A por el huevo de dragón

Cuando ya estamos abandonando el lugar con apuro, un ruido ronco se escucha y un enorme dragón de tierra se cierne sobre nosotros, se detiene y suelta lo que parece ser una especie de ácido.

Me soprendo bastante y me preparo para apartarme de un salto o una voltereta, pero la parvus hace algo útil y conjura un muro de esos de tierra que sabe hacer. Me agacho hasta casi tumbarme en el suelo para cubrirme bien con él ya que mi altura no es la de un parvus.

Sin pensar demasiado en su pregunta conjuro un nairea para que nos rodée algo de niebla y nos de algo de tiempo para pensar.

—¿Quieres quedarte ese huevo? Pues vámonos. Su madre no va a cansarse de buscarlo —Reprocho a la parvus.

Iniciamos pues la retirada inmediata hacia el mismo camino por el que habíamos venido... Más o menos. Casi se siente antes la vibración del rugido a través de los pies y la tierra, que por el oído. Al mismo tiempo que el fuerte y grave rugido crece, se me eriza el pelo y las plumas por completo. A nuestra izquierda, un enorme ejemplar de dragón se nos acerca furioso. Más que furioso. Lo analizo tan rápidamente como puedo, mientras no me decido a alzar el vuelo o no. Alas cortas, tal vez no rápidas pero puede que sepa elevarse en el aire. Cuerpo rechoncho, muy pesado. Mantenerse apartada de sus golpes físicos en la medida de la posible.

Alzada -porque sí, creo que es la hembra que custodia el nido- sobre sus patas traseras, expele un líquido. De consistencia levemente fangosa, en cuanto entra al contacto con el aire reacciona en vapores. No debo respirarlos. Porque a juzgar con lo que le hace a la vida vegetal, no puede ser inocuo. La pregunta de Nagore ni siquiera tiene sentido en mi acelerada mente, que en lo único que está centrada es en encontrarle algún punto débil a la bestia que podamos usar para largarnos.

Por suerte, con un par de conjuros levanta dos protecciones nuevas para nosotros. Bueno. Para ellos. En cuanto me cercioro de que están a cubierto, alzo el vuelo de un buen salto. La niebla me toca un poco la moral, porque así, ¿cómo se supone que podremos ver el maldito ácido gaseoso del dragón? En un par de aleteos tomo suelo tras el muro, intentando no pisar nada que pueda estar lleno de ácido corrosivo.

- Nagore, camufla el huevo, no dejes que se vea. Follow, encuentra la manera de bajar. Bajad tan rápido como podáis, entretendré al dragón tanto como pueda.- Mientras hablo, me deshago del cinturón grueso que llevo rodeándome desde la línea del pecho hasta el ombligo, cediéndoselo a la parvus. Me quito mi camiseta, rajándola en unos cuantos tirones en dos pedazos muy desiguales. Con el pequeño me fabrico una improvisada mascareta, el resto de la tela se la cedo también a la cría con esperanzas de que sepa hacer un saco útil para el huevo.- A la de tres, alzaré el vuelo. Esperad lo suficiente para cercioraros de que tengo su atención, y largaros.

FdR: Lleva vendado desde mitad del esternón hasta las costillas flotantes. La camiseta y el cinturón son los que tengo en el minifier de la firma, el luchador. De ser demasiadas acciones, recortad por donde veáis, os juro que no soy capaz de verlas claramente. Narrador, a la de tres lanzas a Fier y a ver qué le tiene el dragón preparado.

Ante el ataque del dragón Follow y Nagore se escondieron tras los muros de piedra que la parvus levantó con su conjuro mientras que Fier optó por elevarse para evitar el corrosivo.

La tierra cedió levemente ante el viscoso e irritante líquido, desprendiéndose de a poco y haciendo que los dos chicos allí escondidos sufriesen pequeñas quemaduras de las gotas que caían sobre ellos. Fier, por su parte, a pesar de que no fue víctima del propio líquido, sintió como se irritaba su faringe, garganta y ojos a causa de los vapores que rápidamente ascendían. Sin embargo, el daño general no fue demasiado.

El dragón se quedó quieto un momento, desconcertado por la niebla generada por Follow y aderezada con los vapores de su propio ataque. Furioso, palmeó el suelo con sus patas delanteras generando un pequeño temblor que acabó por echar abajo lo que quedaba de los muros y dejando ver parte de la cabeza de Follow. Ésta, junto con una Fier que descendió al suelo cubriéndose la cara, hizo que de nuevo echase a correr hacia ellos con intención de volver a atacar.

Spoiler:

De nuevo se escuchó aquel ruido agudo, chirriante y casi metálico, esta vez con más fuerza, y el dragón se detuvo en seco para escucharlo. El sonido se repitió durante unos segundos y el dragón volvió a apoyarse sobre sus patas traseras buscando con la cabeza su procedencia, para luego gruñir de grave a agudo, algo desconcertado.

El sonido se incrementó e incluso pareció duplicarse y el dragón, desatendiendo a aquellos a los que se disponía a atacar, acabó por bajar las alas y echar a correr hacia la izquierda de los muchachos, alejándose, molesto, de los sonidos que parecían perseguirle.

Al poco el sonido se acompañó de voces roncar y rugidos y al rato pudieron ver como una banda de unos seis hombres parvus corrían con extraños instrumentos -seguramente causantes del rugido chirriante- junto con algunos orkrich que trataban de correr junto a ellos o los llevaban a sus espaldas.

Cuando ya casi todos había pasado por el lugar donde estaban los muchachos, uno de ellos se les cercó montado en una de las criaturas que llevaban consigo.

Spoiler:

—¿¡Quién demonios sois vosotros!? ¡¡Ese dragón es nuestro!! ¡¡Largo de aquí o volveremos para destriparos también!!

Su voz sonaba ronca pero desgarrada y metálica bajo su extraña indumentaria y, tras aquellas amenazantes palabras -acompañadas por el alzamiento de su machete sucio de todo tipo de colores marronáceos- tiró de las cruentas riendas del orkrich y corrió en dirección a sus compañeros.


MISIÓN CUMPLIDA

RECOMPENSA:

• Huevo de dragón
  
• 1 punto de experiencia.