una en las termas...-. Alzo las cejas cuando pregunta-. ¿Conmigo? Oh, no, no... Yo nunca...-. El agua ya hierve, así que echo el asfódelo espinoso y bajo el fuego, comenzando a remover en silencio.

A ver... Le podría decir lo de las islas, pero la verdad es que es una historia desagradable de recordar. Termino por mirarla de reojo, con gesto cavilante. Si es que...

-Bueno, realmente sí... No nos acostamos, eh -advierto, saltando al momento-. Solo fue...-. Revuelvo un poco más-. La cosa es que somos colegas, ¿sabe? Y no voy a dejar que me pierda el respeto como a todas. Ya bastante poco me tiene...-. ¿Qué mierda le estoy contando a la puta vieja?-. Tampoco es que sea yo aquí la más popular -reconozco-, pero mejor eso que humillarse. He conocido a un chico en el pueblo que parece que me va detrás, pero no tengo yo la cabeza para esos rollos-. Y nunca mejor dicho-. Ya la última vez que tuve uno pues...-. Me encojo de hombros y echo el polvo que he preparado, removiendo hasta que se disuelva por completo-. Era un chico de aquí, de Brontë. Un guerrero muy simpático, pero no volví a saber de él. De verdad que a veces parece que esté gafada-. ¿Qué toca ahora? Fuego medio y moler el dábano. Muy bien. Me pongo a ello-. Una vez hasta una amiga se enfadó conmigo porque me encontró abrazando al que era su novio. Yo me había desvivido por ayudarlos, que estaban pasando de problemas, pero solo me vio así, fuera de contexto, y la escena que montamos en el comedor que se la cuente el servicio, que a mí me da hasta vergüenza acordarme-. El dábano ya está. Atiendo a lo que tengo que hacer ahora y pillo el bote para vaciar en él la pócima, aún sin terminar-. Todo se arregló al final -aclaro-. Tenemos una noche de chicas pendiente, así que supongo que no fue más que un arrebato. Nunca debería ponerse un tío por delante de una amiga, aunque supongo que entiendo que pasase-. Añado el polvo de dábano en el bote, lo cierro y lo agito bien, pensativa-. No es que haya venido yo aquí a eso, claro. Pero a veces una se siente un poco... necesitada de afecto, por así decirlo. Hubo un tiempo en el que me sentía bastante sola-. Pero mi carácter tampoco es muy afable y...-. Bueno, ¿está así bien? Sí que se me ha hecho corto -reconozco, mostrándole la poción. Ella la examina y asiente conforme-. Bueno, entonces ahora toca la historia. Quizás la de mi primera misión en...-. Me dice, sin embargo, que en lo que a ella respecta puedo seguir hablando como hasta ahora. Y bueno... Con la de cosas que he visto por ahí, creo que puede ser interesante.

-También hubo una vez que me dormí en los establos y...

*fin de escena XD*
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Rick

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Abr 23, 2015 12:29 pm

Saludé a la amable señora, Tita, nada más entrar, presentándome, cómo no, como Rick Dehnel, guerrero de Brontë de sus comienzos. Pronto estaba agradeciendo su interés en formar a los guerreros y, por adelantado, el tiempo que me dedicaría.

Comenzamos por los simple, porque me explicase los ingredientes y las diferentes pociones que me ofrecía. Yo le pregunté, mientras tanto, cómo le había ido el viaje, interesándome por su estado y o que había visto. Las mujeres de su edad solían ser encantadoras, y pronto descubrí que su caso no era muy diferente. Daba buen pie a la charla, y me sentía tremendamente cómodo con ella.

Enseguida decidí lo que quería. La poción isotónica de Gallon me ayudaría a no quedarme nunca sin fuerzas. Comenzamos pues con la preparación de todo. Yo debía pensar una historia que contarle, por supuesto, pero no se me ocurrían cosas suficientemente nobles.
Terminé por hablarle de Ciria Mënlhoc, la joven a la que había tenido que escoltar, y de su padre, un hombre que no prestaba mucha atención a los sentimientos de una hija.

En lo que pesaba todo y ponía el agua a hervir le conté mi llegada a la residencia Mënlhoc, que resultaban ser conocidos de la familia y me habían solicitado concretamente a mí como guerrero indicado para llevar a cabo la obra. Entre una cena lujosa se me explicó la situación del compromiso de la cena, y mi deber, que parecía sencillo, era cuidar de ella.
Molía los brintalfitos con el latónico humeante, buscando que la mezcla fuese homog... énea mientras le contaba la partida con la joven, una dama algo altiva y muy joven que se había mostrado taciturna desde el principio, nada agradada por mi presencia. E iba con nosotros una mujer, también, que la tenía a su cuidado. No parecía una travesía difícil, desde luego, pero yo, como le dije, no tardé en saber hasta qué punto lo era.

Cuando el agua empezó a hervir eché el latónico y comencé a remover a fuego lento. Fue ahí cuando llegamos al ataque que hubo a mitad de camino, en el que las cosas se torcieron. Había pensado que aquello era un complot, porque, aunque primero había pensado que eran unos bandidos, pronto se habían vuelto contra mí incluso la mujer y Ciria, que se habían reunido con los hombres misteriosos.
Resoplé divertido, comprobando que la mezcla tuviese ya el color blanco brillante para echar los polvos de brintalfitos y latónico y remover de nuevo, con cuidado, para que se disolviesen.

-Al final era una historia de amor -le expliqué-. La verdad es que era un problema, porque las uniones de nobles son, muchas veces, completamente absurdas, basadas en las uniones de familia y el dinero antes que en lo demás. De hecho, yo mismo hace poco recibí una carta de mis padres...

Pasé entonces a contarle lo de mi no compromiso con Nýa Cogo, imposible para mí debido a mi relación con Lea. También le expliqué indignado que mi padre no me había respondido tampoco a la carta enviada, seguramente por su enfado.

Una vez está disuelto lo dejé a fuego medio y pasé a moler el dábano, que era el último ingrediente. Me recordó entonces ella misma que había dejado una historia a medias, y enseguida la continué, tras una sonrisa y una disculpa, explicándole que, lejos de asustarme por tenerlos a todos contra mí, me enfrenté a ellos, pero con palabras. Propuse que diésemos la vuelta y regresásemos a la casa, y yo mismo hablaría con el padre y daría mi visto bueno sobre el joven Ärasu.

Cuando la mezcla estuvo lista Tita me indicó que la eche en un bote, y una vez dentro vertí el polvo de dábano y agité la mezcla hasta que... se mezcló. Parecía que ya estaba listo. Pero a mí me faltaba contarle todavía cómo había hablado con el señor Mënlhoc y conseguido que él, a su vez, hablase con su hija y solucionasen el problema.

-Un padre debe escuchar a sus hijos, es algo que he aprendido acon el paso de los años-. Parecía que la poción estaba bien. Le sonreí, agradecido por la explicación-. ¡Y hablando de hijos! -dije entonces-. ¡No tengo ninguno, pero una vez cuidé de uno que...!

*fin de escena*
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Jun

Jun


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Abr 23, 2015 12:50 pm

Cuando llego la mujer está a punto de ponerse a recoger. Me siento mal enseguida, y estoy a punto de darme la vuelta antes de que me haya visto, pero ella se vuelve antes hacia mí y acabo dedicándole una sonrisa algo apurada. Por suerte responde, y me indica que me acerque con un gesto. Hago una breve reverencia y entro por completo en la habitación acercándome a ella y presentándome con la pizarra. Parece que enterarse de que soy mudo no le hace mucha gracia, y algo he oído de que cambia las enseñanzas por historias.
Me lo pienso un momento, pero acabo por ofrecerle el amuleto. A fin de cuentas no hay mucha más opción.

Incluso ella, que es mayor y habrá visto de todo, parece sorprendida con el efecto de este. Es por ello que decido que sé lo que contar. En lo que ella me va ofreciendo y explicando las opciones yo estructuro la historia en mi cabeza, de forma que cuando nos hemos puesto a ello, voy a elaborar el emulsionador Bafk.

Le explico que iba con Lluvia, y se me borra un poco la sonrisa, por lo que acabo contándole quién es Lluvia, por si no ha venido, y confesando que recientemente me ha dicho que quizás se vaya de aquí. Siendo una de mis mejores amigas me fastidia bastante, y las cartas no parecen tan agradables como el poder verla. Sin embargo, acabo centrándome pronto en la misión.

Mido el agua y la pongo a calentar. En lo que tarda, que tardará, voy pesando los 50 gramos de asfódelo espinoso y los 250 de hojas de beladonna, que trituro en lo que el agua todavía no hierve, con tranquilidad. Y mientras tanto le cuento que fuimos al templo de Fulmen, lo increíble que era y la extraña situación en la que nos pusieron antes de mandarnos al bosque. Parecía un problema sin solución, y de todos modos nos pusimos en marcha.

Cuando el agua hierve echo el asfódelo, removiendo constantemente, atento a la mezcla, en lo que esta se va volviendo de color blanco, pero no dejo de transmitirle la información. Porque lo del bosque sí que fue raro. Primero los árboles parecían nacer de forma extraña, muy tupidos o abriéndose de pronto, y el día iba y venía, como si las horas no tuviesen sentido. Y los animales hablaban. Y luego pasaban cosas raras, como lo del ala de Lluvia, o os ojos por el cuerpo... Desde luego, no puedo decir que aquel día hubiese sido normal.

Al cabo de dos minutos echo las hojas trituradas en la mezcla, y me entretengo unos segundos en ver cómo se hunden. Comienzo a remover, y veo que tengo para rato. Subo el fuego y no dejo de remover mientras sigo hablando.

El truco estaba en los amuletos, al final. Señalo el que ella lleva, con una sonrisa divertida, transmitiéndole entonces algunas imágenes, complementando con ellas la explicación de lo que pasó aquel día. Se sorprende un poco, claro, pero es que es normal.

Le cuento la resolución, la persecución de la mujer por el bosque y cómo al final, ya en el templo, pudimos encargarnos de que fuese detenida. Una primera misión muy movida, a fin de cuentas. Pero... muy corta.
El agua está a medio resumir, todavía, y tengo que esperar a que la mezcla se enfríe antes de embotellarla. Dudo un momento, pero acabo por hablar un poco más. Si tengo tiempo podré contarle nuestro reciente viaje a Ventus, y cómo iré a Aqua con Alehyss porque le estoy desarrollando un arma con ella, y cómo conoceré a la familia de Massen sin que ella venga. Y me gustaría que viniese, ya que es su familia, porque nunca he viajado con ella, pero parece que tiene otras cosas que hacer y no está interesada.
Quizás, le confieso, es que tenemos niveles tan dispares que yo echaría abajo sus misiones. Ella es muy fuerte y segura, y yo ni siquiera sé cómo fui capaz de hacer lo que hice.
Aunque Alehyss también es fuerte... Pero supongo que ella no tiene ese afán protector que tiene Massen.

Me quedo hasta que la poción está fría y puede embotellarse, y luego la ayudo a recoger las cosas, ya que la he retrasado, y me ofrezco a llevárselo todo un trecho. No es que me quede mucho más que contarle de Brontë, creo, pero las pociones es un tema que siempre me interesó y al que nunca me he dedicado. Es que yo soy más de inventos, le comento. Una vez, por ejemplo, en el taller...

*fin de escena*
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PNJ
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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Abr 23, 2015 1:47 pm

Aulas - Página 4 20pvew6

Gracias a las visitas de los guerreros, la anciana Tita pudo reunir un buen número de historias interesantes, y tan solo a cambio de unos pocos ingredientes, todos ellos bastante comunes. A partir de entonces, podría difundirlo todo, desde los mayores logros a los más escandalosos cotilleos, allá donde sus pasos la llevasen. Las historias de Tita no tardarían en extenderse como parte de los rumores de Brontë, todas ellas aderezadas con las aportaciones personales de la entrañable mujer.

*FIN DEL EVENTO*

FdR.: A partir de ahora, los personajes participantes tendrán:

Mejora en reconocimiento de ingredientes de pociones (reconoce los ingredientes más comunes que se usan en la elaboración de pociones; nivel básico):

Mejora básica en elaboración de pociones (es capaz de elaborar pociones de nivel básico):

Emulsionador Bafk:

Antídoto ovejero del Doctor Flinter:

Poción mataniños de Vlandar, la Bruja:

Poción isotónica de Gallon:

Gracias por participar.
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Vanaheik

Vanaheik


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyLun Mar 08, 2021 8:12 pm

CLASES DE MAGIA

Te diriges a las aulas tras dejar el aviso pertinente para que todo aquel interesado en participar lo vea. No vas a obligar a nadie en participar en ello, la gente es responsable de sí misma. Tampoco tienes reproches para los que no acudan: serán ellos los que sean privados del aprendizaje, a fin de cuentas.

En el centro de la sala, aguardas a que, uno por uno, los guerreros vayan a aprender de tus conocimientos, con el rostro cubierto como acostumbras, apoyado en tu bastón grabado con aire imponente. Luego, uno a uno, les explicas en qué consistirá el adiestramiento.

-Voy a enseñarte el hechizo loghda, si tienes disposición a aprender -dices con tu profunda voz a quien tienes ante ti-. Sirve para mantenerse inmóvil en el aire durante un instante. No es un hechizo de levitación, como podría parecer, ya que si estás en el suelo y lo ejecutas no sucederá nada.

Dicho esto, lo muestras, dando un pequeño salto y ejecutando el hechizo en el momento apropiado, haciendo que tu cuerpo se mantenga en ese punto exacto del aire por varios segundos, para dejar claro cómo funciona. Es un hechizo útil, aunque el tiempo que puede mantener a uno en el aire no sea muy prolongado.

-Con algo así podrías disponer de valiosos segundos para hacer un cálculo de maniobra aérea o sorprender a un adversario. También puede invocarse en medio de una caída, aunque si la altura es grande y la velocidad muy elevada, tardará algún espacio en detener tu cuerpo, por lo que hay que calcular bien cuándo debe usarse. En el momento exacto podría salvarte la vida.

Dicho esto procedes a explicar cómo debe de ser la sensación, el pensamiento que sirva para invocarlo: debes sentir una fuerza bajo tus pies, o como si pendieses de varias cuerdas a tu espalda, que te enganchan desde los hombros. La sensación de ingravidez es breve, pero es claro cuando la sientes. Como si algo muy frágil te diese un respiro y te sostuviese.

Una vez explicado, es cosa de ellos practicarlos ante ti y dejarse corregir. Con tu ayuda, deberían ser capaces de aprenderlo en esta sesión, aunque quizás no entiendan bien su funcionamiento hasta que lo hayan usado varias veces en diferentes contextos. De todos modos, has dispuesto algunas elevaciones en la habitación para que puedan hacer diferentes pruebas: una silla, un potro y una plataforma de madera de 4 metros de alto. Es necesario que experimenten para entender. Si necesitan nuevos ejemplos, estás ahí para dárselos, también.

Nota: Es necesario hacer un post como si se tratase de un entrenamiento, explicando las dificultades y las diferentes pruebas hechas para aprender el hechizo. De haber dudas, se pueden preguntar y Van responderá en otro post.
El plazo es de un mes. El 09/04/2021 la clase será cerrada y aquellos personajes que hayan cumplido las condiciones serán recompensados con el hechizo en el post de cierre.

A Alexander Price le gusta esta publicaciòn

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Elektra

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMar Mar 09, 2021 4:10 pm

Me encontraba mucho más cómoda después de haberme aseado y cambiado de ropa. De camino a los baños me había cruzado con un cartel anunciado la posibilidad de expandir nuestro repertorio mágico. Si bien nunca había sido una gran maestra maga, no estaba de más aprender nuevos hechizos que añadiesen nuevas posibilidades en la elaboración de estrategias de combate.

Entré en las viejas aulas -o como las llamaba aquí, aulas-.  En su interior: Vanaheik, el sustituto de Flavia, la señora aquella que había traicionado al palacio en aquella misión, que a su vez era la sustituta de la otra líder flamma cuyo nombre ya no recordaba nadie... A veces me preguntaba por qué seguía en aquel palacio y si realmente éramos útiles o solo marionetas en una guerra política. En cualquier caso, al menos tenía un plato de comida caliente todos los días y una cama cómoda en la que poder dormir.

Me acerqué al líder flamma lo suficiente como para no tener que inclinar mi cabeza de manera exagerada, ya había adquirido la costumbre de interactuar con gente no parvus. El rostro del líder estaba cubierto por una máscara un tanto inquietante. Probablemente significase algo para la tribu de la cual él viniese, pero aquí solo lo convertía en un bicho raro más de Brontë. Con el paso del tiempo había llegado a naturalizar a gente de todo tipo, al menos en términos visuales, pero la gente enmascarada seguía sin inspirarme mucha confianza.

Vanaheik apuntó su cara hacia mí. Sostenía entre sus manos un bastón con unos garabatos que no alcanzaba a comprender. Pude oír sus palabras. Era la primera vez que escuchaba su voz, mucho más profunda y cautivadora de lo que esperaba. ¿Un hechizo que permitía posarte un instante en el aire? Parecía algo que podría llegar a ser bastante útil, desde luego. Sin lugar a dudas, era un hechizo que quería aprender.

- loghda... - saboreé el hechizo en mi boca. Antes de haber llegado al palacio siempre había sido bastante impaciente a la hora de aprender magia, pero allí había aprendido lo útil de la virtud de la paciencia.

Repetí varias veces el nombre del conjuro, para no tener que que preocuparme más tarde por si lo estaba pronunciando bien o no. Observé cómo el maestro del fuego daba un salto y se posaba firmemente sobre la nada. Sonreí. Quería ser capaz de dominar ese hechizo. Cuanto más tiempo llevaba ahí, más útil sabía que me iba a ser. Hacer una emboscada a alguien, amortiguar caídas, despistar a los enemigos rivales o incluso no macharse los zapatos de barro; las posibilidades parecían ilimitadas.

Era el momento de probarlo. Cerré los ojos durante unos segundos, concentrando toda mi atención en los pies. No era la primera vez que hacía eso, crecer como parvus me había ayudado a entender que el terreno que pisas en todo momento puede desvelar información útil del lugar donde te encuentras. Cuántas veces habría invocado un pervatia bajo mis pies para poder impulsarme y realizar saltos más grandes. Y cuántas veces habría fallado antes de realizarlo bien por primera vez. El salto debía debía ser firme y seguro. Pero eso no sería suficiente, sino que cuando despegase del suelo, tendría que luchar contra la lógica de la gravedad. Tendría que despedirme del suelo, porque no sabría cuándo lo iba a volver a pisar.

Respiré hondo y salté.

- loghda.

Como con todos los hechizos que conocía, no conseguí que ocurriera absolutamente nada la primera vez que lo intenté. En el pasado me habría avergonzado de ello, pero en la actualidad era plenamente consciente de los aspectos tácticos en los que más flaqueaba, y la magia era uno de ellos.

- Céntrate... - cada vez que no lo consiguiese, solo necesitaría aplicar una mayor concentración y a la vez tratar de liberar cualquier tensión que pudiera generarse en mi cuerpo -. Que sea lo más natural posible...

Repetí el proceso con distintas alturas y obstáculos que estaban dispuestos en el aula para que, según las indicaciones del tutor, pudiéramos practicar. Así como al principio la sensación llegaba a ser muy extraña, tardé poco en disfrutar de ella. Cuando creí haber dominado los principios básicos del hechizo, agradecí genuinamente al líder con una sonrisa y una leve reverencia y abandoné la sala.

*Se va*
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Anna

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMiér Mar 10, 2021 3:32 pm

Siempre que existe la posibilidad de que un líder te muestre conocimiento intento actudir con premura. Especialmente si, como es el caso, se trata de magia. Si algo he aprendido en mi estancia en Brontë hasta el momento, es que la magia es mi fuerte. No porque sea la mejor de los magos, sino porque no creo destacar demasiado en otras disciplinas relacionadas con lo que hacemos aquí.

Es la primera vez que veo al líder flamma, Vanaheik Elhimn, y tampoco he escuchado mucho sobre él más allá de que es reservado. La forma en la que habla explicando lo que vamos a hacer no denota muchas emociones, por lo que en esta primera impresión me parece profesional, pero reservado como dicen.

Intento quedarme con las directrices desde el principio, prestando atención a su explicación y a los gestos que realiza, así como a sus ejemplos. Me muestro interesada y dispuesta a aprender en todo momento. Aunque lo cierto es que, si bien le veo utilidad al hechizo, no me veo como alguien tan ágil como para sacárselo yo misma.

Una vez me cede el turno, lo intento. Doy un pequeño salto para imitar lo que él ha hecho.

-Loghda -murmuro, pero no solo no siento nada especial, sino que toco el suelo antes de terminar de decirlo.

Tengo que repetirlo varias veces hasta que una de ellas, finalmente, parece que noto lo que ha comentado: esa especie de sensación de que algo me sostiene. Es muy breve, pero no puedo evitar una sonrisa, y veo que Vanaheik asiente mientras me mira. Decido concentrarme en eso, entonces, en sentir esa sensación envolvente.

Repito varias veces más el mismo proceso hasta que siento que mi cuerpo se sostiene en el aire, en el punto más alto de mi salto, durante varios segundos. No es ni de lejos tan sencillo como lo ha hecho parecer él, ni me he sostenido tanto tiempo, pero me siento bien por haberlo consegido.

Procedo entonces a intentarlo utilizando las plataformas que nos ha dejado. Primero me subo a la silla, pero no es tan diferente de hacerlo saltando en el sitio, aunque la sensación de sostenerme a mayor altura es un poco más impactante. La siguiente vez lo intento entonces desde el potro, donde la impresión es mayor. Intento detenerme no en el punto más alto del salto, sino en el medio, sintiendo vértigo cuando mi cuerpo no se detiene en el sitio exacto mientras cae, sino un poco más abajo. Un par de las veces, por malos cálculos, lego a caer antes de lograrlo, pero la altura no es tanta como para que me haga daño, más allá de la impresión.

Cuando ya empiezo a notar el desgaste y lo he probado varias veces, miro de reojo la plataforma más alta. Es demasiado alta. Me asusta, pero... decido subir de todos modos. Intentarlo una vez. O eso pienso hasta que me asomo, ya arriba, y veo...

-Uh...

Doy un paso atrás y cierro los ojos. No es que tenga miedo a las alturas, pero supongo que, hasta cierto modo, es normal tener miedo a saltar desde aquí. Vanaheik me mira desde el suelo y, viendo mi duda, me aclara que no es necesario que lo haga desde ahí, que solo es una opción más.

Supongo que en el fondo ya he demostrado que puedo hacerlo. Ya me ha salido. Al final nunca he sido la persona que saltaría desde esta altura. Me resulta un poco decepcionante, pero no puedo decir que me sorprenda.

Vuelvo a mirarlo, justo cuando me dispongo a bajar, y noto sus ojos clavados en mí. Él es un líder. No... permitiría que me hiciese daño, ¿no?

Me vuelvo, me impulso y salto. Y caigo.

-Lo... ¡LOGHDA!

Lo grito presa del pánico, viendo cómo el suelo se acerca, encogiéndome en medio del descendo esperando un golpe que no llega. La velocidad se reduce y por un momento me detengo, todavía a un metro del suelo, sostenida por cuerdas invisibles.

Dejo ir el aire mientras el mundo se pone en marcha de nuevo y aterrizo sana y salva. Tengo los ojos húmedos del susto, pero sonrío exultante. Me acerco al líder flamma con piernas temblorosas y agradezco sinceramente sus enseñanzas. Mientras me voy resuena en mi cabeza su respuesta.

"Buen trabajo".
*se va*
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Pris

Pris


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyJue Mar 11, 2021 12:03 am

Priscilla se presentó a la sesión con los ojos brillantes y una sonrisa en los labios. ¡Su primera clase oficial ante un líder! Y encima era el representante de Ignis, así que doblemente importante. Tuvo que hacer soberanos esfuerzos para mantener la compostura, tal y como se sentía de inquieta y nerviosa. Escuchó con atención y gesto lo más formal que pudo la presentación y primeras explicaciones del hombre. Ioghda. Pris no conocía el hechizo, ni había oído hablar de él, pero estaba encantada de que su primera lección fuera sobre magia y deseando probar qué tal se le daba. De nuevo, tuvo que contenerse para no dar un saltito de prueba mientras escuchaba a su líder. Otro, imitándolo, cuando fue él el que saltó para demostrar cómo hacerlo. Sonrió, nerviosa. Se moría por empezar.

Al principio se dedicaron a eso, a los saltos. No parecía muy complejo, en origen, pero a Pris le costaba concentrarse en ambas cosas, el salto y el hechizo. Así que volvieron al paso anterior: limitarse a invocarlo, aunque no pasase nada, solo para que pudiese paladear el hechizo, en qué consistía. No era como si eso fuera a darle esa sensación de ingravidez que tenía que sentir, pero sí servía para activar su magia, para mentalizarse de lo que iba a hacer.

Hecho lo cual, procedieron directamente con la silla, para facilitar una primera sensación de altura sin necesidad de un salto demasiado grande. Pris se vio unas cuantas veces con los pies en el suelo antes de coordinar su situación con el hechizo. Para cuando consiguió por primera vez sentir ese pequeño tirón, esa sensación de no tocar el suelo, la propia sensación le hizo perder la concentración y el hechizo; había quedado a menos un centímetro del suelo, así que tocarlo resultó una sensación extrañísima, casi de mareo.

Pero, después de ese primer momento, le cogió el truco rápidamente. Una vez calculado el momento adecuado para invocar el hechizo, Pris repitió el salto de su silla unas cuantas veces, cada vez consiguiendo parar con más precisión en el instante en que pretendía. El problema era que, una vez dominado eso, tenía, en cierta medida, que empezar de cero desde otro elemento. Antes de probar más alturas, repitió la cuestión del salto, para asegurarse de que podía coordinar las dos cosas. Una vez establecidos los tiempos, no le supuso mayor problema, lo cual la satisfizo mucho. El potro, una altura mayor pero no tan exagerada, casi le pareció más fácil; tenía más margen de tiempo para invocar el hechizo antes de llegar al suelo.

La plataforma de cuatro metros era otra cuestión. Tardó en entender hasta qué punto el momento de ralentizar la velocidad afectaba a la altura a la que se detenía, y la primera vez estuvo a punto de darse de bruces contra el suelo. Menos mal que el líder estaba allí para asistirla. Después de esa primera prueba empezó a controlarlo un poco más, pero tardó un buen rato en dar el ejercicio por dominado. Y, una vez hecho, no le pareció suficiente: quería más altura.

Así que su maestro le proporcionó nuevas plataformas y ejercicios con los que practicar, medir distancias, comparar tiempos y, en definitiva, ajustar su nueva habilidad. Para cuando tuvo que reconocer que estaba demasiado cansada para seguir, tenía las mejillas arreboladas, la adrenalina por las nubes y los ojos todavía más brillantes que al empezar. De hecho, el líder tuvo que convencerla de que necesitaba un descanso par que se decidiera definitivamente a dar por finalizada la sesión.

Por supuesto, la emoción llevó a Priscilla a deshacerse en agradecimientos, y tuvo que poner todo de su parte para contener las ganas que tenía de darle un fuerte abrazo al hombre. Finalmente, se despidió de él, más motivada que nunca y con ganas inabarcables de seguir aprendiendo.

*Se va*
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Curtis

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyVie Mar 12, 2021 11:18 am

La sesión comienza con tu llegada, pues nada tendría sentido sin ti,y en seguida eres el centro de atención de una sesión de la que esperas salir con un nuevo truco bajo la manga. Se trata de algo que, en principio, podría pensarse que no te interesa, pero tú sabes bien que todo es útil, que las situaciones en las que le puedas sacar partido a un hechizo existen, y que si bien la magia no está entre tus principales, intereses, ese no es motivo para dejar pasar esta oportunidad.

En tu caso, las alas son un elemento extra a considerar a la hora de realizar el hechizo. No esperas indicaciones antes de atártelas e inmovilizarlas; no quieres que interfieran en tu trabajo. Muchos entrenamientos requieren de las alas, pero hay otros tantos en las que la capacidad de volar y planear o de mantener el equilibrio que te brindan puede eclipsar otras prácticas igualmente importantes. No has venido al aula a demostrar la ventaja que tus alas suponen, sino a aprender una nueva estrategia con la que posar los pies en el suelo.

No te disgusta el ambiente generado en la sala. Te recuerda un poco a tus tiempos circenses, con las distintas alturas y ejercicios graduales. Son pocos, de todas formas; cuando salgas de aquí tendrás que practicarlo en otras circunstancias. Sabes, en cualquier caso, lo importante que es trabajar por niveles.

El hecho de tener las alas atadas e inmovilizadas no te hace perder en absoluto la gracilidad y la elegancia. Las luces en la agilidad de tus saltos, al principio leves flexiones, poco a poco más altos, hasta alcanzar todo su esplendor, y comienzas a saborear el hechizo, a palpar la magia, a buscar esa ingravidez de la que se te ha hablado. La alcanzas, la tomas, te ases a ella firmemente para frenar una caída que te deja un instante a unos centímetros del suelo antes de devolverte a él. Tu agilidad y velocidad de aprendizaje son inigualables.

Procedes, pues, a seguir los niveles. La silla, el potro, incluso una plataforma de cuatro metros suponen poca altura cuando se tiene la experiencia que tu tienes bajo el foco del emocionante mundo del espectáculo. Procedes pacientemente, de todas formas, dejándote caer cada vez y buscando la manera de frenar la caída, un cálculo que, al cabo de poco tiempo acabas por precisar. Querrías pedir plataformas de mayor altura, pero sabes que antes de buscar ese tipo de trabajo debes hacer otra cosa: practicar con las alas libres, sin dejar que su movilidad interfiera en tu práctica.

Porque, a fin de cuentas, abrir las alas al acercarse al suelo es un gesto reflejo, pero uno que debes aprender tanto a contener como a combinar con el hechizo. Así que empiezas otra vez de cero, probando el efecto de distintos saltos tanto en las alas como en la capacidad de invocación, y acabas desarrollando distintos métodos de combinar ambos elementos; desde aquellas posturas que te facilitan mantener el equilibrio hasta aquellas a las que tendrías que recurrir en el impensable caso de que te fallasen las alas.

De nuevo, repasas los distintos niveles, desde el salto en el propio suelo hasta la plataforma más alta. Sabes que sería útil probar con más alturas, pero también conoces tus límites, y la sesión ha consumido buena parte de tu magia. Así que, decides, es el momento de darla por finalizada. Te aseguras, antes de marcharte, de agradecer con toda tu gracilidad los servicios prestados, y de poder comunicarte con el líder flamma en caso de necesitar más guía respecto al loghda más adelante.

Hecho lo cual, abandonas la sala con la misma aura arrebatadora con la que entraste, con la satisfacción añadida de haberte entregado a tus ejercicios.

*Se va*
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Gabriel Kettleburn

Gabriel Kettleburn


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyVie Mar 12, 2021 5:43 pm

Gratis es una palabra fantástica y todo lo que la lleve adherida, una bendición para mis intereses. ¿Hechizos gratis? Allá que voy.
Me presento con el pecho hinchado en las aulas. Camino de forma gallarda y huroneo el interior para ver de qué se trata.

Escucho al tipo que da la clase con atención. ¿Este es el líder flamma? ¿No es como... muy... joven?¡Ah, Gabriel, recuerda lo que siempre te dice Abaddom!: "No debes caer en descalificaciones basadas en el aspecto de alguien". Chasqueo la lengua. Abuelo aguafiestas...
En fin, voy a prestar atención o me da a mi que voy a hacer un ridículo importante.
Escucho la explicación ceñudo, con los brazos cruzados y tamborileando con el pie derecho para hacerme el interesante. Sí, sin duda lo he entendido todo. Por otra parte... es la primera vez que voy a aprender un hechizo y para más inri, ni si quiera es un hechizo propio de mi raza, pues no involucra nada relacionado con el agua; más bien parece un hechizo genérico para todas las razas. Tiene sentido, sino sería injusto para el resto.

La voz del líder es más envolvente de lo que debía ser a primera vista, lo cual me llama poderosamente la atención. Entonces recuerdo la conversación con Alexander. Así que este tipillo es el sustituto de la anterior líder flamma. Me pregunto si sabrá algo de su paradero. ¡Ay!, ¿qué ha dicho? ¡por todos los lagartos me he perdido eso que ha dicho por estar pensando en otras cosas! Gabriel, céntrate o vas a hacer el ridículo más espantoso de tu vida.
Me aplaudo las mejillas un par de veces y vuelvo al ruedo.

Me dirijo a una silla que el líder ha dejado ahí puesta para usarla.
Bueno, a ver qué tal... ─me subo pongo los brazos en cruz─. ¡Alehop! ─esta vez salto al suelo normal, sin usar el hechizo. Así sabré cómo se siente uno sin magia de por medio. De este modo, podré notar las "cuerdas" esas que dice el líder de una forma mucho más clara.
Subo de nuevo, pongo los brazos en cruz de nuevo y salto.
¡Lojda! ─en cuanto el hechizo sale de mi boca, noto que ha sonado algo distinto a cómo lo ha dicho el líder, lo cual provoca que sienta un tirón brusco por todo mi cuerpo que me hace aterrizar en el suelo con la frente besando el mármol
Ay...ayayayay... ─me reincorporo después de hacer un ridículo espantoso mientras me subo de nuevo a la condenada silla mientras repito una y otra vez en voz baja el dichoso hechizo─. Loghda, Loghda Loghda... suaaave, como... gato o gorgorito... ─me explico a mi mismo.
Venga, vamos allá.
Pese al golpe, estoy contento. ¡He sentido las cuerdas esas! Seguro que si lo pronuncio bien, esta vez me sostendrán en el aire con la elegancia de un aether.
¡Loghda! ─digo en voz alta mientras caigo. Siento un amarre ligero, como si cien manos tirasen de mi hacia arriba─. ¡Eh, cómo mola! ─Mi gozo en un pozo. La sensación no dura más que un segundillo cutre y mis pies tocan el suelo rápidamente.
Mmm... quizá necesite un poco más de altura. Así no tiene gracia. Seguro que el hechizo ha durado poco porque la altura era muy poca... ─divago.
Me salto el potro y me voy a la plataforma de cuatro metros.
Trago saliva. Si me sale mal, me voy a calzar un tortazo impresionante. No obstante, me doy cuenta de que hay una especie de colchón justo debajo del cadalso de cuatro metros.
Ah, qué bien pensado. Esto es para los torpes... ─me explico en voz alta mientras me rasco el pecho.
Ahora me quedo un poco más tranquilo.
Subo.
Pongo los brazos en cruz de nuevo, invoco el hechizo y salto.
¡Loghda! ─espero entonces quedar suspendido en el aire, sin embargo, caigo como un saco─ ¡Ah! ─me arrebujo en el colchón para ponerme de pie lo más rápido posible. ¿Qué ha pasado?
Aahh... creo que... creo que lo he dicho antes de tiempo... ¿No había dicho el líder que si estás con los pies en el suelo no surgía efecto? Pues eso, almendrón. Que lo has hecho mal.

Venga, una vez más. Esta vez sin fallos.
Me encaramo de nuevo a la plataforma, brazos en cruz y entonces salto.
¡Loghda! ─vuelvo a sentir las "cuerdas" mágicas sosteniendo mi cuerpo el aire, ingrávido durante un par de segundos─. ¡Yuju! ─estiro los brazos contento─. ¡Soy la repera limoner...Aaah! ─y entonces caigo al colchón de culo. Las palabras de Abaddom resuenan en mi cabeza: "Mientras estés entrenando magia, debes poner todos tus sentidos en ello. Nada de distracciones ni vítores ni loores a tu ego" Tsk... ni una alegría puede darse uno...

Bueno. La cosa es que más o menos lo tengo, por lo que me quedo en el cadalso casi un par de horas, saltando y repitiendo la operación esta vez de un modo más serio, poniendo en práctica los consejos de seriedad que Abaddom me ha dado.

[...]


Cansado, puedo asegurar que me sale decentemente. No el cien por cien de las veces, pero sí un noventa por ciento de ellas. Supongo que con la práctica todo mejorará. Se me ocurre que quizá vaya a las escaleras de caracol de la torre para saltar de peldaño en peldaño y practicar mi nueva adquisición.


*se va*
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Ben

Ben


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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyLun Mar 15, 2021 12:23 am

Ben entró en la sala más que dispuesta a aprender aquello que el buen líder flamma tuviera a bien enseñarle. Había oído rumores de lo que allí se cocía, y no pensaba desaprovechar la oportunidad. No había oído hablar de aquel hechizo (bueno, desde que corrían rumores por los pasillos sí, pero no antes), pero tenía muchas ganas de probar qué tal se le daba.

Sonrió a Vanaheik, poniendo toda su atención en la explicación que le daba. Si la cosa iba de saltos, genial. La simpleza con la que él lo ejecutaba era envidiable. Ben tenía muchas ganas de imitarlo.

El otro día mismo esto me habría venido de maravilla ─comentó─, que casi me la pego entrenando ─«Entrenando»─. Si lo consigo, a partir de ahora voy a poder practicar saltos y piruetas con mucha más libertad. Tengo que practicar bien eso de las caídas.

Así que una sensación de sentirse sujeta, por los pies o por el cuerpo. Un poco rollo marioneta. Guay. Todo en orden. Solo quedaba probarlo.

Ben dio unos cuantos saltos en el sitio, paladeando el hechizo, pero sin acabar de encontrar el momento justo. La primera vez que lo sintió, la sorpresa le hizo desestabilizarse y cayó igualmente al suelo al cabo de un momento. Pero alzó la vista, sonriente. Ya lo entendía.

Lo siguiente fue practicar. Loghda. Loghda. Loghda. Una y otra vez. Empezó por lo simple; los saltos, la silla, posiciones normales. Pero a Ben le gustaba experimentar, le gustaba hacer virguerías, y limitarse a repetir el hechizo, aunque fuera con distintas alturas, le parecía insuficiente. Se volvió hacia su maestro.

¿Tengo que caer de pie? ─preguntó─. ¿Qué pasa si caigo en otra posición?

Decidió probarlo. Desde la silla era un poco ridículo, pero desde el potro, después de practicar un par de veces de manera convencional, se lanzó de cabeza, invocó el hechizo y aterrizó en el suelo suavemente con las manos, antes de impulsarse para dar una voltereta y ponerse de nuevo en pie. Silbó, admirada.

Vale. Vale ─repitió─. Lo veo. Me gusta.

Vanaheik insistió en que lo intentara unas cuantas veces de la manera convencional antes de probar algo así desde la plataforma más alta. Parecía no del todo convencido de que se fuera a romper una muñeca. Quizá empezaba a entender a qué se refería Ben con que el hechizo le habría venido de perlas antes.

La cuestión fue que siguió probando, una vez tras otra, y al final consiguió el beneplácito de su tutor para probar todos los métodos que quiso. Incluso le ofreció más altura, ejercicios variados con los que dar flexibilidad al hechizo, situaciones en las que podría aprovecharlo.

Esto va a ser muy útil, de verdad. En serio, mil gracias, lo voy a usar muchísimo ─insistía Ben al terminar y despedirse, radiante y superada por la adrenalina.

Aquello podía hacerse adictivo.

*Se va*
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Kyoti

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyDom Mar 21, 2021 9:54 am

Kyoti entra en la sala con cierto aire tímido y muy poca seguridad, tratando de que se le note lo menos posible. Si su líder ha convocado unas jornadas de aprendizaje, por mucho que no sean en su especialidad, lo mínimo es que se presente a demostrar su esfuerzo.

Las palabras de Vanaheik Elhimn no hacen sino aumentar sus dudas.

Yo no... no soy muy bueno en magia ─confiesa─. No sé si... es decir, si seré capaz de hacerlo. ¡Pero! ¡Me gustaría intentarlo!

Resulta que con eso es suficiente, o eso le asegura el líder. Así que no tardan en ponerse manos a la obra. Kyoti es torpe con la magia, y los nervios no ayudan, así que tarda un rato en ser capaz de percibir esa sensación de la que su maestro le habla. Pone todo su esfuerzo, repite el hechizo, salta una y otra vez sin mayor éxito. Para la primera vez que lo consigue, la sensación es tan fugaz que casi no se atreve a decir que la ha sentido. Pero lo hace, y es su primer triunfo. Suspira hondo, con cierto alivio. Aunque no se le dé bien, la capacidad está ahí.

Pasa un buen rato dedicado a los saltos más bajos, primero en el suelo, luego en la silla. Aunque va progresando muy lentamente, su aprendizaje tiene altibajos; pronto descubre que le cuesta calcular la altura adecuada a la que invocar el hechizo en el escaso tiempo que el salto al suelo permite. Si bien acaba por acceder a subir al potro, la situación no mejora mucho teniendo más altura. Al principio, invoca el hechizo demasiado tarde, y apenas nota una leve sensación de inestabilidad en el momento en que sus pies se posan en el suelo. Luego, en un intento por compensarlo, acaba por invocar el hechizo demasiado pronto, con lo que solo tiene un segundo en que la caída se frena en el aire antes de tener que adaptarse para caer en condiciones. Al final acaba siendo el líder quien marque los tiempos, y siguiendo sus indicaciones, consigue encontrar mejor el momento en que debe invocar el hechizo.

Pasan a la plataforma, aunque Kyoti no va muy seguro. Empiezan del mismo modo, con marcas de tiempo que seguir. Kyoti solo tiene un segundo de suspensión antes de caer, así que tiene que reaccionar con rapidez en todo momento; por suerte, eso no es algo que se le dé tan mal. Al cabo de un tiempo, el líder le indica que se marque sus propios tiempos. Pese a la práctica previa, tarda en encontrar el punto exacto en el que invocar el hechizo, pero poco a poco se va aproximando más al momento adecuado. Al final, no es tanto el hecho de haber dominado el hechizo como el cansancio lo que lo obliga a detenerse.

Agradece profundamente el tiempo que el líder le ha dedicado, y que probablemente podría haber empleado de forma más fructífera en entrenar a otros guerreros. Espera poder sacarle partido al hechizo, pese a sus escasas habilidades.

Finalmente, se despide y se marcha.

*Se va*
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Cierzo

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyDom Mar 21, 2021 10:23 am

Ante la noticia de una sesión de entrenamiento con el líder flamma, era natural presentarme a entrenar en aquello que considerase útil enseñarnos. Y, tratándose de magia, era algo que tenía que aprovechar con más motivo.

El hechizo en cuestión resultó ser Loghda, una técnica de suspensión en el aire. Sonaba útil, especialmente en aquel mundo sin alas que era Brontë. Asentí levemente a las explicaciones del líder flamma y, al poco, había empezado a trabajar en ello.

No me costó mucho dar con la sensación que me había descrito. La magia siempre se me había dado bien, y era algo que practicaba en mi día a día. Era cierto que me servía mucho más a menudo de magia aether que de magia neutra, pero al final se trataba de tomar mi energía y darle una nueva forma. Casi resultaba entretenido.

Dada mi habilidad, el hechizo permitía una capacidad de maniobra nada desdeñable. Podría servirme de él para atacar, para corregir una trayectoria o, como decía el propio líder flamma, para minimizar daños en una caída. Tendría que ver cómo lo adaptaba en combate, pero en principio parecía una adición interesante.

No tardé mucho tiempo en pasar por todas las plataformas expuestas. Entre la silla y el suelo no notaba demasiada diferencia. En el potro y la plataforma, en cambio, me paré más tiempo, tratando de calcular todas las posibilidades. Claro que, hasta que no lo incorporara como un elemento más, no podía definir del todo cuándo me iba a ser más útil.

Me paré especialmente en la plataforma, calculando si mi velocidad me permitía invocar el hechizo varias veces en caída, pero resultó ser un poco justa de altura para ello. Elhimn me propuso una plataforma más alta, y en esa sí pude darme el margen adecuado para detenerme dos veces en el aire en lugar de una.

Podría haber seguido practicando más tiempo, pero no parecía que ninguno de los dos considerase que me hiciera particular falta mantener la supervisión, y estaba seguro de que, aunque hubiera propuesto aquellas lecciones, tendría mejores cosas que hacer que atenderme. Finalmente me despedí, agradecí su tiempo y abandoné la sala.

*Se va*
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Alehyss

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyLun Mar 22, 2021 10:17 pm

He tenido suerte y he coincidido con una de las enseñanzas que los líderes nos dan de vez en cuando. Teniendo en cuenta el tiempo que he pasado fuera, puedo considerarme afortunada. Y, aunque se trate de magia, que dista de ser mi especialidad, en cuánto el líder Vanaheik Elhimn me explica en qué consiste el hechizo, me encuentro con que me resulta especialmente interesante.

Presto atención a su explicación y luego trato de imitarlo. Salto varias veces, lo más alto que puedo, y pronuncio el hechizo en el aire. Lo cierto es que la parte de calcular en qué momento es más oportuno no parece que vaya a ser un problema, pero no es hasta que lo he hecho media decena de veces que siento por primera vez esa sensación de suspensión que describe. Me concentro entonces, a partir de ese momento, en buscar ampliar esa especie de película, porque se me hace como una película, que cubre mi cuerpo y de alguna forma lo ralentiza.

La magia chrysos me resulta especialmente complicada, pero en este caso, al ser una magia más estable, eventualmente siento que he dominado la primera fase. COnsiderando, entonces, que el potro es muy bajo, pero que la plataforma es demasiado alta por el momento, me dirijo corriendo hacia la pared y salto, impulsándome de nuevo en la superficie, saltando más alto que hasta ahora e invocando el loghda en medio del salto, disfrutando de la sensación de control que me causa poder tenener mi caída en el momento indicado. No tengo más que repetirlo media docena de veces para comprender las físicas de mi cuerpo cuando aplico el hechizo. Se me ocurren ya ocasiones en las que le hubiese sacado un buen partido a esto. Quizás mi magia sea débil y no pueda aprovechar los segundos tanto como alguien más hábil, pero es todo una cuestión de cálculo.

Satisfecha, sintiendo que ya soy capaz de invocar el hechizo a placer, decido entonces subir finalmente a la plataforma más alta. Contemplar el suelo desde aquí es estimulante, aunque realmente no resulta una altura tan alta. Se me ocurren formas sencillas de bajar sin recibir daño y sin utilizar ningún hechizo para ello. Pero bueno, no he venido a mostrar mi agilidad.

Doy un salto calmado y a media altura invoco el loghda, notando cómo esta vez mi cuerpo se arrastra más, debido a la aceleración. Lo he usado demasiado rápido como para que sea cómodo aterrizar, pero lo soluciono suavizando el aterrizaje rodando en el momento indicado por el suelo. Luego subo de nuevo a la plataforma y repito el intento. De nuevo, no es hasta que lo he probado varias veces, frenando en momentos distintos, que puedo decir que entiendo realmente cómo afectan las diferentes alturas y velocidades al hechizo, pero resulta intuitivo. Es bastante físico. Me gusta.

Termino mi práctica saltando por última vez y deteniéndome lo más cerca posible del suelo, haciendo que mis pies estén a escasos centímetros en el momento en el que me detengo. Me aproximo entonces al líder y agradezco la enseñanza. Sin duda, me va a resultar de lo más útil.

*se va*
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Aloe

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMiér Mar 31, 2021 12:18 am

Llega al aula tras enterarse de que un profesor estaba enseñando un conjuro. Trata de esperar a que acabe el guerrero que está dentro antes de pasar para evitar estorbar otro entrenamiento.

Tras escuchar las indicaciones, asiente. Que lleve la cara tapada le resulta incómodo. ¿Por qué se oculta? ¿Es que trama algo?

Lo intento... —Se concentra en una postura que pretende ser cómoda. Las rodillas algo flexionadas, los brazos levemente levantados como si tuviese que concentrar la energía en el espacio entre sus manos.

No ha probado otra magia que no sea la claritas y lo habitual es que la use con las manos. Intenta sentir la circulación de su energía.

Agh... La verdad es que no pienso mucho cuando hago magia... —Se escusa. Siente que está tardando demasiado tiempo, sin embargo el hombre le indica que continúe. Aloe intenta concentrarse, visualiza su energía bajar a sus pies. Al principio sólo es una imaginación, que solo está en su cabeza. Después, poco a poco, sí va notando algo parecido a cuando concentrar un clair ëm yäk.

Vale, creo que lo tengo... —Ahora es hora de empezar con el conjuro. Da un salto y dice las palabras, pero no pasa nada. Es muy poco tiempo. Prueba un par de veces, pero no consigue concentrarse para hacerlo tan deprisa—. Mejor me subo a la silla... —Al subir se toma un momento, concentrando su energía en los pies antes de saltar. Por fin salta y dice las palabras, pero de nuevo no pasa nada. De nuevo sube a la silla y repite la acción varias veces.

Se concentra algo más y vuelve a saltar, invocando el loghda y esta vez sí siente como se mantiene unos segundos en el aire.

¡Por fin! —Vuelve a subir y repite la acción. Salta, loghda y se mantiene en el aire unos segundos. Decide probarlo en el suelo, dando un salto y finalmente consigue ganar unos segundos también. "Bien, lo voy pillando".

Pasa a la siguiente altura. Todavía no es suficientemente alta como para hacerse daño al caer así que no duda mucho antes de volver a intentarlo. Esta vez no calcula bien el momento y llega al suelo antes de que el conjuro se complete. De nuevo vuelve a subir.

Al cabo de varias repeticiones consigue calcular la distancia correcta y repite el salto en la silla, en el suelo y en el potro, concienciándose de los diferentes momentos en los que debe de invocar el conjuro en función de la altura. Le cuesta darse cuenta de ese tipo de cosas a la primera.

Al final consigue el valor necesario para probar con la tercera altura, desde la que ya sí puede hacerse daño. No un daño mortal, pero daño a fin de cuentas. Toma aire, visualiza la distancia y trata de interiorizar bien el conjuro.

Después de un rato salta, ya con la energía dispuesta en sus pies y conjura un loghda esperando no equivocarse. Y no lo hace. El conjuro llega a tiempo y sus pies no sufren la caída

¡Genial! —Eso la carga de energía y le da confianza en sí misma. Vuelve a subir de nuevo y salta, esta vez sin pensar demasiado. El resultado es que el conjuro se queda algo corto y trastrabillea al llegar al suelo. No debe descuidarse. Después de practicar a consciencia un par de veces más, decide darlo por finalizado.

Muchas gracias, me gusta este conjuro —Hace una reverencia de forma que su shot se ciñe a sus muslos y sus pechos se proyectan hacia adelante, sueltos. Ha aprendido algo nuevo y útil.
*Se va*
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Krista

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMiér Mar 31, 2021 6:19 pm

Cuando vi el anuncio de que un líder iba a dar una clase, me emocioné un montón. Tanto que di unos saltos en el sitio. Como una niña pequeña. Por suerte no había nadie para verme. El caso es que no he podido pensar en nada más el resto del día. Me hace tanta ilusión esta clase que hasta me he puesto nerviosa. De hecho tuve que ir a dar unas vueltas corriendo al prado.

Llego al aula antes de la hora. Estoy impaciente y no puedo controlar mis piernas, que se mueven solas. Cuando empieza la clase me esfuerzo en prestar la máxima atención. Escucho casi sin parpadear todo lo que el líder Vanaheik me cuenta. Me fijo especialmente en lo que dice que debería sentir al hacer el hechizo.

En cuanto termina la explicación, lo primero que hago es pronunciar la palabra un par de veces para asegurarme de que la vocalización no va a ser un problema. El siguiente paso es saltar en el sitio para calcular el momento en el que debería realizar el hechizo. Me propulso hacia arriba, lo más alto posible, ya que si es un salto muy pequeño igual no hay tiempo suficiente para el loghda. Lo hago varias veces, calculando los tiempos. Sin embargo, no echo mucho tiempo con ello. No quiero hacer que un líder pierda el tiempo innecesariamente.

Me pongo seria y salto, como antes. Pero ahora al llegar al punto más álgido lanzo el hechizo. Pero llego al suelo antes de que ocurra nada. Decido entonces que quizás sea más fácil si lo hago desde la silla. Me subo a ella, decidida, y salto con determinación. Lanzo el hechizo una vez más. Siento una pequeña fuerza que me frena un poco, pero no llega a hacer el efecto completo. Pero no me lo tomo como un fracaso. Casi lo tengo.

Subo a la silla una vez más. Miro hacia el techo y decido imaginar como unas cuerdas invisibles me sujetan a él. Como los acróbatas. Vuelvo la vista al frente y salto, decidida a que esta vez me salga. Pronuncio el hechizo mientras me centro en sentir como si las cuerdas tirasen de mí hacia arriba y me frenan en el aire. Y efectivamente, eso ocurre. Solo por un instante, pero mi cuerpo frena a media caída. Cuando vuelvo al suelo, no puedo estar más contenta.

Decido ignorar el nivel medio y voy directa y sin dudar a la plataforma. Me subo a ella sin pensármelo dos veces. Una vez estoy en el borde, miro abajo, intentando calcular la distancia y el tiempo de reacción que tendré. Luego imito lo que me sirvió antes, la imagen de las cuerdas asidas al techo y a mi espalda. Y, con la palabra necesaria lista en mi boca, salto sin miedo. Mi cuerpo sube un poco y en cuanto noto que la gravedad empieza a hacer efecto uso loghda, pronunciándolo con más ímpetu que antes e imaginando la fuerza de las cuerdas frenándome a un metro del suelo. Y ocurre. Llego a frenarme unos segundos tras los cuales el hechizo me suelta y caigo el metro que me queda, con los pies firmes en el suelo. Me siento tan feliz por haberlo logrado que doy un par de saltos en el sitio, de pura alegría.

Enseguida me recompongo ante Vanaheik. Es cierto que estoy muy contenta, pero no quiero quedar como demasiado infantil. Y menos delante de uno de los líderes. Así que me pongo quieta, casi firme. Lo que no consigo borrar es la sonrisa.

Después de agradecerle la clase lo suficiente, me despido educadamente y salgo del aula.

*se va*
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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyMiér Mar 31, 2021 11:57 pm

No hace mucho que he vuelto a este sitio, pero me han dicho que un líder está enseñando cosas así que voy a ver qué es. Al llegar con la máscara puesta me encuentro a un tipo con la cara cubierta y lo miro con curiosidad. No parece piscis y las ropas y símbolos que lleva no me suenan de las tribus que conozco. No es un sin-nombre, pero muchas otras tribus se cubren la cara para ocultarse.

Kwqssah, djatu sabbeh —Saludo al líder para mostrar mis respetos. Cuando me explica en qué consiste su enseñanza asiento con interés. Quiero aprender eso. Muchas veces me he caído teniendo que improvisar la formar de hacerme menos daño y esta es una manera muy buena.

Me pongo en posición de meditación, con el índice y el medio levantados de la mano derecha levantados y agarrados por el anular y meñique de la derecha. Al mismo tiempo mantengo levantados el índice y medio de la propia derecha. Ambos pulgares despegados. Las piernas las pongo muy juntas y llevo la planta del pie derecho al muslo izquierdo, buscando el equilibrio. El fluir de la magia es fácil de controlar, ahora estoy listo.

Salto y digo el conjuro, buscando notar la sensación que ha dicho el líder. Una forma de flotar, de sentir el aire bajo mis pies, pero nada sale en el primer momento. Vuelvo a repetirlo un par de veces. A la quinta empiezo a notar cierta sensación de apoyo en las plantas y al poco noto como el conjuro empieza a funcionar.

Paso entonces al potro. La silla no es diferente a saltar por mí mismo. Doy el primer salto tras el conjuro y quedo demasiado arriba, cayendo como si no hubiese dicho nada. Repito. Subo y salto varias veces, concentrándome cada vez. Calcular el mejor punto para soltar el conjuro no es difícil, salto los tejados a diario. Cuando me doy por satisfecho con el potro paso a escalar a la plataforma.

No dudo en saltar. No es una altura muy grande y puedo maniobrar fácilmente si no consigo finalizar el conjuro. En mi caída me centro en dejarme caer sin agarrarme a nada y acabo por conjurar el loghda y me quedo un poco corto. Subo de nuevo. Antes me he dejado caer demasiado, ahora lo conjuro un poco antes y consigo mantenerme en el aire el tiempo suficiente para llegar al suelo con un pequeño paso. Asiento. Seguir aquí no tiene sentido, debo practicarlo en los tejado.

Kwqssah, Kasseh jthuh. Virn guedde—.


*se va*
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Lea

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptySáb Abr 03, 2021 6:26 pm

Aquella tarde mi entrenamiento sería diferente, particular y dirigido. No estaba prestando demasiado atención a la magia en aquellos últimos tiempos, pero eso no quería decir que fuese a desaprovechar la oportunidad de aprender bajo tutela del propio líder de mi continente. Lo saludé respetuosamente al llegar y esperé a que me diera las explicaciones pertinentes.

El hechizo que pretendía enseñarme no parecía muy difícil, conceptualmente. Y, como él mismo decía, podía ser útil en un amplio rango de situaciones. Incluso en combate, si era capaz de coordinar bien mis movimientos, podía sacarle bastante partido.

Estaba ya muy acostumbrada a la magia neutra, que a base de práctica se había vuelto natural para mí. Solía, sin embargo, usarla en contextos curativos o defensivos más que como apoyo a mis movimientos, así que aquello resultaba un poco más novedoso.

Observé con atención la demostración del líder, tomando buena nota de sus movimientos, del momento en que aplicaba el hechizo. Empecé por emular su propia demostración, limitándome a saltar e invocar, buscando el momento exacto en el que aplicar el hechizo. Las primeras veces no resultaba estable, como era lógico; me costaba entender la sensación que había descrito, así como encontrar el momento justo en el que aplicar el hechizo. Lo primero que entendí fue ese tirón del cuerpo, esa sensación de mantenerme suspendida en el aire. Al cabo, y tras varias pruebas, empecé a encontrar el punto adecuado para invocar mi magia.

Asentí, finalmente, satisfecha. Empezaba a ver cómo funcionaba.

Lo siguiente fue utilizar las plataformas, empezando por la más baja, la silla. No sentí mucha diferencia con respecto al suelo; quizás un poco más de margen para invocar, que traía consigo la necesidad de calcular más exactamente cuál era el punto en el que debía detener mi caída. No tardé en dar por entendido el ejercicio, y me dispuse a subir a la siguiente plataforma.

El potro no era tan alto como para dar una sensación de freno muy evidente, pero sí empezaba a sentirla. Continué invocando un Loghda tras otro en cada uno de mis saltos, probando distintas alturas para hacerlo. Había un punto ideal para invocar el hechizo, eso me quedó claro muy rápido, pero encontrarlo no era tan sencillo, considerando que a cada altura era diferente. Además, en combate eso requeriría mucha más precisión y, sobre todo, reflejos. Pero eso era algo que tendría que ir explorando en mis entrenamientos.

Por último, me dirigí a la mayor de las plataformas, que me esperaba con su nada despreciable altura de cuatro metros. Allí sí pude sentir con claridad esa sensación de frenazo. En mi primer salto, en una combinación de malos cálculos y un ligero pánico, invoqué el hechizo tan pronto que no sirvió en absoluto para amortiguar la caída y tuve que valerme de toda mi habilidad para caer sin hacerme daño. Me tomé un pequeño descanso antes de volver a probar, siguiendo indicaciones más precisas acerca de cómo calcular el punto en el que debía utilizar mi magia.

No fue fácil, pero para cuando me despedí agradeciendo la sensión y abandoné la sala tenía la sensación de haber entendido lo que tenía que hacer. Las últimas pruebas habían resultado todas iguales, y tenía la sensación de haber encontrado el punto exacto en el que frenar. De todos modos, como había comentado con el líder de Ignis, tendría mucho trabajo que hacer para dominar el hechizo en combate.

*Se va*
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Rick

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MensajeTema: Re: Aulas   Aulas - Página 4 EmptyLun Abr 05, 2021 10:20 pm

Me planté en la sala sonriente y preparado para aprender, aunque sabía que la magia no era, ni de lejos, mi fuerte, y que me iba a costar. Lo primero que hice fue acercarme al líder y hacer una amplia reverencia. No se dejaba ver a menudo, y comprendía que con todos los problemas que había habido relacionados con los líderes flamma, al final alguna gente podía tener desconfianza. Pero no yo.

-¡Estoy listo para aprender, señor! -exclamé con emoción. Llevaba tiempo sin una clase como aquella.

Presté atención a su explicación y a sus ejemplos. Me puse algo nervioso al ver lo fácilmente que lo hacía. A fin de cuentas, yo era poco ágil y muy pesado. Me daba miedo que aquello, junto con mis pocas habilidades mágicas, diesen lugar a problemas. Pero me dispuse a hacerlo de todos modos.

Comencé por saltar en el sitio.

-¡Loghda! -exclamé, pero cuando acabé de decirlo ya había tocado el suelo.

Tuve que repetir el proceso varias veces hasta ser siquiera capaz de calibrar bien el salto, e incluso así, la forma en la que sentía que la magia me sostenía era débil y tan breve que no me hacía sentir mucha confianza. Pese a todo, continué con las repeticiones, guiado por las explicaciones del líder, hasta que al fin sentí que me mantenía elevado en el aire por apenas un instante. Una vez encontrada la sensación, solamente fue cuestión de repetirla hasta que la hube dominado.

Tocaba, pues, el potro. No elegí la silla porque no creía que caer de un potro fuese a ser un problema, no porque me sintiese especialmente capaz de aquello. De nuevo, practiqué, buscando encontrar ese equilibrio entre reducir el impacto sin arriesgarme demasiado. Notaba cómo la aceleración variaba la sensación de frenada.

-Aún tiene su truco, eh -le dije entre risas la tercera vez que tomé tierra sin freno alguno.

No era difícil, pero yo tenía especialmente mala mano. Si caía de una altura realmente elevada no tenía nada claro que fuese a ser capaz de sacar provecho a aquello. Pero era mejor tener la opción, por lo que pudiese suceder.

Ya con el potro más o menos afianzado, observé la última plataforma. Era alta, y una caída desde la cima sin frenos podía ser bien dolorosa. Quizás aquello fuese un aliciente para hacerlo de forma correcta. Aunque no era precisamente que no me concentrase.

Inspiré hondo y salté. Invoqué un loghda. Llevaba ya tantos que el tirón fue evidente y me salió a la primera, pero estaba tan arriba que una vez hube frenado caí de nuevo, hincando una rodilla en el suelo. Más tarde, mejor. La segunda de las veces aguardé, pero entonces el peso de mi cuerpo y la velocidad hicieron que no llegase a frenar y que, de nuevo, alcazase el suelo a una velocidad superior a la deseada. Aunque menor a antes. Necesité más de diez intentos hasta dar con aquella sensación cómoda de control, y ni siquiera entonces sentí realmente el control. Quizás era cuestión de experimentar hasta que saliese aquello.

Una vez terminé con las pruebas pasé un rato más interrogando al líder, pidiendo consejos e ideas para aquel hechizo, así como formas de entrenarlo eficientemente sin poner en peligro mi vida. Cuando estuve satisfecho, hice otra amplia reverencia, le di efusivamente las gracias y abandoné la sala.

*se va*
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