Balcones

Llovía, sí, pero la lluvia era lo de menos. Lo importante era dejarla callada. Y Ben lo intentaba con evidente interés. Tocaba, y marcaba su ritmo, independiente de aquellas gotas que repiqueteaban. La flauta sonaba con fuerza, fluida.

Ben tenía los ojos cerrados y los pies enroscados a la barandilla. Sentada en el borde, la caída a sus pies no la impresionaba demasiado. De hecho, el sentimiento de vacío le daba una sensación agradable. Se mezclaba con la música, con el movimiento de los dedos sobre los agujeros de la flauta, con el aliento introduciéndose por la boquilla. Daba otro tono a su canción.

*Se queda*

Hoy ya estoy algo más entera. He entrenado un poco y todo, al despertarme. Y ahora toca perder un rato el tiempo con Thor. Por eso no dudo un momento cuando veo a Ben fuera, en uno de los balcones, y salgo, dejando paso al bicho.
Interrumpo el saludo al darme cuenta de que está tocando. No sé si será la música o qué, pero en el momento de oírla Thor empieza a perseguirse la cola muy concentrado y...
Bueno, en fin...

Hundo las manos en los bolsillos y espero, apoyada contra la pared, a que termine la pieza. Es relajante, de alguna forma. Y con estos días...
No sé cómo hace Ben, que cuando toca parece otra.

La música seguía, rápida, segura, ignorando el repiqueteo de la lluvia y las mojaduras que causaba. Hasta que terminó. Fue entonces cuando Ben se dio cuenta de que alguien la estaba mirando. Se lo dijo su instinto. Al volverse, se encontró con Frikka y sonrió.

-Anda, veterana -saludó-. Qué raro tú al frío.

Dando media vuelta, bajó de la baranda. Fue entonces cuando vio al animal, y ladeó la cabeza. En seguida se había agachado y trataba de cogerlo para darle la vuelta, examinándolo.

-¿Me traes un amigo? Mira, has dado con uno aún más raro que yo -señaló.

Tuerzo la sonrisa y la saludo con un gesto. Pues nos hemos peleado en la nieve, así que no será para tanto, eh.

-Ya ves. Te vi y no pude contenerme. Llevaba sin verte, eh. ¿Qué has estado haciendo desde lo de los monos enormes de la semana pasada? -inquiero, tratando de hablar mucho para no caer en el tema recurrente de estos días.

Bien pensado, ese será su tema recurrente. Bueno...

-Ah, sí-. Bajo la vista a Thor, que ha dejado de dar vueltas. Qué listo es mi niño...-. Es Thor, mi nuevo camarada-. Frunzo el ceño mientras él serpentea y se pone boca arriba-. Es bonito, ¿no?

Que el muy cabrón de Gerry dijo que...

Ben se encogió de hombros.

-Lo de siempre -acabó por responder-. Nada nuevo bajo la luna. Tengo que ir a algún sitio, no me vayan a abroncar. Podías venirte conmigo.

El bicho resultaba, desde luego, interesante. Ben intentó estudiarlo, examinándole las garras, las alas, el pico y el pelo.

-Es de los míos -decidió por fin-. Mira, si hasta tiene mis ojos. Qué majo él.

Comenzó a cacarear, imitándolo.

Esbozo una sonrisa. Oye, es una oferta amistosa, al menos...

-Oye, pues mira... Si nos surge algo pronto podíamos ir juntas. Así no hay discusiones-. No como la última vez. Pero no quiero darle vueltas a eso-. ¿No le has echado el ojo a algo? Así que pinte bien... Cierzo me dijo que dentro de poco iba a encargarse de unas que no sé.

Aunque no parecía muy seguro de que yo fuese, bueno...

Me agacho junto a Thor, pero él le hace más caso a Ben que a mí. Aunque siempre me tiene vigilada, que me he dado cuenta. Bueno, una vez lo dejé solo un momento y cuando me volvió a ver...
Quizás quiera irse a su casa.

-Es un falso dragón. Te digo yo que cuando crezca, si me sigue yendo detrás, te llevo a dar una vuelta. Desde aquí salimos, de los balcones -le aseguro, dando un par de palmadas sobre la baranda.

Ben se encogió de hombros una vez más.

-No tengo nada pensado -reconoció. Cuando caía en aquellas cosas, se daba cuenta de que eso suponía relajarse en su trabajo, lo cual nunca debía ocurrir-. Buscaré algo pronto. Te avisaré.

Ben amplió la sonrisa, animada por la idea. Aún así, no parecía muy convencida. Examinó de nuevo las alas, pensativa.

-Pero, ¿vuela? -preguntó, sin acabar de verlo-. ¿No está un poco gordo?

Asiento tratando de darle energía al gesto. Yo también lo pensaré, claro. No hoy, quizás no mañana, pero prometo que para la semana empiezo a ponerme a tope para ser una guerrera de verdad...
Quizás sea lo mejor. Ir a algo que me deje buen sabor de boca. Aunque el bicho... ¿Con quién te dejo, Thor?

-Bueno, ahora no vuela. Y...-. Calló de pronto. Miro a Thor, que me devuelve la mirada con esa sonrisa suya. Será guapo-. ¿Gordo? Está perfecto. Solo es un crío. Ya crecerá. Y después verás si vuela o no vuela.

Espero que vuele, que ya me va a dejar a mí de mentirosa. Serías capaz, ¿eh? Serías capaaaaaz.
Le ofrezco una tira de carne seca que me han dado en el comedor y enseguida se altera. Sois tan fáciles, los hombres. Debo de ser yo la poco suculenta, eh...

-Oye, una cosa... No te has cruzado a un flamma con pendientes y tatuajes y... ¿No? Se llama Narbe.

Ben la miró un momento con un deje divertido en los ojos, pero asintió, firme. Sonreía, pese a que su gesto intentaba ser lo más serio posible.

-Claro, claro, todo a su tiempo -asintió, solemne.

Su pregunta la dejó un poco descolocada. Frunció el ceño, pensativa, pero acabó por verse obligada a negar. Ni siquiera le sonaba.

-Si me lo encuentro le diré que lo buscas -prometió.

Eso es. Todo a su tiempo. Thor acabará siendo como su padre, pero en majo y en guapo.

Me apresuro a negar en cuanto dice eso de que se lo dirá. No, no, no. Por favor. Eso sí que no puedes hacerlo.

-No, si lo ves me lo dices a mí, pero a él no le digas nada. Que no quiero que se crea que lo busco, ¿sabes? Que a lo mejor me está evitando o no está por aquí y cree que lo agobio y...-. Carraspeo. Nada de nada, vamos-. ¿No querías salir un día de fiesta? Quiero salir un día de fiesta. Le dije a aquel tío del pueblo que iría a una, pero entre misiones y los macacos al final no y... Hay que salir un día, eh. Uno que no llueva.

Así, pasándolo bien con ella, se me quita la amargura fijo. Aunque la acidez, la de estómago... Uf.

El repentino barboteo de Frikka hizo callar a Ben, que volvió su atención al pequeño Thor. Fue a preguntar algo, pero Frikka no callaba, así que esperó. Por fin, guardó silencio.

-Te buscaré para decirte que lo he visto -corrigió entonces. Después sonrió-. Y te sacaré de fiesta, claro. Cuando quieras. Pero no quiero verte poniendo pegas al alcohol. Si se sale, se sale hasta salirse.

Asintió, convencida. Luego volvió a mirar al extraño bicho.

-¿Y este también querrá jarana?

Alcohol...
Al menos ya no me vuelve la bilis a la boca de pensarlo. Supongo que eso significa que estoy preparada para otra. De hecho, significa que qué suerte que estoy bien ahora mismo. Pero la gente lo interpreta más de la otra cosa.

-¿Y no conoces otras cosas? ¿Has tomado hongos de esos alguna vez? Dicen que hay unos que lo ves todo de colores, y así. Eso tiene que flipar.

Eso es. Hazte la guay así. Seguro que funciona.
Si es que...

Alzo a Thor del suelo, cogiéndolo en brazos, pero enseguida se revuelve y acaba por saltar al suelo de nuevo en cuanto puede. Tú dale y no te dejes querer, vale...

-No creo, ¿no? Es un peligro... Como se pierda o le pase algo.

Oh, joder... ¿Qué soy? ¿Quien soy? Vaya maricona, Fifi.

Ben asintió, entusiasta.

-¡Ah, sí, los de las visiones! -rememoró-. Pero son caros como un riñón. Como los dos riñones, casi. Y hay que tener cuidado. A muchos les da por intentar volar. A muchos que no son aether, digo. A mí no me dio por ahí, por suerte...

Miró a Thor, poco convencida. La verdad era que iba a ser un lastre. Era como los críos, que no te dejaban hacer nada. Ni trabajar, casi.

-Ya... ¿Y qué hacemos con él? -preguntó.

Hago un mohín, frunciendo un poco el ceño. Supongo que le ha venido la vena responsable así de repente, y solo para mí.

-Joder, pues qué chungo. Yo invito si quieres, pero si los pones así casi parece mala idea, eh... Pues nada, entonces.

¿Hacemos? Parece que se lo ha apropiado ya.
No, no. Tiene razón. La verdad es que llevo poco con él y no es plan de dejarlo solo, o con cualquiera. ¿No habrá alguien a quien le apeteciese cuidarlo una noche o así?

-¿No tienes algún colega al que le gusten los bichejos? O alguien pusilánime...

Siempre puedo pedirle el favor a Gerr... Cier... Buscad... Massen. Aunque Massen molaba que se apuntase, ya puestos. Y entonces...

Ben negó, con una risa.

-Ah, no, no, se puede hacer -declaró, segura-. Lo más así es conseguir el material. Luego es cuestión de turnarse. La cosa es no lanzarnos al vacío. Yo te puedo echar un ojo mientras lo pruebas.

La cuestión cachorro ya era otra canción. Ben tuvo que pensar un momento hasta dar con la solución. Después, fue una decisión sencilla.

-Se lo encasqueto a Jun y ya, tú sin fallo -decidió.

¿Turnarse? Pero eso no mola. Lo que mola es mirar las estrellas y partirnos el culo las dos juntas. Si va a estar mamá mirando no, gracias.

-Si va a ser así prefiero otra cosa. No quiero cortarte el rollo. Mejor algo compartido, si te parece. ¿No sabes de cosas de fumar? Es que yo soy algo ignorante de esas cosas, ¿sabes? Pero una vez probé y no fue mal...

Una vez probé. Parezco una quinceañera. No sé ni para qué hablo. Seré idiota. Mejor acatar lo que ella diga y salir por ahí a romper la noche.

A Jun. ¿Se lleva con Jun?

-Oh, Jun. Es el amigo mudito de Massen, ¿no?-. O por las últimas noticias que tuve, "amigo". Bueno, no, que para ella... Bah-. ¿Os lleváis guay? Cuenta, cuenta. ¿Es buen tío? Una no le deja su Thor a cualquiera.

Ben se encogió de hombros.

-Fumar... Sí, fumar sí se puede -decidió, segura-. Buah, con lo que a mí me gustaba, qué abandonado lo tengo. Ah, la pasta... -Suspiró-. Pillamos buena cantidad y salimos por ahí. Aunque yo no me tumbaría mucho rato en la nieve... ¡Ah! ¡Ya sé! ¡Nos vamos al mirador a furmarlo! Ahí sí que tiene que ser un pasote...

Asintió a su pregunta, con una sonrisita intencionada.

-Sí, su novio -respondió, divertida. Rió un poco cuando Frikka preguntó con tanto interés-. Es un calzonazos, a ver, con sinceridad, de novata a veterana -declaró, solemne-. Pero es buen tipo. Yo le dejaría al enano. Con lo especialito que es, lo tendrá en cojines de oro hasta que vuelvas a aparecer.

Parece que eso le gusta más. No estaría mal repetir aquel... viaje, o como mierda se llame. No sé. Que puede estar de puta madre. Seguro que se me olvidan las penas y lo demás, con eso. Y si quiere beber pues bueno... Lo acepto. Hace falta algo para entrar en calor.

-Yo te doy el dinero si lo compras tú, que, si te soy sincera, no tengo ni zorra de cómo va-. Y lo digo como si ella lo supiese, pero... Tiene pinta de que sí, vamos-. Por mí quedamos así. Es una cita, eh -bromeo, dándole un pequeño codazo.

Estoy acariciando un poco a Thor, que pide más carne, cuando me veo obligada a alzar la mirada con una sonrisa divertida.

-¿Entonces al final sí? -inquiero. Qué callado se lo tenía-. Qué callado se lo tenía, eh-. Sonrío con malicia y niego un par de veces-. Pues si me aseguras su capacidad, yo le dejo a Thor-. Me agacho de nuevo junto al dragoncete para rascarle el cuello donde le gusta-. Pero quién no iba a querer, eh, capullín.

A Ben se le borró la sonrisa de pronto. Incorporándose, dio un paso atrás y se alejó de ellos, con la mirada fija.

-N-no -balbuceó, mirándola con desconfianza-. Nada de dinero. Nada de citas. Así no. Ya... ya veré yo. Ya conseguiré. Pero nada de eso.

Se dio la vuelta y se apoyó en la barandilla. Se quedó observando el paisaje nocturno, repentinamente seria. Asintió con desgana.

-Él siempre dice que no, pero... se le sube el rojo por encima del negro. Traidor mentiroso... -murmuró con voz burlona-. Pero lo cuidará bien.

Arrugo el ceño y termino por negar, agitando una mano delante de la nariz, quitándole importancia a su gesto.

-Bueno, pues vamos a mitas. Pero no lo vas a comprar tú todo. Compartir es vivir, ya sea drogas, comida o gastos. Eso ya se verá, eh.

De modo que no es de esos novios de verdad. Es más una burla. Vale, lo pillo. Espero no haber metido la pata con eso, entonces... Que a Massen le dije que no iba a ir rajando por ahí. Aunque parece que Retales sabe más que yo.
No me voy a meter porque yo no soy ninguna cotilla. Que conste.

-Pues se los dejamos y nos vamos de fiesta. ¿Nos traemos a alguien más o nos bastamos solas?

Que no sé si tendremos los mismos amigos...

Ben le dirigió una mirada desconfiada. Al final, pese a todo, acabó por asentir.

-Bueno -aceptó, aún algo seria.

La pregunta era difícil. Si le hubiera preguntado antes, le habría dicho de llevarse a Jun. Tenía ganas de hacerlo alguna vez. A rastras, claro, porque él no se iba a dejar, pero de eso se encargaba ella. Pero al dejarlo a él fuera...

-Ni idea -reconoció-. ¿Quién te apetece a ti que venga?

Se ha puesto como un poco seria de repente, ¿no? ¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo? De verdad que no se me ocurre qué puede haber sido. Y eso que soy orgullosa de cojones. Pero esta vez no lo sé de verdad...

-Pensaba en Massen, pero no sé si le van estos rollos, o si te sigues llevando con ella, claro-. Por lo que me ha dicho sé que con Jun sí, pero con ella no lo tengo claro. Quizás seamos la inversa, o algo así-. Como sea, habrá fiesta seamos dos o doscientos, eso tenlo claro. Me hace buena falta.

Thor lleva como dos minutos con las pupilas clavas en mí. Déjame adivinar, escamosín: comida, ¿no?
Termino por decirle a Ben si me acompaña dentro a arreglar el problema de apetito del enano. Y por el camino, ya si eso, hablamos de lo que haremos.

*se van*

Llueve otra vez. tengo ganas de salir y tengo que pasarme por el pueblo de paso. Y como siga lloviendo estos días voy a tener que hacerlo de todas formas, aunque no me resulte muy agradable. Supongo que bien abrigado y con un paraguas debería de servir, pero había llegado a pensar que el tiempo nos iba a dar un respiro.

Acabo de cenar. Llevo días con dificultades para dormir, pero estos dos últimos me ha ido mejor. Me he comprometido a ser responsable hoy e irme pronto a la cama para convertir dos en tres, a ver si recupero un ritmo sano.

*se queda un ratete*

No tenía muchas intenciones de salir a aquellas horas, pero al ver a Jun fuera me lo pensé mejor. Qué raro, él a la intemperie. Probablemente no fuera el mejor sitio para charlar, pero no sabía cómo estaban las cosas y tenía miedo de que hubiera vuelto a decidir evitarme. Por si acaso, mejor no permitírselo.

Di un par de toquecitos al cristal antes de traspasar la puerta. Sonreí.

-¿Se puede? -pregunté-. Menudo invierno nos está tocando.

Independientemente de la respuesta, me acerqué.

Los golpes en el cristal me hacen girarme y al verla no puedo evitar erguirme, rígido, con cierto apuro. Compongo una sonrisa no muy allá y nervioso asiento, echándome a un lado para dejarle sitio en la baranda.

<<Sí, hace frío>>. Muy hábil. Eso ya lo ha dicho ella. <<¿Cómo va todo?>>

Alterno la vista entre ella y el exterior intentando pensando, encontrando la serenidad al cabo de unos segundos.
Ya está.

<<Me dijo Ben que ibais a salir por ahí una noche de estas.>>

Y yo me quedo a cuidar a... Thor, sea lo que sea.