Diario de Anna Hélix

Fabricada por ella misma. +1 resistencia en el torso.

Obtenida en Fulmen, en la misión Las bases, parte 2. Pequeña esfera que echa chispas si se acerca un chrysos. Es inofensiva.

Fabricado en Brontë, bajo tutela de Rheon, en la lección Amuletos potenciadores. +1 puntería.

Fabricado en Brontë, bajo tutela de Tita Brebajes, en la lección Aprendizaje con Tita Brebajes. Un uso. No sólo recupera parcialmente la energía vital de quien bebe de ella, sino que también aumenta la reserva de energía mágica.

Obtenido por sorteo tras la misión Androides I: Infiltración. Es una pequeña bola que parece de latón y cabe en la mano. Al poner los dedos en dos hendiduras que tiene (una en cada polo) y administrar una pequeña chispa mágica se convierte en un androide que solo escucha al que lo ha invocado. A una orden vuelve a ser bola.
Este androide es robusto y tiene un gran escudo.

Stats:

Fuerza: * * *
Resistencia: * * * * *
Velocidad: *
Agilidad: *

Puntería: * *
Técnica: * *

Una descarga eléctrica de poca potencia es producida por cualquier parte de su cuerpo. Para que se produzca daño, debe haber contacto entre dos cuerpos. Innato.

El conjurador convierte cualquier parte de su cuerpo en un foco electromagnético, consiguiendo atraer objetos metálicos cercanos. La eficacia del hechizo dependerá del tamaño y peso del objeto, de la resistencia que pueda ofrecer a acercarse y de la capacidad mágica del conjurador. En caso de que alguien esté sosteniendo el objeto, el conjurador solo podrá atraerlo si su magia supera la fuerza de su adversario. Innato.

Una esfera de electricidad se forma en una de las palmas de una de sus manos -la que elija-, pudiendo dirigirla en la dirección que desee. Una vez formada, el conjurador podrá mantenerla en la mano cierto tiempo o lanzarla directamente, pero no fusionarla con otra o cambiarla de extremidad. Su potencia dependerá del nivel de magia del conjurador. Básico. Aprendido mediante entrenamiento.

El conjurador convierte cualquier parte de su cuerpo en un foco electromagnético, pudiendo usarla para repeler objetos metálicos. La eficacia del hechizo dependerá del tamaño y peso del objeto y de la magia del conjurador. En caso de que alguien esté agarrando el objeto, el efecto del hechizo dependerá de la diferencia del nivel mágico del usuario con respecto a la fuerza de su adversario. Básico. Aprendido mediante entrenamiento.

El usuario crea una pantalla mágica de tamaño variable (nunca mayor que su propio cuerpo) ante su cuerpo, con las palmas extendidas, que lo protege de golpes físicos y hechizos. No es completamente transparente, por lo que la imagen se ve un poco distorsionada cuando la luz la atraviesa, de manera que es fácil delimitarla.
Solo puede invocarse al frente, a escasos centímetros de las manos, y solo se mantiene activa mientras está extendida una de las manos, por lo menos. Además, es una pantalla sólida, de modo que el usuario tampoco puede lanzar proyectiles desde su lado. A cambio, la cantidad de energía que consume es muy baja. Básico.

Cura heridas en profundidad y contusiones, pero no puede detener una gran hemorragia. La capacidad de curación, a nivel del tamaño de la herida, depende del nivel de magia del usuario. Puede usarse varias veces si una no es suficiente para completar la curación, pero un uso excesivo producirá fatiga. Básico.

Anna siempre fue una chica algo extraña y reservada. Un día informó a sus padres de que deseaba irse a estudiar confección a la ciudad, y allí se marchó, sin que ellos hubiesen tenido noticia alguna de ese deseo hasta aquel momento. Una vez allí, descubrió ser una alumna aplicada y aventajada, y pronto sobresalió por encima del resto como una diseñadora sin igual. Parecía, decían algunos, que hubiese nacido con la aguja en las manos, y que los patrones ya estuviesen en su cabeza.
Anna pasó varios años en la ciudad, aprendiendo las diferentes disciplinas del diseño, y para pagarse la vivienda y los estudios trabajaba en una pequeña tienda, en la que podía vender también algunas de sus creaciones.
Cuando recibió la llamada, Anna no dijo nada a nadie durante un tiempo, y un día avisó de que se iba, y allí se marchó. Los que la conocen se siguen preguntando por qué lo ha hecho, pero, por lo que se sabe, ninguno ha recibido una respuesta satisfactoria de la joven chrysos.