Fuente termal

Escucho como detiene sus conjuros un momento y pregunta por los nombres. Es normal que esté preocupada al respecto, es algo serio. Me pregunto qué habrá hecho para que esa ninja haya hecho algo así, aunque tal y como era su determinación asumo que quizá esté actuando de forma exagerada. Es una molestia de todos modos.

—Follow no es un nombre, es algo parecido a un oficio. Los ancianos juzgan a los guerreros por sus habilidades y cuando vislumbran su destino, los marcan con un oficio que los define, pero no los nombra. Sólo los ancianos lo hacen. Aquí llaman líder a algunos hombres y mujeres, es algo parecido —Le explico para que entienda bien. Luego voy a las siguientes preguntas y, de entrada, niego.

—No es correcto que ella haya hecho eso, es una gran falta de respeto. Una afrenta importante. No sé qué le ha llevado a hacerlo. Ella también queda mal vista por hacerlo. No debes considerarlo tu nombre, será peor si lo haces. Pero su sentido es el de marcarte para que la muerte te encuentre con mayor facilidad. Como si fuese enviada a ella. Tendrá intención de derrotarte —Le explico. Tengo que arreglar el asunto lo antes posible. No quiero que la muerte llegue a Massen Dew acabando con su destino.

—No te preocupes. Yo me encargaré de que lo arregle —Le digo.

Miro con curiosidad a Massen Dew cuando retoma sus conjuros y abro ligeramente los ojos, buscando encontrarla entre la pequeña niebla, cuando escucho sus palabras. Lo que dice me sorprende y me emociona en parte. Escucharla hablar de esa forma, con ese tipo de seguridad y con esas palabras me hace tener una sensación agradable e increíble. Siento un impulso en mi interior que me hace acercarme a ella.

—Massen Dew —Pronuncio para llamar su atención. Entonces me desato el paño de la cara y la beso con una intención que me llama desde dentro. Siento mi sangre correr.

—Eres una fuerte guerrera Massen Dew —Le confirmo, ilusionado, una vez me separo un poco de ella. Incluso siento como mi cara se relaja un poco, en una especia de sonrisa tranquila. Sin duda será una madre perfecta y poderosa.

Su sonrisa y sus palabras me hacen sentir de nuevo ese cosquilleo interior y vuelvo a besarla otra vez, ahora rodeándola con los brazos para poder acercarla un poco más a mí. Recuerdo que la última vez que estuvimos de esta forma también fue en este lugar. Sólo que aquella vez Massen Dew todavía no era la mujer que ahora veo. El destino parece habernos traído de nuevo aquí.

—La muerte no te cogerá, Massen Dew —Le digo en tono bajo, como una promesa propia. Haré que no pueda acercase a su nombre para poder tenerla así de cerca cuanto pueda.

Massen responde a mis besos y acercamientos lo que hace que me sienta más cómodo con el contacto.
Cuando se acerca por tercera vez vuelvo a unir mi boca con la suya, notando como el agua de lluvia ayuda a humedecer sus labios y los vuelve más tiernos. Eso hace que tenga más ganas de probarlos y no soltarlos.

Instintivamente, me coloco de rodillas entre sus piernas para poder acercarme todo lo posible a ella y me echo un poco sobre su cuerpo para cubrirnos algo más con el agua caliente de la terma. Su cuerpo es tan suave como lo recordaba, solo que ahora al abrazarla noto que su pecho era más blando y redondo.

Hay como un fuego ardiendo en mi interior que me hace acercarme a ella y me pide tocarla y acariciarla y hacerlo bajo el agua resulta más agradable, porque su piel resbala bajo mis manos.

Me siento acelerado, entusiasmado quizá. Pero esto no se parece nada al entusiasmo que siento cuando lucho o cuando entreno, ni siquiera al que siento cuando me dejo caer desde grandes alturas antes de agarrarme a algo. Es una especie de nerviosismo caliente que por una parte me empuja y por la otra me hace quedarme quieto. Lo único que muevo con más resolución es la boca cuando Massen Dew parece querer tirar de mis labios.

Llegado un momento recorro su boca y muevo mi cara mordiendo un poco su mejilla y resbalando hasta su cuello, succionando y mordiendo un poco en ese lugar. De pronto recuerdo a algunas criaturas marinas, sosteniendo con fuerza el cuello o lomo de la hembra para que no pueda nadar lejos. Una sensación eléctrica me recorre el cuerpo y mis manos se agarran a las piernas de Massen Dew, pegándolas contra mí.

De pronto parece que Massen Dew deja de tomar la iniciativa y no se mueve demasiado, aunque sigue reaccionando a mis movimiento y caricias y eso hace que me entren ganas de continuar. Sigo por su cuello un poco más mientras noto como incluso mi cara está calentándose de forma rápida.

Después de un rato, dudo bastante de si mover mis manos, ya que las cortas distancias parecen enormes, pero acabo por mover una hasta su pecho, rodeándolo con cuidado para poder sentir su peso y forma. Por alguna razón es muy agradable y siento como mi cara se enciende mientras me separo un poco de su cuello. Mi otra mano aprieta su muslo mientras siento como entre mis piernas hay algo todavía más encendido.

Sin saber muy bien qué hacer, vuelvo a besarla apretando un poco más los ojos. El pecho se me mueve con fuerza, como un torbellino en mi interior e incluso mis piernas están algo débiles.

De nuevo nuestros labios parecen ser el rescate de esta situación, lo que da un poco de sentido a nuestra forma de movernos y atraernos. Me pregunto si esto hubiera sido más fácil si hubiera realizado el ritual según la forma de mi tribu, pero ahora tampoco estoy pensando demasiado.

Cuando ella se mueve, mi cuerpo reacciona compensando sus movimientos con otros propios y cuando empieza a besar mi mentón voy levantando el cuello, dejando escapar el aire por la boca ligeramente, para dejarle paso.

Poco a poco, tras masajearle un poco más el pecho, mi mano se desliza por su costado, acariciándolo y acaba en su muslo, hacia su ingle. De alguna forma siento la necesidad de acariciar su zona, como si así fuese a buscar el lugar adecuado. No lo sé, pero paso mi mano entre sus piernas, suavemente, y siento un escalofrío recorrerme el cuerpo.

Parece que mis caricias han hecho que Massen Dew reaccione por fin y suelto un gemido ahogado cuando aprieta sobre mi cuello, apretando más mi mano contra ella. Cuando cambia de posición, dejándome más hueco, empiezo a frotarla con más ímpetu y siento que cuando más muevo la mano más presión siento entre las piernas.

Con mi otra mano agarrando su pierna, tiro de ella para subirla hasta mi cadera mientras me lanzo a su boca tras su llamada, ahora hambriento como un animal salvaje.

Siento que no es mi mano la que quiere seguir moviéndose a pesar de que la excitación que me reporta es adictiva, sino que es mi cadera lo que está pugnando por hacer algún movimiento y tener algo más de roce.

Pensaba que no podía estar más extraño, caliente y nervioso cuando siento la mano de Massen Dew acariciar lo que hay entre mis piernas. Doy un respingo y suelto un pequeño gemido acompañado de una fuerte respiración a causa de la enorme sensación. Es muy extraño y placentero, más que nada de lo que haya hecho anteriormente. Es como si pudiera sentir cien veces más su mano ahí abajo que en cualquier parte del cuerpo.


Al sentir como me acaricia no puedo hacer otra cosa que detener mis movimiento, apretando un poco las piernas a causa del placer. ¿Se supone que esto debe ser de esta forma? Nadie me había dicho nunca lo satisfactorio que es este contacto. Me apoyo en los muslos de Massen, apretándolos ligeramente mientras respiro y jadeo. Siento que no he acabado de hacer lo que debo, pero, de alguna forma, podría quedarme así, siendo incapaz de moverme.

De pronto Massen deja de tocarme y mi cuerpo se queda como helado e incómodo. Siento una desilusión enorme y busco agarrar su mano para que no la retire, apurado.

Cuando pregunta si ha hecho algo que no debe me quedo callado, bastante avergonzado por la situación y por tener que hablar ahora. Aunque apenas puedo verla por la oscuridad, giro un poco la cabeza de forma instintiva.

—No... Era muy agradable —Confieso, con un tono de voz bajo y algo apurado. Pero soy consciente de que no puedo dejar que siga así, por muchas ganas que tenga. Tengo que unirme con Massen Dew de otra forma y, ahora que he sido capaz de sobreponerme a esto, creo que tengo cierta idea de cómo tengo que continuar.

Acaricio sus muslos y llevo las manos hasta la ropa que cubre la zona entre sus piernas para tirar de ella ligeramente. Mientras, me mantengo cerca de su cuerpo e incluso busco apoyarme en su cuello a través del tacto entre su mejilla y la mía para que mi petición no sea demasiado brusca.

Massen no tarda en aferrarse a mí de nuevo cuando llevo las manos a su cadera e incluso se hace cargo de la ropa que lleva. Por mi parte, suelto el paño que me cubre la cintura y vuelvo a sostenerla por la cintura, sintiendo que el pecho se me agita con mucha fuerza. Creo que por fin podre considerarme un hombre adulto y empezar a responsabilizarme del futuro de mi tribu.

Cuando se acerca a mí, temblorosa pero bastante decidida, siento un nuevo arranque de placer al entrar en contacto con ella. Siento que mi cadera me llama más hacia ese lugar de su cuerpo, pero no noto ningún lugar por el que poder continuar.

En el momento en que se acomoda suelto un suspiro cargado, abrazándola con más fuerza y poniendo de mi parte para aproximarme a ella. Siento un escalofrío al sentir como voy encontrando el camino correcto gracias a su forma de moverse y aprieto los muslos al mismo tiempo que me aferro todavía más a ella, queriendo acercarme pronto. Tiro de su espalda hacia a mí para poder acortar la distancia pronto, pero ella parece dar ligeros tirones, apartándose de vez en cuando. Siento que me tiemblan las piernas y no puedo esperar demasiado e instintivamente, la aprieto más contra mí, adelantando mi cadera e imponiendo sobre su fuerza al intentar alejarse. Cuando me doy cuenta, estoy moviéndome lentamente sobre ella.

A pesar de mis acciones, Massen Dew no parece conforme con todo esto y me detiene, diciendo que le estoy haciendo daño. ¿Cómo puede ser eso? ¿Es que entonces ella no está sintiendo este placer que yo siento? Es algo extraño, ¿se supone que esto será así siempre? No soy capaz de entender su situación.

Pero me detengo, pese a que mi cuerpo me pide que no lo haga, y siento como la tensión entre mis piernas decae ligeramente. Sin embargo, ella vuelve a moverse un poco y yo intento mantenerme un poco más quieto, escuchando como sus sonidos parecen los de un animal herido. Aprieto los ojos y suspiro con algo de fuerza. Mientras ella parece moverse incómoda yo me estoy desesperando por el cosquilleo que producen sus movimientos entre mis piernas, concentrándome en no moverme hasta que ella consiga acomodarse. Debo concentrarme, pero todo esto es demasiado nuevo y placentero. Nunca había tenido que concentrarme mientras era sometido a algo así.