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| Amuleto de Iracunda | |
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Autor | Mensaje |
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Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Vie Dic 19, 2014 12:04 pm | |
| Cuando arranqué la espada del cuerpo del gólem pude ver, enseguida, cómo parecía volver a crecer. Lo había liberado del castigador filo de Värdjas, y aquello no había sido una buena idea, estaba claro. ¡Tenía que corregirlo! Aprendería de mis errores para llevar la nobleza a su máximo esplendor.
Cuando vi venir aquel ataque ya no lo dudé, y en vez de cubrirme o tratar de evitarlo como las veces anteriores, lancé yo mismo un potente barrido hacia el filo que venia hacia mí, buscando que chocasen ambos y despejar de aquel modo el suyo, aprovechando el peso y tamaño de mi arma. Si conseguía apartarla de mí lo suficiente como para cortar su ataque, aprovecharía la posición de mi fiel Värdjas, ya horizontal, para repetir el gesto en el sentido contrario, buscando, en aquella ocasión, hundir el filo en su cuerpo para cortarlo en dos a la altura del pecho.
Sentía el escozor de la quemadura en la piel, aumentado por el aire caliente del volcán y el propio calor que salía de mi enemigo. Era soportable, pero no dejaba de ser desagradable. Hubiese deseado contar con agua con la que refrescar un poco la zona. | |
| | | Narrador
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| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Miér Dic 24, 2014 3:46 pm | |
| De nuevo, Värdjas interceptó el ataque, y vibró con fuerza renovada. Como antes había sucedido, la fuerza y agudeza del filo eran más que suficientes para separar la lava, y de nuevo el trozo separado del cuerpo principal cayó junto a él. Rick volvió a sentir el calor de la lava junto a su piel, aunque en aquella ocasión no llegó a caer sobre su piel. El segundo corte de Rick, fluido gracias a la inercia del primero, cortó con la misma facilidad el pecho de su oponente, bloqueándose de nuevo, sin embargo, a la altura del centro del pecho. Värdjas vibró con más fuerza y brilló de nuevo, y Rick pudo sentir cómo aquello que bloqueaba su espada se desplazaba ligeramente del sitio por la fuerza de su golpe. El gólem se retorció, perdiendo consistencia de nuevo. | |
| | | Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Dom Dic 28, 2014 2:08 pm | |
| ¡Sentía la furia de la lucha vibrar entre mis manos! Y se me hacía incluso extraño. Notaba la fiereza incrementarse, notaba mi propio pulso crecer. Aunque aquello no era una lucha por derrotar a un malvado que atemorizaba a ningún muchacho, o a una damisela, por lo que quizás mis esfuerzos no eran los más heroicos. Pero, pese a todo, notaba mi propia fuerza luchando contra el calor del entorno con el mío propio.
-¡NO ACABARÁS CONMIGO, DEMONIO DEL AVERNO! -bramé.
Aparté un poco la espada, retrocediendo por el camino por el que había entrado, cogiendo carrerilla para un nuevo golpe, y desde ese punto la lancé de nuevo, tensando al máximo los brazos. Quería golpear aquel mismo punto con toda mi fuerza, en un gran impacto, para traspasar aquella última barra, aquello que parecía dar la fuerza al gólem.
¿Quizás aquel extraño hombrecillo me había engañado para enviarme a mi muerte? No había pensado en la posibilidad de su maldad... | |
| | | Narrador
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| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Miér Dic 31, 2014 6:45 pm | |
| En el instante en que Rick se retiró de nuevo, el ser comenzó a tomar forma una vez más, retorciéndose en un intento por lanzar un nuevo golpe. No tuvo, sin embargo, el tiempo suficiente para formarse, y en seguida Rick lanzaba un golpe tan intenso que resultó fatal. El gólem pareció estremecerse en el momento de recibirlo, pero el temblor intenso de Värdjas, que brillaba ya con un reflejo claramente propio, distrajo a Rick de aquel hecho. En cualquier caso, su enemigo no tenía nada que hacer. Con el golpe del flamma, la espada atravesó limpiamente el cuerpo de lava, y lo que fuera que bloqueara el camino para el filo salio volando hacia la pared, incrustándose en ella antes de caer al suelo. El cuerpo del gólem se deshizo lentamente en un charco llameante, y cada vez a mayor velocidad, Värdjas absorbió su cuerpo, haciéndolo desaparecer. Tras un último brillo de fuego, el filo de la espada se apagó al tiempo que la misma dejaba de vibrar. Todo quedó en silencio. O eso parecía. Rick pudo distinguir, además de los sonidos de su propio cuerpo, un latido regular a escasa distancia. Cuando miró la piedra, lo único que quedaba de su oponente, le pareció ver que se movía. En pulsos, la piedra parecía actuar como un auténtico corazón. | |
| | | Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Miér Dic 31, 2014 7:02 pm | |
| Aquella vez pareció que lo conseguía de verdad. Con un gruñido por el esfuerzo finalicé el corte, y pude notar cómo mi fiel compañera, Värdjas, brotaba al otro lado del cuerpo de llamas que era atravesado por completo. Fue entonces cuando pareció reaccionar con más fuerza,vibrando entre mis manos y brillando de una forma claramente antinatural. Observé, periplejo, cómo el metal se tragaba el cuerpo del que había sido nuestro enemigo, y, pese a aquello, pareció entonces que todo se calmaba.
Me quedé un momento mirando el filo de Värdjas, que parecía haber vuelto a la normalidad. Tras una duda la agité en el aire, realizando varios cortes, pero no pasó nada especial. Su peso tampoco había cambiado, aunque hubiese parecido que aquella lava se introducía en su interior. Era de lo más extraño y sospechoso... Una parte de mí temía que hubiesen echado una maldición a mi fiel mandoble, pero no tenia allí, parecía, modo de comprobarlo. Todo parecía como siempre...
Cuando por fin aparté la vista del filo busqué aquello que sonaba. Era aquello que había salido despedido del cuerpo del gólem, que en aquel momento se encontraba en el suelo, ras haber chocado contra la pared. Tras un momento de duda, me acerqué en guardia, callado. Acerqué primero a Värdjas, tocándolo con la punta, esperando que estallase o cualquier cosa. Luego me acuclillé al lado, acerqué una mano para comprobar el calor que emitía y, tras decidir que no parecía tanto como para abrasarme, apoyé los dedos sobre la extraña roca, que latía. Estaba templada...
-El corazón de Iracunda... -murmuré, para mí.
Quizás...
La cogí, finalmente. Quizás fuese aquello. Emitía calor y latía. ¿Qué sino? Miré hacia abajo, hacia el fondo del volcán, y luego hacia arriba. Iría a buscar a aquel hombrecillo para comprobarlo.
Me eché a Värdjas a la espalda para comenzar de nuevo el ascenso. | |
| | | Narrador
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| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Miér Dic 31, 2014 7:35 pm | |
| Rick acabó por tomar en sus manos todo lo que quedaba de su enemigo, examinándolo con curiosidad. Al final, decidió que la única manera de asegurar que había hecho lo que debía era visitar a quien le había encargado ir hasta allí arriba. Con aquella idea en mente, emprendió la marcha de vuelta a la falda del volcán. El camino resultó tan incómodo y largo como la subida. Tardó un buen número de horas en volver hasta el lugar en el que se había encontrado con Lkino. Y entonces se dio cuenta de que no sabía dónde buscar al extraño hombrecillo. Se encontró de pronto tan solo como cuando había llegado a aquella zona por primera vez. Al cabo de un tiempo, sin embargo, el extraño ser lo encontró a él. Lkino apareció de un salto sobre una roca, con el rostro inclinado hacia adelante y un brillo curioso en sus ojos enfermizos. Carraspeó de forma desagradable. - ¿El señor ha... encontrado el corazón, señor caballero? -preguntó, frotándose sus huesudos dedos y chasqueándolos, haciendo que emitieran un sonido propio de un hueso rompiéndose. Acabó por saltar de la roca en la que estaba y acercarse a él con aire nervioso. Se fijó entonces, por primera vez, en el aspecto del flamma, y sus ojos desagradables se abrieron con una mezcla de apuro y asombro. - ¡Oh, pero el señor caballero Rickiard Dehnel está herido! -observó, rebuscando en sus harapos-. Lkino tiene algo para el caballero. Lkino siempre tiene solución para estas cosas. El pobre, pobre Lkino tiene que estar preparado para resistir a la Iracunda... | |
| | | Rick
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| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Dom Ene 04, 2015 3:34 am | |
| Dispuesto a respirar aire fresco, que aunque no lo era mucho en aquella zona lo sería comparado con el de dentro, emprendí el regreso hacia el exterior. Y una vez hube llegado fuera volví sobre mis pasos, con Värdjas a la espalda y aquella roca cálida en las manos, buscando al hombrecillo que me había mandado a aquel lugar, notando el escozor en la piel del antebrazo, pero sin tiempo para detenerme a ello.
Llevaba ya mucho andando, me sentía ya fatigado y acalorado, con la ropa pegada a la piel debido al calor que brotaba de la tierra, cuando empecé a preguntarme, una vez más, si aquel hombrecillo no me habría engañado, y en aquel momento estaría ya lejos de mí, habiéndose olvidado del encargo, solo siendo aquel una broma para él. Pero no fue así. De pronto había aparecido en una roca a mi derecha, a varios pasos, como si siempre hubiese estado allí, siguiéndome, observándome.
-¿Es esto el Corazón de Iracunda? -pregunté a su pregunta, mostrándole en alto la piedra que había sacado del interior de aquel ser-. ¿Es esto lo que debía buscar?
Me sentía muy serio, poderoso de alguna forma, como un gran señor. ¡Qué arrogante inonble!
Volví la vista hacia mi brazo cuando él lo mencionó, moviéndolo un poco. Los restos de ropa que rozaban la herida causaban una sensación desagradable, dolorosa.
-¿Una solución a esto? ¿Algo con lo que calmar el dolor?-. Apreté la mandíbula un instante, pensativo, antes de responder-. Aceptaré ese remedio, si es cierto, con mucho agradecimniento. ¿Qué puedo hacer yo por Lkino, que tanto me ha ayudado? -le pregunté entonces.
Aquel hombrecillo me había ofrecido su ayuda sin pedir nada, pero no dejaba de parecerme extraño el recibir tanta amabilidad de alguien tan extraño que me había atacado nada más verme. | |
| | | Narrador
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| Tema: Re: Amuleto de Iracunda Lun Ene 05, 2015 1:25 am | |
| Lkino observó la piedra desde su baja altura, con ojos febriles de aspecto lloroso. Alzó las cejas con gesto de reconocimiento, y asintió varias veces, con una actitud que, con un poco de imaginación, podría catalogarse de entusiasta. - Oh, sí, sí, eso parece... -respondió con su desagradable voz. Sacó un bote de cristal con un contenido de aspecto metálico y abrió la tapa-. Pero permítale al pobre, pobre Lkino, señor caballero Rickiard Dehnel...Con manos temblorosas, hundió los dedos en lo que resultó ser un mejunje denso, como un ungüento y, con cierto aire temeroso, alzó lo que en sus dedos había hacia el brazo de Rick, buscando, si él lo permitía, untar aquello sobre la piel herida. El flamma sintió un agradable frío entrar en contacto con su piel, que pronto quedó recubierta. El frescor que parecía emanar del mejunje calmaba el dolor hasta hacerlo desaparecer, aunque la mezcla, que apenas tardó un momento en endurecerse en una placa metálica sobre el brazo, causaba cierta rigidez en la piel. Lkino cerró el bote y se lo tendió a Rick. - El señor caballero Rickiard Dehnel puede quedarse con el resto -ofreció, con aire servil que nunca dejaba de resultar inquietante, pese a su docilidad-. Lkino tiene montones, ¡montones! de cura. Más de los que la Iracunda le hará tener que utilizar al pobre, pobre Lkino... -Observó un momento la placa metálica que ya se había formado en el brazo del chico-. El metal curará la quemadura. Luego se caerá solo. En siete soles... Sí, suelen ser siete soles... Después, ¡plof!, todo arreglado. Pero la piel es débil, tan débil como el pobre, pobre Lkino. Requiere cuidados para volver a ser como era. El señor caballero lo sabrá -asintió con seguridad. Alzó entonces una mano aún temblorosa, reclamando lo que le había encargado. Cuando lo obtuvo, lo observó un momento en sus manos, examinándolo a conciencia. Después, sin previo aviso, lo lanzó contra el suelo y lo pisoteó con tanta violencia que llegaba a resultar alarmante. Sin embargo, no tardó en agacharse a recogerlo. Tras rebuscar un momento entre sus harapos, sacó un cuchillo y se hizo un corte en el dedo, con el que marcó la piedra mientras murmuraba algo para sí. El objeto, que hasta entonces había seguido latiendo, tembló un momento y se detuvo. Lkino asintió, satisfecho. Tras guardar el cuchillo, observó a Rick con expresión tan triunfante como servil. Acarició la piedra con sus huesudos dedos, primero lentamente y después con más ahínco, frotándola con fuerza entre las manos. - Solo hay que frotar, señor caballero Rickiard Dehnel -explicó, apretando los dientes-. Solo frotar pa-No llegó a terminar la frase. La piedra tembló de nuevo, pero no comenzó a latir. En su lugar, pareció expulsar algo por sus cavidades porosas, como un volcán sin cráter. Al cabo de un momento, una figura había salido de su interior y flotaba ante Lkino. Tras un momento, comenzó a dar vueltas a su alrededor antes de detenerse de nuevo, quedándose sobre su hombro. Lkino, poco interesado en obtener mayor calor del que ya sentía, no tardó en volver a frotar la piedra, y tras un par de vueltas alrededor del hombrecillo, la extraña criatura volvió a desaparecer entre los poros de la misma. Lkino tendió humildemente a Rick el corazón de Iracunda. - Solo frotar -insistió-. Él es un protector, señor caballero. Él es un protector de quien lo necesite y lo llame. Pero aquí, con la Iracunda, pocos lo necesitan...Finalmente, respondió a la pregunta del guerrero. En una sonrisa torcida, dejó ver sus irregulares y amarillentos dientes; el gesto le daba un aspecto entre repugnante y lastimero. - Lkino está muy solo, señor caballero. El pobre, pobre Lkino, solo con la Iracunda... -Sacudió la cabeza con tristeza resignada-. Pero aquí es donde debe estar. Debe cuidarla... -Miró a Rick de nuevo, con firmeza-. El pobre, pobre Lkino solo quiere que se siga oyendo hablar del mago de la Iracunda -explicó-. Quiere que alguien se acuerde de que sigue esperando allí. Quiere que algún día venga alguien más, como ha hecho el señor caballero, y Lkino pueda darle su ayuda. Un mago poderoso, un gran servidor y el guardián de la Iracunda -. Asintió para sí, satisfecho de cómo sonaba-. Eso es todo lo que quiere el pobre, pobre Lkino.Su encuentro no duró mucho más. Al final, Rick se despidió de él y siguió su camino, esta vez de vuelta. MISIÓN CUMPLIDA
Recompensa: 3 puntos de experiencia Ungüento para problemas de piel del pobre, pobre Lkino (5 usos) Un corazón de (la) Iracunda | |
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