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| El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN | |
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+4Massen Dew Heylel Prosper Narrador 8 participantes | |
Autor | Mensaje |
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Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Mayo 22, 2013 3:44 pm | |
| Nuestra respuesta sirve. Si bien al flamma no parece agradarle mucho esto, libera a Massen, como había prometido. Me acerco un poco a ella, para comprobar que esté bien, pero no hay tiempo. El círculo de fuego que se cierra en torno a Lyam, Fier y Dehnel. Cuanto más estemos sin buscar una solución para eso, menos probabilidades hay de que salgan sin heridas importantes. Frunzo el ceño. Nuesto amigo sin nombre nos da enseguida una información con la que no contábamos. No puedo evitar enarcar una ceja, escéptica, aunque sea solo un momento. Lo que dice, que no puede apagar el fuego sin un sacrificio, parece una especie de broma macabra. Ni siquiera sé si habla en serio o simplemente quiere hacernos pasar por esto, pero antes de que ninguno pueda replicar se marcha, dejándonos a nosotros la libertad de elegir.
Observo a los que están dentro del círculo de nuevo. Son tres compañeros. Dejarlos atrás sería traición, y los necesitamos para avanzar. Están con Prosper, el guía ignita, que tras el ataque del horrdet es, sin duda, el candidato más adecuado para el sacrificio. Miro, de soslayo, a Masslow. Si ellos no son capaces de acabar con Prosper entonces Heylel, Massen o yo... Los miro a ambos y no me cabe duda: yo. Massen no es más que una niña, aunque ya esté mucho más crecida que cuando la conocí. Nadie debería hacerla pasar por algo así, que simplemente es un sinsentido cruel. Heylel, por su parte, es un hombre dócil, amable y felizmente casado. No me gustaría que tuviera que contar a su mujer algo así.
Massen es la primera en actuar. Como movida por la desesperación, emprende carrera en dirección al círculo de fuego. Entiendo enseguida su reacción y de un ágil movimiento me planto al lado del piscis, Masslow, atrayéndolo hacia mí por el cuello violentamente y plantando en él mi kusarigama, presionándolo, dejándole apenas libertad para respirar, notando cómo se mueve bajo la presión de mi brazo, intentando zafarse de mi agarre. Veo, a una cámara lenta insufrible, cada uno de los lentos pasos de Massen corriendo hacia la muerte. De algún modo, espero que Heylel... La voz de Fier, gritando, no hace más que aumentar la tensión. Parece que no es la piscis la única que ha intentado servir de sacrificio. Me sudan las manos, que mantienen firmemente asida el arma que quizás tenga que segar la vida del inocente Masslow. Dehnel, alardeando de lo que ha debido de ser su única acción correcta hasta la fecha en mi presencia, parece lanzarse a por ella gritando. Dentro Fier, fuera Massen. Dentro Prosper, aquí Masslow. Y ya noto un hilo de su sangre manchando mi dedo, saliendo de un mínimo corte que he hecho en su cuello sin querer, al presionar demasiado.
Massen está cada vez más cerca y, entonces, Lyam hunde su arma en el pecho del guía. Aflojo ligeramente el arma del cuello del piscis. Finalmente, lo suelto, sin más daños que un corte superficial en su garganta. El fuego se apaga.
Me sudan las manos, pero, sobre todo, me hierve la sangre.
Hacía mucho que no gritaba, pero, de repente, emerge de mis labios una voz potente y segura que muestra, de algún modo, todo lo que pasó por mi mente en estos escasos instantes.
-¡¿CÓMO SE OS OCURRE?! –bramo. El cuerpo me tiembla ligeramente y me cuesta controlarlo-. ¡SI NO SABÉIS MANTENER LA CABEZA FRÍA MARCHAOS, PUES SOIS UN ESTORBO! ¡NO ESTAMOS AQUÍ PARA SER MÁRTIRES!
Tengo la mandíbula casi rígida.
-Habéis creído en las palabras de un loco... Os habéis lanzado sin pensar a las llamas, sin dejar pensar a nadie. Ni un instante.
Aprieto los puños. Hubiera matado a Masslow sin dudarlo. Lyam reaccionó a tiempo, pues la muerte del piscis hubiese sido más injusta. Pero quizás, con un momento para pensar, las cosas podían haber sido de otra forma.
-Morir parece difícil, pero es muy fácil –siseo. Señalo a Lyam, acusativa-. ¿Cómo se siente él? Ha tenido que decidir si matar a un hombre en un instante. Quizás cargue el resto de su vida con ello por una decisión que apenas tuvo tiempo a tomar porque de ella dependía la vida de otros.
Una chispa recorre mi rostro. Mi tono es inflexible, duro, pero ha ido bajando a lo largo de mi monólogo. Me acerco a Massen. La tengo relativamente cerca. Aunque mi rostro es duro, se relaja al llegar a su lado. Estoy furiosa. Lo que han hecho ha sido peligroso para todos, pero... Al fin y al cabo, Fier solo se lanzó para salvar a Massen. Fue una reacción, como la de Lyam.
-No lo hagas más... –suplico, mirándo a la piscis, en un susurro.
De pronto me siento muy cansada, como si todo esto hubiese durado horas, y no apenas unos segundos.
FdR- Podemos dar por hecho que el fuego se apaga XD Dicho por el master
FdR2- Edité, pero quería gritar en un principio
FdR3- Massen ;O; Ale te quiere | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Mayo 22, 2013 8:52 pm | |
| Un suspiro al ver como Massen puede salir del pozo y, en un mero instante, sus palabras me rajan de arriba a abajo y me quedo paralizado por un segundo. Está diciendo que no tenemos más remedio, que alguien debe morir, morir sin más miramientos y desaparece sin más. El chiquillo, el joven guardia, alguno de nosotros indistintamente... Alguien. Muerto. Quemado por el fuego en un estallido. Una de las peores muertes que pueden existir y alguien...
En un ataque de pánico en cuanto veo a Massen y Alehyss mirar al chiquillo piscis no puedo evitar que las lágrimas se me salten y lanzarme contra él para abrazarlo.
—¡NO! ¡NI SIQUIERA LO PENSÉIS! —Les grito con desesperación y rabia apretando al muchacho contra mí hasta casi fusionarlo conmigo mientras mis lágrimas empiezan a salir por la desesperación. Miro a todos acusador. No, no voy a permitir que nadie se plantee matar a un muchacho de su edad aquí secuestrado solo porque nadie le conoce. —¡Hemos venido a salvar a Silvanus! ¡MIRADLE! ¡Podría ser él perfectamente! —Les reprocho en unos instantes de tensión.
Veo como Alehyss se acerca para amenazar al crío y le agarro el brazo, mirándola con ceño y desafío. Confío en Alehyss, es una de las personas que más aprecio en el palacio, pero no voy a dejarla hacer ninguna locura.
El cículo se sigue cerrando, los chicos están dentro. Prosper, el guardia sin alma. ¿Estaba ya su vida perdida? ¿Era justo dejar que se lo tragasen las llamas? Parte de mí dice que sí, la mayoría dice que no y no puedo dejar de aferrar al muchacho y apretar los ojos sin saber qué hacer.
—¡MASSEN, NO! —Grito, nuevamente desesperado y sintiendo como el corazón se me para por unos instantes.
Todo es muy rápido.
Massen corriendo hacia el fuego, Fier lanzándose desde dentro también, Rick gritando para detener a ambas... Y entonces el fuego se detiene ante mis ojos atónitos y muy abiertos.
Massen, Fier, Rick, Lyam en pie. Solo ellos.
Se me corta la respiración por un segundo sin dejar de sostener al piscis, apoyando su cabeza contra mi pecho para que no lo vea. Apenas escucho qué dice Alehyss. Es como si la calma hubiese caído desde el techo como un enorme yunque que deja una humareda de polvo en el aire y un silencio comparable al pitido de los oídos cuando un conjuro estalla cerca de tu cabeza. Hemos sacrificado a un hombre impedido para salvar nuestras vidas. La supervivencia del más fuerte. El fin que justifica los medios. Pero todo eso no puede quitarme de encima la angustia y horrible sensación de vacío que tengo dentro.
En cuanto respiro durante unos segundos, recuperándome un poco, mi visión de las cosas cambia totalmente. Mi cerebro aísla los sucesos que ocurren aquí dentro, como un sueño indolente que recordaré al despertarme.
Me yergo tras haber ido encogiéndome alrededor del muchacho y le doy la mano, manteniendo una mirada bastante vacía.
—Vamos, aquí no hacemos nada —Mi mano casi parece la de una estatua de mármol apresando la del chiquillo. Ninguno de los presentes la va a soltar. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Mayo 22, 2013 9:49 pm | |
| Ignoré el alboroto general, pero aunque al acercarme al fuego sentí su calor, de pronto este desapareció de golpe. Desconcertada, abrí los ojos y me paré en seco. No había llamas. Mis cuatro compañeros seguían donde estaban, pero nada los rodeaba ya. Alterné mi mirada rápidamente entre todos ellos: Fier, con el brazo lleno de llagas y un aspecto horrible; Rick, tratando de inmovilizarla; Prosper, ya no sin atisbo de reconocimiento, sino también sin atisbo de vida... Sentí cómo se me encogía el estómago al ver la daga firmemente clavada en su pecho. Por último, miré a Lyam, responsable de aquello. Parecía entre confuso y horrorizado, como si ni él mismo entendiera muy bien qué acababa de pasar. No me vi capaz de decir nada.
Alehyss llenó el silencio en seguida, de todas formas, con una voz potente, alta y llena de rabia. Me volví hacia ella, completamente seria, y sentí cómo el mentón comenzaba a temblarme al ver aquella escena. Alehyss se había adelantado hacia nosotros, y llevaba en su mano su arma, levemente manchada de sangre en el filo. Un poco más allá, Heylel defendía a Masslow de... de Alehyss, comprendí al instante. ¿Cómo había podido si quiera pensarlo? Le sostuve la mirada firmemente cuando me habló. En el fondo, me sentía culpable por mi repentina reacción, que probablemente había precipitado los acontecimientos, pero eso no la justificaba a ella. Podía quejarse, pero no había hecho nada mejor que yo. Tampoco era quién para decirme qué podía hacer y qué no. No era ninguna "protegida" de nadie. (FdR.: ¿Que no, Massen? ¿Que no?)
Tras dirigirle una mirada cargada de rencor y altiveza, pasé de largo a su lado para dirigirme hacia Heylel y Masslow. No tardé en comprobar que el niño no tenía más que un corte superficial en el cuello. Dirigí una mirada seria a Heylel, indicándole que no necesitaba ninguna actitud sobreprotectora por mi parte. Luego me dirigí al pequeño, componiendo mi mejor sonrisa, pese a las circunstancias. Le hice un gesto tranquilizador con la mano, temiendo que pudiera asustarse, antes de acogerlo en un abrazo.
-Djaniss dià, Masslow, githfi è. Massen Dew loth. Heylel affeh lii. Modj, modjith. Minaj lithddeh. Masslow, attoth lith, ¿modj? Djaniss dià -le susurré, acariciándole el pelo. Me sentía como cuando tenía que dormir a Solce por las noches.
FdR.: Os traduzco: "Ea, ea, pequeño Masslow. Soy Massen Dew. Este es Heylel. Todo está bien, tranquilo. No tengas miedo. Voy a cuidarte, Masslow, ¿vale? Ea, ea." | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Mayo 22, 2013 11:15 pm | |
| Lyam observaba el cuerpo del flamma, absorto. El círculo de fuego había desaparecido, pero él todavía contemplaba el cadáver, ajeno a lo que ocurría a su alrededor. Las manos seguían temblándole, y una parte de él, una mucho más salvaje y rabiosa, luchaba por gritar o llorar, pero la contuvo: había matado a un hombre, pero aquello aún no había terminado. Inspiró con fuerza y luego expulsó el aire con lentitud, intentando calmarse. Apretó la mandíbula. Otro chispazo involuntario recorrió su rostro, pero pronto su respiración recuperó un ritmo medianamente normal.
Tragó saliva y apartó la mirada del cuerpo. Miró a Alehyss, que estaba gritando con la kusarigama en una de sus manos; después, observó al resto de sus compañeros, deteniéndose apenas unos segundos en cada uno, sólo para comprobar que todos estaban bien.
Volvió a mirar al cuerpo, dándoles, de nuevo, la espalda a sus compañeros. Se arrodilló frente al flamma y le arrancó la daga del pecho, con fuerza. Las manos todavía le temblaban un poco. De reojo, observó el rostro del guía, agradeciendo, nada más hacerlo, que tuviese los ojos cerrados. Durante los escasos segundos en los que lo contempló, pensó que no parecía mucho mayor que él y que, probablemente, tuviese a alguien esperándole en casa. Eso le hizo sentirse mucho peor.
Apoyó el arma, ensangrentada, en el suelo, a su lado. Ya tendría tiempo después para limpiarla. Luego, movido por un no sabía qué, comenzó a inspeccionar al flamma, buscando algo entre los bolsillos de su uniforme. Pensó que, tal vez, el guía llevase consigo algo que le recordase a alguien, algo como un retrato, y pensó que a él, si fuese un familiar del flamma, le gustaría que se lo devolviesen. Luego pensó que también les gustaría que les diesen alguna respuesta, algún motivo que explicase por qué había muerto si hasta hacía unas horas estaba perfectamente. A él, a fin de cuentas, le habría gustado que se la hubiesen dado.
Un nuevo chispazo le recorrió la piel, esta vez en las manos, que todavía palpaban el cadáver del guía. Lo peor de aquello no era que había matado a un hombre, sino que, segundos antes de haberlo hecho, había pensado que podía haber otra solución. Y también, por supuesto, la certeza de que él, a diferencia de sus compañeros, no se había alistado en la misión por un acto altruista como podía ser el de salvar a un compañero: él, aunque el piscis le preocupaba, había decidido ir porque sentía curiosidad, porque tenía que informar de lo que le había pasado al piscis y la mejor forma para hacerlo era ver con sus propios ojos dónde había estado encerrado.
Tragó saliva y apartó las manos. No había nada en los bolsillos del flamma. Luego, en voz baja pero audible, habló.
—Alehyss. —Todavía de rodillas, miró a la chica—. ¿Hay una cura para lo de los... Horrdets?
Espera que le dijese que no. Eso, por egoísta que sonase, haría que se sintiese mejor. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Vie Mayo 24, 2013 12:12 am | |
| Masslow sintió pánico al ver a aquel hombre echársele encima y chillando - ¡Tehteh Masslow gorjithddeh!*- chilló completamente aterrado, pero de repente, sintió el helado borde de acero en su verdoso cuello y la respiración caliente y fuerte de aquella mujer en su nuca. Masslow lloró en silencio (pues así le habían enseñado a hacerlo para no molestar) mientras los lagrimotes le caían por su cara desnutrida y se le metían algunos por la boca, mientras otros se perdían por su cuello. Las piernas le temblaban y sus desnudas rodillas se golpeaban fuertemente y, mientras tanto, mil cosas pasaban a su alrededor, las cuales no pudo ver por tener los ojos cerrados al llorar. Cuando sintió que la mujer chillaba y se apartaba, pudo ver su arma manchada de sangre y rápidamente se llevó las manos al cuello y, cuando las retiró, el sutil verde había sido sustituido por un brillante rojo, con lo cual, comenzó a llorar más fuerte, esta vez, en alto. Ya no le importó que fuera un desconocido. Se abrazó a Heylel con el fin de encontrar algún consuelo, pero a los pocos segundos, Massen se acercó, y comenzó a hablar con él, que la miraba con los ojos como platos. Entre lloros y sin dejar de abrazar a Heylel, el chiquillo respondió chillando- ¡Massen Dew, attith! ¡Heylel, attith! ¡Flastio resho lii! ¡Flastio Massen Dew kakumei! ¡Flastio Heylel kakumei! ¡Flastio toajj kakumei!**- dijo entre lloros. Se vio las manos de nuevo y vio que había manchado la camisa de Heylel- Boo...***- dijo en un susurro, para luego, abrazar a Heylel para no separarse más de él. - Spoiler:
*Persona Masslow no tocas (No toques a Masslow) **¡Massen Dew vas(porque no tienen imperativo entonces es como si dijera vete (?) o algo así, a mi no me miréis) xDD! ¡Heylel vas! ¡Flastio malo es! ¡Flastio Massen Dew matará! ¡Flastio Heylel matará! ¡Flastio todos matará! *** Sangre... FDR: E_E se me dan muy mal las lenguas así que si está mal, mil sorrys xDU. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Lun Jun 03, 2013 1:12 pm | |
| La mirada que me lanza Massen no me es desconocida. La he visto en muchos ojos, tanto de otros como en los míos propios, y puedo intuir, casi segura, lo que guarda en su cabeza. No digo nada ni hago nada. No estoy aquí para enseñar a los niños a ser adultos, ni mucho menos, y ya he gritado bastante. Es Heylel el que recibe el abrazo del niño piscis y es Massen la que lo consuela en su idioma. Yo seré, simplemente, la que hubiera matado a Masslow para salvarla, siendo cruel y fría. Limpio el filo de mi kusarigama en mi ropa. La sangre estropea fácilmente las armas. Tras hacerlo, agarro en la derecha la cadena y la hoz.
Me acerco hacia Lyam y lo miro, arrodillado. Su pregunta me resulta incómoda. No conozco casos de cura, pero tampoco conozco demasiados casos. Extiendo mi mano hacia él, ofreciéndosela para ayudarlo a levantarse.
-Has hecho lo correcto... –le digo.
Observo un instante el cadáver de Prosper. Aún estará caliente. Hace escasas horas lo conocí y en ese tiempo pasó de ser un hombre alegre y serio a ser una especie de cuerpo con vida y sin entendimiento y ahora le han arrebatado lo que le quedaba.
Cavilo de nuevo sobre la pregunta del chrysos. No soy muy dada a mentir por compasión, pero ahora mismo decirle otra cosa entorpecería la misión nublándole la mente.
-No creo que se pudiese hacer nada por él –le digo, serena.
Suspiro. Hay que seguir y espero que no nos aguarden más pruebas como esta. Estoy harta de juegos.
FdR- Siento mucho la tardanza, pero esta última semana fue... UUFUFF
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| | | Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Lun Jun 03, 2013 1:24 pm | |
| Cuando el fuego desapareció me quedé confuso por un instante. Miré a todos lados, buscando una explicación. Fuera, Lester sujetaba amenazante al chico piscis, pero parecía vivo, así que no debía haber sido eso. Entonces encontré la solución a mi problema de incomprensión mucho más cerca de mí: Lyam y Prosper. Solté a Fier.
-¿Te encuentras bien? –le pregunté, preocupado, aunque no tardé en cambiar el objeto de mi preocupación y acercarme al flamma, tomándole el pulso.
Creía casi, seguro, que su corazón no latía. Aunque el fuego se había apagado, así que era lo más probable. Lester gritaba. El chaval lloraba. Massen se había vuelto loca y hablaba muy raro. Lyam estaba en el suelo, arrodillado, echando chispas como una tormenta. Observé el cadáver. Me hubiera gustado ser yo, pero seguramente Prosper hubiera pensado lo mismo. Ahora sería un héroe en mi memoria. Y esperaba que también en la de mis compañeros. Me acerqué a Lyam y puse una pesada mano en su hombro, mirándolo serenamente por unos instantes. Era un tipo sospechoso y algo idiota, pero de imaginarme cómo me sentiría yo de haber tenido que... Me volví hacia todos.
-¡Hay que continuar! –grité-. El que ha hecho esto no puede quedar inmune.
En esos momentos seguramente todos estábamos algo asustados y tristes, pero no debíamos venirnos abajo ahora. Ya habría tiempo de llorar. Regresé de nuevo junto a Prosper y me agaché. Tomé su cuerpo con cuidado y me lo eché al hombro. No iba a dejarlo allí aunque tuviese que cargar con él hasta el mismísimo infierno. Sus seres queridos tenían derecho a despedirlo como Mithos mandaba.
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| | | Fier
Edad : 33 Mensajes : 453
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jun 04, 2013 10:31 pm | |
| El dolor fue desde el primer momento comiéndose mi carne bocado a bocado, al compás y sintonía de las llamas que tan gentilmente parecían acariciarme. Comienzo a procesar extrañamente las cosas. De repente me parece totalmente lógico el hecho de que estemos separados. Pero no para crear tensión momentánea, sino para a la larga dañar el grupo. De repente, el aire que respiro comienza a tener sabor a una buena cena que apenas comienza a cocinarse.
De repente, me noto sacudida e impulsada hacia atrás. No veo nada más que el brillante fuego frente a mis ojos y el inminente paso que me llevaría a entregarme a él con esperanzas de salvar a la impetuosamente Massen, con sus estúpidos y subdesarrollados reflejos. Pero las llamas ya no me tocan. Hierro puro, pero frío, me mantienen sujeta y alejada. Por puro pánico de verme prohibída de las acciones que deseaba, comienzo a revolverme con fiereza. Hasta que la cortina ardiente simplemente desaparece.
El mundo deja de estar bajo los efectos de calmantes. Un inmenso, intensísimo dolor, se me aposenta en la parte trasera de la cabeza. El brazo rajado, ofrecido, no ha golpeado a Rick de puro reflejo animal para no dañarme en una herida abierta. Me detengo de inmediato, laxa en sus brazos, muy poco dama, con muy poca entereza. Mi primer reflejo consciente -y doloroso- es localizar a Massen. Está viva. Entera. Mientras el bramido de Rick me destroza por completo el pabellón auditivo pero no logra que ponga mi mente en orden, en absoluto.
Comienzo a sentir un mareo acuciante, que tira desde mi estómago hacia todas partes y ninguna a la vez. La pregunta lógica que surge -gracias a todas las plumas sagradas- por sí sola es... ¿Quién ha perdido la vida?
La búsqueda es corta. Un chispazo y un rápido fulgor primero llama a mis ojos y luego soy capaz de girar la cabeza. Un muy tembloroso, muy exaltado Lyam acaba de retirarle la vida a nuestro guía Prosper. En un principio, no soy capaz de comenzar a digerir esa visión. La sangre es demasiado real. Intento caminar hacia ellos, hacia él, pero de tan firmemente como mis pies me llevaban antes, ahora ni siquiera tocan suelo. Quiero que el estúpido y gigantón flamma me suelte pero no sé cómo expresarlo. Creo que no puedo expresar nada.
Y sin embargo de alguna manera recupero el contacto con el suelo. Trastabillo cuando me suelta, oigo su pregunta, asiento como una autómata. Ahora sí, mis piernas obedecen y comienzan a llevarme a Lyam. No quiero tocarle porque ahora mismo ni siquiera sé cuál ha sido el brazo que me he quemado, pero lo veo tan desamparado y me duele tanto que haya tenido que matar sin siquiera desearlo... No puedo superar el hecho de que haya actuado tan impulsivamente. ¿De mi misma? Estoy más que acostumbrada. Pero que los demás sean torturados después por sus impulsos me duele más de lo que debería.
Cuando llego a su lado, trato de posar mi mano en su mejilla consoladoramente. Ni siquiera llego a tocarle. Un chispazo, que realmente no duele en absoluto y mucho menos después de lo que estoy sintiendo en una extremidad, me repele. Doy un paso hacia atrás, contemplándole sin comprender. Cuando comienzo a creer que puedo empezar a juntar todos los pedazos de mi mente que están confusos y desorientados, un bramido femenino, chirriante e irritante, me pone los pelos de punta.
Giro lentamente la cabeza. Es la morena de pelo largo. Massen está más cerca de ella así que es ella la que más reprimenda se lleva. ¿Reprimenda?
No.
Eso es una falta de respeto total y absoluta. Una muestra de pocos modales, por no decir que soeces y ordinarios en su mejor día. Mi reacción es inmediata, mi ceño se frunce al máximo, y en menos de cinco zancadas me lanzo contra ella. Paro la violenta carrera a dos centímetros de su puta cara. Aún así, llego después de que le susurre algo a la piscis, que ni sé lo que es ni en estos momentos me importa una jodida mierda. Con la mano que no tengo quemada, le cruzo la cara de una soberana hostia con todos los dedos abiertos.- Tú. Quién eres tú para hablar de quién es un estorbo, para juzgar. Quién te crees que eres, qué derechos te crees que tienes, qué poderes sueñas que tienes, acaso te crees capaz de leer en otras almas. Jamás me alces la voz de nuevo o te juro por mi sangre que te enseñaré qué son los modales. Ni a mi, ni a ella. Ni a nadie. Jamás. Me da igual la mucha o poca razón que tengas. Que la tienes, en parte, no lo niego. Pero jamás olvides tus modales y el respeto que debes a los demás.Se me escapa algún que otro silbido y siseo, denotando el hecho de que me crié en Caligo, para aquel que tenga oído para los idiomas. Pero estoy contenta con cómo lo he expresado, porque a pesar de que se nota que lo he dicho con rabia, he sabido controlarme. Me separo de ella, mirándola tan desafiante como puedo, puesto que nada desearía más que haber tenido mi cuchillo montero a mano para clavárselo contra la garganta, como ella hizo con el puñetero crío de las pelotas.
Respiro hondo. O bien me falta el oxígeno, o bien me sobra. Necesito agua. Literalmente. Me doy asco a mi misma, puesto que yo también hubiese matado al crío sin dudarlo. Y también hubiese reprendido a Massen, con mayor o menor delicadeza da igual. Pero ahora no quiero ni mirarla. Está con Heylel consolando al otro piscis, y eso es lo único que me interesa saber.
Me encamino tan digna como puedo hacia la poza que no hace mucho que retenía en una trampa a Massen, y directamente hundo el brazo en ella hasta el hombro, arrodillándome. Cierro los ojos, apoyando el antebrazo contrario contra el suelo y escondiendo el rostro contra el hueco de mi codo. Me atrevo, lentamente, a mover los dedos. No se han pegado entre sí, y eso es definitivamente una alegría. No sería agradable tener que despegarlos a acero.
Suelto la falcata casi abandonándola, y de tripas corazón, me miro por primera vez. Me da igual si me dejan atrás, yo necesito tratarme esta herida ya. No está tan mal. Podría ser peor. No me he comenzado a desangrar por el corte hecho al rojo vivo. El fuego apenas me ha acariciado en comparación con lo que podría haber pasado. Por fin tanto estudio de la medicina me va a servir para algo, porque tal y como rezan los manuales, una vez te centras en una herida es más fácil mantener la mente fría y serena. No son más que quemaduras de segundo grado. Dolerán, serán molestas, habrá riesgo de infección, quedarán algunas cicatrices, pocas. Nada más. Lo que me preocupa es la raja. Una vez que me he lavado a conciencia, tras tragarme la bilis, veo incluso un arañazo en mi propio hueso.
No tengo nada mejor que la piel que encontré en el jardín de antes. No es lo más idóneo, pero no tengo nada mejor. Me la quito de entorno a los hombros, donde la había llevado. Me pongo en pie para sacudirla. Con una mano me es imposible, así que me fuerzo a rabiar para lograr sacudirla a fondo. Una vez más o menos limpia, por la parte del cuero, comienzo a apretarme fuerte y eficientemente el antebrazo.
Tengo que volver a tragarme la bilis. Estoy hipersalivando. Termino de atar la piel. Pero al menos comienzo a tener la mente un poco más lógica, un poco más fría. Alzo la mirada para enfrentarme a lo que sea que haya sucedido mientras que para mi no había más que dolor.FdR: En este orden, yo: - Spoiler:
FdR2: Freuer Frei de Rammstein me acompañó al redactar the very beginning. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Jun 05, 2013 9:49 pm | |
| En cuanto todo termina Masslow parece ponerse muy nervioso y gritar en su idioma. En un principio pienso que se soltará de mí, temiéndonos, pero finalmente me abraza más fuerte y yo hago lo propio, acariciándole la nuca.
Massen se acerca para hablar con él y consolarlo después de reprochar la actitud de Alehyss, que ahora parece algo desconcertada por la actitud de todo el grupo.
Fier no tarda en adelantarse como una fiera y golpearla, algo que me hace abrazar más al pequeño piscis y abrir los ojos para luego escuchar sus gritos y retahilas. Esto no va bien. Apenas hemos entrado en este lugar y nuestro grupo parece totalmente desmembrado. Lyam aletargado, Rick desconcertado, Fier rabiosa, Massen disgustada, Alehyss prestando únicamente atención a Lyam y Prosper... Respiro hondo y trato de mantener la calma que mi desplante de situación anterior me ha cedido.
—Si queréis pelearos al salir de aquí ya tomaremos cartas en el asunto, pero bastantes problemas tenemos y tendremos como para enfrentarnos y herirnos nosotros solos. ¿U os creéis que aquí abajo a alguna de vosotras la va a salvar el orgullo? —Miro a ambas a la vez y después cojo al pequeño en brazos.
—Tranquilo... —Beso su sucia mejilla y me lo coloco a la espalda, agachando un poco las alas para arroparlo. Luego nos muevo hacia donde está Rick. —Sí, continuemos —Digo con el mismo tono apagado. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Vie Jun 07, 2013 1:17 am | |
| La bofetada de Fier resuena en mi mente mucho más, seguro, de lo que suena en realidad. Mi mano vuela hacia su muñeca, para atraparla, y miro a la mujer fijamente a los ojos con seriedad, casi desafiante. El ceño fruncido enmarca los ojos, agresivos, pero al mismo tiempo contenidos. Rápidamente, mi mirada baja a su otro brazo, el herido.
Aprieto la mandíbula.
-No volveré a gritar -digo sin más, seca, serena, algo fría, pero relajando un poco mi cuerpo. Suelto su muñeca y hago alusión a la otra con un movimiento de cabeza-. Haz algo con eso.
La veo caminar hacia el hoyo lleno de agua y hundir en él el brazo. Ha sido una suerte que se llenase de agua, al final. De todas formas, si no trata su quemadura quedará una cicatriz desagradable. Aún así, eso no es asunto mío.
Aunque no me guste estar de acuerdo con Dehnel, tenemos que continuar. Y generar discusiones entre nosotros no es la mejor idea. Sigo creyendo plenamente en lo que dije. Quizás la situación me hiciese ser más o menos dura, pero en algo tiene razón la aether: yo no grito. Y, al gritar, he cometido un error. Así pues, basta de errores.
Silvanus está cerca.
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| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Vie Jun 07, 2013 8:14 pm | |
| Pese a los roces que se produjeron en el grupo, no podían volver atrás. Sólo les quedaba continuar, por la pesada puerta de metal que tenían delante y que, hasta no hacía mucho, estaba custodiada por Flastio. Rick se acercó a Prosper y lo cargó. Un peso muerto a su espalda de aquel calibre no sería fácil de cargar durante todo el camino, sin embargo el Flamma parecía decidido. Otro que también recibió carga fue Heylel, cargando esta vez con el pequeño al que acababan de arrancar de los brazos de la muerte y, con mucha más fortuna, de los de Flastio. El grupo se dirigió a la puerta, sin embargo esta estaba cerrada. Necesitaban una llave. Masslow se dio cuenta de aquello y, en silencio, se revolvió de entre las alas de Heylel para sacar una llave un poco mugrosa que llevaba por debajo de la camisa (más bien trapo) y colgada al cuello.- Zassha è teráhdjoth (FDR: La llave tengo) -dijo escurriéndose por la espalda de Heylel, apretando mucho la llave con su huesuda mano. No quería dársela a nadie. Se apresuró con pasos cortos y se acercó a la puerta, introduciendo la llave y haciéndola girar, para luego sacarla- y volvérsela a guardar al cuello. Miró al grupo con sus enormes ojos ojerosos y corrió hacia Heylel, extendiendo de nuevo las manos para regresar a su sitio. Aquellas alas eran calientes y confortables. Le habían gustado. Ante ellos, apareció entonces una de las peores visiones que muchos de ellos habían podido ver hasta la fecha: un enorme pasillo con centenares y centenares de celdas. Comenzaron a caminar a través de aquel pasillo, únicamente iluminado por antorchas. Las celdas no tenían luz en su interior, sin embargo, se podían apreciar las sombras de quienes allí dentro estaban, en su mayoría chicos y chicas jóvenes, destacando piscis y parvus. Fuera, por el pasillo, había debajo de cada antorcha barriles. Tantos barriles como celdas y tantas celdas como antorchas. Estaba todo perfectamente equilibrado. Se podían escuchar pasos de guardias y voces de los mismos que caminaban no muy lejos, seguramente por pasillos contiguos por lo que debían desplazarse con relativa cautela. Masslow atraía las miradas de los encarcelados, que lo miraron con envidia, pero no se movieron ni un ápice, quizás por el miedo, quizás simplemente para ahorrar las pocas fuerzas que tenían. Llegaron entonces a una celda cercana que estaba abierta. - Masslow fuga affeh lii (Masslow esta casa es) –dijo señalando la puerta abierta y revolviéndose otra vez entre las alas de Heylel para bajarse y entrar correteando a la celda, completamente en penumbra para coger algunas de sus pertenencias, como su cuenco de comida (vacío) y un muñeco… bueno, una piedra con ojos pintados con sabe Mithos qué. Se acercó al barril que estaba enfrente de su celda y lo señaló con su dedo índice - Masslow ó xihii lii (Masslow cosas ahí están (no sé cómo se pone el plural en los verbos así que a pastar, pongo lii y fiesta. XD Edit.: No existe el plural en piscis (os informa Massen)))- dijo abriendo el baúl y sacando sus pertenencias que le habían sido arrebatadas el día que había entrado en aquella prisión. Sacó unas cuantas piezas de Metal de Iril, una chaqueta de lana un poco mohosa debido al paso de los años que había permanecida oculta en aquel barril y una ballesta, que estaba completamente rota, pero que él recogió igual con una enorme sonrisa. Se puso la chaqueta (que olía un poco mal) y abrazó sus cosas con una pletórica sonrisa. – ¡Masslow xihii! (¡Cosas de Masslow! (O algo así e.e)) –se cargó la destartalada ballesta a la espalda (la cual pesaba casi tanto como él) y repartió los Metales de Iril entre sus compañeros.- ¡Vaachi! (Regalo) - les dijo a cada uno de ellos con una sonrisa cansada, para luego, volver con Heylel. FDR: Para daros libertad y no digáis que soy malo y brujo, podéis hacer lo que queráis, como si queréis soltarlos a todos, o seguir buscando el los barriles o simplemente seguir de largo o lo que queráis, pero yo tengo que seguir con la actualización X_D que si no nos eternizamos y todos queremos terminar esto xD Luego ya vuelvo atrás y escribiré al respecto. El grupo avanzó llegaron a una nueva sala, oscura, sin antorchas y sumida en el más profundo silencio y lo que se encontraron fue… más bien poca cosa: una mesa en el centro de la estancia con siete botellas con diversos líquidos en su interior. A cada extremo de la mesa, dos velas, que era lo único que iluminaba la sala. Delante de ellos, en plena oscuridad, se podía intuir la presencia de una figura, una sombra, que canturreaba sin prestarles ni una pizca de atención. En las sombras, garabateaba rápido en un papel y, cuando terminó, dejó que el fuego lo consumiera por completo hasta desaparecer. Flastio comenzaba a estar un poco molesto, por eso no se dignó ni siquiera a hablarles. Dejó aquel papel con instrucciones encima de la mesa de madera, delante de las siete botellas y simplemente, se esfumó. Aquel juego le empezaba a aburrir. Le gustaba ganar, no perder. - Spoiler:
La nota decía lo siguiente: - Citación :
- Bien, “Guerreros” ¿Cómo lo lleváis?
Ignis es cálido ¿Verdad? ¡Pues bebed! ¡No temáis! Jajaja Delante de vosotros la respuesta está Y Chárity Strauss no os servirá. Sólo una os permitirá pasar Sin embargo… ¿Cuál? Una de ellas contiene rico licor de Caligo Otra, Cerveza Parvus. Ambas os refrescarán. Dos de ellas os dormirán profundamente. Dos contienen poción asesina de Róveno y Dábano. Y en la que queda, la solución está.
Para que veáis mi gentileza, cuatro pistas doy: - Los pares no matan, pero si quieres avanzar, ellos no son la solución. - ¿Habéis oído eso de: “Los extremos no son buenos”? - La amistad de Hummus y Caligo es legendaria. Siempre de la mano van. - De los cuatro impares, vale uno, dos matan y uno refresca bastante.
Aunque debo haceros una advertencia. Sólo un corazón puro, valiente y grande podrá escoger la verdadera. Una persona que esté dispuesta a dar su vida por los demás, que de su corazón emane tal nobleza y bondad, que esté dispuesto o dispuesta a dar su vida por sus compañeros, pues de lo contrario, a la mínima mancha que haya en su corazón, a cualquier pecado cometido, cualquier envidia, cualquier… secreto… La poción correcta actuará revelando TODOS sus secretos… Revelando sus más oscuras perturbaciones. Por otra parte, si la persona es realmente noble, aparecerá en su mano una llave. Llave que abre la siguiente puerta. Escoged bien a vuestro elector y, recordad: os estoy… viendo. Yo siempre lo veo todo.
Sin embargo... ¿Qué gracia tiene que uno lo haga mientras los otros miran? No... al público hay que tenerlo entretenido... Flastio~ Y, al cabo de un par de segundos más tarde de que la carta fuese leída, el ambiente se tornó extraño. Los chicos comenzaron a notar cómo se les llenaba el vello de los brazos de electricidad estática y, después de un fuerte golpe de cadenas que se sueltan y caen al suelo, dos puertas laterales que hasta la fecha se habían confundido con pared, se abrieron de golpe y dos Karnikarst salieron de las puertas. - Spoiler:
Entonces Flastio habló. De entre la penunbra, escondido en algún rincón de la sala. - ¡IDIOTASSS! NO VAISSS A QUITARME A MI JUGUETE MÁSSS INTERESSSANTE. PAPÁ DICE QUE ESSS VALIOSSSO -escupió con rabia y al borde del llanto, por ver que sus trampas no los habían detenido-. Pero ahora ya está... ¡oss vaiss a morir aquí aplastadoss como bichoss! ¡No podréiss obtener la llave porque no oss dejaré tiempo para pensar! -y, acto seguido, la voz volvió a perderse en la oscuridad de la inmensa sala. La luz era casi nula y las pobres y débiles velitas poco aguantarían si dos karnikarst comenzaban a golpearse. Ni velas ni mesa. Nada aguantaría. Uno de ellos, torció la cabeza y olisqueó el aire, para darle un cabezazo a su compañero y luego salir corriendo en dirección al grupo. Acto seguido, su compañero le siguió. FDR: Sí, Chárity Strauss es la JKRowling de Mithos. X_D FDR: tenéis toda la libertad del mundo. | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Jun 12, 2013 7:12 pm | |
| El chrysos, todavía chispeando, reprimió un gruñido y se alejó de Fier en cuanto esta se le acercó; también se apartó de Rick Dehnel cuando el flamma colocó una de sus manazas en su hombro, rehuyendo su mirada, nervioso. De quien no se alejó fue de la chrysos, a la que observó durante unos segundos, todavía con chispazos involuntarios recorriéndole el rostro, antes de coger la mano que le tendía. Una vez de pie, tomó aire y observó a su alrededor mientras escuchaba lo que Alehyss decía.
Parpadeó un par de veces; luego, volvió a mirar a la chrysos.
—Gracias —murmuró.
Más calmado, se acercó de nuevo al cadáver y recogió la daga del suelo. Mientras limpiaba la sangre del arma en su camisa, observó cómo Rick Dehnel levantaba el cuerpo del guía. Apretó la mandíbula. ¿Qué pensaba hacer con él? ¿Realmente creía que era buena idea llevarlo? Ni tan siquiera sabían qué podían encontrarse, y el antiguo guía sólo era un estorbo. Por muy noble que fuese llevarle el cuerpo a su familia, aquello era innecesario: aunque lo entregasen, no iban a poder hacer nada más que enterrarlo. No iban a poder hacer nada por él, así que ¿por qué cargar con él? Un nuevo chispazo involuntario recorrió su rostro. Aquello sólo causaría problemas. ¿Es que no lo veía? El cadáver sería un estorbo a la hora de combatir; él tardaría en reaccionar, concentrado como estaba en cargar con el exangüe flamma, no podría hacer nada si lo atacaban por sorpresa y durante todos los combates tendría que buscar un sitio donde dejar el maldito cadáver. ¿Por qué demonios lo iba a llevar?
El sonido de una bofetada rompió el hilo de sus pensamientos. Confuso, el chrysos apartó la mirada del muerto y observó a Fier, que acababa de golpear a Alehyss. Lyam frunció el ceño. Exactamente, ¿qué demonios estaba haciendo? ¿Quién se creía ella que era? Porque tal vez la chrysos se hubise confundido al alzar la voz, pero ¿y ella? ¿Quién se creía que era para hablarle así? A fin de cuentas, la chrysos no había sido quien se había lanzado al fuego, sin pensar en nada como si fuese una maldita y estúpida heroína.
El chrysos bufó y apartó la vista. Pese a toda la molestia que bullía en su interior, no dijo nada. Alehyss no necesitaba ningún tipo de ayuda para prácticamente nada y Heylel ya había dado su opinión que, de alguna forma, coincidía con parte de lo que el chrysos pensaba. Cualquier intervención más sería innecesaria, y él, si no quería seguir pareciendo un karnikarsh, tenía que centrarse en apagar las chispas que recorrían sus dedos.
Enfundó la daga y movió las manos. Luego, tras comprobar que no emitían ningún tipo de electricidad, se acercó a Alehyss. De reojo, miró al flamma, intentando no detenerse en el cadáver.
—Continuemos —susurró. Y obedeciendo al flamma, se dirigieron hacia la puerta de metal.
Lyam observó al niño mientras este abría la puerta, preguntándose cuánto tiempo llevaba retenido ahí y si había muchos más como él. Una parte de él decía que sí, que evidentemente había más ¿esclavos? como el piscis; otra, sin embargo, se negaba a creer aquello. Si había más como él, ¿cómo había pasado desapercibido todo aquello? ¿Nadie echaba en falta a esa hipotética gente?
La respuesta, que no tardó en llegar, hizo que un nuevo chispazo le recorriese el rostro. Turbado, contempló las diferentes celdas que habían aparecido ante ellos, preguntándose cómo era posible que nadie hubiese encontrado aquello. Las celdas, incontables, estaban llenas de gente, gente joven en su gran mayoría, esclavos como el muchacho que avanzaba con ellos. ¿Cómo era posible? ¿Nadie había encontrado nada extraño en el lugar? ¿Nadie, en Ignis, Aqua, Hummus o dónde fuese, había notado nada? Frunció el ceño. ¿Nadie, ningún padre, madre, amigo, familiar, había notado la ausencia de su hijo, hermano, amigo, sobrino o lo que fuese? Aquello no tenía sentido. ¿O acaso eran todos tan insignificantes que nadie se había preocupado en su momento? ¿O no tenían a nadie?
Movió varias veces las manos, que habían comenzado a chispearle de nuevo, y contempló a sus compañeros, preguntándose si alguien tenía pensado hacer algo por ellos. De fondo, podía escuchar los pasos y las voces de los, dedujo, guardias. Aquellos sonidos le convencían de que avanzar era lo mejor, y de que lo que estaba pasando por su cabeza era una pésima idea, que sería estúpido y arriesgado, pero aun así, tras adentrarse un poco más en el lugar, no pudo evitar detenerse. Las manos le temblaban, y diferentes chispazos recorrían su piel. Tragó saliva. Estaba nervioso, confuso. Turbado. Aquel lugar le asfixiaba.
Había pensando en abrir las celdas de los esclavos. Pero conforme se había ido adentrando en el pasillo, aquella idea se le antojó demasiado estúpida. Seguía oyendo a los guardias, que no debían andar muy lejos, y las celdas eran demasiadas: era imposible que le diese tiempo a abrir todas las puertas. Y aunque le diese tiempo, ¿después qué? Todavía tenían que salvar a Silvanus. Habían venido para eso, y si avanzaban con tanta gente, lo más probable sería que aquellos guardias acabasen por encontrarlos. Avanzar con tanta gente acabaría siendo, probablemente, un estorbo. Pero, aún así, pese a todo lo que pasaba por su mente, no podía sentirse culpable por ignorarlos. Había algo más bajo aquella culpabilidad, algo que le inquietaba y que había hecho que se detuviese, pero no era capaz de discernir qué era.
Observó las celdas que lo rodeaban en silencio, y luego tomó aire profundamente, intentando calmarse. Lo mejor, pensó, sería acabar antes con el rescate del piscis. Cuanto antes salvasen a Silvanus, antes podrían salir, avisar de la situación y liberar a aquella gente. Sin duda, aquello era lo más sensanto. Tras unos segundos, en los que aprovechó para ahuyentar los chispazos que le recorrían la piel, volvió a acercarse al grupo. Antes, murmuró algo parecido a os sacaremos de ahí a una de las celdas.
Cuando por fin salieron de aquel pasillo y entraron en una sala oscura, el chrysos frunció el ceño y contempló las botellas que estaban sobre la mesa, preguntándose qué serían. Luego alzó la vista y observó la sombra del, dedujo, flamma psicópata. Apretó la mandíbula y, cuando el flamma desapareció, se acercó a la mesa de madera. Le había sorprendido que el flamma se hubiese ido sin decirles nada, pero supuso que, como un buen crío, estaría molesto porque las cosas no estaban saliendo tan bien como quería. Ligeramente, o al menos esa era la intención, se iluminó no sólo para que él pudiese leer mejor, sino para que el resto, en caso de necesitarlo, tuviesen más luz.
Lyam leyó con atención el papel y frunció el ceño cuando terminó, preguntándose a qué se refería el flamma con sus últimas palabras.
No tuvo que esperar demasiado para tener una respuesta. Con un fuerte golpe, la pared, que no debía ser realmente una pared, se abrió, y de ella surgieron dos Karnikarsh o cómo se llamase. La voz del flamma no tardó demasiado en resonar en la estancia, dejando patente que ese era el entretenimiento al que se refería.
Lyam apretó la mandíbula y observó a sus compañeros. No sabía mucho de bestias, pero algo en él le decía que atacar a esos bichos no serviría de mucho. Sin embargo, aquel desconocimiento no era lo que más le preocupaba. Pese a que esas dos bestias eran, sin duda, bastante imponentes, la preocupación del chrysos ahora mismo recaía en la mesa y las botellas: no sabía quién podía coger la botella, y tampoco sabía cuál era la correcta. Si recordaba lo que había leído, lo único que lograba era dar dos posibles respuestas, pero no una. ¿Tenía aquello sentido? ¿Había, acaso, algo que no entendía?
De nuevo, un sonido interrumpió el hilo de sus pensamientos. Con rapidez, el chrysos apartó la mirada de la mesa para observar a los dos bichos que, Mithos sabía por qué, se habían golpeado y ahora mismo se dirigían hacia ellos a una más que considerable velocidad.
Lyam, nervioso, miró a sus compañeros.
—¡Creo que la botella es la... cinco! ¡O la tres! Y eh... No tengo ni idea de cómo demonios se supone que uno se enfrenta a esas cosas, así que si alguien quiere compartir su conocimiento, que lo diga. Aunque, sinceramente, yo creo que lo mejor sería, ¡no sé! ¡¿Correr?! —Y aunque intentó hablar con calma, sus palabras realmente reflejaron toda la confusión, desconocimiento y el nerviosismo que sentía. No hizo caso a sus propias palabras y, en lugar de echarse a correr, retrocedió un par de pasos, preparado, eso sí, para correr en caso de que nadie supiese cómo demonios acabar con esos bichos.
FdR. me voy a tirar de un puente o algo. Fdr2. No, no sabe cómo funcionan los karnikarsh porque no tiene estudios ' v ' Fdr3. Es tontín. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Vie Jun 14, 2013 11:46 am | |
| Todos estamos de acuerdo en que hay que seguir. Los ánimos no son los mismos que antres de entrar en este lugar, pero es comprensible. Somos uno menos, y su recuerdo pesa en forma de cadáver sobre los hombros de Dehnel, recordándonos la pérdida. Pero pese a los nervios y el estrés, trato de mantenerme nuevamente fría, recuperando la sensación de serenidad del principio, cuando lo que ha pasado era todavía inimaginable.
La puerta está cerrada. Pronto nos damos cuenta. Pero antes de que podamos siquiera preguntarnos qué haces con eso, Masslow, el piscis, nos muestra una llave que, como pronto demuestra, corresponde a la puerta que hay ante nosotros. Lo observo girarla y regresar junto a Heylel. ¿Por qué tendría este niño la llave? ¿Fue sin más una forma del flamma mutilado de asegurarse de que continuásemos? ¿O hay algo más...? Ya me cuesta confiar en nada y, por mucho que me pese, aquí ni un niño esclavo me basta para confiar.
Al pasar al otro lado de la puerta, siento el escalofrío. Un pasillo de celdas nos recibe. Las mazmorras de palacio palidecerían al compararse con este espectáculo, mucho más horrible. Huele a humedad y a humanidad. Huele a sufrimiento. A soledad y a encierro. Las celdas están llenas de jóvenes, la inmensa mayoría, piscis y parvus. Es un espectáculo macabro tan horrible que difícilmente puedes posar tu mirada en ellos. ¿Cuánto tiempo llevarán aquí? Tantas personas jóvenes, privadas de su libertad... Podríamos ser cualquiera de nosotros. De hecho... Mis ojos escudriñan esas celdas, buscando al rubio piscis. Buscando el rostro conocido que podría ser alguno de nosotros, pero no lo es. Es él, Silvanus Kettleburn, el joven al que hemos venido a salvar. La excusa para descubrir toda esta peste y darnos cuenta de que hay más de un Silvanus. Pero, aunque quiera liberarlos, no puedo. Los pasos de los guardias nos advierten de que hay que ser sigiloso, y no podemos pararnos ahora. Hay que llegar al final. Pero, cuando todo esto acabe, podríamos volver. Lanzo una mirada a Massen, tratando de comprobar su estado. No es justo que lo vea así, pero el cariño especial que le tengo y su juventudo me hacen sentirme preocupada por su estado. Lyam parece nervioso. Como todos, pero especialmente.
-A la vuelta los sacaremos -susurro a mis compañeros, para evitar cosas como la de antes. Para impedir que cada uno haga lo que le salga en gana, generando nuevos desacuerdos y malentendidos.
Nos detenemos en un lugar en concreto para que Masslow coja cosas que parecen ser suyas: una chaqueta, una ballesta destrozada y varios metales de Iril que comienza a repartir entre nosotros. Cuando es mi turno, niego ligeramente, mirando al niño serena, pero con cierta tristeza.
-No puedo -murmuro, sin más.
Su cuello está herido por mi culpa. No lo hubiera matado, o no me habría gustado hacerlo, pero aún así no puedo aceptar un regalo suyo. No sería justo. Además, no he venido aquí a por una recompensa.
-Lo siento -le digo solemne, en voz baja, de forma que solo él lo escuche, antes de verlo volver con Heylel.
Entramos en una nueva sala iluminada únicamente por dos velas. En la mesa, varias botellas reposan enigmáticamente. Me pregunto qué contendrán, aunque me temo que no tardaremos en descubrirlo y no será nada bueno. El flamma mutilado está entre las sombras, escribiendo. ¿Por qué no habla? Quizás tenga que ver con la prueba, o tal vez esté enfadado. Realmente, me es igual. Cuando desaparece, simplemente, como el resto, me adelanto para leer el acertijo.
Siete botellas: dos matan, dos emborrachan, dos duerme y una nos da la solución. Los pares no matan ni dan la solución, así que sabemos que la dos, la cuatro y la seis quedan descartadas. Los extremos no son buenos, así que tampoco la uno ni la siete. Quedan la tres y la cinco. La amistad entre Caligo y Humus... Cerveza junto a licor. Y de los cuatro impares vale uno, dos matan y uno refresca. Se me cae el alma a los pies. Hay dos opciones indescartables. Tres y cinco.
-Al azar entre tres y cinco -siseo -. Dos de los impares matan, así que si la uno o la siete, una de las dos, contiene licor...
El temblor del suelo y la voz del flamma me hace volverme. Los karnikarsh se acercan a nosotros, embistiéndonos. Son animales peligrosos tanto por su potente físico como por su electricidad, pero son bastante estúpidos. Observo las botellas de reojo. Yo ni siquiera soy apta para beber. Mi corazón no es noble y guardo demasiados secretos como para soltarlos aquí. Personas de corazón puro... Observo a Massen un instante. Ella no puede morir. Ella no. Y las botellas deben salvarse. No hemos llegado aquí para volvernos atrás.
Me dirijo de frente hacia las bestias. Mi cuerpo chispea y se apaga y se enciende violentamente, lanzando señales de luz. Luego me desvío hacia la derecha. Si consigo que distraigan su atención para que el resto pueda pensar... Ya que yo en ningún caso obtendría la llave. Giro la bola de mi kusarigama sobre mi cabeza. La lanzo contra uno de los bichos, golpeando su cabeza. Un chispazo me recorre. El contacto ha sido mínimo, pero...
-¡EH! -grito a los bichos- ¡AQUÍ!
Tengo que atraerlos. Soy rápida y quizás pueda esquivarlos un rato, si es que me hacen caso. Con suerte igual son tan idiotas que se dan contra las paredes. Pero hay que hacer algo con las botellas. Y no creo que abunde el tiempo. Como me plaquen...
FdR- Sí, como no puede beber porque de nobleza poco va a intentar servir de señuelo.
FdR2- Obviamente, dejo en manos del master que la sigan o no.
FdR3- Luego editaré una cosa. | |
| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Jue Jun 20, 2013 4:54 am | |
| Sonreí al pequeño piscis, con clara expresión de determinación. - Toajj Flastio resho è kakume -repuse con convencimiento. Iba a añadir alguna palabra más de ánimo, pero un sonido seco y repentino me distrajo, y me di la vuelta. Acudió a mi rostro una expresión atónita, y a mis ojos un brillo de indignación, pero me quedé quieta, observando sin decir ni hacer nada, limitándome a apretar los puños y fruncir el ceño. Al cabo de un momento, cuando ellas se separaron y los ánimos parecieron calmarse un poco, surgió la idea en la que debíamos centrarnos: que había que seguir adelante. Pese a que estaba de acuerdo, no pude evitar acercarme al pozo, donde Fier estaba arrodillada. - Jamás. Nunca. Ni se te ocurra volver a tocarla -advertí, en un tono teñido de rabia e incluso algo amenazador. Y, sin dar opción a respuesta, me di la vuelta y volví junto a Masslow. Nos encaminamos hacia la puerta, que el pequeño piscis nos abrió para darnos paso a nuestro siguiente destino. Lo que vi a continuación me encogió el corazón en un puño. Líneas interminables de celdas sin fin visible, y en todas ellas seres encogidos y descuidados, casi almas en pena. No pude evitar detenerme ante la primera y quedarme mirándolos. Al ver avanzar a mis compañeros, quise protestar, pedirles ayuda para abrir aquellas celdas y liberar a todas aquellas personas, pero acabé por callar al oír las palabras de Alehyss. En silencio, continué junto al grupo. Esperamos a Masslow cuando llegó a su celda, y acepté su regalo con un agradecimiento. Continuamos después hasta una sala en la que nos esperaba nuestro extraño enemigo, además de siete botellas y un papel escrito. Pese a que Lyam lo iluminó y quise echarle una ojeada, apenas tuve tiempo de leer más que palabras sueltas, en mi afán por llegar con cierta rapidez al final del texto. Me salté prácticamente la totalidad de aquel extraño poema, tres de las pistas y gran parte del texto más bajo, del que solo pude extraer la idea de un corazón puro, algo sobre los secretos (no supe muy bien cuáles), una llave, pociones y algo relacionado con un entretenimiento. Miré alrededor, nerviosa y desorientada, cuando empecé a oír a mis compañeros hablar sobre números, sin entender muy bien qué estaba pasando. Así pues, en cuanto vi entrar a aquellas criaturas (¿eso eran karnikarsh?), decidí que, inútil como era mi colaboración en el asunto de las botellas dada mi falta de información, me dedicaría a intentar hacer algo (no sabía muy bien qué) con aquellas criaturas. Tragué saliva, nerviosa. Después, eché a correr detrás de Alehyss y lancé un aquaerum a una de las criaturas, intentando llamar así su atención y alejarla de las botellas. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jun 25, 2013 1:12 am | |
| Avanzamos al fin, yo con Masslow a la espalda, siendo consciente del horror que nos rodeaba con todas aquellas celdas llenas de gente en condiciones deleznables. Se me hace un nudo en el estómago y trago saliva para intentar deshacerlo. Me gustaría poder sacar a todas estas personas pero Masslow ya es una carga a mayores en nuestra misión. Debemos encontrar a Silvanus... Vuelvo a tragar saliva. Supongo que la guardia Ignita vendrá una vez hayamos salido y les indiquemos que es posible salir con vida y controlar la situación... Miro a Alehyss cuando dice que luego los sacaremos y asiento sin siquiera pensar si está mirando o no. Cuando Masslow llega a la que parece su celda se pone contento al recuperar algunas cosas mohosas de un barril que inspecciona. Le sonrío con cansancio al verle tan contento y le agradezco el regalo, guardándolo y frotándole la cabeza al chiquillo. Lo cojo de la mano para continuar lo poco que nos queda hasta la siguiente puerta y miro alrededor como el resto de mis compañeros. El demente vuelve a aparecer y, tras dejarnos una nota que deja bastante cabida a la duda, suelta nuevas bestias mientras grita que Silvanus es algo que no puede permitirse perder. Me pongo nervioso, ¿qué hacer? Varios de los chicos ya se han puesto en marcha a por los karshnikars. No seré yo quien beba de esa botella, no puedo hacerlo. Miro a Fier y a Rick por un momento. —Confío en vosotros —Por el tiempo que he estado observando a Rick en su relación con Inger parece un tipo demasiado simple como para tener algún secreto y su obsesión con la nobleza lo hace confesar de un modo u otro con lo que su consciencia estará tranquilo. Agarro al chiquillo. ¿Qué hacer? ¿Empujarlo a un lado para que se esconda y echar a volar? ¿Subirlo a mi espalda y tratar de evitar a las bestias? Sería más útil en el aire, pero... Miro a Lyam, expectante pero sin decidirse a hacer nada y empujo a Masslow contra él. —Por favor, vendré en cuanto pueda —Le digo con tono de súplica para luego coger una de las botellas de los extremos -que sabemos inservibles- y echar a volar hacia el karshnakarsh. —¡Bicho! —Le grito, lanzándole la botella a la cabeza y agitándome en el aire para que se desvíe de la trayectoria. Ahora es cuando toca estar alerta para ver si tengo que cazar a alguien al vuelo... | |
| | | Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Jun 26, 2013 1:57 am | |
| Tras la situación tensa entre Lester y Fier nos pusimos en marcha. Puse una mano en el hombro de la aether, tratando de transmitirle calma. A la chrysos simplemente la miré, sereno, antes de empezar a andar junto al resto.
El nuevo lugar resultaba tenebroso incluso en la compañía de los guerreros. Estaba preparado para tomar la espada en cualquier momento, pero de todos modos no la saqué. Simplemente observaba. Me costó aceptar la decisión de Lester sobre los pobres presos, pero tenía razón. Si los sacábamos y acababan con nosotros seguramente los castigarían, y no podría cargar con más vidas sobre mis hombros. Ya llevaba a Prosper...
Tras recoger las pertenencias de Masslow, acepté sonriente, aunque algo triste, lo que me ofrecía.
-Lo entregaré a los necesitados... -murmuré, esperando poder hacerlo tras salir de aquel lugar.
Finalmente, alcanzamos un nuevo lugar, en el que esperaba el flamma. Estaba ya cansado de gritarle, así que me limité a escuchar, pero, en vez de hablar, escribió. Suspiré y me acerqué, como el resto, a leer aquellas palabras, pero no entendía demasiado. Solo oí a Lyam que la tres o la cinco, y luego algo similar a Lester, y no supe bien qué añadir. Pronto unos seres chispeantes (malditos chrysos) corrían hacia nosotros.
Di un paso adelante, mirando nervioso a las bestias y luego aquellas botellas. ¿Y si bebía? ¿Podía morir? ¿Y si fallaba? ¿Y si no podíamos salvar a Silvanus porque cogía la incorrecta? Yo nunca había llegado a las grandes hazañas de mi padre, ni a las enormes de mi abuelo. Ellos habían hecho grandes cosas, y yo cargaba en los hombros el peso de un muerto al que no había podido salvar. Ese era yo. El que no salvaba. Y, de nuevo, era incapaz de actuar. Porque si erraba... ¿No había cometido ya suficientes errores? Era ya el mayor deshecho humano de todo Brontë... Y yo solo quería servir de algo... ¡¿POR QUÉ DEMONIOS DESHACÍA MÁS QUE AYUDABA?!
Di un paso adelante y tomé la botella de la derecha, la cinco. La diestra era más fuerte, más segura, más elegante. La confianza me movía, como el miedo, a tomar esa botella y acercármela a los labios, cerrando los ojos. Que pasase lo que tuviera que pasar. Si moría solo quedaría una opción, la tres, y si tenía secretos pues que todos los oyeran. Un noble como yo, aunque mendigo, no debía tenerlos. Y si me equivocaba otra vez...
Apreté los ojos con fuerza. No quería ni imaginar el resultado si me equivocaba otra vez...
FdR- La botella fue elegida a cara o cruz, aunque era la que yo quería XD Si queréis evitar que beba, adelante. | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jul 02, 2013 1:18 am | |
| Las palabras de Alehyss tranquilizaron un poco al grupo, ya que, en mayor o menor medida, todos miraron con recelo a los prisioneros y, la esperanza de poder dar la vuelta más tarde para ayudarles les dio fuerzas para continuar hacia delante. Una vez entraron en la última sala de pruebas, las cosas se pusieron tensas para los guerreros, pues los karnikarsh se abalanzaron sobre ellos con el fin de embestir algo que rebotase de forma divertida. Rápidamente fueron atraídos por la luz que emitía Lyam, por lo que se dirigieron hacia él con furia, sin embargo el divertido y llamativo parpadeo de Alehyss, junto con sus gritos y el golpe de su arma hizo que uno de ellos (el que fue golpeado) se parase en seco y corriese esta vez a por ella. Sin embargo, la persecución no duró mucho, ya que un fuerte Aquaerum explotó en uno de los costados del que perseguía a la morena Era Massen ahora quien estaba siendo perseguida. Por su parte, el otro karnikarsh continuaba dirigiéndose hacia Lyam, que sujetaba al débil Masslow entre sus brazos (ya que Heylel se lo había cedido). Estaba decidido a abrazar a aquel chico de luz entre sus cuernos, sin embargo, en el último segundo, pues la velocidad de Lyam en carga no era comparable con la del karnikarsh enfurecido, una botella de cristal voló por los aires y acertó de pleno en la cara del karnikarsh, que se paró en seco y bufó, como si le acabase de picar un bicho en la nariz para, acto seguido y, tras un nimio pestañeo, el animal desapareció. Se había evaporado dejando tras de sí miles de pompas de jabón. Por otra parte, la osada Massen que había cometido el error de atacar con magia (cosa que había enfurecido bastante al animal) no se encontraba en una situación muy ventajosa, pues se había topado con una pared delante y una bestia detrás dispuesta a acabar con ella. Sin embargo, mientras todo aquello ocurría, Rick bebía ávido de una de las botellas. - Spoiler:
FDR: Rick debería haberse quedado dormido pues esa era una de las que contenía poción para dormir, pero bueno u.uU para que veáis mi enorme benevolencia... e,e al fin y al cabo todos queremos acabar esto pronto.
Sintió calor en su tripa y luego en sus manos y, de ellas surgió una llave completamente negra. En ese instante la llave salió disparada hacia la cerradura del fondo como si fuera una flecha para clavarse con un fuerte golpe en la cerradura, resonando por toda la estancia. Se hizo el silencio y de pronto, se escuchó un chillido terrorífico y agónico, proveniente de la garganta de Silvanus Kettleburn que se situaba detrás de aquella puerta que se abrió de pronto, chocando violentamente contra la pared, dejando al descubierto aquella espantosa y escalofriante imagen: - Spoiler:
Aquel espectro trémulo, de ojos inyectados en sangre y fósforo que en el más absoluto silencio observaba a los cansados guerreros. El karnikarsh que quedaba con vida no se volvió a mover y, lentamente, volvió mansamente a la celda de la cual había emergido para no volver a hacer acto de presencia. Aquella bestia oscura y observadora, de mirada tambaleantes no les quitaba el ojo de encima. Al fin, el contenido de aquella caja que el líder de la Organización había mantenido en el más absoluto secreto había sido desvelado. FdR: Si no os acordáis, podéis recordar lo referente a la caja en el primer post de la misión. Custodiaba inamovible el desfallecido cuerpo de Silvanus, que yacía desmayado debido, entre otras cosas, al pánico de aquella monstruosidad que, en la más absoluta negrura, debió ser una de las peores visiones posibles. Los guerreros no estaban en mejores condiciones que el cautivo, pues la luz que había no era más que la que emitían los chrysos. Una situación complicada. De repente, sin previo aviso, aquella criatura deforme, podrida y que parecía haber sido sacada del más profundo infierno se abalanzó sobre los guerreros utilizando un extraño tipo de magia que golpeó a todos los guerreros como si fuera un látigo, haciendo que volasen por los aires, mientras que Masslow, comenzó a llorar histérico en los brazos de Lyam al recibir semejante golpe. Todos ellos fueron golpeados debido al ataque sorpresa en el abdomen horizontalmente, haciendo que saliesen disparados unos cuantos metros hacia atrás. Todos excepto Lyam, ya que el golpe de magia se lo llevó Masslow. - Spoiler:
Enemigo Final: QUIMERA Nivel 12 Stats: Fuerza: * Resitencia: * Velocidad: * * Agilidad: * * * * * * *
Magia: * * * * * Técnica: * Puntería: * *
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| | | Massen Dew Moderador
Edad : 24 Mensajes : 2840
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Miér Jul 03, 2013 3:52 pm | |
| Con mi ataque, conseguí llamar la atención de la bestia. Por una parte, aquello suponía alejarlo de mis compañeros y las botellas, mi objetivo principal. Por otra, no tardé en encontrarme acorralada, entre el animal y una pared.
No había terminado de darme la vuelta para encararlo cuando un chillido escalofriante hendió el aire, haciéndome quedar inmóvil un instante, con los pelos de punta. Pude ver cómo la bestia retrocedía para esconderse, y al mirar alrededor distinguí a la extraña y espeluznante figura que acababa de aparecer. Tras ella, tendido en el suelo y en un estado lamentable, distinguí a Silvanus.
No tuve demasiado tiempo para reaccionar antes de que una fuerza brutal me golpeara, haciéndome soltar todo el aire de golpe, emitir un gemido audible de dolor y quedar un instante pegada a la pared. Tosí con fuerza, agarrándome el abdomen con una mano. ¿Qué era aquella cosa?
En cuanto me vi capaz de reaccionar, conjuré dos aquaerums en mis manos que lancé con tanta potencia como pude contra aquella extraña criatura. Tal y como nos había golpeado a todos, no parecía que moverme del sitio fuera a mejorar mi situación si volvía a atacar. Aún así, me preparé para intentar huir si era necesario. El golpe me había debilitado, pero aquella pared que en un principio me había acorralado podía servirme ahora de apoyo si tenía que desplazarme. | |
| | | Heylel
Edad : 36 Mensajes : 1009
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Jue Jul 04, 2013 4:28 pm | |
| Todo fue bastante más rápido de lo que puede imaginar. Cuando me doy cuenta, el karnikarsh al que le he lanzado la botella ha desaparecido y del otro ya no queda rastro. Sin embargo no llega la calma, pues un grito espantoso y conocido sale de la puerta que se ha abierto y se me estremece hsta la última de las plumas.
Ahora no se ve nada más que unos horribles ojos rojos y las luces de los chrysos. Mientras me mantengo en el aire, comienzo a sentir cierto miedo y desconfianza de todo el vacío oscuro que me rodea. No sé cómo se mueve esa cosa ni si hay más de una o qué es lo que hay a mi alrededor simplemente.
Entonces, sin aviso previo, un golpe me lanza a algunos metros hacia atrás en el aire con lo que tengo que agitar mucho las alas para mantenerme volando. Eso ha dolido. Por los sonidos que escucho parece que también mis compañeros han recibido un golpe. Miro hacia Lyam -uno de los tres puntos algo iluminados- y miro, con preocupación, que Masslow parece dolorido. ¿Lyam lo ha utilizado de escudo? Frunzo el ceño, bastante irritado. Se supone que le pedí que lo cuidase un momento. Decido bajar hasta el suelo, ya que ahora parece más seguro, y me pongo delante de Lyam. Por lo menos no dejaré que vuelva a darle a Masslow.
—¡Aethes! —digo, dirigiendo mis alas hacia la cosa y aprovechando que Massen también parece haber atacado. Mi magia no es muy fuerte, pero no puedo atacar con las tonfas desde aquí. | |
| | | Alehyss
Edad : 30 Mensajes : 3185
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jul 09, 2013 2:35 pm | |
| Todo sucede con mucha rapidez. El inteligente ataque de Heylel hace que la primera bestia desaparezca, dejando solo otra que esta vez va tras Massen. Es entonces cuando Dehnel se lanza a beber de una de las botellas y no puedo evitar quedarme paralizada un instante, observándolo muy tensa. Al ver aparecer la llave me relajo un poco. Parece que al final Dehnel sí tiene el corazón noble del que tanto alardea.
El grito me es apenas reconocible, pero mis ojos, que han seguido atentamente la llave, observan la puerta que se abre. Lo que de ella emerge me paraliza. Aferro el mando de mi kusarigama con fuerza, como si ello fuera a protegerme. Antes de que tenga tiempo a reaccionar, el ser que surge de la puerta recién abierta nos lanza un extraño hechizo que no logro evitar. Noto que me doblo por la mitad y salgo despedida hacia atrás, cayendo al suelo con un quejido. Agito la cabeza para despejarme y me yergo. Mis compañeros no se encuentran en una situación muy diferente. Me pongo en pie y armo mi guardia. Al contrario que Massen y Heylel, no puedo atacar de lejos, de modo que decido imitar la actuación de Heylel contra el karnikarsh y me acerco veloz a por un par de aquellas botellas que Rick no se ha bebido sin perder a la bestia pútrida de vista. Apunto a su cuerpo y las lanzo, perparándome para reaccionar en caso de un nuevo ataque.
Si Silvanus estaba tras esa puerta, nos encontramos, claramente, en nuestro destino, pero me preocupa no haber acabado todavía con el tipo mutilado o que no nos hayamos topado con más enemigos de la supuesta organización poseedora de este recinto. ¿Podremos salir de este lugar sin más? ¿O nos encontraremos con más problemas a la salida? Y eso, claro está, en el caso de que logremos acabar con esta cosa.
FdR- Sí, te he robao la idea, master XD Es que mi arma no ataca especialmente de lejos, no se me ocurría nada y el enemigo tiene mucha agilidad XD De todas formas dejo más botellas por si otro las quiere | |
| | | Rick
Edad : 32 Mensajes : 2682
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jul 09, 2013 2:54 pm | |
| Tras beber de la botella, una llave apareció ante mí. ¿Había elegido la correcta? ¡Por supuesto! ¿Cómo iba a equivocarme?
-¡MIRAD! ¡LO CONSEGUÍ! -exclamé girándome hacia los otros, encantado con la situación.
Un grito sonó a mi espalda, justo de la puerta que acababa de abrirse con mi llave. ¿Qué clase de cosa habría dentro? Debido al peso del cuerpo de Prosper sobre mis hombros, me volví con más lentitud de la habitual, y cuando terminé de hacerlo algo me golpeó, lanzándome varios metros hacia atrás. Dejé salir un gruñido y noté cómo, tras caer al suelo, Prosper rodaba alejándose de mí. Me levanté, dirigiendo mi vista hacia lo que me había atacado, frunciendo el ceño. La sangre me hervía.
-¡TÚ! -grité, señalándolo-. ¡¡UN RESPETO!!
Agarré con fuerza la espada mellada y me lancé a correr hacia aquel bicho. Lo partiría en dos. Podía ser muy fuerte con aquella cosa mágica que te golpeaba, pero seguro que no podía evitar mi rápida espada.
Llegaría hasta él y lo cortaría en diagonal, deshaciendo su cuerpo en dos.
FdR- A bocajarro XD | |
| | | Lloyd
Edad : 33 Mensajes : 2032
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jul 09, 2013 4:07 pm | |
| El chrysos frunció el ceño cuando Heylel le empujó al crío y miró al aether con confusión, sin entender bien del todo por qué parecía haber decidido dejarle a él a cargo del niño. No obstante, nada más escuchar sus palabras, asintió. Realmente no estaba haciendo demasiado, y si el aether necesitaba librarse de peso para poder volar, no le importaba encargarse de su cuidado (aunque, vista la situación general, no estaba muy convencido de que haberlo arrastrado con ellos al interior de aquella sala hubiese sido la mejor idea).
En cuanto vio cómo los karnikarsh se acercaban a su posición, agarró la mano del niño, pues, aparte de ser más cómodo, era la forma más rápida que tenían para intentar huir de los bichos (si se paraba a subirlo a su espalda, estaba convencido de que acabarían ensartados en las bestias, y no tenía pensado cargar con él como si fuese una mochila o sabía Mithos qué), y comenzó a retroceder, alejándolos de bestias. Por suerte para ambos, no les hizo falta retroceder demasiado, pues los ataques de Massen, Alehyss, que también había desviado la atención de uno de los karnikarsh, y Heylel hicieron que una bestia desapareciese y una se detuviese. Todo había sucedido tan rápido que el chrysos no se dio cuenta de que el flamma había acertado al coger la botella hasta que un chillido resonó en la sala.
Confuso, Lyam observó a los lados, tratando de orientarse. La bestia restante había retrocedido, escondiéndose en su celda, y una extraña figura había emergido de la puerta que se había abierto. Tras ella, y en un lamentable estado, yacía Silvanus.
El chrysos no tuvo tiempo para reaccionar, pues un golpe de ¿magia? los lanzó, tanto a él como a Maslow, hacia atrás, haciéndoles caer en el suelo. Lyam soltó un quejido y frunció el ceño. De reojo, miró al piscis, que había empezado a llorar pero, para su alivio, no parecía estar especialmente mal.
Lyam apretó los ojos con fuerza y, tras abrirlos, se puso en pie, poniéndose en guardia. Observó a la bestia, pensativo, y desefundó el arma. Podía atacarle desde ahí, pero la idea de quedarse completamente desarmado no le hacía ninguna gracia. A diferencia de Massen, él no podía atacar de lejos sin el arma, así que, si lanzaba la daga, no tendría mucho más que hacer después. A no ser, claro, que encontrase algo que lanzar. Con rapidez, el chrysos miró a su alrededor, buscando el cadáver del flamma. Recordaba que antes, cuando lo había inspeccionado, había visto que tenía un número considerable de puñales. Si conseguía llegar hasta allí y hacerse con algunos, podía lanzarlos. Eran más numerosos que las botellas, así que, si aquello se alargaba demasiado, podían ser más ventajosos. Evidentemente, la idea de acercarse a aquel bicho no era una opción.
Por suerte para el niño, Heylel, probablemente movido por alguna especia de instinto paternal, descendió y se colocó delante de ellos, cubriendo al piscis. El chrysos aprovechó ese momento para acercarse al cadáver del flamma, que había rodado y se había alejado de Rick. Si Heylel ya cubría ese flanco, lo mejor sería (o al menos eso pensaba él) atacarle desde un punto diferente.
Nada más llegar, se agachó y desefundó unos cuantos puñales. Luego apuntó al cuerpo de la bestia y lanzó tanto su arma como uno de los puñales que había rapiñado. El resto permanecían en el suelo, a su lado. Si la bestia, por algún motivo, no moría después de aquellos ataques, volvería a lanzar alguno, desde ahí o desde otro punto de la sala. Seguía pensando que moverse y atacarle desde diferentes puntos sería, de alguna forma, más conveniente que permanecer quieto en el mismo lugar.
Fdr. sorry por la tardanza >_< fdr2. sí, me paso lo que puso el master de cómo cargo al crío por donde me cabe e_e | |
| | | Narrador
Mensajes : 1439
| Tema: Re: El rescate de Silvanus Kettleburn MISIÓN Mar Jul 09, 2013 9:12 pm | |
| No tenía ni grandes músculos ni un cuerpo resistente con el que aguantar ataques directos, sin embargo, era pequeña y ágil como ninguna, moviéndose entre las sombras, alcanzó capacidades evasivas dignas de cualquier maestro, por lo que, uno a uno, fue evitando prácticamente todos los ataques de los guerreros. El Aethes de Heylel ni siquiera se acercó y en cuanto a la botella que lanzó Alehyss, aún a pesar de la gran explosión que produjo al contacto con la pared del fondo, también fue evitada. La misma suerte corrieron los puñales de Lyam y, por supuesto, de un salto, Rick fue evitado. Sin embargo, entre tanto revuelo, la pequeña piscis pudo concentrarse y hacer acopio de su característica de raza para conseguir acertarle en un costado con uno de sus poderosos Aquaerum. La Quimera podría ser ágil, pero no pudo evitar tantos ataques al mismo tiempo. Una vez abatida, pero no derrotada, se hizo el silencio y todos ellos se dirigieron a la celda final que coronaba su enorme viaje, en la que se podían vislumbrar dos bultos: uno de ellos era la caja en la que aquella criatura estuvo encerrada y el cordel que activaba el mecanismo de apertura de la caja una vez la puerta fuese abierta. El otro bulto era un huesudo e inconsciente Silvanus Kettleburn, tan frágil y liviano que cualquiera de ellos podría cargarlo con una sola mano. Sin embargo, una sombra se cernió sobre ellos. Una sombra que les bloqueaba ahora la salida, pues Flastio veía la escena, horrorizado, apoyado con una mano en la puerta con una respiración entrecortada y violenta, al borde de un ataque de ira asesina.- ¡NO PODEISSS GANAR! ¡NO OSSS PERMITIRÉ GANAR!- dijo con furia. Ahora los tenía a todos ellos en la celda en la que Silvanus había permanecido durante algo más de un año encerrado. - AHORA OS QUEDARÉIS TODOS AQUÍ ENCERR…*!!* Una sonora bofetada, tan fuerte y contundente como una pedrada resonó en las cabezas de todos ellos, pues un hombre enorme, de perfecta y planchada gabardina y sombrero negro, enfundado en nuevísimos zapatos de piel de reptil, se había interpuesto entre el grupo de guerreros en el interior de la celda y la puerta, en la que Flastio pretendía encerrarlos a todos ellos por el resto de sus días. Llamas negras y violetas aún perduraban alrededor de sus pies debido a la potencia del hechizo de traslación que 43 había realizado para acabar con todo aquello. - ¿Cuántas veces…?- dijo con voz grave y potente, voz que produjo un eco terrorífico a lo largo de todos los entramados de la cueva.- ¿Cuántas veces tengo que enseñarte a no tener mal perder?- dijo con rabia y fuerza-. Se te han acabado los trucos y ellos han ganado. – dijo dándole otra bofetada, tan fuerte como la vez anterior en la misma mejilla, lo que el dolor que tuvo que sentir Flastio se vio duplicado. – Ahora dejarás que se vayan y les dirás “bien jugado”, ¿de acuerdo?- dijo el de negro, imponente, mientras alzaba una ceja hacia su progenitor. 43 se dio la vuelta hacia los muchachos y puso una de sus manos en la boca, mientras que su otra mano se posó en el codo contrario, para dar un paso atrás y dejar que Flastio se acercara al grupo, cabizbajo y gruñón. Dos de los dedos de 43, que descansaban en la comisura de su boca, dejaron de tamborilear para hablar- Venga, ¿a qué esperas?- … Bien… bien jugado- masculló el manco. - Uno por uno, Flastio.- dijo determinante.- Todos lo han hecho muy bien- aclaró. - …- Flastio se acercó a Heylel y a Masslow- Bien jugado- les dijo, tristón. A continuación se acercó a Fier- Bien jugado…- repitió. - Bien jugado- le dijo a Rick. Caminó hacia Alehyss- Bien jugado…-dijo ya con lágrimas en los ojos de rabia y vergüenza. Massen fue la siguiente.- … Bien… jugado…- dijo tapándose los ojos, ya que había empezado a llorar en un llanto agudo y quejicoso. - …Bie-en j-j-jugado…- acabó con Lyam, para luego, correr hasta situarse detrás de su padre. - Muy bien.- aclaró este.- Así es como se hacen las cosas. Vuestra deuda ha quedado saldada- les dijo a todos- Disculpad a mi pequeño, a veces… los juegos se le van de las manos- suspiró resignado. Vio al prisionero- Por lo visto el temperamental Flastio capturó a un esclavo- exclamó.- Pero no es un esclavo corriente, ¿verdad? Hace ya un año, cuando le pregunté quién le había cortado la oreja, él me dijo que había sido Aren Darvenwish. Por lo que deduzco que si él fue capturado en el Palacio de Brontë, significa que Aren Darvenwish está en el palacio de Brontë y que vosotros debéis ser eso que se rumorea por ahí… “El Ejército de los Siete Colores” ¿verdad?- acertó a decir. – Qué bonito- masticó cada sílaba para marcar cada una de ellas por separado, como si caturrease, para luego, continuar. - Así que vosotros- dijo señalándolos con leve movimiento de cabeza- sois los que vais en contra de los designios divinos de nuestro Dios…- su voz se oscureció.- Vosotros sois los que estáis en contra de lo que Mithos quiere… Entiendo.Salió de la celda y caminó lentamente hacia la quimera, que se revolvía herida y, no sin pena, la sacrificó con un rápido movimiento, con pena y dolor en los ojos, pidiendo perdón por aquel acto, para luego volver de nuevo a la celda con todos ellos- Sin embargo- dijo apretando los nudillos de una mano con rabia, mientras que la otra descansaba encima de la cabeza de su primogénito. - Habéis matado a una de sus creaciones. Fue un regalo que yo acepté con agrado y vosotros me habéis despojado de él- dijo haciendo referencia a la quimera. Entonces desapareció de golpe y se apareció justo al lado de Heylel e hizo su puño lava para clavarlo con fuerza en uno de sus costados, haciendo que un par de costillas se fracturasen al instante y que el calor de su golpe quemase su piel. 43 paró enseguida- P-pero… - entonces empezó a reír con fuerza- Jajajaja así que este es el nivel… Jajaja- sintió entonces unas pequeñas patadas y puñetazos que sintió como cosquillitas bajo su piel, pues Masslow estaba golpeándole por haber hecho aquello a su nuevo papá, mientras chillaba un montón de insultos hacia él en su idioma. El de fuego se acuclilló delante de él y le agarró la quijada. - ¿Qué pasa, enano? ¿Esto te resulta familiar? – preguntó, con una marcada sonrisa de tiburón, para luego reír de nuevo. - Flastio cielo, has sido muy benevolente esta vez. Mírales: no se pueden marchar de aquí tan enteritos, ¿verdad?- chasqueó sus dedos y recias cadenas de fuego (calientes, aunque no quemaban, sino que únicamente sujetaban) aparecieron del suelo, agarrando muñecas y tobillos de los guerreros. Frotó la cabeza de su hijo.- Bien, veamos.- dijo adquiriendo una posición cómoda contra la pared del fondo.- Dime Flastio… ¿A quién castigamos por haber entrado aquí sin permiso?- ¡A ESA! ¡A ESA!- chilló eufórico Flastio, señalando con rabia a la única chica que no olía a nada, pues le molestaba en gran medida. - Adelante pues- dijo el progenitor, haciendo un gesto con la mano.- Veréis. Soy un buen padre y, como tal, castigo a mi hijo cuando es necesario. Sin embargo, mirad su sonrisa, por la gracia de Mithos, es un primor verle contento y puesto que verle triste es mi debilidad… No debo permitir lucir un aspecto débil, ¿verdad?- rió. Falstio, completamente contento y saltarín, cogió de los pelos a Alehyss y le aplastó la cabeza contra la pared un par de veces. - ¡AAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ahora hueles a sangre!- dijo cuando vio cómo de la sien de ella brotaba un fuerte chorretón de sangre que le llegaba hasta la quijada. La lamió entera, recogiendo su sangre con su boca y lamiendo sus ojos, orejas, lamió su herida de la cabeza y lamió su cuello- ¡AAJAJAJAJA AHORA HUELES A MÍ!- dijo pletórico, y entonces le dio un par de patadas en la espinilla antes de retirarse.- ¡GUARRA! ¡MIRA QUÉ MAL HUELES! Jajajaja- dijo dando saltos de alegría.- ¡Te quiero, papa!- dijo abrazándolo con fuerza. - Yo también, hijo. Yo también- sonrió. – Venga, castiguemos ahora a uno de ellos por haberme dejado sin un valioso Karniarsh, ¿de acuerdo? ¡Con lo caros que son! – rió amable a su hijo. – Tranquilo, te compraré otro pronto.- ¡ÉL LO MATÓ!- dijo señalando a Heylel. - ¡Oh! Bueno, a ese no le des más- dijo 43, compasivo- Mira, dale a aquella del fondo, que también tiene alitas- dijo refiriéndose a Fier. Pese a que su hijo se lo estaba pasando pipa, él también estaba disfrutando. - AJAJAJAJA- dijo corriendo y casi rodando de felicidad por el suelo hasta llegar a junto la chica Aether- ¡TOMA! ¡TOMA! Y ¡TOMA!- dijo mordiendo fieramente su quemadura, la cual nunca podría recuperarse por completo debido a los estragos que el Flamma acababa de producir en su extremidad, arrancando los gritos de dolor de Fier que por culpa de las cadenas, no se podía mover. - Ojojojo~- aplaudió el padre.- Muy bien hijo, ni siquiera yo lo habría hecho mejor. Continúa.- dijo con un gesto de una mano. Flastio olió el pelo de la chica rubia- HUELE BIEN- dijo contento y con los ojos como platos y entonces comenzó a tirar muy fuerte de él hasta que se hizo con un buen número de cabellos de Fier. Luego le rechupeteó la cara, orificios nasales y oídos para terminar con un fuerte crujido de su ala derecha– ESSTA CHICA SSABE Y SSUENA MUY BIEN- dijo histérico de contento. - AJAJAJAJAJA- rió, dejando caer hacia un lado el ala rota de Fier. - Jajaja como todas, Flastio, como todas- dijo picarón. - ¡Anda mira! ¡Si hay una pequeñita ahí al fondo!- exclamó 43 a su hijo, refiriéndose a Massen. - Esa fue la que le dio a tu regalo, papá- dijo Flastio, enfadado. 43 frunció el ceño y se quedó en silencio unos instantes.- Bien.- dijo en tono apagado, completamente distinto del tono ocioso que había mantenido hasta la fecha.- Mátala.- AJAJAJAJA ¡BIEN! ¡BIEN!- Flastio corrió en círculos alrededor de su padre para luego abalanzarse con la boca abierta hacia Massen, dispuesto a matarla con sus fauces ahí mismo. Sin embargo, justo cuando Flastio iba a alcanzar a Massen, Rick Denhel, debido a su condición de Flamma y el más resistente de todos, pudo zafarse de las ataduras de fuego –no si dificultad- durante el tiempo en el que permaneció en segundo plano y, ahora su herrumbrosa espada, caía con dolor y rabia sobre la cabeza de Flastio. Este se apartó en el último momento y pudo salvar su vida, pero no su único brazo, que cayó con fuerza al suelo bajo la atónita mirada de su antiguo dueño. - ¡FLASTIO! – 43 se reincorporó de su posición relajada para correr hacia su hijo- ¡QUÉ HABÉIS HECHO!- dijo con rabia, mientras su hijo caía desmayado en sus brazos, debido al dolor. Primero Adela Ungilde y ahora Rick Denhel, ambos habían conseguido mutilar al loco hijo de 43. Rick Dehel se abalanzó sobre él de nuevo pero esta vez 43 lo hizo combustionar en llamas, haciéndolo desaparecer. - ¡FUERA! ¡FUERA DE MI VISTA TODOS!- dijo hechizando uno por uno a todos los presentes y haciéndolos desaparecer.- ¡FUERA!- Dijo con rabia. No tenía tiempo de matarlos a todos ahora. Tenía que llevar a su hijo y a su brazo rápido para ver si la mutilación era recupreable y no quería dejarlos solos vagando por ahí pues podrían causar el caos en la Organización. Liberar esclavos y o matar a subordinados… No. Era mejor hacerlos desaparecer del lugar. Ya habría tiempo para la venganza. Masslow fue el último en ser combustionado no sin antes que 43 le pusiera un sello rojo en la frente al pequeño y luego lo envolviese en llamas para hacerlo desaparecer a él también, que no paró de llorar ni un solo minuto. … Centenares de metros sobre la cabeza de 43, arriba, la puerta de la enorme mansión negra se abrió de repente expulsando como si hubieran salido disparados por una catapulta a Lyam, Rick, Silvanus, Alehyss, Massen, Masslow, Fier y Heylel, cayendo todos ellos al salvaje jardín de delante de la casa, cuya puerta se cerró de inmediato. Se había hecho de noche, pues se habían pasado todo el día, de mañana a noche, metidos en aquel lugar infernal. Rick y Massen eran los que tenían menos heridas, por lo que rápidamente se dirigieron a la taberna donde los dos cocheros que los habían traído hasta el lugar les esperaban, pues aquel había sido el lugar acordado y entre los cuatro, ayudaron a cargar a los heridos en las carrozas. En la primera, Alehyss, sin sentido, con la cabeza abierta, Silvanus, sin conciencia tampoco, Heylel, hecho un ovillo debido al dolor de su quemadura y de sus huesos rotos y Masslow, que se frotaba aquella marca negra y roja con forma de llama que tenía en la frente, pues le quemada. En la otra, Lyam, con algunas magulladuras, al igual que Massen, Rick, y Fier, cuyo brazo tenía un aspecto ensangrentado, quemado y horrible y su rubia cabellera se había teñido de su propia sangre, pues su cuero cabelludo se había visto muy perjudicado. Los caballos fueron azotados con ansia durante el resto de la noche y parte del día siguiente, pues era de vital importancia que los guerreros llegasen lo antes posible al Palacio. Adjunto: A Fier, una vez hechas las primeras curas en Palacio, recibió una carta de Caligo a la cual tuvo que atender personalmente, abandonando el Palacio y a sus compañeros durante un tiempo. FIN DE MISIÓN. Objetivo: CUMPLIDO Objetos obtenidos: Piel de Bismonte (excepto Silvanus) , Metal de Iril (Excepto Alehyss y Silvanus) Experiencia obtenida: +3 Fier +4 Alehyss, Rick, Heylel, Lyam, Massen El porqué de la experiencia Fier, por desgracia tuvo que abandonar la misión en su recta final, de modo que he es imposible valorarla del mismo modo que al resto. Sé que no ha tenido la culpa pero también es injusto para el resto que se le puntúe igual. En cuanto al resto, he hecho una mezcolanza entre “número de palabras” y “velocidad de posteo con relación a la última actualización” | |
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