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 Extraños sucesos en la plaza

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Zacharyas

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyLun Jun 02, 2014 2:57 pm

Tras acabar con la mujer, Zacharyas sabía que no tenía mucho más sitios a los que ir que junto a Cierzo, haciéndose quedado sin pistas concretas que seguir, de modo que regresó junto  su compañero para poder informarlo de sus descubrimientos. Aunque primero, antes de planificar el trabajo que harían por la noche, los dos se pusieron a trabajar. Zacharyas, risueño, trataba en todo momento de escrutar aquel lugar, buscando algo que no hubiese visto antes, algo que se le hubiese pasado desapercibido, y no solo a nivel físico, sino también en su cabeza: una conclusión, una pista, un detalle al que no hubiese dado la importancia necesaria en su momento.

Zacharyas contó también, cuando tuvo un momento para ello, la visita que había hecho a la casa del capitán Leroy a Cierzo. Empezó comentándole que había sido indicado por una mujer, y mencionó tanto los gritos del piso superior como la reticencia de la mujer a atenderlo, o el jirón de ropa negro que ella le había dejado tener un momento en las manos.
En todo momento se mantenía tranquilo, risueño incluso, sin aportar exactamente ideas, pero notablemente interesado en los sucesos que envolvían todo aquello.

Cuando la jornada de trabajo terminó, ambos se dirigieron a la taberna. Zacharyas iba detrás, silencioso, ya con el rostro descubierto, agradeciendo la falta de sol, imaginando las cosas que les deparaba la noche, con emoción.
Ya solo quedaba prepararse para aquello que llegaría en unas horas.

Zacharyas y Cierzo hablaron un momento a solas, terminando de poner en común los puntos que habían averiguado a lo largo de la jornada. Asimismo, acordaban cómo actuarían.

-Habría que impedir el acceso a más gente -mencionó el caeruleus, que realmente deseaba encontrarse a solas con la pesadilla del pueblo-. Si se pudiera dar un aviso para que todos permaneciesen en sus casas, solo quedarían los que fuesen sospechosos -comentó, con una sonrisa algo extraña.

Aunque, por supuesto, estaba claro que no podrían deshacerse de todo el mundo. Allí mismo, incluso, había un hombre que insistiría en no desaparecer por mucho que se le insistiera, y aquello lo tenían claro los dos.

-Yo necesito oscuridad -dijo el mago, de pronto-, y tú luz. Si dividimos la plaza en oscuridad y luz, ambos podríamos cubrir una parte. Además, la luz proyecta sombras, y si se apagase alguna antorcha ya tendríamos un lugar al que mirar, que yo vería perfectamente.

Se estiró el flequillo sobre la cara, pensativo, tranquilo. El caeruleus, desde luego, tenía claras sus preferencias. Era un hombre solitario, había sido obligado a serlo, pero no le importaba aquello: no tenía miedo. Ni siquiera a morir.

-Pierdo el control con facilidad en algunas situaciones -reconoció, finalmente, tensando el gesto-. No quisiera atacar a alguien inocente -aclaró, aunque una parte de sí sí lo hacía. Los inocentes lloraban más, por lo general-. Es preferible que nadie se entrometa -. Miró al capitán Leroy de reojo, un momento-. No temo al fantasma de nadie. Pero -. Carraspeó, seco- no quiero estorbos ni presas.

Quizás su tono sonase algo frío, pero aquello era lo que Zacharyas deseaba: tener la posibilidad de vivir la situación por sí mismo sin que nadie lo interrumpiese. Quería conocer lo que a todos asustaba.

-A la hija del capitán la atacaron -. Carraspeó- en su casa -recordó de pronto-. Habría que pensar algo también para evitar eso. Por si el patrón cambia hoy también... -. Y su voz murió al final de la frase, como si pasase de hablar con Cierzo a hablar solo.
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Cierzo

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMar Jun 03, 2014 12:50 am

No conseguí gran información respecto a la estatua, por no decir ninguna, así que me limité a continuar mi trabajo, al igual que el fantasmita, que no tardó mucho más en volver. Continuamos trabajando en la plaza, y cuando tuvimos oportunidad, nos reunimos para poner información en común. Poco a poco íbamos perfilando una idea de cómo trabajar, aunque el misticismo seguía presente. Tampoco era que pudiéramos hacer mucho al respecto.

Dejamos la plaza tan preparada como pudimos. Limpiamos en terreno en la medida de lo posible, y pedí que se mantuviera la cabeza de la estatua en la plaza en lugar de llevársela. Además, preparamos barricadas en torno a la plaza, dejando tan solo libre la calle que llevaba a la taberna, por la que salimos al terminar. Por el camino y una vez en el lugar, continuamos con nuestros planes. El fantasmita se mostraba extrañamente colaborador, lo cual era de agradecer, teniendo en cuenta que era la única colaboración que iba a encontrar en aquel lugar. Asentí a sus sugerencias, algunas de las cuales ya me habían pasado por la cabeza.

-Dividiremos el territorio -coincidí-. Si de verdad todo suele suceder en la plaza, deberá ser el lugar que vigilemos. Preferiblemente sin nadie más presente -. Me imaginaba con qué podía salir don capitán si a alguien le pasaba algo estando nosotros cerca-. Para evitar problemas, lo ideal será que agrupemos al pueblo en un único lugar. El capitán y sus hombres pueden encargarse de hacer guardias en el grupo, y así evitaremos problemas. También debemos buscar una forma de ponernos en contacto. Que consigan algo que haga ruido, por si es necesario hacernos señales para acudir en su ayuda. Un cuerno o similar. Y espero que hoy no pierdas el control, especialmente si me quedo sin luz.

Una vez nos pusimos de acuerdo en todos los puntos, llamé al capitán para exponer nuestras intenciones. Necesitábamos mantener la cabeza de Ksà en la plaza y encerrarnos en ella con barricadas. La mitad de la plaza debía quedar iluminada. El pueblo se reuniría en un único punto, que ellos mismos debían cuidar. En caso de que necesitaran nuestra ayuda, debían contar con algún instrumento con el que reclamarnos, y sería conveniente que nos proporcionaran a cada uno algo similar. Aunque, en el mejor de los casos, no tendríamos que contar con ellos. No me gustaba la idea de tenerlos estorbando. Esperaba que, por lo menos, aquel hombre prepotente supiera cuándo cerrar la boca y limitarse a colaborar.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyVie Jun 13, 2014 1:16 am

Cierzo y Zacharyas hablaron sobre el plan que llevarían a cabo durante la noche, poniéndose de acuerdo que la forma de actuar y los requisitos que pondrías para comunicárselos al Capitán Leroy.

Cuando Cierzo se acercó para hablar con él, tanto el capitán como los hombres que lo rodeaban se silenciaron, mirando fijamente a Cierzo mientras hablaba; alternando luego sus miradas con Leroy para comprobar cómo se posicionaban ambos en la conversación.

—Podéis iluminar la plaza todo lo que queráis, es lo que hacemos siempre... Si ese amigo tuyo ve en la oscuridad te será más útil que cualquier antorcha o farol. Tenemos reclamos de rapaces para espantar a las alimañas de los almacenes, si eso os sirve. En cuanto a lo que decís del pueblo, eso es imposible. No hay ningún sitio lo suficientemente grande como para que duerman todas las familias de este pueblo. Además de que tardaríamos demasiado y llegaría la noche. Ese tipo de cosas no pueden pedirse a apenas unas horas del crepúsculo, no sé qué os pensáis —Bramó el hombre, entre comentarios de los demás, para luego dar un largo trago a su jarra.

Tras un tiempo de discusión, acordaron iluminar la mitad de la plaza, como habían pedido, colocar la cabeza de ksà en donde había aparecido esa mañana y darles un par de reclamos para que pudieran comunicarse. Sin embargo el capitán Leroy no aceptó permanecer fuera. Solo dio el visto bueno cuando acordaron que, junto a los guerreros, entrarían él y otro de sus hombres, para controlarlos y cubrirlos. Respecto al resto del pueblo, se ordenó el toque de queda y se pidió que se reuniesen todos en las casas que rodeaban la iglesia e incluso en la iglesia mismo, para mantenerlos reunidos en la medida de lo posible. Tres patrullas recorrerían las calles delimitadas para mantener la zona asegurada.

La noche

Dedicaron el tiempo que les quedaba a organizarlo todo con lo que, caída la noche, la mitad izquierda de la plaza estaba iluminada con faros de magia chrysos y en ella esperaban pacientemente Cierzo y el capitán Leroy. La otra mitad estaba oscura, de modo que Zacharyas podía observarla perfectamente siempre que no dirigiese la vista hacia los faros del otro lado. Junto a él esperaba otro hombre, algo más joven que Leroy, que encendía los ojos levemente para saber por dónde caminar. Una vez revisada la zona, los dos grupos se reunieron en el centro para ultimar detalles. Cada uno tenía su reclamo para poder avisar a los demás en caso de necesidad.

Las zonas cercanas a la plaza estaban vacías gracias a toque de queda y en la calle mayor un grupo de cinco hombres hacía guardia por si necesitaban refuerzos o veían algún movimiento extraño. También contaban con un reclamo para informar a los de dentro de la plaza.

Las barricadas ya habían sido colocadas y las patrullas habían empezado ya la ruta en torno a las casas que rodeaban la iglesia. No se escuchaba más que el ulular del viento y el sonido de algún búho. La noche se presentaba tranquila en su comienzo.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyDom Jun 29, 2014 2:01 am

Pese a que hubiera preferido hablar con el capitán en privado, parecía que aquello no era posible en un pueblo donde nadie sabía qué significaba la intimidad. En aquellas condiciones, fuera quien fuera el responsable de la situación tendría mucho mayor acceso a información, y eso no nos convenía. Pero, por supuesto, aquel hombre era de todo menos un profesional, y prefería compartirlo todo con cuanta más gente mejor. Solo le faltaba convocar en reunión a todo el pueblo. Por no hablar del plan de taberna justo antes de ponerse en marcha. Pero, por supuesto, no cedería a dejarlo en nuestras manos. Menudo dolor de cabeza.

No se mostró muy abierto a colaborar, pero decidí no hacer comentarios o gestos que revelaran mi opinión al respecto. Me mantuve serio, sin expresión, escuchando lo que ofrecía. Me limité a asentir, sin quejas. No valía la pena discutir con él. Me limité a pedir que se dieran reclamos a todos los grupos de aldeanos, incluidos los reunidos en torno a la iglesia, para poder cubrir cualquier imprevisto.

Una vez en la plaza, nos organizamos en dos grupos. El fantasmita sería mi principal guía en caso de que perdiera la iluminación, ya que yo sería el que mayor desventaja tendría. Ya que éramos cuatro, propuse que nos situáramos cubriendo cuatro flancos de la plaza, de modo que toda ella quedase perfectamente vigilada. Moverse y vagar por ella no aseguraría ninguna ventaja cuando sucediese... lo que fuera. Yo, principalmente, permanecía atento a la estatua.

En cuando a Leroy y su subordinado, esperaba que no dieran problemas. Parecía que era a mí a quien le tocaba cargar con la mirada constante del capitán. Era un absurdo vigilarme a mí en lugar de a la plaza, pero no iba a decir nada al respecto. Y más le valía ser capaz de cubrirse las espaldas. Por mi parte, conjuré un ntendbit, preparado para darle uso en caso de necesidad.
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Zacharyas

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyDom Jun 29, 2014 3:54 pm

Zacharyas podía llegar a parecer seguir instrucciones de Cierzo, incluso, debido a sus pocas opiniones al respecto de lo que los demás hablaban. No se sentía, sin embargo, subordinadp a nadie, y simplenente colaboraba si era necesario para no entorpecer la situación mientras pensaba en los monstruos que podrían atacarlos, o en si, quizás, podría llamar aves con aquel reclamo para probar con ellas diferentes experimentos. ¿Cuántas plumas harían falta para volar? Y al pensar en aquello no podía evitar mirar a Cierzo, por un instante.

-Espero que no temáis a lo que aparezca -murmuró Zacharyas, conuna sonrisa que no lpgraba ser menos siniestra pese a sus esfuerzos-. Las bestias aprovechan el miedo para atacar.

No necesitaba gente inservible, víctimas. Haría que sintiese emociones difíciles de contener y que le costase actuar. Zacharyas quería acabar con aquello antes de que nadie más que él derramase sangre.
Solo él.

No añadió más y pasó a patrullar su zona, las sombras, lanzando escasas miradas al chrysos que lp acompañaba. Al fin y al cabo, Zacharyas era consciente de que por mucho que le sonase extraño, debía protegerlo.

No le importaba nada, realmente. Solo quería vivir la pesadilla de la que todos hablaban.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMar Jul 01, 2014 1:39 am

La noche


Silencio en la iglesia, silencio en las calles, silencio en la periferia y, por supuesto, silencio también en la plaza. Lo único que rompía aquel silencio eran los golpes de las botas sobre los adoquines de los cuatro hombres que permanecían en los flancos de la plaza principal y de búhos y lechuzas, algún perro o lobo en la lejanía.

Situación en la plaza:

Las horas transcurrieron de forma lenta y pesada, haciendo que la tensión se fuese olvidando lentamente para ser sustituida por aburrimiento y sopor. Tras las tres de la madrugada habían pasado ya dos horas de la hora crítica en la que se producían habitualmente los ataques y el capitán Leroy había hecho ya un par de comentarios referentes a que posiblemente esa noche no pasara nada.

Esperaron todavía una hora más en medio de aquel silencio y el capitán se apartó de la pared donde hacía ya una media hora que se había apoyado para indicar que se daba por finalizada la guardia.

—Seguramente se hayan dado cuenta de que estamos esperando y hayan decidido aplazarlo... —Bramó acercándose a Cierzo con gesto desagradable.

Cuando continuó su camino hacia la barricada principal para abandonar el lugar y guardó silencio nuevamente, Cierzo sintió que la voz del hombre había dejado un vacío más extraño que los anteriores. Miro hacia la sombra, donde intuía que estaría su compañero, como queriendo verificar que no era el único en sentir algo extraño. Zacharyas no distinguió a Cierzo mirándole en medio de la luz, pero sintió también una sensación extraña, un silencio más intenso que el que habían estado presenciando durante toda la noche. Era un silencio total, sin búhos, ni perros ni aire contra la maleza.

Una explosión metálica cortó su tensión al momento, haciendo retumbar toda la plaza y al instante se escuchó un grito agudo y desgarrado, bestial y casi metálico. No se dejo distinguir en absoluto, pues al momento nuevas explosiones se estaban dando lugar al rededor de todos ellos, desconcertados por el cáos.

Algo empujó a Cierzo y el capitán con fuerza, lanzándolo varios metros por el aire y haciéndolos caer, a Cierzo al lado de la cabeza de Ksà y al capitán hacia la zona superior de la plaza. Ambos se dieron cuenta de que una explosión se había producido a su espalda y la reja de la alcantarilla que Cierzo había estado cubriendo calló cerca de él reventando algunos adoquines y corroborando el estallido. El aether se había magullado la cara, las rodillas y los brazos a parte de llevarse una desagradable sensación de haber estado metido en una batidora, pero no le impediría ponerse en pie de guerra.

—¡Así que aquí estáis! —El capitán se levantó y vociferó entre el polvo que se había levantado a causa de las explosiones, por encima del grito incesante y escalofriante. Desenvainó su sable y se lanzó hacia la alcantarilla de su lado. Sin embargo no llegó a alcanzarla. A medio camino algo pareció golpearlo y calló inconsciente contra el suelo. Cierzo pudo ver -con dificultad entre la polvareda- como el hombre se desplomaba y al momento las luces desaparecieron de su zona. Lo últimos que pudo distinguir fue una sombra rápida como el rayo.


Zacharyas y el chrysos que lo acompañaba también fueron lanzados varios metros por explosiones a su alrededor. Parecía que aquella plaza se hubiese convertido en un campo de minas. Zacharyas fue lanzado contra uno de los muros, dándose un golpe en la cabeza y cayendo después contra el suelo de forma pesada, sintiéndose mareado y algo desconcertado. El chrysos voló hacia arriba teniendo una aparatosa caída más próxima a su posición inicial, pero que le costó un fuerte golpe en el costado que lo dejó falto de respiración por unos segundos.

El polvo impedía a Zacharyas diferenciar la plaza con claridad, pues las explosiones fortuitas habían removido tierra escombros generando una nube densa de polvo, pero la falta de luces en toda la plaza hizo que pudiese acomodar mejor su vista. Los constantes ruidos de piedra molida y chirridos estentóreos que parecían provenir de las profundidades del suelo generaban un caos desesperante. Pudo fijarse, sin embargo, en que de la alcantarilla que estaba a su derecha comenzaban a salir hombres encapuchados de forma similar a fantasmas flotantes y se ponían a recorrer la plaza volando con brío, como espíritus enfurecidos. Aquellas criaturas también gritaban de forma desagradable, pero no eran las que generaban los gritos profundos que ambientaban la plaza.

Zacharyas ve algo similar a esto
Extraños sucesos en la plaza - Página 2 Dementor

Los vio revolotear por la plaza durante unos segundos, apareciendo y desapareciendo entre el polvo. Vio como uno se acercaban a un hombre tirado en el suelo, otros lanzaban escombros por los aires aumentando el caos, otros se encaramaban al suelo de espaldas a él, como si realizasen algún tipo de trabajo encubierto. Uno de ellos se lanzó hacia él y pudo ver de frente de qué se trataba, asumiendo sus temores. Ante él vio a un Horrdt, que lo enfocaba con sus punzantes ojos carmesí, pero que cambió su trayectoria justo antes de tocarlo, elevándose de nuevo. Lo vio aparecer entre el polvo de nuevo, cerca de él, como encasillándolo contra la pared y finalmente volvió a lazarse con el brazo extendido.

Extraños sucesos en la plaza - Página 2 Hoory

En apenas unos segundos el ruido atronador, el polvo y los temblores a causa de los golpes y destrozos de aquellas bestia convirtieron la plaza en un cercado campo de batalla sumido en el desconcierto, la presión y el frenesí.
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Cierzo

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyJue Jul 03, 2014 12:33 am

La noche parecía tranquila y silenciosa, lo cual podía resultar peligroso si nos confiábamos, pero, esperaba, haría más evidentes las anomalías cuando se presentaran. Me molestaba sobremanera tener que ocuparme no solo de la plaza en sí misma, sino también de Leroy y su compañero. En cuanto al fantasmita, apenas veía su sombra, así que confiaba en que se las arreglara por sí mismo.

Viendo que el compañero de Leroy se iba aproximando al límite de la luz, tomé mi puesto más cercano a la calle principal. Para mí era un engorro acercarme a la zona sin luz, pero prefería no dejar puntos sin vigilancia. Aunque, viendo a los pueblerinos, parecía que dejarlos solos tampoco era buena idea. En cualquier caso, mantenía mi guardia en todo momento, sin dejarme amodorrar por la tranquilidad de la noche. Otra cosa, no, pero sabía ser paciente.

Leroy no tardó mucho en decretar que no había nada de qué preocuparse, y al verlo dejar su puesto me quedó confirmada su incompetencia. Lo había ido viendo venir desde el principio, pero cada vez tenía más claro que acabaría siendo una carga. Quién me hubiera dado el poder para encerrarlo y amordazarlo. Habría sido tan fácil entonces realizar en trabajo tranquilo...

-No baje la guardia, capitán -llegué a advertirle, aunque con más bien poco interés en lo que hiciera. Me interesaba más mantener cubiertos los flancos, aunque fuera sin contar con él. Me limité a pasarlo de largo y ocupar su puesto, caminando en dirección contraria a la plaza para cubrir la zona que él dejaba desocupada.

No tuve mucho tiempo de alejarme. Pronto sentí como el aire se enrarecía a mi alrededor y busqué a Zacharyas, aunque no lo encontré. Afiancé mi hechizo y, antes de que pudiera hacer nada más, una explosión me lanzó por los aires. Traté de aprovechar el torbellino para suavizar la caída, aunque resultó engorrosa de todas formas.

Tan pronto como me fue posible, me incorporé, invoqué un nuevo hechizo y me puse en guardia. Con los ojos entrecerrados, pude ver caer a Leroy un poco más allá, una sombra y cómo la oscuridad se cernía sobre la plaza. Más oscuridad. Pues estupendo.

Rápidamente, me dirigí a la zona que se mantenía iluminada, situándome en su centro, y traté de mantener la guardia desde allí. Intenté localizar las alcantarillas de la plaza, pues parecía importante mantenerlas vigiladas. Pronto la plaza se sumó en el caos absoluto, y ya que la mi visibilidad era tremendamente reducida, me dediqué a mantenerme atento a la rápida sombra. Si alguna se me acercaba, podía dedicarle entonces el ntendbit que mantenía en las manos. Mientras tanto, traté de concentrarme en buscar el origen de los chillidos, manteniendo vigiladas, en la medida de lo posible, tanto las alcantarillas como la estatua.
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Zacharyas

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyJue Jul 03, 2014 11:45 am

Zacharyas montaba guardia tranquilo, satisfecho en la noche, rodeado de oscuridad, sin necesidad de llenar el silencio con comentario alguno. No dejaba de imaginar para sí, mientras el tiempo pasaba, lo terrible que podía acabar siendo todo aquello, y a cada nueva idea se estremecía por dentro, emocionado, esperando que fuese alguno de aquellos sucesos temibles los que se encontrasen aquella noche.

Cuando Leroy habló, Zacharyas desvió la vista un momento, hacia la luz, entornando los ojos. No podía ver nada más que sombras borrosas, pero con aquello le bastaba para saber la situación de su compañero y la del capitán de la guardia. No pudo evitar una sonrisa para sí, apartando de nuevo la vista, al escuchar tan clara su rendición. "¿Acaso tu hija no fue atacada?", pensaba, burlón, sin llegar a pronunciarlo, con lo poco que pudiese expresar su rostro cubierto por la capucha. "Los hombres siempre habláis de venganza, pero el miedo y la pereza os impiden actuar", estuvo por decir luego, callando de nuevo; "solo queréis enfrentaros a lo que os hiere por orgullo y el qué dirán, actuando sin pensar, pero vuestros principios se van sepultando poco a poco. Y me llamáis monstruo."
El mago tenía ganas de reír, ronco, ne medio de la oscuridad, pero prefirió no hacerlo. No lo haría, pensaba, porque a nadie más que a él le interesaba aquello, y nadie más que él entendía lo que quería decir con ello.
Con el nuevo silencio, vino uno mayor. Zacharyas agudizó los oídos, extrañado, mirando a su alrededor, buscando algo en las sombras. Aquella sensación le recordaba a la de sentirse observado, o a la que debía tener un animal indefenso al sentir cerca al depredador, pero no saber por dónde atacaría. Pero Zacharyas no era una presa, y no temía a lo que sucediese, de modo que escrutaba la noche, dispuesto a dar con algo, mientras una sonrisa como una cicatriz, oscura y siniestra, iba creciendo en su rostro, a medida que los latidos de interés aumentaban su pulso.

La primera explosión hizo al caeruleus volver el rostro en aquella dirección, y lo obligó a entornar de nuevo los ojos. Buscaba con los oídos, tratando de captar el origen exacto. Pudo percibir dos figuras por el aire, y aunque no diferenciaba bien una de la otra, comprendía que se trataba de sus compañeros, lo que le arrancó una nueva sonrisa. Empezaba, al fin y al cabo, lo que él más disfrutaba, lo que él había ido a buscar a Brontë y que tan pocas veces había recibido. Pero antes de que pudiese ponerse en marcha, antes de poder desenvainar siquiera, una nueva explosión más cercana lo golpeó y lanzó por los aires antes de que pudiese reaccionar.
El golpe en el cráneo lo sacudió, haciéndolo apretar los dientes un instante, soltar un gruñido. Luego en el suelo, algo aturdido, dejó ir una risa tan suave que solo él podía oír entre el nuevo estruendo que ocupaba el lugar. Por muy negros que fuesen, sus ojos brillaban en aquel instante.

En cuanto recuperó la noción del espacio y su cuerpo se lo permitió, Zacharyas se puso en pie, estrechando los ojos para tratar de ver entre el polvo que se había levantado, que dificultaba su visión incluso en la oscuridad. Sin embargo, podía percibir lo suficiente como para darse cuenta de que la situación se ponía peliaguda. De la alcantarilla salían sombras, que flotaban livianas, oscuras, y Zacharyas no pudo evitar verse a sí mismo, fantasmal, de alguna forma, por lo que se quedó traspuesto casi dos segundos, contemplando. Luego se dio cuenta de que no había acudido a aquel lugar a mirar, y se puso en marcha.

Uno de aquellos seres se acercaba al hombre del suelo, y Zacharyas extendió la mano hacia la sombra.

-Âchnam -siseó, tratando de, por lo menos, apartar al extraño ser del chrysos tendido.

No fue, sin embargo, hasta poco después, hasta que uno de aquellos seres tenebrosos se acercaba a él de frente, cuando Zacharyas comprendió. Y con una sonrisa triunfal, y un tono que era entre de advertencia y de alegría.

-Horrdtes -exclamó, a modo de aviso para todo aquel que lo escuchase, retrocediendo hacia la pared sin miedo, pero alzando la izquierda al que le venía de frente, imitando su gesto-. ¿Vosotros sentís dolor? -inquirió, con tono entretenido, macabro-. Âchnam.

Y desenvainó, al mismo tiempo, su espadín con la derecha, preparado para utilizarlo para atacar o defenderse, según le fuese conveniente. Escapar, sin embargo, no lo atraía. Porque Zacharyas no temía a los fantasmas.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Jul 09, 2014 1:14 am

Flanco izquierdo - Cierzo

Las magulladuras no hicieron que Cierzo dudase en invocar otro hechizo que pudiera servirle ahora de mayor utilidad. A pesar de permanecer en penumbra, estaba atento a aquello que parecía revolotear por la plaza que, a pesar de no poder verse, se hacían sentir cerca de él.

Sus ojos no se había acostumbrado todavía a la tenue iluminación lunar, pero pese a todo podía distinguir con dificultad algunos movimientos rápidos y bruscos cerca de las paredes que cercaban la plaza. El polvo y el ruido no le facilitaban la tarea, pero el estado de alerta ayudaba.

Pudo escuchar a Zacharyas en la lejanía, informando de lo que veían sus ojos en aquellas sombras nocturnas.

Sintió un empujón por la espalda y luego otro a la altura del hombro. Parecía que aquello que sobrevolaba la plaza trataba de aturdirlo o tumbarlo, sin dejarle saber claramente desde dónde procedía. Sintió otra explosión cerca, hacia donde estaba la alcantarilla que trataba de tener presente, pero esta vez apenas hizo que los restos de piedras y polvo le molestasen junto al viento en su contra que provocó la onda expansiva. La pareció ver al fondo una especie de pequeñas luces ambarinas, del tamaño de un puño aproximadamente.

Extraños sucesos en la plaza - Página 2 P1010255

Pero tenia una densa nube de polvo frente a él, haciéndolas aparecer y desaparecer. A su alrededor, el aire parecía limpiarse en torno al ntendbit.


Flanco derecho - Zacharyas

El caeruleus parecía hipnotizado por el conjunto de acontecimientos, admirando a un lado y otro las sinuosas y fantasmagóricas formas del caos mientras a su alrededor no dejaba de acompañarlo el ruido, el polvo y los escombros. Sintió humedad descender por su nuca, en un hilillo de sangre que recorrió el camino hacia el inicio de su columna vertebral.

El chrysos tendido en el suelo parecía recuperarse poco a poco mientras hacía aspavientos con las manos para tratar de localizar aquello que rondaba a su alrededor. Zacharyas lanzó un Âchnam para ayudarlo en su intento de liberarse de la presencia, pero el conjuro atravesó a la sombra impactando contra las piernas del chrysos, que soltó un grito y se vio zarandeado una vez más. La sombra volvió a acercarse, esta vez lanzándose sobre él, pero Zacharyas ya no pudo distinguir mucho más, pues el chrysos iluminó su cuerpo y generó una zona clara que cegaba sus ojos en ese punto.

Pero ahora Zacharyas tenía algo de lo que preocuparse y era del ser que se había lanzado contra él. Habiendo discernido que se trataba de Horrdt, el caeruleus lanzó un nuevo hechizo a la criatura que lo enfrentaba. El Âchnam sí impactó contra él esta vez, haciendo que la criatura cambiase nuevamente de dirección, girando sobre sí misma hacia atrás y desapareciendo entre la polvareda. Por ahora.

Zacharyas pudo oír entonces nuevos ruidos que se sumaban a los gritos de los monstruos y los destrozos en la misma. Pudo escuchar algo similar a cacareos procedentes de la alcantarilla y pudo sorprenderse al ver como un grupo de cuatro gallinas salían correteando hacia la fuente, alteradas por el caos. Las sombras empezaron a rondar cerca de ellas. Como un depredador, la primera de ellas se lanzó en picado e hizo desaparecer a una entre la polvareda con un gruñido desagradable del animal.
Cerca de la fuente, Zacharyas advirtió entonces otra de esas criaturas, pero ahora estaba en el suelo, desgarrando lo que parecía la mitad de un cordero tirando de cada una de las patas y generando un crujido húmedo mientras la sangre se esparcía entre los adoquines. Otro crujido, esta vez seco y similar a una gruesa rama tronzándose, llamó su atención hacia donde estaban las gallinas y pudo ver como sólo quedaba una antes de una una cabeza de las mismas llegase a sus pies.

Extraños sucesos en la plaza - Página 2 6

En apenas unos minutos parecía estar rodeado de una matanza.
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Zacharyas

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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyLun Jul 14, 2014 12:45 pm

Zacharyas reaccionó a la sensación húmeda de su cráneo llevándose una mano al mismo, palpando la sangre y contemplándola un instante. Se la llevó a los labios, lamiéndola, saboreándola, mientras su sonrisa crecía, satisfecha y enfermiza, en su rostro. Aquello, al fin y al cabo, era lo que más espoleaba al caeruleus a luchar, y hacía que su corazón bombease con fuerza y excitación, emocionado. Incluso el grito de agonía del chrysos al que pretendía ayudar lleno sus oídos, satisfaciéndolo un poco más.

La luz lo hizo estrechar los ojos y enseguida recorrió la oscuridad, buscando esconderse en las tinieblas para comprender mejor el panorama. Su segundo âchnam alcanzó a su objetivo, mientras que el primero lo había atravesado. Incluso dentro de su cabeza, que comenzaba a perder el control lentamente, el mago era consciente de que algo extraño pasaba con aquello. No obstante, el enemigo huyó antes de que él pudiese arremeter de nuevo.

La situación se volvía confusa por momentos. El polvo dificultaba su visión, aunque no tanto como si hubiese luz, pero ni entonces se asustaba. La adrenalina corría por sus venas, satisfaciéndolo.
Cuando las gallinas aparecieron, lanzó una estrecha mirada a las alcantarillas, y luego a los animales que, asustados, fueron siendo asesinados uno a uno en medio de la oscuridad, del polvo, del caos. Y al escuchar los magníficos cacareos de terror, los crujidos de huesos rotos, la ferocidad de los ataques, y al poder contemplar aquella masacre animal que lo rodeaba, Zacharyas terminó por lanzar varias carcajadas extrañas, al cielo, satisfecho, enfermizo.

-Âchnam -llamó de nuevo, haciendo aparecer otro hechizo en la mano izquierda, y lanzando una rápida mirada al chrysos tendido en el suelo-. Vete de aquí -siseó, risueño, con la expresión algo desfigurada.

Y con el arma en la derecha y el hechizo en la izquierda, el mago se lanzó a la carrera, dirigiéndose hacia el ser que devoraba un cordero, cerca de la fuente, Lanzó el hechizo por delante, preparando el espadín para atravesarlo si llegaba a tiempo, y si el hechizo lo dañaba. Quería comprobarlo. Quería comprobar que podía dañar a aquel espectro extraño, y no atravesarlo sin más. Al fin y al cabo, podía comer y destrozar, y si era capaz de hacer eso, debía poder morir.

-Hay que ir hacia las alcantarillas -se escuchó anunciar, con voz ronca y extrañamente animada, durante su acometida.

No estaba solo, al fin y al cabo, y tenía un objetivo. Aunque sería cuestión de tiempo que perdiese la razón si seguían muriendo animales de aquel modo ante sus ojos, y Zacharyas lo sabía.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMar Ago 05, 2014 2:23 am

Las cosas no eran fáciles cuando tenía que actuar a ciegas. Ya no me preocupaban los incompetentes chrysos que, suponía, estarían inconscientes, en el mejor de los casos. La voz del fantasmita tampoco sonaba demasiado fiable, aunque sí lo era lo suficiente como para mantenerme informado de la situación. Los cambios constantes entre una voz reconocible y carcajadas enfermizas, sin embargo, no me inspiraban mucha confianza.

Al menos ya sabía qué era lo que acechaba. Y aunque era mejor saberlo, no me hacía ninguna gracia. Viendo las dificultades a mi alrededor, me agaché ligeramente, utilizando el ntendbit tanto para cubrirme de posibles golpes como para evitar que el polvo se me echara en la cara y me cubriera los ojos. Trataba, en todo caso, de recibir todo aquello que me empujara con el hechizo, evitando así golpes que no hacían sino entorpecerme.

-¡ZACHARYAS! ¡TRATA DE MANTENERTE CERCA! ¡NECESITO QUE ME DIGAS LO QUE VES! -Para mi desgracia, dependía en gran medida de él para manejarme con aquella situación.

Avanzando agachado, me acerqué hasta la alcantarilla, de la que seguían surgiendo explosiones. Y, esta vez, fui yo el que lancé algo hacia ella, y no al revés. Con rapidez, dejé ir mi ntendbit por el agujero, directo hacia las luces que podía ver al fondo. Al instante, creé un nuevo tornado con el que protegerme, tanto de posibles nuevas explosiones como de los insoportables bichos que me acechaban desde el aire.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Ago 13, 2014 1:26 am

Flanco derecho - Zacharyas

El caos y la matanza estaban haciendo mella sobre el control de Zacharyas que ya había empezado a soltar carcajadas enajenadas en medio de la polvareda.

Tras su fallido intento de socorrer al chrysos y su sucesiva pérdida de visión sobre el chico a causa de su brillo, Zacharyas decidio centrarse en su territorio, en las sombras, donde localizó al ser que había visto antes despiezando la mitad del cordero. Advirtió al chrysos que se alejase y éste, intentando ver algo más allá de su luz, trató de hacerle caso, arrastrándose para conseguir ponerse en pie en medio del desastre. Logró acercarse lo suficiente a una roca de las que habían saltado tras una explosión cercana a la fuente y trató de ponerse en pie, pero la sombra que lo perseguía se fue acercando más y más a su cara, dejándose ver ante él y Zacharyas sólo pudo escuchar un grito desgarrador que acompañó al cuerpo parpadeante del chrysos cayendo definitivamente al suelo entre convulsiones.

Se centró en su objetivo, el carroñero, y se lanzó contra el con su magia y su arma, disfrutando del momento, imaginando ya su filo manchado. El Âchnam llegó primero, pero atravesó también a la criatura, pareciendo disiparse al instante. La espada llegó poco después, queriendo atravesar a la criatura y haciéndolo nuevamente, como si se tratase del polvo que lo rodeaba, de un fantasma oscuro. No obstante, Zacharyas no sintió un vacío total, sino que pudo notar cierta resistencia y ver como unas gotas de sangre saltaban hacia los adoquines acompañando a la del cordero. El horrdt se desvaneció en forma de bruma, perdiéndose entre el polvillo y la carne del cordero calló al suelo con un sonido pastoso. Entre los estruendos había escuchado a su compañero gritar algo.

Flanco izquierdo - Cierzo

Cierzo utilizaba su hechizo para mantenerse algo más aislado del caos que lo rodeaba. Gracias a él el polvo no molestaba tanto a sus ojos y, aunque la oscuridad era profunda, su conjuro le permitía diferenciar con cierta claridad los movimientos de sombras a su alrededor.
Evitó una ráfaga de pedruscos empleando el remolino como escudo, aunque pudo comprobar que el extraño desconcierto que le generaba el cercamiento de las sombras no parecía reducirse aunque éstas no pudiesen, aparentemente, atravesar el ntendbit.

Se tomó un momento para pedir apoyo a su compañero y Zacharyas pudo escuchar la voz a través del estruendo.

Decidió acercarse al lugar donde las luces parecían esperarlo y descargó su conjuro contra la alcantarilla del lugar.

A pesar de su escasa visión, pudo comprobar como el conjuro iba despejando el camino, haciendo que la luz llegase más nítida a él desde aquellos orbes amarillentos. Ambos seguían redondos e inmóviles frente a él, pero ahora parecían estar en la propia plaza y no dentro de la alcantarilla. La sensación que daba era que, con su posición, había cambiado su perspectiva, pues las luces parecían haber estado ahí fuera todo el rato y ahora lo bañaban todavía más con su luz.

El tornado pasó de largo y se estrelló contra la alcantarilla, arrancando la verja que la cubría y de ella comenzaron a salir tentáculos de gran tamaño que parecían pelearse entre sí para salir por el pequeño espacio de la alcantarilla. Se desplazaron por la plaza sin objetivo aparente, emitiendo una tenue luz rojiza y Cierzo, cubierto de nuevo por su tornado, pudo ver como comenzaban a enroscarse alrededor de una pierna humana.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Ago 13, 2014 4:15 am

El entorno resultaba tremendamente caótico, y el fantasmita estaba tardando en dar señales, así que, hasta que eso sucediera, me encontraba solo en la oscuridad. Tan solo aquellas luces me ofrecían algún punto de referencia, pero dudaba que fuera algo positivo. Parecía lógico pensar que, de una forma u otra, estaba relacionado con todo lo demás que sucedía a mi alrededor. Un incordio más que sacar de en medio. Al menos, aunque no conseguía deshacerme de los oscuros bichos que me rodeaban, el escudo de aire los mantenía a raya.

Mi ataque a aquellas luces, al igual que los que había enviado antes a las criaturas a mi alrededor, se limitó a apartar el polvo en mi camino, sin dar en un objetivo destacable. Desde luego, aquella situación empezaba a enervarme enormemente. Fijé la vista en las luces, ante mí, en la plaza. ¿Cuándo habían pasado a estar en la plaza? Y, sin embargo, era evidente que no se habían movido. Reforcé mi hechizo, en guardia y desconfiado, y volví la vista a la alcantarilla, donde, estaba seguro, habían estado aquellas luces hasta el momento.

Unos extraños tentáculos salían entonces de la alcantarilla, y no pude evitar una mueca. ¿No era suficiente con los bichos voladores? Aunque, al menos, aquella cosa, fuera lo que fuera, parecía tener el detalle de aportar algo de luz a la escena. Y, en mi situación, no era algo que desaprovechar. Los vi moverse por la plaza, pensando que vendrían hacia mí, pero aquel lo que fuera pasó de largo, ignorándome. Eché un vistazo a las luces, vigilando su posición, cubierto por mi escudo, y de nuevo volví a aquella otra luz rojiza. Que, de alguna forma, se había hecho con una pierna humana. ¿De mi amigo Leroy, quizás? Le estaría bien empleado. Eso, si no había conseguido salir huyendo como una sucia rata de cloaca. En cualquier caso, mi deber indicaba lo que debía hacer, y lo hice: un aethes salió en dirección al tentáculo, dispuesto a cortarlo y separarlo así de su presa.

El ntendbit seguía cubriéndome, y yo seguía pendiente de las amenazas que me rodeaban.

-¡ZACHARYAS! -llamé de nuevo, algo impaciente por la tardanza.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Ago 20, 2014 4:46 pm

Zacharyas escuchó los gritos del chrysos que había intentado huir sin molestarse en ir hacia él, a sabiendas de que ya no había nada que hacer. Al fin y al cabo, pensó por un momento, con la poca claridad que le quedaba en la mente, aquello había pasado otras noches, y jamás había muerto nadie, al parecer.
Su respiración era algo entrecortada, y la sonrisa, enorme y tirante, ocupaba ya su rostro mientras luchaba, pero todavía encontraba un algo de razón en su interior, por lo que cuando vio, frustrado, cómo aquel ser se disipaba como si estuviese hecho de humo, pudo reaccionar a los gritos de su compañero, que lo hicieron alzar la cabeza de pronto, mientras observaba los trozos de animal esparcidos a sus pies.

Zacharyas enseguida volvió el rostro hacia Cierzo, y al ubicar su sombra se lanzó hacia él, armado, que le daba la espalda. Allí el aire era más limpio, y su visión lo agradecía. Podía comprobar mejor su entorno, aunque el polvo que flotaba en el aire siguiese dificultándole ver en la distancia. Y entonces, con el polvo menos apelmazado, más vía libre para vez, Zacharyas distinguía con mayor nitidez las sombras que se arremolinaban en el aire, los espectros que los rodeaban.

-Cuidado con ellos -murmuró con voz ronca, casi pegando su espalda a la del aether, apuntando a una de las sombras más cercanas y lanzando un âchnam-. Nos rodean, y ya han tumbado a un chrysos. Pero parecen hechos de humo cuando les ataco.

Volvió entonces la vista hacia las alcantarillas más cercanas, a las que Cierzo acababa de atacar, escrutándolas sin borrar su extraña sonrisa. Él mismo había propuesto acercarse a ellas, pero necesitaba ver si realmente había algo que ver allí.

Sin perder de vista aquellas sombras, sin dejar de defenderse de ellas, Zacharyas se acercaría a la alcantarilla para mirar en su interior. Esperaba que se tratase, por algún motivo, de más trozos sangrantes de animales muertos y despellejados, o de algo mejor incluso.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Ago 27, 2014 1:30 am

Flanco derecho - Zacharyas

Zacharyas estaba al límite de su concentración e incluso había dejado de lado la ayuda del chico chrysos que no dejaba de patalear y gritar. Hasta que lo hizo.

Su frustrado intento de atacar al aparente horrdt hizo que su mente se despertase un instante, pudiendo escuchar la llamada de su compañero y acudir a ella.

En cuanto llegó junto a Cierzo, pude ver como éste trataba de apartar de sí a las mismas sombras que él, de modo que se colocó espalda contra espalda, informándole de la situación que captaban sus ojos y dirigió su mirada a la alcantarilla al ver el ataque que su compañero enviaba hacia allí.

Vio como el aether lanzaba un conjuro contra la boca de la alcantarilla, haciendo caer varias piedras y abriendo más el hueco de la misma. Dentro, Zacharyas pudo observar una pequeña figura jadeante y arañada por los efectos del aire cortante, cayendo hacia la plaza. En su mano apretaba una cabeza de pollo.

Spoiler:


Flanco izquierdo - Cierzo

Cierzo empezaba ya a perder parte de sus nervios de acero en medio de tanta desorientación entra la oscuridad y los enemigos que lo rodeaban. Además, las luces que parecían mirarlo fijamente le daban cada vez peor espina, haciendo que no supiese a cuál de los inconvenientes atender primero.

Insistió una vez e llamar a su compañero que no parecía tener prisa en llegar y se dedicó a seguir con la mirada aquello que podía ver, los tentáculos. El que había alcanzado ya la pierna, levantaba ya el cuerpo en el aire.
Pese a que su ataque a la alcantarilla no pareció afectar demasiado al cúmulo de tentáculos, su aethes contra el que se movía por el suelo hacia la pierna hizo que éste se separase del resto y quedase en el suelo al igual que un globo desinflado. El cuerpo que portaba cayó con ella con un ruido pesado, de forma que la cara del afectado quedó cerca de la luz que todavía emanaba. Cierzo pudo ver la cara desencajada de su compañero, que parecía respirar con dificultad y comprendió por qué no se había acercado a él a pesar de sus insistentes llamadas.

No tuvo tiempo de asimilarlo cuando sintió algo a su espalda. En el momento en que se giró, las esferas luminosas estaban prácticamente sobre él y pudo ver una difusa imagen.

Spoiler:

Sintió entonces algo similar a un fuerte golpe y cayó al suelo inconsciente.

>>Cierzo abrió los ojos con pereza y gran dificultad, sintiendo como la luz le molestaba en ellos pese a que no era capaz de abrirlos del todo. No tenía muy claro qué había pasado, pero sí que ya no estaba en medio de la plaza.

A pesar de su desconcierto y su vista difusa, pudo ver una sala amplia y familiar. Frente a él escuchaba susurros tenues sin saber bien quién los producía. Su cuerpo era pesado y parecía no tener fuerzas suficientes para poder moverlo.

—Desde que ha vuelto de la misión en Fulmen ha tenido un comportamiento extraño. Hemos tenido que inmovilizarlo en la camilla. Parece que la herida tiene consecuencias en su memoria —. De pronto sintió un par de grilletes que lo unían sus muñecas a los márgenes de la cama.

De pronto la escena no era la misma. Sonó un estruendo y él estaba de pie, muy nervioso. Algo dentro de su cabeza repetía "Tiene que seguir ahí" con frenesí. Al mirar alrededor pudo comprobar que estaba en la enfermería de Brontë. Una de las mesas de vendas estaba tirada y el médico permanecía tendido en el suelo con un rastro de sangre en la cabeza. Un ayudante del servicio lo miraba temblando desde una esquina. Sin siquiera saber cómo, estaba corriendo lejos.

Cuando se dio cuenta, la escena era otra vez distinta. Corría a oscuras por el bosque de Brontë. En apariencia no conocía el camino, pero algo en su interior le decía que sí. Que era el correcto. Repetí "Tiene que seguir ahí. Tiene que seguir ahí". Escuchó como alguien gritaba su nombre a lo lejos y se sintió todavía más angustiado y nervioso, temeroso de que lo encontrasen. Tenía que llegar a algún lugar aunque no tuviese una idea clara de ello, como si no fuese capaz de recordar algo importante que una parte de él sabía que había que recordar a toda costa.

A su mente vino un fogonazo, como un recuerdo. Era como si las imágenes se le atropellasen delante. Una mujer gritaba mientras la golpeaban. Parecían fragmentos de recuerdos, pero recuerdos de los que no había sido consciente hasta el momento.

Una vez más no fue consciente del evidente paso del tiempo, pues de pronto estaba cavando en el suelo del bosque y podía ver sus manos llenas de tierra, crispadas por la tensión y la desesperación de llegar a aquello que estaba enterrado.

El tiempo pasaba a sobresaltos, como si su mente bloquease parte de los sucesos que se iban desarrollando de forma que prácticamente no era consciente de sus acciones.


Última edición por Narrador el Jue Ago 28, 2014 12:29 am, editado 1 vez
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Ago 27, 2014 4:58 am

La cabeza de Zacharyas retumbaba de forma extraña. El caos, en el que trataba de atacar a las sombras que los rodeaban a ambos, sintiendo que sus intentos no daban los frutos que él deseaba, eran cada vez más patentes. Parecía un combate perdido por el mero hecho de que no había modo de matarlos; era como si no fuesen más que espectros intangibles. Y, sin embargo, Zacharyas no tenía miedo a algo tan nimio como la derrota o el dolor, por lo que siguió luchando, buscando, en algún rincón de su mente, comprender cómo encajaba todo aquello.

Cuando su compañero lanzó el hechizo a las alcantarillas, Zacharyas clavó allí los ojos, esperando hallar al fin la respuesta a tanto caos. Pero la explicación no llegó. De hecho, lo que el mago vio allí lo llegó a paralizar un momento. Confuso, de pronto, olvidó la lucha. Incluso la presión de su sangre, buscando más sangre, pareció aliviarse, o quedar a un lado.

-Ayne -llamó, arrastando los pies hacia allí, quedando a medio camino con expresión confusa, percibiendo las sombras que volaban-. ¿Qué haces aquí?

Su voz sonaba ronca, grave, extraña, como si fuese de otro, algo preocupada incluso. Pero, más allá de aquello, confusa.
El hijo del herrero no comprendía lo que sucedía.
Pocas veces vería nadie a Zacharyas abandonando la sangre por un interés mayor. Aquella sería una de ellas.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyJue Ago 28, 2014 7:02 pm

Comprendí por qué mi compañero no había respondido en el momento en que lo vi caer algo más allá, junto con el tentáculo cortado. Apreté la mandíbula, tenso. Dado que los chrysos parecían haber desaparecido en medio del caos, aquello me dejaba a mí solo enfrentando aquel asunto. Decidí que, lo primero, debía tratar de socorrer a mi compañero. Al menos, parecía que seguía vivo.

No llegué a tener tiempo de moverme. Sentí algo a mi espalda, y cuando me volví, una extraña y difusa figura se alzaba ante mí, acompañada de aquellas luces que llevaban tanto tiempo persiguiéndome. Y, antes de que pudiera reaccionar, un golpe me hizo caer al suelo, inconsciente.

...

Desperté en una cama, en un entorno vagamente familiar, sin saber qué era lo que había pasado. Escuchaba voces algo más allá. Tuve el impulso de pedir agua, pero sentí la boca demasiado seca para hablar. Traté, entonces, de incorporarme, sin entender muy bien de qué hablaban aquellas voces. Y entonces descubrí que no podía moverme.

En el momento en que giré la vista a un lado, buscando el origen de las voces y una explicación para aquello, ya no me encontraba allí. En lugar de ello, me hallaba de pie, igualmente en la enfermería de Brontë (porque aquello era la enfermería de Brontë) y el médico estaba en el suelo, con una herida abierta en la cabeza. Una voz frenética se entremezclaba con mis intentos por hablar con el chico del servicio que nos observaba, asustado. "¿A qué estás esperando?" quería decirle, extrañamente nervioso. "Ve a por ayuda, ¡rápido!" Pero, en lugar de eso, y sin siquiera entender bien el por qué, eché a correr.

A correr por el bosque. ¿Cuándo había llegado al bosque? ¿Qué era lo que estaba buscando? Pensé en detenerme, sabiendo que seguir avanzando sólo lo volvería todo más confuso, pero algo me obligaba a seguir. ¿A escapar? Alguien me llamaba. ¿Qué era aquella extraña sensación? ¿Por qué estaba huyendo? Algo fallaba. ¿Dónde estaba aquella cosa? ¿Qué era aquella cosa? ¿Me ayudaría a entenderlo el encontrarla? Sentí un repentino dolor de cabeza cuando un recuerdo que ni siquiera parecía propio, pues no había estado en mi mente antes, ocupaba el plano principal de la misma.

Para cuando volví a abrir los ojos, apenas un segundo después, tenía las manos llenas de tierra, semienterradas en un agujero que yo mismo parecía estar intentando abrir en el suelo. Con una extraña sensación de repugnancia, aparté las manos de la tierra, sacudiéndomelas para limpiarlas y observé a mi alrededor. Algo no estaba bien. Algo fallaba.

Traté de ordenar mis ideas. Todo lo que podía recordar desde la misión, que no parecía haber tenido éxito, era confuso y extraño. Ni siquiera sabía, a aquellas alturas, cómo había salido de aquel caos nocturno. Tampoco sabía qué había sido de Zacharyas ni de los chrysos, ni mucho menos cómo había acabado allí, en mitad de ninguna parte, buscando sin saber siquiera lo que era.

Los recuerdos que conservaba parecían propios de un sueño. Y, sin embargo, todo era extrañamente real. Y, por encima de todo, lo que más me preocupaban eran las extrañas emociones que parecía estar sufriendo mi cuerpo, sin que yo entendiera bien siquiera su origen. Nervios, descontrol, angustia. ¿Miedo? Ni siquiera estaba seguro. Y aquello, aquello que buscaba... La voz en mi cabeza no se callaba. Pero no me gustaba actuar sin un plan. Antes tenía que saberlo. Tenía que saber qué estaba buscando o no podría dar con ello.

Tratando de ignorar el martilleo en mi mente, me clavé las uñas de la mano derecha en el brazo izquierdo, tratando de hacerlo sangrar. Necesitaba saberlo. Necesitaba saber hasta qué punto mis emociones me eran propias. Encontrar alguna respuesta en mi cuerpo de la que conociera el estímulo.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyVie Ago 29, 2014 1:10 am

Flanco derecho - Zacharyas


Zacharyas no pudo evitar centrar su atención en aquella figura que había surgido de la alcantarilla y no tardó en acercarse a ella entre confuso y sorprendido.

La pequeña parvus, que podía ver ahora tendida en el suelo, pareció reaccionar a sus pasos y abrió un poco los ojos hacia él, sonriendo.

Te encontré, chiquillo. Estabas lejos. Mira tu tesoro —Levantó la mano arañada que sostenía la cabeza de pollo que todavía continuaba goteando un poco, pero no se levantó.

Una sombra volvió a abalanzarse sobre Zacharyas para tirarlo hacia su izquierda.

Se hace así —Dijo la Ayne que veía delante, que ahora se había puesto de pie y sonreía enormemente. Se llevó la cabeza de pollo a la boca y la mordió con fuerza para arrancarla del cuello. Tras eso echó a correr hacia la derecha de la plaza, riendo como una desquiciada. Las sombras se le acercaban y la sobrevolaban, algunas incluso se lanzaban a por ella.



Flanco izquierdo - Cierzo

>>Cierzo trató de buscar lógica y consuelo en el dolor que pudiera sentir en su brazo, tratando de discernir entre el sueño y la realidad. En el momento en el que se clavó las uñas, sintió un intenso dolor en la cabeza que le dificultó captar el dolor que había en su brazos.

De nuevo, imágenes de una mujer gritando de agonía. Esta vez pudo ver que la conocía. Era Frikka, una guerrera de Brontë que obviamente conocía; pero todavía no podía distinguir qué le pasaba para gritar así.

Escuchó de nuevo su nombre y una nueva luz apareció entre los árboles, caminando hacia él. Era un chrysos y la luz de su cuerpo le molestaba en los ojos.

Cierzo, ¿qué haces? ¿Te has marchado así de la enfermería? Ayer casi no podías moverte. No creí que fueras de los que se escapan así —Conocía al chrysos, por supuesto, no era otro que Gerald, con el que solía tomar cervezas y pasar el rato.

Primero desaparece Frikka y ahora tú, vais a conseguir que me dé algo... ¿Por qué estás lleno de tierra? —La voz del chrysos sonaba cada vez más natural, como si fuese cogiendo forma a medida que se acercaba.

A pesar de que la angustia se había frenado un poco dentro de su cabeza con la aparición del chrysos, de nuevo algo en su interior le puso alerta con la mención de la caeruleus. Sabía que entre las palabras del hombre y su recuerdo difuso había una relación que hacía saltar sus alarmas y perder el control sobre sus nervios, pero no lograba saber de qué se trataba.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyVie Ago 29, 2014 10:01 am

Apenas sentía dolor en el brazo. O, al menos,  así era en comparación con el que de nuevo tomaba posesión de mi cabeza. Clavé más ambas manos,  una en la tierra y otra en mi brazo,  tratando en vano de contener un gruñido. No pude evitar cerrar los ojos.

Los abrí al instante,  deconfiando de lo que pudiera pasar a mi alrededor si no prestaba la suficiente atención.  Al menos, aquella vez seguía en el mismo sitio. ¿Qué había sido entonces aquello? Algo le pasaba a Frikka. ¿Y por qué yo lo sabía?

Una voz me hizo girar la cabeza,  y entrecerré los ojos,  cegado por la luz. Gerald. Él sabía algo de Frikka.

-Gerald -gruñí con voz ronca-. Algo está mal. ¿Cómo volví de la misión?  ¿Dónde está Frikka?

Inspiré hondo, tratando se ordenar mis ideas.

-El médico.  ¿Qué le ha pasado?
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyLun Sep 01, 2014 12:37 pm

Zacharyas se encontraba extrañamente perturbado en medio del caos. Contemplaba a la parvus, y la cabeza que llevaba entre las manos, y apenas era consciente de las sombras que lo rodeaban, y su compañero había sido olvidado hacía tiempo.
Terminó de recortar la distancia que los separaba, acuclillándose a su lado, contemplándola. Palpando sus heridas, invocó un fuuchi, buscando reparar los cortes de su piel, mientras ella hablaba, sintiendo una extraña alarma en su interior que no acostumbraba a experimentar.
Las gotas de sangre, mientras tanto, rítmicas, cayendo de la cabeza, atacaban a su cabeza, abstrayéndolo más, apoderándose lentamente de su razón.

Aquella sombra que lo golpeó, tumbándolo a la izquierda, hizo reaccionar un momento a Zacharyas, que despertó del extraño ensoñamiento de la cabeza. Cuando volvió a mirar a Ayne, estaba de pie. Su respiración se agitó al ver cómo decapitaba al animal con los dientes, fijándose en el rastro de sangre que cubría sus labios y que seguía goteando del cuerpo, entonces incompleto, del animal.
Pero no tuvo tiempo de ver mucho más. Pronto ella se alejaba de él, corriendo hacia el foco del peligro.

El mago se puso en pie con una agilidad inusual en sus movimientos normales, y salió corriendo tras ella, siguiéndola, tratando de atacar con âchnams a los espectros que la atacaban antes de que llegasen a herirla.

-¡Stalon! -exclamó, con voz ronca, llamándola-. ¡Defiéndete!

Trataba de alcanzarla. No podía permitir que desapareciese sin más, devorada por las sombras. Si moría de aquel modo no habría belleza alguna en ello.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyVie Sep 05, 2014 3:17 am

Flanco izquierdo - Cierzo

>>Ante las angustiosas preguntas del aether, el chrysos que había aparecido ante él se le acercó para sostenerle por los brazos, intentando que lo mirase a la cara.

Eh, eh, Cierzo, tranquilo. Estás bastante raro... A ver, volviste... —Un trueno calló muy cerca en ese momento y el aether no pudo escuchar las palabras del chrysos —Wow, qué tiempo. Y, bueno, Frikka desapareció poco después. Pensé que se había ido a alguna misión, pero parece que no —Añadió con calma, pero intriga. Luego lo miró extrañado.

¿El médico? ¿Qué m...? —De nuevo otro rayo, pero esta vez el resplandor dio paso a una escena distinta, como si de nuevo se hubiese acelerado el tiempo sin que el aether fuese consciente de ello. Ahora el chrysos había retrocedido un par de pasos y había desenvainado.

Oh, Mithos... Cierzo, ¿qué demonios es eso? Dime que no es verdad, Cierzo... No me jodas, qué... —El aether se dio la vuelta sin haber dado ningún tipo de orden al respecto a su cuerpo y un nuevo rayo calló antes de poder ver qué era lo que el crhysos observaba con tanta intensidad y miedo, apuntando directamente con la luz de sus ojos.

Tras unos setos asomaba un cuerpo semienterrado. Al verlo a los ojos, en medio de los distintos ruidos y resplandores, en su cabeza se plasmaron de nuevo imágenes de aquel extraño y novedoso recuerdo. Las imágenes seguían siendo difusas y desconcertantes, parecían saltar de una a otra sin orden coherente; como si alguien agitase su cabeza con fuerza y sus ojos no pudiesen fijar la vista en un punto. Pero esta vez podía distinguir más cosas: Definitivamente se trataba de Frikka, estaba en el suelo, gritando insultos y llamadas a la calma, repitiendo su nombre. Había sangre y la espada de la caeruleus había volado lejos. Ella volvió a levantarse con esfuerzo, entonces su mano envió un aethes hacia ella, lanzándola contra una pared oscura que recordaba a las mazmorras. Cortó con ella su torso, haciéndola gruñir al caer al suelo. La escuchó gimotear y pedir piedad a medida que él se acercaba con pasos calmos y pesados. La imagen se distorsionó de nuevo y entonces sus manos partieron el cuello de la chica con un sonido escalofriante. Luego la vio caer a plomo, sintiéndose totalmente frío y en calma.

Su visión pareció volver a ratos al bosque. Escuchaba a Gerald gritar tras él, pidiendo explicaciones y soltando reclamos y al tiempo seguía viendo por qué le sonaba el camino. Lo había recorrido una vez, tirando del saco con el cuerpo de la chica dentro, enterrándola en donde ahora la había empezado a desenterrar para comprobar que seguía ahí. Sintió una gigantesca desazón y miró al chrysos. Ahora él lo sabía.

Un nuevo rayo y el aether estaba acorralando al chrysos contra un árbol, lanzándole uno de sus empleados ntendbit para desarmarlo y empotrarlo contra el tronco. Cuando fue consciente de nuevo, tenía las manos apretando con fuerza el cuello del chrysos. Sus músculos no respondían a ninguna otra acción. La cara crispada del chrysos, cortada por el conjuro de aire, hacía muecas de asfixia y desesperación intentando liberarse.

Cierzo sintió una patada del chrysos y un chrysantae, cayendo hacia un lado del bosque; pero el dolor apenas era perceptible entre la fuerte lluvia, los truenos y la adrenalina. Cuando movió la mano, esta había dado con la katana y la aferró con fuerza.

Un nuevo trueno y Gerald retrocedía lentamente, con las manos al frente y pidiendo calma a su amigo, que ahora lo amenazaba con su propia espada.

¡Cierzo, por favor, detente! ¡No, Cierzo! —Un pestañeo y el sonido de la katana atravesando el vientre del chrysos fue incluso más alto que el de la tormenta. La sensanción de atravesar la carne era tan nítida y vívida que sintió un cosquilleo en la yema de los dedos. Su brazo hizo fuerza contra la carne del chrysos, que gorgoriteaba y emitía sonidos ásperos a causa de la sangre que ya sobresalía de su boca y estaba empezando a ahogarle. Abrió más su herida mientras el chrysos caía al suelo como en espasmos, sin dejar de mirarlo a los ojos, pero con unos ojos todavía más opacos y carentes de vida.

Cuando pudo tomar control de sí mismo, su diestra apretaba la katana con fuerza.




Flanco derecho - Zacharyas


Los ataques de Zacharyas en medio de su carrera a por la parvus parecían tener distinto resultado. Los que dirigía hacia enemigos más elevados parecían atravesarlos sin demasiado efecto: algunos simplemente seguían su camino, otros parecía evaporarse sin muestras de dolor. Los que lanzaba hacia los enemigos más cercanos a tierra tenían efectos similares, pero un par de ellos parecieron dar sobre sólido, arrancando chillidos de las bestias.

La parvus se escapó del caeruleus hacia la alcantarilla y, en el mismo instante en el que entró, una enorme hormiga salió en su busca, devorándola de un bocado y alzándose contra el caeruleus, haciendo chasquear sus tenazas al tiempo que emitía un grito agudo y desagradable.

Zacharyas pudo ver un brillo cercano a la fuente, elevándose lentamente, fantasmagórico, como si tratase de ascender con esfuerzo. Entre el polvo, parecía una piedra grande y redondeada; la luz emanaba de dos puntos juntos en ella, como dos ojos brillantes.

En el mismo momento, la hormiga se lanzó contra él con todo su peso. Sus tenazas tenía suficiente tamaño para partirlo en dos.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyVie Sep 05, 2014 3:43 am

Zacharyas apenas veía más que aquellas sombras que volaban y el cuerpo de Ayne que correteaba algo más adelante. Lograba protegerla de sus golpes, de alguna forma, pero ella no regresaba aunque la llamase. Ni siquiera trataba de oponer resistencia, como él hacía, contra aquellos espectros que se lanzaban contra ella.

Zacharyas se detuvo de pronto, cuando la parvus penetró en una alcantarilla, observando boquiabierto como de ella emergía, al tiempo, una especie de insecto gigante, una hormiga enorme. Pero el mago ni se pudo detener a admirar su monstruosidad: antes de que pudiese siquiera hacer un amago por detenerla, el ser devoró a la parvus.
Zacharyas sintió algo raro. Se quedó inmóvil un momento, sintiendo un frío extraño, mientras contemplaba aquella escena que de pronto le parecía ajena. Revivió una y otra vez, en menos de un segundo, aquel momento en el que la chica había sido devorada, y no hizo ningún gesto. Veía moverse a la hormiga, y se sentía paralizado. La escena parecía suceder a cámara lenta para él, en aquel momento, y cada paso del insecto sonaba amplificado en sus oídos, cada chasquido de sus fauces.

Aquella muerte no había sido nada hermosa, pensaba. No había habido sangre, gritos, ni dolor. Simplemente un cuerpo desaparecido dentro de otro, y tan rápido que ni había podido asimilarlo.
No había visto belleza en aquello...
De hecho, le pareció bastante triste, pero no bello, sin embargo.

Un brillo lo hizo volver la cabeza un momento. Se sentía como adormilado. No sabía reaccionar a aquello. Pero la luz no le dejaba ver bien. No le permitía ver cómo la hormiga se movía.
Alzó una mano hacia la luz, invocando un âchnam, sereno, esperando apagarla con aquello, destrozar la lámpara, para poder ver.

Se la había comido de un bocado, pensó luego. Quizá entonces, pensó, si se lo comía también a él, podría encontrarla en su estómago. Viva todavía.
Aquello pareció a Zacharyas una buena idea. Invocó un nuevo âchman, aquella vez a la hormiga, a su vientre, buscando que estallase y la expulsase. Pero si no pasaba aquello tenía otro plan... Esperaría, paciente, a que la hormiga lo devorase. Y entonces podría reunirse él mismo con Ayne dentro de ella.
Desde luego, pensó, se trataba de una magnífica idea.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyLun Sep 08, 2014 10:01 pm

La tormenta interrumpía, impidiéndome escuchar, y parecía esforzarse más en ello en los puntos claves de la conversación. Con el ceño fruncido y la mandíbula apretada, trataba de entender lo que Gerald decía, aunque no entendía demasiado.

-Repítelo -pedí con urgencia-. No te he oído. Repítelo.

Iba a responder a su pregunta, pero ni él tuvo tiempo de terminarla antes de que la tormenta volviera a interrumpirlo. Me había cegado un instante, lo suficiente para que de nuevo el tiempo pareciera saltar. Me esforcé por permanecer inmóvil, inspirando hondo, tratando de mantener la calma y ponerlo todo en orden. Y Gerald, con su repentino nerviosismo, no me ayudaba mucho.

-Qué. Qué pasa ahora -gruñí, seco.

Ni siquiera estaba intentando darme la vuelta, pero el hecho es que me di la vuelta. ¿Un gesto reflejo? Un rayo me cegó de nuevo, y entonces apreté los dientes al ver lo que había ante mí. ¿Era eso lo que buscaba? ¿Por qué lo buscaba? ¿Por qué lo sabía? No lo sabía, en realidad. Ese era el problema, que no lo sabía. Pero al verla supe que de eso se trataba. Me llevé las manos a la cabeza, tratando de ahogar aquellas imágenes que nada tenían que ver conmigo. Porque ¿por qué iba yo a hacer algo así? No tenía ninguna razón para ello. Aquello no eran mis recuerdos. No podían serlo, lo sabía. Y, fueran de quien fueran, encontraría a ese hijo de puta.

Confuso entre escenas que iban y venían a mi alrededor, distorsionadas, miré a Gerald, sintiendo una extraña angustia. Me creería. Él sabía que no lo había hecho yo. Él sabía que había que buscar al responsable.

-No he sido yo -remarqué-. Y lo sabes. No tenía ningún motivo para hacerle daño. Hay que buscar a los líderes. Hay que acabar con esto.

¿Acabar con qué? ¿Qué estaba haciendo? ¿Quién controlaba aquello? No era yo, aunque fuera mi cuerpo. Lo sabía, lo supe en el momento en que intenté detener el hechizo que yo mismo estaba lanzando, en el momento que intentaba aflojar la presión de su cuello, a cada momento que intentaba advertirle, gritarle que huyera, que buscara a alguien que pudiera detener aquello. Ni siquiera estaba seguro de estar consiguiendo hablar.

No podía controlarlo. Definitivamente no podía controlarlo.

-¡APÁRTATE, GERALD! -grité, sintiendo una enorme rabia que me invadía-. ¡LÁRGATE! ¡LLAMA A LOS LÍDERES! ¡AVÍSALOS, CORRE!

Pero era tarde. Y pronto lo había atravesado, y ya no había nadie que pudiera avisar de aquello por mí. Me sentía extrañamente frío, viéndolo en el suelo, a mis pies. Lo miré un momento fijamente, serio, y luego volví la vista a la katana manchada de sangre, que seguía en mi mano. Podía soltarla, pero eso no lo arreglaría. Porque, antes de poder evitarlo, volvería a tomarla en la mano.

Sabía que no podía seguir sin ser yo mismo, porque no era algo que pudiera soportar. Y, sin embargo, y pese a lo vívido que era todo, a la vez me parecía tan repentino, tan irreal, que no podía evitar pensar que aún podía volver a tomar el control de mí mismo, aferrarme a lo que me quedaba de lucidez. Pero, mientras tanto, debía tomar medidas.

Miré un momento más al chrysos. Entonces arranqué un trozo de tela de mi propia ropa y la até a mi brazo derecho, haciendo un torniquete. Busqué a Frikka con la mirada, tratando de localizar su cuerpo, que había perdido en la confusión. Una vez localizado, lo contemplé un momento más. Y, con esa imagen en mente, tomé la katana con la izquierda y me corté la mano derecha.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyLun Sep 08, 2014 11:01 pm

Flanco derecho - Zacharyas

El conjuro de Zacharyas hizo estallar la cabeza de Ksà y sus fragmentos brillantes salieron despedidos hacia los lados de la plaza, como una bruma fantasmal, todo cambió.

El caeruleus se quedó inmóvil ante la afrenta de la hormiga y, justo cuando ésta cerró sus fauces con fuerza en torno a su cuerpo para partirlo en dos, se desvaneció en polvo que lo acarició en los costados.

Lo mismo pasó con los espectros que lo sobrevolaban y con el polvo que había en la plaza. Simplemente, todo desapareció y la oscuridad inicial volvió a su lado de la plaza. Lo único que se mantuvo fueron los destrozos urbanos y los restos de animales muertos. Además de eso, Zacharyas pudo dar con tres personas vestidas con capas negras, que observaban con pavor y sorpresa lo ocurrido.
Pudo reconocer a una de ellas: la mujer del capitán Leroy. Llevaba también una túnica negra y sus manos estaban manchadas de sangre oxidada mientras cargaba con la pieza que había colgado de su despensa.

No... No es posible... —Susurró, antes de salir despavorida junto con sus dos camaradas. Sin embargo, los chrysos que hacían guardia en las puertas, pendientes del jaleo, los detuvieron antes de que consiguiesen huir.

El chrysos que había acompañado a Zacharyas en su zona estaba en el suelo, pero en lugar de permanecer estático se movió durante un momento como si tratase de quitarse algo de encima, luego pareció volver en sí y levantarse, preguntando qué había sucedido.



Flanco izquierdo - Cierzo

Ante todo aquel desastre, Cierzo tomó una decisión. Utilizó el arma que tenía en las manos y se dispuso a cortar su mano contraria. Los truenos se intensificaron por un momento, haciéndole estallar la cabeza, y una extraña fuerza le impedía cometer aquel acto. Sin embargo, en un último esfuerzo de voluntad, rebanó su mano hasta sentir el frío del metal atravesarla. Antes de ser consciente del dolor real que acarreaba, abrió los ojos nuevamente. Estaba tumbado de medio lado en el suelo de la plaza y ésta estaba iluminada como en el inicio de la noche. La única diferencia era que el suelo y las paredes estaban algo magulladas y un par de encapuchados intentaban huir del lugar antes de ser atrapados por los pueblerinos chrysos. Cuando les retiraron las capuchas, se desveló como uno de ellos era el alcalde, que tartamudeaba y temblaba más de lo habitual.

—Y-y-yo no... E-ellos me... P-por f-favor... —Leroy, que ya estaba poniéndose en pie, no tardó mucho en reaccionar a la situación y se lanzó contra el hombre intentando agredirlo. Los hombres bajo sus órdenes lo detuvieron para calmarlo.


La guinda del pastel

Todo parecía en orden tras haber acabado con la cabeza de Ksà. Las ilusiones habían terminado y los causantes balbucían excusas que los evadían de toda culpa. Ambos guerreros se reunieron junto a la fuente con los demás hombre de Leroy.

Fue entonces cuando una carcajada juvenil resonó en lo alto de una de las casas, atrayendo la atención hacia ella.

¡Pensé que no ibais a espabilar nunca! Bueno, está bien, bravo bravo, guerrerillos del palacio de Brontë. Guerrerillos de las siete razas —Habló la figura más baja de las dos que se diferenciaban, aplaudiendo y riendo con sorna al dirigirse a los guerreros. —¡Oh, pero mejor un poco de luz para que podáis ver bien el escenario! —Mencionó, y al momento estallaron llamas que quedaron flotando en torno a las figura, emitiendo una luz rojiza que permitía observarlos.

Uno de ellos era un joven de pelo pardo y baja estatura. Sus rasgos eran aniñados aunque parecía tener al menos veinte años. Sus manos envueltas en llamas y su piel brillante lo definían como flamma. Sus ropas eran extrañas, pero bien cuidadas. Uniformadas.

Déjate de rodeos —Habló el otro, con una voz más grave y tosca. Llevaba la cara cubierta con tela hasta la nariz, que daba una resonancia seca a sus palabras. Llevaba también capulla que no permitía definir bien sus rasgos.

Extraños sucesos en la plaza - Página 2 402488_zpsaeedc1c9Extraños sucesos en la plaza - Página 2 Sengoku_basara_ieyasu_tokugawa_1366x768_491_zpse70d47d0

Sí, sí, sí... Bueno, trozos de carne, habéis tardado en hacer caso a nuestro reclamo, pero aquí estáis por fin. Nuestro jefe quería ver si ese tal ejército que se ha ganado tanto renombre realmente suponía una amenaza y aquí estáis. La verdad es que la gente de este lugar es bastante agradable y ha colaborado muy bien. Saben reconocer la verdad cuando se la cuentan. Ah, pero fijaos, un tormento de este calibre y envían a dos personas. Se lo tienen bastante creído. Bueno, haremos un trato. Si conseguís herirnos, nos marcharemos a informar de vuestro poder. Si no lo hacéis... bah, qué más da, lo veréis enseguida —Sonrió y dio un salto para caer en la plaza. Así como llegó al suelo emitió una ráfaga de vapor hirviente al su alrededor, alejando a aquellos chrysos que intentasen acercarse. Al momento calló también el otro, retirándose la capucha y mostrando su raza caeruleus.

¿Vamos? Dad lo mejor de vosotros —Provocó el joven con una nueva sonrisa y cargó una bola de fuego en el artilugio de su brazo, lanzándosela a los guerreros.

El caeruleus se mantuvo estático, con la vista fija en el aether y el caeruleus.


FdR: El siguiente post será una muestra de habilidad así que tendréis cuatro acciones disponible. La localización de los enemigos sólo variará en dos metros a derecha o izquierda si es que varía. Con esto en cuenta, atacad como podáis.
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MensajeTema: Re: Extraños sucesos en la plaza   Extraños sucesos en la plaza - Página 2 EmptyMiér Sep 10, 2014 4:38 pm

Me debatí, luchando contra mí mismo, tratando de cumplir mi cometido. Seguía sin entender quién o qué me estaba controlando, pero no pensaba permitirlo. Así quedase inútil, no iba a dejarme manejar como una simple marioneta. Corté, pues, la mano, con un gruñido contenido, y entonces...

Y entonces abrí los ojos, mareado, confuso, de nuevo en la oscuridad. Sin tormenta, con luz y sin seres extraños haciendo confuso todo el entorno. Busqué mi mano y la encontré en su sitio. Busqué a Zacharyas y lo encontré un poco más allá. Me volví hacia el revuelo y, aunque todo seguía siendo tremendamente extraño, fui entendiendo poco a poco la situación. No pude evitar un cierto alivio, aunque seguía en guardia, poco convencido de que aquello hubiera terminado ya.

Y con razón no estaba convencido. Cuando una voz habló desde los tejados, la busqué rápidamente, invocando un ntendbit en mi mano, aún sin saber qué haría con él exactamente. Así que una organización contra Brontë. Fruncí el ceño. ¿Y de dónde habían salido? Desde luego, era evidente que lo ideal sería atraparlos y extraer toda la información posible, aunque conseguir lo ideal no era lo más fácil. No tenía tiempo de exponer mi visión del asunto a Zacharyas, y menos delante de ellos, así que esperaba que el fantasmita lo dedujese por sí mismo.

Aún no había terminado de hablar en flamma y yo me puse en marcha, acercándome un poco, con el ntendbit entre las manos. Mi primer intento fue, en mi acercamiento diagonal, esquivar el ataque. Si no lo conseguía, contaba con mi escudo para pararlo. Si con esquivar era suficiente, y teniendo localizado al flamma, al cual pretendía dirigirme en primer lugar (o eso esperaba que creyera), lanzaría mi hechizo contra el caeruleus, al cual ya tenía localizado de antemano. Si mi primer hechizo era interceptado por la bola de fuego, conjuraría otro, y sería ese el que lanzara al caeruleus.

Seguiría a estos hechizos un aethes, de nuevo contra el más callado de los dos. Incluso si el flamma contaba con fuego, esperaba que Zacharyas pudiera nublar sus sentidos mejor de lo que podría con el de su propia raza. Mi aethes pretendía desequilibrar al caeruleus. Mi siguiente movimiento sería un nuevo ntendbit, directo a su cabeza; sería ideal dejarlo inconsciente o inmovilizarlo en el suelo, y esa era la finalidad de mis dos últimos movimientos. Por supuesto, debía contar con sus habilidades para esquivar o sus contraataques, así como con los del flamma. Mantenía, además, una distancia prudencial, pese a haberme acercado. Dudaba que fueran a limitarse a dejar que los atacáramos.
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