MANSIÓN OCULTA.
La aether rubia llegó, aún con un brazo enyesado y algo coja. Se introdujo en la abandonada tienda con cara de pocos amigos y caminó por un largo pasillo hasta llegar al fondo, a una sala donde cuatro figuras la esperaban.
Se sentó con pocas ganas y chasqueó la lengua.
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Perdón por tardar.- Dijo sin más.
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La cuarta figura permanecía en la sombra, por lo que no estaba a la vista.
Una vez se hubo sentado, comenzó a hablar.-
He intentado coger a ese maldito crío.- Se excusó.
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Me ha sido imposible.- Tiró con desgana su Chakram encima de la mesa y se sirvió algo de té.
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Qué raro... mi adorable hermanita fallando sugs migshiones. ¿No esh adorable?- Satirizó Shûj, estirando sus orejas con ánimo.
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Cállate.- Le escupió. -
No he venido aquí para hablar contigo. No ahora. Hay cosas que los Generales deben saber.- Alzó la cabeza con rudeza.
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Verán.- Dijo ahora dirigiéndose hacia 43 y la misteriosa figura.-
No he podido traer a Masslow aquí. La mujer aether es miembro de la policía y fue más duro de lo que creía. No hace falta ser un genio que para dejarme en este estado hay que trabajarselo. Y eso que estaba embarazada. Siento no haber sido más fuerte.Ambos permanecieron en silencio por el momento aunque su rostro era serio.
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Aunque tengo una noticia que les alegrará. A todos.- Comentó viéndoles en general, moviendo la cabeza buscando apoyos y aprobación aunque sin mucho éxito.
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Verán... el niño... el experimento de... -Le daba algo de reparo decir aquel nombre.-
Neo Mithos.- Hizo una pausa, como si el mero hecho de haberlo pronunciado fuese motivo de solemne respeto.-
Ha funcionado. El crío ese... ha podido utilizar un hechizo parvus cuando a parte de ser claramente piscis, hasta la fecha sólamente había utilizado hechizos de magia líquida al menos eso he podido ver los meses que lo he estado vigilando. Los ojos de los Generales reaccionaron.
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Efectivamente.- Exclamó la aether.-
Lo que quiere decir que los experimentos que ha estado realizando funcionan.- Concluyó. -
Hay que informarle enseguida. Pronto logrará... pronto logrará su objetivo y con el suyo: el nuestro. - Se mordió el labio inferior con ansias.
*Clink clank clink clank*
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Flastio, no jugues.- Regañó 43 a su hijo, que estaba sentado, pasando olímpicamente de la conversación mientras jugaba con sus nuevos brazos metálicos por los que fluía gran cantidad de magia.
Si antes su locura era temida ahora lo era mucho más (incluso por su padre) debido a sus nuevas adquisiciones corporales.
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Entonjshes...- Habló Shûj.-
¿Qué tenemosh?- Preguntó, con el fin de poner sobre la mesa las distintas ideas y cual sería el plan de actuación. Observó a 43 y a la figura desconocida.
Esta habló. No sin antes remojarse los labios.
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Veamos mejor "dónde" los tenemos.- Dijo extendiendo una palma sobre la mesa y dibujando con magia la figura del palacio de Brontë para luego cerrar el puño con fuerza, haciendo desaparecer la imagen de golpe.
- Ahí les tenemos. Comiendo de nuestra mano. - Comentó con tono triunfal.
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Sólo os pediré dos cosas: un poco de tiempo y que me lo dejéis todo a mi. Se dirigió a 43 entonces.-
Te mantendré informado y entrarás en acción cuando yo lo ordene. Miró al resto.-
Lo mismo para vosotras dos. Se levantó y frotó la cabeza del joven Flastio, que le miró con el ceño fruncido y arrugando la nariz. No le gustaba nada aquel ser.
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Esperaremos a ver como se desarrollan los acontecimientos y actuaremos. Veamos qué hacen con nuestra pequeña "quimerita".- Hizo una pausa, reflexionando.-
Es gracioso, ¿verdad? Cuando una quimera tiene un aspecto horrible, la matan sin reparo. Aquellos niños debían tener la edad de Masslow.- Habló, haciendo referencia a la quimera asesinada en la primera incursión en la guarida de 43 y a los jóvenes críos-espora. -
Sin embargo... basta con que tengan un aspecto humano y puedan hablar con algo de normalidad para que puedan tener a un monstruo viviendo bajo su techo. -El siniestro ente jugueteó con una botellita de cristal.-
Esperaremos. En Brontë tomarán medidas... Entonces actuaremos. Les atraeremos hasta aquí...- Les miró a todos con los ojos inyectados en magia que rebosaba tan fuertemente que rodaba por su rostro, como lava ardiente de poder.-
Les... destrozaremos...- Acabó con una oscura sonrisa, enseñando sus afilados dientes de vívora.
*fin de escena*