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| La búsqueda de la Chispa de la Vida | |
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Autor | Mensaje |
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Narrador
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| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 05, 2014 11:15 am | |
| El nerviosismo empezaba a ser palpable entre los chicos, hasta tal punto que los animales se contagiaban del mismo. Aunque ellos no parecían capaces de entender qué estaba pasando exactamente, se mostraban asustados ante las preguntas de Jun y los aspavientos de Lluvia, y en general ante el escándalo de ambos. Mora, asustado, dejó su posición de firmes y su orgullo de la Guardia y pasó a esconderse detrás de Hipérico. Lluvia, que trataba al principio de mantenerse junto a la aether, acabó por desistir y echó a volar, perdiéndose en el bosque y huyendo de todo aquello. Hipérico era el único que, pese a todo, parecía mantener algo más de entereza y trataba de buscar la calma en aquella extraña situación. Tampoco él entendía qué le pasaba a aquella extraña humana, ni por qué el chico, que se había mantenido en silencio hasta el momento, de pronto revelaba tener voz. De hecho, todo sonaba bastante sospechoso para él, pero su rango le obligaba a mantenerse firme ante la adversidad y tratar de solucionar todo aquello. Miró a Jun, nervioso, aunque sus intentos por rebajar la ansiedad general eran evidentes. - Diantres, chico, ¿qué os pasa? Mantened la calma, pronto habremos traído a quien buscáis y... -Pero se vio interrumpido por Jun, que continuaba con sus preguntas. Hipérico negó con la cabeza-. No nos metemos en asuntos de humanos. ¡Vosotros sois los que habéis entrado en el Bosque de los Estorninos, los que os habéis metido en nuestro territorio! ¡Nosotros no tenemos nada que ver con nada que esté más allá de los árboles! ¡Nos limitamos a vivir nuestras vidas pacíficamente! Así que, por favor, tranquilizaos e intentaremos resolver...Pero, en realidad, no parecía tener muy claro cuál era el problema. Mora, con aspecto angustiado, se asomó desde detrás de la nutria, mirando con preocupación a los chicos. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Sáb Jun 07, 2014 8:16 pm | |
| El corazón me retumba en los oídos. Lo que está sucediendo es absurdo. No soy capaz de procesar nada. Estoy demasiado nervioso. Y, para colmo, no soy el único. Las cosas cambian a mi alrededor, pero me cuesta mucho darme cuenta. Me cuesta mucho... Me cuesta mucho darme cuenta.
Observo a Lluvia, pidiendo auxilio con la mirada, esperando una respuesta, algo, lo que sea... Pero ella tampoco habla. Tampoco habla. ¿Tampoco habla? Ni un gimoteo. Ni un lloro. Ni un grito. Ni un solo sonido. Nada. Solo se revuelve de forma extraña, como aterrorizada, llevándose las manos a los oídos, apartándolas de nuevo... Finalmente viene hacia mí, que no me siento mucho más entero que ella, pero creo que lo parezco un poco.
Tomo la pizarra para escribir, y todavía tardo un momento en darme cuenta de que... Bueno.
-Lluvia -llamo, acercándome a ella. Siempre he querido, creo, Llamar a alguien: es una acción innecesaria cuando se es mudo. Ahora, sin embargo, no me hace ninguna ilusión. Ni la más mínima-. ¿No puedes hablar?
La atraigo hacia mí un momento, abrazándola para infundirle ánimo. O para dármelo a mí mismo. No sé por qué, pero solo quiero sujetarla. Porque parece que se vaya a caer de rodillas otra vez. O que se vaya a poner a llorar y a no detenerse nunca. O... ¿Ella ha perdido su voz y yo he ganado una? Eso supera las fronteras de la lógica simple... ¿Magia? ¿Existe algún hechizo que...?
Me siento paralizado. Estoy aterrado. De repente tengo muchísimas ganas de... Bueno... De ir al baño, o algo semejante. ¿Qué hacemos aquí? ¿Vamos a morir, o algo? Me confié demasiado creyendo que podría venir a un lugar como este así como así? Y ahora... ¿Ahora qué hacemos? ¿Ahora qué...?
Miro a los animales, para escudarme en ellos, pero lo que me encuentro es lo peor de lo que esperaba. Hipérico... Él... Todo... Ha cambiado... Parece un monstruo... Es una especie de.... Me sudan las manos y... Y Mora... Esos ojos... Yo... Miro a Lluvia de nuevo, abriendo la boca, jadeante, para refugiarme, pero... Más... Más de esos ojos recorren sus alas y... Creo que me estoy mareando. Creo que me estoy... Creo que...
Cierro los ojos un instante. Solo un momento. Inspiro profundamente y los abro de nuevo, con el amuleto que nos han dado en el templo bien sujeto. Resulta tranquilizador. Dejo ir el aire, tratando de relajarme. Tiendo con la mano libre mi pizarra a Lluvia, y un trozo de tiza. Puedo tener una expresión muy determinada, pero me tiembla la mano de forma absurda...
-Escribe lo que pasa -pido, mirándola muy fijamente a los ojos.
Luego vuelvo el rostro hacia los animales, tratando de recuperar un poco... De recuperar un poco... De... la compostura... Vamos, Jun...
Nunca he hablado. Aunque de pronto adquiriese voz, no sabría hablar: no sé mover los labios, mis cuerdas vocales no son... Esto no... No tiene sentido. Y eso no tiene que ser malo del todo, ¿verdad? Porque si algo no puede ser, no es... ¿No? Todo tiene que seguir...
-Hipérico -consigo pronunciar, con una voz extrañamente segura. Aunque ya bastante extraño es que tenga voz-. ¿Tardará mucho Rana en dar noticias? -. La mandíbula se me aprieta sola, y me cuesta abrirla para hablar de nuevo-. ¿No veis nada inusual? ¿Nada que haya cambiado?-logro preguntar entre dientes, mirándolos con toda la seriedad y serenidad que logro reunir.
No es. No es. No tiene sentido... Esto tiene que ser un sueño...
Empecemos de nuevo, Jun. Los animales no hablan. Esa es la primera verdad que hemos estado ignorando. | |
| | | Lluvia
Edad : 28 Mensajes : 465
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Dom Jun 08, 2014 1:59 am | |
| Las voces continuaban sonando, insistentes, a pesar de los esfuerzos de Lluvia por intentar acallarlas, uniendo sus manos, separándolas, moviéndolas y alejándolas de su cuerpo. Por qué hablas así, por qué hablas así, decían, y mientras, la aether movía los temblorosos labios, intentando pronunciar cualquier tipo de sonido. Ya no preguntaba por qué el claritas hablaba, ni repetía que no podía hablar, sino que pedía, inútilmente, ayuda. También sus ojos la buscaban: descontrolados, aterrorizados, viajaban de Mora a Hipérico y de este a Jun, donde permanecían unos segundos más, llorosos.
Cuando Jun se acercó a ella, su primer impulso fue romper a llorar, y aunque en un primer momento logró contenerse, cuando el claritas la rodeó con sus brazos no pudo evitarlo, y finalmente sollozó y comenzó a llorar, agarrándose al cuerpo del muchacho.
—Mis manos hablan, mis manos hablan —intentó murmurar. ¿Cómo no podía oírlo él? Ahora que estaban abrazados, ¿cómo no podía escuchar las voces? Tenía que escucharlas, las voces no se callaban: repetían y repetían por qué hablas así, por qué hablas así, y el claritas debería escucharlas. Tenía que escucharlas. Era imposible que no las escuchase. ¿O acaso sólo las escuchaba ella?
Sus preguntas cesaron de golpe cuando sus manos palparon algo extraño, algo que no estaba ahí antes. Asustada, con el cuerpo temblando y las mejillas mojadas, la aether se apartó unos centímetros del claritas y observó el lugar donde antes había estado su brazo izquierdo; ahora, en su lugar, Jun tenía un muñón, un muñón que antes no estaba ahí. La aether abrió mucho los labios, que temblaban intensamente, y observó el rostro del claritas atemorizada.
—Tu brazo, tu brazo —trató de decir, mirando de nuevo aquel reciente muñón, señalándolo con la izquierda, que continuaba preguntando por qué hablas así, por qué hablas así. Fue entonces, al mover las manos, cuando Lluvia observó algo que le hizo amagar un grito, y apartarse completamente del claritas, alejándose de él, con las rodillas temblando. No, con todo el cuerpo temblando. Perdió el equilibrio mientras retrocedía, y cayó hacia atrás, al suelo, quedando sentada en él, con las piernas estiradas. Sin embargo, no se detuvo, y todavía sentada, continuó retrocediendo, moviendo las manos de un lado a otro, asustada, notando cómo las lágrimas comenzaban a caer de nuevo y cómo sus labios se movían, insistentes, tratando de chillar.
¡Sus manos! ¡Sus manos! ¡Sus manos estaban cambiando! Sus dedos se estaban afilando, se estaban metamorfoseando mientras preguntaban por qué hablas así, por qué hablas así. ¡Sus manos! Iba a perder sus manos, iba a quedarse sin ellas.
Alzó la vista al claritas, que se había acercado a ella, al escuchar su nueva voz, atemorizada, topándose de nuevo con aquel muñón que no debía estar ahí, y con un fuerte golpe apartó la pizarra que le tendía. Negó después, y movió las manos delante de él, enseñándole los dedos, y moviendo los labios, tratando de decirle qué le ocurría. ¿Acaso no podía verlo? Lloró, lloró más intensamente, y se acercó aquellas manos que pronto dejarían de serlo al rostro, cubriéndose con ellas mientras negaba con la cabeza. Jamás debió haberse anotado a aquella misión: ¡ahora se convertiría en un monstruo! Uno peor que él que ya era antes. Y cómo iba a volver a casa así, cómo iba a presentarse ante su familia con esos dedos, esos dedos que hablaban y que ya no eran dedos, y sin su ala. ¿Cómo iba a hacerlo? La echarían, la apartarían, huirían de ella: ¡todo el mundo huiría de ella! ¿Y qué iba a hacer? ¿Quién la iba a ayudar? Nunca había visto algo semejante; nunca había oído hablar de una metamorfosis semejante. ¡Nadie podría ayudarla!
—Ayúdame —suplicó, apartando los dedos de su rostro, mirando al claritas. Y al hacerlo notó cómo su pelo perdía su textura, tomando una semejante a las de las ramas de los árboles; y vio cómo su piel mutaba y comenzaba a acartonarse, volviéndose semejante a la corteza de los árboles que le rodeaban, y cómo de sus pies brotaban raíces que se metían bajo tierra. Trató de moverse, y aunque al principio pudo retroceder más, con el cuerpo convulsionándose, pronto le fue imposible desplazarse sin un gran esfuerzo.
Movió su ala entonces, cubriéndose con ella como pudo, y aunque al hacerlo comprobó que también sus plumas se estaban transformando en hojas, y aunque pudo ver cómo el lugar que otrora había ocupado un feo muñón lo ocupaba ahora un inicio de rama, decidió esconderse tras ellas.
fdr. más drogas. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Dom Jun 08, 2014 3:39 pm | |
| Mora apenas se asomaba desde detrás de Hipérico, con aire aún más nervioso de lo que le era habitual. La nutria, por su parte, mantenía el hacha en las manos y miraba a los chicos con seriedad y un cierto aire a la defensiva. No parecía que ninguno de los dos fuera capaz de entender la actitud de los chicos, pero tampoco se atrevían a preguntar qué estaba pasando, quizá por miedo a sufrir ellos mismos aquello que atormentaba a los humanos de tal manera, fuera lo que fuera. Hipérico, delante de Mora, parecía querer proteger a su subordinando, y observaba con alarma los aspavientos de Lluvia, sus gritos mudos y sus lágrimas, buscando en Jun alguna solución. Aunque, por lo que parecía, tampoco él sabía cómo solucionar aquel repentino ataque de histeria de su amiga. Y los animales, que se mostraban nerviosos, no hicieron sino aumentar su nerviosismo al sentir cómo las lágrimas de Lluvia empezaban a tener un efecto en su entorno. Lo primero que sintieron fue cómo el suelo se reblandecía y se volvía más húmedo, embarrándose. No tardó mucho en formarse un charco de agua a los pies de la chica, y pronto se extendió a su alrededor, cubriendo la hierba y los pies de sus compañeros. Y, por lo que parecía, el nivel del agua seguiría subiendo. - ¡Hay que hacer que pare! -exclamó Mora, nervioso, acercándose más a Hipérico. La nutria trataba, pese a todo, de mantener la calma. - Rana llegará pronto -dijo a Jun, con voz evidentemente angustiado-. Tranquiliza a la chica o nos habremos ahogado para entonces, por prisa que se dé. ¡Dile que pronto pasará todo, que irá bien! No sé de qué estás hablando, chico, pero como no detengáis esto nos meteréis en problemas. ¡Habrase visto, en el Bosque de los Estorninos!Tal y como Hipérico decía, Rana no tardó en presentarse de nuevo. Y, con su pequeño tamaño, parecía en dificultades para moverse por el agua, que casi le llegaba a la cara. Tosía de vez en cuando, haciendo grandes esfuerzos por seguir en su avance, pero no se detuvo hasta llegar a su capitán. - Lo hemos guiado -informó entre toses-. Hay que darse prisa, no podremos manipularlo mucho tiempo. Seguidme, no está lejos de aquí. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Mar Jun 10, 2014 2:00 pm | |
| No puedo evitar sentirme nervioso, por mucho que me esfuerce por lo contrario. Esos ojos parecen estar invadiéndolo todo. Es como... Un cosquilleo nada agradable en mi garganta que... Que... Socorro... Por favor... Alguien...
No. No, Jun. Solo estáis los dos. Y Lluvia parece estar llevándolo peor que tú. ¿Entonces recae sobre mis hombros? Porque yo no soy más que un niño... Yo no puedo hacer esto. Pero tiene que haber una solución. ¿Y si simplemente salimos corriendo? ¿Y si nos vamos de aquí? ¿A quién le importa la Chispa de la Vida, ahora mismo?
Mi pizarra está ahora en el suelo, y la miro un momento, como embelesado. Parece ser, ahora mismo, lo único que sigue en su sitio, porque Hipérico ya no es él mismo, Mora tiene esos ojos por el cuerpo, el propio bosque parece tener vida y Lluvia... Retrocedo un paso, inconscientemente. Es que tiene uno de esos ojos por boca. Es horrible lo que está pasando... Es... Estoy algo mareado.
Y de pronto, de los ojos de Lluvia empiezan a salir lágrimas, pero tantas que parece que ella se haya vuelto su nombre. Que ella... ¿Qué está pasando? Y yo... Solo estoy quieto. no soy más que un inútil pasmarote. Y las voces de los animales ya no son más que un eco en mi cabeza.
-Lluvia -llamo, acercándome a ella de nuevo, poniendo una mano en su hombro, tratando de no tocar ninguno de esos ojos que la cubren -. Vamos a calmarnos. Vamos a... Lluvia...
Mis propios ojos se humedecen y se me hace un nudo en la garganta. Se ve que no puedo ser fuerte aunque quiera. Lo único que parece agradable es este cosquilleo, esta seguridad, que me aporta el amuleto. Es como aferrarse a...
Al bajar la vista me doy cuenta: en mi propia mano hay de esos ojos, avanzando por mi brazo. Y, al abrir la palma, también el amuleto tiene uno. Me repugna... Es como un insecto colgado a mi cuello, como un monstruo...
Tiro de la cuerda y me lo saco por la cabeza, lanzándolo hacia la pizarra, que flota extrañamente en el agua de lágrimas, jadeante. Intento, entonces, frotar mi mano con la contraria, para arrancar, eliminar, limpiar... Lo que sea. Esos ojos deben desaparecer. Yo no quiero infectarme también.
Miro a los animales, escrutándolos. No creo que pueda volver a ver un animal mono nunca más. Si salgo de esta... | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 12, 2014 12:09 am | |
| El nerviosismo de Rana parecía aumentar por momentos, y acabó por tener que subirse a Hipérico para evitar el ahogamiento. Nervioso, mojado y aterido, miraba a los chicos y a la dirección oeste alternativamente. - Deprisa, deprisa... -los instó, angustiado. Pero ninguno de los dos parecía muy dispuesto a escuchar. Lluvia continuaba aovillada, con aquellos lagrimones que empezaban a cubrirlo todo, mientras que Jun parecía muy tenso, tratando de hacer algo para evitar que aquello continuara. Al final, el chico, nervioso e incapaz de contenerse, comenzó a mirarse, a mirarlos a ellos. Hipérico, que pareció ver sus intenciones, trató de alertarlo, de detenerlo con un grito alarmado, pero era tarde: Jun se quitó el colgante y lo tiró al agua, librándose de él. Y, en el mismo momento en que lo hizo, una extraña fiera hecha de las lágrimas de Lluvia emergió del agua tras él, devorándolo de un solo bocado hasta la cintura. Las piernas de Jun se separaron primero de su cuerpo, y luego se desintegraron en el aire, disipándose en forma de cenizas. La fiera chilló y procedió a aproximarse a Lluvia. Hipérico alzó su hacha, combativo, pero no se atrevía a acercarse. Los otros dos, por su parte, se mantenían pegados a él, asustados, sin siquiera atreverse a alzar las armas. | |
| | | Lluvia
Edad : 28 Mensajes : 465
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Sáb Jun 14, 2014 1:42 pm | |
| A pesar de que la aether notó cómo sus lágrimas comenzaban a inundar el bosque, no cesó su llanto, y en su lugar, se cubrió el rostro con las manos, creyendo que tal vez así podía evitar que cayesen al suelo y, por consiguiente, que se sumase a los charcos que ella misma había formado. Su metamorfosis continuaba, y a pesar de que ella no parecía ser consciente de ello, el agua parecía haber acelerado el proceso: su cabello era ahora un conjunto de hojas y enredaderas, y tanto su ala como su muñón habían terminado de convertirse en ramas. Su piel ya estaba completamente acartonada, y seguía sin poder hablar.
Lluvia hizo un mohín, y no apartó las manos hasta que escuchó la voz de Jun. Entonces, lentamente, apenas separando los dedos, las bajó unos centímetros, dejando visibles sus ojos, pero tapándose tanto la nariz como los labios. Asintió, temblando, aunque los ojos volvieron a humedecersele al segundo. Pero tenía que calmarse, tenía que hacerlo.
Vio entonces cómo de las ramas habían surgido flores, que no tardaron en tomar la forma de pequeñas plantas carnívoras que amenazaban con atacarla. El rostro de la aether se descompuso, y aunque hacía escasos segundos había prometido calmarse, rompió a llorar de nuevo. Sorbió, pegó el mentón a su cuello y volvió a cubrirse con sus manos. Era tal su estado, que cuando notó cómo una rama nacía de su sien y otra le rasgaba de la ropa, no hizo nada, y permaneció encogida, ajena a lo que ocurría a su alrededor.
En el fondo, la aether no sabía si lloraba sólo por su metamorfosis o si también lo hacía por el sentimiento de inutilidad que la recorría en esos momentos. Como guerrera de Brontë, su actuación estaba siendo nefasta: ni había logrado mantener la calma, ni había buscado una solución a su estado, limitándose a refugiarse en sí misma y a pedirle ayuda al claritas. Si sus compañeros de Palacio la hubiesen visto, probablemente le hubiesen reprochado su actitud y la hubiesen invitado a abandonar Brontë; si sus padres la hubiesen visto, seguramente se hubiesen sentido decepcionados y le hubiesen dado la espalda al momento. Nadie quería a una guerrera inútil transformada en árbol como hija.
La aether notó de pronto cómo la corteza comenzaba a poblar su rostro. Apartó entonces, con gran esfuerzo, las manos de sus labios. Trató de moverlos en un grito mudo e inconsciente, pero descubrió que no podía moverlos. Asustada, mucho más asustada que antes, buscó con la mirada al claritas, buscando su ayuda. Fue en ese preciso momento cuando volvió a ser consciente de lo que ocurría a su alrededor, y también fue ahora cuando vio al monstruo que había nacido de sus lágrimas. La aether trató de alarmar al claritas, esforzándose por separar sus labios y por hacer que su voz sonase, pero fue inútil: ni podía moverlos, ni podía hablar, y entonces el monstruo devoró al claritas.
Si Lluvia hubiese podido gritar, lo hubiese hecho. Empezó a llorar con mucha más fuerza, con la vista fija en el lugar donde había estado su amigo, ignorando el hecho de que la bestia se acercaba a ella, aunque pronto cesó. De pronto, ya no tenía sentido llorar por su metamorfosis: no tenía ningún sentido lamentarse por un proceso que pronto terminaría, ni tampoco tenía sentido preocuparse por la bestia, pues con su falta de movilidad, no podría esquivarla o atacarla por mucho que se lo plantease. De alguna forma, creía, estaba sentenciada.
Notó de pronto cómo su cuello engordaba, aumentando de tamaño, sintiendo cómo el collar comenzaba a molestarle. Con gran esfuerzo, intentó mover las manos para quitarselo. Si se iba a morir, o si se iba a convertir en árbol, entonces no necesitaría aquello; los animales podrían quedárselo, tal vez hiciesen algo de provecho con aquella cosa que no le había aportado nada.
Jamás debió haberse anotado a una misión, jamás debió haber abandonado Brontë. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Sáb Jun 14, 2014 7:17 pm | |
| Y de pronto, cuando parece que las cosas no pueden ser más confusas, entonces...
Miro a mi alrededor, extrañado. El bosque ha vuelto a la normalidad, aunque ahora está a oscuras. Ni animales parlantes, ni... Nada. Lluvia llora en el suelo, acurrucada. Y todo es tan... Un crujido llama mi atención. Miro en la dirección en la que alguien parece haber saludo corriendo. Y también están los latidos en mis oídos y...
¡Reacciona!
Me lanzo hacia Lluvia. Lo primero es arrancarle el colgante del cuello, como sea, para que ella misma despierte. Estaba aterrada... No dejaba de llorar. No quiero que Lluvia llore nunca más. Tengo miedo. Tanto miedo que me tiemblan las piernas de pensarlo, que me cuesta hacer que mi cuerpo reaccione, pero lo hago. Aunque sea por ver quién ha sido el que nos ha hecho eso. Espero que Lluvia me siga, porque me da miedo que se quede aquí sola y alguien le haga algo.. Supongo que también me asusta ir yo solo.
Tras mi intento por quitarle el amuleto a Lluvia, me lanzo a la carrera, encendiendo un clair ëm yäk para iluminar mi camino y, al mismo tiempo, atraer a Lluvia hacia mí, que supongo que tardará en volver en sí un par de segundos, por lo menos. Y, aunque miro atrás un instante para comprobar su estado, tengo que apresurarme porque, viendo lo mal que veo en la oscuridad, pronto habré perdido al lo que sea.
Nada tiene sentido... Incluso ahora, que lo tiene un poco más, no lo tiene. ¿Qué demonios es ese amuleto? Porque nos lo dio la mujer del templo, e incluso Sikrell tenía uno... No entiendo nada. Pero alguien nos ha estad engañando, y ese alguien, si es el que escapa, quizás tenga la Chispa de la Vida. Tengo ganas de irme de este bosque. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Lun Jun 16, 2014 6:16 pm | |
| Para cuando Jun se inclinó hacia Lluvia, tratando de arrebatarle el collar, la propia chica ya lo estaba haciendo por su cuenta. Con movimientos patosos y torpes, como si le costara mover las manos, se arrancó la cuerda. El colgante, por la brusquedad con que había sido arrancado, se resquebrajó al caer al suelo.
Entonces fue cuando Lluvia pudo descubrir que nada de lo que había pasado a su alrededor seguía allí, que no tenía ni el menor rastro de haberse convertido en árbol, que el suelo no estaba inundado, que no había ninguna bestia y que sus sollozos incluían voz. También los animales habían desaparecido, y una noche cerrada los cubría en el bosque. Lo único que se mantenían eran las lágrimas en sus ojos, no tan grandes como para provocar un mar de llanto a su alrededor.
Pudo ver cómo Jun, iluminado por la luz de un clair ëm yäk, salía corriendo por el bosque. El chico, por su parte, perseguía a aquella sombra, que aunque no era muy rápida le llevaba cierta ventaja. El collar de su cuello, como un aviso, le oprimía ligeramente la garganta. Tras una carrera, el chico descubrió que estaban saliendo del bosque y dirigiéndose de nuevo al templo. Poco a poco iba ganando ventaja sobre la figura perseguida. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 19, 2014 10:06 pm | |
| Ver que Lluvia se vale por sí misma para deshacerse del collar es un alivio. Parece que al verme hacerlo ha tomado ejemplo. Y, aunque sigo asustado y nervioso, fuera de esa pesadilla disfrazada de sueño me siento mucho más tranquilo. Nunca creí que la oscuridad fuese a hacerme sentir tan seguro.
Está bien. Es un alivio. Pero no puedo encargarme de atenderla si quiero ver el rostro del que nos ha hecho pasar por esto. Si la consuelo mientras llora, si soy un apoyo para ella, estaré haciendo lo de siempte, pero por una vez tengo la posibilidad de mirar a alguien a los ojos y hacer algo. Quiero hacer algo, y no abrazarla mientras llora, incapaz, siendo poco más que un hombro. No soy un chico vengativo, pero estoy enfadado.
Correr con el clair ëm yäk en la mano se hace más costoso, pero lo necesito para ver. Si no ilumino el camino, me perderé, y perderé a la sombra que veo al frente, entre las tinieblas, no demasiado clara. Necesito apretar un poco más, aunque esté cansado, aunque no pueda más... Por una vez no quiero ser ridículo... ¿Y si al llegar es más fuerte que yo y me mata? ¿Y si Lluvia, que ahora está sola, es atacada y muere por no contar con mi ayuda? Miro un instante atrás, esperando que me siga.
Quiero acabar con esto ya y volver a Brontë. Creo que está claro que no soy un valiente guerrero... No soy más que un niño, ¿no? Pero aún así la sombra escapa, escapa de mí, y yo la persigo como puedo. Parece que voy acortando distancias. Puedo incluso entrever su figura, aunque su rostro sigue en la sombra.
Lejos de perderme más en el bosque, que de pronto parece inmóvil, y no el bosque mágico del principio, pronto me doy cuenta de que vamos hacia el templo. ¿Por qué huiría nadie hacia el templo? Además de que no he visto que lleve nada brillante en las manos. Nada que parezca la Chispa de la Vida...
¿Esa persona ha estado espiándonos mientras estábamos en el bosque? Y eso tenía que ver con los amuletos... Y los amuletos nos los dio Cïerol, la Sacerdotisa Menor... Y Sikrell tenía uno... Él fue el que perdió la Chispa de la Vida en circunstancias imposibles, y ella la que lo acusaba todo el rato, y la que nos mandó al bosque cuando él decía que podíamos mirar en el Templo si...
Es un poco arriesgado acusar de esta forma. Puede que solo sean casualidades. Pero, aún así... Apuro un poco más. Necesito encontrar a esa mujer y a la Sacerdotisa Mayor y...
Estoy en el Templo de Lumen, hablando con eminencias... Qué mal, como esté liándolo todo...
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| | | Lluvia
Edad : 28 Mensajes : 465
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 19, 2014 10:38 pm | |
| De pronto, los animales, el agua que inundaba el bosque, las ramas, las plantas carnívoras, las hojas y las cortezas que recorrían su piel desaparecieron, y Lluvia se encontró llorando con voz en el bosque. Apenas veía, y le costó bastante asimilar lo que había ocurrido, pero cuando finalmente lo hizo y sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, buscó a Jun con la mirada, todavía con las mejillas mojadas. Si todo había sido una ilusión, entonces el claritas debía de estar cerca, pensó, pasándose una manga de la camisa por la cara, limpiándose. Estará buscando a quien haya hecho esto, se dijo, levantándose.
Una vez de pie, Lluvia oteó el lugar, escudriñando las sombras, tratando de buscar algo que le indicase en qué dirección se había ido el muchacho. Avanzó un par de pasos, temblorosa, todavía asustada por lo que había vivido hacía unos instantes, pero mucho más entera que cuando despertó. Fue entonces cuando por el rabillo del ojo vio una pequeña luz, similar a un clair ëm yäk. La aether dedujo que quien lo había conjurado debía ser Jun, y con toda la decisión que pudo aunar, comenzó a seguirle.
A pesar de que le hubiese gustado ir corriendo, Lluvia avanzaba con lentitud, notando cómo sus piernas seguían temblando y mirando siempre a su alrededor. Tenía miedo de que de pronto su piel se volviese corteza y de que Hipérico y Mora reapareciesen, que saliesen de algún rincón del bosque. Pero a pesar de ello, en ningún momento se detuvo ni rompió a llorar. Tampoco pidió ayuda ni llamó a Jun; en su lugar, aun con pasos temblorosos, la aether avanzó y avanzó, tras la lucecilla. Pronto se dio cuenta de que Jun no se estaba adentrando en el bosque, sino que estaba volviendo al templo, y a pesar de que esto le chocó, no se planteó las decisiones del muchacho y siguió caminando. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Dom Jun 22, 2014 2:25 am | |
| Jun corría fuera del bosque, siguiendo a aquella figura. Aunque el chico parecía más rápido, la zona seguía siendo desconocida para él, y su perseguido parecía mucho más seguro de por dónde iba. De todas formas, la luz ayudaba al joven claritas a avanzar, y este no parecía dispuesto a detenerse por la presión de su cuello. No hasta que alcanzara a su supuesto espía.
Cuando por fin el bosque terminó de abrirse ante él y Jun salió a cielo descubierto, pudo ver el templo ante sí, iluminado suavemente por la luz de la luna. La sombra a la que seguía rodeó el edificio circular, dirigiéndose, probablemente, a la puerta principal. Y, aunque Jun parecía convencido de que iba a entrar en el templo, al seguir el mismo camino descubrió que le había perdido la pista.
De todas formas, estaba de vuelta en el templo. Jun no contaba con su pizarra, que había quedado abandonada en mitad del bosque, solo Mithos sabía ya dónde. Debía comunicarse mediante señas y aspavientos si quería audiencia con la Sacerdotisa Mayor, lo cual hacía mucho más compleja su situación. Una sacerdotisa a la que no había visto, y que parecía estar haciendo una especie de ronda nocturna, se paró al verlo entrar, mirándolo con expresión interrogante.
Lluvia, por su parte, llevaba un camino más lento. La luz de Jun le había servido de guía para tomar una dirección, pero después de la impresión todavía no se fiaba del bosque, y las piernas le temblaban un poco al caminar. Siguió la luz de Jun a su ritmo, viéndola alejarse en una línea prácticamente recta. Fue eso lo que le indicó que, probablemente, volviera hacia el templo. El bosque, por su parte, no era el mismo que cuando entraron; los árboles estaban más cerrados en la zona por la que ella avanzaba, y se abrían poco a poco en su avance, separándose y facilitando la salida. Pronto podría ver el cielo y la luna sobre ella, y el templo un poco más allá, si seguía adelante. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Mar Jun 24, 2014 11:43 pm | |
| Al llegar junto a una sacerdotisa que no había visto hasta ahora, tras haber perdido la pista a la sombra. Si todo marcha como creo, se habrá metido en el templo. Y eso espero, porque si no está pasando lo que creo no tengo muy claro qué voy a hacer.
Dejo que e hechizo se desvanezca para dejar de notar la cada vez más incómoda presión en el cuello y miro a la mujer, tratando de encontrar la forma de decirle que... De comunicarme, por lo menos. Porque por más que haya mirado atrás, parece que Lluvia no ha llegado, y por mucho que me haya alegrado de haber vuelto al "mundo real", aquí no tengo voz con la que hablar sin más... A ver qué hago... Vamos a ver...
Lo primero que hago es señalarme la garganta y negar, explicando que no puedo hablar. Luego lo intento con un par de gestos, a ver si hay suerte.
<<Soy de Brontë. Necesito ver a la Sacerdotisa Mayor. Es urgente.>>
De todos modos, siempre puedo reforzar lo que digo con señas más sencillas. Señalo el templo, me señalo... Y espero que mi expresión de circunstancias ayude. Luego la señalo a ella y abro las manos, separándolas, dejando un espacio en medio, como indicando un tamaño creciente. La Sacerdotisa Mayor, por favor...
Siempre puedo intentar escribir en el suelo o en su mano, si me la cede. Y si nada de eso funciona, esperar a Lluvia será la solución. A ella sí puedo decirle algo por gestos, más o menos, para que hable. Espero que esté bien...
Quiero que esto acabe pronto. Y si pudiera acabar bien...
Cuando consiga hablar con la mujer, le explicaré como pueda lo que creo, aunque es un poco arriesgado sin tantas pruebas. Pero la figura a la que perseguí perfectamente podría ser Cïerol, ella estuvo en esto desde el principio, fue la que nos entregó los amuletos y la que insistió en que fuésemos al bosque, así como la que culpaba a Sikrell en todo momento (y él portaba un amuleto similar). No quiero acusar sin motivos, pero quizás examinando el amuleto del chico podríamos encontrar algo. Al fin y al cabo, nos los dieron como algo bueno, pero todo el problema parece haber salido de esos colgantes. ¿Para qué eran entonces? | |
| | | Lluvia
Edad : 28 Mensajes : 465
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Mar Jun 24, 2014 11:54 pm | |
| Lluvia continuó con su avance, sintiéndose cada vez más segura: conforme caminaba, la idea de que su metamorfosis reaparecería iba desapareciendo, y pronto dejó de temer que los animales de su ensueño apareciesen tras los árboles. También cesó su tembleque, y finalmente logró apurar el paso, siguiendo siempre la lucecilla, dirigiéndose al templo. No sabía qué era lo que perseguían, ni sabía qué iba a encontrarse al llegar al templo, pero estaba decidida a comportarse como una guerrera: no volvería a repetir el error que cometió durante aquella ilusión. Esta vez, se dijo, no pediría ayuda, sino que ella misma se defendería.
Finalmente, la aether llegó a su destino. Allí se encontró con el claritas, al que le dedicó una sonrisa, y con una sacerdotisa desconocida. Confusa, Lluvia los miró a ambos, primero a su compañero y luego a la mujer. Permaneció en silencio unos segundos.
—So... Somos de Brontë —murmuró, dirigiéndose a la sacerdotisa—. Y... Y...
Se calló. No sabía qué decirle: ¿por qué habían vuelto hasta allí? ¿Qué había visto Jun? Lo miró. En caso de que el muchacho tratase de decirle algo mediante signos, ella se lo traduciría, si es que la mujer no comprendía el lenguaje, a la sacerdotisa. En la vida real, Jun, a fin de cuentas, no tenía voz.
| |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Miér Jun 25, 2014 12:55 am | |
| Jun tenía problemas para comunicarse, aunque la mujer con la que se había encontrado parecía bastante dispuesta a colaborar. Y, aunque no pareció entender exactamente qué pedía, debió decidir que la Sacerdotisa Mayor sabría qué hacer mejor que ella. Así pues, asintió a Jun y le hizo un gesto de que la siguiera.
Jun y la chrysos avanzaron por un pasillo curvo, subieron unas escaleras y dieron a un segundo piso. La mujer miró en dirección a una puerta entreabierta, tras la que parecía haber algo más de revuelo de lo esperado. Sin embargo, lo ignoró y subió al siguiente piso, guiando a Jun hasta unas grandes puertas. Tras llamar un par de veces, abrió y entró, indicando al claritas que esperara. Jun pudo ver cómo volvía a llamar a una puerta más allá y entraba en una alcoba.
Cuando la mujer volvió a salir, venía acompañada por la Sacerdotisa Mayor. Aunque iba ataviada con ropas elegantes, las de aquella tarde le hacían sombra a su vestimenta nocturna. Al ver a Jun, en seguida comprendió.
-Déjanos solos, Sheeba -indicó-. Creo que el joven Jun y yo tenemos asuntos que tratar en privado.
Cuando la mujer se hubo ido y tras indicar el camino a Jun, entró en una segunda alcoba, que resultó ser un despacho. Cerró la puerta a sus espaldas y se volvió hacia el claritas, expectante.
-¿Lo habéis encontrado? ¿Dónde está tu compañera?
Lluvia, por su parte, iba poco a poco recuperando la entereza y aumentó el ritmo, aunque la luz de Jun ya quedaba demasiado lejos para verla. Sin embargo, solo con seguir el camino recto se encontró fuera del bosque y pudo ver el templo ante sí. Avanzó, con algo más de seguridad, pese a la oscuridad que la rodeaba, hasta situarse en la puerta del templo.
Para cuando Lluvia llegó a entrar, Jun y la sacerdotisa ya no estaban allí. De hecho, todo estaba en un extraño silencio. Tan envolvente que Lluvia podía oír los ruidos que llegaban del segundo piso, donde la actividad parecía ser mayor. Ante ella se encontraba el pasillo que daba a la sala de los tesoros. A un lado, las escaleras. Y, por la ventana, ya Lluvia le pareció ver una sombra fuera.
FdR.: No os adelantéis a los acontecimientos. Si queréis hacer algo más allá de las posibilidades que os he dado, como sabéis, debéis expresarlo en intenciones, no en hechos. | |
| | | Jun
Edad : 25 Mensajes : 1446
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 26, 2014 4:42 pm | |
| Me siento muy alterado. Ni siquiera nervioso, a estas alturas. Me siento, simplemente, como si cada segundo que pasase fuese un retraso importante... De hecho, bien pensado... Es así, ¿no? Y suerte que la mujer ha decidido por su cuenta llevarme junto a la Sacerdotisa Mayor, porque no sabía ya cómo hacerme entender mejor.
La caminata hasta el lugar se me hace eterna. Ni siquiera me paro a contemplar la maravillosa construcción, cuyo interior es digno de ser contemplado. Ya tendré tiempo de arrepentirme más tarde. Ahora hay algo importante que debo hacer.
A pasar por la segunda planta noto cierto revuelo. Durante un instante llego a plantearme el seguirlo, pero entonces... ¿Qué haría entonces? Sea como sea, no creo que sea lo mejor. Lo mejor es seguir a esta mujer y esperar que todo lo que voy a hacer no esa el error más grande de mi vida. Aún voy a acabar echando a perder todo lo que Brontë representa yo solo. Y entonces... ¿Cómo miraré entonces al señor Brumm? O a la señora Twinkle... O al abuelo, que tendrá que arreglar lo que yo estropee... Vamos, Jun...
Espero a que la mujer vuelva, y no viene sola. Me alivia ver a la Sacerdotisa mayor, y me pone nervioso a partes iguales. Me duele un poco la barriga, ahora mismo... Pero tengo que... Vamos, venga... Hasta me siento un poco raro cuando la sigo, como asustado. Normal, ¿no? No voy a hacer una acusación pequeña... Y si todo eso es cierto... Pues bien, pero... ¿Y si estoy equivocado?
Una parte de mí quiere salir corriendo y volver a Brontë, a meterme debajo de la cama. Otra quiere acabar con esto... Pero... Si estuviese aquí Lluvia, por lo menos... O un guerrero más fuerte que yo, de esos fieros que imponen y no se asustan.
Cuando llegamos al despacho, me planto frente a ella, sin saber muy bien cómo empezar. Por suerte, la sacerdotisa lo propicia, así que no me es complicado una vez ha hablado. Pido permiso mediante gestos para hacerme con algún instrumento de escritura y me pongo a redactar velozmente lo que quiero decirle.
"Mi compañera se ha quedado algo rezagada, entre el templo y el bosque, y espero que se encuentre bien. He tenido que dejarla sola para poder ir persiguiendo al sospechoso que encontramos, que venía hacia aquí.
Primero le redactaré lo que nos ha sucedido. Fuimos al bosque, y una vez allí comenzamos a tener unas extrañas visiones en las que animales hablaban, yo podía hablar, mi compañera tenía las dos alas y, poco a poco, todo comenzaba a llenarse de espeluznantes ojos, o a inundarse... Creí que me había vuelto loco, o que nos habían hechizado, y fue entonces cuando, al quitarme un amuleto que la Sacerdotisa Cîerol nos dio antes de partir, todo regresó a la normalidad. Justo en ese momento, vi una sombra que corría alejándose del lugar en el que nos encontrábamos, y al seguirla llegué hasta aquí de nuevo.
Esto es algo arriesgado, considero, pero teniendo en cuenta los sucesos, diría que ella podría ser la responsable. Fue la que insistió en que fuésemos al bosque, la que impidió que examinásemos el templo y, además, Sikrell también tenía uno de esos amuletos. Si provocan alucinaciones, como a nosotros, puedo imaginar cómo robaron la Chispa de la Vida. No me gusta acusar de esta forma tan exagerada a alguien, pero creo que la sombra a la que perseguí fácilmente podría ser Cîerol, y si esto fuese cierto, ella debería de estar ahora mismo en el templo, seguramente fatigada, con algo que indique que estuvo en el exterior."
Nada más terminar le tiendo la hoja, sin darle vueltas, sintiendo crecer el nudo en el estómago. Pero ya está. Ya lo he hecho. Ahora, aunque me haya equivocado, no puedo echarme atrás. Que sea lo que tenga que ser. | |
| | | Lluvia
Edad : 28 Mensajes : 465
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Jue Jun 26, 2014 10:56 pm | |
| Cuando la aether finalmente entró en el templo, descubrió que Jun ya no estaba allí. Confusa, Lluvia frunció ligeramente el ceño y observó a su alrededor, buscando a alguien. Se encontró con que no había ninguna sacerdotisa cerca, y tras dudar durante unos segundos, decidió hablar.
—¿Hola? ¿Hay alguien...? —dijo, alzando ligeramente el tono pero sin llegar a gritar. Aquel lugar seguía infundiéndole respeto y no se sentía con la confianza suficiente como para elevar tanto el tono. Dio un par de pasos hacia adelante—. Soy... Soy una de los dos guerreros que vinieron de Brontë. He... He perdido a mi compañero... Y...
Se calló. El silencio del lugar, solamente interrumpido por su propia voz, le parecía extraño. Era demasiado fuerte, demasiado envolvente: desde su posición, podía oír ruidos que llegaban desde un piso más alto sin ningún problema. Bajó la vista, tragó saliva. Aquella calma la ponía nerviosa, y no saber dónde estaba Jun la preocupaba. ¿Le había pasado algo? ¿O no? De soslayo, miró unas escaleras que, dedujo, debían llevar al piso de arriba. ¿Habría subido Jun por ellas?
Tras permanecer quieta durante unos segundos, observando los últimos escalones que desde su posición podía alcanzar, la aether se dispuso a subir. Sin embargo, antes de que lograse dar un paso, algo llamó su atención: por una de las ventanas, Lluvia creyó ver una sombra.
Frunció el ceño, sintiéndose de pronto algo asustada. Con pasos lentos, la aether avanzó hacia las ventanas, intentando descubrir si aquello había sido sólo producto de su imaginación o no. Al acercarse, intentaría abrir la ventana para observar el exterior, buscando aquella sombra. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: La búsqueda de la Chispa de la Vida Dom Jun 29, 2014 1:29 am | |
| Jun, aprovechando que se encontraba en un despacho, tomó los utensilios de escritura que necesitaba y escribió rápidamente las ideas que había sacado de su experiencia en el bosque. La sacerdotisa lo observaba en silencio, imperturbable. Cuando Jun le entregó su escrito, lo revisó rápidamente, con el ceño ligerísimamente fruncido.
-Tus acusaciones son muy graves, joven Jun -declaró-. Cîerol ha servido durante años al Templo de Fulmen, y se ha ganado la confianza de todos. Ha sido una perfecta custodia todo este tiempo -. Hizo una pausa, que aprovechó para dejar el escrito sobre la mesa-. No obstante, sería una desfachatez por mi parte ignorar tus sospechas. Debo pedirte que aguardes aquí por el momento.
Y, sin decir más ni dar tiempo a Jun a ofrecer una respuesta, tomó una campanilla y abandonó la sala, encerrándolo dentro. A partir de ese momento, Jun no pudo oír más que la campanilla y un cierto revuelo, sin tener muy claro qué estaba pasando. Por la ventana entraba la luz de la luna, que iluminaba la masa de árboles de la que el chico acababa de salir.
La Sacerdotisa Mayor no estaba acostumbrada a perder el tiempo. En un momento había reunido a dos miembros de su séquito, para quienes tenía órdenes muy especiales. A uno de ellos le encargó impedir que nadie saliera del templo. Al otro, buscar a la sacerdotisa Cîerol y revisar sus habitaciones. Además, ambos tenían órdenes de sustraer cualquier amuleto que encontraran a cualquier habitante del templo. Pronto ambos hombres se pusieron en acción.
Lluvia, por su parte, se acercaba a la ventana, donde le había parecido ver una sombra. Y sus ojos no la engañaban, porque efectivamente, un encapuchado esperaba bajo la ventana, fuera del templo. Sin embargo, al ver acercarse a la aether se escabulló rápidamente, perdiéndose en la noche.
Antes de que Lluvia tuviera tiempo de reaccionar al respecto, una figura bajó las escaleras, encontrándose con ella. Iba ataviada con una capa que tapaba el resto de su vestimenta, y una capucha caía desde sus hombros por la espalda. Algo iluminaba sus manos bajo la capa, aunque era difícil distinguir qué. Se trataba de Cîerol, la sacerdotisa que los había guiado al bosque. Al ver a Lluvia, trató de darse la vuelta y huir, pero se vio cercada en el segundo piso.
Al cabo de un momento de jaleo, Lluvia pudo ver cómo la mismísima Sacerdotisa Mayor bajaba con la Chispa de la Vida entre las manos, dirigiéndose a la Sala de los Tesoros. También presenció cómo abría la puerta, y cómo un furibundo Sikrell se lanzaba contra ella, tratando de arrebatarle el objeto. La propia Sacerdotisa Mayor, sin ayuda de nadie, le arrebató al pequeño el amuleto que llevaba al cuello, y el chico quedó paralizado, viéndose sujeto a su superior y desconcertado.
Una vez los propios miembros del templo hubieron puesto en orden la situación, Lluvia y Jun fueron reunidos en el despacho de la Sacerdotisa Mayor, que pese a su inmutable seriedad, parecía satisfecha con el devenir de los acontecimientos. Ofreció a ambos las comodidades y ayuda que necesitaran y se sentó ante su mesa, frente a ellos. Sobre su escritorio dejó el amuleto que había arrancado del cuello del joven custodio, y los guerreros pudieron ver que la marca roja en el centro del mismo había desaparecido.
-Debo expresar mi mayor gratitud a Brontë por el apoyo recibido -comenzó-. Habéis cumplido con todas nuestras expectativas. Os felicito por vuestro trabajo, jóvenes guerreros -. La mujer tomó el amuleto, al parecer sin inmutarse por ninguna clase de efecto del mismo-. Me sorprende que algo como esto haya podido acabar en nuestro templo. Si llego a saberlo, jamás lo hubiera permitido. Este colgante, como habéis podido comprobar, afecta la percepción de la realidad de las personas. Funciona con la magia de quien deposite un poco de su sangre en su centro. Así, podrá controlar los sentidos de cualquiera que lo lleve puesto. Por supuesto, un control prolongado requiere mucha habilidad -. Miró a ambos chicos-. Confío en que en Brontë se sepa hacer un uso más adecuado de este objeto que aquí. Mantenerlo en el templo sería peligroso. En cuanto al resto, nosotros mismos nos ocuparemos tanto de Cîerol como de cualquier cómplice que haya podido tener. Vuestra misión está cumplida -. Se levantó-. Ahora podréis descansar. Mañana recibiréis ayuda para poneros en marcha de vuelta a Brontë.
MISIÓN CUMPLIDA
Recompensa: Jun- 2 puntos de experiencia y el "colgante de ilusiones" Lluvia- 1 punto de experiencia | |
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