Fuente termal

Fui a la enfermería. Tenía un par de costillas rotas y la zona lateral del abdomen completamente ennegrecida. Me vendaron y me fui apoyándome en un bonito bastón para ayudarme a caminar.

Llego a las termas para darme un baño y veo a Tonto-burn dándose un baño y cantando canciones absurdas.

-Tu no cambias ni a tiros, ¿verdad Kettleburn?- digo desvistiéndome y metiéndome despacio a su lado.

-¿Que tal? Parece que Darvenwish no esta muy contento con el resultado de la misión, ¿a ti te ha dicho algo? - veo los guantes que nos ha dado de recompensa con desprecio- Yo no quiero esta basura... supongo que los guardaré para tener un "bonito recuerdo" pero nada mas. ¿Tu que piensas hacer con los tuyos?

Me relajo y dejo caer los hombros hasta el agua, para cubrirlos.

Apareció Alexander y se burló de mis canciones.

Le sonrío- no señor, yo no cambio. dije con una sonrisa- ¿que tal está de sus heridas parece que Errst ha hecho un buen trabajo, ¿no?

Entonces habló de la misión y de Aren- bueno... supongo que me los quedaré. Me gustan.

La verdad es que tenía ganas de ver a Aren y hablar las cosas detenidamente... no fue culpa nuestra lo ocurrido, por lo que no debía enfadarse mucho con nosotros, supongo.

-Si, bueno, supongo que están bien.

Veo al pequeño esclavo con resignación. Ha luchado bien en esta última batalla... quizás debería obsequiarle de nuevo con la información sobre mi pasado que me pide una y otra y otra vez... no me gusta nada andar repitiendo las cosas, y bueno... el pobre parece ansioso y preocupado por algo. Quizás aquella noche no se enteró de la información al completo y ahora se siente mal por no prestarme atención.

No se porqué, creo que estoy cometiendo una estupidez, pero algo en mi interior me dice que se lo tengo que contar. He visto la muerte demasiadas veces a los ojos ultimamente y no quiero que la gente de mi alrededor viva afligida por algo que yo puedo solucionar. Quizás el estar tan cerca de la muerte me haya echo recordar a Volto y a Clara y eso me incite a volver a hablar de ellos de nuevo, con un deje de nostalgia en mis palabras.

No lo puedo evitar, pero sin saber porqué, el recuerdo de mis amigos me invade y tengo la imperiosa necesidad de contarlo de nuevo a alguien.

Relato mi vida de nuevo, ante la atenta mirada del piscis mientras yo veo para el cielo.
Una vez que he terminado, suspiro y doy un respingo.

-Ala, caprichoso, ya tienes lo que querías, ¿verdad? - digo frotándole la cocorota, aunque esta charla me ha echo mas bien a mi que a el. - Ahora como se lo cuentes a alguien, sufrirás mi ira endiablada y rezarás a los dioses suplicando que los colosos de piedra te hubiesen machacado antes de encontrarte con mi furia.- digo viéndole a los ojos fijamente.

Salgo del agua y tiro su daga al fondo de las termas.- cógela, casi te la dejas en Ignis.



*se va*

Sin previo aviso, Alexander comienzó a soltar la información que yo tanto ansío. Ya habían pasado varios meses desde que Aren me lo había encargado y no había obtenido respuesta de ningun tipo... hasta ahora, que hablaba mientras yo intentaba almacenar toda la información posible.

Trago saliva conforme avanza... eso era realmente peliagudo. No me atrevo a articular palabra y asiento ante su amenaza de muerte de no contar nada.


Alexander se fue, pero yo decidí quedarme un poco mas: estaba en estado de shock

*se queda*

El líder Darvenwish apareció con su habitual y elegante caminar junto con una sonrisa sutil y pícara que solía mantener. Llevaba puesto uno de sus múltiples uniformes y esta vez complementaba con ugorra, bastón bajo el brazo y botas de montaña.

Se paró al borde de las termas manteniendo una pose firme, mirando con soberaní al pequeño piscis que hacía poco había regresado de su misión. Ya había hablado con los chicos el día de su regreso, pero con él tenía asuntos todavía pendiente.

-Buenas noches, Silvanus. ¿Ya te has recuperado de los infortunios del combate? -Preguntó con mirada altiva y tono casi ronroneante como el que solía portar y que, conocía, emocionaba al muchacho.

Me había quedado anonadado. Ya lo tenía, lo que Aren me había pedido. No pude evitar sonreir y pasarme las manos por la cabeza hacia atrás mientras soplaba de satisfacción. Lo tenía lo tenía lo tenía.

Sí!

Pero estaba tan nervioso que sentía vibrar el agua con los latidos de mi corazón. ¿Que debo hacer?

La respuesta a mi pregunta apareció a pocos pasos de mí.

Hoy estaba guapísimo. Me quedé mirándolo abobado unos segundos para reaccionar a continuación.
Después de la bronca de los bismontes, tenía miedo que aún siguiera enfadado, por lo que intenté parecer serio y fuerte, denotando mi madurez producida por la regañina del estado de los bismontes, pero, cuando articuló sus palabras, me derretí, como siempre, sonrrojandome en exceso al verle de nuevo a los ojos.

-Sí, señor... ya estoy casi recuperado...- La amenaza de Alexander hábía sido hace demasiado poco tiempo y temía por mi vida, por lo que a primeras, no dije nada.

-¿Qué tal están los bismontes? de nuevo le pido disculpas por su estado, pero es que esos monstruos de piedra casi nos matan a todos...- digo casi sin voz

El chico se sonroja ante la presencia del líder y este amplía su sonrisa manteniendo su posición para escuchar al muchacho. El líder asintió ante la repuesta del muchacho para luego responder a la que le ahbía formulado.

-Ahora mismo en perfectas condiciones -Indicó con repiqueteo en primera instancia. -Supongo que debo asumir que el impacto de la lucha os nubló la sesera -.Añadió con unos últimos retazos de veneno en sus palabras. De verdad le había molestado la desconsideración, pero ahora aquello era agua pasada.

Caminó recorriendo con calma el círculo que formaban las termas hasta llegar a una de las piefras altas para apoyarse y cruzar una pierna sobre otra.

-Y dime, Silvanus, ¿cómo ha ido todo? Hace ya un tiempo que no te veo y empezaba a impacientarme -.Indicó, arrastrando las palabras, tras cerrar y abrir los ojos lentamente sin perder al muchacho de vista. Esperaba que esta vez tuviese algo que contarle sino iba a plantearse seriamente apartarle totalmente de sus entramados.

me acerco nadando hasta su posición para quedarme a la altura de sus botas, desde el agua.

-Pues creo que mi maravillosísimo plan ha dado los resultados a las mil maravillas. Si es que soy un genio, señor- digo golpeándome los hombros de forma autosatisfactoria.

-¿Quiere saberlo? he obtenido tooooda la información del pasado de Alexander, y es realmente increíble... el pobre Alexander me da pena, ahora debe estar asustado.

Pero no le daré ningún dato si no me dá un beso antes- digo cruzándome de brazos. - llevo mucho tiempo sin que me dé un beso, así que si no hay beso, no hay pasado de Price.- sentencio, con los brazos cruzados, los carrillos hinchados y el agua por las sienes, rojo como un pimiento.

El líder observó como el chiquillo nadaba hacia él con ilusión mientras mencionaba lo de su radiante plan y se quedó soriendo como siempre mientras escuchaba. Entonces el muchacho estableció una condición antes de contarle acerca de la información que el líder llevaba buscando. Así que de pasado estaban hablado. El líderabrió ligeramente los ojos sorprendido por la reacción del muchacho, pero no perdió la sonrisa sino que soltó un pequeño "je" que se apagó en su garganta.

-Silvanus...- Se agachó un poco al tiempo que el chico se levantaba hacia él y con su derecha rozó el mentón del muchacho quedando a corta distancia. -Creo que no era ese el trato -.Indicó para luego sonreír enseñando los dientes y empujando al chico hacia atrás.

El líder volvió a erguirse al tiempo que se sacudía las manos enguantadas con sutileza y elegancia para dejarlas apoyadas sobre su rodilla.

-Ahora, habla -.Ordenó con tono suave en cuanto en chico sacó la cabeza del agua.

Pronunció mi nombre y se agachó, por lo que me incorporé para recibir mi premio, pero justo cuando iba a recibirlo, conrió y dijo que ese no era el trato, empuñándome hacia atrás.

Cuando salí del agua, agité la cabeza mientras me decía que hablase.

-Bueno, tenía que intentarlo, ¿no cree, señor? -digo con una sonrisa. Bien- digo carraspeando y poniendome serio- ahí va: - comencé a relatar la vida de Alexander sin dejarme nada en el tintero, como se había metido en sus problemas de dinero, cómo aquel hombre flamma había matado a sus amigos y como el cadaver de ella había llegado a Brontë, por lo que ese tal flamma de alrededor de 40 años, sabía donde estaba Alexander, y podria venir a por él en cualquier momento.

-Ale, ya está, pero que sepa que acabo de firmar mi sentencia de muerte, porque me ha dicho que me iba a matar si contaba algo, así que haga el favor de ser consecuente con sus actos y no diga que yo he dicho nada, porque sino, ya puede ir despidiéndose de mi persona.- digo con un poco de miedo.


FdR: para conocer los detalles, ir al trasfondo de alexander

El líder escuchó con interés el interesante pasado de Alexander que se remontaba no mucho antes de venir a Brontë. Así que aquella parvus muerta era una amiga suya. Clara Tarr, según parecía. Al líder le gustó poder atar cabo al fin y conocer la procedencia de aquel cadaver.

Le gustó escuchar eso de que un hombre lo buscaba y, aunque de entrada según los datos que el piscis le aportaba, no encajaba con la descripción del aether del parche, quizás ambos individuos estuviesen relacionados. Lo cierto es que resultaría en cierto modo lógico que un hombre como el que había relatado el piscis en la historia utilizase a terceros si llevaba actuando de aquella forma hasta ahora y según le había dicho anteriormente Kettleburn, el aether parecía conocer datos sobre Brontë. El líder sintió la complacencia de manejar la información que empezaba a dejar rodar un poco más su investigación respecto del tema. No se lo comentaría todavía a ningún otro jefe más que a Nagorr ya que a él le había afectado de forma directa. Debía encontrar saber más sobre aquel individuo alado y, sobre todo, hablar con Alexander.

Miró a Silvanus con su pérfida sonrisa en cuando acabó de hablar y le indicó que se acercase.

-Me ofende que tú precisamente me digas que algo como eso, Silvanus -. Indicó con la voz calmada. A pesar del comentario del muchacho su reciente buen humor ayudó a que no lo tomase en cuenta.

Como era un hombre de palabra volvió a agacharse ligeramente para sujetar la cara del muchacho y dedicarle la recompensa que merecían sus acciones con un beso intenso. Luego se separó para recuperar la postura.

-Y dime, ¿cuál ha sido tu plan maestro para llevarte un tiempo tan extenso? -Preguntó con picardía a sabiendas de que tal plan de seguro no habría existido.

Le eché la lengua timidamente al oir sus primeras palabras y me apresuré para recibir mi beso.

-Bueeeenooo... todo se consigue con un poco de perspicacia, una buena cena, un buen interrogatorio y una buena cantidad de op...- cayo. Ese opio era de Aren y yo se lo había sustraido.- y bueno, ya sabe que yo siempre consigo lo que me propongo- dije intentando cambiar un poco el objetivo de la conversación. - ¿Ve? yo quería a un hombre como usted y lo he conseguido- dije viéndolo con mirada lasciva- así que un poco de información no sería gran cosa.

Buceé unos instantes para recoger a Altheda del fondo de las termas y salí con ella en la boca junto con una sonrisa.

El líder escuchó al muchacho sin mayor interés sino por divertirse viendo a ver qué se le ocurría. Entonces le pareció entender algo de opio y le pareció curioso que lo mencionase ya que él no había vuelto a ver su cuenco ni su pipa desde aquel fatídico día.

-No sé si he conseguido escucharte apropiadamente, ¿has dicho opio? -Quiso corroborar. Más que anda porque dudaba que el piscis fuese a saber emplear algo tan delicado como aquel estupefaciente.

El chico se hundió y salió con el cuchillo entre los dientes, sonriente como un cachorrillo que trae su primera presa.

-Que habilidoso... -Comentó con tono zalamero y una ironía muy sutil que dudaba pudiese captar el muchacho.

-¿Opio? no... quise decir... Op... op... op... operaciones especiales de la utilización de sacacorchos como medida para obtener información. El OEUSMOI, ¿no ha oido hablar de el? es un sistema muy utilizado, en el que le clavas un sacacorchos en el hombligo de la persona a interrogar y a cada respuesta que se niegue a responder, giras un poco el sacacorchos, hay personas a las que le han descorchado el hombligo, no digo mas...

Ante la cara de "poker face" (FdR: lo siento, pero no hay otra exprecion para eso") que se le queda al lider, me encojí de hombros y me hundí un poco en el agua... decididamente, ocultar información no era lo mío.


-...¿me perdona?...- digo ocultándome en el agua hasta los ojos.

El chico empezó a inventarse algún tipo de parafernalia que al lider se le antojó bastante interesante si se le sacaba la parte estúpida. Finalmente el muchacho comprobó que aquello no era lo suyo y confesó su crimen pidiendo perdón.

El líder suspiró y rotó los ojos para luego pasar una mano por el pelo al piscis. El material había sido caro pero lo que quedaba en el bote no era demasiado y como se encontraba bien y satisfecho no quiso darle vueltas al asunto que había pasado ya hacía algunos meses.

-Eres de lo que no hay... -Añadió con cierta indiferencia pero un tono muy cariñoso que se fingía con mucha facilidad. -Pero no quiero que vuelvas a cogerme cosas sin permiso. Pídemelas -.Indicó mirando al muchacho con una pizca de severidad sin perder la parsimonia.

Ya no tenía nada que hacer allí. Dejó de acariciar al muchacho y se levantó, sacudiéndose los pantalones después haber estado apoyado. Se sacó la gorra y la apoyó en la piedra para colocarse el pelo.

-Bueno, Silvanus, me he agradado verte, pero hoy no puedo dedicarte más tiempo. Sin embargo, ya nos veremos en algún pasillo o enviaré a Barthemius para que te acerque a mi habitación -. Comentó con tono amable y decoroso. Estaba realmente desconocido, pero es que informarse le daba tranquilidad. Sonrió al muchacho y comenzó a caminar hacia el bosque para desaparecer posteriormente dejand como único rastro la gorra sobre la piedra.

*Desaparece*

Me esperaba una sarta de latigazos o una somanta de hostias bien dadas, por lo que al ver como su mano se acercaba a mí, no pude cerrar los ojos y esperar a recibir los golpes.

Pero en cambio, recibo una sutil caricia.
-De acuerdo... -digo muy bajito.


Se levantó de mi lado, dejando su gorra encima de la piedra y continuó hablando mientras se arreglaba el pelo.

Me quedé de piedra al oir sus palabras. Fueron las cosas más bonitas que oí en mi vida. No me lo podía creer, me quedé embobado viendo como su perfecto culo se despedía de mi cara de tonto. y, cuando desapareció, me puse a dar vuelcos de alegría, retozando en el agua sin poder creérmelo.

Si

Si

Siiiiiiiiiiiii

Bien bien, bieeeen

Voy a tirarmelo, voy a tirarmelo
en serio, ese día no cabía en mí de gozo.

Al cabo de un rato y de tranquilizarme, me vestí y recojí mis cosas mas contento que un cuco.

Antes de irme, recogí la gorra de Aren, con miedo a que desapareciera como la vez anterior, pero esta vez no lo hizo, por lo que me la puse en la cabeza y me fui dando saltos de alegria: más contento imposible.

*se va*

Pasó un tiempo hasta que decidí visitar las fuentes termales del palacio, me costó enconrarlas pero finalmente di con ellas.

Despues de un buen entrenamiento como el que habia tenido, necesitaba relajarme.
¿Y que mejor lugar para eso que las fuentes termales? Además, me encantaban las altas temperaturas, tanto por mi parte Flamma como mi parte Parvus, por que en realidad yo me habia criado con parvus, pero yo era flamma. Bueno no sé, una cosa rara. No lo habia dicho por el palacio, por verguenza a que no me aceptasen como un fuerte y poderoso flamma.

Así que no me lo pensé demasiado e intenté aumentar la temperatura de las termas al máximo lanzando un Flagrare, pero era poco potente para calentar el agua a la temperatura que yo queria. No tuve más remedio que conformarme con la temperatura que tenia el agua.

Me desvestí de forma rapida deseando meterme y sali corriendo para dar un salto y zambullirme de golpe, pero para mi desgracia tropecé resbalé y me pegué un croque en la cabeza.

-Auch auch... auch... aay... >_< Dije mientras me agarraba la cabeza, despues de ese golpe estaba deseando zambullirme, pero para no volverme a caer decidí meterme poco a poco y sumergirme hasta la boca más o menos.

(Qué agua más calentita... esto es la gloria...) Pensé mientras dejaba flotar mi cuerpo como si de un cadaver se tratase y al rato...

Del golpe que me habia dado, me empezó a entrar sueño y me desmayé en el agua y quedé flotando durante un buen tiempo.

*se queda*

Estaba dando una vuelta cuando escuché un grito. Alarmada, tensé las alas y me dirigí a dónde provenía el sonido.

Entré en una sala con bastante vapor. Descolgué a a Arpa y saqué una flecha, poniéndola en la cuerda. Caminé con la flecha en la cuerda y a medida queme acercaba, veía mejor.

Me sorprendí cuando mis pies tocaron agua. Miré para abajo y fruncí el ceño, por qué había agua en el suelo? Seguí caminando y entonces lo vi. Había una persona tumbada sobre lo que parecía una piscina de agua, pero esa persona estaba... bueno, como Mithos la trajo al mundo. Al verla, me sorprendí tanto que di un paso atrás y con el agua resbalé y que caí al suelo. -Ah...- Murmuré con el culo en el suelo mojado.

No habia pasado mucho tiempo de mi desmayo, cuando derrepente escuché un ruido y me desperté de golpe sumergiendome en el agua como si de una piedra se tratase.

Chapotee en el agua de forma alocada, aun que en realidad el agua no cubria y no podria haberme ahogado, no tardé nada en tocar con el culo en el suelo. Rapidamente me levanté, pero debido al vapor no pude ver nada. Sali del agua para ir a vestirme pero tropecé con algo en el suelo, no sé que era me asusté bastente y caí de morros en el suelo mojado. Me habia pegado otro golpe y este casi más grande que el otro.

Eché las manos a la cara enseguida haciendo gestos de dolor mientras sangraba por la nariz. No pude evitar gritar.

-Aaaay! ay ay ay!! ¡Como escuece! Entonces me giré y debido a que no veia nada palpé como si estuviese ciego y toqué algo que parecian unas piernas... ¡Uah! ¡Era una chica!

Sin previo aviso, el vapor aumentó e hizo que no pudiera ver bien. Cuando quise darme cuenta, unas manos tocaron mis piernas. Pegué una patada por acto reflejo hacia donde debía de estar el chico y di una vuelta sobre mí misma para apartarme. Una vez estuve a un metro de él me levanté y lo apunté con mi flecha.

Estaba indignada.- Cómo... cómo se atrevía ese desgraciado!?- Entonces hablé.- Tú, más te vale tener un buen motivo o ya puede sir despidiéndote de tu cabeza...- Le dije fieramente.

Toqué a la chica pero antes de que me diese tiempo a reaccionar vi una bota venir hacia mi cara. Me habia llevado otro golpe en la cara. La patada de la chica me dejó sin sentido varios segundos y me lanzó bastante lejos, me quedé tumbado boca abajo sin poder explicarle nada...

-Ummhhaa...ahug... ahg... Me quejé de dolor sin poder pronunciar bien las palabras.

Todavia seguia desnudo, pero estaba claro que no estaba solo allí. Habia alguien más.

Me levanté rapidamente, me sequé la sangre de la nariz y me tapé mis partes con las manos por si acaso podia verme.

-¡Ah! Lo siento mucho, yo... tropecé, no lo sabia, pensé que estaba solo y me comí el suelo... Le dije con un tono timido y avergonzado. Incluso me habia dado cuenta de que mis palabras no tenian ni sentido, pero ya no iba a decir nada más a ver si me iba a llevar otra patada o algo peor...

No podia ver bien a la chica, pero por la forma en la que me dio la patada. Estaba más claro que el agua que se habia enfadado.

-Au... Me quejé nuevamente por el golpe que me habia dado.

El vapor empezó a reducirse y pude ver al chico tapándose. Me sonrojé al darme cuenta de lo que estaba pasando y no pude evitar mirar hacia otro punto. Me dio una respuesta nada convincente, pero el chico parecía herido y no me gustaba mantener esa conversación de esa forma, así que cogí unas pieles que tenía a mi lado y se las tiré a la cabeza.- Tápate...- Murmuré, pero supuse que me había escuchado. Bajé un poco el arco, parecía que no había peligro, pero nunca se sabía, así que no moví la flecha de la cuerda.

Fruncí el ceño al ver su nariz sangrando.- Será pervertido...- Tiré una flecha a tan sólo 2 centímetros a la izquierda de su cabeza, era una amenaza. Saqué una nueva flecha, ya solo me quedaba menos de una docena teniendo en cuanta todas las que había perdido contra los colosos de tierra, así que no podía seguir desperdiciándolas.- Quién eres y que haces aquí?- Le pregunté

El vapor comenzó a disiparse, pero tampoco pude ver nada por que derrepente unas pieles acabaron en mi cabeza. Las cogí y rapidamente me las vestí, no tapaban demasiado, pero bueno. Algo es algo.

Al segundo vi que la chica frunció el ceño y me disparó una flecha que pasó delante de mí. Por un momento vi mi vida pasar ante mis ojos, crei que iba a morirme, pero por suerte la flecha no acertó. ¿O no queria que acertase? No lo sé, tragué saliva y le dije.

-¿¡Que haces estás loca!? ¡Por poco me matas! Y antes de que ella pudiese responderme nada le respondí a lo que me habia dicho con tono enfadado.

-Soy Runek Vanikud y soy nuevo en este sitio, no he venido aquí a que me maten ni me pisoteen ni me apaleen. Me limpie un poco de sangre que tenia en la boca y me crucé de brazos mirando a la chica fijamente esperando su respuesta... Intenté mantenerme firme aun que en realidad me dolia todo, tantos golpes no debia ser bueno para la salud. Esto era peor que el entrenamiento...

Iba a responderle pero entonces se presentó.- Ah... pues lo siento Vanikud!- Dije sarcásticamente.- En realidad, yo vine a mojarme.- Señalé mi ropa empapada de rebozarme por el suelo.- Y a que me tocasen!- Lo miré fijamente, estaba cabreada. Había sido un buen día, había entrenado bien, había engrasado a Arpa. ¿Por qué tenía que acabar así? Quién eres y que haces aquí?-

El chico se cruzó de brazos, no entendía por qué se ponía así, la única que teníaderecho a estar cabrada era yo. Vi su rastro de sangre en la cara, parecía que mi patada había sido fuerte.- Mejor, que aprenda...- Pensé.

No pude evitar sonrrojarme al haberle escuchado decir que vino a mojarse y a que le tocasen, bueno y tambien por su ropa mojada... Yo no era un pervertido ni nada por el estilo, pero esas 2 palabras venidas de una mujer... se me hacian dificiles de asimilar y aun encima la ropa mojada... No pude evitarlo, me sonrrojé y dije.

-Boh, idiota, yo no queria tocarte... te me metiste en medio Le dije y rapidamente miré hacia el techo con los brazos cruzados para que no pudiese ver como me sonrrojaba.

Ella parecia más enfadada que yo todavia, y no entendia por qué, si yo solo me habia tropezado con ella. Ni ella ni yo teniamos la culpa, pero parecia por su expresión de la cara que estaba dispuesta a pegarme otra patada...

-Oye... ¿no me irás a pegar otra patada no? Le dije mientras la miraba con cara de asustado. Sin duda ninguna las patadas de aquella chica dolian mucho y eso que yo era bastante resistente ante los golpes...