Los cinco Pilares.

La madrugada alcanzó a los siete que, después de hablar largo y tendido sobre el tema, llegaron a las siguientes conclusiones: La posibilidad de presentarse ellos en persona, en principio, completamente descartada. El Palacio de Brontë era el corazón y refugio del ejército de los siete colores y bajo ningún concepto debía quedar desnudo de poder. Por otra parte, se concluyó que, a pesar de la fé en los guerreros, tanto Vatra como Saltez (ambos exquisitos súbditos de la oscuridad y del fuego) acompañarían a los chicos en su viaje. La última conclusión y quizá más discutida fue la "donación" o no del pequeño Masslow y después de un gran debate, la resolución fue negativa. El pequeño se quedaría en Brontë, ajeno a todo esto. Se valoraron otras opciones con el fin de poder engañar a sus rivales aunque todas resultaron ser demasiado arriesgadas sobre el papel, por lo que el objetivo de esta misión sería erradicar de raíz a todo aquel ajeno a Brontë que luchase contra la estabilidad del Mundo.