Pasillos

Edad : 31 Mensajes : 613

Asiento cuando la aether reconoce ser torpe y luego también cuando el claritas dice que practica con el arco. Luego ella dice que él le enseña con el arco y los miro un momento más. Luego vuelvo a asentir.

—Aprended a cazar y así podréis alimentaros. Y defenderos —Les informo con seguridad.

Todavía estoy leyendo en la pizarra del silencioso claritas cuando la aether responde con mi rango. Paro de leer y la miro, recuperando la postura, luego miro al claritas. Asiento.

—No tengo nombre. Pero puedes dirigirte a mí como Follow, el buscador —Aclaro. Luego miro a la aether cuando habla y pide disculpas. Está moviéndose demasiado y su color ha cambiado. Me acerco y le pongo una mano en la cara.

—¿Qué te pasa, aether Lluvia? —Le pregunto al ver que está algo caliente. Puede que se encuentre mal igual que Massen Dew.

Edad : 24 Mensajes : 1446

Lo miro, quiero. La verdad es que dice cosas lógicas, pero un poco primarias. No había tenido la ocasión de conversar con él la primera vez que lo vi. Es un poco extraño. Aunque supongo que fuera de la Torre hay un mundo inmenso que no conozco. Así que tampoco soy el más adecuado para determinar qué es extraño y qué no.

Follow, el buscador... Follow... Massen ha pronunciado ese nombre alguna vez. No le he preguntado por respeto. Pero parece que es este. Se lo comentaré, quizás, la próxima vez que la vea.

Enarco las cejas, extrañado, al verlo acercarse a Lluvia y tocarle la cara. Se me escapa una nueva sonrisa. Ella parece tan avergonzada que hasta es gracioso...
Oh, que yo no quiero que ella se sienta mal, por supuesto. Pero... Es divertido...

Soy un poco malo, creo... Lo siento, Lluvia.

Edad : 28 Mensajes : 465

El piscis no pareció molesto, sino, más bien, extrañado. Lluvia suspiró aliviada al no encontrar ningún rastro de enfado en su rostro; lo último que quería era que el piscis pensase que era un engorro, una metomentodo, alguien con quién no merecía la pena pasar el tiempo. Sin embargo, su alivio duró poco, y pronto se convirtió en un matojo de nervios.

Follow, con las cejas enarcadas, confuso, se acercó, y en el momento en el que la aether vio cómo avanzaba hacia ella, retrocedió, notando cómo su rostro y sus orejas adquirían un nuevo tono rojizo, más intenso que los anteriores, y cómo su corazón parecía acelerarse, palpitando con más fuerza a medida que el piscis se avanzaba. Retrocedió un poco, movida más por los nervios que por el deseo de poner distancia entre ambos, y su cabeza chocó contra la pared. Fue entonces cuando el piscis colocó su mano en su rostro, y en ese preciso momento, Lluvia inspiró con fuerza, clavando sus ojos en los ojos negros del piscis. Se dio cuenta de que ambos tenían el mismo color, y percibió la aspereza de sus manos sobre su piel.

Pegó la barbilla al cuello.

—Na... Nada

Edad : 31 Mensajes : 613

El chico no dice nada más, pero Lluvia se comporta de una forma un poco extraña, queriendo huir de mí cuando la toco. Es por eso que retiro la mano pronto. Es extraño porque la vez que la toqué para ayudarla a levantarse no escapó y tampoco antes, cuando los toqué a ambos. ¿Por qué no huye de contactos innecesarios como los que hacen todos continuamente pero sí de contacto necesario para comprobar su estado? Sin duda, los que tienen nombre, dan mucha importancia a lo innecesario. ¿Viven tranquilos realmente?

Dice que no pasa nada y recuerdo a la chrysos hablar de las situaciones de las hembras.

—No es el momento de preguntar. Lo preguntaré en otro momento —Asiento, conforme.

Edad : 24 Mensajes : 1446

Aparto la vista suavemente, evitando centrarla en Lluvia mientras contengo una risa algo maliciosa. Empiezo a ver lo que pasa. Y no es que yo sea muy ducho en esto, pero la verdad es que lo esconde un poco mal...
Bueno... A lo mejor me estoy confundiendo. No quiero ser yo aquí el que se cree lo que no es. De todos modos, me han enseñado un truco que...

Tomo la pizarra, veloz, y escribo, lo más pequeño que puedo para que me quepa todo de una vez.

"He de irme. Tengo algo que hacer."

Se lo enseño a ambos y guiño disimuladamente el ojo a Lluvia. No puedo ni imaginar lo incómodo que será tenerme aquí mirando.

<<Nos vemos pronto.>>, le digo, solo a ella.

Hago un saludo y me escabullo. Ahora, sin mí, debería serle más fácil.

*huye*

FdR- Jun es esa amiga que se va cantosamente en las pelis cuando aparece "el chico" XD

Edad : 28 Mensajes : 465

Frunció levemente el ceño, confundida por la respuesta del piscis, y alzó la vista, volviendo a mirarlo.

—No, no. Es que... Realmente no me pasa nada, en serio —aseguró, rápida, nerviosa. Esbozó una sonrisa, apenas curvando los labios, y luego se echó hacia a un lado, apartándose de la pared, dando un par de pasos hacia delante, aproximándose al claritas.

Jun mostró la pizarra poco después, y Lluvia se apresuró a negar con la cabeza. No podía irse, ¡no! No podía dejarla sola con él. ¿De qué iban a hablar? ¿Qué iba a hacer ella? Estaba convencida de que sería incapaz de articular palabra, de que no podría formar ninguna frase y de que acabaría pareciendo tonta. Si es que no lo parecía ya.

Sin embargo, pese a su súplica, el claritas se fue. Lluvia observó su espalda mientras partía, sintiendo que su corazón palpitaba con más fuerza, notando los latidos en la garganta. Bumbumbumbum. Como pudo, se volvió al piscis. Le sonrió, tímida, inquieta.

—Eh... —dijo.

Edad : 31 Mensajes : 613

La aether insiste en que no tiene nada que contar. Esto querrá decir que no tengo que preguntar después. O puede que ella no me considere "digno", que tendría sentido ya que ella no es Massen Dew y ha estado evaluando a Jun. Miro al claritas un momento. No sé qué considera digno la aether.

La miro acercarse a él y entonces comprendo. Así que mi gesto puede considerarse como un intento de cortejo y ella se escapa junto a él. Entonces sí tenía algo que decir. ¿Por qué no lo dice? ¿Por qué la gente con nombre dice y hace cosas innecesarias pero no dice y hace las cosas necesarias? Será un código de supervivencia para compensar su facilidad para encontrarse con la muerte debido al nombre. Esconden sus verdaderos pensamientos y la muerte se confunde. ¿Pero por qué debería confundirse teniendo sus nombres? No sé si los entiendo del todo, pero imitarlos me parece algo más útil.

El chico pone que se marcha. Si no puedo tocarla a ella, porque se han elegido, ¿por qué no se queda a defenderla? Aunque, si no hacen lo importante, se irá como muestra de desagrado o para engañarme. Me dice que no le interesa para que yo entienda que no es válida y así no la capte. Tiene sentido. De todas formas, yo ya tengo una hembra apta. Miro a Lluvia. Aquí no tengo palos que darle. Pero él no le ha dado nada. Igual es por el mismo gesto de repudiarla a propósito. No voy a tocarla de nuevo tampoco.

—Adiós —Acabo por decir, llevando el puño cerrado hacia ella y abriéndolo como si le diese el palo. Aunque esto no lo ha vuelto a hacer nadie. Quizás es otro tipo de gesto. No sé. Me voy igualmente.

*se va*

FdR: impresionante, ha reflexionado más que en todo su tiempo en Brontë lol

Edad : 28 Mensajes : 465

Los ojos de Lluvia pasaban del piscis al suelo, y del suelo al piscis, tímidos, nerviosos. Se había formado un silencio incómodo y pesado entre ambos, y ella no sabía cómo romperlo. Pese a todo, no quería despedirse del piscis. Hacía mucho que no le veía y realmente, realmente quería decirle algo interesante, mantener algún tipo de conversación con él. Preguntarle qué tal estaba, cómo había pasado la tormenta y si participaba en las labores de reparación. Pero cada vez que separaba los labios e intentaba pronunciar una palabra se encontraba a sí misma balbuceando, pronunciando inquietos monosílabos, acariciándose las muñecas y notando la boca seca y la garganta atacada por sus propios latidos.

Cuando el piscis se despidió, bajó la cabeza, y suspiró. Asintió poco después, y alzó de nuevo la vista. Justo entonces vio el puño cerrado del chico acercándose, lo que le hizo cerrar súbitamente los ojos, asustada. Sin embargo, no recibió ningún golpe, ni un roce. Nada. Para cuando volvió a separar los párpados, Follow ya no estaba allí.

Suspiró.

*se va*

Edad : 30 Mensajes : 1315

Pasito. Apoyo. Pasito. Apoyo. Pasito. Apoyo.

Miré arriba. Era de negro, pero había luz. Sonreí. Me acerqué a la ventana y miré fuera. Era de negro. Miré al techo. Pero había luz. ¡Y ni rastro del celemoto! Se había puesto contento porque había encontrado la bola de luz, y cuando la bola de luz se apagaba, yo tenía luz porque no estaba encerrada.

Aunque el chiquillo no estaba en la luz. Suspiré.

Me senté al pie de la ventana, mirando la luz, muy seria. En los ojos tenía puntitos violetas. Parpadeé y sonreí. Seguí mirando la luz, y a ratos intentando perseguir los puntitos violetas, que querían esconderse.

*se queda*

Edad : 36 Mensajes : 87

Recorro los pasillos, histérica.
Acabo de verme en un espejo, ¡y esto no puede ser! Ha debido pasar más tiempo del que creía. No puede ser. Me he dejado, en este palacio de opulencia y lujo innecesario y repulsivo.
¡Mi pelo no está perfectamente corto, como debería estar! Me lo corto sin falta cada dos meses, pero... ¿cuánto llevo aquí? Me lo corté en Lumen, el día antes de empezar el viaje, a modo de ritual pero... ¿cuánto ha pasado? ¿Tres , cuatro, incluso más meses?
Me paso la mano por el pelo, notando la ausencia de rigidez y el cosquilleo natural. La verdad es que debería haberme dado cuenta antes, pero los espejos son un arma de opresión creada para esclavizar a la mujer a su reflejo y a su aspecto exterior, por lo que procuro evitarlos.

Debo ponerle remedio de inmediato. La primera persona no-enemiga-de-la-revolución que me encuentre será cómplice en esta misión vital. He de subsanar esta clase de peinado no militar. Veo a lo lejos a una parvus. Los parvus están bien. Seguro que me ayuda.

-¡Alto en nombre de la revolución! Pequeñaja, ¿eres enemiga de lo burgués? ¡Necesito tu ayuda, es cuestión de vida o muerte!

Edad : 30 Mensajes : 1315

Un gigante se acercó. No. Era una gigante. Una gigante oscura, oscura. Una gigante pequeña. Sonreí. Una gigante pequeña oscura. Era una al revés que el chiquillo. Y tenía pelo de mudito. Pero no era mudita.

Extendí una mano hacia ella y la roté sobre la muñeca, sonriendo.

-¿Eres hermana del mudito? -pregunté-. Es como tú. El chiquillo no es como tú.

Me levanté y la rodeé, estudiándola. Qué rara.

Edad : 36 Mensajes : 87

Je. La parvus es extraña. Saluda haciendo un gesto vagamente familiar, sé que lo he visto en otra parte...

En el momento que se pone a hablar caigo. ¡Es uno de los códigos de la revolución! A primera vista parece no tener ningún sentido (¿mudito? ¿chiquillo? ¿dónde?), pero en realidad es un elaboradísimo código, muy sofisticado. ¡Sabía que alguien más así debía estar aquí! Debe de ser una persona muy inteligente si lo maneja con tanta soltura. Yo nunca he sido capaz.

- Sí, hermano... yo... hermana armada... chiquillos y chiquillas igualados...- trato de construir una frase completa, pero no logro reconstruir el código. Sé que me ha pedido que me identifique como miembro de la rebelión, y he de confirmárselo. Espero haber sido clara. Desisto, y me agacho hasta ella. Miro que nadie se acerque y le susurro.

- Hermana, necesito tu ayuda. Me he descuidado y mi aspecto ya no es el que me corresponde. ¿Podrías auxiliarme? Solo sería un corte...

Edad : 30 Mensajes : 1315

Ladeé la cabeza, mirándola con curiosidad. Era una rara rara. Acabé por asentir y me puse de puntillas cuando se agachó, muy atenta. Alcé ambas cejas y adelanté a Amatista. Un corte. Entonces sí que era como el chiquillo.

Sin dudar, pasé un dedo por el filo de Amatista y se lo enseñé. De la marca superficial cayó tan solo una gotita de rojo.

-¿Un corte así? -pregunté, mirándola a los ojos.

Edad : 36 Mensajes : 87

-¿Eh? ¡No!- ¿qué le pasa a la parvus? ¡Ah! Seguro que lo ha hecho para demostrarme que es una luchadora curtida y que no tiene miedo al dolor. De todos modos saco una fina tira de tela de un bolsillo y se la ato alrededor del dedo con un lacito. No me gusta que los camaradas sangren, y menos por mi culpa.

-No, lo que necesito es un corte de pelo. Corto. Como un soldado. Tal que así de corto- indico la longitud con dos dedos. Cortito. Cómodo. Práctico.

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Observé el lacito un momento, doblando y desdoblando el dedo con curiosidad. Una norme sonrisa se me extendió por la cara. Reí un poquito.

Luego la miré. Abrí los ojos con entusiasmo. Cortito, cortito. Di un par de saltitos emocionados, mirando el pelo blanco con ojos brillantes. Era pelo de mudito. Sería otro tesoro. Y se lo podría enseñar.

-¿Y me lo puedo quedar? -pregunté con emoción en la voz.

Edad : 36 Mensajes : 87

Me brillan los ojos de ilusión al oírla. ¡Una admiradora! ¡Ha oído de los progresos que hemos hecho en Lumen y me reconoce como lideresa. ¡Qué ilusión! Le tomo sus manitas entre las mías, arrodillándome a su lado.

-¡Claro que puedes! Es todo tuyo- ay, estos revolucionarios, son todo amor. Tanta pasión en la batalla solo podría venir de un corazón enorme. Aun en un cuerpo tan pequeño.

-¿Sabes de dónde podemos sacar algo para cortarlo?

Edad : 30 Mensajes : 1315

Contuve un grito emocionado, dando un par de saltitos más antes de empezar a tirar de su brazo para que se sentara. Me detuve, sin soltarla, cuando preguntó. Pensé un momento, girando para mirar alrededor.

Cortar. Como el chiquillo pero distinto. O no distinto. La solté para meterme la mano en el bolsillo, del que saqué un mechón de pelo negro negro negro. Pelo de chiquillo. Lo miré con una sonrisa, y luego lo guardé y alcé a Amatista.

-Esto corta -informé.

Edad : 36 Mensajes : 87

Miro con desconfianza su guadaña. Sí, tiene pinta de cortar, pero no es el método más ortodoxo.

- ¿No tienes algo más... normal? ¿Tijeras o navajas o algo así?- en este momento me siento la peor revolucionaria del mundo. ¿Estoy rechazando una experiencia nueva, un posible avance de técnica y estilo, por miedo? Trato de justificarme mentalmente a mí misma. La guadaña es grande y la peluquera pequeña. Nunca me ha cortado el pelo. Parece, por los mechones que guarda, que sí lo ha hecho con anterioridad, pero... ¡pero me preocupa la suerte que pueda correr mi cuello, jo!

Edad : 30 Mensajes : 1315

La miré, seria de pronto, pillada por sorpresa por la pregunta. Miré entonces a Amatista, y de nuevo a ella, y de nuevo a Amatista. Acabé por bajar el arma, apoyándola en el suelo. Un momento después, con movimientos lentos y gesto algo triste, puse a Amatista tras mi espalda.

Levanté el labio inferior por un lado, bajando la cabeza, mirando al suelo.

-No... -murmuré, con aire afligido, levantando a ratos los ojos para mirarla, pero manteniendo la postura.

Edad : 36 Mensajes : 87

Me muerdo el labio, dudando. Es imperativo que me corte el pelo cuanto antes, pero el miedo sigue ahí, agazapado como una serpiente. Suspiro y claudico.

- Podemos probar un poco y si vemos que no funciona tan bien como unas tijeras, ir a pedir unas. ¿Qué opinas, hermana? Es que... tengo cierta prisa por hacerlo. Pero me da miedo, quiero seguir de una pieza- se me escapa una risilla nerviosa. No, no es la mejor alternativa-. Pero si has cortado antes pelo, supongo que está bien, ¿no?

Edad : 30 Mensajes : 1315

Alcé la cabeza y mi sonrisa volvió, radiante. ¡Pelo! Volví a dar un saltito y dejé de esconder a Amatista.

-¡Sí! -exclamé con entusiasmo-. Yo te peino. Guapa, guapa. Vas a ver.

De nuevo, la agarré por el brazo y tiré de ella para que se sentara. Lo cogería y para mí. El tesoro de pelo de mudito. Con las alas y el chiquillo. Qué bien.

No tenía flor, así que no había corona. Pero había pelo.

Edad : 36 Mensajes : 87

Me siento ante la hermana revolucionaria parvus. No debo, es más, no puedo tener miedo de un camarada. La revolución se basa en la confianza entre compañeros. No es la primera vez que pongo mi vida y mi seguridad en manos de uno de ellos y si las cosas salieron bien fue porque confiamos los unos en los otros. Como aquella vez que quisimos drogar a los caballos de la familia real para provocar un accidente. Yo me colaba en los establos mientras Marrty entretenía a los guardias. Si no acabé ese día encerrada fue porque dio la voz de alarma y pudimos escapar sin mayor problema. Esto es como esa vez, me repito. La parvus sabe lo que hace. Ha dicho que me pondría guapa guapa. Y que sabe lo que hace. Relájate, Ío.

Pero no puedo refrenar mi nerviosismo y comienzo a notar una gota de sudor en el cuello. Cierro los ojos y hablo a mi hermano.

-¿Has visto, hermanito? Pronto estaré preciosa. Y podremos ir a cenar en cuanto acabe, hoy tengo más hambre de lo normal. Ya decía yo, que qué raro que no tuvieras tú. ¡No me has esperado! Eres malo, hermanito, yo siempre te espero. Es más divertido comer en familia- hablo y hablo como un torrente de sinsentidos. Poco a poco, me relajo algo.

FdR: Pausado

Edad : 32 Mensajes : 2682

Atravesaba uno de los pasillos con Lyo en brazos, buscando una posible solución al problema que tenía en su pañal. Tenía muchas preguntas. ¿Cómo se cambiaba un pañal? ¿Dónde? ¿Dónde estaban los pañales limpios? ¿Cómo se cambiaba un pañal? ¿Cómo se cambiaba un pañal?

Caminé un buen rato, desorientado, de un lado para otro, hasta que encontré a una joven muchacha del servicio, a la que me acerqué enseguida. Parecía muy contenta de ver al bebé.

-Uy, qué guapo -me dijo-. ¿Cuánto tiempo tiene?

La miré, con expresión de innoble cobardía.

-¿Tiempo? Pues ni idea... ¿Tres meses? -inquiricé, confuso.

-¿Tres meses? Es algo grande... Tendrá ocho por lo menos -me dijo ella, arrugando el ceño ligeramente-. ¿No? ¿Y cómo se llama el pequeñín?

-Lyo -respondí, veloz. ¡Parecía saber mucho de niños. Le tomé la mano con la izquierda, suplicante, casi lloroso-. Está sucio. ¿Qué hago? Por favor... Ayúdame.

Primero me miró confusa. Luego sonrió, divertida, y terminó por asentir.

-Ven conmigo -me dijo, guiándome por los pasillos.

*se van*

Edad : 30 Mensajes : 1315

Se sentó. ¡Se sentó! Entonces podía, podía cogerle el pelo y quedármelo. Miré el suelo un momento, rodeándola, concentrada, pensando, con el dedo índice en los labios. Al final, me encogí de hombros, levantando el labio inferior. Pues al suelo.

Le cogí con fuerza del pelo, alzando a Amatista con ojos brillantes y expresión entusiasta. Tiré bien hacia arriba y corté. Y miré el pelo y reí. Lo dejé caer al suelo sin cuidado y continué. Tomé otro mechón con el puño bien cerrado y repetí el proceso. Y cada vez que la tensión se iba, cada vez que un mechón caía, yo reía. Y quedaba raro, aquel pelo corto, pero tenía pelo para mí y eso era lo bueno.

Remoloneé cuando ya estaba corto, probando a cortar un poquito más aquí, o en aquel mechón más largo, o en este pelito que quedaba suelto. Al final tuve que admitir que no quedaba más que cortar. Repasé a Amatista con el dedo, haciendo un rasgazo a la vendita, que cayó al suelo. La herida ya no tenía sangre. Me preguntaba si le gustaría igual al chiquillo. El chiquillo...

Sonriente, le revolví el pelito corto corto a la mudita que no era mudita.

-¿Has visto? -pregunté, entusiasta-. ¡Guapa, guapa! Te lo dije.

Guardé a Amatista a mi espalda y me dediqué a recoger los mechones más abundantes que aún había en el suelo. Después, entre risas, salí corriendo por el pasillo. La mudita no mudita fue por otro lado.

*Se van*

FdR.: Siento este parón :__D Queríamos seguir, pero visto lo visto, mejor esperar a una oportunidad mejor u.u

Edad : 30 Mensajes : 3185

Atravieso los pasillos con expresión seria. Los días de buen tiempo que hubo tras la tormenta fueron muy agradables, pero hace ya tiempo que, de vez en cuando, llegan otros como hoy, de lluvia. Y aunque hoy es suave, no me apetece salir. Tengo ganas de moverme, especialmente tras haber dicho ayer a Lyam la importancia del ejercicio rutinario, pero supongo que me quedaré con la sala de entrenamiento por hoy. Nunca una lluvia como esta ha matado a nadie, pero soy una persona quisquillosa y prefiero no poner a prueba mi humor, de todos modos. Ya bastante tregua me ha dado el tiempo, que no recordaba haber estado tan contenta como lo he estado últimamente en años.

Lo malo de todo esto es que yo iba a ir al pueblo con Massen un día de estos, y con el tiempo cambiante al final parece que no vayamos a hacerlo nunca. Cada día que pasa siento que estoy cumpliendo menos con las promesas que le hago. Y yo, siendo una persona seria, borde incluso, nunca siento la obigación de prometer, de modo que si lo hago me gustaria ser capaz de cumplirlo.

*camina*

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