Historia de Humus

Al comienzo de los tiempos, los parvus solo habitaban en la superficie de Humus. La fértil tierra del continente hacía que casi todo cultivo allí plantado diera buenos frutos. Debido a la buena agricultura, la comida llegaba a casi todos los habitantes del continente, por lo que había una gran harmonía en el pueblo de la Tierra. No había un líder propiamente dicho, sino que cada pueblo imponía sus normas y todos convivían en paz.

Con el paso de los años, la ausencia de hambrunas y de guerras hizo que la población de Humus creciera sin control y pronto el pequeño continente comenzó a sufrir las consecuencias de aquella sobrepoblación. Viéndose de pronto sin comida para todos los parvus, comenzaron los primeros conflictos: bandidos saqueaban los pueblos, unos pueblos atacaban a otros para conseguir sus cosechas, las cosechas disminuían estropeadas por los enfrentamientos, que destrozaban los campos… Pronto el continente pasó de ser pacífico y próspero a ser la más clara imagen de la decadencia.

En un intento por buscar una forma alternativa de alimentación, muchos parvus fueron enviados a recorrer Humus en busca de algo que sirviera para alimentarlos. Una de estas expediciones viajó hasta las montañas del norte. En una de las laderas más escarpadas hallaron una profunda y oscura cueva en el fondo de la cual se toparon con algo que nunca antes habían visto: en el interior de la cueva crecían unos grandes hongos blancos que producían una potente luz anaranjada que era capaz de hacer crecer plantas en el interior de la cueva. Denominaron a este hongo como “UnkenDerr”, o “pequeño sol”.

A raíz de este descubrimiento, los parvus comenzaron a usar su gran dominio de la tierra para excavar profundas galerías que atravesaban todo el subsuelo de Humus, y plantaron en ellas el extraño hongo, de forma que fueron capaces de cultivar en el subsuelo.
Con el paso de los años Humus se recuperó, y llegó un momento en el que las galerías subterráneas eran tantas que muchos parvus comenzaron a establecerse en ellas, apareciendo así los primeros pueblos y cuidades bajo tierra.