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 El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN

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Massen Dew
Heylel
Prosper
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Fier

Fier


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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyJue Mayo 09, 2013 11:18 am

Prosper está resultando ser un excelente guía de caminos. Por otra parte, ese se supone que es su trabajo, así que declino mi impulso de elogiarle y me mantengo en mi silencio. Me acerco un poco a la gran vasija roja y calentita, preguntándome qué habrá en las otras dos, sin atreverme a separarme y mirarlas por aquello de que íbamos en equipo y como equipo triunfaríamos. Rick decide ser el primero en entrar, con valentía y unas "últimas palabras". Le siguen la chrysos, Heylel -a quien asiento cuando me mira, puesto que he comprendido perfectamente- y Massen en ese orden. Dirijo una última mirada a Prosper y Lyam, despego del suelo en un par de saltos para tomar altura, y me lanzo en picado. Por cómo se mostraba Massen, no parece que le esté gustando nada de esto. Pero tampoco puedo ocuparme de consolarla ahora, eso tal vez la desacreditaría ante los ojos de los demás, y no quiero herir el orgullo de nadie. Y en ello me encuentro pensando mientras la oscuridad se cierra entorno a mi y yo presiono mis alas tensas y estiradas como flechas, contra mi espalda.

Al abrir las alas nada más pasar el tunel, me evito accidentes y caer encima de nadie. Temí rasparme las alas en caso de caer en una cueva estrecha, pero todo lo que me alcanza la vista es amplio y contundentemente la entrada a algo grande. Finalmente, mientras sigo suspendida en el aire con algún que otro aleteo, todos caemos dentro y contemplamos el panorama. El puente parece viejo y gastado, y no me creo que el pórtico no esté bien defendido. ¿Sólo dos Golem dormidos, cuando se supone que quien quiera que fuese que secuestrase al compañero, burló descarada y poderosamente la defensa del palacio de Brontë?. No puede ser tan "fácil". Me estremezco ante el suave murmullo de roce que sus respiraciones alternadas producen, y me detengo un par de segundos en contemplarlo todo rápida y eficientemente. La cueva es demasiado grande, el puente está gastado. Si empezamos a meter demasiado ruido los Golem despertarán, si luchamos demasiado intensamente, el puente puede quebrarse, o podríamos llamar la atención de cualquier criatura que poblase estos bajos.

Mis observaciones se ven interrumpidas con una aguda y molesta risa, que me sobresalta como sobresalta también a los Golem. Me tranquilizo tras un vistazo, siguen durmiendo. Todos buscamos el origen de esa risa, porque al menos para mí, no augura nada bueno. Frunzo levemente el ceño cuando veo que proviene de una bola de fuego, y aunque no toco suelo, sí que me repliego junto a mis compañeros. En mi mente es totalmente factible un ataque instantáneo. Por suerte, no se produce, y sin embargo la bola de fuego resulta ser un flamma con tan sólo un brazo, de aspecto bastante siniestro y una sonrisa muy amplia. Se muerde el labio, nos indica que nos acerquemos, y sisea.

Durante todo su discurso, en el que ríe, aplaude y parece que disfruta a rabiar, nos trata de dividir en equipos, proponiéndonos un juego. La división suele ser el origen de los fallos, así que si alguno de nosotros le sigue el juego, muy gustosamente dispuesta estaré de encararlo y volverlo a meter en el único grupo que habrá. No despego la mirada de él -craso error por mi parte, como descubriré dentro de poco- y trato de aprender todo lo que pueda de él.

Que viene siendo, que no sabemos su nombre, que no está mentalmente equilibrado, que para él todo esto es sólo un juego y él es el niño travieso dispuesto a jugar con sus juguetes hasta destrozarlos. Eso tiene un nombre, un cuadro patológico, sólo que ahora con la situación tensa y el ligero puntazo de adrenalina, no logro encontrar. Sociopatía, como mínimo, claro. Y, no me creo que éste sea el más poderoso de los alrededores. Sí, parece duro de roer como oponente, pero todo porque su mente es tan inestable y explosiva -como sus gritos demuestran- que le dará igual arriesgarlo todo con tal de satisfacer las necesidades primarias que su mente recrea. Tiene un aspecto de bastante dudosa higiene. Apostaría a que ha sido él el origen de esta montaña de dulces y babas. Canturrea, enseña mucho la lengua y los dientes lo cual es un signo de marcada pasivo-agresividad, y se pierde mucho en sus pensamientos. Es muy expresivo aun cuando le falta una mano, y tiende a hacer ademanes abiertos, lo que indica un claro desconocimiento de reglas sociales mínimas y poco respeto a las que conoce, además de un desconocimiento de las consecuencias de sus actos. O tremendo paroxismo, también en dos de sus tres significados. Uno, exaltación extrema de los afectos y pasiones, dos, exacerbación de una enfermedad -en este caso psicológica-. Tiene todo un mundo mental para él solo, con la diferencia de que no sabe que no es real, y vive en él. Y por consiguiente, nosotros a sus ojos también. Su mundo es su mundo, y hará lo que quiera. Corremos peligro si no sabemos a qué atenernos.

Tan sólo cuando él llama la atención entorno a nuestro alrededor, me doy cuenta finalmente de que tenemos una amenaza mucho más urgente que él. Me represalio internamente por no haber estado prestando atención, y mientras el desconocido siseante nos desea la muerte, mi mano se cierra entorno a la empuñadura de mi falcata con más fuerza aún. Examino rápidamente a las criaturas que nos acechan. Recuerdo, al principio desvaídamente, y cada vez con más intensidad; cómo uno de los héroes de mis libros se había enfrentado a este tipo de criatura. De nombre Horrdtes, parecen ser una... ¿manada? La mayoría eran de pequeño tamaño, pareciendo una amenaza ligera. Pero, había uno demasiado grande como para que un sólo guerrero pudiera deshacerse de él... O ella. Algo me decía que probablemente era un "ella". En cuanto sus hijos cayeran ante el filo de nuestras armas, acabaría enfurecida. Mi instinto me lo decía.

El ataque se nos vino encima como un remolino de invierno. Rápido y casi imposible de adivinar en su dirección. La chrysos advierte de sus garras, cosa que ya tenía yo en mente. Por suerte, parecen confiados de sus capacidades, y sólo ataca uno por cada guerrero, con lo que no habrá demasiado peligro viendo la situación. Teniendo en mente que el espacio no es que sea muy amplio, y el resto de mis compañeros necesitará el suficiente como para luchar abiertamente y sin reparar en dañar a un aliado; de dos aleteos me alejo de ellos. El mundo desaparece, sólo veo a los enemigos y a los amigos, con la única distinción de que a los segundos no debo herirlos. No emiten sonido los atacantes, pero le leo los ojos al que se abalanza sobre mí. El tiempo se ha ralentizado -al menos para mí-. No veo, o no comprendo de momento, su motor de movimiento. Pero no me importa. No pretendo atacarle para hacerle caer al suelo. La punta de la falcata apunta a lo que sería su cuello. Confío en que tenga.

No soy estúpida. Trato de mantenerme tan alejada como puedo dentro de un ataque frontal, de su mano. Mi cuerpo traza una diagonal, en tanto que mi espada alzada evita tocar su mano y se dirige a él con intenciones mortales. Ignoro si acertaré o no, pero por lo menos le distraeré o arrastraré conmigo en mi potencia de ataque, con lo que sería uno menos para mis compañeros que pisan tierra. Si no fallo, probablemente lo ensartaré muerto o mortalmente herido, habiendo atravesado con el acero su cuello. Si fallo,... No quiero pensar en ello. No voy a gafarme. Una gota de sudor, que me resulta extremadamente fría, me recorre la sien. No puedo mirar a mi alrededor, pero por el rabillo del ojo no dejo de controlar a la madre. Sé que el resto de los pequeños van a ser contrarrestados por mis compañeros, confío en ellos.


FdR: el tercer significado de paroxismo es "accidente peligroso o casi mortal, en que el paciente pierde el sentido y la acción por largo tiempo."

FdR2: *tono agitanao* No preocuarse niñoh, que tó lo que la fiéh ha aprendío sobre er bola de fuego, lo compartirá en tener oportinidá

FdR: Si sobran acciones, ignórelas, oh gran máster de la misión.
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Lloyd

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyVie Mayo 10, 2013 4:50 am

Lyam observaba la vasija con el ceño fruncido en una clara muestra de desagrado. Al igual que sus compañeros, cuando el guía les había dicho que había encontrado la entrada, lo había seguido, curioso. Había imaginado que se refería a una entrada a la casa distinta de la puerta principal, o una entrada a un lugar secreto, que era lo que parecía que había encontrado. No obstante, la forma de aquella entrada distaba mucho de lo que él se había imaginado: mientras caminaba hacia la parte trasera del jardín, el chrysos se había imaginado que la entrada era una puerta, una ventana grande, una ventana mediana, un hueco en algún lugar de las paredes de la casa, una ventana más pequeña, un agujero en el suelo... Pero lo que ahí había era una vasija, y aunque fuese grande, no entendía por qué la entrada era una vasija.

Era la tercera cosa que no entendía en aquella misión, y aquello le estaba empezando a incomodar. No tenía miedo, pero no poder encontrarle un sentido a las cosas lo frustraba. Y tres cosas incomprensibles a su juicio eran muchas cosas: primero, la casa que aparecía y desaparecía; después, Rick Dehnel saliendo de la nada; y ahora una enorme vasija era una entrada. ¿Una entrada a dónde? Aquella era otra cosa que no le gustaba. ¿A dónde daba esa vasija? Evidentemente, no lo sabía ni esperaba que nadie lo supiese. Ahí plantado frente a la vasija, el chrysos pensó que estaban metiéndose en la boca del lobo; en un claro alarde de imaginación que demostró que había estado leyendo demasiados libros de fantasía, Lyam se imaginó que la vasija era en realidad una cueva y que ellos, al invadirla, darían con miles de bestias de cualquier tipo. No obstante, debía admitir que aquello, dejando a un lado sus fantasías, era lo que habían ido a hacer. Pero que aceptase que era su deber no significaba que le gustase aquella forma de trabajar. Simplemente, no era su estilo.

Suspiró y observó cómo Heylel se perdía en el interior de la vasija. Rick Dehnel y Alehyss ya habían entrado, así que el aether era el tercero. El chrysos se preguntó qué se habrían encontrado.

La siguiente en acercarse a la vasija fue Massen. Lyam la observó en silencio. No parecía que se sintiese a gusto con lo de colarse por la vasija; más bien, parecía justo lo contrario. El chrysos sintió una punzada de pena por la piscis. Nunca entendió qué hacía en Brontë, pero qué hacía en esa misión le parecía hasta inexplicable. O, mejor dicho, le parecía casi inexplicable que alguien le hubiese dejado ir. No dudaba que la piscis fuese una buena guerrera (si no, pensó, no estaría donde estaba), pero no podía evitar verla como una niña pequeña, y desde su punto de vista, las niñas pequeñas deberían estar ocupadas jugando, no salvado compañeros.

Fier fue la siguiente en introducirse en la vasija. Después de que hubiese desaparecido, Lyam se acercó. Le dedicó una última mirada al flamma y, luego, se introdujo por la vasija.

Aterrizó en un gran montón de papeles pegajosos. Con el ceño fruncido, se puso en pie y se limpió como pudo. Luego observó a su alrededor con curiosidad, buscando el origen del runrún que resonaba en el lugar. No tardó demasiado en encontrarlos: al final del puente y de las escaleras, había dos seres rocosos delante de una puerta. Los ¿gólems? parecían dormidos, pero el chrysos se imaginó que se despertarían si se acercaban.

Una irritante y estridente risa le hizo desviar la atención. Buscando al dueño de la voz, el chrysos se topó con una bola de fuego que, al seguirla con la mirada, le llevó a un hombre, un flamma manco y sonriente. Lyam frunció el ceño. El sujeto era completamente histriónico, y se tomaba aquello como un juego. Parecía un completo demente.

El chrysos no tuvo mucho más tiempo para pensar en lo que el sujeto decía ni en su aparente falta de cordura, pues un grupo de bichos se arremolinaron alrededor del grupo. Con rapidez, Lyam desenfundó la daga. El grupo estaba formado por bichejos pequeños y por un bicho mucho más grande. Los más pequeños no tardaron demasiado en abalanzarse contra ellos, pero el más grande no se movió.

El chrysos se concentró en el bicho que venía hacia él. Pelear contra bestias siempre le había parecido un engorro básicamente porque no muy estaba acostumbrado. Además, no tenía un magia a distancia, no tenía un arma destacable... Y su estilo de combate se basaba más en el cuerpo a cuerpo que en otra cosa. No obstante, no tenía intención de acercarse a ese bicho (al menos no a sus garras). El consejo de la chrysos sólo había reafirmado lo que ya creyó nada más verlo: aquellas joyas que tenían en sus manos eran peligrosas.

En cuanto el bicho se acercó demasiado para su gusto, el chrysos se apartó rápidamente hacia un lado, alejándose de sus brazos pero sin separarse demasiado, sólo lo justo para quedar fuera de su alcance. Una vez en su nueva posición, intentaría, aprovechando que el bicho tardaría, según lo que él esperaba, unos segundos en reaccionar (en cambiar de rumbo, en volver a girarse hacia él) dirigir un corte hacia su brazo. Si el bicho, por el contrario, reaccionaba más rápido de lo que él esperaba e intentaba atacarle, evidentemente intentaría evitarlo.

FdR. hola, me llamo sara y meto a un personaje que pelea más a cuerpo a cuerpo que otra cosa EN UNA MISIÓN CON UNOS HORRDETS. SOCORRO.
FdR2. no, no, en serio, mi cara al verlo fue como: AHAHAHAHAHA MUERTE CAOS DESTRUCCIÓN, ¡¿POR QUÉ LOS CHRYSOS NO TIENEN MAGIA DE LEJOS?! Y PENSÉ QUE ERA MÁS VELOZ Y ERA TODO UNA VIL MENTIRA.
FdR3. No sabe qué es un Horrdet porque no tiene estudios.
FdR4. Flastio es esto
FdR5. MASSEN
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Prosper
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Prosper


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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 11, 2013 2:17 am

Prosper descendió por la vasija tras dedicarle un último vistazo al jardín. Aterrizó sobre una superficie de papeles pegajosa; con rapidez, se puso en pie y, tras limpiarse como pudo, observó a su alrededor.

La vasija llevaba a una enorme gruta que debía ser la entrada al lugar donde escondían a Silvanus Kettleburn (o al menos eso esperaba). Frente a ellos había un puente aparentemente viejo; al final de este, había unas escaleras que daban a un pórtico; y más allá del pórtico, había una puerta custodiada por dos golems. Los seres rocosos dormían, produciendo un runrún que envolvía el lugar, pero el flamma estaba seguro de que, si se acercaban, se despertarían para defender aquella entrada.

Precisamente iba a proponer que se moviesen cuando una risa resonó en la gruta. Prosper desenfundó uno de los puñales que llevaba con rapidez, mientras buscaba el origen de la voz. Cuando se topó con la bola de fuego, la siguió hasta que vio aparecer al sujeto, un flamma mutilado situado al otro lado del puente. Por las palabras del extraño, era evidente que no les habían cogido por sorpresa; además, parecía que se tomaba aquello como un juego que le hacía mucha gracia. No obstante, no tuvo mucho tiempo más para pensar en aquel hombre, pues un grupo de Horrdets no tardó en aparecer en escena y en rodear al grupo.

Prosper frunció el ceño. Pese a que sabía lo que eran aquellas bestias, no tenía muy claro cómo se suponía que debían vencerlas. Sabía que debían alejarse de sus manos, pero sólo suponía que lo más eficaz sería atacarles a la cabeza. Chasqueó la lengua. Pensó en alertar al grupo de que no se acercasen a sus garras, pero la chrysos se le adelantó, así que se limitó a asentir y a concentrarse en el Horrdet que se le acercaba.

Cuando la bestia estuvo a una distancia considerable, lanzó el puñal directo a la joya que tenía en la mano. Tal vez para acabar con ellos tenían que atacar a su cabeza, pero ahora mismo aquellas joyas le preocupaban más. Nada más desprenderse del puñal, el flamma desenfundó otro, dispuesto a arrojarlo a la misma mano que antes, si el anterior había fallado o no había destruido la joya, o a la otra mano, si aquel golpe había servido para destruirla o algo similar. En caso de que el lanzamiento no hubiese fallado pero no le hubiese producido ningún daño aparente a la bestia, el flamma intentaría lanzar ese segundo puñal a su cabeza.

Tenía que acabar rápido con el combate para poder centrarse en los otros Horrdets (especialmente en el grande que no se había acercado), pero no sabía adónde debía atacar.

FdR. lamento la cutrez pero estoy super cansada ´ __ ` (y he estado ocupada todo el día).
FdR2. se supone que tiene varios puñales (aparte de porque está en su ficha xD) porque los usa a lo "balas, baaalas". Básicamente tiene un estilo de combate igual que el de Blues ´ _ `
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Narrador

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 10:31 pm

Alehyss Lester, Rick Denhel, Massen Dew, Heylel Tulvind, Fier Galatea, y Lyam... Lyam eran personas especiales. Tenían cualidades que les hacían distintos al resto. Cualquiera que fuera, por eso aquel día hace ya varios años fueron llamados para unirse al ejército de Brontë. Algunos acudieron más raudos que otros, pero habían acudido, que era lo importante. Pertenecer al ejército de Brontë no sólo era un gran privilegio, sino que en situaciones como estas, los guerreros sacaban lo mejor de sí mismos y, pese a las diferencias que pudiese haber entre ellos, se comportaron esta vez como un verdadero equipo. Reaccionaron todos a la vez, al unísono, como un verdadero grupo organizado:

Rick Denhel sacó a relucir sus poderosos brazos que literalmente atravesaron, gracias al pobre metal que portaban, sin ningún tipo de problema a su joven, pequeño e inexperto enemigo.

La letal Alehyss no fue menos que su archienemigo, pues con un control sublime de su extraña y de difícil manejo arma, le arrancó más que un chillido al pobre Horrdet que, asustado y con congoja, se quedó enroscado como si fuese no más que un pequeño ratón entre los anillos de una poderosa serpiente, en este caso, metálica, para que luego la mujer Chrysos acabase con su vida rápidamente.

El bueno de Heylel, por su parte, le propinó un golpe directo con una de sus tonfas al joven y hambriento Horrdet y, a pesar de que el golpe pudo haber sido más potente, al poseer estos un peso muy pobre, el pequeño salió disparado hacia atrás hasta empotrarse con un sonoro y preocupante sonido contra una de las paredes de la cueva para luego perderse en las profundidades de la misma, moribundo.

Massen actuó rápida también y ambos hechizos explotaron con un sonoro chasquido que hizo un eco tremendo en la cueva y, el volátil y negro cuerpo de su atacante simplemente se desintegró.

Una capita negra cayó dividida en dos al suelo donde luchan los que no podían volar, pues Fier terminó con otra de aquellas jóvenes e inexpertas criaturillas de un golpe certero.

Lyam fue el más conservador de todos ellos, pues no terminó con su rival a la primera como el resto de sus compañeros, sino que prefirió evitarlo para luego desprender del podrido cuerpo de su enemigo uno de sus brazos que cayó al suelo como un peso muerto. El joven Hordett quejumbroso, agarró sin embargo con fuerza la cara de Lyam con su ahora única mano, sin embargo, el corte lo había debilitado mucho y el dolor no le permitió succionar del todo a su víctima, sin embargo, Lyam sí que sintió un ligero mareo después de que el pequeñín hubiese caído al suelo, desmayado de dolor y mareo, por lo que no le fue difícil tampoco al joven Chrysos acabar con el pobre incauto.

Prosper, el más hábil y experimentado guerrero del grupo y que, irónicamente no pertenecía al ejército del Brontë, no le hizo falta más que un sólo puñal para atravesar no sólo la joya del pequeño, sino todo su brazo y cara. Era un guerrero excepcional.


Y así, todos ellos, superaron con un maravilloso éxito aquella primera prueba. Sin embargo, no todo el mundo estaba contento. Aquella madre (enorme, por cierto) que acababa de perder a toda su camada en no más de quince segundos estaba ahora contrariada. Chilló tan fuerte debido al duelo interno que sentía por haber perdido a sus pequeños, que hizo que incluso el viejo puente se tambalease. Era una visión horrible. Voló entonces alrededor de todos ellos, haciendo que no les quedase más remedio a los guerreros que formar una piña compacta en el lugar donde se encontraban. La madre, como un pestilente y mortal buitre, los rondaba y tanteaba enfadada y, de pronto, sin que nadie pudiese hacer nada para evitarlo estiró su mano a la velocidad del rayo, como si de la lengua de un camaleón se tratase, haciendo que su joya se aplastase contra el cráneo de uno de ellos.

Sus compañeros intentaron salvarle de su enorme y asquerosa garra, sin embargo, el enorme Horrdet le arrastró hacia sí muy rápido. Su víctima chillaba debido al dolor que estaba sufriendo y una sangrienta luz bermeja comenzó a iluminar toda la enorme gruta.
A los pocos segundos y entre terribles bamboleos y zarandeos del prisionero en aquellas garras, la madre Horrdet se sintió más tranquila ahora que tenía el "estómago" lleno, por lo que lanzó a aquel continente libre de contenido aire a través, de modo que el cuerpo aterrizó de forma poco agraciada, después de volar por toda la cueva, justo en frente de los dos golems, que empezaban a estirarse y a quitarse la modorra de encima, ya que al final se habían despertado debido a tal alboroto.

Prosper abrió los ojos, pero estos habían perdido su brillo vital, eran oscuros y quizás un poco opacos, pero no era una opacidad propia de la visión Chrysos, sino una opacidad que reflejaba un vacío horripilante. Lo había olvidado todo. Simplemente era un cuerpo que ya no sabía ni hablar ni caminar siquiera, pues todo aquello lo había aprendido siendo Prosper y ahora, ya no era nada. Era, simplemente, una especie de bebé gigante sin percepción ni de sí mismo ni de su existencia.

*Prosper, el guardia Ignita ha caído bajo las garras del Horrdet y ahora carece de alma y de sensación de "Ser". Queda fuera del rol. Ahora los guerreros deben decidir qué hacer con él: Si dejarlo ahí, o bien llevarlo con ellos cuando puedan continuar. Está en vuestras manos el ser buenas personas o personas prácticas.*




-AAAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA AHORA YA SOISSS PARESSS. ESSS PERFECTO, ¿NO CREÉISSSS? LOSSS PARES SSSIEMPRE SSON MEJORESSSS... PORQUE ASSÍ SSI TIENESSSS DOSSS CARAMELOSSS PUEDESSS DARLE UNO A TU AMIGO. SSSSI SSÓLO TIENESSS UNO, NO SSSSE PUEDE COMPARTIR- chilló Flastio, cayendo desde el techo, en un resalte desde donde había estado viéndolo todo. - ¡NO SSE COMPARTE!
Caminó casi gateando hasta el cuerpo caído del Ignita y comenzó a jugar con el - JAJAJAJAJA ESSSS MI NUEVA MARIONETA jajajaja. ¿ME LO DAISSS? - dijo moviendo sus posaderas, de un lado a otro en modo de súplica.
Los guerreros, mientras esto ocurría, se apresuraron a llegar a donde estaban los golems.
-Bueno, bueno,- carraspeó aún enormemente divertido- dejemos los juguetes para luego jaja- dijo alejándose de Prosper, que sonreía contento en el suelo, viendo al infinito, mientras con una mano tamborileaba en el suelo, pensando en lo que una persona sin alma pensase.

-¿Veisss a essstos dosss? Ssson misss amigosss. No tienen nombre porque mi padre no me deja ponerlessss nombre, pero bueno... juegan a vecessss conmigo a la pelota, porque por aquí no hay mucha gente que quiera jugar conmigo a la pelota -aclaró-. Que sepáisss que ellos son la primera prueba - dijo completamente sonriente. Sin embargo, de repente, abrió mucho los ojos y se llevó la mano a la boca, completamente asustado, para luego fruncir el ceño y mirar a uno de los guerreros fijamente. Se combustionó en llamas para aparecer detrás de Alehyss, agarrándola fuerte por los hombros y oliendo-. No hueles a nada... -dijo con una voz grave, seria, penetrante, que parecía haber olvidado toda su gracia y diversión. Era su verdadera voz. Terriblemente grave y serena. Su voz ya no siseaba. Daba miedo, pues rozaba lo gutural. Le lamió el cuello rapidísimo para corroborar que su nariz no le había engañado-. Mereces morir ahora... -masculló, dejando un montón de babas en su hombro, para luego, desaparecerse y volver a su situación inicial, delante de ellos-. Veréissss -aclaró como si nada de lo que acababa de ocurrir hubiese pasado, ya con su voz aguda y divertida de siempre-. Uno de ellos es un mentiroso. Le encantan las mentiras. Es el ser más mentiroso del mundo. Y el otro... el otro es un trozo de pan. Es sincero, es el golem más sincero que os podréis encontrar nunca. -Sonrió contento-. Detrás de ellos hay dos puertas. ¡Si no escogéis bien, os quedaréis conmigo para siempre y tendré muchos amigos! MI PAPÁ SE PONDRÁ MUY CONTENTO JAJAJAJA -rió, para entonces combustionarse en llamas-. Ah, pero recordad...- dijo mientras el fuego se lo comía- recordad que os estaré viendo y… sólo hay una norma: una pregunta por persona. Vosotros escogéis el golem y él os responderá. ¿Divertido, verdad? A ver si sois tan listos como para llegar hasta mi prisionero jajajaja -y entonces el fuego se lo comió.


Ahora los guerreros deberían enfrentarse a aquel difícil enigma que se les presentaba: ¿Cuál de ellos era el mentiroso y el honesto? ¿Qué puerta deberían elegir?


FDR: Mi parte del trato ha sido cumplida uwu no he matado a Prosper. User, ámame uwu.
FDR: Ahora cada uno iréis por turnos haciendo una pregunta cada uno a los golem, con el fin de dar con la puerta correcta, a cada post vuestro, se os responderá automáticamente con un post de narrador, de modo que así podáis llegar a una conclusión. Como dato sabed que hay una pregunta que os da automáticamente la respuesta, quien se la sepa, que la haga. (e.eU si veo que sois muy catetos os la digo yo è.eU xDDDD).
FDR: Para cualquier problema, MP a la cuenta de Silvio, wassap, twitter o lo que sea.
FDR: Otra opción es que os pongáis de acuerdo y directamente os metáis por una de las puertas uwu~~ pero entonces no me responsabilizo de lo que ocurra si falláis. uOu
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Rick

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 11:03 pm

Asistí, impotente, al succionamiento, o lo que fuese, del alma de nuestro guía por parte de aquella capucha voladora. Invoqué un flagrare para detenerlo, pero mi débil hechizo no pudo hacer nada.

-¡Mierda!-grité al aire-. ¡¿Qué hacemos ahora con ese?! Hay que salvarlo... -mascullé.

El tipo de fuego malvado y loco se apareció al lado de Lester, pero no tuve ningún comentario mordaz que hacerle. Estaba confuso. Nunca me había encontrado en una situación así.

"Primera prueba", pensé. Les demostraría a todos, y a aquel loco, mi capacidad. Y entonces salvaría a todos mis compañeros, incluído el guía, que ahora parecía más ausente que un ánima.

Señalé uno de los dos golems al azar. Al de la derecha.

-¡¡¡TÚ!!! ¡¡TENGO MI PREGUNTA!!

Lo señalé con la espada, amenazador.

-¡¡¿Qué puerta tengo que coger para patearle el culo a todos los malvados que han causado todo esto?!!

FdR- Siento la cutrez, pero espero que valga como respuesta estúpida
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Narrador

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 11:16 pm

Rick se adelantó al resto y no dudó en berrear su pregunta. Haciendo que esta resonase por toda la gruta.

El Golem de la derecha, dio un paso al frente y estiró su pesado y rocoso brazo lentamente y con parsimonia, con los dedos extendidos, apuntando hacia la puerta que tenía a sus espaldas: la puerta derecha.
Acto seguido, se frotó los ojos con cansancio y modorra y dio de nuevo un paso hacia atrás para recuperar su posición inicial.
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Massen Dew
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Massen Dew


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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 11:38 pm

Ante mis dos hechizos, aquel extraño ser se desintegró en el aire. Miré a mi alrededor, buscando alguien que necesitase ayuda, pero vi que todos se las habían arreglado muy bien con sus respectivos atacantes. Sentí una oleada de júbilo al ver que nos las arreglábamos como un auténtico ejército.

Sin embargo, aún quedaba mucho por delante. Al escuchar el chillido de la bestia más grande, que ahora parecía inquieta, me tapé las orejas con las manos, con gesto de desagrado. No tardé en ponerme en posición defensiva al ver que se abalanzaba sobre nosotros, retrocediendo hasta la altura de mis compañeros. Aquel extraño ser nos rodeó y, antes de que nadie pudiera hacer nada, tomó a Prosper por la cabeza y lo alzó en el aire. Me quedé paralizada y me estremecí, viendo como aquel bicho zarandeaba al flamma, para luego soltarlo junto a los golems. Sentí que el estómago se me encogía de miedo; aunque el flamma aún se movía, dudaba seriamente que se encontrase bien.

El chico con pinta de loco volvió a aparecer con su estruendoso discurso, y tal y como hablaba parecía que siguiera explicando su juego. No tardó en volver a desaparecer, y aunque me sentía un poco mal por seguirle el juego tan dócilmente, no se me ocurrían muchas más opciones. Me acerqué corriendo a Prosper para comprobar su estado. Físicamente, pese a los zarandeos y la caída, no parecía muy afectado. Sin embargo, parecía completamente ausente, como si de repente no pudiera percibir nada. Recordé la advertencia de Alehyss respecto a aquellas joyas, y me pregunté qué le habría pasado.

Rick, tomando la iniciativa como de costumbre, preguntó al golem de la derecha cuál era la puerta correcta. Negué con la cabeza. Si uno de los dos mentía, no podíamos fiarnos de aquella respuesta. Me puse en pie y me acerqué a él, extendiendo las membranas de mis orejas y mis manos y mostrándoselos, asegurándome de que podía ver perfectamente aquellas características mías.

-¿A qué raza pertenezco? -le pregunté, e invoqué un aquaerum en mi mano, en parte para hacerlo más evidente, en parte por si era peligroso.

Si decía la verdad ante mi pregunta, podíamos fiarnos de su respuesta anterior. En caso contrario, él era el mentiroso.
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Alehyss

Alehyss


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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 11:40 pm

Acabo con mi adversario sin demasiada dificultad. Pronto miro a mi alrededor y veo que mis compañeros están igual que yo. Asiento para mí. Caer tan pronto no sería demasiado apropiado.
Sin embargo, el horrdet grande parece enloquecer y se lanza contra el grupo, asediándonos. Su presencia no es, ni mucho menos, como la de los pequeños, y nos hace agruparnos para defendernos de su vuelo circular. Sin embargo, nadie tiene tiempo a reaccionar cuando la bestia se lanza contra Prosper. Ni siquiera él mismo.

Asisto, con impotencia, a uno de los más escalofriantes momentos de mi vida. Cuando nuestro guía abre los ojos ya no es él mismo, y veo en su interior un vacío tan profundo como incómodo.
Exhalo el aliento, incapaz de articular palabra. No es el momento. Cierro los labios de nuevo y frunzo el ceño.
No es el momento.


El desquiciado empieza a reír de nuevo. No puedo sino mirarlo con desagrado, aunque trato de contener toda emoción. En combate las emociones debilitan y obligan a las personas a hacer cosas que no deben ser así.
Nos presenta a los golems, los cuales parecen formar parte de una primera prueba. Ello me hace preguntarme qué eran los horrdets, pero escucho la explicación en silencio. Sin embargo, él la detiene de todas formas, desapareciendo.
Cuando me quiero dar cuenta, lo tengo casi encima. No reacciono cuando lo dice "no hueles a nada", ni tampoco opino. Su desagradable lengua acariciando mi cuello casi me hace estremecer, pero aguanto estoica, aferrando el mango de mi kusarigama, dispuesta a degollarlo si se muestra más agresivo. Mas no hace falta. Regresa a su lugar y puedo relajarme mínimamente, aunque la aversión que le tengo no hace más que crecer.


Logro serenarme lo suficiente como para pensar. Uno miente y uno dice la verdad. Una puerta es la correcta y la otra no. Solo una pregunta.

Rick no tarda en mostrar su estupidez (aunque también su noble compañerismo, todo hay que decirlo) haciendo la primera pregunta, tan obvia y de esperar que, obviamente, es incorrecta.
El gólem señala la puerta de la derecha.

Pienso rápidamente. Si es el gólem sincero, esa es la puerta, pero si es el mentiroso, la puerta será la otra. Así pues, aunque se pregunte cien veces, el sincero siempre dirá la puerta correcta, y el mentiroso la falsa, de forma que no sea posible saber cual miente.

Ese es el truco. No hay que saber realmente cual miente.
El que miente, siempre miente, y el que no miente, nunca lo hace. Así pues, solo hay una forma de tener la certeza de que lo que dice el gólem es correcto: preguntando por la respuesta que daría el otro.

Me cruzo de brazos. Es un puzzle complicado si se piensa en lo concreto, pero a la hora de la verdad la respuesta, aunque algo enrevesada, es simple. Sin embargo, no digo nada. No quiero ser la protagonista de algo así. Mantengo mi expresión y aguardo: si fuese necesario, haría la pregunta, pero prefiero ver hasta donde llegan los razonamientos de mis compañeros.

Al fin y al cabo, también este es un buen lugar para trabajar.

Me sorprende la pregunta de Massen, tan inocente y acertada que nunca se me hubiera ocurrido. Es una buena pregunta. Sin embargo, solo lo es si el gólem puede hablar, cosa que dudo. Aún así, observo a los rocosos, expectante y, en cierto modo, orgullosa de la piscis.

FdR- Vamos, que si nadie lo dice edito y pongo lo que dice, pero en caso contrario simplemente se queda callada, pensando y observado.
FdR2- Maldita Massen, me obligaste a editar XD


FdR3- ESTE ES MI POST 999 Very Happy
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyLun Mayo 13, 2013 11:51 pm

Aleyss se queda meditabunda, pero la más joven del grupo, Massen, decide que es hora de intentar una nueva estrategia, esta vez dejando a la vista todos sus rasgos, incluso invocando un Aquaerum con el fin de obtener una respuesta clara.

El de la derecha vuelve a ser el protagonista, pero simplemente emite un par de gruñidos contrariados, pues no nunca ha estado en la superficie y su pobre cerebrito rocoso no conoce ninguna raza.

-¿Grrrrr?- respondió encogiéndose de hombros. Miró a su compañero y este, imitándolo se encogió de hombros y, al unísono, ambos negaron con la cabeza y suspiraron tristes, pues no supieron responder a su pregunta.

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Heylel

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMar Mayo 14, 2013 7:43 pm

Por suerte mi adversario cae con el golpe y, en cuanto presto atención al resto desde el aire, veo que mis compañeros también se han deshecho de los suyos. No puedo evitar una sonrisa de alegría por ello.

Pero no dura demasiado, ya que el grande parece enfurecido y se sobreviene sobre nosotros, cosa que consigue asustarme bastante por su brusquedad. Hace que nos apiñemos y espero en guardia a que haga algo más que mantenernos en tensión, dispuesto a atacar.
Cuando lo hace, su rapidez es asombrosa, con lo que solo puedo observar horrorizado y con los ojos como platos como su gran mano agarra la cabeza de Prosper. Soy incapaz de ahogar un fuerte "¡NO!" pensando en la vida de ese hombre y la impotencia que hemos tenido y, cuando lo veo volar como un muñeco inerte, se me hiela la sangre.

Del horror y el pavor paso a la rabia y noto como se me cargan los ojos. En cuanto el lunático aparece y se ríe, estallo.

¡SERÁS LUNÁTICO! ¡DÉJATE DE JUEGOS ABSURDOS! ¡NO TE ATREVAS A UTILIZARLO COMO SI FUESE UN PELELE! —Lanzo un aethes, desaforado, pero para cuando el conjuro le lleva este ya ha desaparecido y no puedo evitar un grito, acercándome al hombre para ver cómo está mientras mis compañeros continúan.

Prosper... Prosper, ¿me oyes? —Poco tardo en corroborar que no hay nada en él. Nada absolutamente y la angustia se apodera de mí. Este chico tendrá una familia. Algo... Le cierro los ojos con cuidado y le cruzo las manos en el pecho, pesaroso. Este lugar aun es peligroso con lo que supongo que luego decidiremos...

Me acerco al resto y observo la situación con las gárgolas y el entusiasmo de Rick que hace perder una valiosa pregunta. La que hace Massen nos desvela que los golem ni hablan ni parecen tener cultura con lo que ya son más datos. Cavilo durante un rato.

Uno siempre miente, el otro siempre dice la verdad. Entonces da igual lo que preguntemos respecto a un sí o un no porque no podremos cerciorarnos de que sea el correcto. No soy muy listo, así que solo se me ocurre variar la pregunta...

Carraspeo y, mirando a mis compañeros, me acerco al golem de la derecha.

¿Cuántos golems hay en total a ambos lados de ti? —Le pregunto con calma y cierta temeridad. Si el mentiroso siempre miente y solamente hay dos golems, uno al lado del otro, entonces tendrá que decir otro número. Aunque aun diciendo que hay dos golems creo que deberíamos preguntar al otro para corroborar que la respuesta sea acertada. Me maldigo por un momento por no haber pensado a fondo la pregunta, pero ahora ya está.
Luego me alejo del golem para acercarme a Alehyss -que es en quien más confío del grupo- y susurrarle.

Creo que tendremos que pensar en qué hacer con ese hombre...
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMar Mayo 14, 2013 10:09 pm

El golem de la derecha bufó, pues le pesaban las piernas. Sin embargo, siguió con su metodología: dio un paso al frente y analizó muy bien la pregunta y, después de meditarlo bien, vio a su derecha y luego vio a su izquierda. De nuevo a la derecha, se rascó la cabeza y de nuevo a la izquierda, para luego, levantar con fuerza una de sus piernas unos treinta centímetros del suelo para de golpe, dejarla caer.
Su respuesta había sido dada.
A continuación, recuperó su situación inicial.

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Fier

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyVie Mayo 17, 2013 1:43 pm

No presenta casi resistencia, y mientras contemplo cómo mi golpe ha dividido en dos hasta a la capa, me sorprendo. Demasiado fácil, no me fío. Enseguida me giro para cerciorarme de si alguno de mis compañeros necesita ayuda para lanzarme enseguida a prestársela, pero somos todos muy eficientes. No es eso lo que me sorprende, no por nada nos llaman ejército. Aún así, repliego poco a poco, posando los pies en el suelo por fin. Certeramente por lo que parece, en cuanto la Horrdet grande, enfurecida, se lanza a por nosotros.

Inmediatamente alzo la falcata, pero resulta un movimiento un tanto ingenuo por mi parte porque parece ya haber decidido su presa. Aunque nos hayamos reagrupado correctamente, su rapidez ha sido demasiada. Considerándolo no muy fríamente, tal vez -en el supuesto de haber estado sobre aviso- yo en el aire hubiese podido estar a su altura, o Heylel, aunque no conozco su vuelo. Sin embargo, es Prosper el guía quien sufre el toque de esa garra. Se me corta la respiración y se me quedan los ojos abiertos como platos, viendo cómo a continuación es lanzado sin piedad a sobrevolar la distancia que hay hasta los golems. Por el dolor de garganta inmediato, creo que acabo de bramar. Tal cual. Haciéndole un segundo coro a Heylel, tal y como él también se desgañita. No puedo despegar los ojos del guía. Cuando él abre los suyos, el vacío que acoge en su interior es, cuanto menos, espeluznante.

Como si le acabasen de succionar su ráfaga de viento interior. Su vida.

Se me crea un vértigo en el interior, aunque no uno de los agradables. Siento un tirón en la boca de mi estómago, y tengo que cerrar con fuerza las mandíbulas para contenerme por completo. No sé con certeza si lo que se ralentiza es mi pulso o mi percepción de la realidad que me rodea. El flamma tan demente como risueñamente siniestro se detiene a explicarnos que los golems van a ser una prueba. ¿Acaso los horrdets no lo eran? Sin parpadear, le miro. Se nos acerca, de hecho creo que de yo ser la morena del pelo largo, hubiese intentado separarme de él. Atacarle no. No, porque este es su terreno de juego, su tablero, y aún no conocemos las normas. Ni su debilidad.

Pero vuelve a su lugar, lo que hace que me relaje lo suficiente para mirar a mis compañeros. Heylel está junto a Prosper cuidando de él, para luego acercarse. Rick se abalanza a lanzar su pregunta. Su entusiasmo me parece fantástico, de verdad, pero no comprendo que haya decidido malgastar una de las pocas preguntas que tenemos para descubrir cuál es nuestro camino.

Me adelanto un par de pasos, sintiendo cómo se me oscurece todo ante los ojos. Oigo a Massen realizar una pregunta, lo único que veo es cómo los guardianes no tienen el privilegio de comunicarse verbalmente.

Uno siempre miente. Otro siempre dice la verdad. No sabemos cuál es cual, y algo me dice que no lo sabremos nunca ni saldremos de aquí si no lo logramos en el cupo de preguntas que tenemos. Me acerco otros dos pasos a ellos. No soy consciente -al menos no del todo- de que me estoy alejando de mi grupo. El golem de la derecha responde entonces a la pregunta de Heylel, pero yo no sabría darle mucho crédito. No parece que el propio golem haya sabido lo que responderle, aunque contesta que tan sólo uno. Eso es verdad. Aunque también es posible que no sean los únicos y sólo ocurra que no veamos a los demás.

Necesito silencio. Fier, concéntrate. Miro fijamente a ambos guardianes, alternando la mirada. Necesito encontrar una pregunta que me diga lo que necesitamos saber. La cosa sería más fácil si en lugar de disponer de una única pregunta, tuviese una batería de ellas. Pero no importa. Objetivo: Conseguir una pregunta que mate dos pájaros de un tiro. Me cruzo de brazos, acercándome al golem de la derecha. No suelto mi falcata, con lo que queda apuntando a la piedra sobre nuestras cabezas. No tengo la certeza de que él sea quien dice siempre la verdad. Camino entonces hacia el golem de la izquierda.

Respiro hondo. El nerviosismo me corroe, porque creo que ya tengo la pregunta perfecta. Hay que averiguar lo que uno diría que diría el otro. Es decir, preguntarle al contrario, qué diría el uno. Indistintamente de a quién se lo preguntase, me revelaría quién miente y quién no. Encajar en esa ecuación averiguar también de paso cuál es la puerta es más fácil. La dificultad añadida de que no pueden comunicarse, no quita que no sean capaces de señalar a una u otra puerta.

Vuelvo sobre mis pasos, y me quedo centrada entre ambos golems, frente a ellos, a unas cuatro zancadas de distancia. La seguridad crece dentro de mi como una tímida flor ante el primer deshielo. Señalo con la falcata al golem de la izquierda.


- ¿Si tú le preguntases a tu compañero, el golem de mi derecha, "¿Cuál es el camino de la verdad, el camino de nuestro objetivo?", qué te respondería él, qué camino señalaría?-. Mi voz suena más oscura de lo que me gustaría, pero aún así hay firmeza en mí.

No bajo la falcata. Pueden ocurrir dos respuestas.

Si me responde que él mismo, el golem de la izquierda, es el guardián del camino de la verdad, pues entonces en realidad el camino que tendremos que seguir será el del golem de mi derecha. Puesto que el golem a quien he preguntado, es el que siempre miente.

Si me responde que sería el camino que guarda el golem de mi derecha, en realidad es el del camino de la verdad, el camino a seguir sería el del golem de la izquierda.

La solución es, pues, relativamente fácil. A pesar de todo el embrollo para dilucidarlo, firmemente creo que el camino será el contrario al que me sea señalado a seguir. El golem de la verdad me dirá que lo que me diría el golem de la mentira sería la puerta de la mentira, así que hay que salir por la puerta contraria. El golem de la mentira me diría que el golem de la verdad me diría que cogiese la puerta de la mentira. Porque no respondería honestamente, sino que mentiría, porque siempre miente. Con lo que, igualmente, hay que tomar la puerta contraria.

Respiro hondo. Una pequeña siniestra sonrisa se me comienza a dibujar, conforme mis alas se erizan. Si esto es la primera prueba, confío firmemente en que lo podremos hacer.

FdR: Me voy al pueblo, volveré el sábado por la tarde >.< aviso y tal por si tengo que postear de nuevo o algo, no podré hasta entonces.

FdR: En caso de que el narrador diga que avanzamos, y no haya consenso de que hay que llevarse a Prosper, se lo lleva Fier digan lo que digan, y que digan lo que quieran. A quien le importa.
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Lloyd

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 4:05 am

El chrysos no supo muy bien cómo, pero el Horrdet consiguió agarrarle la cara con fuerza. Rápidamente, nervioso, movió el brazo en el que tenía el arma, intentando darle un golpe para que lo soltase. Por suerte para él, el bicho cayó al suelo antes de que llegase a cortarle.

El chrysos se llevó la mano libre a la cara, cerró los ojos y apretó la mandíbula. Se sentía ligeramente mareado, y respiraba con fuerza, alterado. Cuando se tranquilizó, apartó la mano que le cubría y observó en rededor.

Sus compañeros habían acabado con los otros bichejos. La que, supuso, sería su madre, sin embargo, todavía estaba viva. El chrysos la miró de reojo, con el ceño fruncido, preguntándose si tenía pensado moverse o no; esperaba que no decidiese atacarlos.

No tardó demasiado en ver lo que hacía la madre: veloz y furiosa, el bicho se lanzó sobre ellos, cercándoles y obligándoles a agruparse para defenderse. Pero, a pesar de la posición de defensa, nadie pudo hacer nada cuando el bicho se abalanzó sobre Prosper para cogerle por la cabeza, zarandearlo y lanzarle contra los gólems.

El chrysos contempló la escena, paralizado, los labios entreabiertos y los ojos muy abiertos. Cuando el flamma abrió los ojos, frunció el ceño, turbado. El guía no parecía el mismo de antes: ahora mismo, más que una persona, parecía una marioneta, un cuerpo vacío, desprovisto de emoción. Lyam tragó saliva, y notó cómo su respiración se aceleraba. No entendía qué había pasado. No entendía que hacían esos bichos, ni qué le habían hecho al flamma. De nuevo, se llevó la mano a la cara, pensando que hacía unos segundos un bicho más pequeño también le había agarrado a él de una forma semejante. Volvió a tragar saliva. ¿El mareo que había sentido era consecuencia de la magia de aquellos bichos? De no haberse caído al suelo, ¿hubiese acabado él como el guía?

La voz del flamma psicópata lo sacó de sus imaginaciones. Con rápidas miradas, el chrysos lo buscó. Lo localizó en el techo. Cuando descendió, Lyam lo observó, siguiendo sus movimientos con la mirada mientras escuchaba lo que decía. Después de que desapareciese, el chrysos alzó las cejas, sorprendido, y volvió a buscarle. Cuando lo vio detrás de la chrysos, apretó la mandíbula y frunció el ceño, pero no dijo nada.

El flamma desapareció poco después, tras explicarles en qué consistiría la "primera prueba". En vez de acercarse a la zona de los gólems, el chrysos se acercó, al igual que Heylel y Massen, al guía. Manteniéndose a un par de pasos del cuerpo, el chrysos lo observó, confuso. Parpadeó. Después, contempló cómo Heylel le cruzaba las manos en el pecho y le cerraba los ojos, como si el flamma no fuese más que un cadáver. Lyam frunció el ceño.

—¿Qué le ha pasado...? —inquirió, más para él que para el resto. Se sentía estúpido.

Miró cómo Heylel se alejaba y, tras echarle un último vistazo al flamma, le siguió. Rick le estaba haciendo una pregunta a los golems. El chrysos parpadeó y miró a los seres rocosos, esperando una respuesta. Al igual que Alehyss, él tampoco dijo nada y se limitó a observar.
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 1:05 pm

Fier decidió cambiar esta vez de golem y preguntarle al otro que, hasta ahora, había estado tranquilo, quitándose algún que otro musgo de los brazos, muy entretenido.

Este se percató de la pregunta y, sin dudarlo ni un segundo, se levantó, se rascó la barbilla y dio un paso hacia delante, para luego extender el brazo y señalar la puerta que hasta ahora, no había sido señalada: la que estaba detrás de él y, una vez hecho el gesto, dio un paso hacia atrás y regresó a su posición inicial.

Con aquellos datos, los guerreros ya podían conocer la respuesta, por lo que Fier les explicó a todos ellos la conclusión a la que había llegado y todos lo entendieron (todos menos Rick, aunque lo disimuló muy bien).

En cuanto a Prosper, decidieron llevárselo con ellos, por lo que en un primer momento, Heylel y Lyam se hicieron cargo de él, cogiéndolo por debajo de los brazos y cargándolo de la mejor manera que pudieron. Sin embargo, luego se turnarían.


De este modo, los chicos decidieron avanzar por la puerta de la derecha, ya que una vez analizadas las respuestas de los golem decidieron que aquella era la correcta. Y no fallaron.

Al entrar, encontraron un largo pasillo de piedra y, en el silencio de la cueva, pudieron escuchar al fondo de aquel pasillo la ya conocida voz de Flastio, canturreando una canción.

Un columpio, mi columpio esss donde me divierto yo~
Un columpio, mi columpio esss donde juego yo~


Decidieron seguir hacia delante (pues no había otra opción) cuando llegaron al lugar de donde procedía la canción, vieron al tullido flamma comiendo un bocadillo de queso y balanceándose en un columpio. Bueno, no se balanceaba, sino que un piscis de cabello gris y ojos azules de unos 14 años lo empujaba. Estaba lleno de magulladuras, cortes, golpes y tan desnutrido que apenas podía empujar el columpio más de unos pocos centímetros.
-MÁSSSS, MÁS FUERTEEE -le chillaba Flastio y, de vez en cuando, le daba una colleja. Sin embargo, al ver que sus invitados habían llegado, se bajó de un salto del columpio-. Eresss un idiota, Masssslow -le dijo dándole una patada en la barriga, que hizo caer al suelo al pobre esclavo, de rodillas, sollozando-. Empujasss muy dessspacio.

En ese momento, el grupo de guerreros penetró en la sala circular donde ocurría todo eso, hasta situarse en el centro. Sin embargo y sin que nadie pudiera hacer nada para evitarlo debido a la rapidez de los hechos, el suelo se abrió bajo los pies de Massen Dew, la cual cayó en un profundo pozo, estrecho y angosto.

Spoiler:

-AAJAJAJAJAJAJAJAJA -rió el Flamma.- ¡Qué mala sssuerte hasss tenido! -dijo extendiendo la mano hacia el estrecho agujero y cubriendo la entrada con una tapa de fuego azul. No podría salir de ahí a menos que ese fuego se extinguiese de algún modo.

Entonces desapareció de nuevo y apareció con su nariz pegada a la de Heylel y aspiró fuerte. -HUELES A TINTA -dijo carcajeándose. Se desapareció de nuevo y apareció delante de Alehyss, de nuevo, nariz con nariz durante una milésima de segundo para luego volver a desaparecerse y aparecer subido a su columpio de nuevo-. Y esssa tía sin oler a nada. ¡ME MOLESSSSTA!- dijo señalándola cruelmente con el dedo y, entonces, con un grito, alzó un círculo de llamas alrededor de todos ellos, dejándolos encarcelados en él (menos a Massen que estaba atrapada en el hoyo)-. VEAMOSS. TÚ, PLUMITASSS, TÚ, NEGRA- dijo señalando a Heylel y a Alehyss respectivamente-. Sssalid -dijo abriendo una puerta en las llamas que los rodeaba y que a continuación, se cerró a sus espaldas.

-Bien. Aquí comienza la prueba de separación -canturreó-. Veamos... -dijo activando una palanca en la pared, de modo que el hoyo en el que Massen se encontraba atrapada se comenzó a llenar de agua- Esss una pena que ssea pissciss... Pessse a todo, no podrá aguantar la ressspiración eternamente -dijo sonriente.

Chasqueó los dedos de su mano y el círculo de fuego que encerraba a Lyam, Prosper, Rick y Fier y se hizo un poco más pequeño.
-Bien. Atendedme bien todoss. Sssiguiente adivinanza... Una ranita ssse ha caído a un pozo -dijo mirando macabro el estrecho agujero donde Massen se encontraba atrapada, con el agua subiendo lenta pero imparable-. El pozo mide ssseisss metrosss de profundidad -dijo volviendo al columpio para hacerle un gesto a Masslow y que comenzase a empujarle de nuevo-. Sssin embargo la ranita esss una ranita muy cabezona y todoss loss díass ssube tress metross, con el fin de conseguir ssalir de aquel maltrecho lugar -pensó-. Pero ssubir por un pozo ess un trabajo muy arduo -caviló-. Lass ranass tienen la piel visscosa y cuando essta sse duerme por lass nochess, rueda pozo abajo, cayendo siempre la mitad del recorrido total que lleve en esse momento. Divertido, ¿verdad? Pues bien, ssi me decís cuánto tardará en salir la ranita del pozo, dejaré libre a la chiquilla que sssse ha caído en él. Justo, ¿verdad? Sssino me quedo con ella. Bueno, con lo que quede de ella -rió-. Para liberar a vuestross compañeross del fuego... bueno. De eso ya hablaremossss. Pero daos prissa -dijo sacando un reloj de arena de su bolsillo-. Cada minuto que passe, el círculo de fuego -(que llegaba hasta el techo)- sse irá cerrando un poquito másss. Assí que daoss prissa, pero hacedlo bien. ¿Eh? O sssino me quedaré con un montón de amigoss. EN CUANTO A LOSS QUE ESTÁISS AHÍ DENTRO -les bramó a los encarcelados-. COMO OIGA A ALGUNO CHIVARSE DE ALGO, LO FRÍO Y ME LO COMO CON SSSSSSIROPE DE CHOCOLATE -dijo completamente feliz.

Flastio, sonriente, tiró el bocadillo al suelo. Ya no quería más. La mirada del piscis esclavo Masslow se fue tras el bocadillo, sin embargo, no se movió. Dio un vistazo a Heylel y a Alehyss, suspiró y negó con la cabeza, triste y cansado.


FDR: GUAPURAS MÍAS. Los del círculo de fuego y Massen tienen el post opcional. Si no queréis postear, podéis no hacerlo xDDDDDDDD

FDR: Sí: Massen y Masslow.

FDR: Cualquier duda, ya sabéis, bitches.

FDR: La adivinanza es mía, así que no está en internet como la anterior uOu
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Massen Dew
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 2:30 pm

Aunque mi pregunta no sirvió de nada, al final mis compañeros fueron dando con la respuesta. En el caso de Heylel, nos dio la oportunidad de comprobar qué golem decía la verdad, con lo que la puerta indicada a Rick se revelaba como correcta. Por si quedaban dudas, Fier hizo una última pregunta que, aún si resultaba enrevesada, terminaba de confirmar nuestras sospechas. No entendí la idea al principio, pero al poco vi que tenía sentido.

Así pues, echamos a andar por la puerta de la derecha, dando al poco, una vez más, con aquel flamma extraño. Palidecí al ver al niño que lo acompañaba, al que llamó Masslow. Se parecía mucho a Solce, y verlo en aquella situación me hizo ponerme lívida de rabia.

No tuve mucho tiempo para pensar o decir nada al respecto, de todas formas, porque antes de que pudiera hacer nada al respecto, el suelo se abrió bajo mis pies. Instintivamente, traté de aferrarme al borde de aquel agujero aparecido de la nada, pero todo lo que conseguí fue resbalar por una pared levemente inclinada. Una vez más, caía al vacío, y una vez más mi voz quedó ahogada cuando quise gritar, tal era mi terror. Contuve inconscientemente la respiración durante todo el trayecto, sintiendo que el corazón se me salía del pecho.

Llegué abajo con un sordo golpe, y todo el aire contenido salió al momento por mis pulmones, provocándome una sensación de malestar en todo el pecho. Entonces, cuando volví a empezar a respirar, lo hice violentamente, entre jadeos ahogados. Antes de darme cuenta, había empezado a llorar, angustiada. Lo peor ya había pasado, pero la impresión seguía ahí. Aún no había vuelto el color a mis mejillas, pero en aquel momento Masslow había desaparecido totalmente de mi mente, y no sentía rabia, sino miedo. Tanto miedo que las raspaduras y el golpe de la caída quedaron amortiguados por mi mente.

El agua me hizo reaccionar. No tardó en empapar mis zapatos y mi pantalón, y al sentir aquel frescor me vi algo consolada. Palpé el suelo de piedra, que se empapaba por momentos, y extendí las membranas de mi mano para sentirlo bien. Al ver que el agua subía, me atreví incluso a sonreír un poco, optimista. El agua me llevaría arriba, y entonces podría salir de allí.

Miré arriba, y mi sonrisa se borró. Una luz azul, como una tapa de aspecto etéreo, tapaba la salida. Parecía...

Fuego. Si buscaba la salida, probablemente me quemaría. Miré a mis pies. El agua subía. Podría refugiarme en ella, incluso sumergirme. Tenía el tiempo que el agua tardara en subir más el tiempo que aguantara bajo ella. Y, en último caso, las mojaduras impedirían que me quemara demasiado si intentaba atravesar aquel fuego. Bien pensado, mi situación no era tan mala.

Respiré hondo, tratando de tranquilizarme. Pese a todo, no tenía la menor intención de quemarme si encontraba la forma de evitarlo, aunque solo fuera un poco. Convoqué dos aquaerums y los lancé hacia lo alto. Tenía que intentar apagar aquel fuego.
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 2:37 pm

Tras deducir correctamente cual es la puerta que debemos tomar y qué hacer con Prosper, Lyam y yo acordamos llevarlo durante parte del recorrido. No sé lo que queda de este pobre hombre, pero no podemos dejarle aquí tirado.

Cuando llegamos donde está el enajenado de nuevo puedo ver como un pequeño niño desnutrido y sin fuerzas le sirve como esclavo de su columpio y, cuando lo golpea, no puedo evitar apartar la vista un segundo. Maldito malnacido loco. No sé si su crueldad es verdadera o un mero producto de su locura. Al menos si fuese a causa de su locura tendría un ápice de redención. Prefiero pensar en eso.

En cuanto entramos dejamos a Prosper sobre el suelo y, cuando vamos a prestar atención, veo como Massen cae en un agujero profundo que rápidamente se sella con fuego.

¡Massen! —Grito, queriendo acercarme al lugar. Sin embargo siento como el tipejo se aparece tras de mí y me huele. Me recorre un escalofrío e inmediatamente se me viene a la cabeza el líder Darvenwish. Abro mucho los ojos por la sorpresa y escucho lo que dice. No parece tener mucha importancia, cualquiera podría oler a tinta, ¿no? ...

Repite lo mismo con Alehyss y nos rodea con fuego para luego dejarnos salir a mí y a ella para comunicarnos que esta prueba depende de nosotros. Estoy algo nervioso, pero alerta. La vida de Massen y del resto depende ahora de nosotros. Recuerdo el momento justo antes de entrar. Nadie va a venir a ayudarnos.

Escucho atentamente el acertijo y trato de pararme a pensar en él. Ignoro sus advertencias y sus risas, solo tengo que pensar. Se me da bien elucubrar sobre personas pero, ¿reflexionar sobre acertijos? Números... Se supone que son números... No soy muy ducho en ellos, nunca me he visto demasiado inteligente. Al menos no tanto como Gabrielle. Gabrielle, deberías ser tú la que estuviese aquí, ella es mejor que yo... No, pero no puedo ser un cobarde. Vamos Heylel...

Me acerco a Alehyss para comentar el acertijo o al menos para darle una primera impresión y luego me alejo para pensar en soledad, tratando de evadirme del mundo.

Veamos, ¿qué se me da bien? Las joyas, sí. Veamos, si en lugar de una rana se cayese un rubí... No, creo que eso no sirve demasiado... Vamos a ver. Tengo una piedra en bruto que debo limar para conseguir la piedra preciosa. Cada día limo la mitad y me voy a dormir, pero cuando me levanto la piedra se ha oxidado la mitad con lo que tengo que volver a limarla. La piedra es tan dura que solo limaré la mitad de nuevo así que tardaría en pulirla...

Abro mucho los ojos con avidez y corro junto Alehyss.

¡Alehyss creo que lo tengo! La piedra no... ¡digo! ¡La rana nunca puede salir del pozo! —Le digo en bajito, emocionado, para luego explicarle mi deducción. Me siento muy orgulloso de mi hallazgo e incluso la agarro de las manos para contárselo. Pero aun así no me siento seguro de mis capacidades y quiero cotejarlo con ella.


FdR: Y esto, señores, lo hice yo en un examen de mates lol
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 3:57 pm

Cuando Lyam pregunta por Prosper, lo miro de reojo, alternando mis ojos entre el flamma, el chrysos y el resto.

-Los horrdets sorben el alma, o algo así- le respondo secamente, torciendo el gesto un instante. El concepto "alma" me parece demasiado metafísico, así que esa definición no me agrada demasiado.

Tras Dehnel, Massen y Heylel, Fier da con la respuesta que yo había pensado en un momento. Esbozo una mínima sonrisa, observándola de reojo. Es inteligente.
Tras su pregunta, el gólem señala la puerta indicada y todos nos dirigimos a ella. Mis compañeros se encargan de llevar a Prosper. No tengo nada en contra, aunque quizás más adelante nos arrepintamos de ello. Ahora mismo es una carga, pero tampoco a mí me agrada la idea de dejarlo aquí tirado, a su suerte. Quizás muriese o, pienso mirando al flamma mutilado, quizás algo peor.

Avanzamos siguiendo el largo pasillo que se abre ante nosotros. Al fondo, de nuevo, como una especie de macabro guía, nos espera el flamma, cantando en un columpio mientras un muchacho lo empuja.
Si ese es el aspecto del piscis puedo hacerme una idea del de Silvanus. Espero estar errada, pero no puedo evitar sentir la desagradable sensación de que tengo razón.

De pronto, un hoyo se abre a los pies de la piscis. En un gesto instintivo por salvarla, lanzo la cadena de mi kusarigama tras ella, por el hueco, apremiándola para que la agarre, pero la cadena es demasiado corta.
El flamma mutilado aparece repentinamente frente a mí, nariz con nariz. Una chispa furiosa recorre mi rostro. Quiero decirle algo, pero sé que en estos momentos mis palabras solo nos causarían problemas. No hay que hostigar a los locos.
Pronto somos rodeados por un extraño fuego. Frunzo el ceño. Parece que el tipo este se lo toma todo como un juego. No me gusta enfrentarme a desequilibrados precisamente por eso. Sus caprichos, sus juegos... Son capaces de matar por ellos.
Nos hace salir a Heylel y a mí. Lanzo un último vistazo al hoyo antes de hacerlo. De dentro de él llegan sonidos de angustia. Parece que, al fin y al cabo, la pequeña sigue viva. Es un alivio.

Heylel y yo salimos del círculo de fuego para escuchar su acertijo. Lo comentamos un momento y luego cada uno se va a pensarlo por separado.

Cierro los ojos, un instante. La última adivinanza, la de la puerta, se complicaba si le dabas demasiadas vueltas. Lo sencillo parecía difícil por ello. Así pues, como casi todos los acertijos, este debe ser igual en ese aspecto.
Abro los ojos de pronto, comprendiendo un detalle que me da la solución sin tener que ponerme a hacer cuentas estúpidamente.

El hoyo mide seis metros. La rana salta tres, pero cada día se resbala la mitad del recorrido. Para llegar al metro seis, tendría que partir del metro tres, pero tres es la mitad de seis. No puede llegar al metro tres sin haber llegado primero al seis, y viceversa, por tanto...

"¡Alehyss creo que lo tengo! La piedra no... ¡digo! ¡La rana nunca puede salir del pozo!"

Me vuelvo hacia Heylel y asiento. Espero que el acertijo, y por tanto su respuesta, no sean una metáfora. Luego me giro hacia el Flamma.

-La rana nunca podrá salir del pozo. Se acercará infinitamente a la entrada, pero nunca podrá alcanzarla -digo, seria, mirándolo.

Luego callo. Callo aguardando a que libere a la piscis.

FdR- Sin hacer cuenta ninguna u.u
Chócala, Heylito. *Plas*



Última edición por Alehyss el Sáb Mayo 18, 2013 4:25 pm, editado 1 vez
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Rick

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 4:21 pm

Observé ilusionado a Fier cuando dio con la respuesta. Si bien no entendí nada, le dediqué una expléndida sonrisa.

-Vaya, eres una alumbrera -le dije, de corazón.

Enseguida nos pusimos en marcha por aquella puerta. El idiota de Lyam y Heylel se encargaron de coger a nuestro guía flamma, pero yo, suspirando, me acerqué a ellos y lo agarré por la cintura, subiéndomelo al hombro como si se tratase de un saco.

-Dejadme esto a mí -dije, con varonil tono.

Lo cierto era que si lo llevaba solo yo teníamos un activo más que si había dos personas cargando con él. Además, si quería recobrar mi nobleza no podía permitir que un compañero quedase por ahí tirado, o que otros se matasen por llevarlo.

Cuando llegamos frente al tipo dejé a Prosper en el suelo, sentado, a mi lado. El loco este estaba siendo empujado por un niño, que parecía más hambriento que muchos de los mendigos que había visto en la ciudad. Ello me hizo hervir la sangre.

-¡Tú, maldito! ¡¿No sabes empujarte tú solo?! -Lo señalé, acusador.

La voz de Massen, a mi espalda, me hizo volverme rápidamente. La muchacha trataba de agarrarse al suelo, pues un extraño agujero se había abierto a sus pies. Me lancé al suelo, buscando su mano, pero mis dedos rozaron los suyos en vano y ella cayó al vacío.

-¡¡MASSEN!! ¡RESPONDE! -grité al interior de aquella especie de hoyo.

Para colmo, el tipo aquel hizo aparecer un muro de llamas para rodearnos. Gruñí. Mientras Lester y Heylel salían, dejándonos encerrados, corrí hasta la pared de fuego y traté de cortarla con mi espada. Aquel fuego era muy extraño. Regresé junto a Fier y Lyam. Presté atención al tipo, que había empezado a contar su acertijo. Solté una risa despectiva. Qué sencillo. La rana tardaría tres días en salir. Estaba claro. Por eso, cuando escuché a Lester dar la respuesta me llevé, atónito, las manos a la cara.

-¿Pero qué dice? -gruñí, mirando a mis compañeros-. ¡¿Cómo no va a salir del hoyo?! ¿Vamos a achicharrarnos aquí y eso es lo único que se le ocurre decir?

Miré de nuevo hacia Massen. Esperaba que estuviera bien.
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Lloyd

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptySáb Mayo 18, 2013 5:07 pm

Lyam miró de reojo a la chrysos cuando esta le respondió, y luego volvió la vista hacia el flamma. Asintió levemente, comprendiendo de pronto lo que le había pasado.

Después del idiota de Dehnel, Massen y Heylel, Fier habló, dando con la respuesta correcta. Lyam la miró de reojo. No le sorprendía nada que hubiese dado con la respuesta.

Con ayuda de Heylel, el chrysos cargó con el guía. No sabía si iban a poder hacer algo por él, pero dejarlo ahí no era una opción, a pesar de que, a la larga, podría resultar ser un estorbo. El idiota de Dehnel se les acercó después de que diesen un par de pasos, y Lyam frunció el ceño. Cuando el flamma cogió a Prosper por la cintura y se lo subió al hombro, Lyam chasqueó la lengua.

—Gracias —gruñó. Era evidente que el flamma era mucho más fuerte y que era muchísimo más cómodo que él cargase con el guía (pues así sólo uno de los miembros del grupo estaría ocupado), pero era Rick Dehnel, y Rick Dehnel y sus tonos teatreros eran molestos.

El grupo avanzó por el pasillo que había aparecido ante ellos. Mientras caminaban, pudieron escuchar la voz del flamma psicópata y, cuando llegaron al final, se lo toparon en un columpio que estaba siendo balanceado por un pequeño piscis de aspecto desnutrido. Lyam apretó la mandíbula, pero, a diferencia de Dehnel, que se puso a berrear, no dijo nada.

De pronto, un hoyo se abrió debajo de la piscis y, antes de que nadie pudiese hacer algo para evitarlo, la pequeña se hundió. Lyam dio un par de pasos hacia delante, acercándose al lugar, pero un muro de llamas, que rodeó al grupo, le cortó el paso. El chrysos, entonces, retrocedió y observó a sus compañeros.

El flamma psicópata ordenó que Heylel y Alehyss saliesen y, una vez estuvieron fuera, comenzó a explicar en qué consistía aquello. Lyam lo escuchó con atención y, cuando terminó de hablar, frunció el ceño, pensativo. Ignorando las estupideces del flamma, el chrysos se concentró en aquel acertijo. Tras un rato, concluyó que la rana no podría salir nunca del pozo y eso, de alguna forma, le inquietó. La rana representaba, en aquella adivinanza, a Massen. Si la rana no podía salir del pozo, ¿cumpliría su promesa el flamma o no dejaría que la pequeña saliese?

Observó el fuego que le rodeaba. El flamma no había dicho nada sobre cómo podrían salir de allí, sino que se había limitado a decirles que, por cada minuto que pasase, el círculo iría empequeñeciendo. Lyam volvió a fruncir el ceño. Era evidente que el flamma se tomaba aquello como un juego, y un juego, cuanto más durase, mejor. Parecía que el psicópata se lo estaba pasando bien, así que dudaba que dejase que se quemasen (¿por qué hacerlo si podía seguir divirtiéndose con ellos?). También dudó, entonces, de que dejase que la piscis se ahogase, pero no sabía si iba a dejarla salir para reunirse con sus compañeros o si iba a hacer otro truco. Volvió a fruncir el ceño, pensando en lo que había dicho el psicópata. Lo primero que había dicho al verlos había sido que qué pasaría con el ejército de Brontë si los separaba y qué harían en caso de verse separados. Lo que acababa de decir ahora había sido que la prueba de separación comenzaba. Se preguntó si la prueba se limitaría a dejar que Alehyss y Heylel resolviesen acertijos y observó el suelo.

Chasqueó la lengua. Lo malo de aquel tipo era que era un maldito psicópata. ¿Cómo iban a adivinar sus movimientos? A lo mejor sí se conformaba con separarlos de aquella forma, o a lo mejor no le importaba quedarse sin más "marionetas".

Cuando escuchó a Dehnel, lo fulminó con la mirada. Sería estúpido.

—Dehnel, cállate, y coge al guía un momento —susurró, cortante.

No sabía lo que iba a pasar a continuación, y la idea de tener el cuerpo del flamma ahí tirado en el suelo no le agradaba demasiado.
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 12:23 am

Mi pregunta es respondida. Y, no sólo eso, sino que tras mi explicación tan sencilla como me fue posible a mis compañeros, todos parecen aceptar la solución. Me alegra, y muchísimo, haber sido capaz de echar una mano en esta prueba también. Finalmente la puerta es la de la derecha, sonrío a Rick porque me anima. Y por suerte decidimos llevar con nostros a Prosper, que es lo que me parece más correcto. Cuando llegue mi turno intentaré llevarlo el mayor tiempo posible, aun si mi compañero o compañera no pueda.

Entonces, procedemos a continuar nuestro camino. La puerta, la respuesta, no nos falla. Nos adentramos en el larguísimo pasillo, mientras la voz del flamma pirado de la cabeza cantaba y hacía cierto eco sobrenatural. Por fin, llegamos al lugar de procedencia de la canción. El flamma estaba siendo empujado por una criatura no mucho más joven que Massen, creo confiar que piscis también. El corazón se me parte en dos. Literalmente. Pocas fuerzas le quedan a la criatura, y el maldito loco tratándolo como menos que un criado. La mano con la que agarro la falcata está lívida de furia, pero no dejo otra señal de mis sentimientos a la vista.

De verdad que he pensado que nada podía empeorar mi estado, hasta que veo a Massen caer a una repentina trampa. Que encima, el estúpido flamma selló con fuego azul. Totalmente erizada aun a pesar de mi voluntad de al menos intentar parecer calmada en el exterior, comienzo a gruñir cuando se acerca a Heylel y le huele, y repite el procedimiento con la morena alta. Apenas logro controlarme lo suficiente para no saltar a intentar destrozarle la garganta con el filo de la falcata, cuando nos rodea a todos con una pared de fuego.

De manera inmediata me baja un frío polar desde la garganta, sintiendo un fuerte nudo. No me gusta cómo nos separa. Este muchacho hila con hilo muy fino, y a mi parecer está usando hierro puro o acero, con crueldad y sin medidas. Estoy tan nerviosa, que o comienzo a moverme, o me la juego a convertirme en alitas de pollo para llevar. En el mismo sitio, cambio el peso de pie a pie, llegando al nivel de dar pequeños saltitos. El calor es notable, pero no agobiante. Al menos no de momento. A pesar de todo, a través de las llamas se oye a los que han sido apartados fuera, conforme nuestro circulo se estrecha poco a poco.

La impotencia llega a su límite cuando nos amenaza si filtramos la solución, provocando que de manera inmediata me haga una bola sobre mí misma. El autoflagelamiento no me lo permito por una única razón, y es que tengo que estar en perfectas condiciones para que, pase lo que pase, lo dé todo de mí misma. No puedo, no puedo vivir sin saber qué es lo que está pasando allá afuera, así que mientras trago sangre -literalmente- trato de traspasar con la hoja de mi falcata las llamas, e intentar ver aunque sea a base de flashes pequeños.
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 1:14 am

Massen, contusionada, decidió propinar un par de fuertes hechizos de color aguamarina contra el azulado fuego que, al contacto con aquellas azuladas llamas, explotaron como un volcán hacia el exterior, haciendo un eco terrible al haber transformado la magia acuática en magia ígnea, pues aquel fuego azul, en contacto con el agua, la hacía explotar.
-KABOOOOOM- dijo Flastio alzando su mano al aire con la primera explosión-. ¡KABOOOOMBOOOM! - bramó con la segunda, si cabe, más fuerte.
-Vaya fasstidio. Ssse me ha essstropeado la sssorpresa final -dijo sin embargo molesto, al ver que su trampa de fuego había sido descubierta.
En cuanto a Massen, tuvo suerte, ya que las explosiones fueron hacia el exterior y el fuego azul no tocó el agua en el que ya flotaba, sin embargo, el aumento del nivel de esta la acercaba cada vez más rápido a aquellas llamas azules que tapiaban la estrecha entrada y, en cuanto la tocasen, tanto ella como el agua en el que nadaba, arderían en una inmensa explosión. Sus compañeros deberían darse prisa.

Mientras tanto, el enorme círculo de fuego que contenía a Fier, Lyam, Prosper y Rick se hacía cada vez más pequeño y el calor ya se podía notar en sus cuerpos.

Por su parte, Heylel y Alehyss, para sorpresa de Rick (y de Flastio) dieron ambos con la respuesta correcta. -Tsk... un trato ess un trato- dijo entornando los ojos y chasqueando los dedos para hacer desaparecer aquel azulado fuego, justo cuando a la cabeza de Massen no le quedaban más que unos pocos centímetros para tocarlo. Ahora ya tenía la entrada libre y podría salir una vez el agua alcanzase el nivel del suelo.

Sin embargo, Flastio ahora sonreía. -Bien, bien... Habéiss demostrado tener algo másss que pelo en esassss cabezotasss, ssin embargo... -dijo encogiéndose de hombros-. No puedo apagar el fuego del círculo -aclaró, recogiendo el bocadillo del suelo y acercándose a Masslow para dárselo.
Este, con sus enormes ojillos como platos, vio aquel trozo de pan y queso como el mejor de los manjares y con una mano temblorosa lo cogió. -Kasseh jthuh -dijo con un hilillo de voz, dándole las gracias a su captor y, en cuanto este se dio la vuelta, el chiquillo comenzó a comer extasiado, recuperando incluso su enrome sonrisa e incluso un poco de color en las mejillas.

-No puedo apagarlo porque no ssse puede apagar -aclaró después de sacudirse la mano contra su pecho para limpiarse de migas-. Yo no puedo, al menosss... Pero vossotrosss sssí- les dijo a los tres del exterior, Massen, Alehyss y Heylel-. ¿Sssabéiss? Esste fuego es como un perro de caza. Una vez que se libera... necesita... ¿cómo decirlo? comer algo para tranquilizarssse. Necesita... cazar. Y no le vale una caza cualquiera, necesita una vida - dijo alzando su índice claramente a la altura de sus ojos-. Mi papá sabe apagarlo sin que mate, pero yo aún no -dijo risueño y contento.
-Decidme guerreross. Ssseréiss capaces de cometer... assssesssssinato -siseó, haciendo un gesto con la cabeza, señalando a Masslow, sin que este se diese cuenta, pues estaba demasiado feliz comiendo aquel trozo de bocadillo-. Aunque bueno... si no me equivoco... tenéis a vuestro apuesssto guía. Él también puede ser una buena presa -dijo dirigiéndose esta vez a los del interior del círculo.

-VOSOTROS DECIDÍS -chilló sonriente y desquiciado, agarrando con fuerza al esclavo por los pelos y lanzándolo por los aires hacia delante-. ¡Kjse! -dijo el jovencito, lloroso, al caer al suelo del golpe.

-Y ahora... debo... excusssarme -dijo con una reverencia, mientras se incendiaba en llamas para desaparecer y no dar lugar a réplicas o súplicas. Mientas, el enorme círculo de fuego continuaba avanzando de la forma más imparable y cruel.

Massen, Alehyss y Heylel debían matar (entre todos o uno de ellos) a Masslow para salvar a sus compañeros.
Por otra parte, Rick, Lyam o Fier podrían acabar con la vida de Prosper con el fin de pagar el precio que el fuego pedía.
Fuera como fuese, una vida debía ser sesgada en aquel instante con el fin de salvar a los cautivos.
¿Qué decidirán los valientes guerreros de Brontë?
Está en vuestras manos.
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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 2:48 am

Los hechizos estallaron en llamas cuando toparon con aquella red etérea y azulada. Me quedé contemplando aquello con los ojos muy abiertos, sin entender bien, pero aterrada. El agua seguía subiendo, hasta que ya no toqué fondo. Poco faltaba ya para llegar a la superficie (empezaba a prepararme para sumergirme, pese a que parecía una medida desesperada) cuando aquella tapa se abrió y desapareció. Esperé un momento más a que el agua siguiera subiendo antes de impulsarme fuera de aquel agujero.

Me encontré junto a Alehyss y Heylel. Un poco más allá, envueltos en un círculo de fuego, los otros cuatro estaban presos. El flamma loco seguía con sus discursitos, pero tardé un tiempo en prestarle atención. Miraba al piscis, aquel pequeño hambriento, y a mis compañeros, rodeados de llamas. Al final sí conseguí centrarme, pese a mi sensación de odio e impotencia, en lo que el flamma decía. Lo miré con expresión atónita, sintiendo cómo el cuerpo me hormigueaba, envuelto en un horror frío y absoluto. ¿De verdad pretendía que...?

Me giré hacia mis compañeros. El círculo de fuego se cerraba en torno a ellos. Los miré uno por uno, siendo el último Prosper, que mantenía su expresión ausente. Ni siquiera él. Era uno más. No podíamos hacerle eso. Me volví hacia el piscis, Masslow, que engullía su bocadillo de queso con una pasión que resultaba dolorosa y tierna. No era más que un niño desvalido. Probablemente, no tenía muy claro qué pasaba a su alrededor.

Me volví hacia Heylel. Me preguntaba qué le pasaría por la cabeza. Probablemente, su situación no era muy distinta de la mía. Heylel era amable con todo el mundo, siempre se preocupaba y siempre tenía una sonrisa para todos. Por último, miré a Alehyss. En su caso era todavía más difícil descubrir qué estaba pensando. Alehyss siempre parecía ocultar algo, pero de alguna forma, nunca se me ocurría plantearme qué estaría escondiendo. Y, aunque siempre estaba seria, aunque siempre hablaba con un tono extraño, algo triste, parecía tener siempre una solución a todos mis problemas.

Pero no era el momento. Me di la vuelta y, cerrando los ojos, eché a correr, lanzándome al círculo de fuego.
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Fier

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 12:52 pm

Apenas logro ver nada, mientras mi espada está poco a poco poniéndose al fuego vivo, puesto que moviendola de lado a lado de logro romper la unidad del fuego por breves segundos, viendo así qué es lo que ocurre allá fuera. No olvido retroceder paso a paso conforme el círculo se estrecha, teniendo las alas tan apegadas a mi como es posible, para no molestar a mis compañeros. Pero no es necesario ver para sentir las dos explosiones. Poco después, rompo a sudar, primero levemente. Sé que será peor.

Mi corazón se siente aliviado cuando tanto Heylel como Alehyss encuentran la respuesta, y para sorpresa la mía, el flamma psicótico mantiene su palabra en el trato. Avento mi espada entre las llamas para ver a Massen salir viva y coleando del agujero en el que calló, tomándome un descanso en mi angustia, pensando estúpidamente por un momento que todo estaría bien. Que el círculo de fuego se rompería. Esperanza destrozada al milisegundo siguiente, conforme el niñato continua hablando.

De nuevo, mi corazón alcanza un ritmo acelerado, apremiantemente agudo. Como ofrenda o prenda para el fuego encantado, es sugerido a Massen, Alehyss y Heylel que sacrifiquen al niño, al que apenas está vivo y que apostaría mis alas a que lleva casi toda su vida -al menos a donde él alcanza a recordar- captivo. Las palabras en la asquerosa voz del flamma no dejan de repetirse una y otra vez en mi cabeza, me duele la mente, no dejan de repetirse una y otra vez, una y otra vez. Me pongo en pie, intentando andar hacia alguna dirección tapándome las orejas firmemente. También se nos ha sido sugerido que sacrifiquemos como a un animal en el matadero a Prosper. Tampoco es aceptable. La muerte de ninguno de los dos es aceptable.

Casi doy gracias a cuando por fin parece que desaparece. No sé lo que harán. Pero sí sé lo que hay que hacer. Si de verdad hubiese que elegir entre un miembro del ejército o un simple ciudadano de a pie, la norma que rigen los ejércitos es que un soldado tiene el valor de diez ciudadanos. Por tanto, habría de tomarse la vida del niño. Sin embargo, conozco a la mayoría de los que están fuera del círculo. No lo harán. No son capaces.

La voz del flamma no deja de darme vueltas y vueltas en la cabeza, a una velocidad agotadora y demasiado rápida. Me estoy sobresaturando de información; como por ejemplo de que juega con hechizos muy por encima de su nivel, y eso siempre acaba pasando factura. O que tiene un padre. Que su padre si quisiera -que muchísimo lo dudo- nos podría sacar de aquí sin necesidad del sacrificio de sangre. Que si él aprendiera, también sabría. Pero no sabe. Lo que me lleva a... A que él ha aprendido cómo hacerlo, pero no a cómo apagarlo... ¿¿¡¡...!!?? ...

Entonces no lo puede haber realizado a la perfección. No puede, es imposible. Cada vez que aprendes un nuevo conjuro, siempre debes de ser capaz de revertirlo, o hasta incluso de jugar con él y sus matices. Si no, el aprendizaje nunca es completo, el control nunca es completo.

Miro al interior del círculo. Mis ojos arden de furia con la misma intensidad del fuego que nos rodea, y con la mirada y sin palabras, les prohíbo que acerquen la muerte a nuestro guía.

Necesito comunicarme con los miembros de fuera. Vuelvo a valerme de mi espada, que apenas se ha enfriado, y trato de volver a mirar a fuera.

Para mi auténtico horror, Massen ha echado a correr en contra de esta pared.


- ¡NO!

Se me acabó el tiempo para hablar, para compartir mis conclusiones. Ni siquiera me importa una puñetera mierda lo que pueda pasar, ni si estoy o no equivocada. Antes de permitir que Massen de su vida, me juego la mía con una teoría. Retiro la falcata sin perder tiempo, extendiendo el brazo contrario al mismo tiempo. Su filo al rojo vivo me devana la carne si problemas, y le aplico presión suficiente como para llegar a acariciarme el hueso. Desde la muñeca al codo. Necesito sangre, tanta como pueda en el menor tiempo posible. Con tan sólo un paso, comienzo a andar contra el fuego. Sé que he llegado antes que Massen, porque estoy dentro. Y ella está fuera. Y tiene que correr. El dolor me absorbe por completo, pero las llamas ya están acariciando el bíceps.

Lo último que logro pensar de manera cuerda, es que mi padre estará orgulloso de mi.


FdR: el máster me ha dicho que ponga que aún está pendiente de edición, pero a menos que alguien coja al crío y lo degolle, no editaré, por la siguiente razón: Lleváis años trabajando en esos personajes, prefiero sacrificar a Fier antes que alguno de los vuestros.
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Rick

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 1:51 pm

Suspiré aliviado al ver como Massen salía de su encierro. No había entendido para nada el estúpido razonamiento de la chrysos, pero si aquel flamma tampoco razonaba me daba igual. La cuestión era que Massen estaba a salvo –por el momento- y eso era lo mejor que podíamos hacer con respecto a ella.
Nosotros, sin embargo... El fuego nos rodeaba cada vez más. Y por lo visto con el aquaerum de la piscis... No era un fuego normal. Aquel loco nos lo confirmó y se me cayó el alma a los pies: no podía apagarlo. Ni yo con mi espada ni nadie con agua o con tierra. Solo se apagaba con una vida.

Tomé aire. Yo sería esa vida. Mi nobleza estaba perdida y esa era una buena forma de recuperarla: salvando a los demás. Siempre había sido bastante inútil, pero quizás si hacía esto... Serviría de algo por una vez. No como en la lucha contra los mercenarios, en la que solo había sido un estorbo... Esta vez sería de utilidad, aunque lo pagase con mi vida.
Sin embargo, de pronto Massen echó a correr y la sangre se me heló. Y cuando Fier, la hermosa Fier, comenzó a herirse dentro de nuestro círculo... Noté las lágrimas brotar de mis ojos, inconscientemente. No podía hacer nada para parar a Massen, pero confiaba en mis compañeros, sin embargo...
Me lanzaría contra Fier, sin respetar su cuerpo como se respetaban los cuerpos de las damas. La arrastraría de allí como fuese, alejándola del fuego aunque tuviera que tirarla al suelo, aunque le partiese un ala al tirar de ella, o una pierna, o un brazo. Aunque llorase y gritase o aunque tuviese que golpearla para hacerla perder el conocimiento, la alejaría de allí. Aunque tuviese que arrancarle la espada con las manos desnudas.

-¡¡LOS HÉROES MUERTOS NO SIRVEN DE NADA!! –bramé, notando extrañas lágrimas caer por mi rostro.

¿Cuál era mi utilidad? Si salvava su vida, otro tendría que morir... Pero... Aquel niño era muy joven. Y yo... Yo no quería que nadie muriese.

FdR- Vamos, que se lanza a por ella y la va a arrastrar aunque sea por un ala o por los pelacos medio quemada, pero a ver qué pasa con los otros u.u Y a ver qué dice el máster... Y bueno, si alguien muere antes el fuego se apaga XDU
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Lloyd

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MensajeTema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN   El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN - Página 2 EmptyMiér Mayo 22, 2013 2:24 pm

Pero el suelo no se abrió y el círculo de fuego seguía empequeñeciéndose. Lyam parpadeó varias veces. Había pensado que el flamma haría que el suelo se abriese bajo ellos para separarlos, pero no había sido así y ahora estaba más confuso que antes. El flamma psicópata, sin embargo, sí que dejó salir a Massen del fuego, cumpliendo su promesa. Lyam suspiró, aliviado. Antes había pensado que el flamma dejaría a la pequeña encerrada.

Las siguientes palabras del flamma hicieron que cualquier rastro de calma o alivio desapareciese: la única forma de romper el círculo de fuego era matando a alguien. Lyam frunció y observó a su alrededor, consternado. Aquella no podía ser la única opción. Aquello tenía que ser una broma. El suelo tenía que abrirse como se había abierto antes, el grupo partirse en dos y los guerreros deberían seguir cada uno un camino diferente para llegar al lugar donde estaba Silvanus. Y así seguirían jugando con el psicópata, que tendría más muñecos para continuar con sus pruebas.

Pero de nuevo el suelo no se abrió y el fuego siguió avanzando hacia ellos. El flamma había desaparecido. Lyam tomó aire, intentando calmarse. Respiraba agitadamente, nervioso, asustado. Tragó saliva y entrecerró los ojos. Trataba de pensar algo. La muerte de sus compañeros no era una opción; la muerte del niño, tampoco; él, por supuesto, no quería morir. Durante unos segundos, pensó que, tal vez, si el flamma no podía apagar el fuego, no podía conjurar bien el hechizo. A lo mejor, quemándose un poco, haciéndose heridas más o menos superficiales, podrían salir sin necesidad de matar a alguien. Eso tendría sentido, porque el flamma había dicho que su padre sí que podía apagar el fuego, así que su padre, a diferencia de él, sí que sabía controlar bien el conjuro.

Sin embargo, antes de que pudiese expresar su idea en voz alta, Massen comenzó a correr hacia el fuego, y Fier chilló y encerró su brazo en el fuego, y Rick gritó y se lanzó a salvarla y él se encontró con el puñal hundido en el pecho del flamma, en el punto donde estaba su corazón.

Tenía los ojos ligeramente desorbitados y respiraba con fuerza, el pecho subiendo y bajando agolpatadamente. Un pequeño chispazo involuntario atravesó su rostro. Parpadeó. Las manos le temblaban.

Fdr. prosper está bien muerto.
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