Balcones

Pues no, no era una broma. O, si lo era, se ha tropezado. Aquello era muy raro. Sentía la garganta seca, y una sensación extraña en general, que no tenía muy claro si provenía de mi propio cuerpo o del exterior.

Hizo amago de... algo. Era evidente que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo. Sin saber yo muy bien tampoco cómo habíamos llegado allí, hice un pequeño intento de guiarlo, haciendo el gesto un poco menos incómodo. De todas formas, no tardamos en separarnos, y bajé la vista, sintiendo el ambiente pesado.

Me retiré ligeramente, volviéndome a la barandilla, tomando los copos de nieve que se acumulaban sobre ella como excusa para mantenerme ocupada. Pero eso no hacía el silencio más ligero. Carraspeé.

-Bu-bueno, pues eso te preguntaba -pronuncié, volviéndome a mirarlo, con tono de quitarle hierro al asunto. Aunque parecía más bien estúpido y poco efectivo.

De repente me sentía extrañamente aislada.

En cuanto ella misma se aparta, hago lo propio, volviendo un momento la cabeza al lado contrario. Me acomodo la capa. Me acomodo el gorro. Acomodo un poco las ideas, aunque eso es más difícil.

Esbozo una sonrisa incómoda a su comentario. Gracias. Lo hace más fácil, bueno. Un poco.

<<Ya ves. No es para tanto.>>, formulo, con gestos algo torpes, nerviosos.

Me tiemblan las manos. Acabo por crisparlas y bajarlas. Y luego subo la zurda otra vez para frotarme la cara. Y me muevo inquieto en el sitio. Y la miro. Y la evito.
Desde luego, esto es mucho más incómodo que lo que pasó con Ben. Puedo asegurarlo.

<<Mañana te daré los dibujos.>>, comento, finalmente, algo vacilante, ligeramente encogido.

No me quedaba más remedio que mirarlo cuando hablaba, aunque no quería hacerlo. Tenía la cara algo caliente. Aunque en contraste con el frío, no era muy buena medida. Carraspeé de nuevo, encogiéndome de hombros y haciendo una especie de asentimiento mudo. Ya no se me ocurría qué más añadir al silencio.

Luego volvió a hablar él.

-Eh... sí. Gracias -murmuré, algo perdida.

Parpadeé, apartando la vista de nuevo. Carraspeé otra vez. No estaría pillando otra vez algo, ¿no? ¿Se me habría curado mal? Que con la nieve...

Cerré un momento los ojos, inspirando. Luego me volví, con un aire resuelto que no sabía de dónde había sacado. La idea de permitir aquello era dejarlo resuelto, pero parecía que solo lo había hecho peor.

-¿Puedes abrazarme un momento? -pedí de golpe, desviando la vista, hablando deprisa-. Un estrujón rápido.

Hago amago de retroceder cuando se vuelve, tan determinada. Y no puedo sino alzar las cejas a su petición, algo sobresaltado. Claro que ahora todo suena raro, ¿no? Sin embargo, no tardo en asentir. Porque es que motivos para decir que no no tengo, tampoco...

Inspiro un momento y me acerco de nuevo, mirándola in instante antes de hacerlo. La rodeo con los brazos y trato de aportar al gesto toda la firmeza que puedo. Creía que me saldría flojo, pero lo cierto es que sienta hasta bien, así que termino relajándome un poco y vaciando los pulmones, con lo que el nudo también se afloja un tanto.
Para cuando me aparto la sonrisa que esbozo es un poco más natural, aunque claro... Estoy algo tenso todavía.
Supongo que ha sido una cosa rara...

La miro, tratando de no evitarla esta vez. Es un poco más fácil...
Un poco menos difícil, mejor dicho.

<<¿Así mejor?>>

No se opuso, sino que se acercó él mismo. El apretón consiguió liberarme algo de tensión, y aproveché para cerrar un momento los ojos, relajándome por un instante. Casi me daban ganas de decir que se dejara estar así, que era más fácil, pero había dicho un momento y un momento fue. Después sonreí, aún algo nerviosa, aunque visiblemente más segura.

-Eres un cafre -le recriminé, con una sonrisa suave-. Si vas a hacer esas cosas más te vale aprender a tratar a las chicas. Que aquí hay confianza, pero...

Me apoyé contra la barandilla, tratando de adoptar una postura segura y relajada. De transmitir algo de tranquilidad. Llegaba a ser un poco forzado, pero me sentía lo suficientemente cómoda como para intentarlo.

Encojo un poco la cabeza entre los hombros a su comentario, tensando la sonrisa. Supongo que está bien decirlo así. Es un buen adjetivo.

<<No voy a hacer esas cosas.>>, termino por gesticular, con un suspiro. <<Ya has visto el resultado.>>

Creo que es evidente. Creo que ha quedado claro que no es el tipo de cosas que yo hago. Ya está. Prueba hecha. Experimento fallido. A otra cosa.
Pero nadie podrá decir que no he sido un buen científico. He llevado a cabo el experimento, al menos...

<<Sentía curiosidad.>>, admito, y un copo cae sobre mi mano, derritiéndose enseguida, dejando un rastro frío.

Casi resultaba ofensivo. Era como un rechazo tan tajante que ni siquiera sabía cómo responder. Tampoco esperaba nada de particular (para empezar, ni siquiera me había planteado que pudiera pasar aquello), pero no dejaba de resultar, en cierto modo, humillante. Bajé la vista al suelo, cambiando el peso de una pierna a otra, reacomodándome contra la baranda en una postura que cada vez me parecía más artificial.

-Ya -murmuré-. Supongo que así son las cosas.

Oh, venga ya. No estaba empezando a arreglar las cosas con Follow para complicarlas con Jun. Ni siquiera entendía a qué había venido aquello.

Tengo la sensación de que he hecho algo muy malo. Porque este silencio hace que lo parezca, y fui yo el que decidió llevar la broma un paso más allá. Y lo cierto es que hace que me sienta un poco culpable. Y, desde luego, un poco perdido.
Como le he dicho, yo estas cosas no las entiendo.
Bueno, "estas cosas"... Tampoco es que...

La miro, tenso. ¿Qué pasa? Tampoco creo que tenga ser así. Con Ben no fue así. No pasó nada y punto. Yo me ofendí, pero a ella le dio tan igual que...
Alzo las cejas, luego las frunzo fugazmente.

Avanzo una pierna hacia ella, pero la otra queda atrás, y me quedo detenido a medio camino, paralizado. Me estoy bloqueando tanto que diría que lo más inteligente parece irse, porque hace frío.
La miro. No sé ni definir cómo. Supongo que es una mirada de auxilio, de ayúdame a resolver esto, porque no sé qué ha pasado y ahora es difícil...

Bueno, parecía que de aquello ya no salíamos. Pues qué bien, oye. Al final, no quedaba más remedio que tragarse el orgullo e intentar buscar una salida. Y, vista la capacidad de actuación de Jun, dudaba que pudiera confiarle a él esa tarea.

Cuando se acercó un paso, me incorporé, soltando un suspiro suave y componiendo una pequeña sonrisa. Me froté un poco las manos, que tenía algo frías, aunque no con demasiado ahínco.

-Supongo que se ha hecho un poco tarde -comenté, de nuevo en un intento por llenar aquel silencio.

La expresión de Jun no ayudaba mucho. No sabía qué quería. Ayuda, por lo que parecía, pero eso no me decía mucho.

Bajo la vista cuando habla, desinflándome un poco. Otra gran verdad. Supongo que no hay mucho que hacer para que la situación sea un poco más cómoda. Lo que me asusta es verla mañana para darle eso y que sea así de incómoda, y la vez siguiente, y la siguiente...

<<Y hace algo de frío.>>, comento, con gestos torpes, mirándola de nuevo, incómodo.

Estabas enferma. Deberías entrar. Deberías abrigarte bien. Te pondrás peor. Volverás a enfermar y entonces te sentirás mal...

<<¿Por qué es tan...?>> "Incómodo". Pero claro. No es una pregunta muy adecuada.

Puedo entender por qué lo es. Pero a la vez me parece una reacción exageradamente incómoda. No esperaba algo como esto.
Tampoco es que haya esperado esto, claro. Pero de puestos a suponer, mi conclusión no era tan violenta y...

FdR_ Pause ||

Asentí a su puntualización. También hacía frío, sí. De hecho, no tenía muy claro por qué seguíamos allí, pero aún así no hice amago de entrar. Me mantuve donde estaba, con la mirada fija en un punto cerca de él. No quería quedarme mirándolo, pero tampoco dejarlo hablándole al aire si empezaba a hacer gestos.

Parpadeé a su pregunta inconclusa, con cierto miedo a cómo terminara. De todas formas, por algún motivo, sentía que yo debía dar más la cara que él y resolver sus dudas. El por qué no lo tenía claro. El caso es que ladeé la cabeza, mirándolo a él aquella vez, seria.

<<¿Por qué es tan qué?>>, pregunté.

Tirito. Es evidente el frío. Supongo que más por estar quietos que por el que pueda hacer, aunque que nieve no ayuda. Pero me he quedado clavado en el suelo, en este punto concreto. Me siento incómodo quedándome, es evidente que la conversación no fluye, pero me siento igual de incómodo proponiendo irnos con toda normalidad. Aunque quizás sea lo mejor.
No sé por qué se ha vuelto todo tan tenso. Pero estoy seguro de que no sería tan difícil relajarse mañana al saludarla, sin mencionar nada. Y, aunque tengo dudas, hacer las preguntas parece una tarea tan complicada que siento las manos paralizadas. Entre eso y el frío…

Sin embargo cuando pregunta adopta otra expresión más entera. Eso me calma un poco…

<<Tenso.>>

¿Es porque somos amigos y es raro? El Abuelo decía que tendía a darle una importancia innecesaria a ciertas cosas, y que eso era lo que me hacía fallar a veces. Que no debía preocuparme tanto, y que entonces dejaría de preocuparme.
Porque es evidente que el ambiente, en sí mismo, solo es frío, pero que la incomodidad no está en el balcón, sino en la cabeza de las personas.

Tenso. Vaya. Pues menuda pregunta. Sí que las ponía difíciles. Al menos eso significaba que no era yo la única incómoda. Qué tontería. Pues claro que no era la única incómoda. ¿Había que ponerlo en palabras para que lo viera? Si era evidente, por Mithos.

Hice amago de ir a hablar con las manos, pero en aquella situación se me hacía extrañamente difícil. Como que buscar las palabras con ellas me costaba más.

-Pu-pues no sé -balbuceé, encogiéndome de hombros-. ¿No es lo que pasa siempre? Con... estas... Cuando haces... Bueno, es lo que le pasa a todo el mundo, ¿no?

En realidad, se suponía que se hacía para liberar tensión, ¿no? Bueno, no para, pero que era el resultado. Pero esa era la teoría. A mí aquella clase de contactos solían tensarme, más bien. Aunque en concreto aquello era un poco exagerado, ponerse así por un roce. Seguramente era por Jun. Como él no sabía de aquellas cosas, me transmitía esa inseguridad suya. Tenía que ser eso.

Me encojo de hombros un momento.
¿Cómo lo voy a saber? Estamos partiendo de que no hago estas cosas... Y creo que, aún así, podría llegar a decirte que no igual. Porque en mis breves y escasas experiencias no se ha cumplido siempre la misma premisa.
Pero claro…
No quiero decir eso… No me siento tan cómodo como para decir algo como eso, para filosofar sobre experiencias pasadas o presentes, creo yo.

De hecho, estrictamente hablando, científicamente hablando, quiero decir, eso tampoco se sostiene completamente.

Me muevo incómodo en el sitio un par de veces, helado, pensativo. La miro de reojo, entonces.

<<Lo hice tan mal que te dejé asustada.>>, digo finalmente con gestos torpes, componiendo una sonrisa tensa, que pretende darle un cariz divertido a esto, tratando de quitarle algo de hierro al asunto.

Porque es eso. Es hierro… Mucho hierro.

Desde luego, chico, más incómodo no sabías hacerlo. Aunque, claro, Jun no tenía la culpa. ¿Qué iba a saber él? Y entonces habló de nuevo, en un vago intento por hacer la situación un poco más cómoda, y lo miré, perpleja. Y entonces, por algún motivo, me entró la risa y me deje llevar por ella. ¡Mithos, aquello sí que quitaba tensión!

Después de un momento apreté con fuerza los labios, cerrando un momento los ojos e inspirando hondo. A ver, que se iba a creer que me estaba riendo de él. Bueno, y un poco sí, ¿no? Era como aplicar sus continuos de "soy débil" a esto, y era un poco absurdo.

Acabé por negar.

-Ay, Jun, creo que necesitas algo un poco más impactante que eso para asustarme -respondí, aún con voz de risa, sintiéndome un poco más relajada.

Me acerqué, poniéndome de puntillas, y entonces lo abracé yo. Tenía la capa empapada por la nieve. De verdad íbamos a acabar poniéndonos malos como nos quedáramos allí. Aunque había cosas más importantes a las que atender en aquel momento.

-Solo eres torpe, pero es normal -. No estaba segura de que aquello fuera un gran consuelo, pero no quería que algo así supusiera que empezásemos a actuar raro el uno con el otro.

La verdad es que cuando se echa a reír me da algo de corte, pero también sonrío más relajado. No pretendía esa respuesta exacta, pero me sirve. Es lo que buscaba, de alguna forma… Y es un alivio haberlo conseguido.

Respondo a su abrazo dejando ir un suspiro de alivio, rodeándola yo con los brazos, sosteniéndola pero dejándome estar contra ella de algún modo. Este es más cómodo que el anterior. Hace que se vaya un poco ese peso de los hombros y ese nudo extraño del estómago.

Me da igual ser torpe o no serlo… No es algo de lo que me avergüence mucho. De hecho, creo que si hubiese descubierto que tengo un don o algo así no hubiese estado más cómodo. No es eso lo que me preocupa.
Me preocupaba haber roto algo…
Asiento contra su pelo un momento, despacio, para dejar claro que le hago caso.


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