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| El contacto. | |
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Autor | Mensaje |
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Cassandra
Edad : 36 Mensajes : 323
| Tema: Re: El contacto. Sáb Ene 21, 2012 6:53 pm | |
| Bocanegra escuchó las palabras del hombre en silencio mientras jugaba con sus pulgares sin perder su sonrisa. Al cabo de unos segundos, se levantó de la silla profiriendo unos "tsk" varias veces repetidos para denotar el terrible error que aquel hombre había cometido.
Se levantó y dio un par de pasos en horizontal y otros dos nuevos pasos en el otro sentido. Lo único que se oían en esos instantes era el eco producido por sus potentes pasos en el suelo de madera que retumbaban en las mohosas paredes.
-No te interesa saber quien soy, bastardo- sentenció al fin.
Rió ante las palabras del hombre sobre la sustancia que adornaba su cara irónicamente.- Dime una cosa... ¿de verdad no se te ha ocurrido nada mejor que eso? me ofendes, de verdad- dijo con una mano en el pecho, denotando su falso teatro.
Entonces se dirigió a Alehyss con voz desesperada y cara de cordero degollado- Alehyss, compañera, ¿has oído lo que este mal hombre me ha dicho? Ha vejado mi condición de mujer diciendo que me un diablo me ha hecho esto- dijo con tono zalamero y voz de niña buena.- Quizas sea porque yo soy un diablo también, al igual que el que me he beneficiado hace un rato, ¿no te parece? pero Aheyss, ¿de verdad soy un demonio? ¿un ser de las profundidades? ¿una bruja que adora lo oscuro?- dijo con la cabeza torcida y pestañeando muchas veces a la chrysos que le acompañaba con voz de desesperada, llorosa y, por supuesto, fingida.
Cuando esta iba a responder a la Capitana, esta le hizo un ademán con un dedo para que no contestase.
Se dio la vuelta y se dirigió entonces al hombre que la había importunado, caminando de forma sensual, casi cruzando las piernas, entonces apoyó sus protuberantes senos en el pecho del hombre y los restregó un poco, mientras separaba un poco sus piernas.- Quizá este buen hombre esté celosito de lo que me hizo ese demonio- dijo con voz dulce pasándose un dedo por la cara manchada para luego pasarselo por su propia lengua, dejando un rastro negro en ella. Acercó más su cara a la suya, aguantándose las miradas- ¿Sabes porque los hombres llaman brujas a las mujeres?- dijo poniéndose un par de dedos en la comisura de sus labios de forma bastante sensual.- Porque somos capaces de levantar un "palito" sin tocarlo- su tono de voz fue cambiando de dulce a agresivo con esta última frase, hasta convertirse en una voz desagradable y llena de ira. Cuando terminó de hablar, la potente mujer, dió un rápido rodillazo a la entrepierna del hombre.
Sacó su sable y le amenazó con el.- Lo único que me comería de ti sería el alcohol que corre por tus jodidas y asquerosas venas- dijo escupiéndole de la forma más desagradable posible- y teniendo en cuenta que eso sería beber... creo que te has equivocado para que alguien te coma tu cosa... bueno, no: tu "cosita"- dijo con los dedos pulgar e indice casi juntitos, intentando demostrar el pequeño tamaño del miembro de su enemigo, con una sonrisa desencajada en la cara.
Entonces, sin dejar de apuntar al hombre con Korvas, se dirigió al grupo de compañeros que habían venido con ella a la misión con un tono bastante agresivo- ¿Y qué se supone que estáis haciendo vosotros? ¡Moveos de una jodida vez, echad este tugurio abajo, removed cielo y tierra si hace falta, subir arriba y revolverlo todo, y si no le encontráis, prendedle fuego a esta barraca inmunda! SI NO QUIERE SALIR POR SU PROPIO PIE, EL HUMO LE HARÁ SALIR si funciona con las ratas, con ese cabrón también lo hará.- dijo Bocanegra con la cara desencajada en una macabra sonrisa.
Odiaba a los hombres y en la taberna la testosterona se podía amasar con los dedos casi, cosa que le hacía recordar sus tiempos a bordo de su navío, en la que la brutalidad, bestialidad y coraje eran los que domaban su mundo.
No iba a permitir que una panda de niñitos consentidos, sobre todo ese que se hacía llamar Lyam, que le tienen miedo a unos cuantos matones, le hiciesen perder su posición dominante ante aquella chusma asquerosa.
Se dirigió entonces al tabernero.- Si no quieres que reduzca esta mierda a cenizas con todos vosotros dentro, ve arriba y baja a todo el mundo que esté aposentado en esta estercolera. Quiero aquí abajo a TO-DOS me entiendes, ¿gordo asqueroso? ¡VENGA! ¡MUÉVETE!- dijo lanzándole su botella de Whisky a la cabeza con su mano libre (sin querer darle, simplemente para amedrentarlo). Su voz estaba ya un poco ronca por el cansancio de hablar tanto y chillar dando órdenes todo el rato. Pero ya estaba acostumbrada a que se le rasgase la voz. A lo que no estaba acostumbrada es a que no se le obedeciera.
Bocanegra esperaba que el contacto al que venían a buscar estuviese en la parte de abajo y no se hubiese pronunciado aún, pero también cabía la posibilidad de que estuviera en sus aposentos y no se estuviera enterando de nada.
La Capitana lo quería todo bajo control. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El contacto. Sáb Ene 21, 2012 7:09 pm | |
| Tras el grito Cassandra decide entrar violentamente en el local dando gritos. Relajo levemente mi postura y suspiro por la acción de aquella mujer tan impetuosa. No me queda más remedio que acercarme por si aquel jaleo necesita de apoyo.
Me acerco a la puerta y observo el local y sus presentes. Hombres primordialmente. Un grupo de jugadores, un hombre bien acompañado, el tabernero y un hombre a solas en una mesa. Me llama la atención ya que parece bastante sereno. Puede ser que esté esperando porque sea quien buscamos. No digo nada, prefiero escuchar a Cassandra con cierta resignación.
Su actuación es agresiva y provocadora con lo que agradezco que los presentes se limiten a reír o hablar de forma burda y no comiencen una pelea. No estoy de acuerdo con la acción de la piscis de nuevo, provocando con sus gestos y palabras a aquel bravucón, puede traer problemas... Traerá problemas. Luego observo como se dirige al tabernero y trata de amedrentarlo para que haga bajar a sus clientes tras dedicar una sarta de gritos al grupo. Definitivamente esto parece más un "abordaje" que una escolta.
Pero no puedo tratar de llevar la contraria a tal situación o el grupo quedaría debilitado a ojos de todos, descubriendo la falta de cohesión que se ha generado entre sus miembros en una maldita primera decisión. Aprieto mis tonfas y con un gesto muy poco habitual en mí -ceño desafiante- entro con pasos pesado y me acerco al tabernero.
-Haga caso, tabernero. No tenemos tiempo que perder -. Le suelto con la voz más ronca y severa que logro, fingiendo tener la determinación de la clase de hombre que se impone de forma taciturna pero letal. Dedico una corta mirada a Cassandra pidiendo a Mithos y a su verdulería que, por favor, comprendiese aquella colaboración para que , al menos, aquella forma de actuar fuese contemplada como un plan pensado y no como un arranque fortuito. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El contacto. Dom Ene 22, 2012 10:47 pm | |
| Sin aliento de nuevo... En cuanto Cassandra se niega a dar su nombre al hombre, da el mío un par de veces. Resignada, guardo silencio, pero pronto la piscis me hace algunas preguntas, pero cuando voy a responder algo ciertamente impropio me detiene y sigue con su tarea: aterrorizar a toda la taberna y anunciar a los cuatro vientos nuestra misión. Por desgracia para mí, es demasiado tarde. Heylel, por sus palabras, parece pensar lo mismo.
Le dedico una mirada de resignación. Suspiro y tomo aire. De un paso entro en la posada, siendo mi mirada de nuevo dura y afilada. Paso mi vista por todos los que ocupan la estancia, sin adelantar nunca la posición de Bocanegra, que se divierte haciendo de líder.
El tabernero y un hombre en la barra, el grupo de las cartas, un hombre solitario y un tipejo con dos chicas. Examino las expresiones de todos, sus reacciones, sus rostros... El hombre solitario parece ser el más sospechoso, pero eso lo hace, quizás, menos sospechoso.
Aprieto un puño. No me gusta trabajar así.
Pongo mi mente a trabajar con prisa. ¿Cuánta gente puede alojar una posada de estas dimensiones? ¿Qué experiencia tendrán en combate? ¿Y mis compañeros? Desde luego, nos encontramos en desventaja numérica, así que dudo seriamente que nos sea fácil hacerles frente si se ponen ufanos.
Por suerte, mi arma está a una décima de segundo de distancia.
FdR- Está demasiado abatida para hablar XD | |
| | | Cero
Edad : 31 Mensajes : 90
| Tema: Re: El contacto. Dom Ene 22, 2012 11:17 pm | |
| La bandida -no era un hombre, como pensaba- que formaba parte de nuestro grupo había entrado en la taberna -me di cuenta después de que era una taberna- y comenzó a soltar gritos. Lo que me hizo reaccionar dirigiéndome al interior de la casa, aunque se suponía que debería de aguardar en las afueras. Preparé la espada -o eso al menos intenté- y entré detrás de mi amigo plumífero. Entonces me vi envuelto en una escena en la que se veían cosas volando por el cielo, y se oían órdenes y gritos de la mujer.
- ¿Qué se cuece aquí? ¿Tenemos que pisotear a alguien? - Pregunté energético y sonriente mirando a cada uno de mis compañeros -los que estaban en la posada- como si fuese un perro emocionado.
- ¡Dadnos el dinero y nos iremos! ¡Sólo hemos venido a por oro! ¡Nadie saldrá herido! - Ordené gritando en dirección al tabernero.
Justo después pasé una vista rápida sobre los otras personas presentes, apuntando el filo de mi espada hacia todos ellos. Quería mostrarles la belleza del arma que había conseguido. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El contacto. Lun Ene 23, 2012 11:55 pm | |
| Entró en la posada, observó el interior de esta. En total, en la planta baja había once personas: un de cuatro grupo estaba sentado (aparentemente jugando a las cartas o algo así), un tipo con dos chicas, un hombre alejado de estos, el tabernero, un hombre en la barra y el hombre con el que Bocanegra hablaba en aquellos momentos.
La piscis, que parecía haberse alzado porque sí con el título de líder del grupo, decidió continuar con su actitud agresiva y amenazar al hombre, apuntándole con su arma. Tras esto, se dirigió al grupo (con ese mismo tono insufrible y autoritario que llevaba utilizando desde que habían llegado), instándoles a que hiciesen algo. El chrysos reprimió las ganas de soltarle una contestación fuera de tono y puso los ojos en blanco. No le gustaba el estilo de la piscis (ni el estilo ni nada, realmente). Estaba seguro de que su actitud sólo traería problemas.
Tras escuchar el final del discurso de Bocanegra (en el que se dirigió al tabernero y le ordenó que subiese las escaleras en búsqueda de todos los huéspedes del lugar), le dedicó un rápido vistazo a sus compañeros. Observó (y escuchó) cómo Heylel reforzaba las amenazas que la piscis le había dedicado al tabernero. Suspiró. Menuda mierda de estrategia (o de no estrategia) y de estilo y de todo. A saber cuánta gente había en la posada, y a saber cuántos de ellos optaban por utilizar la violencia para resolver la situación.
Miró a la chrysos. Se preguntaba qué opinaba ella de la situación. Al escuchar la voz del claritas, clavó su vista en él y frunció el ceño. ¿Qué puñetero problema tenía ese ser? ¡Joder! No sabía ni dónde estaban, ni qué buscaban ni nada de nada. ¡Era completamente estúpido! Ya bastante tenían con el abordaje de Bocanegra como para que ahora él hablase de dinero.
— No le haga caso. El viaje le ha aturdido — dijo, mirando al tabernero. Sonrió —. No buscamos el dinero, sólo a una persona. Así que... ¿Podría hacerle caso a mi compañera? — Miró a la piscis —. Tenemos algo de prisa...
FdR. odio este post .__. ayer a las seis y pico de la mañana tenía claro lo que iba a poner y hoy se me olvidó lol | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El contacto. Mar Ene 24, 2012 5:13 pm | |
| Interior de la posada: Pese a los comentarios de Lyam y Heylel, que habrían cambiado un poco el ambiente en una situación diferente, el hombre que estaba en pie no se calmó. De hecho, reaccionó violentamente a las palabras de la pirata y desenvainó un sable. Ante esta señal, sus cuatro compañeros se pusieron en pie y también sacaron sus armas.
El hombre envalentonado, que de pronto se había convertido en el líder de su grupo, lanzó una mirada de reojo al posadero.
- No hará falta que vaya a buscar a nadie -dijo sonriendo-. Ahora mismo despacharemos a esta clientela no deseada.
En la mesa de la esquina del fondo, el anciano que parecía haber estado divirtiéndose con las muchachas parecía asustado. Se pegó a ellas, como si fuera a utilizarlas como escudo en caso de batalla. En cuanto al hombre solitario, simplementé alzó un poco la vista, sin reaccionar ante la gratuita ofensiva.
En la barra, tanto el tabernero como el hombre con el que había estado hablando antes del asalto, los miraban. El dueño de la posada, un hombre calvo, parecía dudar entre hacer caso a las palabras de la piscis, que le ordenaba hacer bajar al resto de los huéspedes, o al bandolero que trataba de "calmarlo" con su sonrisa socarrona, asegurando que él se encargaría de deshacerse de los intrusos.
De pronto el grupo se encontró con que había cinco guerreros en cada grupo y, si bien los de la taberna parecían algo borrachos, una vez en pie parecían imponer más, fuertes y con sonrisas de diversión al encontrarse con tal oponente.
- No sé qué "palitos" a costumbras a levantar, bruja, pero créeme si te digo que el mío no va a responder a tus encantos -siseó el flamma a Cassandra.
Los cinco bandidos se acercaban, yendo el del sable por delante del resto, que portaban espadas normales. Incluso Cero se percató de que aquello no era una broma. Si querían i al piso de arriba tendrían que hacerse camino entre aquellos hombres. | |
| | | Cassandra
Edad : 36 Mensajes : 323
| Tema: Re: El contacto. Miér Ene 25, 2012 5:18 pm | |
| Heylel apoyó la moción de Bcanegra que el tabernero trajese a todas las personas que habitaban el en lugar, mientras que Cero alborotaba pidiendo dinero.
Bocanegra no dejaba de apuntar a su víctima con Korvas mientras le dedicó unas palabras al cláritas.
-Así se habla, chaval. Después de acabar con ellos, les robaremos hasta los dientes de oro si es que los tienen- dijo sin apartar su amenazante vista de su enemigo principal.
Cassandra pasó olímpicamente de Lyam y de Alehyss en esa ocasión. Ella sola se bastaba para vencer a la taberna sola si hacía falta, aunque la ayuda del apocado de Heylel y el despiporre de Cero no le vendrían nada mal.
En ese momento, el flamma desenvainó su sable, y por consiguiente, sus cuatro compañeros también. Cassandra se uso seria y analizo la situación. Sus ojos se movían de un lado a otro, buscando todas las posibilidades. Esto no iba a ser fácil.
Por lo visto, el tabernero hizo caso omiso a las órdenes de la guerrera, por lo que esta le vio con profundo odio- Te arrepentirás de no haberme echo caso...- le dedicó con asco.
Ante las palabras del flamma, la piscis sonrió de forma socarrona.- Eras tú quien quería llevarme a la cama... y si tu palito no iba a reaccionar ante mi cuerpo... para eso no ofrecerte- dijo haciendo que sus botas diesen un paso atrás al ver que los hombres se acercaban.
La Capitana había sido enseñada por los mejores a usar a Korvas. Un borracho (que si bien lo estaba, su tamaño podría intimidar un poco) no iba a ser un gran impedimento.
-¡Compañeros!- dijo en tono alto.- Vamos, venga, tengo ganas de ver tripas.- dijo con fuerza, moviendo a Korvas con elegancia con una mano, realizando la primera finta mientras que su izquierda descansaba en su cadera.
La lucha para Bocanegra había comenzado y ahora ya nada podría pararle a menos que uno de los dos cayese o se rindiese.
Ahora solo esperaba que sus compañeros defendiesen el nombre de "guerreros" que se les había otorgado al entrar en Brontë y que se deshiciesen de los otros cuatro antes de que se le echasen encima. Era buena, pero no tanto como para salir airosa de un "uno contra cinco".
Dudó si golpearle con un Aquaerum, pero decidió guardárselo para más tarde, por lo que simplemente se dedicó a enviar estocadas para que los metales rechinasen con furia.
Tenía pensado algo... pero no sabía si daría resultado, por lo que de momento, se dedicó a enviar piques a su enemigo con Korvas, para tantearlo y ver como reaccionaba.
-Venga zorrita, a ver si tienes cojones a tocar a esta mujer.- dijo lanzando un poderoso corte paralelo al suelo con el fin de cortar su abdomen.
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| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El contacto. Miér Ene 25, 2012 7:43 pm | |
| Entre palabras deunos y otros todos hemos acabado por contradecirnos, genial... Pero ahora no puedo permitirme un suspiro de resignación.
Los hombres que Cassandra ha porobocado se levantan contra nosotros siendo iguales en número. Miro las otras mesas. El viejo no parece preocupante en principio ya que su gesto parece asustado, pero cuando las ratas se ven acorraladas pueden acabar saltando a los ojos. El otro hombre parece tranquilo mientras observa la situación y, aunque parezca contradictorio, su tranquilidad me parece menos peligrosa que la del viejo.
El gran hombre se alza contra Cassandra y esta responde a su provocación mientras los demás se acercan a nosotros. El tabernero parece confuso y no se mueve. Doy un golpe en la barra.
-¡Avise arriba aunque sea por salvar el pellejo, demonios! -Le grito en contra de mi buen hacer. Interiormente me gustaría disculparme con aquel asustado hombre y ayudarle a no perder su costoso negocio, pero ahora mismo tengo que conseguir que el camino se nos facilite para acabar esta misión con éxito y quizá un empujón ayuda al hombre a decidirse.
En seguida me centro en los bandidos y en su afrenta y, aprovechando que mis compañeros todavía están a medio adentrarse en la posada, me acerco a Cassandra quedando unos cinco pasos detrás de ella.
-¡A un lado! -Le grito. -¡Aethes! -Bato las alas y dedico mi conjuro al grupo para conseguir algo de tiempo. Si los desoriento será una ventaja en ataque para mis compañeros. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El contacto. Lun Ene 30, 2012 11:15 pm | |
| Para uestra desgracia, las cosas se ponen algo feas, pero una no va a una misión esperando que sea fácil, así que en cuanto recobor por completo la compostura y veo que mi modus operandi ya no tiene cabida saco mi kusarigama y agarro la hoz con la derecha, haciendo bailar su cadena entre los dedos de la izquierda.
Me fijo en uno de los hombres de los lados, puesto que parece que el del centro está cogido. Heylel apunta por una ofensiva, pero yo soy más de rajar cuando se lanzan sobre mí.
- Hoy tengo ganas de asfixiar a alguien -siseo a los bandidos, con una sonrisa sesgada, mientras la cadena se retuerce en mi mano.
Puesto que vamos a luchar, hay que hacerlo bien. Especialmente porque como el resto de integrantes de la posada se pongan del lado de esta especie de bandoleros tenemos una clara desventaja numérica.
Me preparo para recibir cualquier ofensiva alzando la hoz de mi kusarigama. Asfixiar, rajar... ¿Qué más da? Son cuellos, al fin y al cabo. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El contacto. Mar Ene 31, 2012 11:08 pm | |
| Al final, las cosas se complicaron. El hombre, y sus cuatro compañeros (que se habían puesto en pie), desenvainaron sus armas, acción que el chrysos repitió al ver la disposición del grupo de jugadores por iniciar una "batalla". Lyam frunció el ceño y chasqueó la lengua. La idea de tener que pelear no le agradaba. Preferiría haber seguido otro método, como, por ejemplo, hablar con la gente de la posada de forma civilizada. Aquello hubiese sido mejor que entrar al abordaje.
Miró de reojo al dueño del sitio (que no había subido al segundo piso), y luego se fijó en el anciano, en las chicas y en el hombre solitario. El viejo parecía asustado, y el otro tranquilo, como si no le importase la situación. El chrysos suspiró. ¿En serio iban a pelear dentro de la posada? Observó a sus compañeros. Tanto Heylel como Bocanegra habían iniciado su ofensiva. Alehyss, por su parte, se había limitado a mostrar su arma (una Kusarigama). Volvió a suspirar. ¿De verdad era el único que mostraba un mínimo de preocupación por la gente que estaba en la posada y que no tenía intención de pelear? Para empezar, esa estúpida batalla que iba a producirse la habían ocasionado ellos (mejor dicho, Bocanegra). Y para seguir, ¿qué culpa tendría esa gente y el dueño de la posada para que le destrozasen tanto la noche como el establecimiento?
—En serio no me creo que vayamos a pelear aquí... No fuera, sino aquí dentro... — murmuró.
Resopló y clavó su vista en el grupo que antes había estado jugando a las cartas. Pese a que no tenía ningún tipo de interés en pelear, no iba a quedarse quieto si le atacaban. No iniciaría ofensivas, como sí que habían hecho dos de sus compañeros, pero eso no significaba que no fuera a defenderse en caso de que fuese necesario.
FdR. personajes con escrúpulos ewe pandilla de bárbaros que sois los demás xDU | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El contacto. Miér Feb 01, 2012 10:38 pm | |
| Para desagrado de Cassandra, el grupo acababa de encontrarse con que aquellos bandoleros sí parecían dispuestos a enfrentarse a ellos. Y, si bien algo borrachos, era cierto que aquellos malandrines los igualaban en número y la cosa no pintaba nada fácil. Los muchachos desenvainaron sus armas y, como por acuerdo, cada uno de ellos escogió a un blanco para poder cubrirse unos a los otros. Cassandra realizó una finta con su arma empuñada, atacando al que rápidamente se había autoproclamado líder de los bandidos. Por su parte, Heylel, con un aethes consiguió que los hombres se cubrieran un instante, tratando de protegerse, de forma que el florete de Cassandra punzó fácilmente el hombro de su oponente flamma, que soltó un quejido de dolor al grito de "Furcia", dando un paso atrás de ponerse a cubierto. El arma de Cassandra mantuvo su posición amenazante, ahora con la punta teñida de sangre. Alehyss y Lyam optaron por simplemente esperar, pero pronto se les acabó la tranquilidad cuando dos de sus adversarios se lanzaron sobre ellos. Eran un parvus y un chrysos. El pequeño se lanzó hacia Alehyss con su espada en mano, lanzando un agudo grito de guerra y un tajo diagonal hacia su abdomen, mientras que el segundo, un chrysos flacucho y lánguido, portaba un arma oxidada con la que se acercaba al peliazul mientras sonreía algo macabro. Un cuarto hombre, un piscis fornido, avanzó hacia el claritas, Cero, y lanzó un ataque punzante hacia su abdomen con fuerza. No parecía muy rápido, sin embargo seguro que una sola estocada bastaría para que el muchacho tuviera dificultades para seguir luchando. El quinto de los hombres, un claritas delgado y algo más mayor que el resto, se mantuvo en la retaguardia, dejando a sus compañeros atacar mientras observaba el combate apaciblemente. Mientras todo esto ocurría, el tabernero, cuando logró volver en sí tras el shock inicial, abandonó la barra haciendo caso a las palabras de Heylel. Subío un par de escaleras, pero pronto tropezó, debido a los nervios, cayendo de nuevo al piso. Sudoroso y atemorizado miró hacia las escaleras. Vio entonces una figura alta y sinuosa descendiendo por ellas. Pronto el cuerpo de la dama fue visible para todos aquellos que estaban en la posada. Voluptuosa y sensual, una caeruleus se plantó en el lugar ataviada con insinuantes ropajes. No parecía vieja, aunque tampoco joven, no obstante a cualquiera que la mirase le hubiera sido casi imposible aproximar su edad. Al plantarse en la taberna del lugar, sonrió ampliamente. - He escuchado tal griterío que no he podido evitar bajar para ver qué pasaba. ¿Y qué me encuentro? ¿A qué viene tal escándalo? No dejáis dormir a una. | |
| | | Cassandra
Edad : 36 Mensajes : 323
| Tema: Re: El contacto. Jue Feb 02, 2012 2:45 pm | |
| Cassandra se batía en duelo con el flamma. Sus aceros chocaban con furia. En ese momento no existía en el mundo nada más para Bocanegra que ella, Korvas y su rival.
Era bueno. Tanto que hubo momentos que la propia capitana fruncía el ceño debido a que no le era demasiado fácil probar su carne y eso le desesperaba un poco, pero no ello iba a perder los papeles. Cuanto más fuerte es el enemigo, más fuerte la Capitana de volvía. Un deseo de superación ardía en su corazón cada vez que se enfrentaba a cualquier enemigo, sobre todo si era hombre. Como su padre.
Pero la voz del aether la sorprendió y obedeció a su orden, (no sin reparos, puesto que a la Capitana nadie le da órdenes) subiéndose a una silla para luego hacerlo a una mesa y evitar el hechizo del alado.
El golpe mágico de Heylel le dio de lleno a todos ellos, que se cubrieron los rostros y el cuerpo con sus extremidades para protegerse tanto del hechizo como de los vasos que volaron por el aire, impulsados por el hechizo para luego estallar contra la pared del fondo.
Cassandra aprovechó esta situación para descender de la mesa de un salto y estocar a su rival en el hombro. Podría haberle matado si hubiese clavado quince centímetros más a su izquierda, ya que le habría acertado en la aorta, pero este combate le estaba divirtiendo demasiado como para terminarlo tan pronto. Hacía mucho tiempo que no destrozaba una taberna y se sentía bien haciéndolo, recordando los viejos tiempos con sus compañeros de piratería. Además, ese cabrón no se merecía morir tan rápido. A la capitana le gustaba ver suplicar a los hombres.
Cuando la palabra "furcia" salió de la boca del flamma, Bocanegra habló. -Gracias- dijo alzando su mano libre hacia atrás y tendiéndola en alto, como los tiradores de esgrima cuando esperan el movimiento contrario.
Korvas al fin había probado el sabor de aquel tipo y moría de ganas por continuar.
-Venga.-dijo despojándose de su sombrero para estar mas cómoda y tirándolo al suelo.- las damas primero- dijo haciéndo referencia al flamma, sabiendo que aquel pique desencadenaría su ira, haciendo quizás que perdiese los nervios y dejase algún flanco sin cubrir, momento que ella aprovecharía para volver a tocar sus entrañas con gusto y ansia y dejarlo, definitivamente, sin vida.
Le pareció muy extraño que uno de ellos, más mayor, se quedase inmóvil, sin hacer nada viendo como sus supuestos amigos luchaban contra nosotros. Justo cuando la piscis iba a conjurar un Aquaerum para hundirlo en su morena cara, unos pasos, sonoros y femeninos hicieron que la espada de Cassandra cesase unos instantes para verla.
Recogió su sombrero del suelo, pasó por encima de una silla tumbada y se acercó un poco a ella, para analizarla. Era una caeruleus.
La piscis respondió a sus preguntas. - Te has encontrado con una patrulla proveniente de uno de los nueve Palacios Ancestro. Venimos de Brontë.- En este caso, Bocanegra habló con sinceridad, pues no era un sucio guerrero, sino una mujer; además, no parecía armada o algo por el estilo. La Capitana no debía temer entonces. No le dijo que estaban buscando a un contacto. Simplemente se dio la vuelta y psicoanalizó a los presentes... el viejo con las chicas... aquel hombre silencioso y misterioso... y luego estaba aquella mujer extravagante y extraña.
Se dio la vuelta y escupió en el suelo, dándole una patada a un quinqué de aceite que estaba tumbado en el suelo tras la batalla, extendiendo un montón de aceite por el suelo. Estaba enfadada. Bufó y se dirigió a Alehyss, con el fin de que ella respondiese inteligentemente, ya que no se esperaba nada racional del resto del grupo, ya que eran varones.
-¿A quien nos llevamos?- dijo echando mano de un pañuelo y de unas sogas que encontró en medio de aquel desastre.- ¿al viejo? ¿al mudo? ¿a la tía esta?- su objetivo era capturar lo que habían venido a buscar y, si era posible, saquear un poco el local y prenderle fuego. Un pirata que se precie no deja huellas en el escenario del crimen.
De nuevo, volvió a atarse con fuerza la pesadísima gabardina que portaba, ya que ante tanto movimiento, se le había aflojado un poco y no podía permitir que las siglas "A. D." que brillaban en su abdomen la dejasen en ridículo. Tenía ganas de irse.
-¡Venga! decidíos. Sino, nos llevamos a los tres y punto en boca.- dijo algo enfadada. No le gustaban las situaciones que no podía controlar y, ahora, con tantas variables en escena, la capitana se estaba perdiendo un poco.
Esperó la respuesta de sus compañeros para dirigirse de nuevo al tabernero cogiéndolo por el cuello, entornó los ojos y escupiendo sus palabras con furia.- ¿Estas seguro de que no hay nadie más aquí hospedado? esta mujer era la única que estaba arriba?- dijo con tal fuerza que parecía que sus palabras iban a devorarlo.
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| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El contacto. Dom Feb 05, 2012 2:33 am | |
| En un segundo todo parece revolucionarse. Cassandra lucha con el hombre fornido, Alehyss entra en combate, Cero se ve sorprendido por optro de los hombres e incluso Lyam debe enfrentar un adversario. Por suerte mi hechizo había conseguido dar la ventaja a algunos de mis compañeros, pero ahora permanezco en la retaguardia con las tonfas en posición defensiva, atento a los posibles enemigos. A pesar de que nuestros grupos tienen el mismo número de integrantes a mí me falta un adeversacio.
Me fijo entre el jaleo y veo a un hombre mayor sin demasiadas ganas de ponerse a luchar lo que me desconcierta un poco, pues no sé bien cómo actuar. Me quedo espectante por si puedo ayudar a algún otro de mis compañeros o si el hombre cano decide cambiar de opinión.
Entonces una despampanante mujer baja las escaleras y habla al cúmulo de gente. Me es imposible no mirarla fijamente durante unos segundos. Es una mujer muy hermosa y con algo extraño a su alrededor, algo que no consigo descifrar bien. Su forma de hablar casi parece característica de la sobrevia de su raza, pero su tranquilidad llega a preocuparme.
Me acuerdo de Gabrielle y pienso en lo afortunado que soy por tenerla. Quizá si fuese uno de esos chicos de mi edad como Rick Dehnel habría caído en el encanto de una mujer con un aspecto tan salvaje y convincente.
Espabilo ante las palabras de Cassandra y vuelvo a ponerme en guardia mientras la escucho. Me acerco a la mujer con pasos quedos pero mis armas bajas para no parecer falto de educación. Hago una reverencia con las alas y la miro. Poco, la verdad, es difícil mirarla a los ojos.
-Discúlpenos si le hemos molestado. Simplemente venimos en busca de alguien. En cuanto demos con quien venimos a buscar nos iremos sin causar más estragos -.Digo con calma y mucha educación. Me pregunto si se trata de alguna mujer de alta clase o élite de Caligo. Siento ese respeto e imponencia. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El contacto. Dom Feb 05, 2012 6:03 pm | |
| Parece que las cosas ya no tienen marcha atrás, pero llevo demasiado tiempo dilatándolo y, ciertamente, parece que no hay nada que posponer. Ya estoy armada. Mi adversario parece ser un pequeño parvus que se lanza contra mí con ímpetu. Puede que sea muy estúpido, pues atacando de esa forma deja muchos flancos abiertos, pero también puede que sea muy seguro. Mientras lo veo venir, se me pasan por la cabeza al mismo tiempo toda clase de ofensivas, defensas y contraataques posibles.
Esquivarlo con un ágil salto o algo por el estilo no es una opción. Hay demasiados enemigos y en el aire es muy complejo cambiar la trayectoria del cuerpo, por lo que no debo despegar los pies de la tierra si no es absolutamente necesario. Además, su pequeño tamaño hace que agacharse tampoco sea una posibilidad muy agradable. Ponerme a su altura no me ayudaría a esquivar, sino más bien al contrario. Entonces solo me queda esquivar hacia los lados.
Veo el golpe diagonal dirigirse hacia mi abdomen. Calculando la longitud de su brazo y la de su arma y retrocedo un calculado paso cuando veo cómo la espada desciende hacia mí. Luego, sin perder un segundo, me impulso hacia su derecha para quedar fuera del alcance de su arma. Finalmente, en un tercer y preciso movimiento, me impulso hacia delante con la pierna derecha, plegando la izquierda con intención de dar con mi rodilla en su cara.
Mi combate se basta en lo siguiente: analizar y utilizar movimientos lo más precisos y calculados posibles con el fin de ahorrar tiempo, espacio y acciones innecesarias. De esta forma, con tres únicos impulsos, debería esquivarlo y golpearlo limpiamente. De todas formas, mantengo mi arma bien aferrada a fin de lanzar una ofensiva mayor en caso de que responda a tiempo.
Justo entonces una mujer baja las escaleras. Retrocedo rápidamente para poder observarla sin estar cerca de los oponentes. Es caeruleus y se mantiene serena pese a la situación en la que estamos. Además viste de una forma bastante extraña teniendo en cuenta que estamos en una posada de los caminos llena de maleantes.
Miro a Cassandra de reojo.
- Me parece que el viejo de la esquina es el menos probable, pero no quisiera dejarlo aquí y que luego fuese él. Quizás lo mejor sea zanjar el asunto con estos tipos -siseo dirigiéndome hacia los cinco bandoleros- y no dejar que nadie abandone este lugar. Ya luego nos encargaremos de descartar.
Frunzo el ceño, observando el panorama. Queda una opción. ¿Y si uno de los bandidos es el contacto? Gruño para mis adentros. ¿Por qué hay que complicar tanto las cosas?
- ¿Y si es uno de ellos? -cuestiono a mis compañeros, señalando a los hombres con la cabeza. | |
| | | Cero
Edad : 31 Mensajes : 90
| Tema: Re: El contacto. Dom Feb 05, 2012 11:23 pm | |
| Un jaleo empezó a inundar la posada de repente. El ruido brotaba de todos lados, hechizos por allí, sablazos por allá. El ambiente se notaba mucho más pesado (entre el griterío y el movimiento). Entonces observé las acciones y pasos de muchos de mis compañeros, pero cuando me quise dar cuenta, un hombre grande se acercaba hacia mí con una espada (o lo que fuese que se parecía) directa a mi... ¿estómago? Lo primero que hice entonces fue tratar de apartarme hacia la derecha a la vez que retrocedía, y seguidamente con mi mano izquierda lanzarle un Clair ëm yäk.
- No sé si te das cuenta de que esa espada está afilada... puede matarme - comenté ligeramente molesto, ni si quiera me había dicho cómo se llamaba y ya sentía ganas de atravesarme con su arma de... metal, creo.
Si consiguiese esquivar su ataque, y acanzarle con el mío, me limitaría a escaparme un poco de él, colocándome detrás de algún obstáculo como podría ser una mesa o una silla.
Una mujer tetona bajó algo molesta a recibirnos, sus tetas eran muy grandes. ¿Acaso lo que estábamos buscando se encontraba entre ellas? Un mundo paralelo, un rubí de Ignis...
| |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El contacto. Vie Feb 10, 2012 6:34 pm | |
| En cuestión de segundos, la situación en la posada se revolucionó. Los miembros del grupo encontraron un adversario entre los hombres que anteriormente habían estado jugando a las cartas. Bocanegra continuaba su batalla contra el flamma, Alehyss entró en combate enfrentandose a un parvus y Cero vio cómo un piscis le lanzaba una ofensiva. El chrysos, por su parte, observó como otro chrysos se le acercaba. Este portaba un arma oxidada, y avanzaba hacia él con una sonrisa macabra pintarrajeada en la cara. Lyam se limitó a observarlo, esperando a que avanzase. No estaba en su estilo eso de lanzarse a atacar. Prefería que su adversario se acercase. Así pues, esperó. Si su adversario decidía atacarle, intentaría esquivar la ofensiva (o defenderse).
No apartó su vista del rival hasta que una voz femenina le hizo desviar la mirada. Una caeruleus acababa de bajar las escaleras para dirigirse al grupo. El chrysos parpadeó un par de veces y la observó fijamente durante unos segundos. Estaba convencido de que su adversario (y los demás miembros de la posada) también se había detenido a mirarla, así que no se maldijo por haberse "descuidado" del combate. Al escuchar las palabras de Heylel, desvió la mirada y miró a su compañero, que había decidido responder a las palabras de la caeruleus.
Tragó saliva y observó a la mujer.
—Pese al jaleo que "hemos" montado, nosotros sólo queremos... Mejor dicho, vinimos a buscar a alguien. Como dice mi compañero, en cuanto encontremos a ese alguien —Miró a Bocanegra de reojo y frunció ligeramente el ceño— nos marcharemos y dejaremos de causar escándalos.
Clavó sus ojos en los hombres con los que se estaban enfrentando, centrándose, de nuevo, en su adversario.
Fdr. cutre post is cutre. pero tengo que irrme xDU | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El contacto. Sáb Feb 11, 2012 5:21 pm | |
| El oponente de Cassandra había sido herido en el hombro por la piscis y, tras retroceder un poco para medir la importancia de la herida, la observó con furia. La joven hizo además un comentario que pretendía lanzarlo al ataque, pero el flamma, como casi todos los que en la posada se hallaban, pronto pasó la atención del combate a la mujer caeruleus que acababa de bajar las escaleras.
Alehyss, valiéndose de su capacidad analítica, realizó en pocos movimientos una finta que le sirvió para esquivar el tajo que pretendía desparramar sus tripas por el suelo e impulsarse hacia el parvus que la enfrentaba. Este, que acababa de realizar un ataque, se vio sorprendido por la agilidad y velocidad de la muchacha y, aunque retrocedió un paso con intención de evitarla, recibió el rodillazo en la cara que ella le lanzó. Al sumarse su movimiento de retroceso al propio golpe de la chrysos el parvus perdió el equilibrio y cayó de espaldas, llevándose a la ahora sangrante nariz la mano libre. El golpe había sido doloroso, pero solo lo había aturdido y pronto estaría en pie de nuevo.
Cero logró evitar con facilidad el ataque de su oponente, pues aunque tenía pinta de ser muy fuerte, no era demasiado veloz. Tras haberse librado de una dolorosa punción Cero lanzó un hechizo al hobre. El corpulento bandido, incapaz de evitarlo, se cubrió con uno de sus enormes brazos recibiendo el impacto sin demasiados problemas. Tras esto, miró al mago desafiante, sonriendo burlón.
Lyam simplemente observó a su oponente avanzar, analizándolo antes de hacer nada, preparado para cualquier tipo de acción por parte de este. Entonces el quinto hombre, el que simplemente había observado el combate inmóvil desde la retaguardia desde su comienzo, alzó un brazo e invocó un Clair ëm yäk apuntando a Lyam. El bandido de la espada oxidada simplemente se volvió hacia la mujer de las escaleras, ignorando a los guerreros.
El tabernero, tembloroso, respondió a las preguntas que le hacían.
- Hay un par de personas más arriba -tartamudeó-. Dos niños pequeños y sus padres. Llegaron ayer y... Estarán durmiendo, señora -balbuceó a Bocanegra.
A su vez, el anciano de la esquina estaba cada vez más cerca de las mujeres que lo acompañaban, como refugiándose en ellas, tembloroso. El tipo solitario seguía callado y calmado, simplemente mirándolos.
La dama de las escaleras simplemente miraba la escena divertida.
- Hablas de llevarnos a todos como si fueramos objetos inertes, jovencita -dijo a Cassandra-. Me pregunto cómo planeas sacarnos de aquí contra nuestra voluntad.
Lentamente, con deleite, terminó de bajar las escaleras que le faltaban y, sonriente, examinó a los guerreros uno por uno. Dedicó una mirada de reojo a Alehyss.
- O retenernos... ¿Cómo me retendréis? ¿Por la fuerza, quizás?
La caeruleus soló una risa suave y arrogante que no se preocupó en ocultar. Sin embargo las últimas palabras que pronunció las dijo recuperando un porte serio y casi agresivo, siseante, como si los amenazase.
- De hecho, yo me preocuparía más por todos vosotros que por cómo sacar rehenes de este lugar. | |
| | | Cero
Edad : 31 Mensajes : 90
| Tema: Re: El contacto. Sáb Feb 11, 2012 10:29 pm | |
| Logré esquivar el ataque del hombre que tenía en frente, pero desgraciadamente el también logró detener con sus brazos mi hechizo, ¿acaso mi poder no era suficiente para atravesar la barrera que suponen unos brazos? Esperé a ver si al pasar diez segundos inquietantes de repente se convertía en polvo, o sus ojos se volvían en blanco (como suele pasar en muchas novelas de guerreros).
Antes de poder hacer nada contra mi "rival", la mujer que estaba bajando las escaleras, la de los senos protuberantes, llegó al último escalón y, posteriormente al suelo. Parecía muy seria y relajada, ¿acaso no se percataba de lo que podíamos hacer? Al parecer, por sus palabras estaba muy segura de sí misma.
Volví a mirar al hombre que se encontraba en frente mía, no podía permitir que me volviese a atacar, o al menos que me hiciese daño, el dolor dolía mucho.
- ¡Clair ëm yäk! - Conjuré por segunda vez, aunque ahora el ataque se dirigiría hacia su entrepierna, a ver que pensaba de todo esto. ¡La vida no es un juego! | |
| | | Cassandra
Edad : 36 Mensajes : 323
| Tema: Re: El contacto. Dom Feb 12, 2012 11:43 pm | |
| Los dieciseis vieron como la mujer descendía lentamente por las escaleras, por lo que la batalla cesó unos instantes.
El tabernero habla a la Capitana, la cual aspira aire mientras se frota la nariz. Dudaba que fueran esas personas, pero bueno, nunca se sabe.- Hazles bajar. Trae a los niños también- La Capitana dudaba que fueran esas personas, pero debía tener todas las cartas encima de la mesa para evitar errar la misión.
Ella vio de reojo al hombre que tenía agarradas a las mujeres como escudo y le dio asco. Aunque casi le dio más asco verlas a ellas, siendo manoseadas sin oponer resistencia, como putas que eran, denigrando la condición de las mujeres hasta tal extremo que parecía que el hombre agarraba a dos genitales femeninos en lugar de dos personas.
A Cassandra le enfurecía más el hecho que ellas se dejasen domar de que ellos las domasen (aunque ambas cosas le ponían de muy mal carácter) pero se centró en las palabras de la caeruleus y cogió una botella llena de licor y escuchó sus palabras mientras la lanzaba al aire unos centímetros haciéndola botar en la palma de su mano, viendo como el licor se movía dentro de su cristalina jaula.
"Me pregunto cómo planeas sacarnos de aquí contra nuestra voluntad."
Al oír esas palabras, la Capitana frunció el ceño. Nadie la retaba sin motivo y, con un rápido movimiento, prácticamente repentino, lanzó la botella contra una de las "señoritas de compañía" que se dejaban manosear por aquel baboso a la cara, esperando a oír el grito de dolor desgarrado de la joven a la que la botella fue dirigida con toda su furia contenida.
Torció la cabeza y alzó las cejas, poniendo una cara de niña buena, dejando ver sus blancos dientes debajo de su capa de tinta que le recubría la parte sur de su rostro curtido rostro.
-Asi, o sino también puedo prenderle fuego a este garito y haceros salir de todas todas...- dijo valiente.- eso o que una de tus extremidades sucumba ante mi acero- comentó aguerrida
La mujer de largos cabellos comenzó a descender por las escaleras, a lo que Bocanegra respondió apuntándola con Korvas a la altura de su bombeante órgano sin llegar a tocarla.
-Y tu deberías preocuparte por que no te parta esa cara de zorra que tienes.- dijo entornando los ojos.
La cosa se ponía muy muy seria para los jóvenes guerreros. Quizás si el resto del grupo se mostrase más valiente y decidido, podrían lograr amedrentar a la gente y conseguir su objetivo, pero si únicamente un de ellos se mostraba confiado y con ganas de llevar con éxito la misión de un modo rápido, no les iban a tomar en serio y podrían incluso fracasar su misión.
Bocanegra chasqueó la lengua al pensar que eso podría ocurrir... si su tripulación hubiese estado con ella... con que solo Gaspar lo hubiese estado... ya se habría acabado el problema.
Mierda.
Pero no, tenía a una panda de inútiles que se desesperaban por intentar establecer diálogo con gente que no sabe ni siquiera el significado de esa palabra.
Por todo ello, Bocanegra echó un rápido vistazo hacia atrás e hizo un ademán con la cabeza al grupo de compañeros. eran guerreros, ellos borrachos. Tenían que empezar a quitarse mierda de encima o la densidad de enemigos sería demasiada.
-Venga, terminad con ellos. dijo haciendo referencia a los cinco hombres con los que habíamos comenzado a luchar. Deberían ser capaces de acabar con ellos.
A continuación, la Capitana se ajustó los senos con una mano y, a continuación, con un rápido movimiento de muñeca, hizo que Korvas intentase probar la sangre de la mujer a la que desafiaba ahora.
-Si eres tu la persona que hemos venido a buscar, haz el favor de no complicar las cosas y acompañarnos, sino, te juro por mi santa madre que le prendo fuego a este montón de madera podrida y calcino a todo hombre, mujer y niños que queden. ¿Me oyes? -dijo la pelirroja, casi gritando las dos últimas palabras, con una pincelada de odio, ira y frustración porque esto se estaba alargando más de lo que ella quería.
| |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El contacto. Lun Feb 13, 2012 12:07 am | |
| Veo luchas a mis compañeros y me siento realmente inútil. No sé qué ahcer. Presto atención al bandido cano inmóvil, hombre mayor con las chicas, al hombre sentado, a la mujer despampanante, a cada uno de mis compañeros y a sus adeversarios, al tabernero... Voy a marearme.
Aprieto las tonfas algo confundido. Si ahora me meto en medio de la pelea solo voy a estorbar aun más.
Me fijo en como los ataques de los chicos dan resultado en mayor o menos medida y eso me ayuda a relajarme un poco. Casi nada. Al menos no están siendo heridos por el momento. Entonces el hombre cano ataca a Lyam cuando parece que sus compañeros prestan atención a la mujer. Estoy más adelantado que el chrysos así que actúo con rapidez para interceptar el hechizo claritas. Llamarle solo ralentizaría su reacción para esquivar el conjuro.
-¡Aethes! -Grito, lanzando el conjuro hacia mi izquierda de forma que traza una perpenduicular con la trayectoria del Clair ëm yäk con la finalidad de deshacerlo restarle fuerza al menos.
Entonces todo parece calmarse un tanto cuando la mujer baja completamente las escaleras y empieza a hablar. Incluso nuestros enemigos parecen prestarle atención.
La mujer pregunta, divertida, cómo pensamos llevar a cabo nuestro cometido y en cuanto escucho responder a Cassandra tengo que moderme la lengua para no pedirle que sea más respetuosa. Decido hablar ya que se me da mejor parlamentar que montar discordia o luchar.
-Sea como sea, el cometido es demasiado importante, mi señora. Solo podemos pedirle que no trate de complicarlo confundiéndonos -.Digo, titubeante, tratando de no perderme demasiado mirando a la mujer. Me recorre cierto miedo al hablar con ella directamente pero no sé si miedo a algún tipo de represalia o a la pérdida de un respeto o estimación por su parte. Respeto o estimación imaginarios que por alguna razón asumo subconscientemente.
Me recorre un escalofrío con su risa y sus siguientes palabras y no puedo evitar recordar la guerra de Ventus y al General Darvenwish para luego pensar en sus contínuas reafirmaciones e intereses en mi mujer así como en los repetidos ultimatums que acostumbra a dar en cada despedida. No me gusta este punto, quiero acabar en seguida y volver a Brontë. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El contacto. Miér Feb 15, 2012 11:41 am | |
| Una leve sonrisa asoma a mis labios, quizás algo arrogantemente, cuando mi rodilla golpea la nariz del parvus y lo hace caer de espaldas. Al parecer, mis cálculos han sido correctos. Al verlo tendido en el suelo pienso en lanzarme de nuevo contra él, pero lo veo innecesario, por lo que simplemente recupero una posición más erguida y alerta, pero no le ataco.
Puedo percibir por el rabillo del ojo como el hombre que hasta ese momento se encontraba inmóvil lanza un hechizo contra Lyam y mis músculos se tensan un poco mientras mi cuerpo se prepara para reaccinar, pero veo a Heylel ser más rápido y lo dejo estar. Dudo seriamente que el chysos sea tan fácil de alcanzar, y, en caso de serlo...
Pronto la intensidad del combate parece disminuír a raíz de las palabras de la voluptuosa caeruleus. Su apariencia, su seguridad, sus palabras... Todo ello dice a gritos que no siente inseguridad alguna, y eso me da que desconfiar. Hay pocas cosas que hacen a uno sentirse seguro en una situación así: la estupidez, el poder, la arrogancia y el conocer algo que los demás desconocen, y no parece ser precisamente estupidez lo que en ella reside. Frunzo el ceño.
La mirada que me dedica, y sus palabras, son desafiantes, pero mantengo la vista clavada en sus ojos, sin olvidar que hay gente a nuestro alrededor que puede atacarnos en cualquier momento.
Entonces habla Bocanegra y me pongo un poco tensa. Espero a que acabe, aferrando con fuerza la empuñadura de la hoz de mi kusarigama, en posición ofensiva. Entonces la miro de reojo.
- Acabaré con todo aquel que se interponga en la misión porque así me lo han mandado -murmuro. Gruño. Noto la sangre hervir-. Por mí, puedes arrasar con edificios, derrotar bandidos, mutilar, tomar rehenes o tu puta madre. Pero quiero que sepas que no acepto órdenes tuyas.
La miro intensamente unos segundos. Nuestras formas de actuar son muy distintas, y ahora estamos aplicando la suya porque ser discretos ya no es una acción. No puedo marcharme. Ni lo haría de poder hacerlo. Pero algo me impide quedarme callada llegado este punto.
Dedico una fría mirada a los bandidos.
- Ahora... Los que quieran que de recuerdos a sus madres después de acabar con ellos que me den sus nombres y vayan viniendo -siseo-, pero sin destrozar mucho la posada, por favor. El dueño no tiene la culpa.
Me preparo para atacar, defenderme o lo que surja.
Me sigue poniendo nerviosa la actitud de la caeruleus. ¿Será ella? ¿O quizás tiene intenciones o conocimiento de algo de lo que debamos desconfiar? Su actitud me recuerda a alguien... | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El contacto. Jue Feb 23, 2012 3:57 am | |
| Gracias al grito del aether, el chrysos pudo percibir cómo el quinto hombre (ese que no había entrado en el combate) le lanzaba un Clair ëm yäk. Aprovechando el hechizo del aether, el chrysos se movió con rapidez, intentando desaparecer del punto de impacto del hechizo de su contrincante. En caso de conseguirlo, centraría su atención en la conversación que estaba teniendo lugar en la posada. En caso contrario, examinaría el daño que le habría producido el impacto. No buscaba pelear, así que, a no ser que le atacasen de cerca, no entraría en combate directamente; seguiría defendiéndose e intentando esquivar los golpes.
Cuando Cassandra terminó su discurso, frunció el ceño y maldijo por lo bajo. Estaba convencido de que la actitud de la piscis no traería nada más que problemas (más de los que ya había traído). Y cuando escuchó la respuesta de la chrysos puso los ojos en blanco y suspiró. Podría sonar utópico teniendo en cuenta la situación en la que estaban, pero deseaba que el combate cesase. Su aparición no había tenido sentido. Y alargarlo ahora que estaban casi todos los combatientes pendientes de la caeruleus se le antojaba en cierta forma absurdo.
—¿Sabéis? Creo que, tal vez, deberíamos calmarnos durante unos segundos... Aunque sea sólo para escuchar lo que ella — Señaló a la mujer con un gesto de la cabeza — tiene que decir. Porque, imagino, algo tendrá que decir. De lo contrario, dudo que hubiese bajado sólo para decir: ¡oh, qué ruido! Y lo digo con todo el respeto del mundo — Se apresuró a añadir, al tiempo que miraba a la mujer. Luego tragó saliva y miró a sus contrincantes —. Como ha dicho mi compañero, estamos, simplemente, buscando a alguien. No buscamos (o al menos yo no lo busco) un enfrentamiento con... Ustedes... — Desvió su vista y la clavó en el dueño de la posada —. Ni tampoco destrozar su local — Se volvió a dirigir a la caeruleus —. Sólo buscamos a esa persona. Y yo, en serio, agradecería que nos centrásemos en eso y no en peleas absurdas.
Torció una sonrisa y alzó ligeramente las cejas. Era consciente que se había cargado la imagen de grupo unido que pretendían dar, pero le dio igual. Y también era consciente de que, muy probablemente, nadie le haría caso (más bien, casi podía apostar por lo contrario). Pero eso también le dio igual. Si él tenía que aguantar los comentarios de la piscis, ella aguantaría su utópico intento de solucionar las cosas sin implicar al dueño de la posada y a los clientes de esta.
fdr. abogando por el diálogo a estas horas, lyam... | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El contacto. Jue Feb 23, 2012 6:06 pm | |
| El ataque de Cero alcanzó su objetivo, la entrepierna de su sorprendido rival, que pronto hincó la rodilla en tierra y le dirigió una blasfemia mientras su rostro reflejaba algo más que leve molestia. Al parecer aquella zona de su cuerpo no estaba, ni mucho menos, tan preparada para la batalla como el resto. Miró, entonces, al joven mago, algo más reacio a atacar que antes. El hechizo que volaba hacia Lyam fue a dar contra el suelo, en parte por el contraataque de Heylel, pero principalmente por la ágil maniobra del chrysos, que sin rasguño alguno pasó su atención a lo que pasaría a continuación. Cassandra se encaró con la mujer caeruleus, que seguía sonriendo, haciéndole ver que no le tenía miedo. Amenazó tanto con herirla a ella como con quemar el lugar, además de mandar al pobre posadero escaleras arriba. Luego animó a sus compañeros a enfrentarse al resto de bandidos antes de lanzarse ella misma contra la mujer de las escaleras. Alehyss se enfrentó verbalmente a Cassandra, creando más inestabilidad en el grupo y frustrando más a Lyam su compañero, que procuraba mantener un poco el orden, que ya parecía haberse esfumado del lugar por completo. Sin embargo, pese a la oposición de la joven a seguir las órdenes de Bocanegra, pronto la chrysos estaba armada y provocativa, invitando a aquellos cinco hombres a batirse con ella si fuera necesario. Tres de ellos, el ya abatido parvus, el chrysos que había atacado a Lyam y el mago cláritas de la retaguardia hicieron caso a su invitación. Los dos primeros se lanzaron contra ella, cada uno por un lado, soltando un grito de guerra mientras se preparaban para atacar diagonalmente desde ambas direcciones. El tercero invocó un hechizo directo al centro, a su cabeza. Esta maniobra hubiera sido casi inevitable de no sér por la dama caeruleus que miraba la escena. Desde su llegada, la mujer había mantenido un porte altivo y una sonrisa relajada, pero tras las palabras de Cassandra las comisuras de sus labios bajaron un poco. Cuando el tabernero corría a cumplir su cometido, escaleras arriba, la mujer se interpuso entre él y las escaleras. - No te muevas -dijo fríamente. Alzó entonces sus ojos hacia los guerreros y elevó una mano hacia Alehyss. Pronunció una frase que nadie pudo escuchar bien por lo bajo y una especie de energía comenzó a notarse en el ambiente. Como si un muro invisible hubiera surgido, algo viajó de su palma hasta la joven, levantando polvo y aire a su alrededor, y tanto la chrysos como sus atacantes salieron despedidos. Alehyss voló hacia atrás y se golpeó contra la pared, resbalando hasta el suelo y dejando caer su arma. Su primera reacción fue toser algo de sangre, salida probablemente de una herida producida en su boca debido al golpe. Aunque el impacto había sido notable, seguía de una pieza. No podía decir lo mismo el chrysos, que al caer se había clavado su espada oxidada en el abdomen y ahora sangraba en abundancia, semiinconsciente. El parvus había dado con sus huesos en una esquina, quedando su arma a medio camino, y pugnaba por levantarse como podía. El flamma que había sido oponente de Cassandra corrió hacia su compañero chrysos herido, con aspecto de preocupación en el rostro. - Repetiré gustosa mi pregunta, señorita -dijo la caeruleus mirando a Cassandra-. ¿Cómo planeas sacarme de aquí por la fuerza?Se retiró un pálido mechón y su sonrisa regresó. - No obstante, agradece que estos dos muchachos -comentó señalando a Lyam y Heylel - tienen una cabeza bien amueblada. Están hechos unos galanes, y me gustan los hombres jóvenes.Sus tacones resonaron en el suelo mientras se acercaba al grupo. Se paseó delante de Heylel, tomando su mentón entre las manos. - Si me complaces... Caminó entonces hasta Lyam y sonrió, mirándolo como haría un depredador. - O tú...Les dió entonces la espalda. - Complacedme y os acompañaré, porque... - los miró de reojo mientras sonreía y se sentaba en una de las únicas sillas que quedaban en pie de la mesa que habían ocupado los bandolero -. Yo soy la persona a la que buscáis. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El contacto. Sáb Feb 25, 2012 2:32 pm | |
| Por suerte Lyam consigue es quieva el ataque con lo que suspiro aliviado, pero cuando vuelvo a ver tres hombres atacan a Alehyss. No me da tiempo a reaccionar ya que, de pronto, los cuatro salen disparados debido a una especie de conjuro que no sé bien de donde procede. Tras escuchar las siseantes palabras miro a la mujer y me entra un escalofrío.
Miro con los ojos bastante abiertos por la preocupación como Alehyss se golpea contra la pared para luego caer pero, al ver que todavía se mueve me pongo a buscar con la mirada de donde ha venido aquello.
Me fijo en que la mujer de las escaleras se mueve con el gesto algo cambiado y comienza a hablar de nuevo. Trato de no retroceder a su paso pero creo que estoy sudando. No quiero ponerme tan nervioso, pero este tipo de personas poderosas y... así consiguen causarme una intranquilidad demasiado alta. Supongo que por la costumbre... Por un momento siento un pinchazo en el ala.
Entonces la dama se dirije a Lyam y a mí ya que hemos sido los que hemos tratado de calmar los ánimos. Aunque sus palabras no son demasiado tranquilizadoras.
Camina con elegancia y tranquilidad delante de mí y trato de mirar y no mirar, prestando atención sin querer fijarme mucho en ella. Entonces se acerca y veo como trata de agarrarme con lo que inicialmente me echo un poco y hacia atrás con gesto sorprendido. Acto eguido recuerdo que es mejor no provocarla con lo que me mantengo en el sitio. En instante justo antes de que rodée mi cara con sus manos me genera sentimientos realmente encontrados. No quiero que me toque así pero algo dentro de mí agradece que lo haya hecho como si fuese una especie de privilegio. Tonterías, son tonterías... Por mucho que sus enormes ojos parezcan fijarme con una mirada absorbente debo centrarme en la dulce mriada de Gabrielle y en lo bien que ella habría sabido no parecer asustada frente a tal persona.
Cuando pronunció aquellas palabras me quedé inmóvil esperando a que se alejase y cuando se dirigió a Lyam como segunda opción le dediqué una mirada de reojo pidiendo en silencio que se adelantase de inmediato y me dejase al margen.
Levanto la vista cuando la mujer dice que nos acompañará y el temor e intranquilidad que me llevan rodeando desde que bajó las escaleras se cumplen cuando dice que es la persona que buscamos.
La respiración se me corta unos segundos y me quedo en silenci con gesto sorprendido. Miro a Lyam, incrédulo y luego trato de relajarme y tomar aire para mirar nuevamente a la mujer ahora sentada.
-¿En qué deberíamos complacerla para tener el honor de que nos acompañe? -Pregunto con la voz algo menos determinante de lo que esperaba. Pero debemos mostrar humildad y engrandecerla, esta mujer es ese tipo de persona y así no habrá problemas.
| |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El contacto. Dom Feb 26, 2012 11:06 pm | |
| Por el rabillo de ojo pudo ver cómo tres de los cinco hombres contra los que estaban luchando respondían a la provocación de la chrysos. Iba a acercarse a ayudarla, pero, antes de que pudiese reaccionar, los cuatro salieron despedidos como consecuencia de un conjuro. Con los ojos ligeramente desorbitados, y con los labios entreabiertos, el chrysos observó cómo su compañera se golpeaba contra la pared para posteriormente caer al suelo.
Ignorando al resto de sus compañeros, y a los demás miembros de la posada, Lyam se acercó a Alehyss, con la preocupación pintarrajeada en la cara. Cuando estuvo a unos escasos metros de ella, se acuclilló y la miró.
—¿Estás...? ¿Estás bien...? — susurró, con los ojos clavados en los de la chrysos —. A ver... ¿Te duele algo...? ¿Puedes levantarte...? O... — Chasqueó la lengua. Suspiró. Volvió a mirarla —. ¿Estás bien...?
No apartó sus ojos de la joven hasta que escuchó el resonar de los tacones de la mujer. Sin alejarse de Alehyss, el chrysos miró de reojo a la mujer, que hablaba con Heylel. Cuando se dirigió a él, frunció el ceño, y cuando dijo que ella era la persona a la que buscaban, alzó ambas cejas. Tras compartir una corta mirada con su compañero aether, se puso en pie. Observó a la chrysos y le tendió una mano. Luego se dirigió a la mujer.
—Como dice mi compañero, ¿en qué deberíamos complacerla para que nos honre acompañándonos? — dijo. Esbozó una pequeña sonrisa —. Como ya hemos mencionado, sólo queremos que usted nos acompañe, así que... — Se encogió de hombros y ensanchó la sonrisa —. Dígame qué tengo que hacer para que nos acompañe.
FdR. post cutre ;O; Y no tiene brillitos ;OOOOOOOOO; (XDDDDDDDDD)
(se nota que el amor me mueve u.u) | |
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