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 La búsqueda de la Chispa de la Vida

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MensajeTema: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyDom Mayo 11, 2014 9:05 pm

Cuando Jun y Lluvia llegaron ante la puerta del templo, se encontraron con que ya los estaban esperando. Una mujer alta y de aspecto severo, con el rostro arrugado por la edad pero en absoluto encogida era la más adelantada, y los esperaba inmóvil como una estatua, completamente seria, con los ojos fijos en ellos y las manos cruzadas ante el cuerpo. Iba elegantemente ataviada con un traje largo, complejo y de estampado variado y colores vivos, el correspondiente al sacerdote superior de Fulmen.

A sus dos lados había dos miembros más jóvenes de la comunidad religiosa de Fulmen. A la derecha de la sacerdotisa mayor había una mujer de unos treinta años, de peinado discreto, traje menos adornado y expresión tan seria como su superior. Al otro lado, un muchachillo no mayor que los guerreros, con el pelo muy corto, expresión algo angustiada y traje completamente blanco y sin adornos trataba de mantener la compostura. Ambos miembros del séquito se mantenían tan inmóviles y rígidos como quien los precedía.

La sacerdotisa mayor esperó hasta que ambos muchachos hubieran llegado frente a ella antes de demostrar que no era una estatua, sino humana. Sin variar su expresión severa, los saludó con una reverencia. Viéndola, parecía imposible pensar que pudiera llegar a perder las formas bajo ningún concepto.

-Sed bienvenidos al Gran Templo, guerreros de Brontë. Soy la sacerdotisa mayor de Fulmen. Contamos con vuestra capacidad para ayudarnos a restablecer el orden. Si sois tan amables...

Y, con un gesto, los invitó a seguirla. Los dos chicos avanzaron, escoltados por los dos sacerdotes menores. La sacerdotisa mayor se dirigió, seguida por los cuatro, a la estancia central del templo, de planta circular, al igual que el conjunto de la construcción, que abrió con una llave y cerró de la misma forma una vez todos estuvieron dentro. En el centro de la sala, iluminado por un tragaluz, se hallaba un pequeño altar, sobre el que había un pequeño mantelito en el que se destacaba un cerco revelador. Algo faltaba allí.

La sacerdotisa principal se volvió hacia los dos guerreros.

-Esta es la sala central del templo, lugar de culto a Mithos y donde se guardan los grandes tesoros de Fulmen. Por ello, el lugar permanece siempre cerrado y custodiado, y su acceso está muy restringido. Vuestros acompañantes, Cîelor y Sikrell, son los custodios de los tesoros. Ellos son los únicos que poseen llaves de acceso al lugar, además de mí. Una copia por tribu, y ni una más existe ni ha existido nunca. Su trabajo consiste en custodiar los tesoros de Fulmen, y en especial la Chispa de la Vida, el único que permanece siempre a la vista -. Señaló el altar vacío con un pequeño gesto-. La pérdida de la Chispa de la Vida es un asunto sin precedentes que pone a la Iglesia de Fulmen en un fuerte aprieto y podría tener consecuencias gravísimas. Debéis saber que no se ha compartido este asunto con nadie ajeno al templo a parte de vosotros, y por eso espero que cumpláis vuestro cometido. Debéis investigar el paradero de nuestro preciado tesoro y devolverlo cuanto antes a su lugar. El mundo entero podría verse conmocionado por este evento; espero que entendáis lo importante de vuestro cometido -. Dirigió una breve mirada a sus acólitos antes de dirigirse de nuevo a los guerreros-. Cîelor y Sikrell podrán daros más detalles de lo sucedido. Preguntad cuanto sea necesario. Haremos lo que sea con tal de resolver este asunto, y esperamos lo mismo de vosotros.

Tras esta introducción, la sacerdotisa mayor se despidió de ellos con una reverencia. Después, sacó de nuevo su llave, abrió y cerró la puerta de la sala tras de sí. Un nuevo "clic" les indicó que había cerrado de la misma forma que al entrar. Una vez su superior hubo abandonado completamente el lugar, tanto Cîelor como Sikrell se volvieron hacia los chicos, ella con expresión tan severa como la Mayor, él con la misma expresión angustiada, que hacía pensar que iba a echarse a llorar de un momento a otro.

A un rígido gesto de la mujer, el chico echó a correr, tratando de hacer el menor ruido posible, hacia un armarito situado contra la pared. De él extrajo unos cuantos de pergaminos que llevó, con tanta prontitud como pudo (y también con cierta torpeza) a su compañera. Sin apenas mirarlo, esta tomó con seguridad uno de ellos, que extendió ante los guerreros. Era un detallado dibujo, casi podría considerarse una auténtica obra de exposición, de un curioso farolillo dorado. Tenía base y corona heptagonal y un total de siete cristales rodeándolo, y en su interior podía distinguirse un curioso círculo blanco muy brillante.

-Esto es la Chispa de la Vida -señaló Cîerol, con voz y expresión igualmente serias-. No creo que lo hayáis visto antes, ya que se guarda con gran celo. Posee un total de siete cristales custodiándolo, cada uno de ellos proveniente de un continente y de material diferente. Se trata de un objeto antiquísimo, y la energía en su interior se ha mantenido activa por siglos, sin que nada más que el poder de Mithos haya podido explicarlo. Es imposible abrirlo, pero su fragilidad no está probada. Debéis tener cuidado. Nunca debe ser abierto, mucho menos dañado.

Con un gesto violento, devolvió el pergamino a los brazos de su compañero, que se tambaleó un momento, tratando de tomarlo sin que se cayeran los otros que llevaban, aunque su empresa no tuvo éxito. Con aire desesperado y tratando de mantener las formas, recogió el conjunto de documentos rápidamente y los llevó a su lugar, bajo la dura mirada de su compañera. Tras esto, ella se volvió hacia los chicos de nuevo.

-La Chispa de la Vida desapareció durante la noche, al comienzo del turno de Sikrell -. De nuevo, una dura mirada-. Cuando abandoné la sala, el objeto seguía allí; tanto él como la Gran Sacerdotisa pudieron verlo. Apenas habíamos abandonado el lugar cuando Sikrell declaró su desaparición, bajo su propia responsabilidad. Aunque él no puso mucho de su parte, tanto la Gran Sacerdotisa como yo tratamos de reducir el revuelo en la medida de lo posible. Os advierto que no debéis hablar del tema a la ligera ni siquiera en el templo; incluso entre nuestras sagradas paredes la noticia se ha mantenido tan acallada como ha sido posible.

Habiendo guardado los pergaminos, el chico volvió junto a su compañera, manteniéndose en todo momento sumiso y en silencio. Parecía absolutamente abrumado por la situación.

-Hemos investigado en busca de su paradero. Como habéis podido comprobar, no hay poblaciones en gran distancia al templo. La forma más rápida de acceder a grandes poblaciones, donde sería fácil perder la pista al ladrón, es el bosque que rodea el Gran Templo por la parte posterior. A no ser que la Chispa de la Vida siga dentro de nuestro sagrado albergue -. Junto con estas palabras, Cîerol dirigió una mirada acusadora a su compañero, que parecía tener grandes problemas para mantener la compostura. De nuevo, se volvió a los guerreros-. Dudo que Sikrell pueda proporcionaros algo más de información, pero sentíos libres de preguntarle cuanto gustéis.

Tras sus palabras, Cîerol se adelantó hacia los guerreros, y pasó alrededor del cuello de cada uno un colgante de preciosos cristales, del que colgaba un medallón blanco, probablemente tallado en cuarzo. Mirándolo con atención, parecía un plano de la base del Gran Templo; en el centro había una mancha roja, probablemente representación de la Chispa de la Vida. Con el colgante al cuello, ambos chicos tuvieron una agradable sensación recorriendo su cuerpo por un instante. La sacerdotisa sonrió a ambos guerreros, perdiendo por un instante su expresión severa en pos de una más dulce. Sikrell la miró con incredulidad durante el proceso de entrega, pero no dijo nada.

-Esta y mi bendición son todo lo que puedo aportar a vuestra búsqueda, guerreros de Brontë -dijo, por último-. El medallón del Gran Templo, portador del poder de Mithos, que os ayudará en vuestro camino. Dejad que su energía os guíe y proteja.

Sikrell, desde su posición algo apartada, llevó las manos a un colgante del mismo aspecto que colgaba de su cuello.
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Jun

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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyLun Mayo 12, 2014 5:39 pm

Mi primera misión. Es un momento bastante extraño, me siento algo nervioso, pero me alegra poder contar con Lluvia a mi lado para apoyarme. Antes de saber con quién vendría me temía que fuese uno de esos fuertes guerreros tan rudos que se ven a veces, porque creo que no podría estar a la altura. No es que piense que Lluvia sea poco profesional, por supuesto que no, pero mi relación con ella me facilita el sentirme a gusto. Y creo que disfrutaré de su compañía.

Cuando llegamos no puedo dejar de admirar la construcción. Estuve una vez ya, con el abuelo, hace tiempo, pero lo recordaba más pequeño y menos impresionante. Sin embargo, cuando vine no estaba la mujer que ahora nos espera. La verdad es que da un poco de miedo, tan seria y severa, mirándonos acercarnos... Me recuerda al abuelo, un poco. Dan ganas de echarse a correr para llegar antes, pero de no hacerlo al mismo tiempo por no ser irrespetuoso.
A su lado, una mujer y un chico. Imponen mucho menos que ella. Es como ver el crecimiento que ha de seguir uno hasta ser un severo sacerdote...
Miro a Lluvia de reojo, sonriendo tímidamente, infundiéndole fuerzas a ella y a mí mismo, y apuro un poco el paso para llegar antes.

No da mucho tiempo para presentaciones, lo que es un inconveniente para mí, por mi problema. Supongo que al final el diálogo recaerá mayoritariamente sobre los hombros de Lluvia. Espero que no le moleste, aunque la ayudaré todo lo que pueda.

Cuando entramos no puedo dejar de admirar la construcción, la arquitectura, la decoración, los detalles... Sí, había venido, pero no pude entrar. La verdad es que no esperaba tener esta posibilidad solo por venir a cumplir una misión aquí. Me resulta... ¡Es increíble! Debo almacenar estos recuerdos en un lugar importante de mi memoria.
Pero toca prestar atención. Ya tendré tiempo luego para admirar el interior del templo.

La mujer empieza a hablar, y enseguida comprendo lo horrible que es la desgracia: la desaparición de un tesoro tan importante, tanto a nivel histórico como emblemático e icónico, es una auténtica tragedia. Batallas han estallado por motivos peores, y en los momentos difíciles la gente suele ampararse en cosas como esa para mantener la esperanza. Además del interés histórico y cultural que de por sí tiene...

Cuando la mujer sale, quedamos con los otros dos. Ella también da un poco de miedo, ahora que la miro bien; él... Me cuesta decir esto, pero me recuerda un poco a mí. Esa expresión... Esa torpeza al traer las cosas... Ese aspecto de pusilánime incapaz de oponerse a los designios de su severa superior... ¿Acaso es esto lo que ven en mí los demás? ¿Así soy yo?
Quizás esté exagerando...

Abro los ojos, con admiración, al ver el hermoso dibujo de la Chispa de la Vida. Desde luego, cada vez estoy más seguro de que haber venido aquí ha sido una suerte. Miro a Lluvia de reojo, risueño, para ver si está tan impresionada como yo, pero enseguida me vuelvo respetuoso hacia la mujer, que habla. Parece que se trata de un objeto misterioso. Me gustaría poder estudiarlo, pero no aspiro a tanto.

Pronto nos es revelada la historia: la Chispa de la Vida debió de desaparecer durante el cambio de turno. Eso explica por qué el chico parece sentirse tan mal todo el rato. Si me pasase algo así a mí, yo...
En fin. Asiento, procurando parecer menos sumiso de lo normal, tras escuchar toda la historia. Sobre lo de no decir una palabra sobre esto, me será fácil. Y en cuanto al bosque... Me temo que si el ladrón se lo ha llevado, por lejos que esté la población más cercana, no lleva mucha ventaja, y ni hemos empezado a investigar todavía.
Estoy a punto de ponerme a ello cuando la expresión de la mujer parece suavizarse. Nos entrega tanto a Lluvia como a mí un extraño amuleto, y realizo una educada reverencia en respuesta, contemplándolo un instante y mirando luego a Lluvia, risueño. Parece que no hemos empezado con mal pie.

Tras una nueva reverencia a ella, me apresuro a sacar la pizarra. Será un poco incómodo, pero es la única forma de hacer preguntas.

"Muchas gracias por el recibimiento." "Esperamos poder solucionar esto sin inconvenientes", muestro a todos, esperando la corroboración de Lluvia.

Dicho esto, me vuelvo al chico. Parece que también tiene el collar que nos ha sido entregado. Visto en él con más detalle, parece más bonito.

"¿Podrías contarnos tu versión de lo sucedido?"

Lo bueno de escribir es que, aunque titubee en mi cabeza, parezco seguro y profesional. Creo...
Escribo de nuevo, mostrándoselo a todos, una vez más.

"¿Tenemos libertad para movernos?" "¿O hay acceso restringido a alguna zona?"

No querría incomodarlos. Los sitios importantes siempre suelen tener zonas privadas...

Miro a Lluvia de nuevo, esperando que añada lo que sea. Me gustan los estudios y las investigaciones, admito, pero me siento algo perdido. Agradezco mucho contar con ella para que podamos apoyarnos. Cada vez estoy más contento de que sea ella y no otro.


FdR- Me quedó algo largo a mí también :_D Y la mitad paja.
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Lluvia

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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Mayo 15, 2014 1:18 am

Antes de partir a la misión, Lluvia había pasado unos de los días más nerviosos de su vida, pensando, inquieta, en qué podía encontrarse allí y quién iría con ella, y si haría el ridículo o si, por el contrario, lograría contentar no sólo a su compañero de trabajo, sino a los miembros de Brontë en general. Aquello no se trataba sólo de la primera misión de la muchacha, sino también del primer contacto con el mundo adulto que iba a tene a solasr: en Ventus siempre había estado acompañada por una sirvienta o por sus padres, que habían supervisado todos sus movimientos en los eventos de las altas sociedades. Ahora, sin embargo, no estaría allí con sus progenitores, ni con una de sus doncellas: quien fuese que la acompañase sería un guerrero, probablemente uno poderoso, y por eso a la aether se le había formado un nervioso nudo en el estómago.

Aquel nudo empequeñeció y aflojó cuando descubrió que sería Jun quien la acompañase, pero jamás llegó a desaparecer del todo. Por eso, cuando finalmente llegaron a su destino, la aether observó la construcción con una mezcla de asombro, respeto e inquietud: nunca había estado en un lugar como aquel, y todos los detalles del lugar la fascinaban e infundían en ella el respeto de los que sabían que estaban ante una gran institución, pero también despertaban en la aether el miedo a no dar la talla. La mujer, que parecía severa, la intimidaba de alguna forma, y durante unos largos segundos, Lluvia se lamentó de haberse apuntado a aquella misión.

Siguiendo a Jun, avanzó hacia el interior del lugar, encogida sobre sí misma, mirando con curiosidad las paredes, dedicándole de vez en cuando algún rápido vistazo a los hombres que los guiaban. De no haber estado en la misión, Lluvia probablemente hubiese observado con asombro y felicidad todo lo que había a su alrededor, bendiciendo su suerte por haber podido entrar en un lugar como aquel, pero en aquellos momentos la aether sólo podía rezarle a Mithos para que nada saliese mal.

Cuando finalmente se detuvieron, alzó la vista unos segundos, pero la bajó de nuevo cuando escuchó la voz de la sacerdotisa. Pese a todo, la aether escuchó con toda su atención sus palabras, y cuando se fue se despidió con una reverencia. Después se centró en el hombre al que ella había designado, alzando un segundo la vista, atenta. Se preguntó quién había podido robarlo, y cómo, y pensó que con toda seguridad el robo debió haber ocurrido durante el cambio de turno, pues no había ningún indicio que alguno de los dos hombres lo hubiesen robado.

Miró a los presentes cuando la historia terminó, posando su vista primero en Jun, luego Cîerol y Sikrell, para finalmente volver a mirar al claritas. Cuando le pusieron el collar, notó cómo sus mejillas se sonrojaban y miró hacia abajo, avergonzada. Al momento su vista se clavó en el medallón, el que observó durante un largo rato. Sin saber qué decir, asintió varias veces, mirando de nuevo a su compañero, y cuando Jun escribió en su pizarra, leyó sus preguntas. Asintió de nuevo; aquellas eran las preguntas que ella hubiese hecho si se le hubiesen ocurrido. Luego volvió a mirar a Sikrell; se llevó una mano a la nuca, pensativa, y observó el suelo. Finalmente habló:

—¿Hay más gente aquí aparte de ustedes...? —inquirió con timidez. Tal vez ellos fuesen los únicos con acceso al tesoro, pero a lo mejor había más gente en el templo. No lo sabía.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Mayo 15, 2014 11:02 am

Cîerol lanzó una mirada de advertencia a Sikrell en el mismo momento en que Jun decidió hacer de él el centro de la conversación. El chiquillo, que percibió esta mirada sin necesidad de mirar a su compañera, pareció estremecerse un momento, nervioso, y tuvo que tragar saliva antes de proceder a hablar, con un nudo en la garganta. Cuando lo hizo, habló de un tirón, tan rápido y seguido que parecía haberse aprendido cada palabra de memoria. Probablemente había tenido que contar aquello en otras ocasiones.

-No hay mucho que pueda contar en realidad, no tengo ni idea de cómo puede haber ocurrido. Empecé mi turno a medianoche, tal y como siempre he hecho. Como la sala no puede quedar abierta, cerré la puerta en cuanto la señora Cîerol hubo salido. Cuando ella salió pude ver perfectamente la Chispa de la Vida en su sitio, pero luego me di la vuelta para cerrar la puerta, y cuando volví a mirar, había desaparecido. No hubo ningún indicio del robo ni nada que pareciera extraño en ningún momento -explicó, nervioso, pero con la vista fija en la pizarra de Jun, sin apartarla ni un momento.

A la segunda pregunta, el pequeño chrysos lanzó una mirada a su compañera, esperando que esta tomara la palabra. La mirada severa de esta le indicó que ella esperaba lo mismo de él, así que desvió la vista rápidamente, de nuevo a la pizarra, para responder de la misma forma que a la pregunta anterior.

-Hay lugares restringidos en el templo, pero podéis pedir que se os abran las puertas mientras estéis acom...

-No hay nada que ver en el templo. Ya lo hemos revisado a conciencia. Debéis dirigiros al bosque, como os he indicado. Este lugar está bien vigilado. Siento que tengáis que partir ahora que está anocheciendo, pero no hay tiempo que perder -lo interrumpió su compañera, impaciente.

Ante la pregunta de Lluvia, de nuevo dirigida al chiquillo, este desvió de nuevo la vista hacia Cîerol, esperando un permiso para hablar. Sin embargo, la mujer ya había empezado a hablar para cuando lo hizo, rápida, impidiéndole siquiera abrir la boca. Taladraba a Lluvia con la mirada, notablemente ofendida por su falta de atención.

-Por supuesto que hay más sacerdotes -respondió, con tono extrañamente calmo para su aterradora mirada-. Tal y como la mayor ha indicado, no todos aquí conocen la situación. Y, teniendo en cuenta que nosotros tres la conocemos, ¿no resulta evidente que hay más gente viviendo aquí? Hay mucho que hacer en el templo, y que la comunidad religiosa de Fulmen sea pequeña no implica que no tenga adeptos.

Para la mujer, aquella insinuación parecía una absoluta ofensa. Sin embargo, decidió no hacer ninguna otra referencia o comentario al respecto, limitándose a avanzar hacia la puerta e indicar a los chicos con un gesto que la siguieran. Abrió la puerta para ellos, y Sikrell los escoltó hasta ella saliendo tras los chicos.

-Siento no tener más tiempo para vosotros. Debo continuar con mi custodia. Confío en que dejaros a cargo de un novicio no sea un error -. Y, de nuevo, la mirada que dirigió a su compañero lo hizo abrumarse, bajando la vista con el rostro enrojecido.

Una vez la sala se cerró a sus espaldas, Sikrell miró un momento a los chicos, no menos angustiado. Frotándose las manos, nervioso, tragó saliva y carraspeó, sin saber muy bien qué hacer.

-Siento no poder seros de más ayuda -murmuró, angustiado-. Espero que podáis ayudarnos. Siento haber provocado todo esto -. Se atrevió, por un instante, a ofrecer una nerviosa sonrisa, aunque parecía casi un gesto de ir a echarse a llorar-. Aún no sé cómo no he sido expulsado. Por favor, traed la reliquia de vuelta antes de que todo esto empeore.

Procedió a indicarles cómo acceder al bosque, situado detrás del templo. Era una masa de árboles que se extendía más allá de donde alcanzaba la vista, frondosa y oscura. El sol, ya casi desaparecido tras los árboles, le daba un aspecto ciertamente tenebroso.

FdR.: Os recuerdo que los cambios en cuanto a plazo de posteo también se aplican a esta misión.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyVie Mayo 16, 2014 12:53 pm

Responden a nuestras preguntas. Al principio sonrío, cuando Sikrell lo hace. Me sigue recordando vagamente a mí, y parece un chico agradable, quitando todo este asunto. No quiero decir con todo eso que yo lo sea... Es solo que...

"La misteriosa desaparición de la Chispa de la Vida cuando Sikell se giró para cerrar la puerta" es un tema que me resulta bastante misterioso. No puedo dejar de pensar que algo falla. ¿Cómo pudo desaparecer cuando se volvió para cerrar la puerta si él ocupaba la puerta? Quizás hizo algo antes de cerrarla... Eso tendría más sentido. Aunque, sea como sea, quedarnos aquí a hacer cien preguntas solo nos alejará más del ladrón.

Cîerol, por su parte, interrumpe a su compañero cuando lo considera oportuno. Es una mujer autoritaria, desde luego. Pero no tanto como el abuelo. Me pego un poco a Lluvia, rozando su hombro con el mío, poniéndome ínfimamente por delante, para infundirle ánimos cuando responde a su pregunta. No me importan sus motivos: está siendo un poco desagradable, y el hablar con educación y un tono tranquilo no te hace ser menos antipático, por mucho que creas que sí.

Pronto somos guiados hasta la puerta. Parece que lo de ir al bosque no se puede dilatar más.
Hago una reverencia a Cîerol antes de que vuelva dentro, despidiéndola, educado. Ahora que estamos con Sikrell a solas.

"Una cosa. Cuando cerraste la puerta," "¿pudo realmente haber salido algo" "de la habitación en ese tiempo?"


Lo miro muy serio, mostrándole la pizarra. Pero parece que no tenemos más tiempo aquí.

"No te preocupes. Nos hacemos cargo."

Miro a Lluvia, buscando su aprobación, sonriente. La verdad es que sí me alegro mucho de que ella este aquí. Tampoco es que yo me sienta muy seguro, esta es mi primera vez, pero espero que hagamos un buen equipo y ayudemos al pobre...

Hago una reverencia al chico, despidiéndome, con una sonrisa de ánimo. Lo siguiente que nos toca, entonces, es un bosque que da algo de miedo. Es como si los árboles se nos fuesen a comer...
Menos mal que no estoy solo. Creo que no me atrevería a hacer esto.

"¿Alguna idea?". Miro a Lluvia, sin saber bien qué hacer. "¿Solo caminar y buscar pistas?" "Esto es como un libro de detectives."

Sonrío. Eso es lo mejor. Pero explorar de verdad no parece tan fácil.
Pues a buscar un rastro de pisadas, ramas rotas o algo así. Es un buen comienzo.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptySáb Mayo 17, 2014 9:51 pm

Sikrell bajó la vista y negó con la cabeza. Parecía realmente afligido.

-Fue tan extraño que soy incapaz de buscarle una explicación -respondió el chico, hablando para el cuello de su camisa-. Hasta que me di la vuelta estaba ahí. Vosotros habéis visto el altar. Llama la atención, es algo que no pierdes de vista. Según Cîerol salía, entré yo y me di la vuelta para cerrar la puerta. Fue un momento, cuestión de girar la llave, y ya no estaba. Y tampoco hay más lugares por los que entrar y salir. El tragaluz del techo está cerrado, no es posible entrar por ahí. La verdad es que entiendo que Cîerol sospechara de mí, porque...

Se estremeció al decir esto, mirando a los chicos angustiado, como pretendiendo decir con su gesto que de verdad no había sido él. Era evidente que para él era algo muy importante. Se despidieron de él y comenzaron a seguir las indicaciones que les había dado.

Si Lluvia tenía alguna idea, decidió no compartirla, y tampoco parecía tener más iniciativa que Jun, así que ambos se limitaron a dar la vuelta al edificio por fuera y dirigirse, por la parte trasera, al bosque. Realmente imponía mucho; los árboles parecían un muro, poco dispuestos a dejarlos entrar. Había algo extraño en todo aquello; en lugar de parecer el límite de un bosque, donde los árboles se abren y hay más claridad, parecía que se tratara de el centro mismo de uno, con troncos prácticamente pegados unos a otros, ramas por todas partes, arañándoles la cara si no tenían cuidado y raíces poniéndoles la zancadilla. Lluvia se cayó un par de veces, haciéndose algo de daño en las rodillas, y Jun tenía problemas para no acabar en la misma situación.

Y, pese a la oscuridad que reinaba en el lugar (parecía noche cerrada pese a que aún estaba atardeciendo), pronto los chicos se dieron cuenta de que las extrañezas no hacían más que comenzar. A medida que, a duras penas, avanzaban, se dieron cuenta de que la maleza se hacía algo menos espesa, permitiéndoles caminar con más facilidad, e incluso parecía que hubiera algo de luz más allá, según profundizaban en el bosque. Poco a poco, la caminata se hacía menos dura, aunque aquello seguía pareciendo una selva virgen.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyLun Mayo 19, 2014 7:08 pm

Parece que ni el mismo Sikrell supo exactamente cómo ha podido suceder todo esto. El hecho de que me diga que incluso Cîerol desconfió de él en un principio me hace darme cuenta de que, realmente, no nos hallamos ante una situación común, ante un robo normal y corriente, lo que me hace pensar que, o bien el que haya hecho todo esto sabía muy bien cómo proceder, o bien se trata de un asunto sobrenatural. Bien pensado, el hecho de que quizás se trate de un ladrón experto no hace sino minar un poco mis esperanzas, pero he prometido que me esforzaría al máximo y, bueno..., tengo que hacerlo. Quiero hacerlo.

"Esto es un poco raro, ¿no te parece?", escribí mientras andábamos, mirando a Lluvia con expresión de intriga. "¿Se te ocurre alguna posibilidad?"

El bosque, desde luego, es casi tan extraño como la historia, como un bosque al revés. Desde luego, estoy viendo cosas curiosas hoy... Casi dan ganas de quedarse por aquí a contemplar los árboles y olvidar el resto, pero el trabajo es el trabajo, y por mucho que me sienta un poco inseguro por estar aquí, tengo que hacer bien las cosas para que el señor Brumm, Massen, y la propia Lluvia, que viene conmigo, no se sientan decepcionados...
Da algo de miedo, pero, por suerte, puedo permitirme conjurar un pequeño clair ëm yäk para facilitar nuestra visión.

Ayudo a Lluvia a levantarse cuando tropieza, asegurándome de que no se haya hecho daño. Parece que es algo torpe, desde siempre, aunque yo no soy el más indicado para hablar. Y pese a que ella es más veterana que yo, a veces dan ganas de cuidarla, o así.

Cuanto más avanzamos, más parece que salgamos del bosque. Si se abre de esta forma, desde luego, será difícil encontrar al que haya robado la Chispa de la Vida, porque tiene cada vez más vía libre para huir de nosotros. Podría estar en cualquier sitio. Aunque también se hace más fácil el ir buscando algún rastro, alguna pista, ya que hay menos obstáculos y entresijos.
Suspiro, cansado, frotándome uno de los rasguños de la cara, que me he hecho ya hace rato. Al percibir la luz estrecho los ojos, mirando en esa dirección, y dirijo una mirada contenta a Lluvia, señalando con la mano. Parece buena idea ir hacia la luz, aunque expresado así resulta un poco como de fantasmas, de pasar al otro lado, o algo así... De todos modos, un claritas como yo siempre agradecerá ir hacia la luz.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMiér Mayo 21, 2014 12:17 am

Los chicos seguían avanzando, dirigiéndose en la medida de lo posible hacia la zona más iluminada del bosque. Era extraño pensar que, habiendo entrado mientras anochecía, cuanto más se acercaban a la zona iluminada más daba la sensación de que estuviera amaneciendo.

La luz del sol se colaba entre los árboles, dando una iluminación preciosa al bosque. Este, que en un principio podía haber parecido tenebroso, se mostraba ahora amigable, con hueco suficiente entre los árboles para que pudieran caminar con normalidad, las ramas los acariciaban cuando los tocaban y los pájaros, con sus trinos, parecían querer darles la bienvenida.

Al poco, los animales, que hasta entonces solo se dejaban oír, empezaban a asomarse, dando comiendo a su día. Ardillas se movían por entre los árboles, saltando de acá para allá; una perdiz pasó por delante de ellos seguida de una larga hilera de pollitos, e incluso llegaron a ver algún ciervo saltando entre los árboles. El lugar rezumaba paz, y no había en él el menor indicio de humanidad.

Hasta que lo hubo. En su avance, toparon con una joven comadreja que, moviéndose entre la maleza, se acercó con ojos curiosos hacia ellos. Los chicos, asombrados, pudieron ver que el animal vestía un adorable pantaloncito color tierra, perfectamente abrochado con un diminuto cinturón, y calzaba unos zapatitos de preciosas hebillas doradas. Iba, además, armado con una pequeña espada a su medida, que mantenía enfundada.

La búsqueda de la Chispa de la Vida 723db7

Cuando llegó a su altura, se detuvo ante ellos, alzándose sobre sus dos patas traseras, y los observo con ojillos atentos.

-¡Humanos! -exclamó, con voz grave y sorprendida pero en absoluto hostil. Miró a uno y a otro, parpadeó y ladeó la cabeza-. No sois humanos corrientes. Tenéis unos ojos muy bonitos. ¿Qué os ha traído hasta aquí?

Correteando, los rodeó, observándolos, visiblemente curioso, pero también amigable.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMiér Mayo 21, 2014 10:09 am

Parece que a medida que seguimos avanzando hacia la luz las cosas mejoran. Yo siempre he relacionado la oscuridad con las cosas malas, y no es que te tenga nada en contra de los caeruleus, pero así me siento mucho más tranquilo. Y estoy seguro de que Lluvia pensará lo mismo. Además, por aquí es mucho más fácil caminar. Sé que estamos de misión, pero casi parece una excursión, y como la compañía es agradable hasta me lo estoy pasando bien.

Ahora mismo, si todo sigue así, estará bien. Hasta puedo observar a los animales, relajados, como si no pudiesen asustarse de nosotros porque nunca antes hayan visto a una persona. La verdad es que es todo muy bonito y pintoresco.

De pronto se para ante nosotros una comadreja. Y va vestida. Puede parecer una mala broma de alguien, algún bromista que se burla de los pobres animales, pero entonces empieza a hablar y se me abren mucho los ojos. ¿Esto tiene algún rigor científico?
Miro a Lluvia, intranquilo, pero el animalillo sigue sin parecer peligroso... ¡Y eso que lleva una espada en la vaina!

"¿Sabes leer además de hablar?", le muestro, todavía algo escéptico.

Qué irónico... Aquí hasta las comadrejas hablan, pero Jun...
En fin... Sea como sea, supongo que es hora de sacar algo de esto, por absurda que parezca la situación.

"Estamos buscando un ladrón.", explico. No daré más datos, como pidieron en el Templo, a no ser que sea necesario.

"¿Has visto algo extraño por aquí?"

Es que... No, no puedo evitar la pregunta.

"¿Cómo es que puedes hablar?"

Esto es tan extraño. Incluso me pellizco, disimuladamente. No vaya a ser...
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Mayo 22, 2014 1:36 am

La respuesta de Ciêrol hizo que Lluvia bajase la vista al suelo, pegando el mentón al cuello, y que optase por no pronunciar palabra durante el tiempo que permanecieron dentro de la sala. Cabizbaja, la aether abandonó el lugar, y se adentró con Jun en el bosque, donde finalmente se animó a alzar un poco la mirada y observar a su alrededor, sintiéndose en parte sorprendida por lo extraño que le resultaba el lugar, poco semejante a los escasos bosques donde ella había estado, y nerviosa, tal vez un poco asustada incluso, precisamente por lo peculiar del lugar. Se cayó varias veces durante el trayecto, haciéndose daño en las rodillas, y no habló demasiado mientras caminaban, aunque siempre respondió a sus preguntas y agradeció la ayuda que le ofrecía.

A medida que avanzaban hacia la luz, el bosque adoptaba un aspecto similar a los que Lluvia recordaba, abandonando varias de las cosas otrora que lo habían hecho parecer extraño: la maleza ya no era tan espesa, los árboles estaban más separados, y en general el sitio parecía más amable que antes, donde incluso se escuchaban los sonidos de algunos animales. Seguía siendo extraño cómo había cambiado el bosque conforme habían avanzado, pero el temor de la aether había casi desaparecido y ahora se dedicaba a disfrutar del paisaje, sin llegar a olvidarse nunca del motivo por el que se encontraba ahí. Quería hacerlo bien, pese a que su comportamiento parecía indicar lo contrario.

Lluvia no observó a la comadreja hasta que esta se acercó a ellos, y cuando lo hizo, frunció el ceño, extrañada. La comadreja estaba vestida. Iba vestida y llevaba una espada. Su primer pensamiento fue que, tal vez, alguien la había vestido, pero  pronto desechó esa idea.

¡La comadreja hablaba! ¡La comadreja! Lluvia parpadeó varias veces, atónita. Sus labios hasta se separaron, formando una pequeña o, y sus ojos se abrieron mucho. Boqueó varias veces, tratando de buscar algo que decir, aunque no pronunció sonido alguno: estaba tan sorprendida que no le salían las palabras, y en su opinión, aquello era normal y justificable. ¡Las comadrejas no hablaban! ¡Los animales no hablaban! Sólo hablaban en las fabulas, y las fabulas, como bien le habían dicho sus padres, no eran más que cuentos menores para que los niños aprendiesen una lección sencilla, pero su parecido con la realidad era inexistente, y la aportación que podían darle a ella a largo plazo, prácticamente nula.

Lluvia miró a Jun, sin saber qué decir, y luego miró de nuevo a la comadreja. Parpadeó. Y frunció el ceño otra vez. La comadreja no parecía hostil, a pesar del arma; no parecía ser un animal peligroso, sino más bien uno simpático . Y era muy mona, con sus pantaloncitos y zapatitos y la espadita en la vaina. Durante un segundo quiso acariciarla, pero reprimió el instinto, y se centró en la misión.

Miró al claritas, y por si la comadreja no sabía leer, repitió, siempre cordialmente, lo que su compañero había escrito. Cuando terminó, sonriente, reprimiendo una risa por la última pregunta de Jun, ella misma se animó a inquirir:

—¿Hay más animales como tú en este bosque?

A lo mejor en aquel bosque todos los animales resultaban ser tan inteligentes como la comadreja. Y si los animales eran inteligentes y pequeñitos, a lo mejor alguno de ellos, y no sólo la comadreja, había visto a alguien.

—¿Cómo te llamas? —Se agachó, para mirar al animal más de cerca—. Yo soy Lluvia, y ese es Jun. —Sonrió ampliamente—. ¿Vives en el bosque? ¿Has salido de él alguna vez?
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Mayo 22, 2014 1:43 pm

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La comadreja, visiblemente ofendida, dirigió sus pequeños ojillos brillantes hacia Jun, alzándose cuan larga era, como intentando con ello ocupar más espacio y parecer más imponente. Aunque, la verdad, su escaso tamaño no jugaba a su favor.

-¡Pues claro que sé leer! -replicó, interrumpiendo a Lluvia en mitad de su lectura-. Ah, sois muy listillos, ¿eh? Muy propio de humanos. Siempre os creéis que lo controláis todo, que vais por delante. ¡Pues habría que veros delante de un dragón! Yo, educado, me acerco a saludar, ¡y esto es lo que recibo a cambio!

Pese a su tono ofendido, parecía más triste que hostil por la insinuación de los chicos. Sacudió la cabecita de un lado a otro, un par de veces, en una negación. Y, pese a todo, parecía seguir bien dispuesto a conversar con ellos.

-Bueno, bueno, ¿qué es esto? ¿Una entrevista? ¿Un interrogatorio? ¡Y en mi propio terreno! -exclamó, más sorprendido por la avalancha de preguntas que otra cosa-. No insinuarás, jovencito, que nosotros hayamos podido robar nada, ¿verdad? Somos gente honrada y poco codiciosa, no, no, no, nunca haríamos algo así -. De pronto dio un coletazo al suelo y se alzó de nuevo-. ¿Por qué no iba a poder hablar? ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Le he preguntado yo eso a tu amiga? ¡Vaya, chicos, ni que estuvierais viendo algo extraordinario!

Se volvió entonces hacia Lluvia, con la cabeza ladeada, y parpadeó un par de veces. Acabó por apoyarse de nuevo en sus cuatro patas y miró alrededor, olfateando, como en busca de algo. Acabó por volverse a la chica.

-¿Más... como yo? ¿Quieres decir más comadrejas? ¡Hay muchas comadrejas! En este bosque vive una gran familia de comadrejas de muy larga tradición, jovencita -. Asintió, convencido-. Una familia digna de orgullo.

Retrocedió un poco ante la última pregunta de Lluvia, poniéndose tenso de pronto, aunque pronto volvió a acercarse, con aire un poco nervioso.

-¡Ah! ¡Mi nombre! Sí, ¿en qué estaría pensando? -carraspeó-. Soy Mora, para serviros. Bienvenidos al Bosque de los Estorninos. Así es, joven Lluvia, este siempre ha sido mi hogar y jamás lo abandonaría. No puedo imaginar un lugar en el mundo de mayor belleza, después de todo...
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyDom Mayo 25, 2014 4:02 am

Lluvia, al verse interrumpida, se calló, sonrojándose levemente, y bajó la vista, avergonzada. Si lo pensaba bien, tenía sentido que la comadreja supiese leer: iba vestida y llevaba una espada consigo y había demostrado que era un animal inteligente, capaz de hablar como un auténtico humano, así que ¿por qué no iba a saber leer? A fin de cuentas, la comadreja no dejaba de ser un animal con, aparentemente, las habilidades de una persona.

—Lo siento, lo siento —murmuró, de rodillas, mirando al animal. Curvó ligeramente los labios, esbozando una tímida sonrisa—. Estoy convencida de que mi compañero no ha querido insinuar que vosotros la habéis robado. —Ensanchó el gesto—. Sólo queremos saber si habéis visto algo raro...

La aether apoyó los codos sobre sus rodillas, sin apartar la vista de la comadreja, aguardando por una respuesta. Pensó que realmente sí estaban ante algo extraordinario, pero no lo dijo: no sería agradable para el animal descubrir que lo consideraban algo completamente inusual, a pesar de que su comportamiento ya había dado indicios de que así era como lo veían. Pensó cómo se sentiría ella misma si la observasen con extrañeza y sorpresa, y durante un segundo se acordó de que le faltaba un ala y se preguntó cómo sería cuando sus padres la viesen. Al segundo supo que sería un momento desagradable, y decidió acallar esos pensamientos centrándose de nuevo en el animal. Le sonrió de nuevo, ampliamente, mostrando sus dientes.

—Encantada de conocerle, Moora. —Acercó su mano al animal, tendiéndole el meñique, pues era evidente que no podían estrecharse las manos por completo y ese dedo parecía el más adecuado para imitar el saludo—. ¿Crees que podríamos hablar con las otras comadrejas para buscar a nuestro ladrón?

Ladeó la cabeza, y todavía desde el suelo, alzó la vista para mirar al claritas.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyLun Mayo 26, 2014 9:48 pm

Parece que nuestro pequeño amigo, por así llamarlo, pronto se toma a mal nuestros comentarios... Tengo muy claro que, del mismo modo que no he pretendido ser maleducado, Lluvia se encuentra en la misma situación. Me apresuro a hacer una reverencia de disculpa para que no se enfade.
Todo está siendo tan raro... Por mucho que se ofrenda, sigo sin saber cómo es que puede hablar, o leer...

Lluvia enseguida toma la iniciativa, y lo agradezco. Al final, estar escribiendo en la pizarra es un engorro para todos, y ella no lo hace más. Sinceramente, Lluvia no parece una fiera guerrera, pero estoy seguro de que su aspecto dulce y amable resulta tranquilizador, y seguro que eso puede jugar a nuestro favor.

Mora es, desde luego, un poco nervioso. Y resulta, desde luego, un nombre de lo más adecuado.
Al igual que Lluvia, saludo, aunque en mi caso me conformo con una nueva reverencia. Es más apropiado para mí. Me da miedo asustarlo u ofenderlo otra vez...

"¿Es este bosque un sitio peligroso?", escribo, con mano ágil, mostrando enseguida la pizarra a los dos, y señalando con un gesto la pequeña espada que Mora lleva a la cintura.

No me está pareciendo que este lugar, que parece más un cuento que otra cosa, sea muy sombrío, pero no puedo evitar ser precavido. No querría que pasase nada malo en mi primera misión solo porque bajo demasiado la guardia... Y bastante débil soy ya como para que aún por encima...
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyLun Mayo 26, 2014 10:40 pm

La búsqueda de la Chispa de la Vida 723db7

Parecía que, poco a poco, la comadreja iba tomando con más tranquilidad la presencia de los chicos. Asintió repetidas veces al comentario de Lluvia, y husmeó a su alrededor, como queriendo asegurarse de que todo estaba en orden, antes de volverse hacia la chica y responder.

-Claro, claro, podemos ser testigos... -asintió, pensativo-. ¿Y qué sabéis de vuestro ladrón? ¿Es un humano? ¿Qué ha robado? ¿Quién podría querer ocultar algo aquí, en el Bosque de los Estorninos...? Pero sí, podríais... Si ellos quieren, claro. ¡No forzaría a mis compañeros a un interrogatorio! ¡Jamás!

Parecía tan ocupado en asegurar su inocencia que tardó un momento más de lo debido en leer la pizarrilla de Jun. Para cuando lo hizo, un pequeño carbonero con un lacito al cuello había bajado revoloteando hasta posarse en la cabeza de Lluvia, y dando un saltito, se giró hacia Jun agitando las alas un momento antes de recogerlas. Hizo un pequeño gorjeo, como un carraspeo, antes de hablar con suave voz de pito.

-¿Peligroso? ¿Cómo podría nuestro hogar ser peligroso? ¡Esas comadrejas y sus precauciones! -. Miró entonces hacia abajo, hacia Lluvia-. Oh. Disculpa, jovencita -. Y, con otro revoloteo, pasó a posarse en su hombro. De nuevo gorjeó-. Como decía, no hay ningún peligro en el Bosque de los Estorninos, ni tampoco ningún ladrón. La Guardia nos protege, en todo caso. ¿No es así, Mora?

El mustélido, por su parte, no parecía tan convencido, y se rascó un momento la barriga, buscando que decir. Acabó por sacudir la cabecita y mirar fijamente a los chicos.

-¡No hay nada que temer mientras la Guardia esté cerca! - Se acercó un poco más a los chicos, con aire confidente-. Aunque sí se habla de una presencia sospechosa en el bosque la noche pasada... Las fuentes afirman que se trataba de una sombra que se movía guiada por una lucecilla -. De nuevo sacudió la cabeza-. ¡Pero probablemente no sean más que cuentos! ¡Nada podría pasar desapercibido ante la Guardia!

-¿No estás muy confiado, Mora?

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Cuando los chicos se fijaron en el lugar del que provenía la voz, vieron una nutria de tamaño considerable, ataviada con coraza y escudo, que portaba un hacha de aspecto amenazador. Aunque era bastante más pequeña que los chicos, tenía un aire poderoso. Sin embargo, su tono parecía afable, y su actitud tampoco era agresiva.

-No deberías dejar que se confiaran tanto los viajeros. Después de todo, nunca está de más mantenerse alerta. Soy Hipérico, capitán de la Guardia, a vuestro servicio. Estaré encantado de ayudaros en los asuntos que os hayan traído a nuestras tierras -. E hizo una reverencia, a la que rápidamente correspondieron Mora y el carbonero.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMar Mayo 27, 2014 5:28 pm

Creo que me estoy empezando a marear. Lo que está pasando excede, con creces, todo lo que considero posible, y empiezo a preguntarme si no habremos caído bajo algún hechizo que nos hace ver cosas extrañas, o si de verdad no estaremos soñando, porque como le cuente esto a alguien... Menos mal que Lluvia también está aquí para corroborar mis palabras, porque si estuviera solo juro que no sabría si creerlo, de verdad.

"No sabemos si el ladrón es humano", explico. Yo daba por hecho que sí, pero ahora mismo me creería cualquier cosa, ya. "Ha robado una especie de farol muy preciado."

Prefieor no decir con palabras qué es, no vaya a ser que caiga sobre nosotros la ira de todo el templo por ir diciendo lo que no debemos por ahí.

"¿Qué es la guardia?", escribo enseguida, mostrando la pizarra al pajarito que se ha posado en la cabeza de Lluvia.

Pero Mora capta enseguida mi atención de nuevo... ¡Una sombra con una luz! Eso sí tiene más sentido. Esa luz podría ser perfectamente la Chispa de la Vida. Miro veloz a Lluvia, con los ojos muy abiertos, asintiendo un instante. Espero que esté pensando lo mismo que yo.
Estoy a punto de escribir de nuevo cuando una nueva voz aparece en escena. Y al girarme veo una nutria que da mucho más miedo que Mora, desde luego. Y pese a todo, es bastante mono...
Es que son animales con ropa. Yo no puedo... Esto no...

Hago una reverencia, pese a todo, correspondiendo a la suya.

"Mi nombre es Jun, y esta es Lluvia", comienzo, apresurándome a ir a lo importante. "¿Podríamos saber más sobre esa sombra que dicen?" "¿Quién habla de ella?"
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMiér Mayo 28, 2014 9:28 pm

Lluvia escuchaba con atención las palabras de Mora, interesada ya no sólo por su deber como guerrera, sino por la curiosidad que le despertaba el propio animal. La aether se preguntaba cómo serían exactamente sus compañeros, si todos ellos serían comadrejas o si serían otros animales, si todos ellos sabían hablar o si no, y cómo era su modo de vida. ¿Se asemejaría al suyo? A lo mejor Mora y sus compañeros tenían costumbres similares a las suyas; tal vez contaban con sus propios reyes animales y maestros animales. ¡A lo mejor el sistema de aquel bosque era como Ventus!

Tan concentrada estaba en sus propias fantasías que no se percibió al ave que se acercaba hasta que notó cómo se posaba en su cabeza. Entonces, confusa, frunció el ceño, y miró hacia arriba, intentando sin resultados descubrir quién estaba en su cabeza. Supo que era un pájaro por el gorjeo, pero hasta que el animal no bajó hacia su hombro, no pudo saber que se trataba de un carbonero. Sonrió, sin decir nada, y de reojo miró de nuevo a Jun, contenta. Había decidido que le gustaba aquel lugar; a pesar de lo extraño que era, todos los animales eran monísimos.

Volvió a mirar a Mora cuando este habló, y esta vez más seria, preguntó:

—¿Quiénes son los testigos? ¿Crees que podremos ver a alguno de ellos? —Miró de nuevo al pájaro—. Soy Lluvia, encantada. ¿Cómo te llamas tú? —murmuró.

Pese a sus deseos de entablar una conversación con el carbonero, no tuvo mucho tiempo para añadir algo más, pues pronto una nueva voz se unió al grupo. Esta vez se trataba de una nutria con aspecto más fiero que los anteriores. Lluvia separó los labios, formando una pequeña o con ellos, y observó al animal maravillada. ¡Era tan bonita! Su aspecto era poderoso, incluso lo hubiese considerado amenazador si ella hubiese sido mucho más pequeña, pero ¡era tan adorable! Era una nutria con coraza. ¡Y hacha! Y capitán de la guardia. ¿Cómo no iba a ser adorable? Lluvia notó cómo una enorme sonrisa se le dibujaba en los labios, y antes incluso de leer la pizarra de Jun, dijo:

—Yo soy Lluvia, ¡encantada, señor Hipérico! —Sonrió ampliamente, mostrando todos sus dientes, e imitando al capitán, hizo una pequeña reverencia con la cabeza, tratando de no asustar al carbonero—. Es un placer estar aquí.

¡Eran tan monos!
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMiér Mayo 28, 2014 10:42 pm

El pajarillo gorjeó de nuevo, sorprendido, y agitó suavemente las alas, soltando un dulce trino junto al oído de Lluvia. Dio un par de saltitos sobre su hombro, repentinamente nervioso.

-¡Lluvia! ¡Es cierto, Lluvia! ¡Yo también soy Lluvia! -respondió, con voz claramente divertida. A la pregunta de Jun, se volvió al chico, gorjeando de nuevo-. La Guardia es la Guardia -respondió con sencillez-. Los protectores del Bosque de los Estorninos. Por eso no hay peligro aquí.

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Hipérico, tras acercarse, correspondió con leves asentimientos al saludo de los chicos. Parecía mucho más serio y menos nervioso que Mora y Lluvia. Tras un amable gesto hacia Lluvia, se volvió a Jun, con expresión formal.

-Yo mismo presencié los hechos -respondió, seguro-. Era una figura de la altura de ella -. Señaló a Lluvia-. Llevaba algo en las manos, aunque no pude distinguirlo bien en la oscuridad. Dejamos que siguiera su camino porque no estaba haciendo nada dañino. Sin embargo, probablemente aún pulule por el Bosque. El territorio es grande, y es fácil perderse sin ayuda.

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Mora, tras una pequeña duda, se acercó al capitán, situándose a su lado, de cara a los chicos. En el momento en que se acercaba a la nutria, Jun creyó ver algo moviéndose sobre la espalda de la comadreja, pero fue solo un momento. En seguida se había colocado en posición de firmes junto a su líder, probablemente esperando órdenes.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Mayo 29, 2014 4:05 pm

Desde luego, así como yo he de resistir continuamente las ganas de pellizcarme para ver si esto no será un sueño o un encantamiento, Lluvia parece de lo más encantada. Aunque, sinceramente, le pega estar en un sitio como este. Me la imagino, perfectamente, muy feliz aquí, como una más. Sea lo que sea esto...

Bueno, por lo que parece... La guardia esa es lo que es: una guardia. Está bien. Parece que los conceptos de estos animales son iguales a los nuestros. Y para muestra un botón, ¿no? Ya tenemos aquí a un capitán que parece bastante fuerte...
¿Qué tipo de peligros habrá por aquí? ¿También guerras? ¿O solo robos y así? Como sea...

Bueno... Parece que Hipérico ha sido un testigo. Es una buena señal. Miro a Lluvia, animado, con una sonrisa. Quizás podamos guiarnos por eso.

"¿Y esa figura era humana o un animal?", le pregunto. Que cuánto más sepamos, mejor será.

Desde luego, espero que contemos con la ayuda de estos animales tan simpáticos, porque si es fácil perderse, buscar a alguien perdido debe de ser bien complicado.
Me paso un dedo bajo la nariz, pensativo, pensando sobre qué escribir exactamente en la pizarra cuando percibo algo moverse sobre la espalda de Mora.
Miro un momento a Lluvia, para comprobar si su expresión ha cambiado, o algo y, finalmente, rodeo un momento a los animales, asomándome al otro lado, a sus espaldas, buscando qué habrá podido ser.
A ver si voy a estar viendo cosas raras. Que, vista la situación, no es tampoco muy descabellado.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptySáb Mayo 31, 2014 11:44 pm

Lluvia esbozó una amplísima sonrisa al descubrir que compartía nombre con el pájaro, y, con un brillo curioso en la mirada, observó al carbonero. Era gracioso que un pájaro tan pequeño como aquel compartiese nombre con ella, y durante unos segundos la aether se preguntó qué clase de pájaro sería de tratarse de uno realmente. Era consciente de que sus alas eran similares a las de un petirrojo, pero tal vez, si se metamorfosease en pájaro, acabase convertida en un carbonero como aquel. Con las transformaciones nunca se sabía.

—¡Qué gracioso! —exclamó, contenta. Era, sin duda, gracioso. Irónico, incluso triste, si lo miraba de otra forma: aquella coincidencia de algún modo parecía decirle que tenía nombre de pájaro, y sin embargo, con su lesión ya no podía volar.

Decidió no pensar en ello.

La aether apartó la vista de Lluvia y la posó en Hipérico con un deje más serio. Al parecer habían visto a alguien, alguien que por su tamaño debía ser una persona, pues Lluvia dudaba que hubiese animales tan grandes como ella en el mundo a pesar de que era consciente de su baja estatura. Miró a Jun de reojo, frunciendo levemente el ceño, y tras leer su pregunta, volvió a observar a la nutria, expectante.

—¿Alguien más la ha visto? —inquirió pasados unos segundos.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyDom Jun 01, 2014 12:23 am

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La nutria no dudó un instante a la hora de responder a Jun, con su característica seriedad.

-Por supuesto que humana -asintió, convencido-. Precisamente por eso llamó tanto la atención. No es común la presencia de humanos en el Bosque de los Estorninos, después de todo. Además, parecía querer esconderse, ataviado como iba con capa y capucha, y en mitad de la noche, guiándose con ese extraño farol -. Negó con la cabeza-. No, era imposible que pasara desapercibido.

Lluvia no tardó en aportar su propia pregunta, que fue también rápidamente respondida. Hipérico se volvió hacia ella, asintiendo, firme. El carbonero, en su hombro, se giraba hacia uno u otro en función de quien tomara la palabra. Mora, por su parte, se mantenía junto al capitán, en posición de firmes.

-Oh, sí, como he dicho, era difícil que pasara desapercibida -confirmó-. Ha sido la comidilla desde la noche pasada. A mí me avisó Rana de su presencia, y pronto fui a comprobarlo, pero creo que los rumores se han extendido incluso más rápido de lo habitual. Puede que incluso siga bajo vigilancia, aunque, como no ha dañado el Bosque en ningún aspecto, también puede ser que lo hayan dejado estar. Puedo preguntar al servicio actual, si es que de verdad es importante.

Mientras Hipérico hablaba, Jun se acercó, curioso a Mora, buscando lo que fuera que tenía en la espalda. Cuando llegó a su altura y pudo echar un vistazo, descubrió de qué se trataba: un ojo, del mismo tamaño que los que la pequeña comadreja tenía en la cara, aunque de aire algo más siniestro, crecía en su espalda, explorando el entorno. En el mismo momento en que Jun lo localizó, el ojo le devolvió la mirada. El claritas no pudo evitar un parpadeo, y cuando volvió a abrir los ojos, aquello ya no estaba allí. ¿Se lo habría imaginado, sin más?

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Mora, al sentir al chico tan cerca, se volvió hacia él, sin abandonar del todo su pose disciplinada. Serio, lo enfocó con sus negros y curiosos ojillos.

-¿Todo en orden, chico? -preguntó, con su habitual tono agradable.
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyDom Jun 01, 2014 10:01 pm

Se me hace extraño que Mora le diese tan poca importancia a todo esto, teniendo en cuenta que de pronto parece un hecho súper corroborado, aunque supongo que todo el mundo tiene derecho a tener sus opiniones. Yo, por lo menos, creo que todavía… Bueno… Aún no me he recuperado de esta extraña situación, aunque ya estoy algo más tranquilo.

“Nos gustaría mucho saber dónde se encuentra ahora”, explico a Hipérico, asintiendo, cuando ofrece preguntar al servicio. “Pero, si puede ser, que no sepa por qué lo buscamos.” “No sé si es el ladrón al que buscamos” “o no, pero no nos gustaría que escapase.” “Queremos solucionar las cosas” “de forma pacífica”, expongo, risueño.

No me pierdo las explicaciones de la nutria, sus interesantes respuestas, aunque al mismo tiempo estoy concentrado en buscar lo que quiera que haya visto en…
En…
¿Un ojo?

Enseguida me recorre un escalofrío, y ni siquiera sé si lo he visto bien porque… ¿De verdad? Si no fuera porque Lluvia está aquí, diría que me estoy volviendo loco… ¿No será eso? A lo mejor me estoy volviendo loco. O algo así… ¿Eso de verdad era un ojo? Un espeluznante ojo en la espalda de Mora… Pero estaba y ahora ya no y yo ya no sé qué creer…

Doy un paso atrás, algo impresionado, y me sobresalto al escuchar la voz de Mora tan cerca, esbozando enseguida una sonrisa y asintiendo. ¿Y qué voy a decirle? ¿Qué acabo de ver un ojo en su espalda? Si no hay nada en…

Me vuelvo hacia Lluvia. Si Lluvia ha desaparecido es una pesadilla, sin duda. Le sonrío, alegre de que esté aquí. Ella es lo único que me hace sentir que esto es real, ahora mismo. Y mientras no desaparezca…

Me detengo, inmóvil, de pronto, con la vista clavada en ella, con estupor. Se me escapa incuso un jadeo. Doy un paso hacia ella, y luego otro, mirándola muy fijamente. Pestañeo, incluso, a ver si pasa como con el ojo, pero no es así. Sigue ahí.

Alzo un dedo, señalando su hombro, mirándola a los ojos, extrañado. Es como si nunca la hubiese perdido. No importa cuánto mire, Lluvia tiene las dos alas…
¿Qué está pasando…?
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyLun Jun 02, 2014 4:05 pm

Lluvia escuchó con atención las palabras de la nutria, buscando en sus palabras algún tipo de pista o algo por lo que tirar en la investigación. Al parecer, el extraño era un humano sin duda, y no había pasado desapercibido: ataviado como iba, cargando con el farol, el ladrón se había convertido en el tema de conversación del bosque.

Tras asentir a las palabras de Jun, apoyándole, la aether habló:

—¿Y es posible hablar con alguno de los testigos? —Sonrió—. Dice que ha estado bajo vigilancia, ¿cree que podríamos hablar con quienes lo han vigilado hasta ahora?

Tal vez alguno de aquellos vigilantes sabía dónde se encontraba, o dónde lo habían visto por última vez. ¡O mejor incluso! Quizá nunca hubiesen apartado la atención del extraño y siguiesen sus pasos en ese preciso instante. Si aquello era así, Lluvia pensaba, no sería tan complicado encontrarlo.

Lluvia le dedicó un rápido vistazo al carbonero, ensanchando la sonrisa, contenta. Sin embargo, su expresión no tardó en cambiar, frunciéndose su ceño y entreabriéndose sus labios, confusa. Parpadeó varias veces, y su vista viajó de Lluvia a Mora; ladeó entonces la cabeza, su ceño se arrugó más, y su expresión se volvió más perpleja, aturdida. Boqueó un par de veces, sin saber qué decir, y cuando miró a Jun y lo vio señalando su hombro, la aether sintió una punzada nerviosa, seguida de un creciente temor. ¿Qué estaba pasando?

—¿Qué pasa...? —preguntó. Miró de nuevo a Mora—. ¿Por qué hablas así?

¿Por qué hablaba como Lluvia? ¿Qué estaba viendo Jun?
¿Qué ocurría en ese bosque?
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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMar Jun 03, 2014 1:13 am

La búsqueda de la Chispa de la Vida 33csyrq

Hipérico pareció pensar un momento en las palabras de los chicos antes de decidir nada. Finalmente asintió, perfectamente conforme. Miró alrededor y, tras un extraño sonido gutural y una corta espera, un pequeño roedor apareció ante él, ataviado con vestidito verde y un capuchón naranja, portando arco y flechas como arma. Se presentó ante Hipérico con la misma formalidad que Mora, aunque su aspecto era notablemente más tierno.

La búsqueda de la Chispa de la Vida Qs0677

Hipérico carraspeó.

-Rana, infórmate de la situación del extraño. Utiliza a la Secreta. Nadie debe conocer los hechos más allá de lo que yo te pida. Localiza la posición del intruso. De hecho, si cuentas con suficientes colaboradores, dirígelo hacia aquí. ¡Ah! No al claro, por supuesto. Muévete por el oeste. Hacia el Milenario. Cuando hayáis alcanzado la zona, envíame una señal. Discreción, recluta -demandó, seguro.

El pequeño animalillo asintió un par de veces, hizo una reverencia y echó a corretear hasta perderse en la maleza. Hipérico asintió, seguro, sabiendo que cumpliría las órdenes con prontitud. Después de todo, Rana era un eficiente miembro de la Guardia.

Se dirigió, pues, a Lluvia.

-Como os he dicho antes, yo mismo fui testigo -remarcó-. Eres libre de preguntar lo que desees. Y no temáis. Rana es un experto guía. Sabrá llevarlo adonde le he indicado. Cuando así sea, podréis verlo vosotros mismos. Además, su rapidez nos ahorrará tiempo. Tan solo esperad un poco.

En el mismo momento en que Mora abrió la boca, ambas Lluvias se volvieron hacia él, igualmente nerviosas y confusas. La Lluvia-carbonero dio un par de saltitos sobre el hombro de su compañera, volviéndose un instante a mirarla antes de fijar la vista en la comadreja. Parecía recelosa e incluso algo molesta.

-¡Eso! ¿Y por qué hablas así? -le recriminó en un gorjeo.

Jun, por su parte, miraba a su compañera, anonadado. Mora, por su parte, se mostraba confuso. Hipérico dio un paso al frente y carraspeó, dispuesto a arreglar cualquier confusión y poner orden.

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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyMar Jun 03, 2014 2:58 am

Las cosas están siendo tan raras que me cuesta pensar bien en lo que está pasando. Miro el ala de Lluvia, recién reaparecida, pestañeando cuando me acuerdo, escuchando sus palabras como lejanas, en un eco extraño. Hasta que… Bueno… Termino dándome cuenta de que me habla a mí, claro, y niego un momento con velocidad, extrañado.

Tomo la pizarra con velocidad, garabateando a toda prisa, tenso. Muy tenso.

“¿No ves algo a tu espalda?”, le pregunto, mirándola muy fijamente.

No quiero decirle que estoy viendo su ala porque, de tratarse de una mera visión… ¿Acaso no será doloroso para ella? No quiero traerle recuerdos desagradables o darle falsas esperanzas solo porque parece que me hayan hechizado…

“¿Hablar cómo?”, inquiero entonces, mirando un momento a Mora, y luego a Lluvia, extrañado.

Me va a estallar la cabeza. Esto está siendo tan… Tan… ¿Qué demonios pasa? ¿Qué está pasando?
Jun… Calma. Respira…

Un nuevo animal aparece. Esta vez lleva un arco, como Lluvia y como yo. Irónicamente, es extraño, se llama Rana, pero no es, ni por asomo, un anfibio. Es bastante mono, también, pero ya no soy capaz de verlo como antes. Creo que estoy entrando en una especie de caótico bucle de estrés.

El culmen de todo llega cuando suspiro, agobiado. Era, en principio, un mero resoplido para descargar la tensión y vaciar los pulmones de aire, pero en medio de la expiración termina por colarse un sonido extraño, leve, sutil, y me quedo paralizado de nuevo, mientras tanto, llevando una mano a mi garganta. Apenas soy capaz de escuchar la voz de Hipérico, que ofrece a Lluvia no sé qué de preguntas…
Yo, mientras, me encargo de hacer un par de pruebas: una leve tos, primero, y luego un carraspeo suave. Pero… Pero…

-Eh…

Es un sonido extraño, seco, breve. Nunca antes yo… Es…
Tras eso, una especie de gemido lastimero, como de miedo. Jamás había escuchado nada así salir de mi garganta. Es voz. Es voz. Esto no tiene el más mínimo sentido.

-¿Qué está pasando…? –oigo decir, titubeante.

“Me” oigo decir. Se supone que esa voz soy yo. Suena algo más de chico de lo que siempre creí, y pese a todo todavía suena joven. Es una voz extraña. No logro identificarme con ella. Suena dentro de mí, como si la recibiese por las orejas, pero por dentro. ¿Es así como pasa? ¿El tímpano vibra por dentro y por fuera?

Busco a Lluvia con la mirada, aterrado, tembloroso.

-¿Lo escuchas? –inquiero, llevándome las manos al cuello, sintiendo el collar pegado a la piel, bajo los dedos-. ¡¿Puedes oírme?! -. Sueno histérico, creo. Soy algo ridículo, pero...

Estoy empezando a respirar más rápido. No quiero perder el control, pero es que lo que está pasando no es normal… Termino por dejarme caer, sentado, sobre la hierba. Me tiemblan las piernas.
Echo un vistazo a todos. Lluvia, y sus dos alas… Animales parlantes… Incluso Hipérico parece algo diferente ahora… Quizás sea yo. Mis ojos. O un sueño…
Acarro el medallón que nos dieron en el Templo con una de las manos, aferrándolo con fuerza. ¿De verdad esto tiene algo que ver con algo? Parece todo tan lejano… La Chispa de la Vida. La Chispa de la Vida.

“¿Qué tenéis que ver vosotros con” “el templo de Fulmen?”, escribo, con prisa, con mano temblorosa.

-¿Por qué está este bosque tan cerca? –termino, usando esta voz que no me pertenece, mirando a los animales uno por uno, escrutándolos-. ¿Cómo no vienen humanos si estáis tan cerca? ¿Sabéis lo que es la Chispa de la Vida?

No entiendo nada…
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Lluvia

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MensajeTema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida   La búsqueda de la Chispa de la Vida EmptyJue Jun 05, 2014 2:09 am

Lluvia frunció el ceño, y con un creciente miedo, miró su hombro, buscando tras él lo que fuese que el claritas estuviese viendo. No se topó con nada al hacerlo, y, en vez de sentirse aliviada, notó cómo su nerviosismo y temor la envolvían hasta el punto de que ya no miraba a los animales con fascinación, sino con una desconfianza perfectamente visible para ellos. Cuando Rana apareció, Lluvia no la saludó, ni le dirigió palabra alguna, sino que la contempló como si fuese un completo extraño y un ser peligroso a pesar de lo adorable de su aspecto. Tampoco respondió a las palabras de Hipérico, al que miró con una suspicacia mayor: si los animales estaban involucrados en el asunto, pensó, la nutria debía ser el artífice del hipotético plan; poseía, a fin de cuentas, una posición relevante dentro del bosque, y formar parte de la guardia destinada a su seguridad debía darle más información que a los demás sobre lo que sucedía ya no sólo en el bosque, sino también en sus alrededores.

Miró a Jun de reojo, extrañada por sus preguntas. No sólo veía algo a su espalda, sino que era incapaz de escuchar cómo la voz de Mora había cambiado.

—¡Habla como el pájaro! ¿No lo oyes? —intentó decir, pero al intentar hablar, no emitió ningún sonido, y cerró los labios al descubrirse muda. Entonces se asustó más, más que cuando había perdido el habla, e intentó volver a hablar de nuevo, alarmada, moviendo mucho los labios, buscando expulsar cualquier tipo de sonido. No funcionó. Se llevó las manos a los labios, que palpó con cuidado, con la vista clavada en el suelo, mientras notaba cómo sus piernas temblaban hasta que caer de rodillas. Intentó, de nuevo, hablar, fracasando de nuevo, y luego trató de chillar, desesperada. No se oyó nada de lo que trataba de pronunciar, y el tembleque de sus manos, que recorrían su rostro, aumentó significativamente.

Con temor, observó a Jun, arrodillada, sin saber qué decir ni cómo hacerlo, pero queriendo hablarle. ¿Qué iba a hacer ahora?, pensó. ¿Qué iba a hacer ahora que no podía volar ni hablar? ¿Cómo iba a volver a Brontë? ¿Cómo iba a presentarse a sus padres? ¿Qué le dirían todos entonces? Seguro que la observaban con horror y se desentendían de ella, seguro que la encerraban como a todas las princesas de los cuentos que había leído de niña. ¿Quién querría, a fin de cuentas, una hija así, muda y discapacitada, torpe, incapaz de luchar y ahora también incapaz de hablar? ¡Sería la deshonra de la familia, la deshonra del apellido entero! No había habido en la historia Al'Lanster igual, nadie la aceptaría. Ya estaba convencida de que no la querrían sin el ala que le faltaba, pero sin voz ya no había espacio para la duda. ¡La desheredarían, la echarían, la apartarían de cualquier círculo y...!

Un fuerte e incesante sonido detuvo el hilo de sus pensamientos, haciendo que cerrase los ojos con fuerza y que se llevase las manos a las orejas, tapándolas, pero no tardó en alejarlas, aterrorizada, observándolas con auténtico terror, al notar cómo el ruido no sólo no disminuía al taparse las orejas, sino que aumentaba. Lluvia, todavía en el suelo, retrocedió, asustada, exclamando un grito asustado que no llegó a sonar, apartándose de todos los animales y acercándose a Jun, intentando mantener sus manos lo más lejos posible de ella; aquello, no obstante, no servía para acallar el corrillo de voces que parecía provenir de sus manos y que repetía incesante la frase de la aether, por qué hablas así, por qué hablas así. ¡Pero ella no podía hablar! Alzó la vista, buscando al claritas, suplicándole ayuda, señalando sus manos con la cabeza, notando los ojos húmedos.  

—¿Qué está pasando? ¡Ayúdame, ayúdame, no puedo hablar! —trató de chillar, histérica—. ¡Ayúdame, ayúdame, haz algo, no puedo hablar! ¡No puedo hablar!

El labio le tembló, y en lugar de escuchar su voz, en ese momento oyó una voz extraña, desconocida, una voz que no debía existir.

—¡Hablas!

Lo estaba escuchando: ¡Jun hablaba!
Y ella no, y las voces no se callaban, y se comían unas a otras, y no se paraban y se repetía la frase, por qué hablas así, por qué hablas así.

—¡¿Por qué hablas?! —gritó, y no sonó.

fdr. me he dado a la droga.
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