Comedor

-Que nombre tan bonito...- musito
Cuando me dijo que eso se lo había hecho Aren, casi me ahogo con un trozo de comida...
-Pero como se atreve ese pedazo bruto?!! - digo casi chillando- ya me esta molestando ese hombre e? primero me vuelve loco y luego va por ahí rompiendo alas ajenas... - estaba muy enfadado...
-Inger? bah! esa niña basicamente tiene cierto retraso mental... no perdonaría ni a su madre enferma... he inentado disculparme con ella por activa y por pasiva pero no hay manera, chico... y claro, acabamos enfurruñados siempre..

Entré y pude ver un lugar enorme con un montón de mesas, y en una de ellas estaba Heylel hablando con un chico de pelo rubio. No quería importunar, pero no sabía donde se consigue la comida, así que me acerqué a ellos y dije:

"Buenos días Heylel. Siento molestaros, pero... ¿ podríais decirme dónde hicisteis la comida"?

Sonrío con el cumplido al nombre de mi mujer y luego me encojo de hombros son lo de Aren.

-Bueno, dudo que esto tenga nada que ver contigo -. Le comento para luego escuchar lo de Inger. Menudo lio tenían esos dos.

- ¿Inger? ¿No te perdona? Humm... Quizá no has hablado seriamente con ella. No la veo jurando odio eterno - Me atrevo a bromear.

entonces la chica claritas que conocí en la entrada se acerca.
-Ah, hola Hewina. Ven, puedes sentarte. -. Sonrío. - La comida aquí se pide al servicio. Cuesta un poco acostumbrarse... -Comento divertido. -Supongo que en nada vendrá alguien a preguntarte qué quieres.

"Oh... vale, gracias. Espero no molestar", dije con una sonrisa, y me senté.

Nada mas sentarme un chico vino apresurado hacia nuestra mesa y me preguntó que quería tomar. Le pedí un poco de néctar, pan y miel. Asintió y se fue rápidamente.

"Vaya...", dije mirando algo sorprendida a Heylel y a aquel chico.

Pero nada más llegar el plato con mi comida se me mareó el estómago.

"Perdonadme... Tengo que irme. No me encuentro bien", les dije a los dos.

*se va*

Mientras ablábamos, apareció una chica muy mona que se dirigió a Heylel... parecía que se conocían.
-hola, yo soy Silvanus Kettleburn. Un placer. Dije después de que el camarero la atendiera.
Pero en cuanto se sentó, a la pobre se le puso cara de agonía... parecía que no encontraba bien, se disculpó y se fue.
-Q-que chica mas rara, ¿no? pobre... igual está en sus días...
-El caso... que Inger parece muy enfadada conmigo... pero ¿tu no crees que la gente deberia perdonarse? SI SOLO LE ROBÉ UN BESO Y LA MOJE CON UN ACUAERUM! ... bueno, dos... y le intenté pedir perdon en varias ocasiones y nada... ya le dije que cuando se le pase el caprichito, que me avise... UM!

En cuanto Hewina se dispone a acompañarnos parece encontrarse mal. La miro extrañado mientras se va.

-Ve a la enfermería si eso... Adios -.Le comento. Después escucho a Silvanus y encojo los hombros ante su primer comentario. Luego escucho lo de Inger. ¿Le robó un beso?

- ¿Un beso? ¿A Inger? ¿Por qué? Pero, ¿tú no estabas perdidamente enmorado del líder Darvenwish? - Igual era por eso por lo que Inger estaba tan enfadada con él. Tan tímida y todo y Silvanus... ¿pero por qué lo habría hcho?. -No entiendo qué te llevó a hacerlo

Me encogí de hombros y negué con la cabeza...
-No lo se, hijo mio... no lo se... me la encontré en eñ bosque... yo estaba mal... y no se me ocurrió otra cosa que besarla... no se porqué paso... PERO OJO- dije poniéndome de pié y apuntándole con mi dedo índice- SOLO LE ROCÉ LOS LABIOS! NO FUE CON LENGUA! jajajaajaja
La verdad- dije sentándome de nuevo- no se porque lo hice, porque mi corazón es de Aren, no de esa niña...

Escucho casi incrédulo las palabras de Silvanus.

-Hombre, si vas besando a la gente cuando te encuentras mal no me extraña que se cabré contigo -. Comento dando un trago de agua. -Si tu corazón ya tiene dueño no deberías ir haciendo esas cosas -. Dije abriendo las manos y cruzándolas posteriormente, algo más serio. Si se trataba de besar a quien no querías, no me hacía gracia.

-¿Pensabas usar a Inger como suplente o algo? No creo que la solución a tus amoríos sea abordar gente en el bosque -. Le reprocho. Pero poquito, yo no soy de echar broncas.

- Ya lo se... no me regañes... - dije bajando la cabeza e hinchando los mofletes...- no me tortures mas... ya se lo que hice y se que estuvo muy mal... por eso quiero arreblar las cosas- dije viendole otra vez a la cara- y que quieres que haga si el dueño de mi corazon pasa di como de una caca de Bismonte? NO LE VOY A ESPERAR TODA LA VIDA! UM!

Resoplo ante sus palabras.

-Bueno, si estás arrepentido, está bien. Pero debes pedir disculpas sinceras, porque algo así resulta realmente molesto o incluso iriente para mucha gente. - Le digo mientras le doy vueltas a mi vaso.

-Y si Aren no te hace caso, pues simplemeten dedícate a lo tuyo, pero no vayas por ahí acosando a la gente o te meterás en muchos problemas. -Le comento con sinceridad. -Además, por mucho que intentes taparlo de esa forma, un encaprichamiento como el tuyo no se irá encontrándose con alguien que quiera besarte -. Le digo con cierta preocupación.

Sus palabras me duelen

Callo y pienso en lo que me acaba de decir. Pero su última frase me revienta.
Doy un golpe en la mesa con el vaso. Me levanto.
-Que te queden bien claras estas palabras Heylel.- hago una pausa con la cabeza baja- Aren Darvenwish NO ES UN CAPRICHO- digo con la voz llena de furia.

Doy media vuelta y me voy

*me voy*

Abro los ojos sorprendido por su reacción. Pues sí que está afrectado el chico... Suspiro ante su repentina partida. Ni me ha dado tiempo a una disculpa.

Doy un par de vueltas más a mi vaso y al final salgo también de allí.

*se va*

Llego al comedor con ganas de algo ligero. Muevo un poco las alas para llegar al asiento casi rozando el suelo con los pies. Hoy me siento un poco vago.

Me quedo en el comedor y pidu una infusión. Hoy está todo bastante tranquilo.

*se queda*

En cuanto me acabo la infusión y consigo aburrirme, salgo del lugar.

*se va*

Finalmente, tras lo que me parecieron horas buscando (en realidad sólo habían sido unos cuantos minutos) encontré el dichoso comedor. Por supuesto, existía, y era grande y espacioso. A pesar de lo grande que era, no había nadie allí. Pensé con extrañeza que tampoco me había topado con nadie por los pasillos, ni en el dormitorio. ¿Acaso había alguien en este palacio? No sería un palacio fantasma, ¿verdad?

Con sorpresa, descubrí que en este lugar había servicio. Pedí un desayuno copioso, a pesar de no saber qué hora era. No me hicieron preguntas y trajeron lo que les pedí. Comí en silencio, rumiando qué haría a continuación. Finalmente recordé la torre que había visto al venir. Hacía mucho que no estiraba las alas, y no estaría mal descubrir las vistas. En cuanto terminé, pues, me dispuse a encontrar la torre. Me esperaban otras tantas horas (en realidad sólo unos cuantos minutos) de búsqueda.

*se va*

Glglglglgl... Qué estómago más escandaloso tenía... Tanto, que un chrysos del servicio sonrió al oírlo cuando entré en el comedor. Intentó disimularlo, pero me di cuenta. Entre avergonzada y ofendida, le pedí algo de cenar, y pronto desapareció tras la puerta de la cocina.

No tardó en reaparecer, y tuvo que hacer varios viajes para poner ante mí semejante cantidad de comida. Con tanta fuente, bien podría haber hecho una cena familiar. Escogí unas alitas de pollo asadas, una buena cantidad de arroz y patatas para acompañar y un poco de ensalada. De beber, aprovechando que me lo ofrecían (casi nunca tenía oportunidad de tomarlo, y lo adoraba) tomé un par de vasos de zumo de tomate, bien llenos.

Pronto me di cuenta de que me había pasado comiendo. Pero no importaba. Cocinaban tan bien...

Me levanté de mi sitio al cabo de un buen rato, con pereza, y abandoné la sala.

*Se va*

Después de mucho buscar había conseguido encontrar la biblioteca, y me pasaba allí la mayor parte del tiempo buscando información. Hoy mismo me pase toda la mañana, el mediodía y parte de la tarde, y solo paré porque tenía un poco de hambre, y por eso me acerqué hasta el comedor.

Entré, y de entre todas las mesas que había decidí sentarme en la que me había sentado con Heylel y Silvanus aquella vez, por elegir alguna.

Instantaneamente el chico del servicio de aquella vez vino apresurado hacia mi y me preguntó qué quería tomar.

"Néctar, pan y miel, por favor", le pedí con una sonrisa, y este como aquella vez, asintió y se fue rapidamente.

Mientras esperaba me sumergí en mis pensamientos, que estaban totalmente centrados en las criaturas que me atacaron en el claro del bosque.

Entro en pijama en el comedor... me siento observado... el amarillo canario no es un buen color...
Entonces veo a Hewina sentada en una mesa y mis descalzos pies se mueven hasta sentarse a su lado

-Hola! ¿que comes? - pregunto curioso metiendo el dedo en su nectar. En cuanto me chupo el dedo pongo cara de asco- Puag! que cochinada es esta? digo entre risas

Estaba sumida en mis pensamientos cuando Silvanus, el chico piscis, me saludó.

"Jajajaja, es néctar.", le dije sonriente.

Entonces me fijé en que estaba descalzo y en pijama.

"Vaya, está claro que quieres pescar un buen resfirado, ¿no?", le dije burlona mirando hacia sus pies y rememorando lo de ayer.

-Nectar? que leches es nectar?- pregunté con una sonrisa...
-CAMARERO!, me puede traer un zumo de granada? gracias!- grité al camarero.
-Nectar... en fin, dije con una enorme sonrisa.

Me puse tenso y se me erizaron los pelo de la nuca en cuanto me dice que voy a pillar un resfriado... bajo un poco la vista y me pongo rojo...
-no, es que veras... mmm... como decirlo- dije poniendo una mano en la nuca- yo... mi ropa... pues... creo que la perdí - mentí- la verdad no se donde esta... sé que suena extraño... pero es así, y como no tengo mas ropa que la que he perdido...-me puse aún mas rojo, no quería agobiarla con mis problemas económicos- pues... ahora ando en pijama y descalzo- dije con una sonrisa forzada.

Esperaba que mi respuesta fuera convincente, no quería decirle que Aren la había hecho desaparecer en un extraño fuego...

El camarero trajo mi zumo de granada y desapareció.

"Oh... vaya", dije ruborizada, y en el fondo pensaba: "¡Vale Hewina, no paras de meter la pata con este chico!"

"Bueno, no pasa nada, yo también ando descalza por la vida y de momento no me ha pasado nada", le dije sonriente enseñándole mis pies descalzos.

-ALA!! como mola! debes tener los pies mas duros que una piedra! dije metiéndome debajo de la mesa para verlos más de cerca.
-como molan... dije haciendole una cosquillita en uno.

Salí de debajo de la mesa y me senté otra vez en mi sitio, dándole un profundo sorbo a mi zumo.
-Y cuenta, dije apoyando mi cabeza en mis manos...-a quien conoces más en este castillo, a parte de Heylel y a mi?

Me hizo cosquillas en un pie, solté un "ay!" y me reí tontamente.

Después me preguntó a quien conocía a parte de a Heylel y a el.

"Pues... al chico del servicio. Aunque no se si eso cuenta como conocer", le respondí.

-Bien, entonces abre muy bien tus orejas, coge lapiz y papel y apunta: a ver... lo peor que te puedes encotrar en este castillo son a los pelirrojos: una tal Inger y Rick... son horrible, odiosos, insoportables... consejo: dales una colleja de mi parte, si los ves.
Luego están Massen Dew y Alehyss, piscis y Chrysos respectivamente, muy majas, adorables y guapas... seran muy buenas amigas tuyas....
Despues está Heylito, que con ese puedes hablar lo que te de la gana... es muy buena gente...
Cuando acabo de hablar, termino mi zumo de granada y veo al horizonte desde mi silla por una ventana...
-¿sabes? oi mi dragón se ha escapado... supongo que tendré que ir a buscarlo... pero no ahora, quizas un poco mas tarde... pobre... tiene que estar asustado...

"Ah, vale, lo tendré en cuenta", le respondí.

Después me contó que su dragón se había escapado.

"¿Tu dragón? ¿Por qué reclamas a un ser como propiedad tuya...? Nadie puede pertenecer a nadie...", le dije apenada. Hay ciertas costumbres que aunque a la mayoría de la gente le parecen normales y comunes, a mi me apenan y me parecen injustas, y era consciente de ello. pero no puede evitar decirlo...

Abrí los ojos al máximo
-PUES CLARO QUE ES MÍO! yo lo encontré, lo alimenté, le dí cariño, cobijo... eso es lo que se hace con las mascotas, ¿no?- estba bastante ingidnado- yo lo encotré... es mio... ¿o no?- pregunté viendole a los ojos. ahroa que lo pensaba, simplemente me lo había encontrado... ni siquiera había pagado por el... tampoco llevaba ningú collar que dijese que era mio...- Hewi, entonces... Tristán no es mío? ¿no es de mi propiedad?... dime que sí que lo es... yo lo quiero...- una lágrima rodó por mi mejilla y bajé la cabeza... azorado... era mío... ¿por qué no iba a serlo?

Entonces recordé y abrí mucho los ojos.

Aren había dicho la noche anterior que... que... yo era ''su pequeño piscis'' era ''suyo''... yo le pertenecía... ¿por qué entonces Aren si que puede ''tenerme'' y yo no puedo ''tener'' a un dragón?