Lago

-Jo... Hew... que es el único vicio que tengo... miré al pitillo fijamente... y le dí la calada más profunda que jamás le había dado a ninguno antes.. de hecho, hasta me quemó un poco la garganta.
Entonces lo tiré al lago.
-Yo pensé que a las chicas os gustaban los hombres que fumaban... que nos daban... un aire interesante ¿no crees?- dije expulsando una cantidad increible de humo de mi interior en sentido contrario a Hewina, para que no le viniese ningún resto de humo hacia su cara.

-Bueno, morena... ¿me vas a contar algo sobre ti? ¿o te lo voy a tener que sacar a mordiscos? dije mordiéndole suvamente su vientre, a la altura del ombligo.

"Eeeeh", le dije riéndome cuando apartó la manta y me dió un mordisquito en la barriga.

"Bueno a ver... yo pertenezco al clan Astaldë, que es un antiguo clan de hechiceros de la raza claritas... el cual en el pasado contaba con muchos miembros, pero ahora solamente lo formamos mi Abuelo, mi padre y yo. Yo todavía no se hacer magia, y cuando nos enteramos de la llamada, mi abuelo decidió que debía unirme al ejercito, porque él ya está muy mayor, y mi padre... bueno... mi padre es médico, y lo necesitan en Lumen. Además mi madre está enferma, y necesita de sus cuidados...", le comenté un poco decaída.

"Por eso he tenido que venir yo... porque además ellos ya no podían ocuparse de mi aprendizaje... y aunque no me gusta la guerra, sentí el deber de venir.", le dije mientras me rascaba una oreja.

Jo... seguramente tuviesen bastante dinero... un padre médico y sin hermanos abusones... era la vida perfecta... excepto por lo de su madre, claro... en mi familia gozábamos todos de buena salud... de momento.
Me daba vergüenza preguntarle algo a cerca de su madre... quizás no me ha querido decir nada a propósito... quizás no quiera decirme que enfermedad tiene su madre... es algo duro...
Pero noté como se le apagaba la cara al hablar de su madre... pobre... no quería hurgar en la herida... pero me picaba mucho la curiosidad
-Y ¿que le pasa a tu madre?- pregunté muy azorado- no tienes que responderme si no quieres... era solo curiosidad...

"Pues... no lo sabemos. Pero está muy débil, y es incapaz de usar sus alas para volar. A veces no puede ni caminar. Y bueno... mi padre esta intentando averiguar de qué se trata, porque no le puede diagnosticar ninguna enfermedad conocida", le comenté triste mientras se me llenaban los ojos de lágrimas. Me apenaba mucho pensar en ella, pero tenía que ser fuerte, ya que no sirve de nada lamentarse, así que las reprimí.

Además no quería hacer que Silvanus se preocupase o se sintiese mal por haberme preguntado...

Hewina parecía realmente afectada, así que lo mejor sería no remover más es sus recuerdos...

Del tronco que había echado al fuego ya solo quedaban 4 o 5 brasas... había pasado mucho tiempo... pero el tiempo con Hew pasaba volando.

-Bueno- dije levantándome- será mejor que volvamos, que ya es tarde-. Le ayudé a levantarse y comenzamos a recoger nuestras cosas.

Entonces nos fuimos camino a Brontë cogidos de la cintura.

*se van*

FDR: que cuquis

Sabía que Silvanus me encontraría tarde o temprano, pero al menos no se lo pondría demasiado fácil, así que decidí irme al lago con un farol de hierro que había cogido dentro.

Cuando llegue me tumbé en la hierba dejando el farol cerca de mi, y continué leyendo el libro sobre esos seres tan extraños.



*se queda*

Después de dar vueltas por el bosque a ver si la encontraba, llegué al lago y una luz llamó mi atención, entorné los ojos y la vi: tan tranquila, tan relajada, tan bella, tan mía.
Me acerqué por detrás con sumo cuidado y una de mis manos tapó sus ojos mientras que la otra cogía el libro y lo tiraba al medio del lago, a continuación con la mano libre, le tapó la boca.
-Mira que tenemos aquí- le susurré con ternura al oído.- ¿Mi amante y fiel compañera me deja tirado toda una tarde maniatado y espera salir victoriosa?
-Que poco me conoces, amor.
Entonces con mi boca le quité el pañuelo y sin dejarla ver ni hablar, le hice dos chupones más.

Luego la solté y le arranqué el vestido de golpe, dejándola en ropa interior.
-Vamos a terminar lo que no acabaste hoy por la tarde.

Estaba leyendo tranquilamente cuando Silvanus me sorprendió tapándome los ojos y cogiendo el libro que tenía en mis manos.

Entonces cuando estaba a punto de decirle algo, ya que estaba convencida de que era él, me tapó la boca con la otra mano y se oyó un chapoteo de fondo, justo el sonido que haría algo de tamaño mediano cayéndose en el lago..., y pensé: "¿Eh? ¡Ha tirado el libro al agua! ¡Nooooo!"


Después de hablarme al oído me quito el pañuelo del cuello y empezó a hacerme nuevos chupones. Yo mientras le echaba la bronca de forma inútil, ya que tenía la boca tapada.

Entonces quitó sus manos de mi boca y ojos, y me quito el vestido que llevaba puesto.

"¡Sil! ¿¡Qué haces!? Puede vernos alguien...", le dije tapándome y viendo hacia los alrededores.

"¿Y por qué has tirado el libro? era de la biblioteca...", le dije apenada.

-Tranquila... no nos va a ver nadie...- la verdad es que últimamente el palacio estaba extremadamente tranquilo. Parecía que cada cual había encontrado su lugar y que los demás están de más.- estamos tu y yo solos.
Entnces me acerqué mas a ella y me acuclillé en frete de su cara.
-Si te portas bien, iré a por el.
Y la besé profundamente.

"Bo... eres un tonto...", le dije después de aquel beso, y nos quedamos allí, mientras nuestros cuerpos se amaban.

*se quedan*


FdR: y comieron perdiceeees! ala! aqui no hay nada mas que leer ò.ó XDDDD

Me desperté al lado de Hewina. Estabamos denudos... ella dormía profundamente.
Había sido una buena noche.
Se había portado bien, por lo que puse a cumplir mi promesa.
Me metí en el agua y buceé buscando el libro ese.
Al salir leí la portada...¿Humanos? ¿que leñe?... en fin.
Lo dejé a su lado, me vestí y la tapé con su vestido. Besé su frente y me fui.

*Se va*

Me desperté porque tenía mucho frío, y busqué el cuerpo de Sil para que me diese calor, pero no conseguía notarle. Entonces abrí los ojos y me levanté. Él ya no estaba allí, y estaba tapada con mi vestido, pero como hacía bastante fresco este no fue suficiente para que me diese calor.

"Jo... me ha dejado aquí sola...", pensé apenada.

Me levanté y me vestí mi ropa, y vi que al lado de mi bolsa estaba el libro que Silvanus había tirado al lago.

"Vaya... al final fue a buscarlo... pero jo... está todo emborronado. A ver que le digo ahora a los de la Biblioteca...", pensé molesta mientras lo ojeaba.

Entonces me puse mi bolsa en el hombro, cerré el libro y lo cogí entre mis brazos.

"a... aaa... ¡CHUUU!", dije involuntariamente mientras estornudaba.

"Ay... lo que faltaba... me he resfriado", pensé mientras me frotaba la nariz con un dedo, y entonces me fui de allí.


*se va*

El lago estaba precioso.
Yo cargaba a Tristán en mis brazos, con sumo cuidado. Tenía que lavarle las heridas y ponerle unas vendas limpias.
Me desvestí y me metí en el agua con el.
-¿Ves? yo te agarro... no tienes de qué preocuparte. Tranquilo- el pobre estaba un poco nervioso... no le gustaba mucho el agua-. ahora vamos a quitar las vendas, ¿vale?- el asintió. comencé a quitarle las vendas con cuidado y los sumergí lentamente en las cristalinas aguas del lago muy despacito, hasta que solo se le veía la cabeza- ¿ves?¿a que está buena? venga, ahora salimos, nos secamos y te pongo venditas nuevas, ¿vale?.

Salimos del agua y nos tumbamos al sol durante un buen rato. Una vez secos, comencé a enroscar suavemente las nuevas vendas por su escamoso cuerpo.
-¿ves? ESTAS GUAPÍSIMO - dije acariciándole la tripa, puesto que estaba panza arriba.

*se queda jugando con Tristán, despacio, por supuesto*

Salgo a un paseo matutino por el lago, con las manos en los bolsillos, obviamente. Estiro un poco las alas y me impulso. Estoy bastante tranquilo y alegre porque hace poco he recibido la respuesta de Gabrielle y parece estar todo bien.

Después de un rato caminando y pensando en mis cosas veo a Silvanus en el lago. La verdad es que ya no se me hace extraño verle allí.

Me acerco con tranquilidad hasta quedarme en la orilla.

-¿Qué haces, besugo? -

-Respirar.-dije sin hacerle mucho caso a Heylel... estaba muy entretenido dandole cariños a Tristán.
-¿Y tu a que andas?- pregunté sin levantar la vista del dragón.- Si no tienes nada que hacer, sientate a mi lado, que tengo algo que contarte- dije sin variar en lo más mínimo mi expresión, con un tono de voz neutro.
Suspiré
-La vida es maravillosa, ¿no crees?- dije mientras meneaba mi dedo entre las hierbas.

Al escuchar su respuesta mi gesto cambia a uno de curiosidad. Parece estar más serio de lo habitual. Me encojo de hombros y me siento a su lado.

-Yo, como siempre, dando un paseo -.Le comento. -A ver, ¿quñe es esa cosa que tienes que contarme? -Le pregunto con calma.

-Pues nada...- dije apoyando mi cabeza en mi mano, cuyo codo estaba apoyado en la hierba.- ¿sabes?... quizas me tenga que ir de Brontë...- dije mientras jugaba con la cola de Tristan.- quizas necesite un poco de dinero... ¿no sabes de alguien que necesite un empleado?

Lo miro extrañado debido a su comentario sobre que se debe ir de Brontë. ¿Irse de Brontë para trabajar de empleado?

-¿Dinero? ¿Por qué demonios vas a tener que irte de Brontë para conseguir dinero? -Le pregunto, algo perturbado por sus palabras.

Vuelvo a suspirar y dejo caer mi cabeza contra ha hierba, quedando boca abajo.
hago una pausa larga.
-Porque voy a ser papa... igual.
-Heyl... yo no se nada... nunca he visto ni cogido a un bebe... ya se que esto ya lo hemos hablado... pero es que tengo miedo.

Tristán camino lentamente hacia Heylel para arrastrarse hasta sus manos y quedarse en ellas.

Abro mucho los ojos cuando me da la noticia y me lanzo a abrazarlo con una carcajada.

- ¡Vaaaaya! ¡Así que al final sí que sí! ¡Enhorabuena! ¡Me alegro mucho, en serio! ¡Es maravilloso! -Comento con gran entusiasmo. Realmente es una noticia magnífica y extraordinaria. El pulso se me ha acelerado de la emoción. Vaya, que bonito.

Después de reir un rato, dejo respirar un poco a Silvanus, pero no le suelto del todo.

- Bueno, tranquilo, supongo que todo parece venirte enorme jajaja, madre mia. Es genial, en serio. Wow... Pero, ¿cómo vas a irte de Brontë? Bueno, puede que fuese más bonito que el niño naciera en una bonita cabaña campestre, pero si nace aquí tendrá mucha suerte. Este lugar es el más seguro en estos momentos y no le faltará de nada -.Comento con entusiasmo. Estoy tan nervioso que hablo más rápido de lo normal. aunque, ahora que lo pienso, quizá Hewina -porque, obviamente, tenía que ser Hewina o este tipo no era normal- tuviese que irse del palacio... Al fin y al cabo querían guerreros... Vaya, que bajón... Jope.

Al final suelto a Silvanus y vuelvo a mi posición anterior.

-Bueno, pero que rápido, ¿no? -Comento con alegría, intentando disipar los malos pensamientos.

Heylel me habrazó muy fuerte... parecía realmente contento... yo esbocé una sonrisa en mi cara mientras hablaba, pero aún estaba asustado...
-No te hagas ilusiones, tito Heylito, dije gracioso... que aún no es seguro... el médico dijo que había que esperar...

Ante su último comentario, me hinché de morros pero con una sonrisa puesta en los labios
-Si... tan rápido como el que tengo al lado... jajajaja, ahora en serio... tengo miedo que Hew se tenga que ir... porque si se va, yo me tendré que ir con ella...es lo correcto, ¿no?... pero por un lado... ya me he habituado a la vida de Brontë... además... si nos tuviésemos que ir... no se... no tengo nada... jo...

Tras mi éxtasis inicial, trato de escuchar a Silvanus con algo más de seriedad y suspiro. A veces parece pensar las cosas.

-Bueno, no sé que política sigue Brontë para eso... Bueno, piensa que, con los pocos guerreros voluntarios que hay, no pueden desperdiciarlos, ¿no? Seguro que no hay problema -.Le comento para animarlo. aunque realmente también me preocupa. ¿Hasta qué punto tolerarían esto los líderes? Supongo que habrían esperado estas situaciones juntando a guerreros indiscriminadamente en un palacio pero...La verdad es que no me fiaba mucho del criterio de los políticos respecto a situaciones familiares en épocas bélicas.

-¿que no hay problema, Heyl?, ¿QUE NO HAY PROBLEMA? por el amor del cielo... Blues me odia a muerte NO ME SOPORTA! Jill me echó ya la bronca una vez... no quiero esperar a oir al segunda... Cynara y Aren... no hace falta que diga nada ¿no? si me pueden ver fuera de aqui, mejor que mejor... Svend... bueno... solo he hablado una vez con el... dudo que se apiade de mi... en cuanto a los líderes aether y parvus... no los conozco... pero dudo que puedan hacer mucho...
-Así que dentro de uno o dos meses... si es que está embarazada, repito... pues... supongo que nos echarán...
Dí un sonoro suspiro y me enjuagué las lágrimas con la manga de mi camisa.

Silvanus se pone histérico y no puedo evitar sorprenderme y sentirme mal. Yo trataba de hacer que viese el lado positivo. realmente no era tan descabellado que se quedase, pero... Me levanto y me sacudo el pantalón.

-Pues entonces ponte a hacer las maletas y ni te molestes -.Le digo, serio, antes de ponerme a caminar hacia otro lugar algo cavizbajo y con las manos en los bolsillos. La verdad es que puedo entender su actitud, pero me ha herido el hecho de que, en una situación tan maravillosa, se tirase de los pelos y solo viese negrura que lo asfixia por todas partes.

Si yo hubiese estado en su situación no habría persona, ser o cosa en este mundo o en otro que me impidiese sentirme plenamente feliz.

*se va*

FdR: ¿Qué le haces a Heylito? ;w;

Mi visión de la vida pareció ser del desagrado de Heylel... jope, para nada quería enfadarlo... ahora me sentía mucho peor... quizás para el un bebé supondría una felicidad tan infinita cono el universo... pero es que el tenía la vida resuelta... su padre creo que era soplador o algo relacionado con jollas... no se... no me acuerdo... ademas ya estaba casado y tenia una casa... ¿y qué tenia yo? pues yo tenia al líder de Cáligo haciéndome la vida imposible, un dragón esmirriado medio paralítico y una chica cláritas que entre su útero y ella, iban a acabar con mi salud mental...

-Vamonos Tritan...

*se van*