Nombre: Marik
Apellido: Loutka
Edad: 22
Descripción física: Marik es un parvus de 1'05 de estatura. Rubio y con ojos casi siempre entrecerrados. Tiene dos lunares en la cara y desde que ha podido se ha dejado bigote y perilla. Tiene una constitución media. Sus músculos no se notan pero tampoco es que esté gordo. Simplemente es un cuerpo normal. Es fofito. Tiene los pies y las manos bastante pequeños. Es suave. Pesa poco.
Descripción psicológica: Siempre está adormilado. Se parece más a un hámster que a un humano. Si tiene oportunidad, se irá a un rinconcito a dormir. Su voz es dulce y apaciguada y rara vez se excita o levanta la voz por nada. Se toma la vida como si tuviera todo el tiempo del mundo y JAMÁS tiene prisa. Es sociable, pero le cuesta tener amigos por su forma de ser. Siempre llega tarde a las citas.
Arma inicial: Marioneta con "Escudo Karrdum". Nombre Kurage. Mide aproximadamente 1,70 por lo que prácticamente nunca la lleva encima. La guarda en una enorme caja de madera con asas que puede ser transportada en la espalda como una enorme mochila.
Habilidades:
Vasta Custodia: Su arma (Escudo Karrdum) le protege del daño durante tres turnos de combate sea cual sea el tipo de ataque. Mágico o físico y de cualquier calibre. A continuación el parvus está expuesto al daño como un guerrero normal.
Espía a la fuerza: Pasa tan desapercibido, es tan callado y pequeño que, sin quererlo, es capaz de enterarse de un montón de cosas sin darse cuenta. Es bueno para misiones de espionaje. Al menos para recopilar información. Volver a casa sin que le vean ya es otra historia.
Defectos:
Sufre un Síndrome de Fatiga Crónica, enfermedad cercana a la Narcolepsia, pero no tan grave: lo que le produce un sueño constante, pudiendo incluso quedarse dormido en medio de una batalla. Cada turno se tirará un dado de seis caras. Si sale un 3, se quedará dormido automáticamente durante ese turno, por lo que las acciones de ese post no cuentan hasta el siguiente, quedando a merced de los rivales. Vive cansado. Existe cansado. Es un Síndrome congénito.
Otras cosas:
Sexualidad: Desconocida.
Color de ojos: Aparentemente desconocido, pues siempre los lleva prácticamente cerrados aunque si consigues acercarte lo suficiente, podrás observar un tenue verdor entre sus pestañas.
Siempre lleva una marionetita de trapo de nombre Hebilla consigo, que utiliza habitualmente para comunicarse abriendo y cerrando la mano.
Le gustan los niños, aunque nadie le deja cuidar de ninguno porque se le escapan.
Le encantan las medusas y sueña con poder tener una cama de medusas blanditas.
Raza: Parvus
Stats:
- Fuerza: * * * * *
- Resistencia: * * * * *
- Velocidad: *
- Agilidad: *
- Inteligencia: *
- Técnica: * *
- Puntería: * * * * *
Historia: Marik recibió la llamada de Brontë hace tres años pero la obvió hasta ahora. No sería demasiado urgente y, además, tenía entre manos el trabajo de su vida en el cual llevaba trabajando desde los siete años: una gran marioneta.
Era tradición en su familia que cada hijo hiciese una marioneta con el fin de perpetuar el gran legado y fama de "Marionetas Familia Loutka". Aquella compañía de teatro ambulante era realmente conocida y gozaba de gran reputación por ser una de las mejores familias de marionetistas.
Marik comenzó a hacerla con siete años siendo el mayor de sus hermanos. A los cinco años de haberla empezado él, una de sus hermanas menores acabó la suya. Bastante normalita y sin mucha complicación. Simple y aburrida para su gusto.
Ocho años después de que Marik hubiese empezado, su hermanito más joven acabó la suya. Algo más compleja que la de su hermana, pero nada comparable a la monstruosidad que Marik estaba haciendo desde hacia tantos años.
Trabajaba tanto en ella que no iba a la escuela. Sólo aprendió lo básico. Por las mañanas trabajaba como reponedor en alguna tienda pequeña y luego trabajaba todo el día hasta altas horas de la madrugada en su marioneta con la ayuda de su abuelo. Este le consiguió materiales estupendos y raros utilizando parte de su herencia en secreto. Marik siempre había sido su ojito derecho y el hombrecito se lo merecía todo.
De este modo y quince años después de haber comenzado, Marik acabó su enorme y perfecta marioneta. Tan grande que podía meterse en ella y controlarla desde el interior incluso. Las marionetas debían ser grandes, para alojar al parvus dentro. Aquel era el estilo y peculiaridad que le daba fama a sus obras teatrales.
Generalmente los espectáculos con marionetas eran aburridos y sosos. Sin embargo en su compañía las actuaciones eran realmente espectaculares pues eran las marionetas quienes se movían con ellos dentro. No había hilos.
La marioneta se controlaba desde dentro con un sin fin de palancas que hacían mover sus brazos e incluso dedos; su boca, cabeza y armas, las cuales consistían en una mano derecha que portaba un escudo con tres grandes círculos mágicos dibujados en él y con púas alrededor que podrían servir de ataque también. Un escudo mágico comprado por su abuelo que le permitía absorber tres golpes completamente y, de su mano izquierda podia brotar una especie de tubo por el cual salían tantas púas arrojadizas como técnica tuviese Marik. La marioneta había sido modificada pensando en su utilidad en combate, no tenía ningún fin ocioso. En cuanto a su aspecto físico, estaba basada en la ropa tradicional ignita, como guiño a su abuela flamma. una figura sin duda, bastante esperpéntica, eso sí, aunque sus mecanismos eran tan precisos que podía moverse casi tan eficazmente como un humano eso sí, sólo de cintura para arriba, pues carecía de capacidad de desplazamiento. Acero, madera y cuero en perfecta armonía.
Ahora, tres años después de la llamada, Marik estaba listo para cumplir con su destino. Aunque tardó varios meses en llegar a Brontë, debido al sueño y al peso de su equipaje.