Comedor

Miré la reacción del chico piscis anonada.

"Pobrecillo... No tenía intención de ofenderle, pero está claro que no tenemos los mismos conceptos en este caso, y que me ha malinterpretado...", pensé.

Le pusé una mano en esa cabeza suya que guardaba tantas preocupaciones y le dije sonriente: "Qué no sea tuyo no significa que él no sea algo para ti... ni que tú no seas nada para él. Estoy segura de que existe un vínculo muy fuerte entre vosotros, y de que él volverá junto a ti.".

Estaba bastante nervioso por pensar demasiado en las posesiones que puede tener la gente, entonces Hewina puso su cálida mano en mi rubia cabeza, tranquilizándome con sus palabras...
-G-g-gracias...- suspiré... yo tambien creo que existe ese vínculo... pero ahora entiendo que Tristán no es mío... ni yo suyo, por supuesto...
Me levanto dolorido -mientras me froto el culo-
-Me voy al bosque a buscarlo... si te quieres venir...

"Vale, te ayudaré a buscarlo", le dije sonriente, y me levanté también.

"Espero que no vuelvan a aparecer aquellas bestias...", le dije preocupada.

-Tranquila! que aquí donde me ves, yo me cargué una- dije apuntándome con un dedo a mi mismo con una espléndida sonrisa.
- Vale, pues nos vamos al bosque, entonces- la cojo de la mano y salimos corriendo

Fdr: pese a mi dolor anal.... xD


*se van*

Llego al comedor para tomar algo caliente y pido a un chico de servicio una taza de té de frutas silvestres. La verdad es que me sueno muy repipi pidiendo algo así, pero me apetece.

Me siento en una mesa cercana a las ventanas y me quedo mirando hacia afuera.

*se queda*

Silvanus y yo llegamos al palacio, pero nos separamos pprque el tenía algo que hacer.

Yo como tenía algo de hambre decidí ir al comedor para pedirle al chico espídico del servicio y pedirle algo de comida, y allí vi a Heylel sentado en una mesa.

"Buenas noches Heylel.", le dije con una sonrisa.

Miré hacia los alrededores, y le pregunté: ¿Te importa si me siento contigo?

Ya tengo mi infusión entre las manos, calentándome un poquito, cuando Hewina entra en el comedor y me saluda.

- Buenas. claro que puedes sentarte -. Le ofrezco antes de dar un trago a mi infusión. Quema.

- ¿Cómo va eso? -Le pregunto, animado.

"Gracias. Pues bien, hoy ha sido un día muy divertido con Silvanus.", le digo, y me siento frente a él.

El chico del servicio de siempre vino apresuradamente hacia mi y preguntó que quería tomar, y le pedí un poco de pan con mermelada y agua. Nada más atender mi pedido el chico se fue rapidamente, como siempre.

"Este chico siempre es muy servicial. ¿Y a ti que tal te ha ido el día?", le dije.

Escucho sus palabras dando un sorbo a mi infusión y me encojo de hombros con su pregunta.

- No me ha pasado nada en especial. He entrenado un poco, paseado, escrito alguna carta... Nada destacable -. Comento, algo aburrido.

Me recuesto en la silla con el pocillo entre las manos.
- ¿Y vosotros que habeis hecho para divertiros tanto? - Pregunto con una sonrisa amable.

"Pueees estuvimos por el bosque, y después de encontrar a Tristán nos fuimos a las termas, aunque yo no quería bañarme con él... ... ... pero al final él me tiró al agua, jajajaja. Después me lo encontré en el cementerio y me vengué, haciendome pasar por un fantasma. El pobre se lo creyó e incluso lloró, jajajaja", le expliqué a Heylel.

Entonces vino el chico del servicio y me trajo lo que había pedido. Le di las gracias y tomé un sorbo de agua.

Me rio con el relato de Hewina sobre su tarde con Silvanus. Es tan típico.

- A mí también quiso hundirme en las termas, pero fui más rápido -. Digo, riendo. - Vaya, llorar por un fantasma... Vale que llora bastante pero... Bueno, sí que es asustadizo -. Me rio. La verdad es que parece que ya conozco bastante a Silvanus. Bebo infusión. Que cosas...

- ¡Hum! Siento ahberme ido ayer tan repentinamente... Es que me entró apuro...Tenía que escribir la carta diaria... - La verdad es que quería disculparme, pero sonaba a persona rara. -En fin, que me quedé con curiosidad sobre eso de las auras

"Ah, no te preocupes, no pasa nada.", le dije sonriente.

Después cogí un trozo de pan con mermelada y le dije: "¿Y... que dudas tienes sobre las auras?", le pregunté, y le dí un mordisquito al pan.

Después de beber otro sorbo, me quedo pensativo... Qué dudas tengo... humm... Me balance en la silla.

- Por ejemplo... Si yo conozco a alguien y tiene un aura un día, ¿al día siguiente puede tener otra diferente o cambiada? Es decir... ¿es como el estado de ánimo o según lo que piense o sienta? -Pregunto con curiosidad.

"mmmm... normalmente solo cambian algunos matices de esta, tales como el brillo, la vibración, la textura, la mezcla de colores... pero como ya te dije, el aura de cada ser es única, aunque si que es cierto que puede variar, y sí que está vinculada al estado de animo y a los sentimientos entre otras cosas", le expliqué.

Asiento escuchando las palabras de Hewina. Así qeu el aura tiene todas esas cosas... Vaya.

- Espera... ¿Entonces tienen varios colores? ...- Y entonces no puedo evitar la pregunta que tenía desde que empecé el tema. - Y... ¿De qué color es la mia? -Pregunto, no sin cierta vergüenza. Yo que nunca había pensado en estas cosas...

"Sabía que me preguntaría eso.", pensé mientras sonreía.

Cerré los ojos un momento para concentrarme en su aura, y unos segundos después abrí los ojos y comencé a explicarle: "Tienes un contorno rosa que muestra tranquilidad... del que irradian tonos violetas que muestran el amor desinteresado que sientes por alguien a quien tienes siempre muy presente. Y... veo mucho amarillo... el cual me indica que eres un ser dotado de sabiduría. También me indica que eres muy pensativo y concienzudo, y que ahora mismo estás asimilando atentamente todo lo que te estoy diciendo con verdadero interés."

Escucho con gran curiosisad. Mi aura, ¿cómo podrá ser? Entonces, cuando acaba de hablar parpadeo un par de veces y alzo las cejas.

- Wow., que... multicolor -. Bromeo. -Más que un aura parece un piropo -.Comento acabándome la infusión y dejando la taza sobre la mesa. Cruzo los brazos.

- Humm... Pues sí que es interesante esto de las auras. Aunque será mejor que te deje descansar de tantas preguntas "indistcretas" -Bromeo.

"Jajaja, tranquilo, no me molesta, puedes preguntarme lo que quieras", le dije sonriente.

Empecé a tener algo de sueño, así que le dije: "Bueno... me voy a dormir, que estoy algo cansada".

Después me levanté, cogí mi rebanada de pan con mermelada y le dije: "Buenas noches", y me fui de allí comiéndome el pan por el camino.

*se va*

Me alegra saber que a Hewina no le molesta que le pregunte sobre el tema. Cuando uno tiene un don así la gente suele preguntar continuamente y seguro que acaba siendo agobiante.

- Buenas noches. Descansa -. Me despido en cuanto se va.

Me quedo un rato mirando por la ventana. La noche está tranquila.

Al final me levanto y me voy.

*se va*

Entré en el comedor con mi flamante ropa nueva y me senté en una mesa cerca de la ventana.

Le pedí a un camarero una tortilla y una baso de zumo. Tenía hambre.

Al rato me trajeron la comida y me puse a comer.

*se queda*

Llego al comedor para desayunar y al entrar encuentro a Silvanus. Despierto esta vez. No soy una persona a la que le guste evadir las cosas, aunque tampoco quiero discutir... El caso es que será mejor solucionar los enfrentamientos.

Me acerco a su mesa sin sentarme.

- Hola -. Le digo secamente. - No me gusta discutir después de cada batalla así que, hablemos -. Indico, aun sin sentarme.

Tristán ha salido y se ha agenciado de un trozo de mi tortilla
-Vale, quedate con ese trozo, pero que sepas que...- acaba de entrar Heylel, por lo que me callo. No me he portado bien con el.
-Hola- musito con la cabeza un poco baja- sientate, anda, que no me gusta verte tan tenso... Heylel, yo... es que... bueno, no se me ocurre nada para decirte, asi que creo que lo mejor será decir simplemente: perdon- digo poniendo mis manos en mi frente, en forma de rezo, con los ojos cerrados.
-Espero que me perdones... si es que soy un imbécil... tu, que eres mas bueno que el pan, y vy yo y te llamo bocas, tratandote mal...

Escucho a Silvanus un momento, sin sentarme y, al final suspiro y me siento. Bah, soy incapaz de enfadarme en serio, leñe.

- Bueno, acepto las disulpas. sería una bobada no hacerlo. Pero no vuelvas a repetir el numerito del otro día -. Le advierto en un tono menos severo de lo que pretendo. entonces recuerdo su estado tras la lucha.

- ¿Qué tal tu herida? -Le pregunto, mirando la zona afectada que, lamentablemente, queda tapada por la mesa.

-Gracias, Heylito, que bueno eres... Que herida?- entonces me acuerdo- ah! si mi herida... pues... esto... como explicarlo- me llevo una mano a la nuca- a ti nunca te ha desaparecido una herida de un roedor gigante de un dia para otro?- digo nervioso- porque es lo mas normal del mundo¿no?- no quería que Heylel se enterase de lo que pasó aquella noche con Aren... aunque mi excusa fue muy pobre, y sabía que no le había convencido en absoluto...

-Sabes?- dije intentando desviar su atencion- me hice un tatuaje- dije poniendome de pie- aquí, ves? es como Tristan.- esperaba que el hecho de tatuarme un dragón, le hiciese olvidar el tema de mi herida desaparecida misteriosamente.

Lo miro unos segundos con cara de aburrimiento. ¿En serio cree que voy a tragarme eso? Me enseña su tatuaje, pero no voy a olvidar -y menos ahora que veo que no hay nada más que una fina línea en su estómago- que una herida sangrante ha desaparecido en tres días.

- Muy bonito, pero explícame otra vez eso de la herida huidiza -.Le comento apoyando la cabeza en un puño que sostenía mi codo sobre la mesa.