Tejados

-Ah... me eché una mano al abdomen.- más quisieras. entonces dirigí mi daga a su abdomen, pero tenía un Âchnam delande...

-JA! chúpate esa!- digo al ver como rueda el piscis por el tejado. Cuando se levanta, veo que tiene rota la ceja.-Ves gilipollas? tu ya sangras por dos sitios y yo ni siquiera me he despeinado.

-¿terminamos? Âchnam Âchnam!

dos bolas enormes y a una velocidad de vértigo, salen disparadas hacia la posición del chico, con el firme propósito de tirarlo del palacio abajo y quitarse a este peñado de encima.

Tenía razón... no podía ganar a un Caeruleus de noche... no con mi nivel...

-Dejame, ¿vale?- dije llorando yo solo quería ser tu criado. PERO NO ME GUSTA QUE ME TRATES ASÍ! YA SE QUE ERES MEJOR QUE YO! PERO NO HACE FALTA QUE ESTÉS TODOS LOS DÍAS BEJÁNDOME PARA QUE SU EGO SE SIGA ALIMENTANDO! no lo veo justo.

Entonces dos bolas de oscuridad se dirigieron hacia mí.

-Acuaerum Acuaerum!- mis hechizos daban vergüenza en comparación con el tamaño de los suyos... pero por lo menos, reducirían un poco el daño que seguramente, iba a recibir... miré hacia abajo... si caía, caería en los jardines... no era un lugar agradable para escoñarse... había bancos de piedra...


Lo único que me podría salvar es que algún lider viniese a poner orden, al sentir la magia en el tejado...

Nuestros hechizos se cruzaron. Yo cerré los ojos, esperando el impacto, pero de pronto, no sentí nada, abrí los ojos y los cuatr hechízos se habían desvanecido.

-¿Qué leches?...- entocnes una presión insoportable se posó sobre mis sienes y mi frente, acompañado de un sonido tan agudo que hizo que me tuviera que arrodillar en el suelo de dolor.

Los hechizos se desvanecieron al instante justo antes de golpearme... pero los míos hicieron lo mismo...

-¿A que juegas? Alexa...- entonces un sonido atronador me penetró la cabeza de lado a lado- Aaaaah!!- ¿que es esto? Aaaaaahhhh!! por Mithos!

La voz dellíder caeruleus sonó estentórea y enérgica en la oscuridad del tejado haciendo que, con cada palabra, el aguijonazo en la cabeza de los muchacho aumentase.

- ¡Estúpidos incompetentes, dejad de perder el tiempo en burdos enfrentamientos y cruces de preferencias! ¡Este lugar forma parte de la estructura de Brontë y este palacio no ha de sufrir daño alguno por la insensatez y la vulgaridad! -Sentenció con un pico de magia que casi deja a los muchachos por los suelos.

Cesó en su castigo y permitió que los jóvenes se hirguiesen. -Ahora, gusanos, abrid los ojos y mirad abajo, porque os deboraran pieza a pieza como no empeceis a comportaros como guerreros - Dicho esto, la voz dejó de resonar en el ambiente dejando en duda la presencia de su portador. Una cosa quedaba clara, los auyido provenientes del lago no formaban parte de la decoración.

*Desaparece*

La voz de mi lider resonó con un puñal en mi cerebro.
Me retorcía de dolor con cada sílaba.

De repente, la magia paró despues de decir que abía algo abajo.

Entonces fui corriendo al borde del tejado para oir los gruñidos que hacían eco en la oscuridad.

Silvanus me alcanzó y los dos nos quedamos escuchando aquellos gruñidos
Ví a Silvanus a los ojos y ambos asentímos con la cabeza.

-Vamos- dijimos al unísono.


*se van*


FDR:me los llevo, vale?

Una vez en el tejado, me tumbo. Hace algo de fresco, pero no me preocupa.

Miro al cielo. Quizás suene algo romántico, pero simplemente estoy cansada. Y no solo físicamente, sino que también noto que mi moral está bastante agotada últimamente. Y ni siquiera logro encontrar una explicación que me convenza. Quiero algo, pero no sé qué es. No sé qué busco, y así no es fácil encontrarlo.

El bocadillo a medio comer queda pronto elegado a un segundo plano y queda tirado sobre el tejado.

Paso de mirar al cielo a cerrar los ojos. Y de cerrar los ojos boca arriba a ponerme de lado. Y de estar simplemente ladeada a acurrucarme, guardando el calor de mi propio cuerpo.

Poco a poco, me voy adormilando, hasta que la realidad y el sueño se confunden.

Sueños sobre batallas y bestias. Realidades con...

*se duerme*

Abro los ojos lentamente, sorprendiéndome primero al encontrarme en este lugar, pero acordándome enseguida de qué hago aquí.

Me desperezo, me ubico un poco y bajo. Empieza a refrescar.

*se va*

Subo a los tejados porque dentro hace mucho calor, por lo menos allí arriba corre un poco de aire.
Me apoyo en la parte sombría de una chimenea, de la cual emana un agradable aroma a comida.

Estoy muy preocupado.
Realmente lo estoy.

Había recibido un paquete... un paquete con papel de regalo y lo había abandonado en aquel taller... con la esperanza de abandonarlo allí.

Sabía lo que era... bueno, no lo sabía... pero podía intuirlo. El paquete llevaba dos flechas atravesadas: ese era el símbolo de aquel hombre... por lo que quizás Clara... bueno... no quería pensar en ello.

Saqué un pañuelo y comencé a arrugarlo con fuerza, mientras me mordía el labio inferior con desazón.

Desde este lugar se podía ver el taller... entonces me fijo, entornando los ojos, pero es de día y la luz me molesta.
¿la puerta estaba en el suelo?
¿estaba rota?

Tengo que comprobarlo.

*se va*

Estaba sentada en los tejados con las rodillas dobladas y mis brazos rodeándolas mientras miraba al cielo notando mi alabarda bien sujeta a mi espalda. Habíamos peleado con aquellas criaturas en plenos terrenos del palacio pero no había utilizado mi arma. Una brisa de aire fresco me acarició el cabello castaño y giré la cabeza para apartar algunos revoltosos mechones de delante de mi cara. Estaba seria, muy seria, aunque solía mostrar una sonrisa agradable a mis compañeros la verdad es que nunca había sido de sonreír demasiado y ahora tampoco me encontraba en condiciones de hacerlo. Había tomado una decisión porque al fin había entendido el mensaje de Brontë y su relación con los dictámenes de mi querida diosa. Debía ser fuerte y enfrentarme a los peligros para defender a mis hermanos, debía mantener su palabra allá a donde iba e imponer mis criterios a aquellos que tratasen de cambiarlos. La lucha con aquellas bestias me había dejado shockeada de verdad, pero después de unos días lo había comprendido. El cuerpo es solo el transporte, el alma es aquello que nos hace ricos y si el alma ha sido mancillada entones hemos de velar por ella y tratar de que sea libre de nuevo en toda su perfección.
Continué mirando el cielo con los ojos muy abiertos, reflejando los pocos rayos de sol que iban quedando. Me gustaba mucho la puesta de sol, me sentía muy arropada por ella.

Llegó a los tejados. Se había subido pasando por una ventana de los pasillos. Antes de hacerlo, había mirado a ambos lados, para cerciorarse de que Kettleburn no estaba cerca. No quería que le viese subiendo a los tejados porque recordaba que le había dicho que tenía vértigo (una malisima idea de la que se arrepintió nada más pronunciarla).

Como el piscis no estaba, se subió a los tejados. Nada más poner los pies en él, encendió los ojos (no mucho, sólo lo suficiente para poder ver bien). Y nada más encenderlos, observó que no estaba solo. En los tejados, sentada, se encontraba la flamma del otro día. La flamma que había participado en la primera batalla contra las bestias (o, mejor dicho, en la primera batalla en la que él había estado presente). Permaneció en segundos unos silencios, observando a la muchacha. Parecía estar concentrada mirando al cielo.

Aún en silencio, dio un par de pasos hacia donde ella estaba.

- Hola... - murmuró.

Giré la cabeza en el momento en que una luz me iluminó comprobando que mi tiempo de solitarios pensamientos había acabado. Un chico chrysos había subido al tejado por algún lugar poco recomendable y ahora se acercaba. Lo miré con cierta curiosidad hasta que me saludó. En la pelea del lago había un par de chrysos, pero no sabía si él era uno de ellos.
"Hola" Respondí sin decir nada más. No estaba muy animada y el trato con hombres siempre me resultaba más hostil.

Le dedicó un gesto con la cabeza a la flamma y avanzó un par de pasos más, hasta llegar al lado de la joven. Una vez estuvo ahí, se sentó. Ladeó la cabeza hacia el lado donde estaba la flamma y sonrió.

- Te he visto el otro día en el lago, cuando peleamos contra las bestias - dijo, sonriente -. ¿Cómo te llamas? Si se puede saber, claro.

Observó a la chica. Con un poco de suerte, hablaría más que Alehyss Lester y se conformaría con saber su nombre.

El chrysos se acercó hasta sentarse a mi lado y simplemente lo observé mientras lo hacía. Me dijo que me había visto luchando en el lago, entonces sí que era uno de aquellos chrysos, vaya. Miro al frente de nuevo mientras la brisa nocturna vuelve a engullirme.
"Summer" Lo miré y acabé sonriendo un poco de medio lado "Summer me llamo" Me suelto las rodillas y estiro las piernas alisando mi vestido sobre ellas. Hay algunas arruguitas marcadas debido a que llevo mucho rato así. Que pena. Lo miré de nuevo, realmente poco importaba como se llamase. Miré su cara y su cabeza. "Tienes el pelo verde" Comenté con un tono cotidiano, sin sorpresa sino como una afirmación lógica, y luego me reí. No sabía qué decirle. "Con un pelo así no sé si debería hacerte falta un nombre" Bromeé en un tono muy bajo, el mismo que había mantenido todo el rato.

FdR: Creo que a este chico le espera otra conversación "animada"

Asintió al escuchar el nombre de la chica.

- Summer... Bonito nombre - Amplió la sonrisa -. Encantado. Yo soy Lyam.

No añadió nada más. Miró de reojo cómo la chica estiraba las piernas y alisaba su vestido. Luego alzó la vista, al escuchar la voz de la chica. La chica dejó escapar una carcajada. Él frunció ligeramente el ceño, levemente confuso. Cuando escuchó el último comentario de la flamma, arqueó una ceja.

- ¿No debería hacerme falta un nombre? ¿Tú crees? - inquirió, sonriente -. Yo creo que sí que me hace falta un nombre. Ya sabes... No puedo firmar con un seco: el del pelo verde, ¿no? Además, es teñido, así que en cualquier momento podría dejar de tener el pelo verde.

Miró a la chica. Ensanchó la sonrisa.

- Pero tú, si quieres, puedes no llamarme por mi nombre. Te dejo.

FdR. jajajajajaja a ver si tiene algo de suerte

El chico no pareció tomarse a mal mi broma y comenzó a continuarla refiriéndose a cómo debería firmar sin nombre. "Supongo que no es muy natural que un chrysos tenga el pelo verde" Dije entre sus comentarios "¿Cómo lo tienes entonces?" Pregunté con curiosidad mirándole el pelo como si fuese a encontrar una resquicio de la verdad que escondía aquel tinte.
Luego dijo que yo podía llamarlo como quisiera y me quedé pensando "humm... Serías Grell, sí, tienes cara de Grell... Pero tu nombre es tu nombre y te identifica, así que serás Lyam y cuando piense en ello aparecerás aun teniendo cara de Grell" Pronuncié continuando con una conversación un poco desvariada pero con cierta gracia.

Se echó unos mechones del flequillo hacia atrás, sonriendo. Miró a la flamma de reojo.

- Bueno, creo que no es muy natural tener el pelo verde, independientemente de la raza de uno - apuntó, con un toque divertido en la voz.

Arqueó una ceja al escuchar la pregunta de la flamma. Se acercó hacia ella y la miró a los ojos. Ella observaba su cabellera con aparente curiosidad. Ensanchó la sonrisa.

- Si te lo dijese, no tendría sentido llevar el pelo verde, ¿no? - Le guiñó un ojo -. Cuando empiece a irse el tinte, lo descubrirás.

Se alejó, con una amplia sonrisa en la cara, hasta volver a la posición donde estaba anteriormente. Observó a la chica de reojo, mientras esta explicaba qué nombre le pondría. Se llevó una mano a la barbilla y frunció ligeramente en ceño, pensativo.

- ¿Grell? ¿Tengo cara de Grell? - Se pasó la mano a la mejilla derecha, aún con el ceño ligeramente fruncido -. ¿En serio? - Miró a Summer de reojo, sonriente -. ¡No conozco a ningún Grell! ¿Qué cara se supone que tienen? ¿O qué cara se supone que tengo?

Se rió entre dientes.

Lyam o Grell no quiso decirme de qué color era su pelo realmente y me encogí de hombros sin prestar demasiada atención a sus bromas "Creo que sería más bonito tu color, pero tú decides" Comento mirando a mi alrededor y descubriendo oscuridad. Encendí un flagrare en mis mano derecha y lo recogí entre ambas manos que apoyé sobre mis piernas. Daba un calor agradable.
"Yo tampoco conozco a nadie llamado Grell" le dije volviendo a mirarlo y me encogí de hombros. "Sea quien sea tendrá una cara parecida a la tuya, quizás algún hermano" Le dije sonriendo para mí.

El líder caeruleus apareció en los tejados cerca de los jóvenes y dio unos pasos hacia ellos. No había visto antes a la chica flamma, pero ya la vería en otro momento, ahora mismo venía buscando al joven. El día anterior había tenido un capricho y lo había reprimido por casuística. Pero, ¿quién era Aren Darvenwish sino un hombre que obedecía a sus caprichos cuando se le antojaba?

- Lyam a secas, ayer olvidé darte algo más -.Comentó sin más, ensanchando la sonrisa. Rápido y sutil como una pantera se agachó para encorbarse un poco sobre el chico de pelo exótico y besarlo con cierto relajo. Aun sin separarse del muchacho miró a la flamma de reojo y alzó una de sus cejas. Sí, en algún momento tendría tiempo para ella.

Se apartó del muchacho y se echó algo hacia atrás sin llegar a levantarse -más que nada para verle la cara un momento-

- Te dejo con tus cosas -.Comentó pasando la mano por su pelo una vez más -esta vez manteniendo un fino guante blanco en su lugar-. Luego se hirguió y dedicó una última mirada a la joven antes de darles la espalda y desaparecer.

*Desaparece*

FdR: No, no le busquéis explicación u.u es Aren Darvenwish, es especial XDD

Le dedicó una sonrisa a la flamma.

- ¡Si ni tan siquiera sabes cómo es! - exclamó, ensanchando el gesto -. Imagínate que tengo el pelo... No sé, de un color horrible. ¿En serio crees que sería más bonito que este verde que llevo ahora? - Miró a la flamma a los ojos -. Piénsalo, piénsalo.

Observó cómo la muchacha conjuraba un flagare (probablemente para ver). Miró cómo lo recogía entre las manos y cómo las apoyaba en sus rodillas. Cuando habló, alzó la vista para mirarla a la cara. Esbozó una sonrisa.

- Así que tú tampoco conoces a ninguno, ¿eh? - Se llevó ambas manos a la nuca, con una sonrisa casi jocosa en el rostro -. ¿Entonces cómo deduces que tengo cara de Grell, eh?

Ensanchó la sonrisa. Iba a decir algo más, cuando el ruido de unos pasos le hizo torcer la cabeza. En los tejados había aparecido el líder caeruleus. Enarcó una ceja, preguntándose qué le habría llevado hasta allí. Cuando el jefe de raza mencionó su nombre, arqueó la otra ceja. Y cuando se acercó y le besó, abrió mucho los ojos. Su cara se transformó en una mueca de sorpresa, desagrado, turbación y asco. Quería apartar al líder, pero antes de que pudiese hacerlo, el caeruleus se apartó por sí mismo.

Lyam boqueó varias veces. Y cuando el jefe de raza pasó una mano por su cuello, casi se estremeció. Miró a Summer, aún boquiabierto. Se preguntó qué pensaría. ¿Cómo iba a explicarle lo que acababa de suceder si ni él mismo lo entendía? Volvió a boquear. Quería decirle algo, pero no sabía qué.

- Ah... ... - Clavó su vista en las tejas. La alzó para mirar a la flamma. La volvió a bajar -. Ah... ... ... Esto no... ... No creas que... - Boqueó de nuevo -. ... Ah... - Negó varias veces -. No... No suele... De hecho, nunca... ... ... ...

Se calló.

- Qué asco... ... - murmuró, con un hilo de voz, no supo si para ella, para él, o para el aire.

FdR. jajajajaja lo has traumado! jajajajaja

Escuché los comentario de Grell... o Lyam sin aportar demasiado y, cuando pretendía reprochar algunas cosas de aquella extraña conversación, un hombre alto de pelo largo apareció en los tejados. No supe diferenciar quién era ya que la oscuridad no me permitía verle la cara, pero parecía imponente y no quería impregnarme de esa sensación con lo que me quedé mirando la llama que había entre mis manos al comprobar que llamaba al chico. Entonces pasó algo bastante extraño que hizo que abriese mucho los ojos e incluso un poco la boca debido a la impresión. Aquel hombre se acercó a Grell y lo besó sin más. Simplemente alegando que se le había olvidado dárselo antes.
Fue extraño porque no sabía si debía presenciar algo como aquello. Mi culto no aceptaba las relaciones carnales para sus devotos y menos para alguien de la torre como yo. Pero, de alguna forma, al comprobar que Lyam, a pesar de su gran gesto de asombro, había recibido el beso de aquel imponente hombre, algo se desasosegó dentro de mí y me permitió mostrarme más receptiva a él.
El hombre me miró un par de veces de forma extraña y giré la mirada hacia otro lugar. Su cara me resultaba familiar, pero no sabía de qué podía ser y una de las cosas que habíamos aprendido en el santuario era a no tentar ciertas situaciones para no acabar por camino escabrosos.
En cuanto se fue, Lyam me miró aun asombrado e incrédulo y trató de decir algo, quizá de negarme la situación. "No importa. No hace falta que des explicaciones" comenté con una sonrisa comprometida poniendo una mano sobre la suya un momento, a modo de ánimo.
Me separé un poco de Grell, apagué el flagrare y me puse en pie. Ya hacía un poco de frío y quizá quisiese estar solo para pensar en sus asuntos. "Me alegro de haberte conocido de esta forma" le dije, animada."Buenas noches" Y me puse a caminar con cuidado invocando otro flagrare para no tropezarme con las tejas. Debía ir a purificarme al lago a pesar del aire. Sentía que lo necesitaba.


FdR: lol pobrecito, Aren lo ha dejado de piedra jajajaja ahora Summer se ha llevado su propia impresión jajajaja

Observó, aún boquiabierto, el recorrido de Summer. Cuando posó su mano sobre la suya, no dijo nada. Se limitó a mirarla y boquear. ¿Qué no hacia falta que le diese explicaciones? ¡Claro que hacia falta! ¿Qué pensaría de él si no lo hacía?

- No... - comenzó a decir, con el ceño ligeramente fruncido - No... ... ¡No es lo que parece! ¡O lo que pareció! En serio, ¡no! - Negó con la cabeza, como si quisiese darle fuerza a su negativa -. ¡No! ¡Nunca! ¡No es lo que crees! ¡En serio! - Se puso en pie -. ¡Ni tan siquiera sé por qué lo hizo...!

La miró, con intensidad. Quería que le creyese. ¡Debía creerle! ¡Decía la verdad! Para una vez que decía la verdad, tendrían que creerle. Pero la chica no dijo nada. Apagó el flagare que había conjurado con anterioridad y se puso en pie. Lyam se llevó una mano a la frente al escuchar su despedida. ¿De esta forma? ¡Esa no era una forma de conocerle! Se llevó las manos a la cabeza, echándose (al hacerlo) el flequillo hacia atrás. La flamma se había puesto a caminar. Intentó detenerla.

- ¡Espera...! ¡Summer! - Alargó un brazo hacia la flamma, que siguió caminando -. ¡Joder! ¡Espera! ¡Déjame explicarte...!

No terminó la frase. La flamma se había ido. Bajó la cabeza. Clavó su vista en las tejas. Volvió a llevarse una mano a la frente.

- ¿Y si se lo cuenta a alguien? - Dejó escapar una risa nerviosa -. Esa chica es rarísima. Puede ir contando eso por ahí sin ningún tipo de problema. Y si lo hace, ¿qué pensarán de mí? Oh, Mithos... ¡¿Por qué?! ¡¿Qué demonios le pasa a ese hombre?!

Frunció el ceño. Volvió a llevarse las manos a la cabeza y miró a su alrededor. No había nadie más. No tendrían por qué creerla. ¿O sí? No. No tenían por qué.

Negó varias veces, con la cabeza. Comenzó a caminar, como si se hubiese acordado de algo, y salió de los tejados con prisas.

*se va*

FdR. Lo habeis dejado los dos de piedra jajajajajajaja

Salí por una de las ventanas que daban al tejado, y con cuidado y a aso lento me fui desplazando hasta una teja que pareciese segura, sobre la que, poco después, me senté.
Miré hacia el cielo, las palabras que Aren me había dicho eran... ¿ciertas? Acaso hay gente que sufre para que otros puedan vivir cómodamente? Y si fuese así... ¿Por qué sería eso mi culpa?

Agaché la vista hacia el suelo, que en esos momentos no era más que resbaladizas y mohosas tejas oscuras. Volví a alzar la mirada, y abrí aún más los ojos.

- La única forma de saberlo con certeza... Es viéndolo con mis propios ojos - comenté algo conmovida por las palabras que se me había quedado grabadas en la mente.

Ya lo había decidido, organizaría un día para que los que quisiesen pudiesen ir de visita por alguna de las ciudades más importantes de Fulmen, sería una gran escusa para ir.

Volví a alzar la mirada, mirado al cielo.

- Si quiero ser una líder mejor... Quizás tenga que abandonar un poco los libros a partir de ahora y vivir un poco más la vida... - afirmé con una sonrisa en voz baja.

*Se queda*