Comedor

Pese a que he bebido poco más de dos copas, se nota en mis mejillas el ligero rubor que estas provocan. Además, hace ya un rato que mi humor es demasiado bueno para hallarme en esta situación. Por desgracia, aunque crea que lo tengo todo bajo control, comienzo a sentir esa sensación de contento y calidez.

-Todo depende de qué preguntes. Es más fácil que la gente te responda en este estado -. Esbozo una sonrisa, encogiéndome de hombros. Ladeo ligeramente la cabeza-. Y los temas primarios surgen por la deshinibición que causan estas bebidas. Hace que tengas menos reparos y pudor. Puede ser bueno o malo, según tu objetivo.

Su pregunta final me hace asentir. Tras el asentimiento, me mantengo unos segundos pensativa, moviendo la cabeza de un lado para otro, como si estuviera recapacitando.

-El caos viene solo si la gente se deshinibe lo suficiente -. Mis ojos lo taladran, curiosos. Me termino de un sorbo mediano la copa y la dejo en la andeja de un joven que pasa-. ¿Dirías que te lo pasas bien?

Aunque él no lo sepa, estoy absorbiendo sus palabras. Quizás él no haya descubierto más que información sobre temas primarios, pero yo estoy sacándole una buena cantidad. Quizás si bebiese un poco más se abriría, porque es más seco que yo, que ya es decir.

Observo molesto el panorama de la fiesta. La verdad es que mi nuevo amigo tenía razón. Dudo que un claritas que no sabe manejarse con una jarra de cerveza supiera qué hacer con una muchacha como la que pretende agenciarse. Bufo, incrédulo, cuando distingo a Nagore colgando del cuello de Rick. ¿Pero qué les da este hombre?

- Al parecer esta noche todas las señoritas están... bastante ocupadas- me levanto de un salto- y no voy a ser yo quien se meta entre un cazador y su presa, por esquiva que sea- guiño un ojo a Errald. En este rato las mareas del alcohol en mi sangre parecen haberse relajado y eso no puede ser. Hay que darles material para crecer-. Hoy lo único que me interesa es lograr beber cuanta más de esta maravilla, mejor. ¡Espero volver a verte por ahí más, Errald!

Me despido con una inclinación de cabeza y me voy a por una nueva jarra. Y antes me pareció ver una bandeja de comida que tenía ciertamente buena pinta... 

*se pone a dar vueltas por ahí*

FdR: lo dejo bebiendo felizmente él solico, que mi cama y mis apuntes me reclaman. ¡No desfaséis mucho, que luego la resaca es mu mala!

Observé con interés el supuesto vino dulce. Qué curioso. Bebí un nuevo sorbo, y esta vez contuve más la mueca.

-Bueno, está rico cuando te acostumbras -concluí, terminando la copa.

Sonreí ampliamente al ver salir a Tristán, que revoloteó a nuestro alrededor. Lo rocé con los dedos en una pequeña caricia, antes de que soltara mis trenzas y volara de nuevo hacia Follow. Me sonrojé ante las palabras de este.

-Me alegro -dije, antes de cubrir la pequeña distancia que nos separaba y besarlo.

Estaba completamente mareado. Formas, colores, sonidos... Todo se mezclaba como... 
Estaba completamente mareado.

Alguien me besó, no sé si era una, otra... La cabeza me daba unas vueltas increíbles.

-¿Ves, Zacharyas? Puedes biesarme porque somos verdaderos machos... -. Mi voz sonaba ronca y algo ida. Bastante ida. Bueno, muy ida-. Si somos muchos no hay peligro...

Vaya mareo...

Una figura vestida... O desvestida... Entró en escena. La obsevé moverse. Parecía un ángel, aunque realmente solo veía un borrón.
Pero parecía un ángel.

Corbin asentía una tras otra a las palabras de la chrysos, casi como un alumno que escucha atentamente a su maestra. Casi sin darse cuenta, se llevaba de vez en cuando la copa a la boca y pegaba muy breves sorbitos.

-El problema es conseguir preguntar algo. Hablan demasiado por sí solos. Aunque, al menos, nadie se ha puesto violento... -respondió-. Aunque sí es interesante la verborrea del borracho. Muy interesante.

Bajó la vista a la copa ante la pregunta de la chrysos. Frunció levemente el ceño. Era tan solo un día. Y, a fin de cuentas, no tenía tantísima importancia. No tenía por qué pasar nada grave. Por otra parte, sería rebelarse contra Falace, y a Corbin le gustaba sentir que él llevaba el mando, y no su maestra.

Tras un momento de duda, se llevó la copa a los labios y la remató de un trago. Luego miró a Alehyss, entornando un poco los ojos.

-Aún no estoy seguro -reconoció.

Al ver la respuesta de la parvus, no pude evitar fruncir el ceño, enfadada. ¡¿Cómo se atrevía?! Sin embargo, lo que más me molestó fue que Rick parecía no darse cuenta de que la besaba otra. Entendía que, tal vez, estuviese algo ebrio, pero yo también lo estaba y no iba por ahí confundiendo a la gente.

Apreté la mandíbula. Y aun por encima, se quedaba embobado mirando a Fier. Extrañamente molesta, esbocé una fría sonrisa y miré a la parvus.

—No es de nadie —gruñí. Luego miré a Rick. Relajé la expresión—. Mañana, cuando estés mejor, si quieres, hablamos.

Y dicho esto, abandoné el comedor, desanimada.

*se va*

Continué la conversación entre sorbo y sorbo de cerveza, riendo a las palabras de Gerald.

-No espero menos de ti, amigo. Un hombre de verdad, capaz de satisfacer a quien sea. ¡Y todos a un tiempo! -fruncí un poco el ceño a mis propias palabras. La cerveza empezaba a afectarme-. No dejes escapar a la morena. Hay que decir que tiene un tipazo.

Me giré para mirarla cuando él la llamó, pero otra figura llamó más mi atención. Me llevé de nuevo la jarra de cerveza a la boca y bebí hasta vaciarla. De un golpe, la dejé sobre la mesa.

-¡Y hablando de monumentos! -dije, en voz algo más alta de lo que estaba acostumbrado.

Hice un efusivo gesto a Fier.

Follow correspondió a mi beso de buena gana, y sentí un calor que me invadía desde la base del estómago. Aún con la copa vacía en la mano, me pegué más a él y rodeé su cuello con las manos, acelerando el ritmo del beso. Al cabo de un poco, acabé por separarme, aún sonriente.

-¡Voy a por otra! -decidí, mostrando la copa, con voz entusiasta-. ¿Tú quieres algo?

La verdad era que el tal vino dulce estaba bueno. Y yo, de pronto, me sentía extrañamente feliz.

Después de conseguir quedarme con Riky a solas y de anotarme un tanto, me quedo besándolo un poco más, sin embargo, su modorra no me llama mucho la atención, por lo que me aburro y me atuso el vestido con garbo. 
-Ricky eres un amor, pero no estás en condiciones para darme amor hoy- río lasciva, buscando una mueva presa. 

Siguiente:

El alcohol hace su trabajo y corro hacia el siguiente hombre que se me cruza delante, por lo que salto a la boca del siguiente: Gerald.

Salto con fuerza por un lateral y acabo en sus labios con fuerza, comiéndole la boca, mientras le agarro las mejillas con fuerza y me quedo colgando debido a la altura.

Esbozo una sonrisa divertida. Tomo una nueva copa de las rojas y bebo un largo trago.
Lanzo una fugaz mirada a Gerald. Llevo un rato con la sensación de estar siendo observada. Enarco las cejas un instante, mirándolos, y vuelvo los ojos al claritas, resolviendo sus dudas.

-Es sencillo... Hay que relajarse. Puedes pregunar con facilidad una vez no sientas reparo en ello.

Es más fácil preguntar así. Lo importante es acordarse luego. Pero el valor...
¿Eres un espía, Lyam?
¿Qué había bajo la mancha de tinta, Corbin?
¿Qué había bajo la mancha de tinta?

Me acerco a él y susurro algo a su oído. Luego me aparto, entera, y ensancho la sonrisa.

-Voy a salir un rato a tomar el aire. Quizás luego nos veamos, aunque si estoy muy cansada me iré a descansar. 

Hago una leve inclinación de cabeza, mirándolo fijamente.

-Que pases una buena noche.

Ágil, me mezclo entre la gente, abandonando la sala.

*se va*

Lyam, tras un buen rato observando el comedor, se puso en pie. Aquello no iba ninguna parte. El líder parvus no había aparecido, Heylel no había vuelto y él se sentía terriblemente solo y aburrido. Así que, dado que allí no iba a hacer nada, decidió irse. No tenía sueño, pero estaba harto de estar como una estatua en mitad del comedor. Tal vez, pensó, si hubiese bebido algo, no estaría tan desanimado, pero ahora mismo lo estaba. 

Sin despedirse de nadie, abandonó el comedor, cabizbajo. 

*se va*

"Enana de mierda, como me toques te reviento las muelas"
Pensó Errland al ver cómo actuaba aquella con la que compartía raza.
Vio a aquella rubia alada y, tuvo que reconocer que se  le fueron un poco los ojos, pero rápidamente apartó la vista y apretó el Mithón de su cuello.
-Tsk...- masculló, apartando la vista.
Aquello ya no era divertido... el alcohol había encontrado la llave de la fogosidad y estaba haciendo estragos en la sala y él no quería caer en aquello.
Miró a Gerald y a la puta aquella para levnatar el labio con rabia y asco.
Me concedo un último capricho viendo a la rubia para a continuación, irme de la sala.


*Se va*

e.é xDDDDDDDDDDDDDD

Cuando Massen y yo nos separamos dice, muy emocionada, si quiero otra cosa. Pienso en asentir, pero después de mi molestia anterior y su tirón durante el beso, decido que es menos molesto habla.

—Sí, está bien —Le digo. —No tardes —Le advierto, no quiero quedarme aquí solo demasiado tiempo. Cuando se va tiro de la cola de Tristán que ahora está mordiéndome una oreja y entonces empiezo a mirar las paredes. Creo que nunca he escalado por el comedor porque sus pilares son muy lisos y altos, pero ahora les veo cierto atractivo.

La fiesta parecía ir bastante bien. Al menos, la gente no se estaba peleando y no había demasiado ruido. Eso era bueno. Especialmente lo del ruido.

Lentamente, atravesé el comedor, mirando a los presentes. Parecían los suficientemente mayores para cuidarse, así que no pintaba demasiado allí. Además, me aburría, y yo no me quedaba en lugares que no me divertían. Así pues, una vez recorrido todo el comedor, desaparecí.

*se va*

Reí con ganas a las palabras de Gerald.

-Eso, eso, intenta aprovecharte del sistema político de Ventus, a ver si te cae tu parte...

Sin embargo, pronto quedó ocupado por otra boca, lo que me hizo interrumpir un nuevo trago, atragantado entre carcajadas.


-Visto tu éxito, creo que no necesitas que te cedan nada... -me burlé.

A continuación me giré hacia Fier, que se había acercado. Con una enorme sonrisa, la tomé por la cintura y choqué mi jarra contra la suya.

-Hola, preciosa -saludé, todavía riendo-. Hablábamos de cosas de hombres. Ya sabes. De mujeres fantásticas como tú, a las que uno debe intentar conquistar a toda costa. Como ves, Gerald aprende rápido. Aunque creo que era a otra a la que acechaba. Una más morena y bastante más alta. En fin, yo no tengo tantas dudas a la hora de escoger a mi presa.

Vacié de nuevo la jarra. Miré a mi alrededor, buscando más cerveza.

Inger se fue. Iba a retenerla cuando un nuevo mareo me asedió. No pude ni responderle, dejándola marchar para poder mantenerme en pie. Cuando me quise dar cuenta, la sensación era... Horrible. Tuve que apresurarme a salir de alli, casi corriendo, o al menos lo más rápido que podía.

Oh, madre mía...

*se va corriendo XD*

Relajarse para preguntar con facilidad. Corbin no estaba seguro de buscar información concreta. Más bien, buscaba tendencias, patrones de comportamiento e intereses. No pretendía intervenir, sino solo observar. En cualquier caso, relajarse no era mala opción, vista la situación. Aunque tampoco quería bajar demasiado la guardia.

Alzó ambas cejas al escuchar sus palabras. Fue a preguntar a qué se refería exactamente, confuso, pero tampoco tuvo tiempo, pues ella se despidió y se marchó. Corbin se quedó allí de pie, viendo cómo se alejaba.

Sacudió la cabeza, confuso. ¿Había oído mal? Un susurro en mitad de tanto alboroto podía fácilmente entenderse mal. Sin embargo, el claritas tenía la sensación de que no había oído mal las palabras, sino que el problema residía en su interpretación. ¿Qué había querido decir la chrysos? Era incapaz de entenderlo.

Buscó a su alrededor y tomó otra copa. Tal vez relajarse lo ayudase a entenderlo. Tras un vistazo extraño a la bebida, comenzó a beber.

Me alejé a saltitos, sonriendo felizmente, y me acerqué a una de las mesas. No encontraba aquel vino por ninguna parte. De hecho, ya no estaba segura de si lo reconocería si lo viera.

Vi una botella de contenido transparente en una de las mesas. Parecía agua embotellada, aunque aquella botella no parecía muy propia para el agua. ¿Qué sería? Con curiosidad, eché un poco en una copa y me lo bebí de un trago.

De no ser por lo rápido que lo tragué, sé que lo hubiera escupido. ¡Mithos! ¡¿Pero qué era aquello?! Sabía muy fuerte, y me ardía en la garganta y en la boca del estómago. Por un momento, la habitación empezó a darme vueltas. Sacudí la cabeza, pero eso solo lo empeoró.

Al final, decidí que si no encontraba aquel vino dulce, tal vez estaría bien probar la cerveza. Por los comentarios de Nagorr Brumm la otra noche, debía de ser buena. Así pues, cogí dos jarras y volví junto a Follow.

-No encontré el vino, pero a ver qué tal esto -dije, tendiéndole una jarra y bebiendo un poco de la otra.

Al ver como Fier y Cierzo se ponen a charlar entre ellos decido que no quiero amuermarme todavía y cojo de la mano a Nagore. Es un poco pequeña, pero tiene ganas de juerga.

—Venga, vamos a aprovechar la noche. ¿Sabes bailar? —Tiro de ella y la saco a donde la música suena más cerca para perdernos un rato bailando.


*se van por ahí a darlo todo en la pista*


FdR: Nosotros nos retiramos yap, si esto se alarga hasta mañana ya los sacaremos, sino asumid que también se piran cuando acaba la juerga XD

Fruncí el ceño, mirando sus piernas, como buscando algo. Con un dedo tembloroso, traté de señalarlas. ¿Desde cuándo era tan difícil mantener el brazo quieto?

-Yo las veo quietas -repuse, no muy convencida-. Pero la habitación se mueve. Es un poco incómodo. Se me va a caer la cerveza. ¡Anda! ¡La cerveza!

Y, habiendo redescubierto mi bebida, le di un buen trago. Follow tenía razón. Estaba fresca. Y, para mí, que empezaba a acalorarme, eso era muy agradable.

FdR.: El roleo de los kinkis estos queda pausado u.u