Mirador de la Torre

A sus palabras me deja claro que mi rechazo se había producido porque no había hecho bien el ritual. No es que no lo supiese, pero el hecho de que lo confirmara me daba cierto alivio, porque no se trataba de que Massen Dew me negase, sino de que debía haber realizado otros actos anteiormente. Asiento.

—¿Entonces qué debería hacer antes? —Le pregunto, franco. Quiero ir directo al grano.

Escucho entonces su pregunta y vuelvo a fruncir el ceño. El sentido de mi existencia. Levanto el mentón y cruzo los brazos.

—Existo para cumplir con mi meta y hacer que mis antepasados estén orgullosos de mí. El destino me guiará para alzarme entre todos —Le explico, orgulloso.

Escucho sus palabras. Al parecer hace tiempo que no se ve envuelto con una hembra. Me pregunto con cuántas lo habrá relaizado, ya que, tal y como habla, parece conocer bastante sobre el tema. Entonces quizá tenga una buena camada de hijos.

Cuando habla de amuletos frunzo el ceño. ¿Objetos? Este ritual es realmente extraño. Que yo sepa, en la tribu nadie utiizaba objetos... A no ser que fuese algún tipo de ofrenda a la hembra o algo así... ¿Habría fallado yo en eso? Le había llevado comida alguna vez, que yo recuerde.
Explica que la puerta se cierra y no deja entrar nada. Lo cierto es que no lo sé. Massen Dew me había rechazado antes de comprobarlo.

—¿Y qué objetos son esos? —Pregunto, cada vez más impaciente.

Vuelvo a fruncir el ceño ante sus palabras. A cada paso que doy yo parece que él lo retroceda. Me pide calma y tranquilidad al respecto. Al parecer estoy tratando de ir demasiado rápido en el asunto. Pues yo creía que había esperado lo suficiente. He dejado a Massen Dew tener su tiempo siempre que me lo ha pedido.

Quizá deba esperar más... Aunque yo me siento bastante preparado... Aunque si el destino me ha marcado a este flamma como guía, quizá deba hacerle caso.

No enumera los elementos que hacen falta, pero sí la madera que he de conseguir para obtenerlos. Al parecer va a ser más largo de lo que esperaba. En ese caso no tengo tiempo que perder. Asiento.

—Caoba o roble —Dicho ésto, me doy la vuelta y me dirijo al borde de la torre para saltar hacia los tejados y perderme entre la oscuridad, trepando por el palacio. Ahora tendré que buscar esa madera.

*se va*

Han pasado ya tres días desde el incidente y las cosas han avanzado bastante. Los heridos han ido muriendo o recuperándose, pero ahora ya no representan mayor preocupación que la desdicha que han vivido o les queda por superar. Lo cuerpos han sido incinerados y ya han empezado a enterrar las cenizas o a llevárselas a sus familiares. Al menos la lluvia ha cesado.

Aprovecho para huir de los interiores. Estar rodeado de tanta gente y tanto ruido me ha cansado demasiado. Trepo por los tejados para tener algo de tranquila soledad y volver a las alturas, donde me siento más cómodo. Las alturas o las profundidades, pero por alguna razón nunca me ha gustado el lago de este lugar.

Acabo trepando al mirado, empujándome con las manos para quedar en cuclillas sobre la baranda y entonces veo que no estoy solo.

—Massen Dew —Digo, algo sorprendido por su vuelta. Ha sido buena idea su marcha, no ha estado aquí en el ataque.

Salto para ponerme de pie en el mirador y acercarme con calma a ella. No sé cuánto ha estado fuera, pero parece cambiada.

Massen Dew se acerca y me abraza con fuerza. Yo correspondo a su abrazo. Un poco. Asiento a sus palabras.

—Aparecieron unos hombrecitos verdes que se esparcían con el viento. Muchos murieron con su veneno en polvo. Los líderes nos ayudaron y otra gente poderosa. Ahora está todo bien —Le explico con calma, haciendo un par de gestos con las manos para aclarar la forma más bien volátil de aquellos hombrecitos.

—Yo estoy bien. La pequeña chica aether se ha quedado en tierra. Sin un ala —Le informo, ya que parece nerviosa cuando habla de no haber visto a nadie.

Me quedo callado, pero entonces recuerdo algo y la agarro un momento de los hombros.

—Ah, Massen Dew. Hay otro guerrero de mi tribu. Esa mujer busca mi destino. Ten cuidado. Tendré que luchar si la veo de nuevo —Le explico.

Niego con la cabeza cuando Massen pregunta por alguien más. No he visto a ningún otro conocido, o que me suene de verle, herido. Aunque me he dedicado más que nada a llevar cosas de un lado a otro así que no me he fijado mucho en los enfermos.

Asiento cuando pregunta sobre la mujer.

—Ella busca mi destino, pero yo no lo comparto con ella. Dice que la enviaron para llevar la gloria a la tribu. Ahora debemos luchar para comprobar cuál es el verdadero destino —Le explico.

Luego me quedo callado.

—Massen Dew, has vuelto. Pero no como la Massen Dew que se fue —Añado.

Massen Dew parece conforme con la explicación. Al parecer no sólo ha cambiado en apariencia.

Cuando le informo de su cambio, ella parece algo apurada al respecto. Pregunta.

—Tu forma ha cambiado. Sigue siendo Massen Dew, pero distinta. Ahora eres más mujer. El tiempo hace avanzar tu destino. Me gusta verte —Le explico. No le digo más, no puedo verla bajo su ropa, así que no sé más. Pensar en ello hace que se encienda un calor en mí. Cada vez tengo más claro mi destino al venir aquí. Fundaré mi propia tribu.

Asiento cuando Massen Dew dice que le gusta verme. Eso espero. Tengo que seguir siendo el mejor para ella. Parpadeo cuando se acerca a besarme. Luego yo hago lo mismo en su cara.

Me quedo callado, pues no tengo nada más que decir y, tras mirarla fijamente durante un rato, acabo mirando hacia otro lado, buscando algo interesante.

—¿Dónde has ido, Massen Dew? —Pregunto al recordar.