Comedor

Entré en el comedor con una sonrisa de oreja a oreja, muerta de hambre. Me acerqué corriendo a uno de los camareros, que estaba a punto de entrar en la cocina.

- ¿Puede traerme un bistec con patatas, por favor?

Él asintió y siguió su camino. Apenas acababa de sentarme cuando volvió a aparecer, con un plato con una pinta deliciosa. Le agradecí su trabajo y ataqué el bistec con ansia. Qué rico. Si algo podía agradecer de Brontë, era la buena comida.

*Se queda*

Entré en el comedor, pues era la hora de la cena y tenía hambre, además solo había comido comida de enfermo durante mi estancia en la enfermería: todo muy soso y cocido... un aburrimiento.

Di un vistazo para ver uqien estaba, y.... ¡que sorpresa! de espaldas a mí estaba la pequeña Massen.

Me acerco dando grandes y majestusas zancadas, con las manos en la espalda y la cabeza alta, haciendo que mis ojos brillaran mucho.

Entonces poso mis arrugadas manos en sus hombros y aprieto con tenacidad, pero sin hacer daño.

-Bueeeno, bueeeno, bueeeno... ¿que tenemos aqui? a una pececita- digo poniendo mi dedo índice en su nariz- que se ha "escapado" de la pecera- entocnes me siento en frente de ella.

El camarero se acerca a mi y me pregunta que es lo que quiero.

-Pues mira, mozo, quiero infinita verdad e infinita verguenza en los ojos de esta chica, pero como no tiene de eso, sirvame lo mismo que a ella.

El camarero se va extrañado

Poso los codos en la mesa y la cabeza en mis manos y me la quedo mirando durante unos segundos y suspiro...

-¿Que tal?

Mientras estaba degustando mi cena, encantada, una voz a mis espaldas me hizo quedarme inmóvil por un momento. Adela, la vieja loca, estaba en el comedor, y parecía tener ganas de charla. Qué bien. Se sentó frente a mí, y tras decir algo muy raro (algún delirio suyo, supuse) intentó entablar conversación conmigo.

- Estoy bien -murmuré, roja de rabia. Más bien, lo estaba hasta que llegó ella. Seguí comiendo, sin levantar la vista del plato.

Ante su respuesta, yo di una palmada en el aire, de esas que no hacen ruido y giré mi cabeza en un circulo.
-Oh, si, si, por supuesto, como no, ¿que problemas iba a tener una criaja como tu? que pregunta mas tonta, ¿verdad? dije riendome poniendo una mano en la comisura de mi boca mientras mis ojos no dejaban de brillar en todo su explendor.

-Estas un poco roja, ¿no? ¿que pasa? ¿te duele la barriguita? - dije poniendo ojos de pena, ojos que rezumaban luz.

Entonces llegó el camarero y me trajo lo que había pedido.

-Muchas gracias, mozuelo- dije dándole una palmada en el culo cuando se fue, soltándole un debil chrysantae en sus nalgas.
El chico me miró y dijujó una sonrisa, al fin y al cabo yo siempre había sido maja con el servicio y les había ayudado a cocinar, incluso.

Suspiré. Qué señora más pesada. Sin embargo, había tomado la decisión de mantenerme lo más indiferente posible, pues no me apetecía volver a enfrentarme a ella. Aunque con su actitud, me lo ponía muy difícil.

Forcé una sonrisa amable.

- No me pasa nada, gracias por su preocupación. Estoy perfectamente.

decididamente, no le caía bien a esa piscis... ya ves lo que me importa, pero se notaba que estaba incómoda.

Quería comenzar con el show, así que slté la primera puya:

-¿a si? Sock no parece opinar lo mismo, verdad?- dije dandole vueltas al baso en mi mano.

Entocnes la atravesé con mi reluciente mirada, encendida al máximo.

Su respuesta me dejó helada. Sock. Sock. ¿Qué tenía ella que ver con Sock? Me paré un momento a pensar en él, y un montón de imágenes pasaron por delante de mis ojos. Me preocupé de mantener un semblante indiferente. Lo mejor era desentenderse.

- No sé quién es Sock, ni qué opina de qué -noté un hormigueo subiendo por mi estómago. Odiaba mentir. Pero me hacía sentir vengativa en aquel momento.

Seguí comiendo.

-¿A noooo? dije exagerando mis gestos de falsa incredulidad- pues yo diria que si... y bueno... realmente debería importarte un poco mas ese chico, ¿no? parece que está preocupado por ti... y tu abuelo... tu poooooobre abuelo- dije juntando mis manos entrelazando los dedos... el pobre... en fin... dije negando con la cabeza, con un gesto solemne

Entonces volví a poner una mano en la comisura de mi boca y comencé a reirme bastante alto. Mi viejo y mustio corazón agradecía aquellos segundos de diversion...

Entocnes le dí un bocado al bistec, dejándolo por la mitad de un mordisco.

El hormigueo en mi estómago aumentaba con cada una de sus palabras, de forma que se fue extendiendo por todo mi cuerpo, y subiendo hasta la cara, acentuándose en los labios. La miré por primera vez, con una mirada fría e indiferente, y ensanché los labios en una sonrisa macabra.

- Nunca conocí a mi abuelo -dije, y no mentía del todo, pues nunca había conocido a mi abuelo materno. En cuanto al paterno... Tampoco había llegado nunca a relacionarme mucho con él.

Me levanté, sin apartar la mirada de sus ojos opacos.

- Y repito, anciana, que no sé quién es Sock. No desvaríe. Tal vez se esté equivocando de persona. Buenas noches.

Me di la vuelta tras un gesto de despedida y salí de allí.

*Se va*

La chiquilla salio airosa de la situación, pero se notaba que mis noticias le habían afectado... se le notaba en la cara... a esta vieja no se la engañaba tan facilmente... ya me la toparía en otra ocasión, para ver como seguía sufriendo en su interior ¡QUE DIVERTIDO ES ESTO!, de echo, podría responderle a ese tal sock, diciendo que soy ella, y que me sigua contando cosas... interesante idea, Adela... Interesante...


*se va*

Entré en el comedor con paso ligero, y me dirigí a las cocinas, con mi traje del servicio, como uno más, saludé a los Chysos cocineros, como todas las mañanas y me puse un mandilón.

Veamos... A Alexander le gusta... le gusta... el solomillo! eso! y tambien... las gambas con gabardina, y tambien... merluza... eso... buf... cuanto trabajo voy a tener hoy...

-Chicos, necesito un poco más de espacio hoy, ¿vale? es que tengo un pedido especial.- ellos asintieron sin problema.

Me remangué las mangas y me puse unas orquillas negras en el pelo, para que no me molestara, ya que a veces, se me venía para delante de los ojos... este flequillo... en fin.

Solo espero que me salga todo bien... me esperan interminables horas en la cocina... que no se me queme nada, por dios... solo espero eso... todo tiene que estar PRE-FEC-TO y, si me da tiempo, le haré un flan de esos, que tanto le gustan.
Dije con una sonrisa, mientras comenzaba a pelar una de las muchas zanahorias y patatas que iba a utilizar de guarnición para aquella maravillosa velada.

*se queda*

FdR: NO MOLESTEN jajajajaja

Despues de cocinar durante horas, había terminado, por lo que decidí llevar todo para la mesa del jardín, con ayuda de otros dos compañeros chrysos.


*se van*

Entré en el comedor con Hoju en brazos y me senté en una de las mesas, y como siempre, el chico del servicio habitual vino apresurado a preguntarme qué quería.

"mmm... ¿tú qué quieres, Hoju?", dije mirando hacia abajo, y el me respondió: "giuuuh"

"Vale, sopa de fideos para mi y giuuuh para él", le dije sonriente al chico. El pobre me miró con los ojos muy abiertos, por lo que me reí.

"Tranquilo, es broma... trae solo giuh", le dije riéndome de nuevo, y entonces el se rió levemente y se dispuso a traerme mi sopa (supongo).

Entonces me senté, y esperé por mi sopa mientras jugaba con Hoju.


*se queda*

Llego a comer después de un día como otro cualquiera. No tengo demasiada hambre así que al primer camarero que veo le pido algo para beber sin siquiera prestar atención al comedor. Una vez zanjo mi pedido miro alrededor y veo a Hewina jugando con su animal. Me encanta ese bicho.

Me acerco y la saludo sonriente.

- Buenas, Hew, ¿puedo sentarme? - Pregunto separando ya la silla. Entonces miro al animalillo y le acaricio la cabeza. - ¿Qué, pequeñajo? Aiiiiss gorditooo - Le dije con tono cariñoso mientras lo acariciaba.

"Oh, Hola Heyl. ¿Qué tal?", le respondí.

Entonces el chico del servicio me trajo la sopa.

"Gracias", le dije sonriente, y entonces él miró a Hoju y le dijo sonriente con una voz muy bajita "Toma... tu giuh...", y le dió una zanahoria.

Hoju cogió la zanahoria contento, y en seguida empezó a comérsela.

Yo sonreí, y no pude evitar soltar dos leves carcajadas, antes de decirle: "Vaya, que detalle, gracias". Él me respondió con un "No hay de que", y entonces volvió a la cocina.

Entonces miré a Heylel, quien observaba la escena extrañado, y me volví a reir.

El camarero me trajo un zumo de... algo, la verdad es que no supe descifrar ese color versoso que tenía... Cuando trajo a Hewina su comida.

- ¿Un giuh? -Pregunto riendo un poco cuando le da la zanaoria a Hoju. - Te lo dan todo hecho, gordito -. Le digo mientras le rasco detrás de la oreja. Es que lo cogía y lo achuchaba, pero sé controlarme delante de la gente, claro y no voy a asfixiar al bicho de Hewina... La miro sonriente.

- ¿Qué? ¿Cómo va todo? ¿Algo nuevo por aquí? - Pregunto animado antes de beber un poco. Sabe a rayos.

Heylel me preguntó como iba todo y si había algo nuevo, y automáticamente pensé en el tema de Silvanus... pero decidí que sería mejr comentarlo más adelante, si surje.

"Pues bueno... estos días he estado entrenando... y el otro día luche con Adela. ¡Que bruta es! Todavía me duele la espalda... y mira", le digo lloriqueando en plan quejica y señalando un pequeño moratón en mi moflete.

Me cuenta que ha estado entrenando con Adela. La verdad es que recordando que era capaz de levantar árboles en peso creía ciegamente en que era una bruta. Entonces señala un moretón de su moflete y pongo cara de dolor.

- ¡Aestnds! menudo golpe en la cara... Deberías decirle que se controle un poco -. Comento pasando el dedo índice por su moflete como si así fuese a curarse o desaparecer. Luego veo que hoju ha acabado su zanaoria y lo cojo enrte las manos. - O díselo tú a Adela, ¿eh? ¿eh, gordito? ¿quién es este bichiiin? ¿quién eees? Hoju, ¿no? Hooojuu -. Digo acercándolo a mi cara para frotar nariz con nariz. Que mono es, como lo achuchaba...

"Sí, pero bueno... al fin y al cabo "los malos" no se van a andar con chiquitas. Aun que la verdad es que yo no me atreví a hacerle daño a ella.", dije rascandome una oreja.

"En fin... por lo demás he estado curioseando por el palacio, y encontré una sala enorme y lujosa con muchos instrumentos. Eran preciosos, y no pude evitar fuchichar un poco en ellos. Ah, y ayer descubrí un observatorio con un telescopio muy grande, y también lo probé. Era asombroso... y bueno, a este paso me van a llamar la atención algún día, por andar toqueteando en todo sin permiso, jajaja", le comenté, y entonces comencé a comer la sopa.

Me encojo de hombros cuando hewina habla de "los malos" y doy otro sorbo al zumo sin recordar que estaba esqueroso. Pongo mala cara y sigo escuchándola.

- Vaya, aun no he visto esa sala me temo, pero tiene pinta de ser entretenida. - Comento con un sonrisa. - El observatorio ya lo había visto un par de veces, pero es magnífico, sí. Aunque creo que nunca sabré usar ese chisme gigantesco -. Comento mientras jugueteo con hoju haciéndole cosquillas en la tripa. - Si te sermonean por toquetear las cosas solo tienes que decirles "Vengo a pelear por mantener esto así que déjame disfrutarlo antes de quedarme sin un dedo" -Bromeo poniendo cara de mafioso y voz ronca.

Aquella escena me hizo mucha gracia, por lo que me reí a carcajada limpia durante un buen rato.

"Vale, vale, lo tendré en cuenta", le dije secándome una lagrimilla que asomaba por mi ojo derecho.

Permanecí callada unos segundos mientras sonreía como una tonta, y entonces tosí un par de veces y dije, imitando la cara y el tono que había puesto Heylel: "sí... lo tendré en cuenta, Don Heylel..."

Y entonces me volvió a dar un ataque de risa.

Me rio con Hewina de mi "gran" interpretación de malo de barrio bajo y de su repuesta al comentario.

- Bueno, no me niegues que es una forma de eludir la bronca - Comento jocoso dejando a Hoju tranquilo un rato. - Mira, prueba esto, está malísimo, en serio -. Comento riéndome al mirar el vaso. - No sé en qué estaban pensando cuando lo sirvieron -. Indico ofreciendo el mejunje verde. - Y eso que pedí una bebida corriente cualquiera.

"Oh, a ver...", digo cogiendo el vaso. Olisqueé un poco antes de probarlo

"Oh... esto es...", pensé, y entonces lo probé.

Saboreé un rato aquello, que lo cierto es que no parecia para nada una bebida, y estaba tibio...

"Uy... creo que te han servido un vaso de salsa verde", digo, y entonces le devuelvo el vaso mientras me da otro ataque de risa.

Miro a Hewina incrédulo con los ojos algo abiertos. Le quito el vaso de la mano y lo miro, luego a ella, luego al vaso, luego a ella de nuevo... Olisqueo el vaso y lo apoyo sobre la mesa mientras pongo una mueca de frustración.

- Alguien me odia allí dentro... -Lloriqueo en broma antes de echarme a reir también. - ¡Pues menuda risa! quizá me han visto cara de pollo al alioli... -Comento dedicando una falsa mirada entornada a la cocina mientras encrespo las alas. - Que poca consideración hay ya con losguerreros... - Comento riendo.

Continuo riéndome con los nuevos comentarios de Heylel, y entonces le digo: "solo una palabra, Don, y los borro del mapa..."

Cuando logré parar de reír continué comiendo la sopa, y vi que Hoju nos miraba extrañado, así que lo acaricié.