El amuleto

Guau... Este lugar da escalofríos... Camino lentamente detrás de Frikka con las manos apoyadas en sus hombros.- Oye Bibi... no es que no sea valiente ni nada por el estilo pero... ¿no tienes un poco de ¡aaaaaah!- Chillo al sentir a Tristán en mi oreja.
-¡Maldito entrometido!- Digo limpiándome las babas de dragón de mi oído.- Menudo susto...

Hincho el pecho y, con pasos suaves, me dirijo al bulto tapado más cercano al de Frikka para destaparlo en cuanto ella lo haga.


Estoy listo para echa a correr.

Cuando Follow abrió del todo una de las puertas, tras ella encontró exactamente lo que parecía haber antes de abrirla: una habitación con unas cuantas camas y un par de muebles de aspecto más bien humilde, y al fondo una ventana abierta que dejaba entrar en la suave brisa. No había mucho que ver.

En el sótano, cuando Tristán hizo pegar un grito a Silvanus, los chicos pudieron percibir, proveniente de uno de los bultos más grandes, una pequeña chispa que dio un poco más de luz a la habitación durante un momento. Sin embargo, al instante se apagó.

Ambos prestaron atención a uno de los bultos, el que Frikka tenía más cerca. Se trataba de una forma cuadrada más o menos de la altura de la chica, y sobre ella no había ninguna otra caja. Cuando la chica destapó lo que resultó ser una jaula, tres sombras de aspecto siniestro se abalanzaron, mudas, contra los barrotes. Las tres formas encapuchadas contaban con una garra que extendieron con ansia hacia los chicos. Con su movimiento, la jaula se movía, dando lugar a sonidos metálicos.

Bajo otras de las telas también empezaba a haber inquietud. Sonidos animales de todo tipo se dejaron oír, más o menos nerviosos, por toda la sala. De debajo de algunas de las formas salían chispas, o incluso llamas, que se apagaban al contacto con la tela. El movimiento de los bultos se hacía cada vez más fuerte.

-AH NO.- Digo retrocediendo tan rápido que caigo al suelo de culo.- Yo me largo de aquí.- Digo con el corazón a punto de salirme por la boca.- E-estamos buscando un amuleto no... ¡esto!- Digo casi tartamudeando.- Vámonos, Bi...- Digo levantándome mientras camino hacia atrás.- Venga... hay... más puertas.- Susurro.

Este lugar me estaba empezando a agobiar MUCHÍSIMO. Tanto que me llevo una mano al pecho, con algo de ansiedad. Este sitio es horrible. Quiero irme. Aren, ¿qué harías tú? Estúpido amuleto de mierd...

Cuando llego al umbral de la puerta, trago saliva. Esto se ha acabado: estoy harto.
Cojo aire con la intención de echar a correr y abrir el resto de puertas a la vez. Si el amuleto está en una de ellas, debería salir o... algo. Yo que sé. Sólo quiero acabar con esta situación pronto.




FDR: \e,e/ no se si abrir puertas se cuenta como una acción. Si no puede hacerlo porque no dan las acciones o simplemente no te da la gana (XDDD) pon que abre la siguiente o como quieras.

Nada más retirar la tela del bulto retrocedo un paso, tensa.

-Hostia puta... ¿Qué clase de enfermo guarda monstruos en un sitio como este...?

Miro a mi compañero de reojo. Parece que se ha sorprendido incluso más que yo. Asustado, más bien. Le miro la entrepierna, divertida, pero parece que todavía no se ha hecho pipí. Vaya con el fuerte guerrero.
Vuelvo a mirar la jaula que he destapado.

-Pobres bichos... -murmuro, con tono anodino, aproximando un dedo a las rejas sin dejar que el ser que está dentro lo atrape-. Os compadezco.

Unos animaluchos feos no merecen que los traten así, como si fuesen muebles viejos, pero supongo que no hemos venido aquí a eso, así que termino por seguir al piscis, resignada, cerrando la puerta a mis espaldas. El piscis, sin embargo, parece haberse vuelto loco.

-¡¿Qué coño haces?! Vaya grillado, joder... Como suba las escaleras a ver qué hacemos.

Me aproximo a la puerta que ha abierto en guardia, asomándome un poco al interior, para comprobar qué hay dentro.
Será idiota.

FdR- Si abre varias, se acerca a la primera. Si al final hay muchas acciones y no puede abrirlas todas, a la que sea.

Cuando Follow abrió la puerta de la habitación de los criados, se encontró tras ella una tesitura similar a la que había encontrado Frikka unos minutos antes. Atónitos al verse sorprendidos por segunda vez, el hombre enrojeció hasta la raíz del cabello, y ella, tan roja como su compañero, lo apartó de sí de un empujón y se encaró con Follow al tiempo que se recolocaba el vestido, visiblemente molesta por esta nueva interrupción.

-¡Pero bueno, ¿esto qué es?! -exclamó, furiosa-. ¡¿Acaso van a venir aquí todos los invitados uno por uno?! ¡Ya le he dicho a su compañera que lo que buscan probablemente esté en el sótano, señor! ¡¿No pueden dejarnos en paz?!

Mientras tanto, en el mismo sótano, Silvanus se vio asediado por un repentino terror ante la visión de la criatura, y decidió salir de allí sin dilación. Rápidamente, se lanzó hacia la primera puerta, y la abrió de par en par. Al instante, se lanzó con la siguiente; con esta ya no tuvo tanta suerte, sino que tuvo que quedarse forcejeando, pues la encontró firmemente cerrada.

Frikka, por su parte, se tomaba aquello con algo más de calma, aunque igualmente impresionada. Cuando acercó la mano a la jaula, las bestias, ansiosas, trataron de tocarla, aunque no consiguieron llegar a rozarla. Sin embargo, el revuelo animaba a otros ocultos aún bajo telas, causando cada vez mayor revuelo en la habitación.

Frikka, decidiendo que mejor sería dejar aquello, siguió a su compañero fuera de la habitación, y desde el mismo umbral pudo ver la puerta frente a ella, que se encontraba abierta. Sin demasiada luz, aunque no del todo a oscuras, la habitación parecía dar cobijo a aparatos de lo más extraños, líquidos embotellados en extraños recipientes y burbujeantes mezclas de colores; un auténtico laboratorio.

Desde la puerta, la caeruleus pudo oír una extraña vibración que parecía provenir del interior, junto con una sensación de energía que emanaba de algún punto del lugar. Desde la puerta, sin embargo, no alcanzaba a ver más que aquellos extraños artilugios de aspecto alquímico.

Mientras el piscis delicado lucha contra una puerta para tratar, inútilmente, de que le abra su corazón, yo me aventuro, finalmente, a dar un paso dentro de esta sala. Parece una especie de laboratorio de pociones, o algo por el estilo, aunque la mayoría de las mierdas estas no las había visto en mi vida. Y, sin embargo, algo me hace no pillar puerta sin más. Los líquidos, bullendo en sus recipientes, resultan curiosos, pero hay algo más... Un sonido tenue que parece venir de otro sitio.

Miro de reojo a Silvanus, que parece extasiado.

-¿No oyes nada?- inquiero, recorriendo toda la estancia con la vista-. Aquí hay algo la hostia de raro... -añado, hablando sola.

Tras un instante de duda, cierro con decisión la puerta a mis espaldas. Si aquí hay algo, ya sea el amuleto o otra pareja dándole brío a su palitroque, no va a salir de aquí sin que lo vea.

Recorro el cuarto, observando los recovecos, los botes, las estanterías... Todo. Buscando en mi avance, obviamente, el origen de esa vibración... De esa sensación extraña.

Viendo lo que guardaba el tipo ese, quizás sea una bestia inhumana escondida en un armario, preparada para matarnos. Vaya hombre más hortera, si ya lo pensé nada más ver su chabola.

Reunidos los tres de nuevo, se internaron en la sala, cerrando Frikka la puerta a sus espaldas. Follow se había unido a sus compañeros en silencio; Frikka se puso a buscar por toda la habitación, y Silvanus curioseaba también de acá para allá.

Pronto se dieron cuenta de que tocar los objetos en la sala no era buena idea. Si lo hacían, el objeto se iluminaba y les producía una dolorosa descarga de magia en la zona de contacto.

Dentro de la habitación, y cerrada ya la puerta de la sala, se hacía aún más evidente la vibración y la energía mágica que de allí emanaba. Los TRES podían sentir a la perfección que había algo especial en aquel lugar. Sin embargo, no veían nada raro por ninguna parte.

Silvanus fue el primero en dar con el origen de aquel lo que fuera. En su interés exaltado de estudiar la habitación, se internó hasta el fondo, donde la luz era más tenue. En un momento dado, cerca ya de la pared opuesta a la puerta, una débil luz se iluminó de pronto, y algo voló zumbando hacia él. Tras impactar en su frente, produciéndole un pequeño corte sobre la ceja, se apagó y se perdió de nuevo entre los cachivaches.

La vibración y la fuente de magia, sin embargo, seguían allí, ahora focalizadas en una de las estanterías, a la derecha.

Dudo mucho que las cosas que el tipo ese tiene aquí sean todas legales... Hay cosas de lo más extrañas... Al tratar de tocar cualquier cosa, de hecho, recibo una descarga que me hace apartar la mano rápidamente, con el ceño fruncido.

-Vaya mierda... -gruño, mientras continúo buscando el origen de esa extraña sensación.

El quejido de Silvanus me hace volverme hacia él, de pronto, acercándome alerta. también el Buscador se ha puesto a la defensiva.
Así que es aquí...
No he tenido la suerte ve der la dirección que ha tomado el objeto, pero por lo que mis compañeros miran, está bastante claro. Desenvaino rápidamente la katana, siguiendo a Katty de cerca, en posición defensiva. Estoy preparada para batear lo que sea que venga.

Rebusco yo también entre las cosas, utilizando mi arma para moverlas. Quizás así no me pase una de esas descargas.

-Teníamos que haber traído un cazamariposas -murmuro, jocosa.

Follow fue el más rápido en reaccionar, y pronto sus compañeros siguieron su ejemplo, prestando atención a la estantería en la que aquel "lo que fuera" se había escondido. Frikka y Silvanus seguían teniendo problemas para apartar los trastos (los objetos tocados seguían dando calambrazos, y parecían repeler el contacto con la katana de Frikka como polos iguales de un imán).

Follow, sin embargo, fue más práctico, y lanzó directamente un aquaerum a la estantería. Aunque el resultado fue la caída al suelo de un buen montón de objetos y tarros de cristal, muchos de los cuales acabaron destrozados, no consiguió hacer caer con ellos lo que había atacado a Silvanus. Sí sirvió, por otra parte, para hacerlo salir a la luz.

Cuando estuvo en el aire, los chicos pudieron ver que se trataba de un extraño objeto, una especie de piedra con extraños grabados que parecía tener vida propia. Evidentemente, era el origen de toda aquella energía.

Permaneció un momento en el aire y, tras enviar una pequeña y cortante ráfaga de viento directa a la cara de Follow, se impulsó flotando en dirección a la puerta, a cierta altura por encima de los chicos, buscando un escondite o una vía de escape.

FdR: Si lo esquiva se levantará para lanzar el aquaerum, si le da pues a ver qué pasa.

Entrecierro los ojos, frustrada. Parece que está habitación está revestida de... Mierda repelente mágica energética asquerosa de los huevos... Aunque en cuanto la piedra sale a la luz tenemos, al menos, la certeza de que estamos en el lugar indicado. Y ya era hora, que tengo los ovarios llenos de estar recorriendo esta casa de un lado para otro como si estuviese buscando putos fantasmas.

Dado que creo que destruirlo no es nuestro objetivo, ya bastante hemos tardado en encontrarlo como para cagarla ahora, termino por guardar la katana, que, por lo visto, parece que en este trabajo es de lo más inútil.

Al ver cómo el amuleto ataca a Buscador, suelto una carcajada.

-¡¿Pero qué cojones...?!

Ataca. ¡La puta cosa esa ataca! ¡Usa magia como una personita flotante!

-¡Pues yo también sé hacer esas cosas! ¡¡Âchnem!! -exclamo, apuntando al punto flotante.

Me dirijo, como el amuleto, hacia la puerta. Quizás si lo rodeamos termine por cansarse y sucumbir ante nosotros. Aunque esa mierda voladora no tiene pinta de sentir cansancio, ni nada por el estilo.

Follow esquivó la ráfaga sin mayor problema, y se incorporó en seguida para seguir luchando. Viendo que Silvanus avanzaba hacia el amuleto, se decidió por el trabajo en equipo y lanzó un aquaerum a los cachivaches que se interponían entre el piscis y el amuleto. Los objetos, aunque no llegaron a romperse, sí fueron empujados hacia un lado, despejando el camino en un amplio pasillo.

Silvanus envió a Tristán contra el amuleto, y el dragón voló en dirección a él, dispuesto a lanzar una buena llamarada. Sin embargo, el amuleto lanzó un buen chorro de agua hacia él tan pronto el dragón abrió la boca, sin darle tiempo siquiera a escupir el fuego, empapándolo y llenándole las vías respiratorias de agua.

Lo que no esperaba era el ataque de la caeruleus, que venía de otra dirección. Este sí impactó con cierta precisión contra el pequeño objeto, que soltó una especie de chispa y se sacudió un momento en el aire, aturdido. Se volvió hacia Frikka, ofendido, y envió un ataque en respuesta muy similar al que la chica le había lanzado, aunque manifiestamente más potente.

De nuevo, emprendió su camino hacia la puerta, lanzándose hacia ella con determinación.

Sonrío con satisfacción. Le he dado en toda la jeta. Que se joda. Aunque enseguida se me borra la sonrisa al ver como el amuleto parece volverse hacia mí, si es que tiene un derecho y un revés, y me devuelve el ataque.
Me echo hacia la izquierda, impulsándome con mi pierna dominante, frunciendo el ceño. ¿Es que la cosa esa se enfada o qué? Si solo es un amuleto... ¿Qué inteligencia puede tener un objeto? Somos tres contra uno, incluso. Estamos en ventaja.

Y si...

Apunto al amuleto con la diestra y siseo.

-Garves.

A ver... Es una gilipollez, sí, pero que no se diga que no se prueba de todo.

Me vuelvo hacia Buscador, algo mosqueada ya con esta situación.

-Eres un ninja o una mierda de esas, ¿no? ¿No puedes subirte por las paredes y echarle el guante?

Yo soy un ser más de tierra. Sin embargo, el memo de la máscara sí que parece experto en subirse por las paredes. Siempre está como malhumorado, así que seguro que trepa bien.

Preparo un nuevo Âchnam, apuntando al amuleto, pero sin lanzarlo. La amenaza es puro control mental.

-Cosa voladora de los huevos, déjate coger y no te haremos daño -murmuro entre dientes, sacando pecho.

En cuanto la cosa ésa lanzó un chorro a Tristán y vi como caía al suelo, di un grito y corrí hacia a él para cogerlo en las manos y ayudarlo a respirar. Le froté la espalda viendo como escupía agua y tosía con fuerza, preocupado por él.

Lo abracé contra mí y pensé en qué pasaría si se muriese por algo así, en lo triste que me pondría. Tristán había estad conmigo casi desde que había llegado a Brontë y si lo perdía me sentiría muy desolado. Mientras intentaba ayudar a mi dragón, levanté la cabeza para mirar qué hacía el resto, desesperado.

—¿¿Por qué no va alguno a decirle a ese señor que el colgante está aquí y que lo coja él?? —Pregunté a mis compañeros.

El amuleto, alcanzado por el hechizo de Frikka, se estremeció en el aire, pero la acción de la chica no pareció tener más efecto sobre él. Continuó su camino hacia la puerta, y al llegar a ella, cerrada, comenzó a golpearla, como pretendiendo abrirla, con aire apremiante.

Al sentir venir a Follow, se apartó a un lado para esquivarlo, y mientras el chico caía lanzó una bola de luz contra él, un evidente hechizo de ataque. Al momento siguiente volvió a centrarse en la puerta, temblando con fuerza y vibrando aún más que antes, golpeándola una y otra vez.

Tristán, pese al atragantamiento inicial, logró recuperarse del ataque tras unas cuantas toses, y aunque estaba algo mareado, la poca fuerza del agua no había causado ningún daño preocupante en su cuerpo. Permaneció junto a Silvanus, un poco más allá.

Ignorando al estúpido buscador, que por muy ninja que se crea no logra hacer absolutamente nada, intento buscar alguna forma imaginativa de capturar al amuleto de los huevos. Quizás la idea del piscis cobardica no sea mala del todo, pero la puerta cerrada es lo único que mantiene al amuleto dentro de este recinto...

... ¡¿Y si...?!

Veloz, tomo mi katana y me dirijo hacia la puerta, la misma que el amuleto golpea con tantas ansias. Como estemos dando palos de ciego tanto tiempo terminará por romperla y largarse cagando hostias, pero si... Mithos, Frikka, eres un genio.

Aprovechando el impulso de mi carrera, lanzo un ataque punzante a la puerta, más o menos a la altura de mis riñones, con la intención de hacer un pequeño agujero. Basta con que el amuleto quepa por él. Si lo consigo y la piedrecilla mágica es suficientemente estúpida, quizás intente colarse, pero ahí estará Frikka Njorthrbiartr para detenerlo. A veces hay que mostrar un punto débil para que el oponente se confíe y crea que puede ganar.

FdR- XDD