Enfermería

"Oh, vaya... así que fue ella...", pensé mientras me respondía.

Entonces me preguntó qué hacía allí, ya que creía que me habían atacado, y me dijo que no hacia falta que respondiese.

"Lo cierto es que es algo difícil de explicar... ¿qué debería decirle...?", pensé, pero justo entonces Silvanus nos habló. Thamerlein le devolvió el saludo, y entonces él me preguntó si estaba bien, y si me había sentado bien el cigarro, pero sin darme tiempo a responder le preguntó a Thamerlein si sabía algo de Tristán. Aparentaba mucha normalidad, a pesar de todo lo que había pasado...

Thamerlein le respondió diciendo que no sabía nada porque el médico no había aparecido todavía, y que ya nos avisaría él. Después cambió de tema y habló sobre el ejercito.

Supuse que ya era hora de que yo dijese algo, ya que todavía no había abierto la boca desde que se despertó Silvanus, entonces dije: Sí, lo cierto es que todos nos estamos esforzando... pero, deberíamos tener alguna especie de preparación extra... al fin y al cabo, esto tiene pinta de ser algo muy serio.

No quería amargar más el abiente, y al fin y al cabo eso era algo que todos sabíamos, así que dije: "pero bueno... no habrá nada que pueda contra nosotros", mientras apretaba el brazo para marcar músculo, el cual apenas marcó nada, y me reí.

-Yo prefiero adiestrarme por mi cuenta, preferiblemente... mas que nada porque no quiero verle la cara a mi jefa de raza... es Blues...- me dió un escalofrío.

Entonces Hewina intentó sacar músculo y yo me reí de ella.
-Si, mujer, si... ¿a donde irás, tu? calamidad... mira, ni músculo te sale...


FDR: perdon por el post tan corto.. pero estoy semi-ocupado

Hewi abrió la boca y nos infundió ánimos. Me reí cuando hizo músculo y no le salió nada.- Puede que parezca débil, pero es más fuerte de lo que crees...- Le guiñé un ojo.- Créeme, lo sé de primera mano.- Sonreía Silvanus.- Oye Silvanus. Y tú como peleas? Quiero decir, nunca te vi con un arma. No crees que es un poco arriesgado? Yo siempre llevo a Arpa encima.- Moví mi arco para recalacar mi frase.- Aunque pensándolo bien... podría no llevarla porque es un poco incómoda y siempre puedo protegerme con las garras...- pensé mirando mis pies. Sacudí la cabeza.- Qué estoy diciendo? Y dejar a Arpa sola? Pelear cuerpo a cuerpo? Ah...- Me froté la frente y miré a Silvanus.

- Por qué no te coges un arco o una ballesta o algo así?- Le pregunté de pronto.- Es cierto que tendrías que practicar.- Sonreí al recordar el día en que le dejé mi arco y se puso todo contento porque había conseguido tirar una flecha al aire.-pero tengo entendido que el punto fuerte de los piscis es la puntería...- Dije frunciendo el ceño.

Silvanus se metió conmigo burlándose de mi músculo, y yo lo miré con los ojos entrecerrados y le dije: "Te recuerdo que el otro día te vencí en un entrenamiento, y tú acabaste llorando en el suelo".

Mientras Thamerlein se reía, y entonces me defendió. Cuando me guiñó un ojo yo le dediqué una sonrisa, y después ella le preguntó a Silvanus con qué peleaba, y por qué no se cogía un arco o algo similar.

-Bah. bah. bah... como tu bien dijiste... fue un entrenamiento... Y NO LLORÉ!!- grité mientras me sonrojaba bastante.- lo que pasa... es que... bueno... tenía sal acumulada en mi cuerpo... y claro... tenía que eliminarle de alguna manera... así que lloré un poco... PERO NO FUE PORQUE ME DOLIERA... si no porque tenía un cumulo de sal en mi organismo...

Entonces Tham me preguntó que nunca me había visto con un arma y porqué no utilizaba un arco o una ballesta, o algo por el estilo.
-AAAAAAY inocente Thamerlein... cuanto tienes que aprender- dije mientras me acercaba lentamente a ella-¿sabes? llevo mi arma ahora mismo conmigo- entonces nuestras cabezas casi se juntaron- y podría matarte ahora...- entonces en un rápido movimiento saqué a Altheda de mi cinto y puse su filo en la piel de su abdomen, realizando una pequeña presión.
-Peeeeeeeero, como comprenderás, no voy a hacerlo.- le sonreí y guardé a Altheda de nuevo.
-Quizás seas tu la que necesite un arma nueva.... y no ese armatoste que no cabe ni por las puertas, dije refiriéndome a su arco.

Me puse alerta cuando sacó una daga y la apoyó en mi abdomen, claro que Silvanus no me iba a matar... no? lo miré fijamente.- Perdón? A quién estás llamando armatoste? Perdona que te diga señorito lloro-porque-tengo-sal-acumulada-en-el-cuerpo.- Le dije respondiendo de la misma forma en la que él me había respondido cuando nos conocimos.- Já!- pensé contenta.- Ojo por ojo diente por diente...- Y Seguí con mi discurso.- Pero este arco.- Señalé a Arpa.- Vale más que tú vida, es el arco más valioso que te puedas imaginar, y como te atrevas a volver a insultarlo no tendré piedad.- Dije seria con tono amenazador, pero al fin y al cabo era un niño así que finalicé con un.- Y no te volveré a dejar tirar una flecha nunca más.- Sonreí.- que mucho te metes con él pero bien que te lo pasaste cuando te lo dejé...- Murmuré.

Miré el sitio dónde había guardado su daga.- De todas formas...- Me colgué a Arpa, que la había cogido para reforzar mi argumento de que era maravilloso.- Recuerda que soy una Aether.- Sonreí y señalé su nariz.- Tengo más armas a parte de un arco...- Y desplegué la garra del dedo índice de la mano derecha.

Me senté en la silla de nuevo, ya que me había levantado para señalarlo.- Y dejando eso a un lado... así que Hewina te ganó en un combate y ahora le reprochas que no tenga músculo?- Le dije con una sonrisa socarrona.

Sonreí mientras Silvanus se alteraba y se justificaba con excusas baratas.

"Qué tonto es...", pensé mientras suspiraba con desgana. Me dolía mucho hablar con él... pero a pesar de todo debía seguir allí, fingiendo, ya que Thamerlein seguía sin saber nada, y no quería preocuparla.


Presencié la mini discusión de Thamerlein y Silvanus, mientras me reía de vez en cuando.

Cuando me llamó señorito lloro-porque-tengo-sal-acumulada-en-el-cuerpo no pude resistirme en soltar una risotada por lo bajo, pero Tham se puso muy seria hablando del chisme ese: que si era muy valioso, que si no se qué, que si no se cuanto... bah, lo importante es que había demostrado que podía haberla destripado ahí mismo y ella no podría hacerme nada con ese palo torcido con una cuerda en los extremos...
Entonces me dijo que no me dejaría tirar nunca mas una flecha...
-No Tham, dejame usar el cacharro ese una vez mas porfaaaa porfi porfi porfi... un dia de estos me vuelves a dejar? al fin y al cabo soy un piscis... lo llevo en los genes... esto es pan comido.

-Puag, que asquito- dije cuando me enseñó sus uñas- de verdad... porqué no te cortas esa guarrería? yo solo le vería utilidad para limpiarse las orejas, los dientes o algo asi... no te me pongas chulita, que al fin y al cabo es una uña... no puede competir contra mi daga.

-Bueno... no es que me ganara ¿verdad morena? es que... ¿sabes?- dije poniendo una mano en mi nuca- no se puede ser brusco con las damas y esas cosas... jajajaja- una risa nerviosa se apoderó de mi- ES VERDAD! tu le has visto esos bracitos flacuchos? yo no soy tan facilmente vencible... te lo demostraré cuando quieras, piraña- dije dirigiéndome a Tham, mientras le tocaba la uña.

No pude evitar sonreir cuando me empezó a suplicar que le dejara usar mi arco una vez más.

Fruncí el ceño cuando se metió con mis garras.- Y así pretendes que te deje usar a Arpa? Llamándole cacharro y metiéndote con mis garras?- Le pregunté cruzándome de brazos.- No, lo siento pero los niños que se portan mal no tienen recompensa.- Dije firmemente refiriéndome a lo de tirar flechas como si fuera un juego.

Me llamó piraña y levanté una ceja.- De verdad piensas que puedes ganarme pececillo?- Le pregunté levantado una ceja, no iba a permitir que me ganara en un combate ni de broma. - Cuando quieras y dónde quieras te enseño el potencial de mis "uñas" y mi "chatarra"- Dije haciendo énfasis en las dos palabras.

Miré el cielo, las estrellas brillaban y yo tenía que hacer unas cosillas todavía.- ah.. se me ha hecho tarde...- Murmuré frotándome la frente.- Tengo que irme.- Les dije a los chicos.- Hewina, mejórate y descansa, no te sobreesfuerces vale?- Le di una sonrisa amable.- Cuando sepáis algo de Tristán me avisáis de acuerdo?- Miré a Silvanus.- Y no te preocupes, seguro que se pone bien.- Le sonreí.- al fin y al cabo parece un dragón fuerte.- Le di unas palmaditas en el hombro.- Y cuida de Hewina, pececillo.- Murmuré antes de salir por la puerta.

*Se va*

FdR: Siento marcharme tan de repente, pero tengo que irme jeje

Thamerlein se fue porque tenía cosas que hacer, y después de despedirnos de ella un silencio incómodo se apoderó aquella estancia.

Desvié la mirada apenada, mirándole de reojo de vez en cuando. No sabía qué decirle... pero tendríamos que hablar las cosas en algún momento, así que simplemente esperé a que me dijese algo, sin estar del todo segura de si el querría decirme algo o hablarlo...

-Jo, Tham... no seas mala... dije bajando la cabeza... déjame volver a intentarlo...

Entonces me retó a un combate un día de estos.
-De acuerdo, buitre, acepto tu desafio... te vas a enterar.

Al final Tham se fue... desperdiciar toda una tarde en la enfermería tenía sus riesgos: que se te acumulase el trabajo al final del dia... lógico.

Entonces nos quedamos los dos solos... que marrón. ¿como comenzar esta conversacion?
-Hew, yo... como decirlo.-dije sentándome en su cama- Aren me tendió una trampa, ¿lo entiendes? es que no... no vas a entendarlo... es decir: a ver, ahora por ejemplo lo estoy odiando con todo mi corazon... le escupiría si pudiese... pero cuando se pone delante mia... me acobardo, me supera, me puede, me atrae no se con que extraña fuerza... hace que tiemble... y cuando me besa... no se... es extraño... se que esto te va a doler... pero cuando me lo encuentro delante de mi... no se... es confuso- hago una pausa y lloro, pero continuo hablando- ¿acaso te crees que no me gustaria mandarlo a la mierda?¿no volver a verlo? ¿que nunca se hubiese cruzado en mi camino?¡TENGO GANAS DE MATARLO Y QUE DESAPAREZCA! pero no puedo... no... Pero es extraño tambien... que cuando te miro a ti... siento casi lo mismo que cuando lo miro a el... ¿sabes lo que tienes que el nunca podrá darme? ... Cariño, Hewina, cariño, amor, caricias, comprensión, dulzura... y eso es lo que me gusta de ti... realmente te quiero... A TI TE QUIERO LAS 24 HORAS DEL DÍA mientras que el solo consigue que me derrita ante el si está delande de mi... el resto del tiempo lo odio como el que mas... Eso te ofrece una posición privilegiada sobre el... No se que decir mas... solo que te quiero... y que me perdones por ser un imbécil integral... -las lágrimas rodaban por mis mejillas como jamás lo habían hecho... Abrirle en corazón a la persona que amas para que vea que también quieres a otra persona... es muy duro... pero había que hacerlo... así ella comprendería el esfuerzo que estaba haciendo y quizás me perdonaría.

Lo miré atentamente mientras me hablaba. Sus palabras y lloros me hacían muchísimo daño... y ya no sabía qué hacer... si creer en él o no.

Entonces desvié la mirada y comencé a hablar

"Se que lo amas... y lo entiendo. Bueno... no lo entiendo... pero te comprendo. No voy a impedirte que lo ames. Al fin y al cabo... has demostrado que lo amas más qué a mi...", dije mientras me temblaba la voz y se me llenaban los ojos de lágrimas.

"Lo elegiste a él... a pesar de todo... así que no me mientas más, por favor... no me vuelvas a decir que me quieres... por favor... dime la verdad... dime que siempre fui un parche..." dije mientras rompía a llorar.

Perdí la calma de nuevo y empecé a temblar... mientras me tapaba la cara con las manos y lloraba.

Hewina desvió la mirada y habló.
-NO LO AMO! NO, NO, NO, NO,-dije agarrándome fuertemente la cabeza con una mano mientras me la golpeaba con la otra- ¿NO LO ENTIENDES? LO ESCOGÍ PORQUE ME CONFUNDIÓ CON SUS MALDITOS BESOS! dios...
Entonces me pidió que no le mintiese más y que no le volviese a decir que la quería. y que ella siempre había sido un parche.

Eso me dolió mas que nada en el mundo.

Entonces se tapó la cara con las manos y comenzó a llorar y a temblar.
-¡MIRA NIÑA!- dije cogiéndola con una mano por el cuello del vestido, mientras que la otra la enfocaba con un puño cerrado- COMO TE TENGO QUE HACER ENTENDER QUE YO TE QUIERO A TI! ¡JODER!- me mordí el labio inferior hasta que brotó un hilito de sangre por la comisura de mi boca... estaba llorando como nunca...relajé mi puño y lo bajé poco a poco. Agaché mi cabeza, dejando que mi pelo cubriese mi lloroso semblante.-Dime... dime que no me quieres y me iré... pero si me quieres un ápice... entonces déjame hacerte feliz y perdóname...

Hice una pausa

-viviremos juntos... en una casa de madera... yo mismo la construiré... y seremos felices... para siempre...

Silvanus me cogió de forma violenta por el cuello de mi vestido, amenazándome con su puño.

Lo miré aterrorizada... mientras pensaba "mátame ya... ahora sí que ya nada merece la pena en este asqueroso mundo"

Empezó a salir sangre de su boca, debido a la fuerza con la que se mordía el labio, y entonces relajó su puño, y me dijo llorando todo aquello.

Estaba realmente asustada... nunca había tenido tanto miedo en mi vida. A pesar de que no me hizo daño físico alguno, esto me había atemorizado y dolido más que aquel encuentro con Aren en las mazmorras.

No le dije palabra alguna, y mientras intentaba alejar de mi la mano con la que me agarraba lloraba sin control.



FdR: es que joder... como esperas que reaccione a eso!? XDDDDD

Hewina alejó mi mano de su ropa, y yo la dejé caer en peso muerto.
-Hew... perdoname... jamas te pegaría... pero es que me hizo daño el hecho que me dijeses que no te volviera a decir que te queria... y que aún sigas pensando que eres un parche.
...
-¿Acaso los parches no matan a las heridas?...- continuaba con la cabeza enterrada en mis hombros- tu estás matando a Aren Darvenwish, morena... y eso no lo puede decir cualquiera... si... estás matando a la parte de mi corazón que quiere a Aren Darvenwish... y te lo agradezco...
...
...
-¿P-puedo abra-abrazarte?- pregunté sin moverme.


FDR: "es que la niña se merece un par de leches! jajajaja el pobre desesperadito y ella: "no vuelvas a decirme que me quieres" (con tono de Jill) FU

Mi mente estaba llena de dudas, pero por una razón o otra, Silvanus estaba sufriendo tanto como yo. Y si yo realmente era un parche que curaba su dolor... ya me daba igual que me utilizase cuanto quisiese... y al fin y al cabo, una parte de mi siempre había confiado en que el me amaba, aun que la otra desconfiaba...

Entonces me preguntó si podía abrazarme.

"Sí... pero si lo haces no me sueltes nunca...", le advertí con la voz temblorosa.

ante su respuesta, me abalancé hacia ella, aún con la cabeza agachada y la abracé muy muy muy muy fuerte.
-Te lo prometo, te prometo que...AAACHIS!-Ups... parce que andar 3 días descalzo hacía su función... maldita Massen...¿donde estaban mis zapatos? en fin... ahora no me iba a poner a pensar en Massen.- Bueno- dije dando un respingo... ahora que ya estamos los los enfermitos... ¿que te parece si nos pasamos la noche dándonos calorcito de ese que cura los catarros?- dije con una sonrisa que ella no pudo ver, puesto que la continuaba abrazando, aunque por mi tono de voz, podía intuir que me estaba riendo. Al fin y al cabo... ese era nuestro plan inicial.

Suspiré y me sequé las lágrimas.

"No tienes remedio...", le dije mientras me tumbaba en la cama, y el se tumbó conmigo, ya que no me soltaba.

Y allí nos quedamos. Tapaditos con las mantas.
Nada podría separanos ahora.
ni nada ni nadie
Nunca
jamas
Yo la abrazaba y no tenía pensado soltarla nunca.
No.
Era mia y punto.
Aren tuvo su oportunidad y la malgastó. Nunca volvería a caer.
Aunque eso me costase la vida.
No quería volver a probar sus labios.
No los quería.
Solo quería a mi morena... ella sí que valía la pena.
Y como dos pajaritos en su nido, se quedaron profundamente dormidos.

*se durmen*

Silvanus y yo llevábamos un par de días esperando noticias de Tristán en la enfermería, y por lo tanto también nos quedábamos a dormir allí.

Yo no tenía sueño y no paraba de dar vueltas en la cama, así que me levanté despacio para no despertar a Silvanus, que dormía conmigo, y me dirigí a la ventana.

Me apoyé en el bordillo y miré el cielo estrellado, mientras me sumergía en mis pensamientos.

No salíamos de la enfermería para nada... se había convertido en nuestro hogar, a veces intentábamos oír algo de lo que ocurría al otro lado de la puerta, pero ya habían pasado dos días... y Tristán no daba señales de vida.


Yo dormía plácidamente en una de las camas de la enfermería con Hewina... eran pequeñas para dos... pero bueno, era mejor que dormir separados ahora que ya estábamos bien.
Moví mi adormilado brazo para rodearla con el, pero en vez de encontrar su suave piel, solo hallé fría sábana.
Abrí de golpe los ojos, y no estaba.
Mierda.
Me levanté de golpe con el corazón a mil.
Giré mi cabeza en todas direcciónes.
-Hew!- entonces la vi... que susto... pensé que había venido ese y se la había llevado.
Últimamente no me sentía seguro por el palacio... quizás fuera una de las razones por las que no salía de la enfermería... Tenia miedo a encontrarmelo...
-Que haces levantada?- dije mientras me apoyaba en la cornisa, a su lado.

Silvanus gritó mi nombre, y yo me giré sorprendida. Entonces él se dio cuenta de donde estaba, se levanto, y se puso a mi lado, preguntándome qué hacía levantada.

"Pobrecillo...", pensé sonriente.

"Es que no tenía sueño", le dije con una media sonrisa.

Me acerqué a él de forma insinuante, y entonces le dije sonriente: "¿Qué pasó...? ¿Me echaste en falta en camita...?"

-Pues no se porqué no tienes sueño... deberías estar en cama. ¿Me has asustado sabes?

Entonces se me acercó y me preguntó con una voz melosa si la había echado de menos en "camita".
Mis mejillas se sonrojaron y mis labios dibujaron una sonrisa.
-Bueno... pues a decir verdad... ¿porqué mentirte? si... pero no te rias, ¿vale? jo... me asusté mucho. No me vuelvas a hacer esto- hago una pausa mientras mis brazos rodean su suave cuerpo- a partir de ahora, si te despiertas, me avisas.
No pude contener una lágrima, puesto que no paraba de pensar qué habría hecho yo si el malnacido ese se la hubiese llevado...
Hewina se dio cuenta de que estaba llorando en silencio.
-No, no te preocupes... es que acumulo sal, ya te lo he dicho... y por eso soy propenso a las lloreras... ¡EN SERIO! dije secándome las lágrimas y dibujando una sonrisa, puesto que quería quitarle peso al asunto.
-Vas a ver... en cuanto el medicucho ese aparezca, le voy a preguntar porqué lloro tanto... vas a ver como me dice que es porque tengo muchas sales en mi cuerpo.

"Sil...", le dije mientras lo miraba preocupada.

Entonces lo abracé fuertemente, y le dije: "Te avisaré la próxima vez, tonto. No te preocupes. ... ... ...y deja de mentir. Lo haces fatal".

Después de ese comentario no pude evitar soltar una carcajada, pero continué abrazándolo.

"Te quiero...", le dije en voz baja, y entonces le di un beso en la mejilla.

-¿Yo?¿mentir mal?¿cuando? ¡ES VERDAD! en cuanto aparezca el médico se lo voy a preguntar, vas a ver jajaja

Continuábamos abrazados bajo la luz de la luna y los grillos cantaban más alto que nunca.
Me besó en la mejilla y me volvió a abrazar... pero estar en aquella postura me había puesto un poco "tenso", por decirlo de alguna manera, y un beso en la mejilla me supo a poco.
-¿que, te tengo que dar la cartilla de racionamiento?¿o acaso estoy a régimen y yo no lo sabia?... dame un beso decente ¿no? bueno, un beso o lo que quieras- dije dándole yo uno a ella en la frente, mientras le acariciaba su castaño cabello