Sala de baile

Alcé las manos, en posición defensiva, sonriendo. No quería llamarla vieja, y ya era la segunda vez que me decía aquello. Quizás sí le estaba pensando demasiado en el tema.

-Tienes razón, tienes razón. Últimamente le doy demasiadas vueltas.

Lo mejor para olvidar aquello, y para demostrar que mi juventud no había llegado a su fin, era celebrarlo. Apuré la cerveza, que prácticamente acababa de servirme, y le dediqué una sonrisa.

-¡Vamos!

Parecía que Curtis y Frikka habían terminado con su espectáculo, de modo que había una zona que se había quedado un poco libre y me agencié un espacio en ella. De pronto se me ocurrió que podía haberme puesto tirantes para sacarme más partido durante el baile, pero ya estaba hecho.

Empecé a moverme al ritmo de la música, aunque sin soltarme del todo, todavía encontrándole un poco el ritmo a aquello. Hacía años solo sabía bailar de una forma tradicional, pero había mejorado mis habilidades desde mi llegada a Brontë. Solo necesitaba calentar.

Kyoti se queda un momento congelado en el sitio, sintiendo que pierde el sentido de la realidad todavía más que hasta el momento. El mundo se le desdibuja de una manera ligeramente distinta, como si la perspectiva hubiera cambiado de golpe. Y es que la perspectiva ha cambiado de golpe. Con una cierta sensación de vértigo, se inclina hacia adelante, tratando de asirse a lo que tiene en frente, que es... ¿él mismo?

Siente un escalofrío, pese al calor, ante lo que Jun propone. No quiere quitarse el colgante, porque entonces ya no podrán hablar, pero por un momento siente el impulso de hacerlo.

─Eso... Eso serían muchos colgantes ─es todo lo que acierta a decir.

Ben dejó que Kris explorase su piel también, con los ojos cerrados, manteniéndose inmóvil mientras ella era la que recorría su cara, la mandíbula, la oreja. Cuando llegó a la oreja, de hecho, Ben sintió un estremecimiento por las cosquillas y se sacudió un momento sin poder evitarlo, separándose ligeramente para mirarla mientras se reía. Abrió la boca para decir algo, pero entonces vio a Fifi un poco más allá, mirándolas, y su atención dio un giro brusco sin que pudiera evitarlo.

─¡Fifiiii! ─exclamó, lanzándose a abrazarla─. Pero qué bien bailas. Es que qué manera de moverte. Es que lo bordas.

Se puso tensa de golpe y se incorporó, separándose de ella y mirándola seriamente. Y entonces se volvió también a mirar a Valter y a Kris, y se acercó a ellos llevando a Fif consigo.

─Chiquis. ¡Chiquis! ¡Fifi! ─los llamó─. ¿Vamos un rato fuera? Valter, tú querías ir un rato fuera, ¿no? ¿Salimos un poco? Que aún tengo lo otro...

Te despides de Frikka, aprovechando su marcha para atender un poco más a tus espectadores, a los cuales todavía les cuesta apartar los ojos de ti. Pero, pese a todo, debes reconocer que también tú necesitas un descanso de los focos, aunque sea momentáneo, y que este es el momento adecuado para ello.

Te diriges, pues, a las mesas, en busca que un refrigerio y un momento de respiro. Las miradas a tu alrededor te confirman que está siendo una noche memorable.

Johan disfruta de la caricia de Krista, pero pronto todo lo que le queda es contemplar cómo ella y Ben parecen tener un acercamiento bastante curioso. Él siente casi como si pudiera notar la propia caricia en su piel, y entrecierra los ojos un instante, disfrutando esa sensación provocada por su cerebro.

El grito de la chica del piano lo saca de su trance. Parece que ha vuelto Frikka, que estaba bailando. Le aplaude un poco, aunque sin golpear las palmas con mucha fuerza.

-¿Fuera? -pregunta un segundo, pero entonces cae-. ¡Ah! Claro. Podemos salir... Pero-. Busca con la mirada hasta dar con Kyoti-. Le dije a Kyoti que le echaría un ojo-. Parece vivo. Le alivia-. ¿Podemos decirle que venga? Le propuse ir fuera luego. Aunque está acompañado.

Quizás no quiera. Pero lo lógico es preguntarle. Abandona a su grupo y se acerca a Kyoti y al claritas con una sonrisa.

-Vamos a salir -les dice risueño-. ¿Os apetece?

Acompañé a Rick a la pista, descubriendo con cierto alivio cómo nos iba quedando algo de espacio libre de quienes habían decidido tomarse un descanso. Prefería no perderme en una multitud demasiado agobiante.

Dejándome llevar por la música, comencé a seguir el ritmo frente a Rick, que parecía encantado de estar en aquel ambiente. Sonreí, complaciente. Me gustaba más verlo divertirse que preocuparse por lo que pensasen de él las nuevas generaciones.

Sí que serían muchos colgantes. O quizás no. Quizás funcione de otra manera. Quizás no sea necesario usar un colgante y baste con un hechizo, o sea cosa del sueño...

Deja de enviar mensajes a Kyoti cuando Johan se acerca para ofrecerles salir fuera. Mira al piscis un momento, sin poder evitar recordar las palabras de Massen, que parece poco amistosa con el chico. Pero bueno, realmente es como que tiene cara de ser majo.

Esbozo una sonrisa, pero miro a Kyoti. Yo apenas he visto al piscis un par de veces y me da que va más por él, la pregunta.

-¿Es ese uno de los "chicos guapos"? -pregunto, con una sonrisa divertida, consciente de que Johan no me escucha.

Para cuando la perspectiva que tiene vuelve a ser la suya, Kyoti se encuentra con que Johan acaba de acercarse a invitarlos a salir. Sonríe y asiente automáticamente, y entonces se gira para preguntar a Jun qué opina y se queda congelado, mirándolo con expresión alarmada y sintiendo por un momento que se le va a salir el corazón por la boca.

Tarda mucho más de lo que debería en entender que solo él ha oído esas palabras, pero para entonces se ha puesto completamente rojo. Si es que había dejado de estarlo en algún momento.

Se vuelve a mirar a Johan, algo nervioso, tratando todavía de sonreír, como intentando asegurarse de que no ha oído la pregunta de Jun. Espera que puedan tomar ellos la iniciativa, porque se ha quedado superado momentáneamente por la situación y ni siquiera consigue decir nada.

Me termino el bizcocho, que no está malo. Quizás demasiado dulce, pero menos que la Mousse de antes.

-Lo he tomado, sí. Quizás te sorprenderían otras cosas que he tomado-. Le clavo la mirada-. O que he hecho-. Tuerzo la sonrisa, con aire ladino-. O quizás no. No sé qué imagen tienes de mí, Massen Dew.

No es como si no hubiese sido sincera con ella algunas veces. Pero ahora que es mayor me siento como con libertad para ser un poco más sincera. Ya no siento que tenga que protegerla en muchos aspectos. Solo como compañeras de combate.

-Por cierto... ¿Qué ha hecho Jun para ser, de pronto, tan...?-. No termino la frase, pero resoplo, divertida-. Y antes la costurera me miró las tetas.

No las vio. Las miró.

Pris negó, con falsa reprobación.

─¿Sabes? Creo que más allá de los pasos o el ritmo que una tenga, lo más importante en el baile es soltarse, olvidarse de los complejos y dejarse llevar ─reflexionó─. Además, tú tienes una figura muy bonita. Si te olvidases un poco de la timidez estoy segura de que serías una bailarina preciosa.

Pareció quedar de pronto absorta con una escena, y Pris se volvió para seguir la línea de su mirada. Sonrió de medio lado, divertida.

─Aquí quien no corre vuela, ¿eh? ─comentó, pícara─. ¿Te apetece acercarte a saludar?

Estoy ensimismada y me sorprendo cuando Ben se aparta de mí de golpe. Pero creo que no es por nada malo. Se ríe. Parece que le he hecho cosquillas. Eso me saca una risilla divertida.

En este momento la chica centra su atención en alguien detrás de mí. Cuando me giro puedo ver cómo se abalanza sobre Frikka. No puedo evitar sonreír alegremente.

- Eso, eso. Has estado impresionante -concuerdo con Ben. Luego ella vuelve a hablar y propone salir. ¿Lo otro? Me pregunto qué será.- Me parece guay ir fuera. De hecho, ahora que lo dices, creo que tengo calor -termino de hablar tocándome la cara y el cuello para comprobar efectivamente que estoy caliente. Uso mi mano a modo de abanico para darme un poco de aire.

Johan dice que va a avisar a Kyoti y yo me quedo con las otras dos. Me acerco a Frikka.

- Me lo estoy pasando de maravilla, Frikka. Solo hay una cosa que necesito saber. ¿Qué significa Fibrotoh?

Aunque al principio me costó coger el ritmo, enseguida empecé a vivirlo. Quizás no me movía como un profesional del baile, pero me movía como un profesional de... algo. El truco estaba en la cadera. Que nadie se creyese que era solo un saco de músculos. Tenía cadera, y la cadera no era un músculo. Y sabía cómo moverla, vaya que sí.

Al final me había dado cuenta, con el tiempo, que si sabía baile de salón no era tan difícil adaptarlo a aquello. Solo había que cambiar dos cuerpos pegados por dos cuerpos metafóricamente pegados. O por un solo cuerpo. Y daba opción a menearse un poco más.

Maldición, los tirantes eran la clave.

-¿Crees que están aprendiendo cómo se baila de verdad? -pregunté, acercándome a Lea para hablar cerca de su oído-. Porque puedo hacerlo mejor.

Me encogí de hombros, con fingida inocencia.

─Una imagen indulgente y flexible, diría ─respondí, con la vista fija en mi bebida. La miré de reojo, sonriendo un poco─. Puedo decirte, desde luego, que no tengo la imagen que tenía de ti con catorce añitos.

Fui recorriendo la sala a medida que hablaba, fijando la vista en las personas que iba mencionando y tratando de contener la risa hasta que ya no pude hacerlo más. Me volví entonces a mirarla.

─Pero bueno, Alehyss, ¿qué imagen tienes tú del resto? ─bromeé, divertida─. Somos personas humanas con nuestras propias debilidades.

Que, a ver, estaba la cosa poniéndose interesante. Tanto apostar, y al final el cotilleo iba a ser el propio Jun.

Aproveché que Rick se acercaba para pasarle un brazo por el cuello. Puse los ojos en blanco y le di un beso suave, sin dejar de moverme.

─Yo creo que algo de eso ya sabían. Pero puedes enseñármelo a mí, si quieres ─repliqué─. ¿No estás prestando demasiada atención a la gente? A ver si voy a tener que ponerme celosa.

En realidad, tenía la sensación de que había mucha gente que ya había dado el baile por terminado en favor de otras actividades. Se estaba empezando a crear un ambiente curioso un poco más allá.

Johan entiende el asentimiento de Kyoti y la sonrisa del claritas, Jun, como un total acuerdo. Excelente. Se vuelve al otro grupo y alza un poco la voz, para que lo escuchen.

-¡Se vienen! -informa.

Luego vuelve a mirar a los chicos y entonces se da cuenta de que le tenía que echar un ojo a Kyoti. Siempre se despista. Será porque a esas alturas la realidad le resulta un poco difícil de procesar. Pero se percata a tiempo.

-¿Estás bien? -pregunta al flamma-. Pareces ido, ¿pero estás bien?

Pris esperó, con aparente tranquilidad, en lo que Anna se decidía consigo misma. Y cuando por fin confesó lo evidente, sonrió de oreja a oreja, mostrando todos los dientes.

─Vamos a saludar, entonces ─decidió─. Es lo lógico, ¿no? ¡Es una fiesta! ¡Hay que socializar!

Y sin más discusión, tomó a Anna de la mano y tiró de ella, resuelta, en dirección al grupo, que parecía estar reorganizándose. Pris se acercó a Frikka, la dueña del dragón (FALSO), plantándose allí con toda naturalidad.

─¡Hola! Menuda fiesta, ¿eh? Qué manera de bailar. Aún no ha terminado y ya estoy deseando que organicemos otra.

Me dejo abrazar por Retales, que parece recordar al verme a quién le debe lealtad. Que no, que es broma, que le puede acariciar la oreja a quien le salga de las narices. No estoy diciendo que a mí me interese. Si se la va a lamer a alguien, que sea a Antikris, eso es.

-Menos mal que me habéis visto bailar, que ya me iba a enfadar. Aquí mucho sobeteo, pero nadie está a lo que hay que estar.

Así que ya estamos en el momento de las setas, entonces. A mí me parece peritas. No como las de Antikris, que no son precisamente peritas. Es que tienen gravedad propia. Ni siquiera quiero mirarlas.

-Bueno, pues entonces vamos fuera, perfectísimo-. Johan también da el visto bueno por parte de los chicos-. ¿Alguien más? A este paso salimos todos, que por mí cero fallo.

Entonces Antikris me hace una pregunta y frunto el ceño.

-¿Fibrotoh? Y yo qué sé qué es eso. ¿Tengo pinta de filóloga o algo?

Una nueva fan se me acerca. Era... Priscilla o algo así, ¿no? Le sonrío enseguida, adulada. Viene con la costurera.

-Ah, nada, nada. Si yo ya estoy planeando la siguiente ahora mismo. Pero de momento terminemos de disfrutar esta, ¿no? Nosotros vamos a tomar un poco el aire, que aquí ya se estaba caldeando el ambiente.

Río. Indulgente y flexible, por supuesto.

-Soy bastente flexible -me defiendo, con tono bromista-. Creo que podrías meterme en un cofre, si algún día quieres colarme en algún lugar.

Catorce añitos. Bebo, negando suavemente. Cuánto ha pasado. Si era una niña. Y ahora... La miro, con cierta ternura. Es como si fuese una persona diferente.

-Mírate. Me desesperabas. Aún te recuerdo saltando a las llamas. Tuve ganas de matarte, lo prometo. Has crecido mucho.

Como yo, supongo. Aunque yo lo haya hecho de forma diferente.

Recorro la sala con un vistazo lento, imitándola, examinando a las personas, que se divierten de diferentes formas. Me doy cuenta de que no he borrado la sonrisa.

-¿Qué imagen tengo del resto? Depende, supongo. Creo que... me gustáis. A algunos ni los conozco. Dehnel no es tan malo. Jun no es tan crío. La costurera no es tan incompetente, si sigue aquí después de tanto tiempo. Cierzo es agradable. Echo de menos a Corbin. Lea me agrada. Y tú eras una niña y de repente eres una de las personas más importantes para mí en todo el mundo, incluso aunque hayas pasado años lejos-.Supongo que me ha subido el combinado de bebidas-. ¿Sirve como respuesta?

Ben se echó a reír con la pregunta de Kris y todavía más con la respuesta de Fifi. Le estaba costando que le llegase el aire. Valter, por su parte, se había ido a buscar otro sector del grupo. Y Anna había llegado con la niña aquella que tan bien bailaba.

─Si os queréis venir ─ofreció Ben─. Yo voy a acercarme un momento a por otro trozo de bizcocho, podéis ir tirando. Si alguien quiere que le traiga uno, que lo diga ya.

Tras comprobar si había demanda, Ben se marchó en dirección a la mesa a abastecerse. Allí se encontró a Massen y Alehyss, que estaban manteniendo su propia conversación. Cogiendo bizcocho, les sonrió.

─Vamos a ir un grupo fuera, por si os apetece ─comentó. Aunque quizá estaba extendiendo demasiadas invitaciones para setear. Pero bueno, ya se vería.

Sin esperar respuesta, dio media vuelta y echó a andar hacia la puerta que daba a los jardines.

*Sale*

Sonreí, asintiendo, fingiendo que me lo pensaba.

─Pues ahora que lo dices, eso puede ser muy útil en según qué situaciones, vamos a tener que estudiarlo ─repliqué.

Sentí una repentina indignación cuando dijo que la desesperaba, pero cuando elaboró un poco más tuve que cerrar la boca sin llegar a protestar, poniéndome un poco seria. No eran los recuerdos más agradables que conservaba de mi primera etapa en Brontë.

─Supongo que no era el mejor plan ─reconocí. Aunque ningún plan era bueno, en aquellas circunstancias─. Tenía metida en la cabeza la idea de que aunque yo me quedase por el camino, el resto tendríais muchas más posibilidades de salir adelante y no sería una pérdida importante. No creo que ahora hubiese reaccionado igual, pero tampoco sabría decir qué haría. Prefiero no pensarlo, la verdad.

Ben pasó entonces a avisar de que se iban y asentí, considerando la propuesta. Volví la vista al grupo en cuestión, que parecía bastante numeroso, si toda aquella gente iba a salir.

Me volví hacia Alehyss, que aún estaba respondiendo a mi pregunta. Mi primer instinto fue contestar con una broma, pero no llegué a hacerlo, y cuando terminó de hablar me quedé un momento callada. Al final, dejé el vaso en la mesa y volví a abrazarla con fuerza, sin poder ni querer evitarlo. ¿Qué sería de mí sin Alehyss?

No iba a rechazar el contacto, ni mucho menos. Aproveché que Lea me rodeaba el cuello para hacer lo propio con la cintura. Prolongué un poco el beso y cuando me separé me mantuve más cerca que antes, con la sonrisa ladeada. No podía imaginarla celosa, por mucho que dijese.

-A ver... El truco está en la cadera -murmuré, atrayéndola con la mano que le rodeaba por la cintura hasta que nuestros cuerpos entraron en contacto-. Uno guía, el otro sigue -indico, comenzando a moverme al ritmo de la música, acoplándome a su cuerpo e invitándola a seguirme. Como si ella no supiese cómo se bailaba, vamos-. Los cuerpos se sincronizan, casi como si fueran uno... Y solo sigues el ritmo. Fácil.

Mi cuerpo estaba en la zona de baile, mi mente en la cama, para variar. Y guiando yo el baile, para variar. Aunque tampoco era como si tuviese alguna queja con respecto a nada de todo aquello.

Me dejé rodear, pegándome a él y terminando de pasarle ambos brazos en torno al cuello, con un amago de sonrisa en los labios. Dejé también que guiase el baile a su gusto. Así se volvía un poco más tradicional, pero servía igual para seguir la música y era, con toda probabilidad, la variedad que Rick mejor dominaba. O parecido, al menos, que yo de bailes de salón, ni idea.

─¿Qué tal llevabas las clases de baile? ─pregunté.

Porque sabía que lo habían machacado con ello desde pequeño, igual que con otras tantas cuestiones referentes a la educación que la nobleza consideraba sofisticada. Muchas de ellas absurdas, pero mira, resultaba que algunas podían valer para divertirse un rato.

No puedo evitar echar a reír ante la respuesta de Frikka. ¿Me estará vacilando o se habrá olvidado? Quién sabe. Pero yo río.

Johan nos hace saber que Kyoti y el claritas que no conozco se unen a la idea de salir fuera. Y de repente aparecen Pris y Anna.

- Ey, ¿qué tal? -les digo a ambas.

Parece que hace mucho que no las veo, sobre todo a Anna, y me la quedo mirando. Ben les ofrece que se nos unan también, pero va a cogerse algo. Yo después de eso me acerco a la otra chrysos y entrelazo mi brazo con uno suyo. Aprovechando que es un poquito más alta, apoyo la cabeza en su hombro y miro a las otras dos chicas que quedan.

- Parece que vinimos en pareja, ¿a que sí? Vamos casi del mismo color -y sonrío alegremente. Levanto la cabeza y les pregunto a las tres:- ¿Vamos, entonces?

Aflojo el agarre del brazo por si Anna quiere soltarse y comienzo a caminar hacia la puerta con calma para dejarles tiempo a reaccionar. Frikka me sigue el paso. Justo antes de salir en dirección al jardín, veo que Ben y el grupo de Johan vienen detrás.

*salen*