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 Ciudad del Cristal.

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Blues
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Blues


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MensajeTema: Ciudad del Cristal.   Ciudad del Cristal. EmptyDom Jul 01, 2012 2:21 am

Se trata de la capital superficial de Hummus y su nombre deriva del resplandor que generan las piedras de diferentes colores que forman las fachadas y las casas al ser bañadas por el sol de la mañana. Está comunicada con la ciudad Subterránea y ocupa gran parte del territorio de Hummus, subdividiéndose en polis una vez se llega a la periferia. El comercio es activo y suele estar lleno de comerciantes. Sin embargo los turistas no son demasiado bien acogidos entre los territorios de Hummus con lo que pocos llegan a curiosear las obras de arte que tienen por construcciones.
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Narrador

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MensajeTema: Re: Ciudad del Cristal.   Ciudad del Cristal. EmptyDom Mar 02, 2014 8:19 pm

LA AGONÍA DE MITHOS

La tierra llevaba tiempo vibrando, trayendo con aquellos ligeros temblores malos augurios a todos los que habitaban en ella. Los animales, intranquilos, bajaban de las montañas para resguardarse lejos de los picos, alertando aquellas migraciones a muchas de las poblaciones que habitaban en sus laderas y cumbres.

Los primeros terremotos no supusieron ningún problema para los parvus, cuyas ciudades y pueblos estaban preparados para soportar mucho más que aquello. Sin embargo, llamaba la atención la insistencia de los mismos, así como el perímetro que alcanzaban, haciendo que pareciese que no había un solo rincón del continente a salvo de las vibraciones.

Los primeros sucesos verdaderamente aterradores fueron los cadáveres de aether que se encontraron desperdigados bajo las islas flotantes que hicieron elevar a los parvus las vistas al cielo. Aunque pronto tuvieron más de qué preocuparse, pues los temblores, cada vez más fuertes, comenzaron a afectar a las zonas menos preparadas, destruyendo pueblos e infraestructuras. Pronto les siguieron los derrumbamientos, que arrasaron poblados, y sellaron las rutas a las zonas montañosas, dejando al más cerrado de los continentes prácticamente inaccesible.

Con la intensificación de los temblores, varias de las galerías se derrumbaron, tragándose trozos de ciudades. La tierra se agrietaba y rugía, el agua de las intensas lluvias penetraba inundando ciudades subterráneas, las montañas más altas parecían temblar y balancearse, amenazando con dividir las cordilleras.

Cuando los primeros trozos de Ventus cayeron sobre ellos ya no hubo duda alguna para los parvus de que el mundo se rompía. Asediados por avalanchas llegadas de los cielos, como castigo divino, la raza de la Tierra buscó cobijo bajo ella durante la crisis. Quizás los parvus, debido a que podían ver las islas al alzar la vista, fueron más conscientes que el resto de las razas de que aquel problema era global.

El consejo de ancianos, reunido, buscaba la forma de proteger a los suyos, como siempre habían hecho, uniéndose la superficie y el subsuelo más de lo que había pasado en años, pero sin poder explicar a los moradores de Hummus lo que estaba pasando en Mithos.
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Gerald

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MensajeTema: Re: Ciudad del Cristal.   Ciudad del Cristal. EmptyMar Mayo 04, 2021 2:24 am

Pequeña choza en un barrio obrero

La verdad es que ya no tenía la sensación asfixiante de cuando Okon me trajo a vivir a esta ratonera excavada en la montaña, entre miles de pequeñas casa-caverna más. De todos los lugares de Mithos jamás pensé que acabaría en Hummus con un claritas más negro que mi sombra y sus dos hermanas gemelas no había sido nada fácil adaptarme, pero aquí estábamos.

Después de pasarnos casi un año en las minas habíamos conseguido el dinero suficiente para tirarnos una temporada como mercenarios esperando algún encargo. La vida de la mayoría de inmigrantes en Hummus acababa siendo aquella: minas o recados. Y después estaban los comerciantes, que esos sí acostumbraban a tener mejor vida. No es que fuese una vida agradecida, pero para mí era más que suficiente y había conseguido encontrarme cómodo con aquellas personas.

Me senté a la mesa, que más que mesa era un trozo del propio suelo de roca que sobresalía junto con cuatro pequeños círculos sobreelevados alrededor, haciendo de sillas. Acababa de volver de darme un agua en los baños comunales y lo único que quería era comerme un bol de cereales, pan y leche para que me llenase rápido el estómago y tirarme a dormir tres días seguidos.

¿Ya estáis aquí? Eso es que habéis ganado poco —Aquella voz era de una de las hermanas, pero era totalmente incapaz de diferenciarlas a la vista y al oído. Me giré y tampoco encontré respuesta al ver a una de ellas, quitándose el mono del taller. La otra no tardó en entrar cargando un cacharro que parecía más un amasijo de hierro, piedra y tornillos rotos.

Está claro, yiiaagh —El cachivache dio un golpazo cuando lo tiró al suelo, cerca de la puerta. De la casa de al lado y abajo se empezaron a escuchar gritos de queja— ¡A tomar por el culo! —Entonces la del cacharro debía ser Poni, que siempre se dejaba llevar más— Lo que iba diciendo: está claro que esta casa la tenemos que mantener nosotras o se va a la mierda.

Lo que está claro es que nos van a largar a ostias como sigas trayendo mierda y jodiendo a los vecinos —Le reproché sin cortarme. No es que me importase, pero lo decía por joder y entretenerme un rato.

La otra -supongo que Akili- se me acercó por detrás para darme una palmadita en el hombro.

No toques los cojones que está insoportable. ¿Y mi hermano? —Sí, era Akili. Me giré para ver cómo Poni le arrancaba algunas cosas al cacharro aquel.

Estaba en los baños conmigo, no debe de tardar. Eh, Poni, ¿por qué no fabricas algo que nos selle monedas con eso y salimos de este tugurio? —Por mucho que diga Akili, no me resisto a picar un poco a Poni porque enseguida entra al trapo.

Que te jodan, culo blanco. Si no te gusta mi casa, te largas a Brontë, que allí recogen vagabundos.

Culo blanco, dice. Si no tienes ni magia claritas, joder —Me burlé, metiéndome otra cucharada en la boca. Me aparté al ver cómo me lanza un trozo de hierro del cacharro ese y me dio la risa.

Bueno, dejad de dar por culo, que estoy harta ya —Akili se sentó a la mesa también, estirándose sobre ella visiblemente cansada y llena de manchas de grasa— ¿Qué tal va ese brazo?

Bien, ya no hace el ruido ese raro. Pero échale un ojo que hoy nos hemos tirado el día cargando sacos de tierra y lo tenía lleno de mierda —La verdad es que las hermanas hacían un trabajo increíble con las prótesis y demás aparejos. Les debo una muy gorda.

Ok, pero después, ahora no quiero pensar en nada —Y apoyó la cabeza contra la mesa. El pelo no se le desparramó demasiado porque las dos hermanas llevaban media cabeza rapada y una media melena hasta las orejas en el otro lado, más corto hacia la nuca.

De eso me encargo yo —Poni me dio un golpe en el brazo metálico que casi me lo arranca antes de sentarse a mi lado, sobre la mesa, y empezar a toquetear.

Ostia, que aún me duele. Controla.

Eres un flojo —Me replicó, abriendo una chapa del hombro y toqueteando por ahí dentro— No se te ha metido mucha mierda, la verdad. Si no te molesta, no le metería ni el cepillo —. Asentí, satisfecho con su revisión, y volvió a atornillar la chapa en su sitio.

Anda, la fiesta en casa —Okon acababa de llegar por fin y agradecí que la puerta no volviese a abrirse en el resto de la noche, porque estaba empezando a pelar— ¿Tenéis hambre? Traigo sobras del bar —Añadió, enseñando un paquete que traía bajo el brazo.

Pues si traes algo de carne... —La verdad es que me estaban sabiendo a gloria los cereales, pero nunca le diría que no a una buena ración de proteínas.

Joder, comes más que un bismonte —Poni me vuelve a dar un golpe en el brazo.

Anda que fue a hablar la que se esconde las tajadas en su cuarto —Le replicó dándole una palmada en el muslo cuando pasa tras de mí.

Tsk, no te rompas la mano, chaval —Aunque puso el tono sobrado para joderme me di cuenta perfectamente de que daba un respingo.

Okon ya estaba en la repisa que usábamos como cocina, desenvolviendo las cosas.

Yo me voy a dormir. No puedo ni agarrar el tenedor —Akili se levantó, arrastrando los pies y se encaminó hacia las habitaciones.

Yo he cenado antes con el viejo que me debía el eje del carro, pero guardadme algo para el desayuno. Cualquier ruego o pregunta, hablad ahora o callad hasta mañana —Poni se fue tras ella.

¿Todavía no queréis un trío conmigo? —Grité al ver que ya estaban casi en su cuarto. había dicho "cualquier ruego o pregunta".

Que te jodan, Gerald —Una de ellas -no tengo ni idea de cuál- me respondió con el mismo tono de cachondeo.

¡Pues eso os estoy pidiendo! —Le solté, jocoso, antes de escuchar cómo cerraban la puerta.

Menos mal que te habías rehabilitado —Okon se sentó a mi lado después de haber cogido una cerveza de la nevera de piedra y un papel con resto de carne guisada y un par de patatas que puso sobre la mesa. Yo terminé mi bol, lo aparté y empecé a coger trozos de carne con los dedos.

Si no me hubiese rehabilitado estaría colándome allí dentro. Pero otra cosa es que cambie de carácter —Le respondí, resuelto, antes de meterme los dedos en la boca. La salsa estaba muy buena.

Ah, bueno, pues me alegro de no tener que patearte el culo por molestar a mis hermanas —Okon dio un trago a su cerveza y yo me reí sin más antes de seguir comiendo.

Mira esto, lo he visto en el bar —Okon desdobló un papel que traía en el bolsillo y lo puso sobre la mesa para que leyera— No tienen muy claro lo que es, pero hay un bicho que se está comiendo todo lo que pilla por delante por la zona de la Garganta Azabache. Dicen que es una cosa enorme que se ha cargado a varios mineros y unas cuantas reses —Miré el papel con ceño, chupándome el resto de grasa de los dedos. Hacía mucho que no me cargaba a nada muy grande. A nada en general, diría. A pesar de que había entrenado para valerme con la derecha, en cuanto llegué a Hummus y comencé a ganarme la vida con trabajos forzosas ya no me quedaba mucho tiempo para combatir. Alguna pelea de taberna para sacar algo con las apuestas, pero poco más.

Y pretendes que dos lisiados vayamos para que nos mate también —Le respondo, echando el papel hacia él y volviendo a pellizcar otro trozo de carne. Okon llevaba años con una pierna ortopédica similar a mi brazo y, aunque él ya la controlaba como si fuese la suya propia, no dejaba de ser una prótesis.

Tío, el botín es enorme. Podríamos comprar reservas para el invierto y no tener que matarnos tanto para subsistir durante una buena temporada—Insistió.

No vamos a sobrevivir la temporada si vamos a que nos aplaste un monstruo —. Si eran peligrosos en mi mejor momento, no quiero pensarlo ahora.

Geraldo, no me jodas —Entonces se acercó a mí y bajó la voz, mirando un momento hacia el dormitorio de sus hermanas— Tío, si un guerrero de Brontë no es capaz de cargarse a ese bicho, no va a serlo nadie. Y yo tengo entrenamiento militar. Te digo que vamos y nos lo cargamos —. Okon, que pesado eres, cabronazo.

Pues haz una petición a Brontë, Okon. A mí que coño me cuentas. Yo sólo soy un puto ciudadano de décima que intenta hacer su vida de mierda trabajando en paz. Ahora me dedico a ser una mula, no un guerrero —Me echo hacia atrás, queriendo dejar el tema. Y él se toma un momento antes de recuperar su postura y hablar de nuevo.

¿Eso es miedo? ¿Tienes miedo de un monstruo después de haberte cargado a tantos?

Vamos, no me jodas. Mira, me voy a dormir —Me levanto de la silla, pero él se levanta rápidamente y me corta el paso.

Es miedo, Gerald. Eres un puto cagado. Pero si no te da cague morirte aplastado en una puta mina de enanos, no te da miedo el monstruo, te da miedo ya no saber pelear, ¿no? —Me encaré contra él, echando la cabeza hacia adelante.

¿Te grabo los puños en lacara a ver si sé pelear o no? Ya te he dicho que yo ya no hago esas cosas, joder.

Tío, esto es lo que hay que hacer —Me golpeó el pecho con la mano abierta, pegando el papel del anuncio contra mí— ¿Tú te crees que soy gilipollas? ¿Te crees que me voy a tragar el rollo ese de que estás muy feliz pudriéndote en una cueva mientras los parvus te meten de ostias? Que te he visto la cara cuando pasas cerca de las armas del mercado, Gerald. Que pareces maricón cuando te quedas mirando a los guerreros enlatados en sus armaduras. Yo sé lo que es sentir el fragor de la batalla, pero es que a ti se te pone más dura de pensar en pelear que con la puta más guarra del país— Acercó la cara a mí para encararse todavía más y acuchillarme con la mirada— No eres un puto lisiado, amigo. Así que más te vale atarte los cojones y mover el culo porque vamos a ir allí a pelear para mantener esta casa —Lo miré con odio durante un momento antes de responder. Suspiré.

Tú qué coño sabrás de nada... Y de todas formas, no tengo armas. ¿Es que quieres que nos carguemos a un monstruo gigante a puñetazos?

Okon me mantuvo la mirada asesina durante un momento y luego por fin se separó, relajando su actitud.

Ven —Se giró y se echó a andar a nuestra habitación. Yo me quedé un poco sorprendido, pero le acompañé sin rechistar.

Al llegar lo vi separar el arcón donde guardábamos la ropa y sacar un par de piedras de la pared. De ahí sacó un paquete de tela alargado y lo puso en la cama. Cuando desenvolvió las telas viejas y sucias me quedé flipando. Tenía un par de espadas cortas y rectas que brillaban más que la puta montaña de cristal.

¿Tienes eso aquí y estamos pasando hambre? —Le reproché.

Es la única herencia que dejaron mis padres. Me las dieron cuando terminé el servicio y no volví a utilizarlas. A mí eso de las peleas no me convenció. Pero ahora nos sirven.

Tío, yo no sé manejar eso. Yo peleaba con sable... —Antes de que siguiera quejándome, Okon cogió una de las espadas y me la estampó en el pecho. Le encantaba hacer eso para cortarme el rollo. La cogí con el brazo protésico. La sensación fue extraña, pero me recorrió un cosquilleo nostálgico y sentí como que mi cerebro encendía una parte de mi mente que había estado cogiendo polvo.

Eras espadachín. No se te puede haber olvidado como agarrar, cortar y pinchar —Él cogió la otra y ambos las movimos un momento, tanteando el peso y el movimiento.

¿Y tú usabas las dos? —Le pregunté.

Bueno, esa era la idea, pero ya me costaba suficiente con una —Comentó, divertido. Yo tanteé un poco más la espada y volví a suspirar.

Joder, vamos a morir devorados por un puto monstruo...

Seguro que a ti te escupe nada más meterte en la boca. Yo sí que estoy en riesgo, que estoy buenísimo.

Tú sabes a mierda de topcerdo.

Por si acaso vamos a tener que pasarnos un par de semanillas practicando.

Y así me lió el puto Okon para ir de mercenarios a por un puto monstruo cuando yo ni siquiera tenía claro si era capaz de manejar el brazo nuevo para pelear.

Por cierto, me la ponen más dura tus hermanas.

¿Qué coño dices, culo blanco?

Que me la ponen más dura ellas que pelearme.

Mira, cállate que te voy a meter las espadas por el culo.


*Fin*
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Gerald

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MensajeTema: Re: Ciudad del Cristal.   Ciudad del Cristal. EmptyLun Dic 13, 2021 5:19 pm

Pequeña choza en un barrio obrero

La verdad es que casi no lo contamos contra el terror de la montaña. A la vuelta tuvimos que comernos la chapa de Poni y Akili, que se negaron a arreglarnos las prótesis durante los tres primeros días del cabreo que se pillaron por habernos metido en el fregado. Aunque se les pasó rápido cuando vieron todo lo que pudimos comprar con lo que nos dieron de recompensa y además les gustaron los aparatejos que nos encontramos en la mina entre los cadáveres de aquel bicho.

Además de eso estuve dándole algunas vueltas a los huesos magnéticos que nos habíamos llevado del animal y acabé proponiéndole a Poni que elaborase una espada que pudiese desmembrarse y volver a juntarse, justo como lo hacía el monstruo. Tuve que poner un par de cosas más para que pudiéramos preparar las piezas y llevarlas a la herrería, pero mereció la pena a cambio de mi nuevo arma. Además, le regalé a Poni la camiseta de las chicas de Flavia como agradecimiento por el favor.

Después de eso me vine arriba y pensé en utilizar algunos trastos más para cosas útiles. A fin de cuentas la casa de Okon y las chicas era el reino del reciclaje con lo que utilicé unas pieles y una antigua placa de insecto (ah, qué recuerdos...) para hacerme con una armadura apañada.

Utilizado:

Obtenido:

La verdad es que poder luchar otra vez de esa manera me hizo sentir bien y mal al mismo tiempo. Al principio me sentí débil e inseguro, pero no tardé en volver a sentir ese picorcito rico de poner la vida en peligro midiendo fuerzas. Me había hecho a la idea de quedarme aquí o en cualquier otro pueblo, echarme un trabajo de mierda normal donde te paguen un cagao y vivas una vida monótona. Llegar a casarme -quizá con Akili, ya que estamos tonteando- y tratar de sentar la cabeza como hacen las personas normales.

Pero volver a pelear así me ha recordado que esa vida de mierda no es para mí y con este brazo y esta espada creo que puedo volver a pelear hasta que una monstruo me arranque la cabeza. La verdad es que siempre será mucho mejor que esperar a pudrirme de viejo, incapaz de mover las piernas y meándome encima. No, Gerald Browen está hecho para la lucha y el peligro, no para peinar canas. Beber, follar y pelear hasta reventar. Y si llego a viejo, es que algo habré hecho mal.

*fin*
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