Fuente termal

Sin poder evitarlo, todavía me muevo un poco de vez en cuando, a medida que Massen Dew va acercándose algo más a mí con cada uno de sus movimientos. Poco a poco parece que son un poco más relajados y agradables, con lo que se me hace más difícil el no moverme. Para controlar un poco mi situación, me agarro a la piedra con ambas manos a los lados de ella y la aprieto entre mis dedos mientras voy soltando jadeos según se mueve más o menos.

Cuando por fin está del todo pegada a mí siento cierto alivio y, cuando me besa, la rodeo de nuevo con mis brazos, correspondiendo con rapidez y cierta ansiedad por el tiempo que me he estado reprimiendo un poco.

Es entonces cuando empiezo a moverme un poco, guiado ya por la agradable sensación de sentirme en su interior y la abrazo con algo más de fuerza para poder moverme con comodidad. Mi ritmo base es bastante apurado porque tengo los nervios a flor de piel y siento una especie de sed extraña que me repite una y otra vez que no deje de moverme cada ves más rápido.

Parece que Massen responde bien esta vez y yo me dejo llevar ya del todo por mis impulsos, empujando hacia ella y sosteniéndola contra mí para sentirla todo lo que pueda. Nunca hubiera imaginado una sensación como esta. Pensaba que el hecho de engendrar hijos para la tribu formaba parte de la vida corriente, sin otro tipo de relevancia, pero esto es mucho más de lo que he sentido nunca. Ni siquiera he llegado a umbrales de dolor que hayan llevado a mi cuerpo a estar de esta forma.

Siento como cada vez que entro y salgo todo es más agradable, más sencillo, más suave al tacto y eso me hace moverme más y más. Me siento perseguir algo extraño, etéreo y, aunque el cuerpo me pesa y me duele por la tensión contenida, lo único que busco es esa extraña cosa que persigo y sé que pronto llegará.

Al poco de escuchar la voz de Massen, apartándome un poco de la broma exaltada que cubre mi cabeza, me muevo rápidamente y la agarro con fuerza contra mí, apoyando mi cabeza en su cuello y mordiéndolo como si así pudiese sujetarla todavía más. De pronto, siento como llega, está cerca, está casi a punto y entonces estalla con un placer insospechado, haciéndome soltar un alto jadeo mientras mis caderas parece aprovechar el reprís y moverse ligeramente, apretándose contra ella, mientras esa maravillosa sensación se va acabando. Siento el cuerpo temblar un poco y me quedo aferrado a Massen, regodeándome en ese calor delicioso y cómodo. Me entran ganas de dormirme sobre ella.

Massen Dew se relaja contra mí también y parece que, de pronto, todo queda sumido en un silencio inmenso que poco a poco se va rellenando con los ruidos normales del ambiente. Yo me dedico a recuperar el aliento, sintiéndome cansado pero reconfortado, algo que no había sentido nunca, creo.

Siento que mi pecho se va regulando mientras que también siento la respiración de Massen Dew chocando contra mí. Con cuidado, separo mi pelvis de la suya del todo, notando como ya no queda tensión alguna entre mis piernas. Ha sido extraño y muy agradable.

De un momento a otro, empiezo a sentir como mi temperatura baja rápidamente y siento que el frío del aire me molesta un poco. Me separo un poco de Massen Dew, agarrándola por los hombros, y le doy un beso en los labios, corto.

—Debemos cubrirnos, Massen Dew —Le digo en un susurro, como si no pudiese alzar la voz por temor a molestar algo.

Las termas habían sido arrasadas. Ya no había roca alguna que les diese forma. El huevo anteriormente lleno de agua termal lo estaba entonces de barro y lluvia helada. Sin embargo, el manantial caliente seguiría brotando.
Harían falta reparaciones para devolver las termas a su estado, pero podrían volver a estar en funcionamiento pronto, tras vaciarlas, limpiarlas y restaurar su apariencia inicial.

*Las termas han de ser reparadas*

Me aparezco cerca del claritas, con una sonrisa altiva, entretenida. Ver trabajar a otros con sus manos me resulta de lo más satisfactorio. Casi podría parecer que siento que yo estoy aportando algo solo con observarlos. Bueno, es así de algún modo, ¿no? Mi presencia aquí les resulta beneficiosa, se supone, a ellos y a mí, por lo que yo ya contribuyo lo suficiente sin necesidad de mover un dedo por levantar rocas embarradas ni doblar la espalda.

Un par de los chicos del servicio me contemplan, cómo no. Ensancho la sonrisa, con deleite, sin mirarlos siquiera, con los ojos clavados en Corbin, expectante. Aunque, ciertamente, es él el que debería estarlo. Al fin y al cabo, son noticias que espera. Para mí debería ser prácticamente una formalidad innecesaria, casi una molestia.

Aunque yo tenga mis propios motivos. Eso no tiene nada que ver. Eso no debe mostrarse.
Lo parezca o no, a veces disfruto de la simple compañía de unos simples guerreros, aunque solo sea para librarme del hastío de mis innumerables tareas y deberes. Son escasos momentos interesantes, aunque generalmente insignificantes.
Ahora, sin embargo, con mis intereses de por medio, el interés aumenta.

Aguardo, paciente. Parece que le resulta agradable hacerme esperar. Eso es lo que pensaría de no conocerlo. No obstante, me lo tomo con humor, por así decirlo. Si lo desease aquí inmediatamente, él lo sabría. Que se tome su tiempo, si lo desea. Me he permitido venir porque tengo los suficientes minutos libres.

Una vez se acerca, ladina, lo saludo con un gesto de cabeza, sin hablar siquiera. No es necesario. No lo es para él, y menos para mí, si no podré jactarme de ello.
Extiendo una mano hacia el guerrero, sin embargo, rozando suavemente su mejilla con las yemas de los dedos, dejando ir al interior de su cuerpo una especie de sensación de calidez, mientras, a la vez, le transmito la información que considero oportuna, mirándolo relajada a los ojos.

En apenas un instante ya sabe todo lo que debe saber.
En apenas un instante he transmitido una leve esencia afrodisíaca a su cuerpo, desde el mío. No es que no pueda soportar que no sea de otro modo, pero me gustaría que, además de una mujer imponente y poderosa, incluso él sea capaz de, inconscientemente, comprender hasta qué punto soy deseable.

Supongo que soy caprichosa.
Me gusta sentir que tengo el control incluso sobre eso. Es más entretenido si hay un deseo latente al que negarse. Eso no hace sino incrementar mi poder.

Rompo el contacto con mi desvanecimiento.