Biblioteca

Ahogo un gemido de sorpresa al sentir su mano para no darle la satisfacción. Además, es solo sorpresa. Aunque poco a poco, ya sea solo por la situación, mi respiración se vaya acelerando y poco y volviendo más notable. No pienso hacérselo más fácil, ni más grato, ni suplicar, ni...

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Pellizcó ligeramente mi cuello con los dientes y sonrió. Puso su derecha en la piel desnuda de mi cintura y dirigió una corta mirada a mis pantalones, como despreciando su existencia.

Su izquierda se colocó en mi hombro y bajó hasta mi pecho con lentitud, haciéndose de rogar. Yo, en esa situación me sentía algo violenta e impactada. No recordaba haber temblado en un momento semejante, aunque no recordaba tampoco momentos demasiado semejantes a ese.

Acercó su boca a mi pecho y luego se separó, sin llegar a tocarme siquiera.

- Por fav...


Se acaban los prejuicios. Me da igual hacerlo con el líder caeruleus. De hecho, hasta lo prefiero así. Es una forma de zanjar de una vez por todas el miedo que tenía a una situación que ahora parece tan cercana.

El líder continuó jugueteando con su izquierda para que la chrysos fuese cediendo lentamente, sin embargo su derecha comenzó a profundizar y se introdujo bajo la ropa de la chica, buscando aquello que tanto se ocultaba.

Mordió el cuello de la muchacha y deslizó su derecha hasta que esta se humedeció para luego comenzar un movimiento casi de titiritero en busca de la reacción de la muchacha. La apretó contra sí para que apoyase la cabeza en su hombro y su cuello quedase más accesible mientras continuaba moviendo las manos de forma individual. Le dedicó tiempo, curiosidad, calma para ella sintiese todo aquello que le brindaba deseando que continuase.

No soltaré prenda. Me impongo a mí misma el no decir palabra, aunque ello no implica que los actos del líder no consigan otra clase de sonidos que aunque estén menos articulados quizás sean más gratos para sus oídos. Una pequeña parte de mí se maldice por ello, pero está cada vez más dormida.

Personalmente, he decidido que mañana me arrepentiré de ello, pero que por ahora lo voy a dejar estar. El sexo no tiene nada de vejante en sí mismo.

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- Alehyss... ¿Quieres que lo haga, Alehyss?

Jager sonrió con una sonrisa que casi era una mueca. Sus brazos me retenían. No me hacía daño al agarrarme, pero sí parecía fuerte y estable, y aunque no le respondiese, o aunque intentase negarme, era imposible que yo me opusiera a él en aquel momento.

- Solo con que me lo pidas, lo haré. Te lo prometo, Alehyss.


Dejo caer la cabeza sobre su hombro, relajando el cuello por completo. La mezcla de tensión, excitación (para mi desgracia) y recuerdos hace que mis reacciones se me hagan extrañas. Estoy acostumbrada a aguantar mucho mejor la compostura en situaciones del estilo.

Sin embargo ahora mismo...

La chica pareció reaccionar ante el líder, hecho que lo llenó de cierta complacencia y se deleitó escuchando a la muchacha durante un rato.

En el momento que creyó oportuno y en el menos oportuno para ella, apartó sus manos y la agarró de la cintura. Sonrió enseñando los dientes.

-¿Qué es esto sin un poco de acción, querida? -Indicó justo antes de empujar ligeramente a la muchacha para que cayese de rodillas al suelo.

Se puso en pie y observó a la chrysos con curiosidad, preguntándose qué hacer con ella. Levantó su mentón con la punta de su bota y relamió su índice y corazón.

-Levanta, Alehyss -.Indicó con un gesto de su mano de forma que la chica se puso en pie gracias al uso de su magia. Cortó el efecto de esta justo cuando la chrysos estuvo apoyada en una de las mesas de estudio y se acercó a ella hasta apoyar las manos sobre el escritorio, acorralándola.

La miró unos instantes, manteniendo su sonrisa, y lamió desde su mentón hasta la parte inferior de su nariz para luego dirigirse a su cuello y profundidades. Puso la derecha en movimiento y agarró el muslo de la chrysos para acercarse su rodilla a la cadera.

Aunque de pronto todo parece cambiar de rumbo, y me pongo un poco tensa al encontrarme alzada del suelo, claramente por alguno de sus conjuros, al encontrarme frente a él en la mesa, acorralada sin vía alguna para escapar sana, con él tan cerca, no puedo sino esbozar una sonrisa.


Podía sentir su sudor contra mi piel. Dentro del violento vaivén, eché un poco en falta la sensación que había tenido en ocasiones pasadas con personas diferentes. Quizás con ellos en muchos aspectos fue peor, pero jamás tan violento como aquella primera vez con él, en la que el cariño y el cuidado perdieron su nombre.

Me pregunto si él ya sabía que yo lo quería entonces.

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- Tengo que admitir que esto quizás añada un poco de diversión al asunto -murmuro, mirándolo fijamente.

Sorprendentemente, he logrado encontrarle un punto bueno al asunto, aunque en sí no me pareciera demasiado agradable.

Me atrevo a extender mis manos hacia él y las coloco sobre sus hombros. Desciendo lentamente y abro su chaqueta, descubriendo una camisa. Sin pararme a pensar en si lo que estoy haciendo se merece o no la pena de muerte, desabrocho el primero de sus botones, y luego el siguiente, mientras el recuerdo de su cicatriz me viene a la mente por un instante.

FdR- De perdidos al río ú.u...

El líder caeruleus notó como la chica comenzaba a desabrochar su camisa y no tuvo ninguna objeción. Por su parte, agarró la parte de arriba de la chica y la retiró haciendo que subiese los brazos interrumpiendo ligeramente su trabajo. Luego la lanzó hacia algún lugar de la biblioteca.

Descendió hasta los pechos de la chrysos y comenzó a hacer uso de su lengua, aquella de la que tan orgulloso se mantenía mientras comienzaba a deshacerse de los pantalones de la muchacha, no sin cierta ayuda de su dueña. Sin embargo, una vez la chrysos trató de despojarlo de más prendas que de su chqueta, el líder caeruleus agarró una de sus muñecas y la observó con cierta dureza. No era de su agrado deshacerse tan fácilmente de su ropa. No obstante, colocó la mano de la chica sobre su pecho para que lo agarrase si gustaba.

Después de el tiempo que creyó necesario para los preliminares, se acercó a la muchacha y gesticuló de forma que esta le hiciese el favor de bajar su bragueta. Una vez hecho, se acercó a ella sosteniendo su orgullo y todavía se demoró en comenzar el acto rondando las proximidades de la chrysos mientras sentía la tensión de sus muslos.

Finalmente llevó a cabo el momento y entró en agradable contacto con la mujer hasta que ambas pelvis se encontraros. La miró segundos tomando aire y sonrió de medio lado. No iba a dar cuartel en aquel encuentro.

Agarró el trasero de la muchacha y comenzó a moverse con entusiasmo, pero no tan plasmado hacia la velocidad sino a la sequedad de sus golpes. Llegado el momento, apoyó una de sus manos sobre la mesa para continuar con un ritmo más rápido pero no menos violento, tal y como lo había predicho para ella desde el momento de conocerla. Le arrancaría cada gesto, cada gemido deleitándose de su captura.

Los recuerdos sobre Jager se desvanecen al llegar al momento clave. Necesitaría mucha más concentración para mostrar atención a estas dos cosas en concreto a la vez, y el líder caeruleus no parece de los que se tomen a bien esta clase de desaires.

En cuanto el encuentro llega, dejo escapar un suave gemido (realmente suave) y agarro con ambas manos la camisa del caeruleus, en un vano intento por aferrarme a algo que me de más seguridad y, al mismo tiempo, que pueda apretar en caso de querer hacerlo.

Por su forma de hacerlo deduzco(aunque realmente ya lo sabía) que su experiencia hace justicia a la fama que tenía. También me sorprende que tenga esta potencia. Nunca había mantenido relaciones con nadie mucho mayor que yo, pero sí con hombres más jóvenes que él que ya desearían poder parecérsele aunque solo fuera en intención.
Si bien este detalle me hace gracia, decido que jamás saldrá de mis labios esa confesión por el bien de mi vida.

Aunque en principio no quise darle el gusto de contentarlo con manifestación alguna de placer, termino contentando a su ego de hombre (todos los hombres, los de más alta y baja calaña, lo tienen). Sin embargo, mantengo mi promesa, hecha a mí misma, de no articular palabra alguna.

Al aumentar él el ritmo noto como los músculos de mi cuerpo se crispan para luego relajarse. Ahogo un gemido y echo la cabeza algo hacia atrás, pudiendo verlo a él, pero también un buen trozo del techo.

Dejo que una de mis manos acaricie su pecho y casi siento la electricidad en la yema de los dedos y la palabra chrysantae salir a mi boca, pero me contengo.

Mañana me daré asco a mí misma...

El encuentró se mantuvo durante un rato destacable debido al casi enfrentamiento entre ambos. El líder, decidido a escuchar a la chrysos, se mantuvo firme en sus acciones, contemplado el cada vez mayor deleite de la chrysos.

Llegado un momento sintió un ligero cosquilleo en el pecho allá donde la mano de la chica le rozaba y dio un fuerte golpe a la muchacha al tiempo que se acercó mucho a ella para decir entre dientes.

- Alehyss -. Susurró con tono mandatario para que la chica continuase lo que había empezado. (FdR: como has huido a la imaginación queda si lo hace o no u.u)

El líder continuó disfrutando de la muchacha ahora que al fin había conseguido tenerla por su propia voluntad e ignoró cualquier otro pensamiento que pudiera profesarle. Tampoco estuvo, como en otras ocasiones, totalmente dado al disfrute de ella sino que procuró disfrutar a todos los niveles de la chrysos, deslizando sus manos y besando su cuerpo.

Tras el transcurso del tiempo, se acercaba el momento clave y por norma tenía el líder no acabar nunca si la culminación de su amante. Agarró a la muchacha como mejor supo y se movió de forma que ella no pudiese resistirse mucho más. Respiraba con fuerza y entrega mientras sentía el tiró de los músculos y el escalofrío recorriendo su columna. Mantuvo la mente lúcida y, en el momento que la supo acabada, se entregó a ella por completo.

Sonrió con complacencia el instante antes y la miró a los ojos con lascivia. Agarró con fuerza sus caderas y dio una última estocada sin permitir que esta escapase de él ni un milímetro. El líder terminó la faena y tomó aire, esperando unos segundos antes de separarse de la muchacha de forma que esta también pudo tomar aire un momento.

Finalmente se separó de ella y se colocó la ropa con tranquilidad. Mientras se abrochaba la camisa miró a la chrysos.

-Buen trabajo, Alehyss -.Indicó para dedicarle un beso casi dulce en los labios.

Terminó de colocarse y se dirigió a la salida. Lo último que vislumbró fue como la chrysos comenzaba a vestirse para abandonar el lugar.

*Se van*

Llegué a la biblioteca cansada y aburrida de no hacer nada, la verdad, los últimos meses en el castillo habían resultado muy monótonos. Recorrí varios pasillos de la biblioteca buscando un título que pudiese sugerir algo más que "vaya rollo".
Me sorprendía la cantidad de libros Chrysos que había sin interés alguno, la verdad es que la literatura de este continente siempre fue la menos amplia y variada debido a razones históricas.

Entonces decidí que no leería ningún libro, y perefería dar una vuelta por la sala, que parecía la única silenciosa en todo el castillo.

- Estoy harta - suspiré mientras me sentaba en una de las sillas.

*Me quedé*

El líder Darvenwish entró a la biblioteca por la puesta principal. La nochew anterior, entre unas cosas y otras había olvidado coger los tomos que necesitaba para el día siguiente.

Se había levantado temprano a pesar de todo y estaba de un humor magnífico. Pasó por algunas estanterías en busca de los lbros que necesitaba y, en cuanto se hizo con estos, se acercó l lugar de ayer noche apoyando una mano sobre la mesa con una sonrisa habitual. Dio cuenta entonces de que joven cynara se encontraba a poco metros sentada con cara de agonía. Le entraron ganas de reir, si hubiera más de un Aren Darvenwish...

-Amor mio, ¿por qué esa cara? Cualquier diria que no has pasado una buena noche -Indicó acercándose para saludarla con un beso en los labios. Luego hincó una rodilla en el suelo, frente a ella, para quedar más o menos a su altura para observarla con algo similar a cariño.

FdR: No le echa cara ni nah... <.< XDD pobre Cynara u.u

Estaba a punto de marcharme cuando escuché una voz apuesta muy familiar, era mi querido caballero Aren. Me recibió con un beso en los labios y preguntó qué me pasaba. Depués se inclinó ante mí.

- ¡Aren! ¡Qué magnífica sorpresa! - Exclamé al ver a mi futuro amigo y una gran sonrisa se dibujó en mi cara -. Te he echado mucho de menos, hace días que no nos vemos.

Entonces me levanté y le agarré la mano para que él también lo hiciese y volviésemos a estar a la "altura normal". Seguidamente le brindé un segundo beso en los labios.

- Estaba un poco enfadada, hasta que llegaste tú - Respondí animosa agarrándole las dos manos con las mías.

Entonces me apollé en su pecho para poder respirar su fragancia, aunque tenía un deje de olor distinto, pero sería porque acabría de bañarse.

- Nada que importe - añadí abrazándolo fuertemente - Te quiero.

FdR: voy un momento a casa de mi abuela, pero vuelvo ya (Lo digo por si tardo un poco más en responder de lo habitual XP)

El líder caeruleus sonrió ante la acogida de la flamma y se levantó a su orden para poder brindarle el gusto de aquellos tonteos de críos. No le importaba complacerla si eso le gustaba.

-No deberías hacer caso de las tonterías que te hagan enfadar -.Comentó rodeando a la chica en cuanto esta lo abrazó para luego dar un beso en su cabello. Ella le profesó aquellas sonadas palabras y él suspiró todavía con una sonrisa amable con deje pícaro. -Por supuesto -Le dijo antes de volver a mirarla para besarla con calma.

FdR: Tranqui, si yo estoy limpiando y tal XD

Volvimos a besarnos. Sentí una sensación extraña, pero no le di mucha importancia, no creí que la tuviese.

Estuvimos besándonos por un tiempo hasta que sutilmente me separé de él.

- ¿No tienes nada qué contarme? - Pregunté sonriente, sin esperar ninguna respuesta en particular -. Hace mucho tiempo que no estamos juntos para poder hablar.

Entonces volví a abrazarme fuertemente a él.

El líder caeruleus disfrutó de la compañía de la líder flamma durante el rato que duró entonces esta preguntó si no debía contarle nada y el líder la miró con curiosidad. No había malicia ni molestia en su voz con lo que no se preocupó en lo más mínimo.

-Lo cierto es que no hay mucho que contar. Me paso los días encerrado en lugares toscos dibujando mapas y trazando rutas o estudiando pueblos de Fulmen -.Indicó con un deje de abatimiento. -Digamos que este palacio no es una maravilla ociosa, pero tampoco estamos para divertirnos, ¿cierto? -Comentó con simpleza y tono calmo.

Miró a la chica unos segunso y luego la abrazó con entusiasmo.

-Ah, Cynara. por lo menos yo tengo la suerte de tener aquí -.Comentó casi acaramelado.

Aren estaba igual que yo, el palacio se había vuelto un lugar muy aburrido en el que lo único que se podía hacer era estudiar, ¿y para qué? Si de todos modos aún no hemos hecho más que organizar una misión, y ni siquiera es de trascendencia.

Entonces sonreí respecto al comentario de Aren, nos teníamos el uno al otro, y eso era importante.

- ¿Y qué te trae por la biblioteca? ¿Ibas a seguir con tus estudios? - Pregunto tratando de sacarle algún tema de conversación. Está bien eso de quererse, pero hoy no era exactamente mi día para hablar todo el rato de amor.

El líder se separó un poco de su futura esposa y sonrió con cordialidad sin perder nunca la sobriedad del saber estar.

-Sí. He venido a buscar algunos fascículos más para continuar investigando o recopilando. Me he recorrido más media biblioteca y nunca parece suficiente -Comentó observando los libros que había dejado sobre una mesita a su lado.

-¿Y a qué se debe tu presencia? Dudo que la mejor idea para despejarse sea seguir embotándose en papél -. Añadió divertido.

Su respuesta fue como era esperado la que ya había supuesto. Y después me preguntó qué hacía yo por la biblioteca.

- Bueno... Digamos que hoy me he levantado con el pie izquierdo - respondí tratando de evitar el tema. Es cierto que los problemas personales se recomienda comentarlos en las relaciones, pero también es cierto que hacerlo suele acabar llevando a la pareja a una fastuosa rutina, y nuestra relación era perfecta, así que tendría que evitarlo a toda costa -. Pero no hace falta que te preocupes, es algo que es y ya, supongo que todos tenemos esos días de vez en cuando.

Alcé mi cara hacia él y le dirigí otra sonrisa.

- Pero he de admitir que sólo estar contigo hace estos días mejor que los normales - entonces le agarré la mano derecha con mis dos manos -. Estoy deseosa porque llegue nuestra boda.

El líder miró a la chica alcanzo una ceja en señal inquisidora y le dedicó una caricia en la mejilla.

-Vamos, Cynara, sabes que puedes contarme aquello que te preocupe -Indicó con tono amable y cariñoso. Luego observó su nuevo gesto que redumaba enamoramiento y agarró las manos de la muchacha con su mano libre para besarlas. -Yo también. Pero me gustaría hacer lo posible para que la espera fuese mucho más agradable -Comentó con un deje de preocupación sobre el tema que rondaba a la chica. Quería saber el por qué de su mal estar no fuera a ser que una insoportable chrysos sabelotodo estuviese largando estupideces por ahí.

Aren parecía preocuparse mucho por mi estado anímico, ya que insistió varias veces para que lo contase. Aún así no estaba muy segura, no era nada de importancia, pero tampoco creía que fuese algo que debiese contarle.

- Verás... Jill me ha dicho... Que no me case contigo - comenté con tono entristecido -. Más bien me lo ha "recomendado", ya que asegura no querer inmiscuirse en las decisiones de mi vida.

Entonces volví a darle un abrazo, colocando mi cabeza sobre su hombro. No me apetecía ocntarle el resto de cosas que dijo. Es cierto que quizás el matrimonio sea un poco por conveniencia de los dos, y quizás en cualquier otra relación sería muy precipitado, pero aún así había amor entre nosotros, y Jill no sería la que nos lo quitase.

El líder Darvenwish reprimio una mueca de desagrado al escuchar el nombre de la chrysos, pero borró de su rostro la sonrisa complacida que hasta ahora había mostrado. Agradeció el abrazo de Cynara y lo correspondió ya que de ese modo podía mirar con rencor a la estancia sin que esta se percatase.

-Esa Jillian...Me odia realmente. Ya no sé qué hacer. Trato de hacer bien mi trabajo, mantener el orden, llevar al día mis cometidos... Y nada parece agradarle. La ha tomado conmigo -.Indicó con tono casi frustrado quejándose de la líder chrysos de forma sutil como si le costase hacerlo por respeto. Realmente la maldecía en silencio. Aquella maldita cría no debía inmiscuirse en asuntos que no le incumbían.

-Había asumido su odio. Tengo una gran educación y puedo convivir con gente desagradable. Pero que trate de inmiscuirse de esta forma... Me esperaba mas de una heredera como ella -.Comentó con tono apenado mientras juraba una tortura lenta a la maldita chrysos que iba por ahí juzgando y pavoneándose como si fuera alguien. Pero si ella trataba de atacarle, él no iba a quedarse atrás.

Relajó el gesto hasta conseguir una mirada seria y varonil que hubiera tenido mucho de seductora si hubiese pintado una sonrisa socarrona y agarró de los hombros a su flamma para mriarla a los ojos.

-Cynara, he estado pensando... Desde que anuncié mi deseo de casarme contigo Jillian no ha aceptado mi presencia aquí... Quizás ella pueda...- Dudó unos segundos. Así daría más dramatismo al asunto. -No quisiera juzgar a nadie pero, podría estar celosa de ti -. Y el colofón final se dejó caer con un gesto l amr de sentido y logrado. El líder casi se abraza de sí mismo en ese momento.

FdR: Voy a comer XD

Aren comenzó a quejarse de la jefa chrysos. Aseguraba haberse como un verdadero caballero gentil y educado con ella, y sin embargo lo único que había recibido habían sido reproches, castigos y quejas. Sin embargo, yo conocía a Jill, y sabía que ella era una persona bastante blanda y amable, que sólo se portaba estrictamente con quien de verdad lo necesitaba.
Cuando iba a abrir la boca para hacer un comentario al respecto, Aren insinuó algo. Aren insinuó que Jillian Campbell estaba enamorada de él.

- ¿Qué? No creo que sea eso, Aren... - comenté tartamudeando, la idea parecía absurda, pero el amor nunca había entendido de razas, edades o lo que sea que fuese el impedimento entre ellos -. No lo sé... A lo mejor como dijiste, sólo te tiene manía - tenía que quitarme la idea de que Jill estaba enamorada de mi prometido de la cabeza, eso sólo podría traernos problemas, teniendo en cuenta que ella es la dueña del castillo y por lo tanto la que tiene más poder.

Entonces volví a repetir lo de antes.

- Lo mejor será que hables con ella y que te aclare de una vez por qué te trata así - añadí soltando a Aren de entre mis brazos y bajando la vista.

El líder escuchó a la chica con interés sin perder su gesto. En su contra estaba que ambas se conocían y la camaradería femenina era una problemática añadida, sin embargo Cynara parecía tener cierto hueco en su mente para la posibilidad y aquello, tratándose de una mujer enamorada o mismamente encaprichada ya era un punto a favor. Así como había camaradería entre las féminas también existía un afán competitivo muy interesante.

El líder soltó a su prometida con delicadeza y se colo el pelo sutilmente con una mano, restando importancia al asunto.

-Tienes razón, no me agrada especular de esa forma. Mediante el diálogo se llega al acuredo. Pediré explicaciones a Jillian -.O no, porque no le hacía ninguna gracia volver a soportarla con esa vocecilla aguda haciendo chirriar su nombre para soltar una sarta de reproches y amenazas como si se tratase de un infante con mal comportamiento. Le irritaba en gran medida, le irritaba porque era una estúpida cría que solamente hablaba sandeces fantasiosas para argumentar el desacuerdo con su conducta y pretendía tratarlo a él como si fuese un ignorante o un déspota sin sentido al que se debía instruir. Esa estúpida Jillian... Si ella hubiese recibido la mitad de su instrucción no sería una zorra tan insufríble. Le asqueaba, le asqueaba mucho que se les otorgase poder a mujeres como ella ya que se les subía a la cabeza de forma exultante.

A pesar de que en ese momento solo quisiera arrasar aquel mugroso palacio, dedicó a su futura mujer una sonrisa calmada. No quería contradecirla en aquel aspecto por el momento ya que todavía confiaba demasiado en la líder chrysos.

"Tienes razón".

Entonces suspiré, no me gustaba hablar sobre especulaciones. Si Jill se ha comportado así durante mucho tiempo habrá otras muchas explicaciones del por qué.

Miré a Aren a los ojos y le di un beso.

- Prométeme que no te excederás con ella - no pretendía que no le echase la bronca, yo también lo haría -. Pero al fin y al cabo es una niña, y lo que ha dicho... Puede que no haya sido lo acertado y que no tenga razón, pero seguro que se acaba dando cuenta de la buena persona que eres - le dirigí una gran sonrisa.

El líder miró con cierta incredulidad a la flamma cuando le habló sobre la chrysos. "Al fin y al cabo es una niña" Por supuesto, señorita dulta. Igualmente sonrió y se sintió complacido al escuchar el apoyo de su prometida.

-Trataré de hacer acopio de mi gran paciencia -.Indicó con serenidad y recuperando una sonrisa amable. Luego la besó en la frente y nuevaente en los labios.

-Bueno, querída, quizá sería mejor que volviésemos con nuestros menesteres -.Indicó. Pero antes de escuchar algún reproche por parte de la flamma le puso un dedo en los labios dulcemente. -Pero no te preocupes, te prometo que nos veremos esta noche con más tranquilidad -.Amplió su sonrisa a una más habitual y se despidió de la flamma con un beso largo y con algo más de pasión que los anteriores. Luego se separó de ella.

-Nos vemos pronto, amor mio -. Dicho esto le besó la mano y se retiró con los libros que había ido a buscar. Los chrysos eran un caso a parte, en serio. Y sobre todo ellas, lo que unas te daban las otras te lo quitaban. Pero no importaba, no iba a dedicarle a aquella zorrita más de lo estrictamente necesario. Por el momento le bastanba con arrodillar a sus seguidores.

*Se va*

FdR: Tengo que largarme ~~ bye

Aren entonces dijo que nos veríamos con más tranquilidad por la noche, a lo que yo respondí con una sonrisa un poco estúpida, y que deberíamos seguir trabajando, por lo que se marchó, abandonando la sala mediante el uso de la magia.

Yo me quedé medio embobada pensando en lo que se había dicho hoy y lo que podía ser verdad, y en lo que podía ser mentira. Pero poco después reaccioné, y decidí yo también seguir con mis trabajos, que eran investigar, aunque en este punto ya no sabía muy bien el qué. Llevamos medio año aproximadamente y aún no habíamos llevado nada a cabo.

*Me fui*