Biblioteca

Zacharyas negó ávidamente.

-Pa-para nada... -balbuceó apurado con su voz ronca-. Quiero decir... -. Carraspeó-. Siempre es agradable charlar con alguien.

Eso sí había estado bien, y no los balbuceos de antes. Zacharyas estaba seguro que de estar hablando con Stalon todo sería más fácil, pues ella tomaría la iniciativa en la conversación.

- Disculpa... pe -se corrigió, pues ella lo había tratado de usted- la intromisión... Desde que ha entrado no he podido dejar de pensar - "en la fragilidad de sus huesos", pensó - que nunca la he visto. ¿Ha llegado hace mucho a Brönte? si no es molestia que se lo pregunte...

Zacharyas analizó sus palabras. Seguramente partiría en alguna misión. Pensó que él también tendría que ponerse pronto a ello o nunca haría nada en aquel lugar.

Cuando ella le ofreció que se tutearan, Zacharyas no pudo evitar ruborizarse avergonzado. ¿Tanto se había notado su pequeño traspiés verbal?

- Podemos hablar como prefiera, yo tampoco tengo problema en ser más formal...

Se llevó una mano a la cabeza, penetrando en su abundante cabello para rascarse. Se clavó una uña en la piel y disfrutó por un instante del dolor.

- Yo, sin embargo, soy algo torpe relacionándome, como puedes ver... -murmuró ronco.

Zacharyas se estaba sintiendo extraño. Se preguntó si no estaría haciendo algo mal, u olvidándose de algo, pero ni dándole vueltas era capaz de aclarar qué era aquello que se le escapaba.

Zacharyas asintió lentamente, dándole la razón. Debía dejar de actuar como si fuese un inseguro adolescente, pues se esperaba de él en aquel lugar que fuese un duro guerrero.

La miró unos instantes, como buscando una señal que le dijese qué debía decir, pero todo le parecía demasiado personal o banal para ser hablado. Finalmente optó por una de las más recurridas formas de entablar conversación con un recién llegado, e incluso se sintió tonto por no haberse dado cuenta antes.

- Por cierto... ¿Ya conoces las instalaciones al completo?

"El cementerio es precioso, aunque está algo vacío", pensó para sí.

FdR- Por cierto, probablemente no postearé de nuevo hasta las 8, porque en un rato cogeré un bus. En tal caso, discúlpame XD

FdR: >.< Rol pausado

A Zacharyas le extraño la actitud que adoptó Fier tras su respuesta, pues creía que la pregunta formulada había sido la ideal: poco personal y suficiente para sacar algo de que hablar un rato. Sin embargo la mirada de esta se perdió en algún lugar desconocido para el caeruleus.

-Si necesitas ayuda ya sabes... -. Sonrió como pudo-. Aunque supongo que ahora no es buen momento -añadió, haciendo referencia a la carta que ella parecía escribir.

Se levantó del suelo y cerró el libro que portaba.

-En fin, creo que dejaré que acabes de escribir lo que estés haciendo...

Sonrió algo incómodo.


FdR- lo sientooooo Y para colmo me equivoco de cuenta XD No vuelvo a postear con el móvil...

FdR2- Quería dejar libre a tu personaje, pero no sé cómo sacar a Zach de ahí XDU

FdR: ^^ no importaba que me la tuvieras secuestrada, me gusta rolear. Puedes sacarlo ahora que está libre~ ^^

Zacharyas se vio sorprendido por la repentina partida de la joven, que finalmente declinó su oferta sobre lo de enseñarle el palacio. Pensó que seguramente sería mejor así, puesto que ya no le quedaban demasiados temas superficiales por tratar.

Le devolvió una macabra sonrisa -la que le salía- cuando ella rehizo aquella figura de papel. Sin embargo le sorprendió en sobremanera el beso de despedida, pues era tan poco usual en sus círculos que no recordaba el último de ese tipo que había recibido. Seguramente, pensó, habría sido su madre al despedirse de él...

Se llevó una mano a la mejilla y se quedó así incluso después de que Fier saliese de la estancia, pensativo.

"Es un simple saludo, Zacharyas" pensó.

Sacudió la cabeza y suspiró. Tampoco tenía muchas vueltas que darle. Por el momento, era como era, y al menos ya no tenía que darle cien vueltas a la cabeza para hallar temas de conversación.

Decidió que ya no tenía más que hacer allí, así que salió del lugar preguntándose qué podría hacer a continuación.

*se va*

He dormido mal esta noche. Realmente, hace mucho que no descanso cuando duermo. Me noto intranquila, alerta, nerviosa. El estrés del día a día me desanima, y mis frecuentes pesadillas no me dan demasiado aliento.

Entro en la biblioteca silenciosamente. Esta vacía, y ello me agrada. Recorro los largos pasillos formados por estanterías llenas de libros acariciando sus lomos con las yemas de los dedos. Me detengo en uno que trata sobre el uso de la anatomía en la batalla y lo tomo. Paso las hojas sin interés, en el sitio. Lo cierro de nuevo y acudo a sentarme al sillón.

Muchas veces, la gente viene a este lugar a escribir cartas a sus seres queridos; yo vengo a estudiar. De alguna forma, ello me entristece.

*se queda leyendo*

FdR- no voy a estar hasta más tarde

Tras leer varias horas, sintiendo que comenzaba a quedarme dormida y que la ausencia de luz me obliga a iluminar los ojos, decido que ya he hecho bastante por hoy. Cierro el libro, me froto los ojos y me voy del lugar.

*se va*

FdR- lo siento, ayer no me encontraba muy bien y al llegar a casa me fui directa a cama u.u

Desesperado llegué a la biblioteca como una exhalación, corriendo como un loco hasta que la bibliotecaria me pidió amablemente que no hiciese tanto ruido y que no corriese por los pasillos, estas fueron sus palabras:

Bibliotecaria: ¡¡SEÑORITO RUNEK NO CORRA POR LOS PASILLOS NI HAGA RUIDO! ¡MALDITO ENGENDRO SIEMPRE IGUAL! ¿¡CUANTAS VECES SE LO TENGO DICHO!? Sí, bueno, en realidad muy amable no fue, pero siempre corría por la biblioteca y la señora tenia buenas intenciones... Así que me paré en seco y me dispuse a buscar un libro en específico, algo que no es que me apeteciese leer, pero se había roto la pata de la mesilla de mi habitación y de alguna manera tenía que arreglarlo, necesitaba un libro con la pasta gruesa.

Creo que fui bastante lince al decidir ir a la biblioteca a por un libro que quedaría genial como soporte en la mesilla de mi habitación.

Sin más dilación, anduve por toda la biblioteca examinando libros, sin duda ninguna parecía un erudito, aun que la verdad los libros me daban bastante igual y de erudito tenía poco, solo me gustaba sentir el silencio y respirar el aire de la biblioteca, pero por desgracia siempre tenía la manía de entrar corriendo.

*se queda*

Buscando y buscando libros sin parar, desordenándolos todos y ninguno tenia una maldita pasta gruesa. Hasta que por fin, después de tanto buscar y dejar la biblioteca hecha un cristo, lo encontré, era perfecto, era el soporte perfecto para mi mesilla y cuando lo estaba sacando de la estantería cayó al suelo y me agaché a recogerlo.

Para mi sorpresa escuché una voz bastante dulce y suave que me decía "buenas noches." Me levanté con el libro en las manos y de repente ante mi estaba un ángel de cabellos dorados, ropa blanca alas blancas... ¿Me habría matado de una caída mientras venía corriendo hacia la biblioteca? Nah, no podía ser, yo no creía en esas cosas, seguramente era una Aether como Tham, no me sorprendía tanto por que ya había visto otras personas con alas por el palacio.

Tragué saliva, me erguí lo suficiente como para mirarla desde arriba y le respondí:

-Buenas noches, señorita. Y agarré el libro apoyándolo debajo de mi brazo.

El libro ponía "Kamasutra" pero no había caído en que ponía eso en ese momento, por que no había leído la portada.

FdR- Runek es tonto xDD

Aún con ese "estupendo" libro en la mano, ladeé la cabeza y miré a la chica extrañado. Por que de repente se puso a recoger todo el desorden que había montado, en silencio callada, poquito a poco fue recogiéndolos y me hizo sentirme bastante descortés conmigo mismo por no haberla ayudado a recogerlo todo.

Al parecer dijo que los libros eran su pasión y yo no tenía ni puñetera idea de libros, no eran mi pasión ni mucho menos y me daba un poco de corte decirle que había cogido solamente un libro para la mesilla de mi habitación...

Al final decidí ayudarla a recoger los últimos libros que quedaban y le dije:

-Hay que ver cuanto vándalo anda suelto, ¿eh? Intentando hacerle ver que yo no había hecho nada.

Cada vez que me agachaba para recoger un libro el pelo me tapaba la cara y como de costumbre tenía que apartármelo para ver algo, me resultaba un poco molesto y estaba pensando en cortármelo algún día de estos, pero todavía no lo había decidido.

Cuando me agaché para recoger los últimos libros noté que algo movía mi pelo y lo recogía, me quedé un poco impresionado y me asusté y solté el "famoso" libro que tenía en la mano, al parecer la chica cuyo nombre no sabía todavía, me estaba haciendo una coleta... Me incorporé rápidamente y pensé "¿Una coleta?" (A mí esas cosas no me gustaban en absoluto), aunque tenía que reconocer que era muchísimo más cómodo y no tuve más remedio que agradecérselo con una ligera sonrisa aunque algo confusa, por que no sabía a qué demonios había venido eso de ponerme una coleta... Supongo que se dio cuenta de que me molestaba el pelo... pero aun así, no tenía tanta confianza con ella como para ponerme una coleta... Tal vez esta chica era un poco rara...

Ya terminados de recoger los libros, decidí indagar un poco y conocerla un poco más, no sabía nada de ella y era un buen momento para conocer a alguien más del palacio. Me agarré la barbilla y me puse pensativo, mientras la miraba fijamente.

-¿Como se llama usted? Le respondí tratándola de usted, ya que había notado que ella me había hecho lo mismo al principio.

-¿Viene por la biblioteca muy a menudo? Seguí tratándola de usted, tampoco quería hacerlo parecer un interrogatorio, pero fue lo único que se me ocurrió preguntarle.

Y a mí este tipo de cosas de tratar de usted no me gustaba, me hacían sentirme viejo, pero me apetecía seguirle el juego y de paso no estaba siendo descortés.

No me di cuenta de que el libro que pretendía llevarme, todavía estaba en el suelo.

Agarré el libro que me había caído y nuevamente lo puse debajo de mi brazo. Era perfecto para la mesilla y no queria perderlo.

Miré a la chica mientras me hablaba y con su dulce voz me decia su nombre. Era Fier Galatea y sin duda ninguna pensé que ese nombre era perfecto para un ángel, pero como esas cosas no existían tampoco lo pensé demasiado, fue un ligero pensamiento rápido. Escuché sus palabras con atención aunque hablaba de una manera tan suave y susurrante que me entraba un poco de sueño, además era de noche y la noche anterior me la había pasado entrenando y estaba algo cansado por no haber dormido en todo el día.

Después de echarme la charla de que le gustaban los libros y que leía y estudiaba me preguntó mi nombre y yo le respondí:

-¿ Podrías dejar de tratarme de usted? Me hace sentir viejo... Me sinceré con ella y sonreí un poco para quitarle frialdad a mis palabras.

-Me llamo Runek Vanikud, un nombre corriente, para un hombre corriente. Y me señalé con el dedo pulgar en el pecho.

En respuesta a lo del ciclón no le dije nada en concreto, me di cuenta de que me había pillado y solo se me ocurrió reírme un poco y decirle:

-Bueno... es queee... hace mucho viento. No soné muy convincente y estaba claro que me había pillado.

Para no quedar tan mal, preferí admitir que había sido yo el causante del desastre.

-Ains... me rasqué la cabeza. Lo siento, es que venía con prisas en busca de un libro y me descuidé un poco... Agaché la cabeza y dejé los brazos muertos con sentimiento de culpabilidad.

Después de escuchar atentamente sus palabras y darme cuenta de que me trataba de tú, me fijé en que Fier había mirado para el libro que había cogido y yo también le eché un vistazo en ese momento. No podía creérmelo, era... el Kamasutra. Lo abrí un poco, lo inspeccione y tenía toda clase de posturas para... eso.

Lancé el libro por los aires y le dije:

-¡Waaah! No, esto no... es mío, puedo explicarlo... Vamos, no te sonrojes no pongas esa cara, no es lo que parece yo no... ¡Ay! Mierda... Las palabras se me atropellaban, que mala suerte había tenido, coger justamente ese libro, menos mal que no se lo enseñé a la bibliotecaria, sino seguramente se habría reído de mí.

Como ella hizo caso omiso a lo del libro y solo se había sonrojado, me dijo que se iba a ir y me preguntó si ya me iba a lo que le respondí:

-Pues... verás, no era este el libro que andaba buscando debí... confundirlo... Jeje... me reí con cierto nerviosismo.

-¡A-Ayúdame a buscar el libro que quiero...! Exclamé entusiasmado para que no se fuese todavía.

- No, pero si no importa, la sed de conocimientos es natural y eres un hombre joven y yo no soy nadie para que no...-. No me deja terminar de explicar que no es su culpa que yo me haya sonrojado lanzando el libro lejos, a lo que extiendo el brazo como si con ello pudiera evitar el mal aterrizaje que va a tener. Trato de omitir la expresión de casi dolor cuando oigo el "pof" del libro en el suelo, y contraigo la mano hacia mi cerrándola suavemente.

Me concentro en él, que aparte de nervioso parece que está ahora necesitado de ayuda. No es insistente, pero su entusiasmo me sorprende. Casi que con esa intensidad esperaba que me tomase de las manos y todo y suplicase. Chico, sí que se ha puesto nervioso. Con los ojos un poco abiertos de sorpresa, igualmente sonrío y asiento, antes de ser capaz de emitir palabra.

- Vale, bien. ¿Qué andas buscando? ¿Tienes el título específico o solo quieres una materia en concreto?-. Murmuro suavemente, comenzando a pensar en la organización de las unidades de información de la biblioteca.

¿Que qué ando buscando? Pues ni idea, no tenía ni idea de lo que buscar. ¿Y qué era eso de las dichosas materias? Yo no estaba muy puesto en esto de los libros y no tenía mucha idea de lo que estaba hablando, le respondí lo más tonto posible.

-Quiero un hmmm libro, con... pasta gorda, sí, eso. Seguro que pensaba que soy idiota, eso no tiene nada que ver con el libro o a lo mejor pensaba que quería un libro largo para leer, no lo sé, de todas formas no tenía ni idea de que materias existían ni sabía qué andaba buscando.

-Y... quiero un libro titulado... quise hacer que no me acordaba del nombre. Titulado... como era.. empezaba por la letra A... era algo así como... agh, no me sale. Bueno, espera... Me moví unos pasos hacia donde había caído el libro del Kamasutra y lo recogí del suelo colocándolo en una estantería. Nuevamente me moví con las manos en los bolsillos hacia donde estaba Fier, esperando que me dijese algún título de algún libro que empezaba por A y así salir de todo este embrollo.