Enfermería

Me quedé un montón de tiempo en la enfermería después de que Silvanus se fuera. No me encontraba mal, al menos no físicamente, pero algo en mi cabeza me impedía salir de allí. Me sentía mal por Silvanus. Parecía afectado. Miré sus zapatos, que aún estaban en el suelo. Los cogí y los examiné. Yo sí creía que podían tener arreglo. Tardaría en conseguirlo, pero podía intentar algo. Dispuesta a hacer algo por él, me levanté y salí de la enfermería. Tenía mucho que hacer.

*Se va*

entré en la enfermería con el dragón en las manos.
Pero como de costumbre, no había nadie, así que me senté en una camilla, esperando a alguien que pudiese atender a mi dragón.
Lo abracé contra mi pecho y lloré.
El dragón no se movió, pero hizo un sonido débil al contacto de mis lágrimas en su piel.

*se queda esperando*

Llegué corriendo a la enfermería, me había costado lo suyo encontrarla, pero al final lo conseguí.

Entré dándole un portazo a la puerta.- Oiga necesito ayuda!!- Grité a lo que pensé que sería un médico. Solté a Arpa sin cuidado por primera vez en mi vida y agarré mejor a Hewina.- Oiga!!- Grité, pero no aparecía ningún médico. - Tsk...- Me acerqué a una camilla y acosté a Hewina, que seguía inconsciente.- Tranquila, te vas a poner bien...- Le toqué la frente y me giré uscando una gasa que ponerle en la cabeza. Caminé por la enfermería y de repente ví a una persona.- Oiga, necesito ayuda, mi amiga está incoscien- Me quedé mirándo al chico, estaba llorando. Al final caí en la cuenta de que era Silvanus.- te.- Acabé la frase.- Silvanus! Qué haces aquí?- Me acerqué a él.- Bueno, eso ahora no importa, sabes dónde está el enfermero o alguien?- Le pregunté moviéndome de un lado a otro buscando el trapo.- Ah... dónde diablos están los trapos aquí?- Al fin encontré uno, lo cogí.- Dios...- Me acerqué a una pileta y lo mojé con agua fría, escurrí el trapo.- Espero que esto le siente bien...- Me acerqué a Hewina y le puse el paño en la frente.- Vamos... despierta Hewina...- Dije tocándole el hombro.

Los gritos de Thamerlein me quitaron de mi trance.
Dí un respingo y le enseñé a Tristán semiinconsciente en mis manos.
-Se ha dado un golpe muy fuerte... y snif... no se mueve... solo respira... Tham... se va a morir... no hay ningún médico... el único que hay debe estar fuera... comprando algo o así.
Entonces me fijé que había traido a Hewina a la enfermería. Estaba pálida e inerte.
Como muerta.
-¿que le paso?¡Hew!depierta-gritaba mientras la zarandeaba. Estuve e punto de darle un bofetón. pero me contuve mientras me mordía en puño.
Comencé a llorar.
Tristán se moría y Hewina... quien sabe si no estaba ya...
Respiraba muy suave, como sin fuerzas para seguir.
-Tham..¿que hacemos?¿esperamos? o cogemos algo de por aqui, a ver si podemos hacer algo... ¿puedes inmovilizar tu a Tristán? dije ofreciéndoselo. No le muevas mucho el cuello, porfa.
Y me puse a rebuscar entre las estanterías algo para intentar despertar a Hewnia, mientras lo revolvía todo.

Cuando me enseñó a Tristán me quedé en shock, el pobre parecía que estaba mal de verdad.

De repente, pareció que Silvanus se dio cuenta de la presencia de Hewina y empezó a zarandearla. Iba a decirle que tuviera cuidado, pero parecía muy dolido, de hecho, parecía que la conocía porque la había llamado por un dimitivo.- Tranquilo Silvanus, se pondrán bien...- Dije intentando tranquilizarlo con una sonrisa,pero yo también estaba preocupada y me salió una mueca.

Cogí a Tristán con cuidado y lo dejé en una camilla, al verdad es que se me daba bastante bien trata con animales ya que en Ventus mi familia era granjera y tenía muchos animales, y yo adoraba a los dragones así que conocía algunas cosas.- Silvanus...- Murmuré acercando mi cara al pobre dragoncillo.- Explícame qué le pasó exactamente a Trsitán...- Murmuré examinándolo.- Yo me intento ocupar de tu dragón, tú estate pendiente de Hewina.- Le dije, era lo más lógico, ya que yo podá hacer más por Tristán que por la Claritas, pero aun no estaba nada segura, ecesitaba saber bien que era lo que le había pasado al dragón para intentar hacer uan cura provisional.

-pueeees se dió un topetazo contra el suelo a toda velocidad- dije mientras rebuscaba en las estanterias un tónico o algo asi...- iba a morder una cosa, pero no apuntó bien y se dio una leche monumental- no quería ni tenía porqué explicarle nada a Tham, al fin y al cabo... no era necesario que todo Brontë se enterase de mis problemas.
-Al chocar contra el suelo hizo un sonido seco y ya no se movió... parece que le duele, ¿no?

Entonces se me encendió la luz. HEWINA NO SOPORTABA EL TABACO! quizas eso la espabilase.
Encendí mi uno de mis cigarros en una de las antorchas que iluminaban la habitación y le dí una profundísima calada, para luego echarle el humo a la cara.
No funcionó.
Volví a succionar del cigarro muy fuerte y posé mis labios en los suyos, insuflando el blanco humo en sus pulmones... espetando a que diese signos de vida algún tipo.

Sentí como mi boca y mis pulmones se llenaban de algo extraño, entonces abrí los ojos y empecé a toser con fuerza, mientras me incorporaba con una mano en el pecho.

Veía complétamente borroso, y me sentía muy débil, pero cuando se me empezó a desnublar la vista vi a Silvanus frente a mí, mirándome con los ojos llorosos.

"Sil...", dije con un hilo de voz, mientras se me llenaban mis enrojecidos y doloridos ojos de lágrimas. Entonces me llevé una mano a la cabeza y cerré los ojos. Estaba mareada, y me encontraba muy mal... ya no tenía fuerzas para nada.

Asentí frente a lo que me había dicho Silvanus.- Un sonido sordo...- Murmuré.- Eso podría haber sido un hueso...- Pensé mirando a Tristán.- Por la postura en la que está deduzco que calló de espaldas, así que posiblemente sea una fractura de las alas...- Pensé y rápidamente le dí la vuelta, ya que estaba boca arriba y no quería que forzase más las alas. Miré al dragón, parecía que tenía un ala más hacia arriba que otra- Creo que el problema está en sus alas...- Le dije a Silvanus levantando la cabeza para mirarlo, justo en ese momento estaba dándole una calada a un cigarrillo.- pero qué haces?- le pregunté incorporándome.- No tienes que ponerte a fumar porque...- Vi cómo echaba el humo en la cara de Hewina.- Oye! Que eso va a ser peor!- Le grité, pero no me hizo caso, al contrario, repitió la maniobra, solo que esta vez la besó.- Pero qué...?- Pensé mirando incrédula al chaval. Me acerqué a él en cuánto se incorporó y le agarré de los hombros.- Pero que estás haciendo? Te crees que lo mejor para alguien en ese estado es el tabaco?- Le pregunté realmente incrédula, pero la incredulidad aumentó todavía más cuando Hewina abrió los ojos y habló. Me giré y la miré.- Hewina, estás bien?- Le pregunté.- No, no hables, solo asiente o niega. Te duele algo?- Le pregunté pendiente de su respuesta.

-¿con que un ala? bien, seguramente tenga tambien algo saltado o torcido en el cuello, porque sino, no estaría tan mal... pero intenta hacer algo con el... yo es que no se nada de dragones...

Mi desesperado movimiento dio resultado y Hewina abrió los ojos, completamente mareada... normal.
Pronunció mi nombre y se puso a llorar, mientras se llevaba la mano a su cabeza.
-Ya hablaremos en otro momento... ahora no digas nada. Descansa dije mientras le echaba una manta por encima.

FRD: Tham, Tristán es como el dragón de Harry potter 7 2/2, el blanco de Gringotts, por lo que sus alas están pegadas a sus brazos... mas que nada es para que lo sepas... (busca la imagen si no sabes como es)

Debido al revuelo de la sala, el médico salió de la parte trasera de la enfermería, separada de esta con un puerta de madera. en parvus se colocó las gafas y vio el panorama acercándose a donde estaban los muchachos.

-A ver, a ver, ¿qué pasa aquí? -Preguntó, poniéndose los guantes.

Abrí los ojos al oir una voz de una chica conocida, y me percaté de que era Thamerlein, que también estaba allí. Me preguntó si estaba bien, y me dijo que no hablase, que asintiese o negase. Entonces cuando me preguntó si me dolía algo negué con la cabeza, aunque en realidad me dolía todo...

Después miré a Silvanus, y me dijo que ya hablaríamos en otro momento. Entonces me tumbé en la camilla en la que estaba, y él me dijo que descansase, mientras me ponía una manta encima.

Giré mi cabeza y cerré los ojos, sin quitar la mano de mi dolorida cabeza... pero entonces sentí la voz de alguien, y volví a abrir los ojos, sin incorporarme.

Suspiré aliviada cuando Hewina negó.- Posiblemente sea mentira, pero si corriera peligro lo diría...- pensé aliviada. Me acordé entonces del dragón y fui a examinarlo.

Con cuidado estiré sus patas, dejando a la vista sus alas.- Ah... nunca traté una fractura así...- Murmuré al ver sus alas.- Y tengo miedo de empeorarlo...- Murmuré mirando a Silvanus de reojo.- Normalmente son pequeñas roturas, pero esta parece fuerte...- Murmuré mirando al pobre dragón.

De repente apareció lo que supuse que era el enfermero.- Al fin!- dije.- Encontré a mi amiga tirada en el bosque insconsciente y la traje aquí, parece que se acaba de despertar pero no sabemos nada más.- Dije mirando a Hewina, miré al enfermero de corta estatura.- Y este dragón parece tener algo roto... creo que son las alas, él dice que es el cuello, pero no estamos muy seguros...- Murmuré señalando a Silvanus con el pulgar y volviendo a mirar a Tristán.- Si le pudiera echar un ojo...- Miré de nuevo al enfermero.

-Errst, señor! tiene que ayudar a Tristán!-dije zarandeándolo de mala manera.- Y a Hewina tambien, aunque ella está fuera de peligro.

El médico parvus escuchó a los chicos que había en la enfermería y se acercó a la camilla donde estaba la claritas. Pero en ese momento el chico piscis que ya había venido otras veces empezó a zarandeárlo.

-¡Suéltame, recórcholis!- Le gritó, apartándolo de sí con su reconocida fuerza racial.

-En primer lugar apartaos, apartaos, dejadla tomar aire -. Indicó con el ceño fruncido el doctor. Se puso al lado de la camilla y reconoció a la chica. Le puso la mano en la frente y comprobó su temperatura y luego examinó un poco su tórax ya que parecía respirar con algo de torpeza. Finalmente le vio la garganta y lo oídos.

-¿Te duele el pecho y la cabeza? -Preguntó a la muchacha. A pesar de que esta no se movió demasiado, el asentimiento craneal que hizo le bastó para dar por zanjado su diagnóstico.

-Ha sufrido un ataque de ansiedad y, bueno, tiene algo de cataro, pero eso no es nada. Le daré un tranquilizante y tendrá que descarsar, así que os quiero fuera -.Indicó con desgana a los presentes. fue hasta su mesa y rebuscó el traquilizante que le facilitaría a la claritas. En cuanto lo tuvo, rellenó una geringuilla y lo inyecto a la chica. -Para el catarro tiene que tomar mucha agua, estar bien tapada y comer decentemente. -Añadió mirando alternativamente a los que debían ser sus compañeros.

-Ahora a ver a ese -.Dijo acercándose al dragón. Al ver la postura que tenía frunció el ceño y movió la boca de un lado a otro. Con cuidado tiró de sus patas y comprobó su movilidad. Las de atrás estaban sanas, sin embargo la derecha frontal se había desencajado y probablemente se hubiese roto alguna articulación. Revisó el tronco del dragoncito y descubrió un par de costillas rotas. Pasó por las alas y las estiró para comprobar su situación. Una de ellas estaba algo magullada y la otra torcida. Menuda torta. Finalmente le vio la cabeza y comprobó que tenía un fuerte traumatismo frontal y una torcedura vertebral debida al choque de cabeza además de un par de dientes rotos.

-Madre mia, ¿qué demonios le has hecho a este bicho? -El médico colocó al dragón en una bandeja metálica cubierta por una gasa blanca y comenzó a inmobilizarlo. -Lo siento mucho, pero este se queda hoy a mi cargo. Va a ser un tratamiento difícil. Sus huesos son tan pequeños y ligeros que han sufrido bastante. Así que, ale, si no hay más heridos, fuera.

El médico se hizo con la bandeja del dragón y se lo llevó a la rudimentaria zona de operaciones, dando por hecho que los acompañantes le harían caso y se irían.

*se va a hacer su trabajo*

El médico empezó a darnos instrucciones a mi y a Silvanus de cómo tenía que estar Hewina, asentí todas las veces.- Intentaremos que lo cumpla todo.- Dije finalmente. Luego, el parvus se giró y empezó a examinar a Tristán; la verdad es que tenía razón, el pobre dragón parecía que iba a convertirse en polvo de un momento a otro. El médico nos echó fuera y asentí, parecía realmente bueno en su trabajo.

Me acerqué a Hewina.- Tranquila Hewina, te vas a poner bien. Ahora tenemos que irnos, pero vendremos a verte mañana vale?- Le dije posando mi mano en su mejilla. Sonreí para darle ánimos.

Me alejé y me percaté de que Arpa estaba en el suelo. Me agaché y cogí mi arco. Lo examiné parecía tener un par de rayazos.- Mierda...- Pensé chasqueando la lengua. Recogí la flecha y la guardé en mi carcaj. Me giré y miré a Silvanus y a Hewina.- Yo me voy ya, mañana te veo Hewina.- Miré a Silvanus un momento.- No te entretengas mucho que necesita reposo.- Le dije y sin esperar nada más salí de la sala.

*se va*

El médico pinchó a Hewina y examinó a Tristán... dando un pronóstico bastante grave...
Yo me mordía el labio inferior, mientras lloraba con los ojos muy abiertos mientras el parvus se lo llevaba a las zona de operaciones.
-Tristan... ponte bien...- musité.
¿a donde iba a ir? Si dos de las criaturas que yo mas quería estaban en la enfermería?.

No vi prudente meterme en la misma cama que Hewina... mas que nada por lo que había pasado hoy, no porque estuviera enferma, así que me metí en la cama contigua e intenté conciliar el sueño.

*se duerme*

Después de mi diagnóstico y del pinchazo, escuché atentamente el diagnóstico de Tristán.

"No... Tristán...", pensé mientras se me llenaban los ojos de lagrimas.

Entonces cuando el médico se llevó a Tristán de allí, Thamerlein se acercó a mi, diciéndome unas palabras muy alentadoras. Yo le sonreí, agradeciéndole su preocupación, y después de coger sus cosas se despidió de nosotros. Me despedí de ella moviendo la mano, y ella después de decirle a Silvanus que no se entretuviera se fue.

Silvanus se hechó a llorar y se metió en la cama de al lado, dándome la espalda y sin decirme palabra alguna. Parecía realmente afectado...

Lo imité, girándome y dándole la espalda también. Entonces lloré sin hacer ruido, y cuando el tranquilizante empezó a hacerme efecto me dormí.


*se duerme*

Entré en la enfermería tal y como le había prometido a Hewina el día anterior.

La miré, parecía que estaba dormida y tenía los ojos rojos, pensé que posiblemente había estado llorando. Me acerqué a ella y me senté en una silla al lado de su cama, entre la suya y otra que estaba ocupada por alguien. No me sonaba haber visto a nadie ayer así que examiné el cuerpo de la cama contigua y observé qué era Silvanus. La verdad es que no me sorprendía después de haber escuchado el diagnóstico de Tristán. Lo miré con una medio sonrisa, parecía un ángel durmiendo.- Mira que te dije que no te entretuvieras...- Murmuré y le acaricié el pelo como haría una madre con su hijo.

Con un suspiro miré la puerta por la que había salido el médico el día anterior y esperé a que sucediera algo, o bien que se despertara alguno de los niños o bien que apareciera el médico y me informara sobre el estado del pequeño Dragón.

*se queda*

Estaba dormida, pero me desperté al oír un murmullo. Entonces abrí los ojos y vi a Thamerlein, sentada en una silla.

"Hola... ¿llevas mucho tiempo esperando?", le dije con una media sonrisa, a pesar de no tener muchas ganas de sonreír...

Entonces me incorporé poco a poco, mientras me desperezaba. Me fijé en Silvanus, pero seguía durmiendo en la otra cama...

-Eh?- Me sorprendió de repente escuchar una voz.- No tranquila, acabo de llegar hace nada...- Le sonreí.- que tal te encuentras? Quieres que vaya a llamar al médico o algo? Si quieres cualquier cosa avísame.- Le empecé a decir. Vi que se estaba incorporando.- Hewina, creo que es mejor que te tumbes y no te esfuerces demasiado.- Le dije agarrándola de los hombros y empujándola suavemente para que se recostara.

Me fijé en que cómo miraba a Silvanus, parecían muy íntimos, pero no estaba segura de si era una amistad o algo más. No sabía si preguntar, pero finalmente la curiosidad me pudo y murmuré- Te llevas muy bien con él, no?- Dije señalando a Silvanus con la cabeza para que me entendiera.

"Tranquila... estoy bien", le dije después de sus atentos cuidados.

Cuando volví a estar recostada en la cama, me dijo si me llevaba muy bien con Silvanus. Mi rostro tornó serio inconscientemente, mientras le respondía: "Sí... nos llevamos muy bien..."

Entonces pensé: "Vaya... ella no sabe nada de lo nuestro. Imagino que Silvanus no ha hablado con nadie sobre eso... ni siquiera Heylel lo sabía hasta que se lo conté yo misma, y es con quien mejor se lleva de aquí..."

"No le ha dado importancia... está claro que solo era un parche del que tarde o temprano se desharía...", pensé mientras cerraba los ojos y respiraba hondo, para reprimirme las lágrimas y no romper a llorar.

Tomé su seriedad como una muestra de cansancio y asentí cuando dijo que si que se llevaban bien.- Ya decía yo que se preocupaba mucho por ti.- Le sonreí.- bueno, supongo que no son pareja ni nada así, porque sino me lo diría...no?- Me pregunté a mi misma pero finalmente di el tema por zanjado.

Vi como Hewina respiraba hondo.- Supongo que estás cansada, pero supuse que te gustaría estar con alguien.- Le dije.- Aunque si prefieres estar sola dímelo y me iré, total tengo cosas que hacer, no te voy a echar en cara que prefieras estar sola un rato...- Le dije intentando ser amable y explicarle que no tenía ningún inconveniente en irme si ella quería.

Oí lo que dijo Thamerlein mientras seguía con los ojos cerrados, pero cuando logré calmarme le dije sonriente: "No, no, agradezco mucho tu compañía..."

Y realmente la agradecía. Había demostrado ser muy buena chica mostrando tanta preocupación por nosotros.

"¿Pero... como ha acabado ella aquí? ...o mejor pensado. ¿Como he acabado yo aquí? ¿Quién me habrá traído...? ¿Me encontraría ella o... Silvanus? ¿Me habrá perseguido él por el bosque...? Se que tanto ella como Silvanus estuvieron hablando con él médico, pero estaba tan débil que no me enteré de nada... ... ... ¿Y como se habrá hecho eso Tristán? Salió volando de mis brazos para atacar a Aren en cuanto me derrumbé en el suelo... ¿...se lo habrá hecho ese odioso ser...?", pensé preocupada.

Entonces decidí preguntarle: "Por cierto... ¿sabes quién me trajo hasta aquí anoche? Bueno... ¿quien me encontró allí...?"

Entreabrí los ojos al oir unos murmullos alrededor.
Me incroporé y me froté un ojo, perezoso.
-Hola... musité cuando vi a Thamerlein y a Hewina.
Entonces me acordé de todo y salté de la cama automáticamente.
-¿Estas bien? pregunté dirigiéndome a Hewina.
Entonces me vi en uno de los espejos que había colgados en la estancia y ví que estaba despeinado... que faena... y me puse a peinar mis rubios cabellos con la mano mientras hablaba.
-¿Te sentó bien el cigarro, Hew?-pregunté gracioso. Sabía que el ambiente no estaba para bromas... pero había que relajarase de alguna manera.
-Tham, ¿sabes algo de Tristán?

Sonreí agradecida cuando me dijo que le gustaba mi compañía.- Ah sí, te traje yo, estaba caminando en el bosque cuando te vi tirada en el suelo...- Me quedé mirándola un rato, no sabía si preguntarlo o no, pero al final me decidí.- Oye Hewina... Puedes no responder si quieres pero... por qué estabas inconsciente en el suelo en medio del bosque?- Le pregunté.- Al principio pensé que era una bestia que te había atacado o algo, pero al no ver ninguna herida en tu cuerpo supuse que te habías desmayado o algo.- La miré.- pero no hace falta que respondas si no quieres, tampoco soy quién de preguntar.- le dije.

Escuché como Silvanus se despertaba.- Hola Silvanus.- Sonreí cuando vi como se preocupaba por Hewina y después se ponía a peinarse su pelo. Me sorprendió que soltara algo tan cordial como lo del cigarrillo teniendo en cuenta el estado en el que se encontraba ayer, pero opté por no mencionar nada y seguí sonriendo. Seguí sonriendo hasta que me preguntó por el estado de Tristán.- No lo sé silvanus... el médico no ha aparecido todavía, pero no te preocupes, seguro que se pondrá bien.- Le puse una mano en el hombro para darle ánimos.

Intenté cambiar de tema.- Bueno, cuando el médico sepa algo ya nos avisará, mientras tanto lo mejor es no preocuparse y rezar por su bienestar.- Le dije a Silvanus.- y cambiando de tema...- Miré el cielo.- Cómo creeis que anda este ejeército improvisado?- Les pregunté.- Es decir, yo no conozco a casi nadie,pero creo que todos se están esforzando al máximo y creo que podremos llegar a salvar el continente; me niego a volver a Ventus sin una victoria.