Enfermería

Lo miré con los ojos entrecerrados y sonreí. Entonces apoyé mis manos en su pecho y lo besé en los labios, apasionadamente.

Nuestros corazones se aceleraban, y aquel beso se hacía cada vez mas largo e intenso. El gemía despacito de vez en cuando, mientras acariciaba todo mi cuerpo con desesperación. Yo me sonrojaba cada vez más y más... y entonces separé mis labios de los suyos y le dije con una sonrisa picarona: "¿Así está bien...?"

Se apoyó en mí y comenzó a besarme muy fuerte y muy rápido.
No me llegaba el aire, casi... lo hacía muy bien y yo suspiraba de placer y gusto.
Entonces se separó de mí y son su peculiar sonrisa picarona que me ponía a veces y que me "ponía" siempre, me dijo si estaba bien.
-Si... uf... dios mio... dejame respirar morena- suspiraba bastante rápido... no era capaz de seguirle el ritmo a sus rápidos besos- Bueno... pero ya que estamos, terminamos, ¿no?, pregunté pasandole mi dedo índice por su labio inferior.
-¿te atreves?- pregunté picarón pasando mi otra mano por mi ombligo, y bajandola lentamente hasta llegar a mi ropa interior, donde la paré, esperando su respuesta.

Después de aquella proposición lo miré asombrada, mientras me ruborizaba más aún. Era algo que no le había hecho nunca, pero al fin y al cabo... el me lo había hecho a mi.

Dudé un poco mientras desviaba la mirada y me rascaba una oreja con cierto nerviosismo. Entonces me fijé en Silvanus, que me miraba fijamente esperando aquella acción.

Después de varios segundos que se hicieron muy largos, me acerqué a él y le dije: "n-no mires...". Él me miró con cara de circunstancia y giró su cabeza para ver por la ventana. Entonces yo me agaché tímidamente apoyándome en su cuerpo, y cuando llegué a aquella zona bajé despacio su ropa interior y comencé con la tarea.


FdR: ahhhhhhh!!! te voy a matar!!! ÒWÓ

Se la notaba nerviosa. Era normal, pero parecía indecisa al principio. Justo cuando le iba a decir que no hacía falta que lo hiciera, ella me dij que no mirase.
Arqueé una ceja con una sonrisa torcida, pero graciosa y me puse a ver por la ventana, para cumplir su requisito.

La chica descendió timidamente y me despojó de mi ropa interior.
Comenzó despacio y temblando
"yo lo hago mejor" pensé mientras miraba por la ventana "quizás debería explicarle como hacerlo... no, mejor no... sino quizás desconfie... ya aprenderá... al fin y al cabo, es la primera vez que lo hace"

Después de un par de minutos como mucho y, cuando la chica ya le iba pillando el truquillo, yo no aguanté mas y, tras dar un par de gemidos, la llené con mis fluidos.

Estaba concentrada en el asunto cuando "aquello" me pilló por sorpresa.

Me alejé de él asustada, mientras me llevaba la mano a la boca, conteniendo "aquello" ahí...

Lo miré a los ojos mientras los míos se llenaban de lágrimas. Estaba muy nerviosa y no sabía que hacer, pero finalmente "aquello" se perdió en mi interior...


FdR: definitivamente... te voy a matar... -________-

A Hewina la pilló por sorpresa todo aquello, por lo que retrocedió asustada y comenzó a llorar.
Entonces sin que nadie se lo mandase (no como a mi) el líquido se perdió en sus entrañas... pero no lo hizo con gusto, puesto que estaba llorando.
Le tendí una mano y la levanté suavemente, entonces la abracé con ternura y no le dije nada, simplemente la besé en los labios... tenía ganas de hacerlo.
-Cariño... no tienes que volver a hacerlo... si no quieres-le dí un beso en la frente

Silvanus me ayudó a levantarme del suelo, y entonces me abrazó y me besó, para tranquilizarme y consolarme. Después me dijo que no tenía que volver a hacer aquello si no quería, y me dio un beso en la frente.

Me sequé las lágrimas y le dije, todavía algo apenada: "no... no te preocupes. Vámonos a la cama..."

Yo me tumbé en la cama y el me siguió, y una vez estuvimos los dos tumbados me abrazó cariñosamente, por lo que logré tranquilizarme, y al cabo de un rato nos quedamos dormidos.


*se duermen*

El bajo médico parvus apareció desde la parte de atrás de la enfermería cerrando la puerta con cuidado y se dirigió al lugar donde el convaleciante dragón estaba casi recuperado. Gracias a los fármacos, las operaciones y un toque de su rudimentaria magia el bicho se había recuperado antes de lo previsto.

Sin embargo, todavía dormía con un ala y el tronco vendados sobre la cubeta plateada. El médico cogió el recipiente y lo llevó a la mesita que había al lado de los chicos dormidos ya que sabía que el dragón pertenecía al piscis.

- Pss...Forma de ocupar camas...- Dijo el médico, negando con la cabeza y poniendo los brazos en jarra. Luego se fue a realizar su trabajo y rellenar fichas.

Me desperté amodorrado y con los ojos pegados por las legañas. A mi lado yacía dormida Hew, con su carita de angel que la caracterizaba... un angel un poco moreno para ser un angel... pero seguía siendolo.
Mientras me recostaba en la cama, ví que el médico estaba en la sala. Entonces, sin fijarse que Tristán estaba en la mesilla de noche, me dirigí corriendo hacia el.
-Oiga, oiga, oiga!! y mi dragón?? ¿e?¿e?¿e?- dije mientras lo agitaba por los hombros, despacio, por supuesto.

El médico notó la sacudida del chiquillo y lo empujó con su característica fuerza para que lo dejase tranquilo.

-¡Déjame, rapámpanos! ¡Esto es una enfermería y tienes que hablar bajo y andar con cuidado, cabeza de chorlito! -Le indicó el médico severamente. Luego se colocó las gafas con ceño y habló con el joven, dándole la espalda mientras organizaba papeles.

-Tu amiguito está en la cubeta dormido. aunque con tu alboroto, se habrá despertado. Ya está prácticamente bien, pero trata de no destrozarlo tanto.- Le comentó.

El médico parvus se deshizo de mí con un empujón que casi me tira al suelo.
-Si, señor... dije con la cabeza gacha, después de que me echase la bronca.
Entonces dijo que Tristán estaba en la cubeta, por lo que me fui corriendo hacia el.
Allí estaba, con la barbilla apoyada en el frío metal, pero consciente. Me vio de reojo y soltó un gruñido. Tenía un ala vendada y el torso también.
-¿se puede tocar?¿lo puedo coger?¿cuando va a volar otra vez?¿le dio mucho trabajo reconstruirlo?¿a que es bonito?¿le gustaría tener uno?- pregunté todo eso mientras cogí la bandeja de metal y me la puse a la altura de los ojos, para inspeccionarlo de cerca.
El caso, tengo que preguntarle una cosa... que casi se me olvida... pero tiene que estar ella despierta, porque es una apuesta, ¿sabe? Y solo usted puede respondernos y sacarnos de dudas. Espere que la despierto.
-Hewina- dije agitándole el brazo- despierta, anda que Tristán ya esta de vuelta y el médico también... así podremos preguntarle la duda de anoche.

Noté como mi brazo se movía y la voz de Silvanus, diciéndome algo de Tristán y el médico. Entonces me levante con cierta rapidez y abrí los ojos, mientras mi vista seguía un poco nublada.

Cuando me desperecé y pude ver todo bien vi a Tristán en un recipiente de metal que Silvanus sostenía.

"Tristáaan...", dije aun medio adormilada mientras me acercaba a él. El pobrecito todavía estaba vendado, y se le notaba algo débil, pero al menos ya se había recuperado bastante.

"Me alegro de verte pequeñín", le dije sonriente mientras le acariciaba la cabeza con un dedo. Él me respondió con un gruñidito, mientras movía la cabeza al ritmo de mis caricias.

Entonces me percaté de la presencia del doctor y me incorporé, permaneciendo junto a Silvanus.

"Muchas gracias por todo", le dije al doctor, sonriente.

El médico acabó de revolver sus papeles y se giró para sentarse de un salto en su taburete.

-Si te deja, puedes cojerlo, pero cuidado con su ala. Supongo que podrá volar en un par de días porque lo que le queda es una cicatriz y algún moretón -.Respondió inicialmente. -¿Reconstruírlo? No es un puzzle desmontable, muchacho -.Bramó el médico.- Fueron un par de operaciones algo complejas debido al tamaño y fragilidad del animal, pero todo está en orden -. El médico ignoró el resto de preguntas del muchacho y se limitó a mirar.

-Es mi trabajo -.Respondió al agradecimiento de Hewina cruzando los brazos y frunciendo el ceño. -A ver, ¿qué debéis preguntarme? Sois muy jóvenes, ¿es algo sobre la procreaión? Os advierto de que tengo nociones básicas en el paritorio y el sangrado de un parto puede llevar a emorragias de...- El médico soltó una retída de lo contraproducente que sería la situación de la forma inconsciente con la que siempre mencionaba las peores calamidades.

Hewina se despertó y saludó al pequeño reptil... y este le hizo más caso a ella que a mi, por lo que me crucé de brazos y puse unos morros que me llegaban a Aqua, por lo menos.

Entonces el médico nos preguntó de qué queríamos hablarle... y empezó a hablar de noseque cosas de parir y unas cosas asquerosas.
-CALLE HOMBRE DE DIOS! puag... calle! no, yo solo quería preguntarle que es que, mire, yo digo que lloro mucho porque acumulo muchas sales en mi cuerpo... y por eso lloro toooodo el rato ¿lo va pillando? y ella dice que no, que lloro porque soy un caguetas... cosa imposible, como comprenderá, así que ¿a que es solo que tengo mucha sal en los ojos?

El médico permaneció callado ante la sensibilidad del chico a sus palabras y lo miró serio mientras él explicaba su duda.

El médico se tomó unos segundos para sí y suspiró cerrando los ojos un intanstante. Dio un salto y bajó del taburete para acercarse al chico. Una vez frente a él lo miró a los ojos un momento, con los brazos en jarra y, de forma inesperada, le dio un fuerte pisotón en el pie que hizo salir una lagrimita en el rabillo del ojo del piscis.El doctor volvió a cruzar los brazos.

-Eres de lágrima fácil, chico. La mínima presión te suelta el llanto y tienes una pésima resistencia al dolor. En resumen, eres un llorón -.Sentenció el médico.

Me reí de aquella escena levemente, y mientras Silvanus daba saltos a la pata coja mientras se agarraba un pie y lloraba por toda la sala, yo le pregunté al doctor: "Bueno... lo cierto es que yo si quería preguntarle algo relacionado con lo que comentó antes..."

El médico me miró antentamente, y yo desvié la mirada un poco avergonzada, y entonces le dije en voz baja: "Verá... es que estos días he sentido mareos y nauseas... y... no me ha venido la... menstruación."

"Estoy un poco preocupada... ¿podría ser...?", le comenté.

Para responder a mi pregunta, el médico parvus se limitó a darme un soberano pisotón en mi descalzo pié, a lo que me puse a correr y a llorar por toda la sala como un energúmeno mientras Hewina hablaba con el doctor, por lo que yo no escuché la pregunta... estaba demasiado concentrado contando los dedos de mis pies para ver si me faltaba alguno
-BESTIA QUE ES USTED UN BESTIA! le chillé desde la otra punta de la habitación, mientras me quedaba deprimido en una esquina... era de légrima facil... que faena...

El médico ignoró el griterío del muchacho y le dedicó una mirada severa indicando que se callase con un "shhh" contundente. Escuchó a la chica y la miró unos segundos.

-Supongo que has mantenido relaciones arriesgadas. ¿Desde cuando notas la falta? -Preguntó el doctor con curiosidad, indicándole con un gesto que se tumbase.

Una vez la claritas estubo boca arriba, el médico realizó un examen de su vientre a la espera de respuestas.

El médico después de decir que suponía que había mantenido relaciones arriesgadas, me preguntó desde cuando notaba la falta, y me indicó con su mano que me tumbase en la cama.

"Pues... desde hace 4 o 5 días...", le comenté avergonzada mientras me tumbaba, y entonces comenzó a examinar mi vientre.

El médico escuchó a la chica y asintió para finalizar el examen.

-Bueno, de momento no podemos aventurar demasiado. Deberíamos esperar por lo menos dos semanas. Si en ese tiempo no vuelve tu periodo, lo más probable es que estés embarazada -.Indicó sin demasiada dilación.

Durante toda la conversación mantenida, yo estuve con la oreja puesta, sentado en el suelo a unos metros de distancia mientras me frotaba el pie... entonces oí aquella palabra:
E-M-B-A-R-A-Z-A-D-A
-¿QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE? PERO NO ERA QUE ESO... NO SE... jo... menudo lio... ¿entonces al final voy a ser papa?¿va ser un niño a una niña?

"¡No, Sil, no estoy embarazada! ...bueno, todavía no se puede saber.", le comenté para tranquilizarlo.

Entonces me incorporé de la cama, ya que parecía que el doctor había terminado.

Al escuchar el alboroto del chico el doctor frunció el ceño y contrajo las comisuras.

-Bueno, deberás andarte con cuidado estos días por si acaso y si al final resulta que lo estás deberás tener el doble de cuidado -. Comentó con seriedad a pesar de su redundandia. Luego se dirigió a sus papeles para anotar en las fichas de cada uno y continuó hablando.

-Pero en caso de que sea solo un susto debo advertiros. Si no queréis tener estas sorpresas debéis ser más precabidos. Hay ciertos protectores que el hombre se pone para evitar estos casos. Generalmente de tripa de bismonte, debido a su resistencia y elasticidad u otras anteriores de excremento destilado de dragón... en tal caso, podríais ser más cuidadosos a la hora de acostaros. ¡Una retirada a tiempo es una victoria! -Indicó levantando un ledo con entusiasmo. Luego se fue bramando para sus adentros hasta la parte posterior de la sala.

*se va atrás*

-Que asco! caca de dragón! prefiero tener 4365546 hijos antes que ponerme eso... en cuanto a tripas de bismonte... no tengo dinero... así que nada... tendremos que aguanterno, Hew jajaja

el médico se fué y nos quedamos solos.
-Bueno, ¿nos vamos?- dije cogiendo a Tristan con cuidado en la bandeja- no le importará que me lleve la bandeja ¿no?

*se van?

Anoche me había desmayado en el cementerio, y me desperté en la enfermería. Seguramente me había traído Silvanus, pero sin embargo no estaba por allí...

Me entristecí un poco y me incorporé lentamente. Ya tenía las heridas curadas, y estaba llena de vendajes, por lo que supuse que aquel médico parvus ya me había atentido.

"Vaya... al final por una cosa o por otra no salgo de la enfermería...", pensé apenada.

No sabía si tenía que quedarme allí guardando reposo, pero no quería molestar más y quería ir a tomar aire fresco, así que cogí mis cosas y me fui de allí, caminando lentamente.

*se va*