Balcones

Ladeé la cabeza, más curiosa todavía.

-¿Qué es? -pregunté entonces.

Quizás debía dejarlo descansar. Tenía la sensación de que estaba agotado. O algo. ¿De verdad no estaría enfadado? Empezaba a pensar que... Pero era como... Traté de sonreír. Pues yo iba a mantener el buen ambiente, le gustase o no.

-Pero no pasó nada, ¿no? -apunté-. Además, no estabas solo. Yo no iba a dejar que se te fuera de las manos. Si después de salir de fiesta te vas a agobiar tanto, no sé... Se supone que es para pasarlo bien.

Dudo un momento, mirándola. A ver... Que no puede ser para tanto... Alehyss ya lo sabe.

<<Una pulsera>>, miento enseguida, muy convencido. <<Una que no es esta>>, añado, esbozando una sonrisa y mostrando la que llevo ahora.

No pasó nada. Es verdad. Llego a asentir, aceptando lo que dice. Y, pese a todo, se me ocurren motivos para no repetirlo, para tratarlo como "excepción". Aunque imagino que si ella me lo pide acabaré cediendo, claro...

<<Me lo pasé bien>>, aseguro, con una sonrisa algo más firme. <<¿Y tú no iba a salir con Ben? ¿Ya lo habéis hecho? Que si me voy a Aqua no podré cuidar al animal de la otra chica.>>

Frikka, eso.

Me permití una mueca burlona.

-¿Esa también hace algo? -pregunté después, mirándola de nuevo. La verdad, era un poco...

Me encogí de hombros con el cambio de tema. Ben... Sí, algo me había dicho, pero seguíamos retrasándolo, retrasándolo...

-Bueno, si se alarga mucho tendremos que buscarte un sustituto -señalé, poco convencida-. Ben sí me habló del tema, pero no he vuelto a saber más. No sé, a lo mejor porque estabas fuera... No me ha vuelto a decir.

Miro la pulsera un momento, pero no tardo en negar. Esta no hace nada. Bueno, es un recuerdo, un detalle. Supongo que hace algo, pero nada especial.
¡Si ella ya lo sabe! ¿Para qué le sigo el juego? Hoy estoy algo...

<<Solo es esto. Y es algo cursi>>, añado, con una mueca que intenta ser divertida, pese a la vergüenza.

Menos mal que desde Ventus no me escucha... Imagino su cara y me dan ganas de disculparme al aire.

<<Pregúntales. Yo tendré que irme cuando Alehyss diga. Tendrían que buscar a otro cuidador entonces.>>

Ellas se divierten y toda mi preocupación es cuidar al animal ese. Visto así es como un poco decepcionante. A nadie se le pasó por la cabeza plantearse que...

<<¿Y qué vais a hacer? ¿Ya lo sabéis?>>, inquiero con una sonrisa.

La verdad, me extrañaba que la llevara. Pensé que le daría la suficiente vergüenza como para esconderla.

-Bueno, es el detalle -traté de apaciguarlo.

¿De verdad no estaba un poco cortante...? Asentí, algo más seria.

-Sí, claro, les diré. De todas formas, Alehyss me mantiene informada, así que no creo que haya problema -aclaré, tratando de quitarle importancia.

Me aferré a su pregunta, a su sonrisa, a su atisbo de buen humor. Sonreí yo también.

-No tengo ni idea -confesé-. No creo que vaya a ser nada del otro mundo. O eso o están preparando a mis espaldas una juerga del quince...

Asiento. Eso es. El detalle. Es bonito a su manera, aunque supongo que me la acabaré quitando. No da una imagen muy de guerrero. Y bueno... Si la viese Ben seguro que también se ríe de mí, o me hace algún comentario...

De modo que Alehyss ya la mantiene informada. Me agobia oírlo así, pero sonrío. Es como si ya le dijese todo. A lo mejor no hace falta que yo diga nada, ya.

<<No creo que haya problema>>, repito, tratando de darle ánimo a las manos con una sonrisa.

Me siento algo rígido ahora mismo. Definitivamente, me siento raro. Pero no sé qué pasa. No sé qué me pasa.
Vamos a calmarnos. Si estoy raro no tengo que pagarlo con ella.

Río, mudo, a lo que dice. Siendo como es Ben me espero cualquier cosa. De la otra no sé qué decir, claro. Por lo que sé, es la que la traicionó con el asunto de Follow. No he tenido mucho que ver con ella. Pero voy a cuidar a su animal. Qué curioso...

<<Espero que sea lo segundo>>, le digo, animado. <<Ellas le darán más ritmo que yo, eso seguro.>>, añado, dándole un pequeño golpe con el hombro en el suyo, suave. <<Pásalo muy bien cuando sea. Espero volver a tener oportunidad de decírtelo. Quiero verte más antes de irme.>>

Y se lo dije. Lo dijimos antes de que me fuese a Ventus, cuando...

Hice una mueca.

-No hace falta mucho ritmo para que sea divertido -respondí, encogiéndome de hombros-. Solo hace falta la compañía adecuada y un poco de buen humor.

Ladeé la cabeza.

-Claro, cuando quieras. ¿No querías entrenar? -le recordé con una sonrisa.

Me acerqué a la barandilla, repasando con un dedo las gotas que había dejado la lluvia. Acabé por volverme, apoyándome en ella, sin importarme mucho que estuviera mojada.

-Jun -llamé-. ¿Todo bien?

Eso desde luego. Eso se dice, al menos. No tengo mucha experiencia, o solo una experiencia, pero lo que se dice es lo que se dice...

<<¿Y lo son?>>, pregunto, jocoso, mirándola con una sonrisa. <<¿Mejor que yo?>>, me atrevo a añadir, con cierta arrogancia en el rostro.

Aunque seguramente lo sean, ¿no? Más experimentadas al menos...

Asiento con fuerza. Es cierto. Entrenar, que se me olvidaba... Y eso que lo propuse yo. Aunque me gustaría verla alguna vez más que para pegarnos, bueno.
Se hará lo que se pueda.

Cuando ella se vuelve lo hago también, con gesto algo ausente. La lluvia me desconcierta. No es hasta que habla que la miro de nuevo. ¿Se ha dado cuenta? ¿Se nota mucho?

Me apresuro a negar.

<<Será que estoy cansado. ¿Por qué?>>

Demasiado seco otra vez. Respira. Venga, Jun...

Fruncí el ceño, un poco sorprendida por la pregunta.

-Bueno, si te soy sincera, no he salido nunca con ellas -admití-. Aunque me llevo menos que contigo. No creo que se le parezca mucho.

Por qué. Bueno, era bastante evidente. ¿Pretendía que no me diera cuenta? Estaba enfadado, seguro. Me encogí de hombros.

-Bueno, estás como... -Cortante. Arisco. Seco-. Desanimado.

Lo miré con ojos fijos.

Así que lo hizo antes conmigo que con ellas. Quizás no he dejado el listón muy alto. Debería haberme esforzado más... Le hubiese quedado un mejor recuerdo. Ahora, después de que lo haga con ellas, quizás repetir conmigo no tenga la misma gracia.

¿Desanimado? Eso me alivia un poco. Aún puedo arreglarlo. Porque quizás he sido un poco borde sin querer...
Enseguida compongo una sonrisa agobiada y niego un par de veces.

<<No pasa nada. Estoy bien. En serio. Aún no me habré acostumbrado a la vuelta.>> Dudo un momento. <<Se te echaba de menos allí arriba.>>

Dudo un momento. Termino por acercarme a darle un nuevo abrazo, llegando a levantarla del suelo. No pesa tanto... Antes parecía mucho más alta. Ahora... Pues no.
La verdad es que relaja un poco. Y por un momento puedo ser yo el que la moleste un poco.

Acepté el abrazo, estrechándolo un momento. Pues sí que había vuelto sensiblero... Si había estado fuera unos días, nada más.

-Bueno, ya sé que son maravillosa e inigualable, pero tanto... -sonreí, tratando de quitarle hierro al asunto-. Descansa bien, que Aqua es más lejos. Bueno, según se mire... La verdad es que no lo tengo tan claro... ¿Está más lejos?

Seguro que eso lo sabía. Jun siempre sabía esas cosas. Era como muy de libro. Quizás lo animara hablar un poco de eso.

La dejo en el suelo mientras habla, y la sonrisa se vuelve una mueca un momento, cuando aún no la he soltado. La he recuperado para cuando la enfrento de nuevo, de modo que solo asiento con suavidad.

Me lo pienso un momento, pero no mucho. No mucho. Es algo que me sé de memoria.

<<Sin duda. Ventus está lejos en vertical, pero Aqua es más lejos. Y hará más frío.>> Me estremezco un momento, de pensarlo. <<Dime qué tipo de ropa llevo. Me temo que no va a ser suficiente. Voy a pasar frío. Ya sabes cómo soy.>>

Lo miré con curiosidad. No quería ir, pero quería saber.

-¿Hace calor en Ventus? -pregunté.

Pensé un momento el asunto de la ropa. Desde luego, no era nada fácil. Jun era friolero, por lo que había podido ver, y dudaba que se acostumbrara. Por suerte, Ciudad Nevada estaba bastante más al norte que el glaciar. No me lo imaginaba tan al sur.

-Lleva ropa tan gruesa como puedas. No te olvides el gorro o lo lamentarás -advertí-. No sé si te llegará, pero Leen te dejará algo de ropa si se la pides. O hasta Seranne, si me apuras. No te preocupes, no es muy femenina, y es más de tu talla. Aunque quizá prefieras ropa algo más floja... En cualquier caso, si pides ayuda te dejarán algo. Tampoco vas a estar mucho tiempo allí, así que pasarás el apuro.

¿Calor? Niego un momento, aunque termino por encogerme de hombros.

<<Hacía... viento>>, zanjo, con una sonrisa divertida. <<Fresco algunas veces. Cambiaba rápido. Pero era todo muy bonito. Era...>>

Detengo las manos de pronto, sin borrar la sonrisa. He tenido una idea. Me quito deprisa el amuleto y se lo tiendo para que se lo ponga. Ella habla, mientras tanto, de lo de la ropa. No sé cómo será la hermana suya, pero... ¿Su ropa? Por poco femenina que sea...

<<Tendré que arreglármelas. Irá bien>>, le prometo.

Una vez le he puesto el amuleto dejo que la voz se cuele en su cabeza. No es mía, pero ya es la de siempre, la que he elegido, así que es mía de alguna forma. Le pongo las manos en los hombros, mirándola a los ojos.

-Cierra los ojos -le pido.

Viento... Bueno, tenía sentido. Esa era su fama. Aunque no entendía muy bien si era merecida. También en Aqua se levantaba viendo a veces. Incluso en Fulmen, aunque menos. El viento no era nada exclusivo.

No parecía muy convencido con el tema de la ropa. Lo entendía, pero no dejaba de ser divertido. Tomé el amuleto, mirándolo con curiosidad. Era raro que me lo ofreciera. De todas formas, no discutí y me lo puse. Lo miré con extrañeza. ¿Que cerrara los ojos?

Pero no discutí. Al momento los tenía cerrados, tranquila, y esperaba. Se me ocurrió qué podía estar planeando, aunque sabía que pronto descubriría si tenía razón.

Cuando cierra los ojos le aprieto un momento los hombros, haciendo lo mismo. Así es más fácil. Es más fácil con los ojos cerrados.
Inspiro profundamente. A ver si me sale. Son recuerdos difíciles.

El viento en la cara, el olor del campo, el peso liviano del cuerpo, los campos bajo nuestros pies, a un par de metros, mientras despego. El temblor del cuerpo, los latidos en los oídos, la sensación de vértigo... Es como volver a hacerlo, de alguna forma.
Luego dejo la sensación de vuelo a un lado. Le enseño los campos, le enseño el pueblo en una lluvia de imágenes rápidas, le muestro a Dalilah, aunque ello me pueda perjudicar luego, y también le muestro a Buere.
Entonces lo más difícil, lo más complicado de todo. Esto nunca lo he hecho...

Me preparo para transmitir la sensación más complicada que creo haber transmitido nunca. Entro en su boca, en el cosquilleo de la lengua, en la suavidad de una caricia, en el magnífico sabor de las tortitas de Buere.

Tengo la receta, pero no es lo mismo. Yo no sé cocinar.

Abro los ojos al fin, esbozando una sonrisa. No sé cómo habrá sido. Es solo un resumen. Si practicase esto podría ser verdaderamente increíble...

FdR- pausa

No tardé más de un momento en entender qué estaba viendo, qué estaba sintiendo. Noté cómo la tensión me bloqueaba el cuerpo y lo agarré de las muñecas con repentina fuerza, abriendo mucho los ojos y sintiendo que me fallaban las rodillas, alarmada.

-No -supliqué, casi sin aliento-. No hagas eso. Para. Para, para, para.

Por favor. Eso en mi cabeza no. Cualquier cosa menos eso. Desesperada, traté de sacudirlo, de hacer que parara, tratando de centrarme en lo que de verdad tenía delante. El balcón, la fachada del palacio y, sobre todo, el suelo bajo los pies.

Pero estaba pálida.

Abro los ojos con cierto miedo al ver su reacción, deteniendo la visión enseguida, mirándola con apuro. Asiento, preocupado, sin llegar a comprender del todo qué sucede. Ni siquiera me atrevo a enviar palabras a su cabeza. ¿Acaso lo he usado demasiadas veces? ¿Acaso provoca alguna sensación dolorosa o algo semejante?
¿Qué he hecho...?

No la he soltado. He afianzado un poco el agarre, haciéndolo más sólido, porque de repente hasta parece que le vayan a fallar las piernas. Recuerda a mí, de alguna forma, supongo. Al yo cobarde que, a fin de cuentas, siempre ha sido el yo real, según creo.

<<Ya está>>, me atrevo a formular con una mano, nervioso, mientras que la otra no la suelta, como si dependiese de mí que no cayese al fondo de alguna especie de abismo. Porque eso es lo que parece.

La acompañaré allí si lo hace. Es mi culpa, a fin de cuentas...

Sentí que la respiración volvía en el momento en que detuvo las sensaciones, y bajé una mano a la barandilla a mis espaldas, aferrándola con la misma fuerza que aferraba su otra muñeca. Sí que costaba respirar... Y encima, tenía los ojos húmedos, lo notaba. Traté de recomponerme. No era real. Ni siquiera era real. Tragué saliva.

-Lo siento -murmuré-. Las alturas no...

Bajé la vista. Menuda guerrera. Más bien se diría que una cría estúpida. Fingir que no era algo que existiera no lo hacía menos real, por más que me resistiera a asumirlo.

El agobio crece cuando la escucho. ¿Qué he hecho? ¿Por qué lo he hecho? Yo debería saber, al menos, algo como eso. ¿Soy un buen amigo si la hago pasar por una situación como esta? Yo solo quería que... Yo...

Termino por abrazarla, queriendo darle, por un momento, la estabilidad que le he quitado. Yo también tuve miedo mientras luchaba. Tuve miedo del suelo, que estaba bajo nuestros pies, a tantos metros de distancia. Pero nunca se trató de este tipo de miedo. Me temblaban los pies, pero pude llegar a sobreponerme, de alguna forma.

-No lo sabía -transmito a sus oídos-. Lo siento.

No ha sido con mala intención. Ella no debe creerlo, aunque pareciese enfadado. Porque no lo estaba. Y aunque estuviese enfadado con ella, aunque sintiese una incomodidad extraña, yo no le haría daño.

Creí que con el abrazo terminaría de perder la compostura, pero de hecho no fue así. Lo acepté de buena gana, por supuesto, porque daba una gran sensación de estabilidad, y sentí cómo poco a poco se me deshacía el nudo que tenía en el estómago. Mucho mejor.

Asentí, algo más tranquila.

-Ni tú ni nadie -. Fruncí el ceño, pensativa-. Creo... Al menos aquí. No es algo que compartir. He venido a proteger, no a buscar protección.

Me separé, sintiéndome un poco más entera, y le ofrecí una sonrisa. Siendo Jun, podía tomárselo a la tremenda, y no tenía ganas de insistir en el tema.

-Vamos a fingir que eso no ha pasado -propuse-. Puedes enseñarme el resto. Lo que hacías con los pies en el suelo. Si es que hacías algo con los pies en el suelo.

Ni yo ni nadie. Entonces es algo que solo sé yo.
¿Por eso no era buena idea venir a Ventus? Es algo que tiene sentido, imagino. La estrecho un momento con más fuerza antes de dejarla ir. Al final no ha sido para tanto. Es una persona fuerte.
Todo el mundo tiene miedo a algo. Estoy tentado a decírselo, pero no me parece buena idea. Quizás lo estropease.

Termino por sonreír con cierto apuro.

<<¿Qué no pasase el qué?>>, gesticulo, a modo de broma.

También me he puesto algo nervioso, pero parece que va un poco mejor ahora. Es un alivio, al final. No volveré a cometer ese error.

Tardo un momento en centrarme. ¡Claro que tengo cosas que mostrarle leos de las alturas! Bueno, lejos tampoco, pero si no estabas al borde de la isla no se notaba tanto que flotabas.

Paso entonces a enseñarle el resto, como ha pedido. Estoy pendiente de ella en todo momento, por si pese a todo no era solo cosa de las alturas. Dalilah y su genio, pero también su sonrisa agradable; Buere y su excentricidad, aunque luego resultase ser seria a su manera. Dudo, pero al final introduzco de todas formas las tortitas, porque son un gran recuerdo del viaje. Le muestro a un par de vecinos más que conocimos y busco en mi cabeza algo más que poder contar, aunque pasé gran parte de la estancia volando... Resultaba muy interesante.

Afiancé la sonrisa, aceptando la broma de buena gana. Exacto, lo había entendido a la perfección.

No tardé mucho en cerrar los ojos de nuevo, dejando que me enviara nuevas sensaciones. Eso, por una parte, arreglaba lo que yo acababa de estropear, y por otra, me ayudaba a olvidar la idea de volar. Pronto estaba centrada en las nuevas visiones, y llegué a esbozar una sonrisa. Desde luego, parecía que lo había pasado bien.

Cuando acabó, abrí otra vez los ojos, bastante más relajada.

-La verdad, visto así, debió ser genial.

Llego a asentir con suavidad cuando todo termina. Parece más relajada. Es un alivio ver que ha conseguido recomponerse. Supongo que no era para tanto. Tuvo miedo, pero no es el fin del mundo. Es una chica fuerte, a fin de cuentas.
Quizás de haber sido yo... Peso se supone que ella es la que siempre es capaz de seguir adelante, mientras que yo solo soy...
Ni siquiera lo sé. Antes lo sabía, lo tenía muy claro. Ahora estoy confuso. Noto que he cambiado, y de alguna forma es como que ya no soy yo. No me reconozco por completo en lo que soy ahora. Si lo pienso fríamente me marea un poco. Me marea verme disparando flechas. Quizás luego vengan las personas. Me marea...

-Fue muy interesante. Y pude conocer mejor a Alehyss, también. Es más simpática de lo que creía, porque parecía tan seria cuando íbamos. No obstante, al terminar con la misión pareció relajarse un poco.

Vi el cambio en la estancia, en el viaje. A la vuelta me hablaba más. Se permitió hacer alguna broma incluso, recuerdo, tras la despedida. Sobre Dalilah.
Siempre igual.

El comentario sobre Alehyss me hizo reír. Así que se estaba volviendo personita, ¿eh? Mírala, qué desenvuelta y sociable.

-Alehyss es fantástica, pero es un poco cerrada -expliqué, aunque probablemente ya se lo había dicho muchas veces-. A mí también me parece que está de buen humor. Creo que le sentó bien el viaje. Parece satisfecha. ¿No estás tú animado? Fue tu primer combate real, ¿no? Alehyss me dijo que sin ti no habría sido capaz. ¿Y qué eran esas tortitas?

Claro que yo seguía siendo mejor, y eso tenía que tenerlo claro. Bueno, ¿lo tenía yo claro? Desde luego, tenía que volver a ponerlo a prueba. Quizás fuera más emocionante la próxima vez.