Balcones

Edad : 33 Mensajes : 509

-La líder flamma lo decapitó. Ni si quiera...No pudo reaccionar. Fue en ese momento cuando mostró sus verdaderas intenciones. -Me distancio de lo sucedido a medida que hablo, supongo que es la mejor forma, no pensarlo. -Por lo que sé aún no ha despertado de la operación.

Bajo la mirada una vez más a la niña, que me mira.

-Yo no me puedo imaginar algo así. Supongo que hay que tener madera para ello. -Aunque dicho a la persona a la que se lo estaba diciendo parecía tener menos sentido, al menos por su aspecto, casi no lo conocía. Por ese aura. Aunque a lo mejor acabas consiguiendo la madera y no hay que tenerla desde el principio. O aparece al tener al niño. O te vas volviendo madera. Espera ¿qué?

Edad : 34 Mensajes : 1289

Sus palabras solo son el detonante que hace que mis pensamientos empiecen a fluir. Ya antes estaba demacrado: lleno de cicatrices, sin una oreja y tremendamente asustado, temblando bajo su cuerpo. Y, tras aquello, su situación había empeorado de forma atroz. ¿Cómo habría sucedido? Se contuvo, aunque deseaba preguntarle si la sangre había salido disparada, como en un géiser, o si se había deslizado directamente hacia abajo, caliente y basta, dulce.

Se mantuvo abstraído algún tiempo, no supo cuánto. Julia lo hizo volver en sí, dando un pequeño tirón de su camisa, y entonces escuchó las palabras de Adain. Pero no estaba concentrado.
Sonrió, aunque su cabeza se resistía a regresar, y quería mantener aquellas hermosas imágenes sangrientas en el centro de sus pensamientos.

-Yo... -. Carraspeó, desorientado-. Yo no esperaba serlo. Creo que se trata más de... afrontarlo. Al final, como he dicho, se hace natural.

Julia insistía con los tirones, y Zacharyas con sus pensamientos. Pero terminó por ser consciente de lo que su hija reclamaba.
Sonrió a Adain.

-Es la hora de la comida -le dijo-. Ha sido un placer volver-. Carraspeó- a verte. Vamos a buscar a mamá, Julia -dijo luego, ya volviéndose, acomodándola-. Buenas noches.

No dijo más ni se volvió otra vez. Pronto el mago ser perdía en los pasillos.

*se va*

Edad : 33 Mensajes : 509

Escucho lo que dice sobre ser padre. Es una distracción al menos. Me pregunté si Gerald conseguiría despertar, una muerte por esa misión me parecían ya demasiadas pero...

Reacciono cuando la niña se mueve, es normal que quiera irse, pienso fijándome en la luz que queda fuera. Yo no tengo muchas ganas de comer, la verdad.

-Ha sido un placer verte. Bueno, veros. -Digo sin más, aunque el caeruleus no parece estar muy atento. Suspiro cuando se han ido y me giro, es una persona curiosa cuanto menos.

Mirando más hacia el vacío que hacia el paisaje, me planteo si darme otra vuelta por el aire para intentar abrir el apetito. Me inclino más sobre el borde del balcón y apoyo los brazos sin pensar en nada.

*fin de escena*

Edad : 31 Mensajes : 911

La lluvia empezaba a apoderarse de todo. Y con ella, por supuesto, llegaría el invierno. Tener a Gerald ingresado me suponía pasar mucho tiempo en interiores, y aunque eso no era habitualmente un problema, en aquel momento sentía que el aire del interior del palacio estaba demasiado viciado. Y fuera llovía. Qué oportuno.

Me quedé bajo techo, por supuesto. Pero, con una fina capa y sin asomarse demasiado, no se estaba tan mal en los balcones. Al menos, el aire fresco parecía despejarme un poco. Y, dado el ambiente al que estaba sometido en los últimos tiempos, era algo que no me venía mal del todo.

*Se queda*

Jefe de Raza Mensajes : 93

El hombre caminaba por los pasillos con su habitual parsimonia, con los brazos unidos en la espalda y algo encorbado hacia adelante a causa del peso de sus alas. Estaba calmado y apacible, como de costumbre y en su gesto, aunque no se formaba una sonrisa, se apreciaba el buen ánimo que solía llevar consigo.

Se dirigó a los balcones, donde el aether parecía tomar el aire con la seriedad habitual. Se irguió en cuando dio un paso fuera, reacomodando la espalda y haciendo que sus alas diesen un ligero respingo. Empleó su magia para que no resultasen un peso demasiado excesivo, de forma que sus suelas quedaron apenas rozando el suelo, como si caminase sobre una fina capa de aire. Tenía una edad demasiado considerable como para tomarse a la torera la humedad del ambiente.

—Es una lata no poder salir a respirar algo de aire, ¿verdad? Nunca he sido muy amigo de la lluvia —Inició la conversación, amigable y cercano, dedicándole una sonra al hombre en cuanto estuvo a su altura. Su pecho se proyectaba hacia afuera a causa de la postura. Habría sido un hombre de lo más imponente si no transmitiese aquella humildad y tranquilidad.

—¿Cómo te encuentras? Creo que estás bastante presionado últimamente —Comentó, llevándose una mano a las gafas, para sacárselas y mirarlas un poco a lo lejos, repasándolas.

Edad : 31 Mensajes : 911

La llegada del líder me pilló desprevenido, y me obligué a erguirme de pronto, recuperando la compostura. En otros tiempos, aquella actitud rígida habría sido la mía habitual, pero Brontë había acabado por hacer mella en aquellos detalles. De todos modos, la costumbre de años no se podía borrar de un plumazo, así que no me costó más de un instante recuperarla. Dirigí al líder una reverencia clara pero no exagerada, mientras no podía evitar imaginar la expresión de mi madre si me viera hacer aquello.

-Buenas tardes, señor -saludé con tono respetuoso-. Lo cierto es que puede llegar a resultar un problema, sin duda. Por el momento, sin embargo, se trata de chubascos pasajeros, así que no parece motivo de preocupación.

Directo al grano. Me preguntaba si venía en busca de algo relacionado con Gerald. Después de todo, nunca antes se había dirigido a mí directamente, pero estaba seguro de que estaba bien informado de mis movimientos en la enfermería. Se me ocurrió entonces que la expresión de Gerald de verme hablando con aquel hombre no sería muy distinta a la de mi madre. Prefería no hacer hincapié en los comentarios que había hecho.

-No están siendo los mejores tiempos, he de admitir -respondí, manteniendo las formalidades-. Las cosas no volverán a ser como eran, pero cuando se normalicen, al menos, la tensión se disipará mínimamente.

Jefe de Raza Mensajes : 93

Amplió la sonrisa al comprobar lo correcto que resultaba el muchacho y no dudó en calarse las gafas nuevamente, mirando fuera.

—No hay chuvasco que no termine, ¿no es cierto? Aunque no lo sepamos, existe una certeza de que saldrá el sol —Comentó al aire, observando como un pájaro se refujiaba bajo la copa de un espeso árbol.

Miró al aether cuando respondió a su pregunta y dedicó un momento a observarlo con curiosidad. Acabó por suspirar animadamente, mostrando una sonrisa lineal.

—Eres un hombre paciente. Es una cualidad algo escasa en los últimos tiempos —Aclaró. —¿Cómo se encuentra tu amigo? Creo que ha dado un par de sustos en la enfermería. Aunque penséis lo contrario no fue una decisión fácil, creeme —Indicó, girándose hacia el aether con más seriedad.

Edad : 31 Mensajes : 911

Por algún motivo, sus palabras me recordaron las grandes catástrofes que habían asolado el mundo hacía no tanto tiempo. Las tormentas eran uno de los elementos que llamaron menos la atención, quizás, pero se propagaron con fuerza, y Brontë fue uno de sus focos. En aquel entonces, parecía que nunca fueran a pasar.

-Supongo que se trata más de cuándo pasará que de si lo hará -concluí, finalmente.

Permanecí callado mientras él hablaba de nuevo, manteniendo la formalidad. Su pregunta no me pilló por sorpresa, aunque no eran un tema del que quisiera hablar. Entre otras cosas, porque, por más que me implicase, no era algo que me afectase directamente. Si alguien tenía algo que decir al respecto, desde luego, no era yo.

-No demasiado bien -respondí al final, escuetamente. No creía que Gerald hubiera llegado a plantearse en serio la posibilidad de encontrarse en ese estado. Y no lo culpaba por ello-. No dudo que fuera una difícil decisión, en absoluto, pero a fin de cuentas, él es quien debe lidiar con las consecuencias.

No pretendía reprochar algo que no era de mi incumbencia, ni mucho menos, así que no dejé que se reflejase aquella actitud en mi tono. Aunque, de nuevo, no me correspondían ni reproches ni alabanzas.

-Llevo un tiempo preguntándome si este es el resultado final para él -acabé por añadir-. Brontë le ha regalado un kanabo que, en su situación actual, no puede usar. Me pregunto si tras ese regalo se esconde alguna intención o indicación que todavía no se le ha dado.

Desde luego, solo él había hablado de irse del palacio, pero era cierto que, si los líderes no tenían intención de hacerlo abandonar, era lógico pensar que tenían algo en mente para él. O yo, al menos, esperaba que Brontë tuviera la suficiente competencia como para pensar en esas cosas.

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El hombre volvió a sonreír al aether, entretenido.

—No das un respiro —Comentó, con ánimo y diversión. Luego se mantuvo en silencio, mirando fuera mientras escuchaba como hablaba sobre su amigo. Acabó asintiendo, alzando sus pobladas y canas cejas con gesto condescendiente.

—Sí, son situaciones delicadas. Tener que decidir por alguien que cargará con las consecuencias es algo que se suele tomar demasiado a la ligera, pero no es nada agradable. Pero tu amigo había soportado esa maldición durante largo tiempo. Confiamos en que tendría la fuerza para sobreponerse —Indicó, asintiendo un par de veces.

El hombre lo miró con curiosidad cuando comenzó su pregunta. Luego pareció rebuscar en algún rincón de su memoria y acabó pro hacer una mueca, curvando los labios hacia abajo y asintiendo, como si estuviese conforme con sus pensamientos.

—Lo cierto es que fue cosa de azar. Nadie se planteó dárselo a él en concreto —Confirmó con cierta indiferencia. No pretendía quitar la ilusión al muchacho, pero debía ser franco. —Eso depende de él a fin de cuentas. Para los intereses de Brontë es obviamente preferible que se recupere y vuelva a ser un guerrero competente. Aunque solo sea para amortizar los esfuerzos y gastos puestos en su mantenimiento. Pero este palacio es un lugar optativo. Por supuesto, si acaba limitándose a la estancia gratuita acabará teniendo problemas. Pero es una decisión suya, ahora que puede tomarla —El hombre se detuvo un momento y sonrió para sí, pensando en las palabras del aether sobre el kanabo. No dejaba de ser irónico.

—Estoy seguro de que Brontë le facilitará las cosas, como siempre ha hecho. Nos conviene mantener a los guerreros. No podemos permitirnos el lujo de seleccionarlos al gusto, como en algunos de los ostros ejércitos. Brontë no es un ejército de excelencia, sino un lugar que valora quién sabe qué capacidades para cambiar las cosas —Aclaró.

Edad : 31 Mensajes : 911

No era lo mismo. Gerald siempre había dejado claro que no era lo mismo. Y yo, a pesar de todo, podía entenderlo.

-Ignorar el dolor y las crisis es más sencillo que ignorar la falta de un miembro -repuse, serio. Aunque, de hecho, en mi caso, no había sido así-. De todos modos, yo todavía confío en que tenga la fuerza para sobreponerse. Aunque por ahora sea una confianza difícil de mantener, dadas las circunstancias.

Azar. Incluso si así era, ellos tenían el poder de decidir si descartarlo como receptor o no. Y no lo habían hecho. ¿Era, entonces, sencillamente, una cuestión de ignorar por completo su situación? Porque, dadas las circunstancias, a todas luces parecía un mensaje. Esperanzador o cruel, pero un mensaje, a fin de cuenta. Me pareció, en cualquier caso, que remarcar ese hecho no era adecuado. Y tampoco sabía si quería indagar más al respecto.

-No creo que, en sus condiciones, trabajar para Brontë dependa completamente de él -repuse, esperando, todavía, alguna aclaración por su parte-. A fin de cuentas, ha visto sus facultades mermadas de golpe.

Quién sabe qué capacidades. Bueno, era una respuesta a lo que yo decía, pero no dejaba de sonar poco serio. Esperaba una respuesta más exacta por su parte. Asentí, de todos modos. Si el palacio le facilitaba las cosas, sería más fácil para él. Aunque, personalmente, no tenía muy claro qué podían hacer por él.

Jefe de Raza Mensajes : 93

El hombre acabó por suspirar nuevamente, algo más apagado. Volvió a llevar las manos a las gafas, esta vez sacando un pañuelo con las que limpiarlas a conciencia.

—Sí, seguramente lo creerá así. Algún día sabrá admitir hasta qué punto estaba afectado por esa maldición. No solo a nivel físico. Es lógico que para ti, como amigo, resulte duro, pero no pierdas esa confianza o será su perdición —Instó el hombre, girándose para dar la espalda al paisaje de fuera, cansado de tanta lluvia.

Volvió a asentir un par de veces seguidas, como cavilando su respuesta.

—Sí, puede que ahora parezca muy complejo, pero Brontë no se puede permitir el lujo de prescindir de nadie. Sigue siendo un apoyo importante. Aunque tarde un poco más en volver al trabajo sigue siendo mejor la espera que el enviarlo a su casa. No temas por ello. Somos conscientes de que debemos tener paciencia —Explicó para hacer hincapié en que el chrysos no debía irse si así no lo deseaba. Los tiempos no estaban para perder guerreros, como bien había dicho.

Acabó por acercarse y colocarle una amplia manos sobre el hombro al aether, con una nueva sonrisa amable.

—Esto no es más que una nueva ola que lo arrastra hacia el fondo. Sólo a los que no son capaces de seguir nadando se los lleva la corriente. Bueno, puede que sea una fea alusión, pero confío en que comprendes lo que te digo. Gerald tiene la puerta abierta. Que quiera usarla para entrar o para salir es cosa suya —Palmeó el hombro del muchacho y finalmente se fue hacia el pasillo. A los pocos pasos, acabo por desaparecer.

*Desaparece*

Edad : 31 Mensajes : 911

No añadí mucho más a lo que decía. Su calma y seguridad eran tales que, a pesar de su ambigüedad, parecía tenerlo todo bajo control. De todos modos, no era algo de lo que estuviera seguro, ni mucho menos. Una buena presencia no hacía a nadie buen líder, ni gobernador, ni estratega.

Hice una nueva reverencia cuando se alejó, y me volví hacia fuera cuando desapareció. Suspiré con cansancio y, una vez decidido a volver, cerré los ventanales. Gerald estaría esperándome en la enfermería, o eso suponía. Ya era hora de hacerle una nueva visita.

*Se va*

Edad : 28 Mensajes : 391

Llueve. A Kyoti no le hace mucha gracia que empeore el tiempo. Sabe que significa que pronto llegará el invierno, y sabe que el invierno en Brontë no tiene piedad. De hecho, ya ha empezado a sacar la ropa de abrigo. Y el cuero, por supuesto. El cuero es esencial para evitar toda la humedad de Brontë.

Acaricia las plumas de una flecha, que lleva en el carcaj, a la cintura. La humedad no sienta bien a la madera. Quizás necesite, de verdad, replantearse cómo confeccionarlas. Al menos, de la madera no han vuelto a surgir ramas. Kyoti sigue preguntándose qué fue aquello.

*Se queda*

Edad : 30 Mensajes : 49

El aire es fresco y sigue lloviendo, no parece que vaya a parar. La oscuridad hace que vea más bien poco. No es hasta que enciende una cerilla y se gira para que el viento no la apague que ve al joven que también está en el balcón y alza las cejas sorprendido. Una vez el cigarro ha prendido y apaga la cerilla y la tira al suelo, donde seguramente siseó al enfriarse de golpe, pero la lluvia ocultó el sonido.

Emite un ligero gruñido a modo de saludo agachando la cabeza como acompañamiento, un poco como disculpa también por haber aparecido tan de golpe, y se pone a un lado. No puede ver nada, pero disfruta del sonido de la lluvia. Aún no hace demasiado frío, sabe que empeorará, así que quiere disfrutar de estas noches.

FdR: pausa

Edad : 28 Mensajes : 391

Kyoti se sobresalta al ver al ver una enorme sombra a su lado. No sabe quién es, pero es silencioso, y le ha dado un buen susto. Trata de darle un nombre, pero no encuentra ninguno. Y, con la escasa luz, tampoco le es fácil reconocer los rasgos, así que no está seguro. Tiene el pelo y la piel de Jun, pero, evidentemente, no es él.

-Ho-ho-ho-hola -balbucea torpemente, retrocediendo un paso para dejar espacio al recién llegado-. No... no te había visto...

Y ya podía haberlo visto, porque el susto ha sido de infarto. Pero debe recomponerse. ¿Qué clase de guerrero se deja impresionar tan fácilmente. Carraspea, buscando su compostura.

-Eh... Soy Kyoti.

Edad : 30 Mensajes : 49

Se gira y alza las cejas cuando el joven balbucea. Se mira un momento, por si es algo en su aspecto, pero no ve nada reseñable.
Asiente con firmeza cuando el chico acaba de decir hola, como insistiendo en su saludo. Se aparta ligeramente hacia un lado cuando este retrocede para darle espacio. Una especie de media sonrisa aparece en su boca cuando dice que no le ha visto, como si fuera pequeño. También puede que no sea una sonrisa, puede ser la forma que adopta al coger el cigarro. Lo agarra con dos dedos y echa el humo antes de responder.

-Siento haberte asustado. -Contesta girándose para intentar verlo mejor, entrecerrando algo los ojos, con su característica voz ronca.

Parece incómodo, lo que le hace incomodarse a él. Se pregunta si habrá interrumpido algo o si le molestará que haya salido. Busca sus ojos cuando le dice su nombre, asintiendo lentamente como si estuviera de acuerdo.

-Shirokiba Jizō. -Contesta, bajando algo el tono intentando no volver a asustarle. Sigue teniendo el "capitán" en la punta de la lengua, había acabado por acostumbrarse a presentarse así y casi se le hacía raro no hacerlo. Por su parte lo prefería pero ¿qué pensaría su padre?

Baja la vista al suelo dando otra calada. -A lo mejor querías estar sólo. -Si se había asustado puede que intentase ocultar algoy no esperase a nadie. O que esperase a otra persona. En cualquier caso no le cuesta irse a otro balcón.

Edad : 34 Mensajes : 1289

Zacharyas recorría los pasillos con el semblante alegre. Era el comienzo de una buena noche y pensaba disfrutarla. Comenzaba por un entrenamiento, luego una ducha y después se reuniría con Ayne y Julia y se encargaría de dar de comer a la pequeña, que empezaba a aceptar nuevos alimentos. Se detuvo, sin embargo, junto a uno de los balcones en el que vio a dos personas, reconociendo a uno de ellos: el chico alto del lago.
Se acercó a la puerta y los miró desde allí, con una sonrisa enigmática, extraña, macabra, como solían serlo sus sonrisas. Luego les dedicó un saludo, un simple gesto de cabeza, como si afirmase, y continuó con su camino.

Tenía mucho por delante.

*se va*

Edad : 28 Mensajes : 391

Kyoti se tensa, preocupado. ¿Ya está causando problemas otra vez? Niega rápidamente, efusivo.

-No pasa nada, nada -remarca, con voz nerviosa.

Asiente a su presentación, sin saber muy bien qué añadir. Ni siquiera se le ocurre un simple y sencillo "encantado". La verdad, es un auténtico desastre. Y, de nuevo, él malinterpreta la situación. ¿Lo está haciendo sentir culpable? Debería aprender a comportarse...

-Ah, no, yo... Solo venía a tomar el aire. Pero no... no me molesta. Aunque si te molesto yo, no me importa... -Hace un gesto vago hacia la puerta.

Edad : 30 Mensajes : 49

Sigue mirando hacia delante, hacia la noche cerrada que ve, girándose de vez en cuando para observarlo de reojo, perplejo, aunque sin mostrarlo.
No entiende el nerviosismo. ¿Ocultaría algo? Mientras no le afectara podía hacer lo que quisiera pero... Se le ocurrió pensar que a lo mejor no estaba acostumbrado a hablar con guerreros, a lo mejor era...

-¿Eres del servicio? -Preguntó algo inexpresivo echando el humo hacia el vacío que había ante ellos. Podía ser de un cargo inferior y no estar acostumbrado a hablar de cara al público. En eso no podía juzgarle. Cada vez que lo miraba parecía más intenso a fuerza de entrecerrar los ojos, forzando la vista. Al menos no era como aquella noche en el lago y podía ver a quién hablaba.

-No me molestas. -Dijo simplemente. -Además estabas tú antes. El intruso soy yo. -Era así, no había más. Fuera del servicio o no no creía que tuviera la autoridad de echar a nadie. Aunque hablase poco tampoco le molestaba ver que había vida, y más en un sitio tan grande.

FdR: Pausau

Edad : 28 Mensajes : 391

Kyoti se tensa un poco, sintiendo un momentáneo mal sabor de boca. Siempre le pasa igual, se le ocurre pensar. O quizás no sea cierto. Pero tiene la sensación de que pocos lo toman por guerrero al primer vistazo. Quizás no parece que se lo tome en serio, o quizás tiene un aspecto demasiado humilde. No tiene muy claro cuál puede ser.

-Ah, no, yo... Brontë me llamó -explica, señalando el arco que lleva a la espalda-. Llevo... como... un año... No. No tanto. Menos. Bueno. Creo. No sé cuánto.

Y niega rápidamente cuando él se señala como intruso, sintiéndose una persona horrible. Ha creído que lo ha insinuado, ¿verdad? Ha creído que lo llamaba intruso.

-¡No! No, no, yo... No hay intrusos, ¿vale? Nadie es intruso. Todos podemos... disfrutar del, eh, del espacio -trata de aclarar.

Edad : 30 Mensajes : 49

Se gira con interés cuando responde.

-Oh. -Entonces pensó que sería novato, pero él mismo se delató. -Siento la confusión. -Dio una calada, había una pregunta que quería hacerle. -¿Por qué estás tan nervioso entonces? -Dijo con un tono un tanto seco.

Si no estaba haciendo nada raro ni estaba donde no debía entonces no entendía nada. Volvió a pensar que sería él el culpable pero no acababa de entenderlo. Llevaba más tiempo que él en Brontë, aunque un año pudiera parecer poco la preparación tenía que ser mejor...

Miró el punto rojo que era su cigarro contra la oscuridad y dio otra calada. Se giró para asentir ante lo de que no había intrusos, mirándole a los ojos por un momento. Al menos parecía que no había causado ningún problema, a pesar de la reacción del joven.

Edad : 28 Mensajes : 391

Kyoti siente cómo se ruborizaba sin remedio. No puede sino agradecer la oscuridad, pero, de todos modos, no puede evitar pensar que la tierra tendría un gran detalle si se lo tragase en ese momento.

Abre y cierra la boca varias veces, tratando de encontrar una respuesta sin éxito. Balbucea sinsentidos antes de conseguir decir nada. Se siente muy agobiado.

-Yo... yo... -balbucea-. No-no lo sé. Yo... lo siento, solo... me pasa mucho.

Baja la vista, frustrado por su propia tensión.

Edad : 30 Mensajes : 49

A pesar de la poca luz alcanzaba a ver los gestos de su cara. Tal vez no debió decir aquello. Lo miró un instante, algo avergonzado, pero finalmente bajó la vista al suelo apurando el cigarro, que acabó por apagar contra la cornisa.

Sacó otro cigarro y encendió una cerilla. La luz le permitió ver más claramente al joven al que lanzó un vistazo fugaz antes de centrarse en prender el pitillo. Él había pasado por muchos entrenamientos, entendía el nerviosismo del chico, pero no podía dejar que estuviese así siempre. De alguna forma sentía que tenía la responsabilidad de ayudarlo a pesar de ser el novato. Ya no era el soldado experto, ya no era un miembro importante del ejército al cargo de un grupo de hombres, pero sentía que tenía que ayudarlo, aunque fuera de una forma más cercana. Ya no había rangos, eran compañeros guerreros.

-Acabo de llegar, eres más experto que yo. Yo debería estar nervioso. -Ese fue su intento de sonar cercano. Pretendía que fuera tranquilizador, esperaba que hubiera sonado así al menos, lo que no quería avivar ese nerviosismo, eso lo tenía claro.

Miró una vez más al joven antes de apagar la cerilla, aprovechando la luz. Antes de guardarlo todo alargó la ligeramente mano con la cajetilla para ofrecerle uno. A lo mejor fumaba y así se calmaba un poco.

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Kyoti se siente tremendamente agobiado, y no tiene muy claro cómo hacerle entender al chico el problema. Si es que hay algo que hacerle entender. Retrocede un paso sin darse cuenta, buscando qué decir.

-No, yo... No es por eso... -trata de explicar. ¿Qué va a decirle? ¿Que el problema son las personas? ¿O que es él mismo? Ni siquiera está seguro del todo-. Es decir, no... Lo siento. No me lo tengas en cuenta.

Pero le molesta. Es evidente que le molesta. Kyoti se pregunta cómo es posible que siempre encuentre la forma de molestar a los otros guerreros. Retrocede otro paso, y al hacerlo se da cuenta de que lo está haciendo. Presa de pánico, y sin poder evitarlo, da media vuelta y echa a correr, sintiendo cómo la culpabilidad lo persigue.

-¡Lo siento! -repite mientras se aleja.

*Se va*

Edad : 30 Mensajes : 49

El cigarro quedó apenas sujeto cuando el joven empezó a hablar. Se le iba abriendo la boca sin tener muy claro qué estaba pasando. Apretó un poco los labios para colocar el pitillo.

-¿"Lo siento"? -¿Por qué le estaba pidiendo perdón? Sigue hablando y menos entiende lo que pasa.--Pero...-Intenta añadir, pero el chico sigue hablando y finalmente se va.

Levanta una mano impotente, como para ir a frenarle pero las palabras no salen. ¿Qué ha hecho? Parece que ya empieza no sabiendo comunicarse, ha conseguido espantar a un compañero.

Mira a través de la puerta por la que ha huido el chico y suelta el humo, algo frustrado y desorientado.
"Kyoti", repite para sus adentros. Tendrá que disculparse cuando vuelva a verlo, aunque no sabe por qué. Normalmente sabe sacar el motivo analizando la situación pero...
Lo había confundido con alguien del servicio, sólo se le ocurría eso.

Cogió el cigarro con una mano y se giró, apoyando los codos en la barandilla y pasándose una mano por la cara.
Ni si quiera le apetecía tanto aquel cigarro.

*Fin de escena*

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